Kurogane in Wonderland by Hitsuzen
Nuestro querido ninja despertó solo en un bosque. No había nadie, literalmente estaba solo: sin insectos, aves y menos que menos sus compañeros de viaje.
De casualidad se encuentra a la Mokona Blanca muy apurada y comienza a perseguirla, para terminar cayendo en la madriguera de la criatura. A partir de ese entonces, se vera enredado en las excéntricidades de distintos personajes, viviendo situaciones disparatadas y sin sentido, poniendo su paciencia (e incluso su cordura) a prueba hasta el final.
Si disfrutaron los momentos en que Fye se encargaba de molestarlo, realmente se van a reír con esto... es un Kurogane torturado por un mix de personajes de xxxHOLiC y TRC
En fin, se trata de una parodía de la historia menos sobreexplotada que hay (?)
¡Estan invitado@s!
AVISO: SPOILERS
---
Ya subí el epílogo
Categories: TSUBASA CHRONICLE Characters: Ninguno
Generos: Humor/Parodia
Advertencias: Lenguaje Obsceno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 7 Completed: Sí Word count: 7408 Read: 1779 Published: 22/04/2012 Updated: 13/05/2012
Nuestro querido ninja despertó solo en un bosque. No había nadie, literalmente estaba solo: sin insectos, aves y menos que menos sus compañeros de viaje.
De casualidad se encuentra a la Mokona Blanca muy apurada y comienza a perseguirla, para terminar cayendo en la madriguera de la criatura. A partir de ese entonces, se vera enredado en las excéntricidades de distintos personajes, viviendo situaciones disparatadas y sin sentido, poniendo su paciencia (e incluso su cordura) a prueba hasta el final.
Si disfrutaron los momentos en que Fye se encargaba de molestarlo, realmente se van a reír con esto... es un Kurogane torturado por un mix de personajes de xxxHOLiC y TRC
En fin, se trata de una parodía de la historia menos sobreexplotada que hay (?)
¡Estan invitado@s!
AVISO: SPOILERS
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Ya subí el epílogo
Categories: TSUBASA CHRONICLE Characters: Ninguno
Generos: Humor/Parodia
Advertencias: Lenguaje Obsceno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 7 Completed: Sí Word count: 7408 Read: 1779 Published: 22/04/2012 Updated: 13/05/2012
Ninguno de los personajes y los elementos acá mencionados me pertenecen.
Ninguno de los personajes y los elementos acá mencionados me pertenecen.
Capítulo 1: ''En la Madriguera de la Mokona Blanca'' by HitsuzenGinryū1 es el nombre de la katana de Kurogane.
Ginryū1 es el nombre de la katana de Kurogane.
El ninja despertó confundido. Se dió cuenta de que no estaba en un lugar conocido antes de abrir sus ojos, pero no percibio peligro alguno.
Estaba recostado sobre una generosa capa de cesped. Por alguna razón se sentía ansioso, pero no entendía porque. Al final entendió que su desconfianza se debía a que allí no había aves... la verdad era que no había animales.
Le sorprendio que los otros no estuvieran con él, y los busco consciensudamente. De hecho, su sorpresa fue mayor: era la única persona en kilómetros. Se dijo a sí mismo que todo era culpa de aquel maldito manjū, aún cuando paradojicamente fuera la criatura que insultaba la única que podría sacarlo de allí. Se sintió un tonto por estar hablando solo en un bosque, y comenzó a avanzar al azar, buscando a sus compañeros.
En aquel momento apareció ''la cosa''. Llevaba un vidrio sobre su ojo, chaleco, una corbata (con colores que no le gustaron a Kurogane), y llevaba un ridiculo reloj de oro con un tamaño inmenso: lo tenía que llevar con sus dos manos. Para colmo, corría hablando sola ''llego tarde, llego tarde. ¡¿Qué haré?!''.
Esa maldita cosa blanca. Apenas miró a Kurogane para luego seguir corriendo. El ninja comenzó a perseguirlo, enfadado por el modo en que Mokona lo ignordaba. Inclusó le lanzó una piedrita que encontró junto al tocón de un árbol, pero reboto contra una rama que el juraría no estaba allí antes, de modo que lo golpeo. Se sintió un poco aturdido, pero el protector que llevaba en su frente lo salvo de un inmpacto mayor. Luego se dijo que había actuado como un imbécil: podría haber matado a esa maldita cosa con la piedrita, y de ser eso cierto jamas habría dejado aquel sitio tan extraño.
Se dió cuenta de que se había alejado (saltaba muy rápido), y se apresuro en alcanzarla. Pestáñeo y Mokona desapárecio.
Soprendido, siguió corriendo hacía donde había visto por ultima vez a Mokona. La materia dejo de existir bajo sus pies y terminó a su alrededor... entonces comprendió que había caído en una especie de madriguera.
Kurogane no vió el fin de la caída, y mucho temió quedar muerto al finalizar. Entonces vió una luz. Tomó su katana e iba a aproximarse a la pared cuando advirtió que era un fárol de papel que se esfumó de su vista tan rápido como apareció. Luego descrubrió varios mangas y rollos de pergamino acomodados de cualquier forma, muchos abiertos e incluso algo rotos. Encontró varios palillos de comida clavados en la pared, muchos bajo ángulos extraños. Vió un gran tápiz con la imágen de la Bruja de las Dimensiones, de modo que empezó a despótricar pensando que todo era culpa de ella. Había encajes de varios colores y diseños desgarrados contra las rocas de las paredes, velas prendidas y apagadas (algunas tan consumidas que apenas se veía una pequeña masita blancuzca de la cual asomaba un pequeño hilo negro), varios futones de dormir e incluso varios LCD's que pasaban distintos tipos de canales. Hasta creyó escuchar uno en el cual se veía la imágenes de dos jovenes discutiendo sobre que micro SD comprar. Entonces se dió cuenta de que apenas sabía lo que era un Micro SD, si el nació en la época del Japón Feudal. Tampoco debería saber lo que era un plasma, entonces recordó que aprendió mucho sobre tecnología en los mundos de República de Hanshin y de Piffle. Se enfado consigo mismo por estar pensando estúpideces, y fue su último acto consciente, antes de sentir un golpe en la cabeza y que todo se volviera negro.
Desperto en un vestíbulo de estilo occidental. La cabeza y el resto del cuerpo le dolían terriblemente, ademas de tener un humor inmundo. Había muchas puertas de madera talladas, todas de distinto tamaños. Una mesa de cristal tenía un sitio en el centro del lugar. Allí había un pastel con la leyenda ''Coméme'' en letras pomposas y elegantes, como las que usaba el mago retrasado para escribir.
No era un idiota. Definitivamente no comería algo extraño y sin saber su origen, por mas buena pinta que tuviera el postre aquel. Se estremeció con irritación al pensar que esa bien podría ser una broma del imbécil de pelo rubio: de donde el venía la gente no comía cosas tan azucaradas y de colores. En cambio, al empezar su viaje, terminaron en una cafetería de un mundo que no recordaba, y el idiota se había mostrado bastante familiarizado con la comida de allí. No lo probaría, de eso estaba seguro.
Cuando intentó ponerse de pie notó que algo estaba mal. Su típica ropa negra había sido reemplazada: ahora llevaba un absurdo kimono con encajes y volados. Al menos llevaba la espada en su funda, la cual era, por cierto, un tremendo desastre: de raso, con lunas rojas y negras estampadas. Tampoco faltaba el encaje.
Recorrió el lugar y exploro las puertas. Algunas abrieron y otras no. En una había una especie de selva, y se apresuro a cerrarla cuando oyó un rugido que lleno toda la estancia. Tras otra había una librería inmensa y de la cual se espapaba un horrible olor a moho. Encontro algo que se parecía mucho a un hospital, una habitación ocupada solo por carbón y un horno inmenso (allí el calor era horrible), una casa de té tradicional, un patio soleado con un montón de ropa colgada y un estacionamiento nocturno.
No se metió en ningún sitio en particular (tal vez el sitio de té); se encontraba cavilando sobre que hacer cuando vió a la Mokona gritando preocupada: ''llego tarde, llego tarde. ¡Los duques no le dejaran nada de comida a la pobre Mokona! Llegaré fuera de horario y no podré hacer nada al respecto''.
Se metió en varias habitaciones, mientras Kurogane la perseguía y le gritaba que dejara de actuar de esa forma tan loca. Se metió en la biblioteca quejandose de su horario y agitando el reloj por sobre su cabeza, abrió una puerta (vayan a saber como, si el reloj tenía apariencia de ser muy grande y la criatura necesitaba de sus dos patitas para llevarlo), y terminaron de vuelta en aquel vestíbulo. Se metió en una muy pequeña (él tuvo que gatear para pasar), que resulto ser esa jungla. Los persiguió un leon y terminaron escabullendose a traves de la salita de espera del hospital, para salir luego a traves de la puerta por la que habían entrado a la biblioteca por primera vez. Al final perdió la paciencia, saco a Ginryū1 de su funda y por poco no termina matando a la pequeña masa de algodón andante que con un ágil salto se fue del lugar donde iba a impactar la hoja de la katana.
Una de las orejas de Mokona rozó la comisura de su labio y descubrió un sabor dulce. Lo asoció a aquel pastel que vió sobre la mesa de cristal.
Con furia, la criatura lo increpó con su vocecita aguda, diciendo que Kuroalice era una persona cruel que se aprovechaba de las criaturas mas débiles que él, que debería comer mas cosas dulces para ser para dejar de sentir envidia y así volverse mas kawaii. El le respondió a los gritos diciendo que su nombre era Kurogane y no KuroAlice. Mokona lo trato de forma indiferente y se metió tras una puertita de unos veinte centímetros. Evidentemente el no podría pasar a traves de ahí. Y eso significaría perder al manju.
Preocupado, reflexiono sobre que hacer. Espió por el ojo de la cerradura, y terminó encontrando un prado verde y con flores. Mokona se iba a lo lejos, era apenas un puntito blanco.
Arriba había otra puerta que él abrió. Allí solo había un gran vacío inmenso y negro. Cuando había mirado la puerta de abajo, el notó que el prado se extendía sin un límite fijo: era un sitio iluminado, verde y acogedor, nada relacionado con el agujero frío y oscuro que había tras el otro sitio. Eso no obedecía a las leyes lógicas del espacio.
Recordó los insultos de la criatura, y, con irritación, se obligó a probar un poco de aquella masa blanda y dulce. Sintió un estremecimiento en todo el cuerpo. Estaba siendo presionado desde dos lugares distintos, su coronilla y los pies. Pensó que la habitación se agrandaba indefinidamente: la mesa de cristal, las puertas, el brillante suelo de alfombra aterciopelada y por sobre todo las paredes, hasta que no puso obervar el sitio en el que estas se unían al techo. Descubrió que veía con menos claridad.
Torpemente caminó hacía la puerta y la abrió. Se metió adentro del prado con una furia vehemente, siquiera se molesto en dejar la puerta cerrada. ¿Para qué, si algo muy pequeño se sentiría totalmente desorientado en aquel vestíbulo del infierno?. Riendose solo, penso en las maneras en que torturaría a aquel maldito manju.
1La saga de Tokyo no salio en el anime, solo se ve en el OVA y en el manga (ahí es donde Fye pierde su ojo y se descubre la verdadera naturaleza del Syaoran clon)
2El Castillo de Shirasagi es el sitio donde reside Tomoyo-hime, y desde donde ella envía a Kurogane a su viaje por los mundos.
3Según la tradición sintoísta (shintö es la religión originaria de Japón), Amaterasu es la deidad del sol y antepasada de la Familia Imperial Japonesa. En TSC la presentan como la hermana mayor de Tomoyo y soberana del Japón Feudal.
4El tempura es fritura rápida
5Sashimi es pescado o mariscos crudos, aunque el pulmo se puede cocer un poco.
1La saga de Tokyo no salio en el anime, solo se ve en el OVA y en el manga (ahí es donde Fye pierde su ojo y se descubre la verdadera naturaleza del Syaoran clon)
2El Castillo de Shirasagi es el sitio donde reside Tomoyo-hime, y desde donde ella envía a Kurogane a su viaje por los mundos.
3Según la tradición sintoísta (shintö es la religión originaria de Japón), Amaterasu es la deidad del sol y antepasada de la Familia Imperial Japonesa. En TSC la presentan como la hermana mayor de Tomoyo y soberana del Japón Feudal.
4El tempura es fritura rápida
5Sashimi es pescado o mariscos crudos, aunque el pulmo se puede cocer un poco.
Al final llego a una absurda casa, mezcla de estilo victoriano y casa japonesa tradicional. Naturalmente, la Mokona blanca se metió allí dentro. Solo a una criatura como esa le quedaría tan normal un sitio como aquel.
Se disponía a entrar (había desenvainado su katana de nuevo), cuando por el rabillo del ojo notó algo que brillaba tras unas nudosas raíces. Una botella de sake, con la leyenda ''Bebeme'' escrita en las mismas lesras elegantes y pomposas de antes. Pero estaba demasiado sediento (o tal vez perdido la batalla por mantener la cordura), así que la bebió. Despues la dejo a un costado y se metió en la casa de la mokona blanca.
Allí sintió un cosquilleo y se hizo mas pequeño. Descrubrió que no podía ver la punta de la biblioteca que se encontraba al costado de la puerta y, con horror, tuvo que esquivar una de las patitas de la mokona que enérgicamente de lamentaba del horario, pese que lo único que hacía era dar vueltas y vueltas por las habitaciones sin hacer nada dentro. Le gritó con furia, y cuando la criaturita lo vio volvió a sentir la extraña sensación de antes (esta vez acompañada de un mal presentimiento en el estómago).
Y empezó a aumentar de tamaño. Creció tanto que primero tuvo que encorvarse, luego ponerse en posición de gateo como los bebes y al final termino en un estilo de pose que no difería mucho de un gusano. Una de sus piernas salía a través de una puerta corrediza, mientras que la otra había llegado al segundo piso y desde la parte inferior de su rodiza colgaba hacía abajo desde un balcón de estilo romántico.
Oyó gritos de sorpresa y horror. Lo único que le faltaba era haber matado al manju, y ahora sí que quedaría atrapado en ese sitio para siempre, con esos absurdos cambios de tamaño. Entonces escuchó ruidos y sintió un feo pinchazo en su dedo índice. Por reflejo lo movió rápidamente, y ''algo salio volando''. Había mas criaturas en la afuera.
Tal vez fue la ansiedad o que lo hayan tomado desprevenido, pero la cuestión es que empezó a perder altura. Volvió a ser el Kurogane normal. Abrió una de las absurdas puertas y se encontró con un variado grupito de semi-humanos extrañamente conocidos. Uno tenía ojos azules, cabello azabache y lentes. Era delgado como un fideo, y tenía cola de lagartija. Larga-nuki, lo llamaban.
- ¡Hay que sacar a ese demonio de allí! -.
- ¡¿A QUIÉN LE LLAMAS DEMONIO?! - Su voz retumbo en los suelos a un kilómetro de distancia -.
Pero Larga-nuki no se acobardo.
- ¡Esto no puede suceder! Yuuruga-san se aprovecha de mí todo el día ¡Y ahora esto! -.
Empezó a menearse de un modo realmente extraño, mientras su cola giraba sobre si misma. Se dió cuenta de que Larga-nuki, el joven lagartija, estaba totalmente mal de la cabeza.
Otros eran los gemelos vampiros1 de país de tokyo, aunque sus ropas eran de lo mas raras: usaban una estrámbotica combinación de ropas que los hacía ver como sirvientes disparatados. El último era el chico, Syaoran. Llevaba orejas de liebre. Era un grupito variado de personas que había visto en su viaje, todos con alguna característica cómica. Lo apedrearon en cuanto lo vieron, avivados por el maldito manju blanco. Tuvo que salir corriendo como un loco y jurando venganza.
Llegó a una gran casa elegante. Tenía motivos de lunas, todas pintadas de forma delicada. Allí estaban los vampiros, sentados como si nada en sobre el suelo. No tenían pinta de estar agitados, a diferencia de él, que se la había pasado huyendo y esquivando guijarros. El pobre Kurogane estaba canzado. ¿Cómo demonios habían hecho para llegar antes que él y no mostrar señas de cansancio?
- ¿Quién vive aquí? - Preguntó con voz cancina -.
- Duquesa-dono y Cocinera-hime - Respondió el que se parecía a Kamui -.
- Ellas no estan de buen humor en este momento - Dijo el que lucía como Subaru -.
- No me importa. No me vendría nada mal un descanzo pequeño ahora -.
La verdad era que tenía una sensación conocida reposando en un interior. Se sentía ansioso, como si supiera que había en ese sitio, pese a que no conociera a nadie en ese extraño lugar. De algún modo hechaba de menos al Castillo de Shirasagi2.
- ¿Por qué quieres entrar? - Pregunto el primero -.
- Ya te lo dije - Respondió el ninja con impaciencia -.
- No. Solo dijiste que querias un descanzo. Eso no justifica el porque. ¿Cónoces a alguien ahí? - Murmuró Subaru - Nosotros sí, por cierto -.
Kurogane comenzó a enfadarse de nuevo.
- Llamar a la puerta serviría de algo - Dijo Kamui sin prestarle mucha atención -, si tuviéramos la puerta entre nosotros dos. Por ejemplo, si tú estuvieras dentro, podrías llamar, y yo podría abrir para que salieras, sabes -.
- Oh, vale. Iré de todos modos -.
Dejo a aquel par de locos solos.
- No esta tan mal - Oyó que decía Subaru a su espalda - él al menos tiene el primer itém -.
- ¿Qué itém? - Murmuró Kamui -.
- Que para entrar a un sitio, primero necesitas un lugar al que entrar. - Respondió Subaru -.
Fue lo último que oyó antes de que se cerrara la puerta.
Adentro todo era un total caos.
La suciedad y el desórden reinaban en aquel sitio. Las primeras habitaciones estaban vacias. Los tatami tenían capas y capas de mugre. Los tápices estaban rasgados y, como no podía ser de otro modo, se combinaba el estilo de decoración oriental con el occidental sin ningún orden establecido.
Llego a una cocina. La emperatriz Amaterasu-dono3 y Tomoyo-hime, totalmente cubiertas de pimienta y árroz. Sus preciosas ropas estaban algo rotosas y desprolijas. La princesa llevaba un ridículo delantal de cocina que conbinaba con un gorro de chef.
Kurogane estornudó. La pimienta era demasiada: impregnaba el aire y entraba en sus pulmones. La emperatriz tenía algo pequeño sore su regazo, y estornudaba al mismo tiempo que parloteaba alegremente, como si no fuera consciente de lo que ocurría a su alrededor.
- Necesitamos mucha pimienta, o el tempura4 no quedara bien, onee-sama - Dijo la princesa -.
De mas esta decir que a nuestro amigo por poco no le da un infarto de la impresión.
- Quiero que esta vez tenga gusto, Tsukuyomi - Respondió la hermosa mujer con seriedad - Y que el pulpo del sashimi5 no se queme -.
- Claro que no. Odiaría hacer sufrir las brasas -.
Amaterasu-dono advirtió su presencia.
- ¿Quién eres y qué quieres? -.
El ninja solo puso soltar un sonido desarticulado. Valía la pena haber aprendido autocontrol luego de tanto tiempo, a base de aguantarse las ganas de matar al manju y al mago idiota.
- Bueno, no tengo tiempo para eso - Se levanto y le entregó un bulto negro - Tengo que ir a meditar y vigilar la transmición de tinta -.
Se fue sin mirarlo. Kurogane olvidó hacer su reverencia, aunque ella no mostró señas de notar un comportamiento irrespetuoso. Observó lo que tenía en sus manos: era igual al manju blanco, pero de color negro. Sus grandes orejas estaban ridiculamente encajadas bajo unas orejeras rayas de gato, parecía un disfraz muy mal hecho. Tenía una cola a rayas que terminaba en una calavera.
- Soy ''Mokona-Gato de Cheshire'' - Se presentó -.
- Mira, maldito manju negro. O eres esa cosa o eres el gato de no se qué -.
- Pero ''Mokona-Gato de Cheshire'' es muy kawaii. Y a ella le queda muy bien ser así -.
Instantes despues, terminarón sepultados bajo una capa de pimienta. Mokona-Gato de Cheshire comenzó a desvanecerce: primero la cola. Y abrió sus ojos con tremenda exageración.
- ¡Idiota, se supone que no debes abrirlos o te entrara esa cosa! -.
- Es que Mokona-Gato de Cheshire, sonrie con sus ojos -.
Empezó a notar las líneas de las venas rojas. Los ojos de la criaturita estaban totalmente hinchados e inflamados. Era una visión macabra.
- Mokona-Gato de Cheshire, tiene cosas que hacer. Ella espera ver a KuroAlice luego -.
Se desvaneció del todo.
Kurogane no se contuvo. Era demasiada locura junta. Gritó como nunca antes, y, olvidando todas las reglas sobre modales que había estudiado a lo largo de su vida y se fue corriendo del lugar sumido en estado de histeria.
Kiseru: Pipa antigua japonesa. Yuuko, siempre fumaba de su kiseru en su casa (luego pasa a Watanuki)
Kiseru: Pipa antigua japonesa. Yuuko, siempre fumaba de su kiseru en su casa (luego pasa a Watanuki)
Corrió y corrió, hasta quedar agotado. Luego se baño en un río de agua helada (todo le importaba muy poco), hasta que recupero el control y se tranquilizo. Lo primero que haría sería volver con su Señora e intentar aclarar las cosas. Disculparía su mal comportamiento y aceptaría cualquier penitencia que le impusiera. Se comportaría con sútileza, paz y tranquilidad. Había hecho las cosas mal.
Empezó a caminar cuando un cosquilleo en la base de su estómago le informo que pronto iba a sufrir uno de sus extraños y espontáneos cambios de altura. Creció tanto que pronto no pudo ver sus propios pies. Un ave verde que quejo de la molestia, dado que entorpecía su camino. A su alrededor solo veía un frondoso mar formado con distintos tonos de verde. Dió algunos pasos sin rumbo fijo (había perdido el sentido de la orientación). Estuvo así un rato, maldiciendo su suerte y hablando solo, hasta el azar decidió que volviera a su tamaño normal.
Distinguió un humo purpura saliendo de las copas de algunos árboles. Pensó que sería una buena idea pedir indicaciones sobre que dirección seguir. Caminó y llego a un claro. La maldita Bruja De Las Dimensiones, yacía sobre un montículo de flores purpuras fumando de su kiseru*. El olor era espantoso.
- ¿Quién eres? - Dijo de mal humor -.
- ¿Y por qué tengo que responder eso? - Si era un juego de malas maneras, él siempre llevaba las de ganar -.
Lo ignoró totalmente. Unas largas y delicadas antenas purpuras de oruga se movían al ritmo de su respiración. Inhaló profundamente y luego exhaló una buena cantidad de aquel humo pestilente.
- ¿Adonde quieres llegar con esto? - Preguntó la Bruja -.
- ¡¿Qué?! ¡Pero si yo no hice nada! -.
- Mmm... Yo puedo ayudarte a llegar a donde quieras -.
- ¿Y por qué quiero tu ayuda? -.
- Alguien muy importante para tu Señora fue capturado... ¿sábes? -.
- ¡¿Qué cosa?! - Ahora estaba histérico -.
La mujer no le hizo caso. Kurogane empezó a ponerse cada vez peor, hasta que finalmente le grito.
- ¿Quién eres? - Preguntó de mal modo la bruja-oruga-.
- ¡Pero si ya me has visto! -.
- ¿Estas seguro? -.
- ¡Pero si yo soy yo! Escuchame, loca de... -.
La bruja hizo un largo y profundo ''mmmmmmmmmmmm'' de placer al mismo tiempo que lanzaba el pestilente humo hacía Kurogane. El se tragó sus insultos.
- Comiendo creces y del otro te achicas. Tus amigas estan con la Reina de Córazones. El verdadero nombre de la Mokona-Usagi Blanca es Soel, mientras que el de la negra, Mokona-Neko de Cheshire es Larg. Esta última va a guitarte. Tu ropa interior es de color negro y mi paciencia se termino -.
El ninja negro se quedo mirandola sin palabras.
- Oh, y tienes que pagarme - Le dió otra calada al kiseru y cerró los ojos con placer -.
- ¿Y por qué tengo que pagarte?. ¿Quién lo dice? -.
- Soy una comerciante oruga - Respondió la bruja con tranquilidad. Era demasiada -.
Entonces se puso de pie y se bajo el quimono, hasta que quedo su hombro al descubierto. Caminó lenta y sensualmente hacía él.
- Acepto toda clase de pagos... -.
- Aquí tienes el tuyo - Y usó un ataque de Ginryū para cortar la madera de todos los árboles a su alrededor, que le cayeron encima a la pobre oruga - Es un favor, así nadie tiene que soportarte ni verte. Loca -.
Caminó sin rumbo fijo. Y el neko-manju apareció de nuevo. Primero sus orejas apretadas, su rostro y finalmente sus aterradores ojos.
- ¡¿Qué demonios estas haciendo?! -.
- Mokona-Gato de Cheshire tiene que sonreír -.
- ¡Eso no es una sonrisa! PEDAZO DE... -.
La histeria que venía soportando todo el día venía alcanzando níveles insospechados.
- Buaaa... KuroAlicetan es muy malo con Mokona-Gato de Cheshire -.
- ¡QUE MI NOMBRES ES KUROGANE! -.
Desenvaino a Ginryuu. El felino empezó a desvanecerce y Kurogane recordo las palabras de la bruja.
- Hey, espera... yo estoy buscando a un manju blanco como tu -.
- La Mokona-Conejo Blanco esta con la Reina de Córazones. Y Mokona-Gato de Cheshire no recomienda ir allí -.
- ¿Entonces adonde quieres que vaya? - Cada vez subía mas la voz.
- Ve a donde quieras. Mokona-Gato de Cheshire no elige eso -.
- Estas loco, maldito manju -.
- Aquí todos estamos locos. Yo estoy loca. Tú estás loco -.
Kurogane empezó a maldecir y el gato a verse cada vez mas difuminado. Pese a su orgullo y los sentimientos negativos que venía acumulando, comprendió que debía comportarse de un modo mas amable con esa maldita cosa... oh, vale. Con esa ''cosa''.
-Mokona-Minino de Cheshire -empezó Kurogane tímidamente, pues no estaba del todo seguro de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar si era posible, la abertura de sus ojos, por lo que Kurogane decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrias decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Mokona-Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Kurogane.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo Mokona-Gato.
- ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Kurogane como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró Mokona-Gato -, si caminas lo suficiente!
- Es que yo... - No sabía como continuar - ... deseo salir de aquí -.
- Entonces ve. Camina y vete -.
El gato estaba empezando a impacientarse.
- ¿Hacía donde puedo ir, minino? -.
- Hacía allá... - estiro su cola en dirección a la derecha - ...esta el Sombrerero. El esta loco - Y agregó - Al otro lado esta la Liebre de Marzo. Nos vemos, KuroAlice -.
Dejo de verse.
Kurogane decidió que no quería soportar mas locos, así que se fue en dirección a la casa de la Liebre de Marzo.
-- Significado de los nombres
Tome muchos dialogos de la historia original y los edite para placer...
El próximo capitulo es de La Merienda Loca, en el cual el pobre ninja negro va a ser torturado por unos comensales realmente chiflados.
Por cierto, la historia esta terminada desde hace días, si tuviera algún que otro review probablemente consideraría la velocidad a la que subo los capitulos...
P.D.: Va a haber una buena dosis de Fye en el siguiente capitulo... *fangirleando*
Tome muchos dialogos de la historia original y los edite para placer...
El próximo capitulo es de La Merienda Loca, en el cual el pobre ninja negro va a ser torturado por unos comensales realmente chiflados.
Por cierto, la historia esta terminada desde hace días, si tuviera algún que otro review probablemente consideraría la velocidad a la que subo los capitulos...
P.D.: Va a haber una buena dosis de Fye en el siguiente capitulo... *fangirleando*
Regresar al índiceCapítulo 4 ''La Merienda Loca'' by HitsuzenTengo un obsesión por Fye... no es sano, lo sé. Pero siempre lo encontre demasiado adorable.
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Tome de nuevo citas y las cambie a gusto... el contenido intelectual de esta parodia es asombroso, ¿no? (¿)
Vamos, rianse conmigo...
Tengo un obsesión por Fye... no es sano, lo sé. Pero siempre lo encontre demasiado adorable.
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Tome de nuevo citas y las cambie a gusto... el contenido intelectual de esta parodia es asombroso, ¿no? (¿)
Vamos, rianse conmigo...
Caminó un rato, hasta llegar a un jardincito realmente desordenado. Una gran mesa con un sucio mantel ocupadaba por lo menos la mitad del lugar, y muchas sillas (ninguna hacía juego con el estilo del mobiliario) estaban agrupadas y vacías. Las únicas criaturas allí eran tres, y estaban apretujadas en una esquina, con todo el espacio que podrían haber ocupado.
El mago inútil llevaba un ridículo sombrero con listones, parches de diseños que no combinaban y en un pedazo de tela despegado estaba la fracción 3/10. Ni hablar de su traje: era totalmente estrafalario.
El Chico, Syaoran, llevaba esas ridiculas orejas que anteriormente había visto. Su ropa se parecía mucho a la del Idiota.
La Princesa estaba dormida y llevaba unas pequeñisimas orejas de lirón sobre su cabellera marrón. Su cabeza estaba apoyada contra un costado de la mesa y su respiración tenía un ritmo dulce.
Kurogane no espero a que lo invitaran. Se sentó al lado de la chica dormida y observó el desorden de la mesa: teteras y tazas de distintos colores sucias y amontonadas, al igual que los platos y los cubiertos. Decenas de potes de dulce estaban esparcidos por todos lados, muchas tostadas estan humedas y ni hablar del estado de los pasteles. El mago, como si no se diera cuenta de eso, comía con placer. Entonces lo miró con sus ojos amarillos.
- No hay sitio -.
- ¿Qué dices? La mesa es inmensa... -.
- No tenemos lugar - No lo dejo completar la frase - KuroAlicerin es un poco tonta... -.
- ¡No me hables con ese nombre raro! Y MENOS COMO SI FUERA UNA MUJER -.
- Ahora Kuroalicewanwan hace discriminación de género... eso esta muy mal - El Sombrero Loco empezó a agitar su cuchillo de untar con exagerada tristeza -.
- ¡YO NO DISCRIMINO A NADIE! SOLO TE DIGO QUE SOY HOMBRE - De nuevo lo hizo sacar de quicio -.
- Puuu... que mal KuroAlicetan -.
La Liebre de Marzo lo miró con curiosidad. Kurogane siempre aparentaba trato hosco, y le hizo honor. Lo ignoró mientras se servía.
- ¿Alguién sabe en que se parece un cuervo a un escritorio? - Preguntó el Sombrerero de la nada -.
Sabiendo que estaban todos locos, y que a los locos siempre hay que decirles 'si' en todo, respondió:
- Yo lo sé -.
- Cuentanos por favor, Kuroalice-san - Pidió la liebre -.
- No lo sabe - Dijo el Sombrerero -.
- Si - Lo contradijo Kurogane mientras intentaba no perder la paciencia - Sé lo que digo -.
- Eso es incorrecto - Murmuró el idiota de pelo rubio - ¿Sería lo mismo decir ''veo lo que como'' que ''como lo que veo''? -.
- ¿Y que hay de ''entreno porque me gusta'' que ''me gusta porque entreno? - Añadio el Syaoran-Liebre de Marzo - ¿ O ''Reviso lo que busco'' que ''busco lo que reviso''? -.
- Yo respiro cuando duermo... - Agregó una atontada Sakura-Lirón -.
- En tu caso es lo mismo, querida - Respondió el Sombrerero mientras le agragaba unas cantidades enormes de azucar a su té - Y agregó - ¿Encontraste la solución a mi acertijo, Kuroalice-pon? -.
- No tengo la menor idea. ¿Qué hay de tí? - Añadió molesto -.
- Yo no lo sé -.
- Yo menos - Dijo La Liebre Marceña -.
Sakura-Liron se quedo dormida de nuevo, y el Sombrerero suavemente le paso la cuchara por entre los desordeanos cabellos.
- ¿Es qué ustedes no tienen nada mejor que hacer? - Dijo molesto Kurogane - Hay mejores formas de matar el tiempo -.
El imbécil rubio puso cara de fingido horror.
- ¿Por qué matar al tiempo? El es un persona de lo mas interesante... Él y yo charlamos mucho a menudo -.
- Con él podrías hacer cosas maravillosas - Acotó La Liebre de Marzo -.
- Claro que sí. Pero peleé con él durante el Marzo pasado - Dijo el Sombrebro. Entonces se acercó a Kurogane y susurró en su oído mientras secretamente lo señalaba con la cucharita de té - Fue antes de que se volviera chiflado -.
El ninja reprimió las ganas de matarlo.
- Fue durante el concierto para la Reina de Córazones. Se enfadó diciendo que yo cantaba tan mal que estaba matando al tiempo. Entonces él penso que yo quise matarlo en serio, de modo que se marcho. Y desde entonces es la hora del té -.
- Una auténtica lástima - Comentó Syaoran con la boca llena -.
- ¿Es por eso que nunca limpian nada? - Preguntó Kurogane mientras que admiraba la gran taradez de sus compañeros -.
- No hay tiempo... - Murmuró con aburrimiento el Sombrero -.
- Me aburro - Exclamó de prontó la Liebre-Syaoran - Quiero un cuento. Por favor, Kuroalice-san, dime uno -.
- Me niego -.
- Entonces lo haré yo - Dijo una adormilada Sakura-lirón -.
- Adelante, onegai, Sakura-Lirón-hime - Pidió la enamorada liebre -.
- Bueno... había tres niñas. Hitomi, Hiroko y Hikaru. A ellas les encataba la mermelada que sacaban de un pozo de un árbol de cerezo. Y vivían ahí -.
- ¿Eso es posible? - Preguntó Kurogane -.
- Toma alto mas de té, por favor - Dijo la Liebre, solicita -.
- Hasta ahora no tome nada - Respondió ofendido - No puedo tomar más -.
-Quieres decir que no puedes tomar menos -puntualizó el Sombrerero -. Es mucho más fácil tomar más que nada.
- ¡¿Y A TÍ QUIEN TE PREGUNTÓ TU OPINIÓN, IDIOTA?! -.
Sakura-Lirón-hime intentó continuar su cuento con un montón de interrupciones absurdas. Al final (y valga la redundancia) nadie supo el final de la historia. Se fué enfadadísimo con aquel estúpido mago-sombrerero.
Encontró una puerta que también servía de tronco de un árbol. Cuestionandose todo lo que había aprendidó hasta entonces, la atravesó y se encontro de vuelta en aquel vestíbulo del caos.
Vuelvo a recordar que los personajes de Alicia en el País de las Maravillas, Tsubasa Chronicle y xxxHOLiC no me pertenecen. Solo adapte las historias por un hobby hace semanas...
Vuelvo a recordar que los personajes de Alicia en el País de las Maravillas, Tsubasa Chronicle y xxxHOLiC no me pertenecen. Solo adapte las historias por un hobby hace semanas...
Regresar al índiceCapítulo 5 ''El/a Reina de Corazones'' by Hitsuzen1Marudashi y Morodashi, mejor conocidas como Maru y Moro son las sirvientas (y el alma de la tienda, literalmente) de Yuuko en xxxHOLiC
1Marudashi y Morodashi, mejor conocidas como Maru y Moro son las sirvientas (y el alma de la tienda, literalmente) de Yuuko en xxxHOLiC
Lo recorrió sin ser muy consciente de lo que hacía. Abrió y cerró varias puertas mirando apenas lo que había dentro y permaneciendo poco tiempo para hacer cosas necesarias: probó un onigiri que resulto ser rancio de aquel sitio tan parecido a una casa de té, se desquito con una de las bestias del mundo parecido a una jungla. Consiguió un cambio de ropa y pudo sustituír aquel disparatado kimono, aunque no halló ninguna vaina para ginryü, de modo que tuvo que conformarse con acarrear esa funda de broma adonde fuera.
Se encontraba de vuelta en el vestíbulo de la madriguera cuando vió unas orejas blancas realmente conocidas saltando de un lado a otro en la habitación. Le gritó y la persiguió, pero la mokona blanca no le prestó atención y desapareció tras otra puerta de tamaño similar.
Maldiciendo su suerte, hundió los dedos sin darse cuenta en aquel pastel y no advirtió su error hasta que sintió el dulce sabor. Sintió aquel angustioso cosquilleo antes de sentir un horrible golpe en la coronilla. Todo se volvió oscuro de nuevo.
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- ¡Por favor, arriba! ¡arriba! -.
Esas vocecitas agudas eran acompañadas por el tacto de unas manos suaves y delicadas. Abrió los ojos y se halló ante dos niñas vestidas de forma extraña: pequeños vestidos con pomposos detalles de corazones rojos. Una tenía el cabello rosa y corto, ondulado y formando así un gracioso marco alrededor de su rostro. Los ojos eran del mismo color. La que lo zarandeaba mas fuerte podría haber sido su clon, de no ser porque poseía cabello y mirada celeste. Su pelo era largo y recogido en dos coletas que llegaban al suelo.1
Recordo haberlas visto cuando visitó la tienda de la maldita bruja.
Ambas tenían manchas rojas en la cara, pero se sintió tranquilo al notar que no tenían rastros de heridas. Lo ayudaron a incorporarse y de inmediato notó que de nuevo (y entre tantas cosas) algo no estaba bien. ¿Es que no había un límite de desgracias para el pobre Kuroalice?
Llevaba otro kimono que parecía de broma: este había reemplazado los volados por brocados, pero el extraño diseñador no había sido mezquino a la hora de poner encaje. Con horror, se dió cuenta de que llevaba adornos en la cabeza, los cuales que quito con demasiada violencia... para horror de las gemelas.
Tuvo que hacer de tripas córazon para mostrarse ''algo'' amable y ganarse su confianza. Había que admitirlo: la chicas eran algo inocentes. Sin embargo, eran las únicas que podían ayudarlo a encontrar algún rastro de aquel maldito manju y así volver a la normalidad.
- Yo soy Marodashi - Murmuró la de cabellos celestes mientras le daba la mano a su compañera -.
- Yo soy Morodashi - Exclamó al mismo tiempo la de rosa -.
Y ambas se hecharon a llorar estrepitosamente.
- ¡El amo nos ordeno plantar rosas negras! - Exclamaron al mismo tiempo - ¡Pero nosotras las sembramos rojas! ¡Debemos pintarlas o va a enfadarse! -.
Kurogane no supo que hacer. No era bueno consolando a la gente y lo hizo peor. Al final, termino ayudandolas a pintar las flores de color azabache. Lo que hacía era totalmente absurdo.
Se asustó en cuanto notó un cambio en el ambiente. Las niñas también lo sintieron y se pusieron a llorar aterradas. Empezaron a aparecer solados. Un oceáno de armaduras bordo y negro, con sus afiladas armas. En la cabecera se hallaba aquel individuo enfermo: Fei Wang Reed. Su rostro mantenía el semblante serio y siniestro de siempre no ser porque...
...su monóculo tenía forma de córazon. Y su ropa también tenía aquellos pintorescos y algo macabros motivos.
Entonces recordo que el manju blanco también llevaba un vidrio muy parecido delante de su ojo... era una idea estúpida, pero quiza pudiera encontrar al manju blanco y abandonar esa estrámbotica pesadilla.
Morodashi y Marudashi se postraron a sus pies. Impasible, el hombre ordeno que las decapitaran. A su lado, había una hermosa mujer de cabellos negros y rizados con otra corona igual. Lo más irónico de todo era que él se hacía llamar ''reina'', mientras que ella, ''rey''.
Kurogane se presentó de mala gana. Entonces vió a la mokona. La Reina de los Corazones apenas le presto atención y, junto a su cortejo, comenzó a jugar un curioso juego. Una vez había visto algo parecido. Cuando eso sucedio el chico lo llamó ''cricket''. Pero esta vez era un poco diferente... usaban katanas y bolas de lana que debían hacer pasar a través de unos aros que parecían de caramelo.
El rechazó el ofrecimiento de una asistente y empezó a jugar sin conocer del todo las reglas de juego, solo intentando acercarse cada vez mas al manju blanco que comentaba emotivamente el partido.
Por el rabillo del ojo las vio: Amaterasu-dono y Tomoyo-hime. También jugaban aquel extraño juego con bastante entusiasmo. La mas joven le sonrió y le hizo un gesto con el dedo. El se acercó con dócilidad: pese a la locura de la situación ella seguía siendo su señora y única ama.
- Pssss - Chistó - Onee-sama dice que nunca imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido ser si les hubiera parecido que no fueses lo que eres. Yo opino lo mismo -.
Y se fue. Se dispuso a seguirla pero las perdió entre el gentío. Parecía que se hubiera evaporado y, sinceramente se dijo a si mismo, eso era lo mas probable. El nunca había logrado entender a su princesa, aún cuando la apreciaba tanto. Se contentó con recomenzar la busqueda de la mokona blanca sin muchas esperanzas.
La temperamental ''reina'' ordenó degollar a la mayoría de los participantes, mientras el rey-mujer paseaba a su lado con indiferencia. Al final el juego se abandono por aburrimiento del hombre de la barba.
Mokona, llevando ropa de sirviente y un cono para amplificar su voz, anunció que a continuación iba a celebrarse ''el juicio''.
Esto se esta por terminar :D Me gustaría algún review, onegai... Besos!
Esto se esta por terminar :D Me gustaría algún review, onegai... Besos!
Regresar al índiceCapítulo 6 ''El Juicio'' by HitsuzenTodo el mundo fue conducido a un gran salón, en el que todos se iban acomodando como podían: no cabía ningún alfiler. El destino quizo que terminara sentandose cerca de los comensales de la merienda loca, pero Kurogane se aseguró de estar lo mas alejado posible del Sombrerero.
Se oían llantos, cuchicheos, risas y conversaciones normales. El jurado estaba formado por los animales que él había visto, todos llevaban pizarras y tizas para tomar nota. La estramótica ''reina'' del monóculo tomó su lugar en el centro de la sala al lado del ''rey'', siempre con esa cara de poker. Mokona tomó la palabra. El acusado, un simple cuervo. El crimen, la desaparición de unos bollos dulces.
Llamaron a los testigos. El Sombrero rubio idiota no dejó nada claro, la chica lirón de ojos jades caía en los brazos de Morfeo cada dos por tres y la Liebre de Marzo de cabello marrón hablaba de forma torpe. Un malentendido y sentenciaron a Larganuki a un corte de cabeza. Nadie parecía muy sorprendido, pero Kurogane encontraba la situación demencial. ¿Qué ocurriría si su Señora se hallaba implicada en semejante locura? No tendría problemas en sacarla de allí, pero, ¿Dónde esconderse?.
Le tocó declarar a uno de los gemelos. Era Subaru.
Este se encontraba nervioso y lo comunicó. La mujer-rey de cabello azabache rizado cobró vida, si bien no abandono su expresión de poque.
-Empieza por el principio - dijo el Rey con gravedad - y sigue hasta llegar al final; allí te paras.
El jurado estaba sumido en un silencio atróz, todos miraban con seriedad el consejo del extraño personaje. Algunos murmuraron y asintieron con respeto, como si hubiera dicho el secreto detras de la existencia de la vida.
- ¡Kuroalice-chan! ¿Cómo estas? -.
El Neko Manju negro apareció de la nada. Sus ojos estaban enrojecidos y conservaban esa expresión de ''Mekkyo'' tan siniestra. Su cuerpo no aparecía del todo, faltaban la cola y la mitad del cuerpo. Muchos miraron con sorpresa la extraña aparición.
- ¿Quién eres? - Exclamó la Reina Fei Wang -.
- Mokona-Gato de Cheshire -.
Y empezó a narrar historias absurdas, haciendo que los presentes se distrajeran. La extrámbotica soberana-hombre perdió la paciencia y ordenó que le cortaran la cabeza. Entonces el minino se difumino hasta que solo se diferenció su cabeza. Una mirada asesina al verdugo hizo que este empezara a replicar.
La teoría del verdugo era que resultaba imposible cortar una cabeza si no había cuerpo del que cortarla; decía que nunca había tenido que hacer una cosa parecida en el pasado y que no iba a empezar a hacerla a estas alturas de su vida.
La teoría del Rey era que todo lo que tenía una cabeza podía ser decapitado, y que se dejara de decir tonterías. La teoría de la Reina era que si no solucionaban el problema inmediatamente, haría cortar la cabeza a cuantos la rodeaban.
El Neko-Manju aprovecho toda la confusión para desaparecer, y al final nadie recordaba porque discutían.
Kurogane se hallaba perdido entre sus cavilaciones cuando lo llamaron a declarar. Para colmo, mientras avanzaba hacía el estrado, advirtió que de nuevo estaba aumentando de tamaño.
Se sentó nervioso bajo la mirada de todos. Lo interrogaron y él no sabía nada. Fei Wang Reed, Reina de Corazones, comenzó a impacientarse. Entonces ya no entró en la silla: empezó a crecer a una velocidad asombrosa, hasta que tuvo que agacharse para no golpearse con el elegante techo y repetir una escena similar a la de la casa del Manju blanco.
Hablando de cosas blancas, la Mokona blanca apareció llevando un megafono. Saltaba con gracia en todas direcciones, y sus elegantes y delicadas orejas la seguían.
- ¡Nuevo decreto, Nuevo decreto! ¡La Mokona-Coneja blanca tiene que anunciar! -.
Se aclaró la voz con una de sus diminutas patitas
- ¡Cualquier persona que mida más un kilometro debe abandonar el estrado! -.
- YO NO MIDO MAS DE UN KILOMETRO, MALDITO MANJU -.
El jurado comenzó a debatir sobre si era correcto que el ninja gigante declare o no. La reina-Fei, irritada ordenó que le cortaran la cabeza.
Los guardias venían a buscarlo cuando salío huyendo. Gracias a la providencia, su tamaño disminuía a medida que se acercaba a las inmensas puertas dobles. No le costo esquivar a los soldados que intentaban atraparlo en el camino. Bajo una lluvia de flechas recorrió el jardin y se oculto entre unos helechos. Eran demasiados para su gusto. Prefería ahorrarse las batallas y encontrar al maldito manju. Intentaba ser práctico en medio de toda esa locura.
Entonces la oyó: una exclamación femenina de sorpresa y un grito ahogado. La misma enferma Reina de Corazones se hallaba detrás de él, con una sonrisa de sastifacción. De los cabellos sujetaba su Señora, que se algún sitio había sacado otro sucio delantal con volados. Una espada inmensa era sostenida delante de su yugular, una espada que él había visto antes...
Saltó con desesperación, temiendo que fuera demasiado tarde.
Los preciosos ojos purpura azulados lo miraron sin consciencia del peligro. Chispas saltaron cuando ambas espadas se rozaon. Todo ocurría muy rápido. La princesa se escabulló de allí, pero iba a ser atrapada por otro guardia. Kurogane se lanzó para cubrirla, siendo ese momento aprovechado por el siniestro personaje para clavar su espada sobre su hombro. Sintió un dolor agudo antes de que todo se volviera oscuro.
Bueno acá el cap final :) Espero haberle hecho algo de honor a la historia de Alice, aunque luce mas como un cúmulo bizarro de hechos sin pies ni cabeza... en fin, espero que se halla disfrutado...
Bueno acá el cap final :) Espero haberle hecho algo de honor a la historia de Alice, aunque luce mas como un cúmulo bizarro de hechos sin pies ni cabeza... en fin, espero que se halla disfrutado...
Regresar al índiceEpílogo by Hitsuzen
Se encontraba sobre un lecho blanco y suave. Estaba totalmente estirado y relajado, su cuerpo estaba en oposición al estado de su mente... entonces fue cuando percibió las luces: eran claras, fuertes e irritantes. Notó movimientos a su alrededor.
- Espero que Kurogane-san este bien - Murmuró Syaoran -.
-Piuuu, con los cuidados que Fye y yo le dispensamos estara requetemejor - Aseguró una vocecita aguda -.
Era un mal presagio. Si el manju blanco estaba tan alegre no se podía esperar nada bueno.
- Ahí viene la enfermera - Comentó tranquilamente el vampiro-idiota -.
Atisbó algunos recuerdos como de niebla. Eran imágenes difusas y fugaces de una guarderia, libros de muchos colores y niños. El libro que él tenía en la mano mostraba a una niña de cabellos rubios y rizados, que se elevaban en todas direcciones.
Una puerta se abrió y se oyeron pasos marcados de tacón. Hubó saludos escuetos.
- Veamos que tal anda su amigo -.
Unas manos delicadas lo revisaron y lo sometieron a pruebas incomodas. De mala gana Kurogane se esforzó en mostrarse dócil, lo único que le faltaba era que el mago-idiota se burlara de él.
- Definitivamente te encuentras mucho mejor, Kuropin-san -.
La voz de la mujer era fresca y alegre. La de Kurogane sono torpe y ronca, debido al gemido que lanzo.
'' ¡¿KUROPIN?!'' Repitió en su mente con odio.
El chico de pelo marrón también se veía sorprendido por el cambio de nombre( y si no, fue por su reacción: parecía que lo hubiera gritado en voz alta). Hasta la enfermera se asustó. El vampiro-idiota definitivamete iba a pagarlo. Lo lamentaría hasta el final.
La mujer se fue alegando que todo estaba bien y volvería mas tarde. Parecía tener prisa. Apenas se cerró la puerta, el manju, que había estado callado y en silencio, comenzó a parlotear alegremente con el mago, como si nada hubiera ocurrido.
Recordó de nuevo...
Habían llegado a un mundo nuevo. Lo primero que notaron fue la llanura irregular de las afueras. Estaban a pocos kilómetros de una ciudad moderna, no tanto como el mundo de Piffle, pero muy similar al primer mundo en el cayeron durante su viaje. Lo primero que hicieron al llegar fue buscarse un lugar donde descansa y un trabajillo: no sabían cuanto tiempo iban a estar ahí, el pendiente que colgaba del aro del manju parecía sonar cuando le daba la gana.
Todo les fue proporcionado por una agradable y despreocupada joven que llevaba una guarderia, solo necesitaria que la ayuden a limpiar y a entretener a los niños. Inclusó les proporciono una habitación en el ático.
Era una tarde particularmente calurosa cuando sonaron las alarmas de incendio y evacuaron todo el lugar. Él se encontraba leyendo (improvisadamente, dado que no entendía mucho el idioma) un libro a unos niños. Fue el primero en sacar a todos de allí.
La mujer se quedo cuidando de los niños mientras ellos se metían a revisar que no ocurriera nada. Había oído el clásico lloriqueo infantil y fue a fijarse: una niña con dos colas lloraba acurrucada en un rincón entre el humo. No llevaba ningún pañuelo ni nada para no aspirar el tóxico gas, pero no lo detuvo: se las arreglo para llevarla hacía afuera pero, a los pocos pasos de la entrada, se desmayo.
Se preguntó si la niña estaría bien...
-...estaba cocinando - decía el mago - Piuuuuuu, es que me puse a conversar con la hermana mayor de uno de los niños. Una chica realmente agradable, de veras -.
-Pero Fye-san... deberías haber vigilado lo que hacías. Todo esto tal vez no hubiera ocurrido así - Comentó el chico sorprendido .
- ¡Mokona piensa que esa chica era realmente linda! Fye tiene todo el derecho a coque... -.
-Pero insisto en que fue incorrecto, Fye-san - Replicó el joven.
-Es que ella era divertida e inteligente... - Respondió soñador el mago rubio -.
''Yo terminaré asesinandote'' Pensó con furia nuestro querido ninja negro.
- Al menos pudimos entretener a Kuropon mientras dormía - Dijó el manju - Fye terminó de leerle esta historia mientras dormía. Y Kuro-chan se ve realmente adorable cuando duerme -.
- ¿Qué libro le leyeron? - Preguntó Syaoran curioso -.
- ''Alicia en el País de las Maravillas'' - Contesto el vampiro rubio .
-Un libro genial. A Yuuko siempre le gusto leernoslo a la otra Mokona y a Mokona. En especial cuando nos emborrachabamos -.
- Así que a la Brujas de las Dimensiones le gustaba beber - Señaló el mago -.
- ¡Desde luego! Y lo mas divertido eran las resacas - Exclamó el manju entusiasmado - ¡Syaoran, vamos a beber hoy! -.
- No sería una mala idea... - Respondió el chico -.
Y no pudo acotar nada mas: se tragó sus palabras cuando vio como era que el ninja negro se incorporaba con la agilidad de un gato y apresaba el cuello del mago rubio. Sus siguientes palabras las escucho todo el hospital:
- ¡TE VOY A ARRANCAR LA PIEL A TIRAS! -.
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Y así fue como Fye no bebió sangre no bebió sangre durante un mes y debió pasar hambre.
Me resetearon la computadora, de modo que tuve q reescribir el epílogo... jaja, pobre Fye (bien q yo le hubiera dado mi sangre voluntariamente)
Me resetearon la computadora, de modo que tuve q reescribir el epílogo... jaja, pobre Fye (bien q yo le hubiera dado mi sangre voluntariamente)
Regresar al índiceDisclaimer: All publicly recognizable characters and settings are the property of their respective owners. The original characters and plot are the property of the author. No money is being made from this work. No copyright infringement is intended.Esta historia archivada en https://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=30959Kurogane in Wonderland by Hitsuzen
Nuestro querido ninja despertó solo en un bosque. No había nadie, literalmente estaba solo: sin insectos, aves y menos que menos sus compañeros de viaje.
fanfic
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2024-10-15
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