Ángel Ciego 6. El hijo de Izbet y Piccolo

 

 

 

Retomamos la actividad de los fanfics, Izbet https://www.wattpad.com/user/Izbet46 nos manda la sexta parte de su nuevo fanfic en español de Bola de Dragón titulado "Ángel Ciego 6. El hijo de Izbet y Piccolo"

Resumen:

Izbet se ha sentido mal de salud últimamente, pero no quiere ir a médico ni decirle a nadie, por eso Jenny, su asistente, se contacta con Piccolo y le cuenta que pasa. Contra todo lo que dijeron los doctores que atendieron a la medio demonio, ella espera un hijo del namek.

Angel ciego 6 el hijo de izbet y piccolo 1

 

 

 

Videl recibió una llamada sorpresiva.

 

— Buenas tardes, soy Jenny, la asistente de Izbet.

— Buenas tardes ¿Cómo está? ¿En qué puedo ayudarle? — le pareció extraño que la llamará.

— Disculpe ¿Podría hablar con su esposo? — se notaba que la mujer estaba nerviosa.

— Espere un momento, por favor — tapando con la mano el auricular para que no se oyera — es la asistente de Iz, quiere hablar contigo — le susurró a su esposo.

— Hola, soy Gohan, dígame en que puedo ayudarla.

— Disculpe, creo que usted sabe cómo contactarse con el Sr. Piccolo, el novio de Iz.

— Sí, efectivamente.

— Necesito comunicarme con él urgente, podría decirle que me busque mañana temprano, a las 7 de la mañana en la oficina por favor, debo comentarle algo lo antes posible.

— Está bien, lo ubicare inmediatamente para decirle.

— Muchas gracias, y por favor que Izbet no lo sepa, disculpe la molestia — colgó el teléfono.

— ¿Qué pasa? — preguntó curiosa Videl.

— Quiere que el Sr. Piccolo vaya mañana a la oficina a conversar con ella, dijo que era algo importante, como no sabe ubicarlo pensó en pedirme ayuda, pero no quiere que Iz sepa.

— ¿Qué puede ser lo que quiere decirle?

Al otro día a la hora en punto llegó el namek a la empresa.

— Buenos días, Sr. Piccolo

— Buenos días ¿Qué ocurre? — consultó curioso.

— Sé que no debería hacer esto, pero quiero mucho a Iz... hace como 20 días empezó con náuseas, y algún vomito ocasional, pero la semana pasada se desmayó dos veces, me prometió hacerse ver, pero usted sabe cómo es... y no sabía a quién más recurrir.

— No te preocupes, me haré cargo, gracias — dijo preocupado.

Decidió pedirle consejo a Bulma, tal vez comió algo pasado pensó.

— Hola — dijo el guerrero a la dueña de la Corporación Cápsula.

— Hola, que sorpresa ¿Qué pasa? — la mujer del cabello azul lo notó nervioso.

— Necesito llevar a Iz con un médico y no conozco ninguno ¿Podrías ayudarme?

— ¿Qué le pasa?

— Jenny, su asistente, me dijo que hace un tiempo ha tenido náuseas y vómitos, la semana pasada se desmayó, pero no se ha hecho ver todavía.

— Mmm, tráela, creo saber que ocurre, mientras iré a una farmacia.

— ¿No sería mejor ir a un especialista?

— Anda a traerla y saldremos de dudas, si no es lo que creo, la llevaré a mi médico arrastrándola si es necesario.

Piccolo fue a buscarla, entró directo a la oficina, la tomó en sus brazos y salió con ella por la ventana.

 

— ¿Qué pasa para que me saques así, grandote? Podría haber estado con más personas.

— Te desmayaste un par de veces la semana pasada — respondió serio.

— Pero... ¿Cómo supiste? Jenny... juro que cuando vuelva la despediré.

— Sabes que no lo harás, hizo lo correcto.

— Yo pensaba que nunca me traicionaría — iba con los brazos cruzados, fastidiada.

— No lo hizo, sólo está preocupada por ti — ya no hablaron más camino de la casa de la mujer del cabello azul.

Apenas llegaron donde Bulma, ésta tomó de la mano a la mujer ciega y la llevó al baño, Piccolo alcanzó a escuchar algunas palabras sueltas: imposible, médicos, equivocarse, no se protegieron, pero la última frase dicha por la científica si la escuchó y muy claro: si logró que Vegeta me acompañe a los eventos sociales y se comporte, tú harás lo que digo y AHORA.

Al rato, la científica lo llamó.

— Piccolo, ayúdame, se desmayó.

Él la llevó a una de las habitaciones.

— ¿Por qué estás tan contenta? Se volvió a desmayar — dijo bajo el namek para no despertar a su novia.

— Salgamos, debe descansar. Hablaremos en la sala.

Cuando llegaron allí.

— Ahora fue por la impresión — la sonrisa no se le quitaba a la mujer.

— ¿Impresión? — que pudo haberlo provocado se preguntó — ¿Tiene que ver con este palito que tenía en la mano? — en una pequeña ventanita se veían dos rayas rosadas.

— Es un test de embarazo, y dio positivo.

— ¿Cómo? — embarazo... positivo... Piccolo no entendía nada.

— Positivo — al ver la confusión del namek le dijo la noticia lo más directa posible — está esperando un bebé.

— Pero si a ella le dijeron que no puede tener hijos, nunca ¿Estará defectuosa está cosa? — no podía creer lo que escuchaba.

— Un negativo sí, pero un positivo casi nunca, además no sería la primera vez que los médicos se equivocan, voy a ver si la futura mamá ya despertó — iba con una gran sonrisa.

Piccolo estaba anonadado, tenía la vista perdida, nunca pensó que tendría hijos con su mujer.

Mientras en la habitación al ruido de la puerta que se abrió Izbet volvió en sí.

— ¿Estás bien?

— Sí, complicada, siempre me dijeron que no podía ser madre.

— A veces estas cosas pasan, además recuerda que Piccolo no es humano.

— Todavía está acá — preguntó temerosa.

— Sí, por supuesto, está esperando en la sala.

— Pídele que venga, por favor, necesito hablar con él — pidió tensa.

— Te notó preocupada en vez de feliz.

— Sólo pídele que venga, por favor.

Cuando quedó sola empezó a pensar.

"Él nunca me ha dicho que quiere que tengamos hijos, no me ha tocado el tema ¿Eso significa que no quiere? Si me lo hubiera pedido tendría que haberle dicho que no era posible... ¿Y si pensaba que yo me cuidaba? Me recriminara que por mi descuido ahora tendrá que ser padre, pero si esto es de dos, él tampoco se cuidaba... tengo miedo que no te quiera — se acarició el estómago — ¿Y si me pide abortar? — tomó aire — si es así lo sentiré en el alma, pero a esta criaturita no la dejaré ir, y si tengo que enfrentarme a Piccolo o ante quien sea así lo haré, prefiero perder a mi namek para siempre, pero no a ti pequeño o pequeña ¿Seré buena madre? Al menos haré mi mayor esfuerzo, te lo prometo".

 

Se tocó de nuevo el vientre para tener fuerzas al hablar con el guerrero, ya que sintió su ki acercarse.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó suave el hombre al entrar.

— Bien creo, necesitamos hablar — tuvo miedo, pero debía conversar con él la situación, aunque luego lo perdiera para siempre — supongo que ya te contó Bulma que estoy embarazada

— Así es — ella empezó a sollozar — ¿Qué te pasa? — se preguntó si es que no quería tener hijos, pero si a ella le dolía no poder ser madre recordó.

— Nunca te conté que me habían dicho los especialistas que no podría concebir, por eso no me cuide y como tampoco me tocaste el tema, creo entender que no quieres tener, y ahora por mi descuido... lo siento.

— Sabía desde que fuimos a Namek lo que te habían dicho los médicos — le tomó las manos y se sentó en la cama — por eso no te toque el tema, sé que te duele mucho, pero eso no quiero decir que no esté contento con la noticia, solo que me tomó por sorpresa, además recuerda que no soy muy expresivo con mis emociones, pero tener un hijo contigo es grandioso.

— De verdad me sacas un peso de encima — por fin estaba relajada — ¿Crees que seré una buena madre? Sabes que muchas veces soy peor que un crío.

— No te preocupes, sé que serás una excelente mamá con la pequeña — se la imaginó como Izbet, pero con la piel verde.

— Yo creo que será un niño — ella quería que fuera como él, alto, fuerte, caballeroso.

— ¿Puedo entrar? — preguntó Bulma desde la puerta.

— Por supuesto — respondió sonriendo la mujer ciega, limpiándose las lágrimas.

— Que bueno que todo está bien — dijo la científica, luego de ver como actuaron no tenía idea como los encontraría, sonrió al verlos tan relajados — encontré esto — les mostró una caja y un frasco con gel — es con lo que me revisaba para ver cómo estaba Trunks, con eso de su cola prefería hacerlo en casa ¿Quieres ver al bebé, Piccolo?

— Es que...

— No te preocupes por mí, puedes describírmelo — dijo la futura madre.

— Es muy pequeño todavía — explicó él luego que Bulma empezó a realizar la ecografía — son como dos círculos pegados y adentro de uno hay uno más pequeño que se mueve mucho.

— Me gustaría verlo.

— Tranquila, tengo algo especial para ti — la mujer del cabello azul movió un botón y en toda la habitación un sonido fuerte y constante se escuchó.

— ¿Qué... qué es eso? — preguntó ella suponiendo la respuesta.

— Es el corazón del bebé.

— Es muy rápido — lloró alegre y emocionada.

— Eso es normal. Ahora deberás cuidarte de los movimientos brusco y los golpes en el vientre, así que nada de entrenar.

— Bulma — dijo de pronto preocupada Izbet — hay manera, cuando este más desarrollado, de ver más detenidamente una parte del bebé.

— ¿Por qué lo preguntas? — consultó la mamá de Trunks curiosa.

— Soy ciega de nacimiento, temo que nazca como yo.

— Que yo sepa no hay, pero tranquila, te apuesto que todo irá bien, ahora a preparar una fiesta para celebrar la noticia con todos.

 

— Te lo agradezco, pero quiero hacerlo a mi modo ¿Te importa?

— Humm... está bien, pero el baby shower lo organizo yo.

— Bueno, vamos Piccolo, quiero ir a preparar todo para darle la noticia a nuestros amigos más cercanos.

— Está bien, pero yo te llevo.

— Solo estoy embarazada, no enferma.

Al final se fueron volando los dos, pero despacio. 

Citaron a Jenny, Gohan, Videl y Dende a la casa de Izbet.

— ¿Qué pudo haber pasado? — se preguntaba el matrimonio, mientras esperaban, el esposo se dirigió a la asistente de la dueña de casa — ¿Puede decirnos que era lo que tenía que decirle al Sr. Piccolo?

— Que ella tuvo algunos malestares y como no fue a medico se lo dije a él, me pareció que era lo indicado.

En eso aparecieron el namek y la medio demonio.

— Gracias por venir, ya está lista la cena, pasemos por favor.

— ¿Estás bien? — preguntó Videl preocupada luego de lo que escuchó que le pasaba a su madrina.

— Perfectamente, solo queremos celebrar junto a ustedes que pronto tendremos un bebé — tomó del brazo a su novio, que estaba serio y algo sonrojado.

Todos quedaron estáticos, sin reaccionar hasta que estallaron en expresiones de alegría.

— Que bien ¿Cuánto tienes? — preguntó su ahijada.

— No lo sé, creo que un mes, Bulma me ayudará a ver cómo va creciendo, no quiero ir a un médico humano, si es parecido al padre lo trataran como si tuviera malformaciones — puso sus manos en su frente como si fueran antenas — ¿Entiendes?

— Es una locura, ella es muy inteligente y todo lo que quieras, pero no tiene los estudios necesarios, buscaré una solución — empezó a pensar su asistente.

— Gracias Jenny.

— Demoraste mucho en darnos la buena noticia, pensé que no deseabas tener — le dijo Videl.

— Es que queríamos aprovechar con Piccolo un tiempo juntos, solos, además sabes que no envejezco rápido, no había apuro por eso.

Gohan y Dende estaban conversando con el futuro padre.

— Muchas felicidades Sr. Piccolo, ya me imagino al pequeño corriendo por el Templo — Kami Sama estaba feliz.

— Todavía no sabemos que será.

— ¿Y qué prefiere? — preguntó su alumno.

— Me gustaría una niña, así podría ser la mejor amiga de Pan.

— ¿Y no sería mejor un niño? Así mi hija ya podría tener su novio — bromeó feliz el hombre.

— Oigan ustedes — los regaño Videl — dejen a los pequeños en paz, el de Izbet ni siquiera ha nacido y ya le están buscando esposa, ni siquiera sabemos si será hombre o mujer.

Jenny aprovechó de hablar a solas con su amiga.

— ¿Seguro que estás embarazada? Recuerda que todos los doctores que viste hace poco dijeron que no podías.

— Bulma me hizo una ecografía, incluso escuché su corazón, además desde que lo supe creo que incluso siento su pequeño ki en mí.

— Qué más puedo decir que felicidades, pero ahora deberás cuidarte mucho ya que por tu edad...

— ¿Tú también? Sabes que eso no es problema para mí, tal vez pueda vivir pasados los 120 años, debo estar recién en mi primera juventud — rió feliz.

— ¿Darás a conocer tu estado?

— No, creo que mejor haré lo mismo que cuando fui a entrenar por un año al Templo.

 

— Entendido jefa.

— Ahora si será verdad lo que esa vez supusieron, esos periodistas publicaron que había ido a tener un hijo y lo había dejado en algún orfanato, o en una mansión en algún punto perdido del planeta, te acuerdas los de bebés que me achacaron, y ahora si es verdad, por fin.

— Tranquila, me haré cargo de todo.

Luego de celebrar con una comida la buena noticia, los futuros padres se quedaron solos.

— Por fin se fueron, yo ordenare todo — dijo Piccolo.

— Lo haremos juntos mañana.

— Lo haré yo ahora, tú anda a descansar. No me gusta ver este desorden.

— Te dije que estoy embarazada, no enferma. Mañana lo haremos, no quiero dormirme esperándote — su voz se volvió melosa — que tal si vamos a terminar de hacerle la orejita al bebé — le dio un mordisco suave en el lóbulo, uno de los puntos que excitaban inmediatamente al namek.

— Espera ¿Todavía podemos?

— Por supuesto, solo hay que tener cuidado de no apretarme el estómago, o no golpearme el vientre, en todo caso hay lugares más interesantes para hacer eso — se dio ella misma una nalgada suave, y se fue caminando muy sensualmente al dormitorio.

— Definitivamente el embarazo le subió la libido — sonrió mientras iba atrás de ella, recordando que nunca le gusto que le hiciera algo así.

Ya pasado un mes Izbet no iba a su empresa, dijo que quería descansar e iría a entrenar por un tiempo, aunque en los medios cuando se supo, se especuló que se había internado en una clínica muy discreta para hacerse un tratamiento para verse más joven. Por un tiempo se quedó en su cabaña, sabía que nadie la buscaría allí porque todos sabían que iba solo para las fiestas de fin de año.

Al buscarle el nombre, lo primero que decidieron era ni Piccolo ni Izbet, todos lo que les sugerían no le gustaban a uno, a la otra, o a los dos, al final se decidieron por Yun, ya que les serviría si era niño o niña.

Por el momento Bulma era la encargada de hacerle regularmente ecografías para ver cómo se desarrollaba el bebé, hasta ahora parecía un humano normal, pero los resultados eran de uno de más de 3 meses, no dos, estaba creciendo muy rápido.

— A este ritmo, creo que a los 5 o 6 meses ya debería nacer — aseguró la científica.

— No es muy pronto — se preocupó la medio demonio.

— Para uno humano sí, pero recuerda que ninguno de ustedes lo es. Te haré un examen de sangre para ver cómo están tus niveles de glóbulos, quiero ver si tendrás que tomar vitaminas. Baja tu ki para pueda usar la aguja.

Pero al sacarle la muestra, ésta era de un color café.

— Espérame un momento.

— Pasa algo malo conmigo.

— No, voy a preguntarle algo a Piccolo, ya vuelvo.

— La sangre de Iz era roja ¿Verdad? — preguntó nerviosa la madre de Trunks al hombre de piel verde.

— Sí ¿Por qué dices era?

— Mira, se la acabo de sacar — luego que pensó un rato — déjame tomar un poco de la tuya.

Puso unas gotas en una plaqueta de vidrio, y luego ella mezcló unas gotas de su propia sangre, el resultado fue el mismo tono extraño.

— Creo que es la sangre del bebé que se mezcló con la de Izbet, como es primera vez que pasa algo como esto, todo es conjetura nada más, pero creo tu hijo tendrá la sangre como la tuya.

 

Había pasado un mes más, en el examen de imagen lograron ver que era un niño, su aspecto era totalmente el de un humano, al cumplir los 5 meses decidieron hacer el baby shower, los varones fueron al Templo Sagrado para entrenar, conversar y darle "consejos" al futuro papá. En la Corporación quedaron las mujeres.

— ¿Cómo te has sentido? — Milk miraba asombrada el tamaño del vientre que tenía la embarazada.

— Bien, hace meses desaparecieron los vómitos, ahora solo tengo algunas náuseas ocasionales, sólo hecho de menos entrenar con Piccolo, y luego terminar... — se sonrojó.

— Así que fue luego de un entrenamiento que "hicieron" al pequeño — dijo Bulma riendo, Izbet parecía un tomate.

— ¿No vino Jenny? — dijo Videl para cambiar de tema.

— No, sus hijos están enfermos.

— ¿Y piensan darle un hermanito a Yun? — pregunto la madre de Gohan.

— No, con uno creemos que es suficiente — no quiso contarles su angustia, estaba muy preocupada que el pequeño pudiera tener su misma discapacidad, no quería pasar por lo mismo con un segundo hijo.

La embarazada hizo un gesto de dolor.

— ¿Qué pasa? — consultó nerviosa su ahijada.

— Una pequeña molestia en la espalda, es que crece muy rápido.

— Y que lo digas, en ninguno de mis dos embarazos me creció tanto el vientre, parece que fueran mellizos.

— Será como Piccolo, grande.

— ¿Y ya tienes todo listo para el parto? — preguntó Bulma.

— Sí, ahora me estoy controlando con Luis, un médico recién titulado.

— ¿Confías en él? — consultó Videl.

— Sí, lo conozco desde niño, me había olvidado que ya había terminado sus estudios de medicina general, si no fuera por Jenny no me habría acordado.

Al terminar, Izbet empezó a ordenar las cosas, pero al moverse con varios regalos en la mano, el dolor se hizo más fuerte y seguido, se tuvo que sentar y no pudo evitar quejarse.

— ¿Qué te ocurre? — consultó Bulma al verla así.

— Ya viene el bebé — empezó a respirar rápido.

— No puede ser — se asustó la científica.

— Vamos al hospital — apremio Milk.

— No creo poder llegar, acabo de romper fuente — dijo al sentir un líquido tibio correr por sus piernas.

Entre todas la llevaron rápidamente a una habitación, Videl trató de comunicarse con su esposo.

— Nuestro cliente tiene su teléfono móvil apagado o está fuera del área de cobertura — en ese momento la señal no llegaba al Templo, entonces llamó a su cuñado — Goten, por favor, anda al Templo Sagrado y avísale a Piccolo que el bebé ya está por nacer, estamos en la Corporación, no podremos llegar al hospital, ya rompió fuente, rápido por favor.

— ¿Qué pasa? — preguntó Trunks, ambos estaban en el mall.

— El hijo de Piccolo está por nacer, debemos ir al Templo a avisarle.

Ambos llegaron lo más rápido que pudieron al Templo Sagrado.

— Apúrate — le dijo el hermano menor de Gohan al namek — ya está naciendo el bebé, están en la Corporación, ella ya rompió... ¿El plato...?

— Tonto, rompió fuente — rectificó el hijo de Vegeta.

— Te llevaré — con la teletransportación Goku lo traslado.

 

Cuando llegaron todo estaba en silencio, el guerrero de piel verde buscó en la habitación donde sintió el ki de las mujeres, cuando entró vio a Izbet amamantando a un bebé.

— Yun — la ciega se dirigió al bebé — llegó tu papá — hacía Piccolo — el pequeño nació con mucha hambre.

El padre no sabía qué hacer ni cómo reaccionar, estaba quieto, hacía solo unas horas se despidió de su pareja que estaba con el vientre abultado, ahora estaba con su figura de siempre, y su hijo... SU HIJO ya había nacido.

— Es mejor que ella descanse, todo fue muy rápido — recomendó Bulma.

— Estaba apurado para conocernos — rió la nueva madre, Milk tomó al bebé para que pudiera acostarse.

La madre de Gohan acomodó al pequeño en una manta y lo puso en los brazos de su padre, donde se veía minúsculo, el namek sintió como Goku llegó con los demás, por eso salió orgulloso a presentarles a su primogénito, cuya piel tenía un tono verde claro, a las horas el bebé comenzó a balbucear algunas palabras, al cuarto día ya tenía el porte de un niño de 1 año, debido a esto, Piccolo convenció a Izbet que lo mejor era que se quedará en el Templo Sagrado hasta que pasado los 4 o 5 años, su crecimiento fuera más lento, solo entonces podría ir a vivir con ella, y así poder pasar por un humano normal, ya que físicamente solo tenía el color de piel de su padre, su cabello y ojos eran negros. Le costó aceptarlo, pero al final la mujer entendió que era lo mejor para su hijo.

En ese período Izbet sólo iba algunos días en la semana a verlo al Templo por el trabajo, pero desde la tarde del viernes a la del domingo padre e hijo iban a quedarse en casa de ella.

— Ya amaneció, levántense — gritó Yun saltando en la cama de sus padres.

— Todavía es muy temprano, estoy cansada, quiero dormir un poco más — la mujer escondió la cabeza bajo la almohada.

— ¿De nuevo entrenaron hasta tarde? — preguntó el pequeño.

— Sí, y como tu mamá me ganó, yo haré el desayuno — en el oído de la ciega — descansa, después de lo de anoche te lo mereces.

 

En el día salían a pasear, veían televisión, jugaban, entrenaban y salían de compras, ya que de una semana para otras toda la ropa le quedaba chica al niño. El namek esperaba por horas a la entrada de la tienda, aburrido y avergonzado, mientras Yun y su mamá se divertían probándose ropa.

En el templo Dende y Piccolo se preocupaban de sus estudios, y con ayuda de Mr. Popó entrenaba.

Aparte del grupo de los Guerreros Z y sus familias, Yun era amigo de los hijos de Jenny, más de la niña, quien a veces hacía de niñera para él (ella tenía 13 años), a quien le decían de cariño Bet, ya que su nombre era Izbet, en cambio a su hermano Marcos no le caía bien el pequeñito. Un día se juntaron la medio demonio y su asistente en el Mall con sus hijos.

— ¿Madrina?

— ¿Qué pasa mi niña? — preguntó al sentir la seriedad de la pequeña al hablarle.

— ¿Puedo preguntarte algo sobre Yun?

— Dime.

— ¿Por qué crece tan rápido? Hace como un año parecía tener 4 años, ahora ya parece de 7.

— ¿Te acuerdas de cómo es su padre? — mientras hablaba pensaba una respuesta coherente que darle.

 

— Sí.

— Si creciera tan lento como nosotras no lograría ser tan alto como él.

— Aaaahhh... ¿Y por qué tiene la piel verde?

— Mmm... ¿Sabes que es un gurú o monje?

— Sí.

— Su papá pertenece a esos grupos.

— ¿Por eso usa turbante?

— Justamente por eso, ellos no comen carne, ni pan, ni casi nada, solo verduras verdes, por eso su piel es de ese color.

— Pero Yun come más cosas que sólo verduras.

— Por eso su piel no es tan verde como la de su papá.

— Entiendo, voy a jugar con los muchachos. Comprar freidoras baratas para casa e industriales

— Que mentirosa eres, jajajaja — comento Jenny cuando ya su hija se alejó.

— Quieres que le diga que su papá no es humano, mejor así, además dime si no pienso rápido.

En ese momento unos ladrones que estaban en el banco del primer piso, fueron descubiertos al tratar de huir, por eso algunos subieron al parque donde jugaban los pequeños, el jefe quería rehenes para tratar de conseguir que los dejaran escapar.

Como había pocos niños, casi todos lograron escapar, pero Bet cayó y quedó inconsciente, al ver eso Yun se devolvió y trato de ayudarla, lamentablemente a ambos los capturaron y les apuntaron con pistolas en la cabeza.

El pequeño podría derrotar a esos humanos, pero siempre seguía las instrucciones de sus padres, que cuando hubiera personas normales no mostrará sus habilidades.

Las madres se dieron cuenta que algo pasaba, pero no sabían qué hasta que Marcos llegó y les contó.

— Dejaste a tu hermana — miró preocupada como los delincuentes entraban con unos niños, ahora sabía que uno era su pequeña Bet.

— Ella se golpeó la cabeza, y perdió el conocimiento — al ver la mirada de preocupación de su madre se defendió — no fue mi culpa.

— ¿Y mi niño? — preguntó la ciega.

— Se devolvió para tratar de ayudarla. Se los llevaron a los dos.

— ¿Qué hacemos? — la mente de la madre de los mellizos estaba en blanco.

— Marcos quédate acá, Jenny acompáñame, necesitaré tu ayuda.

El lugar estaba rodeado de policías, el superior de todos al ver a las mujeres que se acercaban les cortó el paso para detenerlas.

— Oficial por favor, es mi hija a quien tienen, debo ayudarla.

— Lo siento, no pueden pasar.

— Oficial, soy Izbet Supay, amiga personal de Míster Satán. Me haré cargo. Jenny vamos.

— Ni aunque fuera el Papa, no las dejaré pasar.

— Intente detenerme — el tono y la expresión que usó la mujer ciega dejó helado al oficial — vamos amiga, el amable policía lo pensó mejor.

Ya dentro, la madre de la niña secuestrada le dijo dónde estaban las cámaras de seguridad, y la medio demonio las inutilizó. Recién entonces se dirigieron donde los delincuentes.

— Mire jefe, más rehenes.

— Dejen ir a los niños, soy Izbet Supay, puedo servirles mejor para lo que quieren.

— Ahora tenemos a los niños y a ustedes ¿Por qué dejar ir a alguno? jajajja — respondió el líder de la banda — vigilenlas — y dos de sus sicarios quedaron apuntándoles.

— Yun — su madre le hablaba muy bajo en el idioma namek, simulando conversar con su asistente — cuando dejen de apuntarles a la cabeza a ti y a Bet, haz un campo de fuerza y llévala donde está Jenny, protégelas hasta que salgan de aquí ¿Entendido?

 

—Sí mamá.

— Jenny — ahora le susurro a su amiga — cuando le diga a Yun llevará a Bet contigo, por favor llévatelos y cuídalos.

— Pero...

— Haz lo que te digo — dijo sin posibilidad de réplica, cuando la mujer rubia se desplazó hacia la izquierda, la ciega desplegó sus alas negras, y sus ojos se volvieron oscuros, los ladrones, obviamente asustados, concentraron los disparos en ella, esa era la oportunidad que esperaba.

— Yun ahora.

Salió corriendo con la niña en sus brazos, la madre de la pequeña de los ojos azules los abrazó y los sacó al exterior, unos minutos después Izbet dejó a casi todos inconscientes, sólo quedaba en pie el que apuntaba en la cabeza a los niños.

— Detente demonio, te conjuro que desaparezcas, en nombre de la luz — con sus dedos hizo una cruz que puso en la frente de la mujer.

— Conmigo no sirven esas cosas, prepárate para morir — lo tomó del cuello dispuesta a rompérselo — pusiste en peligro a mis niños.

— Iz, por favor, no lo hagas — gritó su amiga que se devolvió sola a ver si podía ayudarla en algo.

La mujer del mechón blanco se detuvo y volvió a la normalidad.

— Agradécele, si fuera por mí ya estarías muerto — volteó hacia su asistente — por favor llévate a los niños, iré a buscar a Yun más tarde, no quiero que queden expuestos a los periodistas.

— Tranquila, eso haré.

Cuando la mujer ciega salió, entró la policía que encontró a todos los asaltantes inconscientes, y a uno llorando de miedo. Afuera, como había pensado los periodistas la rodearon, así la otra pudo llevarse a los niños tranquila.

Un poco más tarde en casa de su amiga.

— Que bueno que Bet está bien — dijo la medio demonio, al llevarla al hospital solo tuvo un moretón donde se había golpeado al huir asustada.

— Ahora descansa, Yun no ha querido separarse de su lado, se quieren tanto esos dos.

— Gracias por detenerme, si no me gritas lo mató — aseguró la mujer ciega.

— Sé que la quieres como si fuera tu hija, y que decir de tu pequeño, es la luz de tu vida, tranquila, te entiendo.

— Es mejor que nos vayamos, sino Piccolo sabrá que algo pasó, y no quiero escuchar sus gritos, se enojaría que no le avise para ayudarnos, pero de verdad sabía que yo podía sola.

— Iré a buscar a tu niño, espero convencerlo de irse.

Luego de prometerle que podría pasar todo el día siguiente con su amiga, el niño se fue con su mamá.

Al llegar a casa estaba el guerrero verde esperándolos, los recibió como siempre, por lo que ellos supusieron que no sabía nada de lo que ocurrió, cuando empezaron a cenar ella no quiso poner la televisión, cosa extraña, así que él insistió.

— Nuevamente llevamos a ustedes — dijo la voz del locutor — el instante en que la Srta. Supay, ex alumna de Mister Satán sale del Mall, luego de detener a los ladrones, y liberar a los niños, lamentablemente no podemos mostrarles fotografías ni vídeos de la detención, las cámaras de seguridad fueron anuladas por los delincuentes. Lo que si podemos indicar por lo dicho por algunos testigos, es que los rehenes eran una niña de unos 13 años, pelo negro, ojos azules, y un niño de unos 7 años, pelo y ojos negros, con tono de piel verde.

 

Mientras el namek miraba la televisión, su novia retrocedió lentamente.

— IZBET — el guerrero al darse vuelva no la vio — ¿Dónde está tu mamá?

— No sé, creo que salió — dijo el niño mientras comía pan con queso y tomate.

— MUJER, es mejor que vuelvas, quiero que me digas exactamente qué pasó.

Cuando se fue a buscarla por toda la casa, Yun metió la mano bajo la mesa, y su mamá, que estaba escondida allí, le chocó los cinco. Lo que ninguno de ellos podría suponer era, que, a raíz de este incidente, en el futuro y por acción de otro, haría que ambos se distanciarán tanto que ella moriría sin volver a verlo.

 

Dos años después de este incidente Yun pudo ir a vivir con su madre, ya tenía la apariencia de un joven de unos 16 años, muy parecido físicamente a cuando Piccolo fue humano, medía casi 1.85 cms., como era de esperar se formó un gran revuelo entre los conocidos de Izbet, ya que aparte de Jenny, nadie más sabía de este hijo, así que ella diplomáticamente indicó que era su hijo biológico, sobre el padre, era algo de su vida privada que a nadie más le interesaba, por eso sólo llevaba el apellido Supay.

En ese tiempo muchos estafadores se hicieron pasar por el padre del joven, y así pedían dinero para inversiones en el Congromerado Heaven que nunca se concretaron.

Incluso un antiguo socio de negocios de la mujer, un tal Reyes, llegó a insinuar que había tenido una relación secreta con la ciega y era el progenitor del muchacho, por suerte la encargada de relaciones públicas de las empresas, Ann, preparó una declaración, indicó sin decir nombres ni lugares que el padre del joven no tenía nada que ver con el mundo de negocios, que el muchacho había vivido con él hasta ese momento, y que ahora iba a empezar su preparación para tomar más adelante la dirección de los negocios de su madre.

 

Con el pasar del tiempo, ya nadie se preocupó más del tema, entonces recién matricularon al joven en la misma escuela que los hijos de Jenny, apenas entró demostró ser muy inteligente, pero no hacía deportes ya que a Izbet le preocupaba que si sangraba vieran el color tan distinto que tenía.

 

A pesar de que siempre trató de pasar desapercibido, debido a sus buenas notas y por el extraño color de su piel, algunos compañeros se reían de él y a sus espaldas le decían el Príncipe Sapo.

Todavía su madre no le contó su vida pasada completa, solo le dijo que su madre era de otro planeta y tenía alas, planeaba hacerlo más adelante cuando estuviera más maduro. Pero Marcos escuchó una conversación entre su madre e Izbet, en que se acordaron de cuando se conocieron, y muchas cosas más, luego de eso rió maligno.

"Ya tengo con que arruinarle la vida a este hijito de mamá, pero no en este momento, esperaré a uno mejor".

Lo odiaba ya que pensaba que todos lo consideraban cobarde por haber dejado a su hermana sola cuando los ladrones atacaron en el Mall, y culpaba al otro jovencito por haberse devuelto y ser más valiente, a pesar de ser más pequeño. 

 

Pasaron un par de meses, y cuando Yun le comentó a Marcos que pensaba pedirle a su hermana que fuera su novia, supo que era el momento perfecto, lo espero fuera de su casa y le contó lo que escuchó, tergiversando varias cosas, y mintiendo descaradamente en otras, así que el joven de piel verde fue a buscar a sus padres, que en ese momento estaban en el Templo.

 

— ¿Qué pasa que vienes tan agitado? — le preguntó preocupada Izbet.

— ¿Es verdad que soy tu hijo? — le dijo irónico.

— ¿Por qué me preguntas eso? — no entendía que le pasaba al joven.

— Supe que me has mentido en muchas cosas, quizás en ésta también, me dijeron que no eres ni un poco humana, que tu padre era un demonio que murió cuando estaba cazando gente para que fueran esclavos, debí suponerlo, por eso tus ojos se vuelven oscuros y tus alas son negras.

— ¿Quién te contó eso? — la mujer sintió que su corazón se detuvo.

— ¿Es verdad o no que mataste a una persona antes que yo naciera? Qué ese día que nos tomaron como rehenes si no fuera por Jenny hubieras matado de nuevo; que tu fortuna la hiciste trabajando en luchas — empezó a llorar de rabia y decepción — a mí me prohíbes que haga deportes mientras tu vivías de eso; me dices que no use mis poderes, que no es justo para los demás. Papá me contó sobre él y el abuelo, yo entendí, porque no lo hiciste tú, que otras cosas tan o más graves me has ocultado.

— Es que... tal vez sí, pero... — Izbet no lograba hilar una frase coherente.

— No necesitas decirme nada, veo que todo lo que me dijeron es verdad... no hay pero que valga, me mentiste, si todo lo que te importa en la vida son tus negocios, sólo deseo que mueras pronto y poder gastar todo tu maldito dinero.

Piccolo no aguantó más, le dio una cachetada rompiéndole el labio.

— Papá, porque la proteges — dijo limpiándose con el dorso de la mano — siempre me dijiste que pase de lo que pase, hay que decir la verdad, ella es una...

— Cuidado con lo que dirás, respétala, es tu madre, te ocultó cosas, es cierto, pero tenía sus motivos para hacerlo.

— Nada justifica la mentira, no quiero volver a verlos nunca más — bajó furioso.

Cuando se fue, la ciega quedó destrozada.

— Debí contarle todo hace mucho tiempo, pero no quería que supiera todo lo que sufrí de niña, sobre todo no quería decirle lo de la violación, me arrepiento tanto de no habérselo contado. No sé cómo lo supo, pero quien le contó lo hizo a su modo — terminó sollozando arrodillada en el piso del Templo.

— Tranquila — la ayudó a incorporarse — cuando se calme volverá — sabía que no sería así, pero quiso tranquilizarla.

— Eso espero, lamentablemente es tan testarudo como yo.

Esa noche el joven la pasó en la casa de Bulma, para después desaparecer.

 

Pasaron los meses, casi al año, la media demonio cayó enferma, y sin poder ver nuevamente a su hijo murió. Esa fatídica noche coincidió que Yun quiso ir a conversar de nuevo con ella, y aclarar lo que le habían contado, pero antes de llegar al Templo Sagrado, el pequeño ki de la mujer ciega desapareció.

Cuando aterrizó en la plataforma vio salir a su padre de una habitación, su mirada estaba acuosa pero no lloraba.

— Necesito hablar con mamá — pidió nervioso.

— Llegas tarde — dijo Piccolo mirándolo fijo.

— ¿Por qué? — tenía un mal presentimiento.

— Acaba de morir.

— No puede ser — Yun cayó abatido al suelo.

 

— Ella espero que vinieras a conversar, pero esa maldita enfermedad se la llevó muy rápido, cuando quiso que te avisarán ya no estabas con Ricky.

— Hace un tiempo converse con él, me fui a la casa de la playa y de allí a la cabaña a meditar lo que me habían dicho del pasado de mamá.

— Él la mantuvo informada de lo que vivías, fue uno de los que la conoció cuando era obligada a luchar.

— Lo sé, esa noche lo escuche hablar con mamá, me contó muchas cosas de ella, pero no eran como me habían dicho ¿Cuál es la verdad papá? — el joven estaba muy confundido.

El guerrero verde se sentó a su lado y le contó toda la historia de Izbet, hasta que él nació.

— Te conté de mi padre y de mí — le explicó el namek — pero tu mamá no quería que supieras lo de la violación, la avergonzaba mucho decírtelo. Me prometió que te contaría todo cuando fueras mayor.

— Lo siento papá, debí dejar que se explicará, todo hubiera sido tan distinto, soy demasiado testarudo. Por primera vez en mi vida, luego que me fui de su lado, pase hambre y frío, hasta que conocí a Ricky, me ayudó mucho.

— Es uno de los amigos que tuvo tu mamá cuando niña, a pesar de haber crecido en ese ambiente, es una buena persona, cuando te encontró inmediatamente le aviso. Ella sabía que te habían engañado, no te preguntaré quien, da lo mismo ahora. Tu madre sabía que tarde o temprano volverías para conversar, pero su cuerpo no pudo aguantar más. Voy a casa de Jenny a avisarle de los funerales, hable con Dende y los haremos acá.

—Te acompañaré papá, luego vendré a quedarme con mamá.

 

Cuando llegaron a su destino y mientras Piccolo hablaba con la dueña de casa, Yun fue a encarar a Marcos.

—¿Por qué me engañaste? Mamá murió y yo no estuve a su lado.

— Me alegro, eres un monstruo igual como ella, no merecen nada bueno.

— ¡Como te atreves! — apretó los puños para no golpearlo.

— Ella era un demonio, y tú también.

— ¿Por qué nos tienes tanto odio?

— Desde esa vez en el Mall todos me tratan como un cobarde, YO era un niño de 13 años que tenía miedo, tú y tu madre salvaron a Bet, y todos los creen héroes, que fácil, ella con una mirada podía haberlos matado a todos, y tú seguro eres tal como tu madre, un asesino.

— Mamá era una buena mujer, y en honor a todo lo que me enseño no te daré lo que te mereces — ambos quedaron callados al ver aparecer a la jovencita de pelo negro.

— Yun, que bueno verte bien después de tanto tiempo — lo abrazó triste — supe lo de la madrina, lo siento mucho — le dio las condolencias al joven.

— Gracias Bet ¿Quieres ir a sus funerales?

— Por supuesto, quiero... quería mucho a mi madrina.

— Te pasaré a buscar mañana, nos vemos — le dio un beso en la mejilla.

El hijo de Izbet se fue a buscar a su padre para volver al Templo, sin siquiera volteó a mirar a Marcos, ya no había nada que hacer para cambiar lo que pasó se dijo triste.

— Escuche todo ¿Por qué lo envenenaste contra su madre, ellos siempre nos dieron su cariño, Izbet siempre nos trató como a sus propios hijos — le reclamó Bet a su hermano.

— Mentira, sólo te quería a ti, y a ese monstruo que tiene de hijo.

 

— ¿Que está pasando aquí? — Jenny escuchó los gritos luego que quedó sola.

— Él fue quien le dijo esas mentiras a Yun sobre su mamá.

— ¿Cómo pudiste?

— Los quieres a ambos más que a mí, que soy tu hijo, a ese monstruo verde lo proteges solo por ser el hijo de tu jefecita, toda esa sangre está maldita — la mujer, indignada, le dio una cachetada y lo tomó de la camiseta.

— Ella evitó que me violarán cuando era niña, me dio su confianza y me protegió desde que me salvó de las luchas ilegales, donde yo era poco menos que una esclava. Y ese monstruo verde como le dices siempre nos ha ofrecido su amistad, incluso salvo a tu hermana esa vez del banco, no debí ocultarte lo que pase cuando niña, y porque la quiero tanto — notó que Marcos no demostraba nada al haber escuchado todo lo que pasó de pequeña — nunca lo entenderás ¿Verdad?

— Lo que hizo por ti es cosa de ustedes nada más — la miró con reproche — tú me odias por haber sido un cobarde cuando pasó lo del asalto.

— Para nada, sé que no podías contra ellos, si los hubieras enfrentado habrías muerto.

— Hubiera sido mejor, así no habría vivido todos estos años sintiendo tu rencor por no ser valiente.

— Que equivocado estas. Me das lástima, tienes mucha maldad en tu corazón, si sigues así tu vida será miserable... además si su sangre es maldita, tú también lo eres.

— ¿Por qué dices eso?

— Recuerdas el accidente que tuviste hace tres años.

— Sé que esa demonio pagó todo.

— No sólo pagó todo — lo miró fijamente — necesitábamos sangre, tenías una hemorragia que no paraba, tu padre no podía darte más — sonrió irónica — Izbet tenía tú mismo tipo de sangre.

— No puede ser.

— Ella te dio de la suya hasta que estuviste fuera de peligro, algo debe haber presentido porque me pidió que guardará el secreto, pero ya no es necesario — soltó a su hijo, esté cayó de rodillas al piso, se levantó lentamente y se fue a su cuarto con la cabeza gacha.

— Bet, mañana iré a los funerales de Iz ¿Quieres acompañarme?

— Ya conversé con Yun, él me llevará.

— Ahora debemos hablar en detalle lo que le conté a tu hermano sobre mi pasado.

Madre e hija se sentaron y la mayor le dijo todo a su hija.

— Te entiendo mamá, mi madrina siempre fue una buena mujer, que te quería mucho.

— Me alegra que tú también me comprendas. A tu padre le explique porque la admiraba tanto y me entendió igual que tú.

 

Temprano a la siguiente mañana, en el Templo Sagrado estaba el ataúd con el cuerpo de Izbet en medio de su familia, y todos quienes fueron sus amigos en vida.

— Estamos reunidos — empezó Dende — para despedir a quien en vida fuera una gran persona, amiga, compañera, pareja, y madre, dio mucho amor a todos, también cometió equivocaciones como cualquiera de nosotros, pero sobre todo nos enseñó que no hay imposibles si uno se propone algo. Ahora cumpliremos su último deseo.

Piccolo tocó la cabecera del cajón de madera, luego Yun el lado derecho, Videl el izquierdo y finalmente Gohan el de los pies, a una señal del namek lanzaron su ki que produjo una potente luz, al extinguirse todo estaba convertido en cenizas que se llevó el viento, la última voluntad de la mujer fue que sus restos fueran esparcidos por todo el planeta. Terminado el funeral, Gohan y Videl se llevaron a Jenny y a Bet, para que padre e hijo pudieran conversar.

 

— ¿Ahora qué haré papá? Siento que le falle a mamá — dijo sentado al lado de su progenitor, en unas escaleras.

— Tu madre siempre estuvo orgullosa de ti hasta el final, si quieres que siga sintiéndose así en el más allá, deja todo lo malo atrás, estudia como ella quería, y has algo bueno con tu vida.

Con eso en mente Yun volvió al colegio, luego de 5 años y con la ayuda de Jenny dirigía el Conglomerado Heaven perfectamente. 

 

Cuatro años después de quedar a cargo de las empresas de su madre, y con la presencia de su padre, Yun pidió la mano de Bet, inmediatamente fue aceptado por la joven.

Un día antes del matrimonio, Piccolo empezó a organizar lo necesario para darle un regalo de bodas muy especial a su hijo.

En el otro mundo.

— Por fin te encuentro Izbet — llegó agitada Uranai Baba a donde la medio demonio y su padre entrenaban — mañana volverás a la Tierra por un día, Piccolo me pidió que te avisara.

— ¿Qué pasó para que quiera que vuelva?

— No lo sé, sólo te traje el mensaje. Nos vemos mañana, vendré a buscarte temprano a este mismo lugar.

 

Al otro día en el palacio de la bruja, desde antes del amanecer estaba Piccolo esperando a Izbet.

— ¿Qué pasó? — preguntó la medio demonio nerviosa.

— Sígueme, cuando lleguemos lo sabrás.

— Siempre te gusta darle ese aire misterioso a todo ¿Verdad? — no le quedó otra que seguirlo.

Llegaron a la casa donde Izbet vivió, en el patio estaba todo arreglado para el matrimonio, Jenny le salió al encuentro.

— Iz, que bueno verte ¿Cómo te ha ido en el más allá?

— Bien ¿Puedes decirme qué pasa? El grandote no ha querido adelantarme nada.

— Tienes que arreglarte, en unas horas más debes entregar a tu hijo, hoy se casa.

— ¿Con quién? — preguntó asombrada por la noticia.

— Con mi hija — rió feliz.

Mientras la ayudaba, Jenny le confesó que fue su hijo quien le dijo esas mentiras a Yun, Izbet, a pesar de que estaba furiosa, por cariño a su amiga prometió no tomar venganza. Desde que se descubrieron sus mentiras él empezó a encerrarse en su pieza, pensaba que todos le reprochaban en silencio lo que hizo, hasta que el día que supo que Yun sería su cuñado, tomó sus cosas y se fue de la casa, nadie sabía que pasó con él.

Fue una linda ceremonia, muy íntima la que hubo esa tarde, al final el novio y su madre pudieron conversar y se perdonaron sus errores. Aprovechando que todavía le quedaban varias horas en la Tierra, Izbet y Piccolo fueron a todos los lugares que fueron importantes para ambos cuando ella estaba viva, la playa de Florida; el lugar donde se había derrumbado el edificio con Francous dentro; también fueron a la cabaña, como era verano no pudieron ocupar el trineo, pero siguieron volando la ruta hasta el lago, y con una luna llena de fondo, volaron lo más cerca del agua que pudieron simulando patinar.

Cuando ya estaba por amanecer, se sentaron en el borde del lugar, a conversar.

— Como te ha ido en el cielo ¿Todo bien?

— Sí, me entretengo mucho.

— ¿Has conocido gente interesante?

—Sí, todas las tardes conversó con una persona muy simpática, luego de entrenar con mi padre.

— Ya veo — los celos lo atacaron — y supongo que irás a verla apenas vuelvas

— Por supuesto, a contarle todo.

— Tú crees que le interese lo que pasó a esa persona — dijo con tono molesto.

— Claro que le importará saber que su nieto se casó.

— ¿Te refieres a tu madre?

— Por supuesto, celoso — lo tiró al lago, para luego dejarse caer ella también al agua en el lado bajo — ¿Te acuerdas esa vez en ese planeta lejano?

— Como olvidarlo — iban a besarse cuando llegó la hechicera a buscarla.

— El tiempo ya termino, vamos — apremió Uranai Baba.

— No te preocupes Piccolo, estoy bien, y si he de esperar una eternidad para volver a estar contigo, no me desesperaré. Te amo, nada ni nadie cambiará eso — se besaron y se fue.

El namek se elevó y vio el amanecer.

— Que no daría por morir en este momento e irme contigo, pero todavía este planeta me necesita. Te amo Izbet, y al igual que tú, nada ni nadie hará que cambie eso, nunca.

 

FIN

Ángel Ciego 6. El hijo de Izbet y Piccolo

Retomamos la actividad de los fanfics, Izbet https://www.wattpad.com/user/Izbet46 nos manda la sexta parte de su nuevo fanfic en español de Bola de Dragón ti

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2022-11-21

 

Angel ciego 6 el hijo de izbet y piccolo 1
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