Me enamore de quien me arrebato la vida by writers_lovers
FIC EN CONJUNTO
Autoras
Carmi & 00star00
____________________________________________________________
No creía que pudiera llegar a odiar tanto a alguien. Tal vez fue mi padre, tal vez fue mi destino. Pero la única cosa que en mi mente apareció cuando le vi por primera vez, fueron aquellos ojos oscuros que me miraron con superioridad..
Jennifer Elizabeth, una chica adinerada a quien es obligada a cambiarse de escuela, por cuestiones del trabajo de su padre. Despidiéndose de su único mejor amigo que queda solo en Londres.
Aventurándose sola en una nueva escuela, sin amigos y puesta a la total disposición del chico a quien todos temen; Christopher Bathory y aunque ella sabe que su rival esconde secretos, jamas pensó que este sería uno de los seres mas temidos... un vampiro.
- ¡Te odio!
- Y aunque sientas eso por mi, no tienes a donde mas ir...
_______________________________________________________
Gracias a aquellos que nos leian antes de que fanfic se reseteara, gracyas a los que leeran y los que esperan la segunda temporada :D
Categories: LITERATURA, ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Ciencia Ficción, Drama, Humor/Parodia, Romance
Advertencias: Lemon, Lenguaje Obsceno, Muerte de un personaje, Tortura
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 27 Completed: No Word count: 56268 Read: 5035 Published: 16/11/2010 Updated: 12/12/2010
FIC EN CONJUNTO
Autoras
Carmi & 00star00
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No creía que pudiera llegar a odiar tanto a alguien. Tal vez fue mi padre, tal vez fue mi destino. Pero la única cosa que en mi mente apareció cuando le vi por primera vez, fueron aquellos ojos oscuros que me miraron con superioridad..
Jennifer Elizabeth, una chica adinerada a quien es obligada a cambiarse de escuela, por cuestiones del trabajo de su padre. Despidiéndose de su único mejor amigo que queda solo en Londres.
Aventurándose sola en una nueva escuela, sin amigos y puesta a la total disposición del chico a quien todos temen; Christopher Bathory y aunque ella sabe que su rival esconde secretos, jamas pensó que este sería uno de los seres mas temidos... un vampiro.
- ¡Te odio!
- Y aunque sientas eso por mi, no tienes a donde mas ir...
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Gracias a aquellos que nos leian antes de que fanfic se reseteara, gracyas a los que leeran y los que esperan la segunda temporada :D
Categories: LITERATURA, ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Ciencia Ficción, Drama, Humor/Parodia, Romance
Advertencias: Lemon, Lenguaje Obsceno, Muerte de un personaje, Tortura
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Chapters: 27 Completed: No Word count: 56268 Read: 5035 Published: 16/11/2010 Updated: 12/12/2010
WRITERS_LOVERS esta conformado por
Carmi
00star00
Gracyas por leernos de nuevo :D
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Carmi
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Capítulo 1:Despidiéndome de mi vida by writers_loversHello chicoos y chicaaS!.. haha
Bueno, como deciian algunos, aqui estamos de regreso carmi y yo subiendo este fic. hhahah XD si, lo se... ya todos estaban ansiosos por la segunda temporada, pero asi son las cosas... subiremos poko a pokito.. Ya qe estamos escrbiendo aun y claro, porque aunque Carmi PORFIN TIENE INTERNET, cada una tenemos fic qe tenemos qe subir, y tenemos proyectos tambien para el futuro!
Amm.. a ver.. asi, ni idea de como se llamaba este capitulo, asi quee INVENTACION!. ja, lose!.. ESO QE!?. pues nose!
Solo estoy feliz que por fin subimos la historia!.
Mañana subimos muchoss capis, prometido.. ahora. tal vez, dos o tres.. Tengo todo el dia en la compu y ya me regañaron XD.. hahaha, saludos y gracyas por leer
oostaroo
Hello chicoos y chicaaS!.. haha
Bueno, como deciian algunos, aqui estamos de regreso carmi y yo subiendo este fic. hhahah XD si, lo se... ya todos estaban ansiosos por la segunda temporada, pero asi son las cosas... subiremos poko a pokito.. Ya qe estamos escrbiendo aun y claro, porque aunque Carmi PORFIN TIENE INTERNET, cada una tenemos fic qe tenemos qe subir, y tenemos proyectos tambien para el futuro!
Amm.. a ver.. asi, ni idea de como se llamaba este capitulo, asi quee INVENTACION!. ja, lose!.. ESO QE!?. pues nose!
Solo estoy feliz que por fin subimos la historia!.
Mañana subimos muchoss capis, prometido.. ahora. tal vez, dos o tres.. Tengo todo el dia en la compu y ya me regañaron XD.. hahaha, saludos y gracyas por leer
oostaroo
Capítulo 1:Despidiéndome de mi vida
Yo sabía que no todo seria como yo lo hubiera querido. Pero nunca pensé que las cosas podrían tornarse de esta manera. ¿Tener que despedirme de Europa, para irme a un lugar desconocido como America? Algo que ni siquiera pensé que ocurriría.
Aun lamento haber tenido esa plática con mi padre:
“Si papá lo quiere, yo también estaré de acuerdo”
Nunca lo hubiera dicho… si me hubiera mencionado ese pequeñísimo pero grande problema. Maldito viejo convenenciero. El sabia perfectamente que mi mundo siempre había sido Londres, Europa… no podía despedirme de ello. Ni siquiera de Damian, mi único mejor amigo.
Y por eso lo odio. Todo esto no hubiera pasado si mi padre no hubiera recibido aquel estúpido ascenso de la semana pasada.
- ¡Es que no es justo!- grite a los cuatro vientos dentro de mi cuarto
- Jenny, sabes que tu padre te quiere mucho- me dijo Damian, tratando de consolarme y viendo como me movía de un lado a otro
- Pero, es que no entiendes, nunca se me ha dado hablar bien con la gente, mucho menos hacer nuevos amigos…
¿Qué hacia aquel chico en mi habitación? Pues él, era el único amigo que tenía en Europa… con el que siempre había contado en los tiempos malos y buenos y que además, le tenía mucha confianza.
Nos habíamos conocido en primaria y desde entonces, siempre habíamos sido los mejores amigos. El era exactamente igual a mí y nos complementábamos en todo. Nos gustaba estar callados, ser respetuosos y no ser siempre de los que hablaban en las mesas. Ya que los dos, éramos de familias muy nobles, siempre nos habían disgustado las personas que se acercaban a nosotros por nuestra fortuna.
Odiábamos a la gente hipócrita, y mucho más a las que se creían más poderosos o superiores a que nosotros. Así que solo éramos el y yo. Los mejores amigos y los que siempre se habían tenido para cuando las cosas no salían como uno quería.
- Odio a mi padre…
- Jenny, no te pongas así… nunca dejaremos de vernos ¡y lo sabes! Siempre seremos los mejores amigos- dijo una vez mas mi mejor amigo, pero ahora dándome aquel abrazo que necesitaba
- No creo poder aguantar la hipocresía sin ti- solté con una sonrisa
- Sobrevivirás, ya veras que nos volveremos a ver, ni creas que te voy a dejar en paz - Reí bajito cuando termino de hablar, pero toda felicidad se esfumo cuando escuche el grito de mi padre desde el piso de abajo.
- ¡Jennifer! ¡Ya nos vamos! -
Me separe lentamente mirando las orbes verdosas de Damian, aquellos ojos que me hipnotizaban con una sola mirada… esos ojos que me hacían sentir feliz.
- Recuerda mis palabras, nos volveremos a ver - Susurró mientras me sonreía
Sentí como unas cristalinas lágrimas se acumulaban en mis ojos y comenzaban a brotar lentamente, deslizándose por mis mejillas. Todo era una pesadilla, no quería irme… no quería dejarle.
- No… ¡No! - Grite con fuerza mientras me aferraba al pecho de mi mejor amigo, sintiendo como sus brazos me rodeaban y me hacían sentir protegida.
Nos quedamos así por unos cuantos minutos. Y antes de apretarme lo más fuerte que pudo, me separo de su lado y me seco con su mano, las pequeñas lágrimas que aun resbalaban por mi rostro.
- ¡Vamos, anímate! Te iré a ver cada mes… y estaremos en contacto por el Internet, a menos que bloquees al único contacto que tienes- dijo, dándome un codazo mientras me mostraba la sonrisa perfecta y que siempre ponía en mí, un gesto que indicaba felicidad.
- ¡Cállate!- dije, dándole el gesto y además, regalándole una sonrisa antes de dirigirme a mi cama, en donde cuatro maletas estaban perfectamente echas.
Damian, siempre había sido un chico caballeroso y aun no estaba segura del porque no me había enamorado de el. Su cabello castaño siempre era perfecto y mas con aquella sonrisa que siempre había derretido a cualquiera que lo mirase sonreír.
Estaba claro que ahora tenía que irme, ya que yo se lo había prometido a mi padre, y los Cassie siempre habíamos sido personas de palabra. Pero no quería irme, no quería dejar a Damian… no quería dejar todo lo que era mi mundo por una simple y asquerosa promesa.
- ¡Jennifer! ¡¿Qué no escuchaste?! - Volvió a gritar mi padre mientras comenzaba a amenazar a subir las escaleras.
- ¡Ya voy! – grite por la puerta
- Vamos Jenny, yo te ayudo con tus maletas…- dijo no muy feliz mi mejor amigo
Me adelante antes de volver a pensar el hecho de que tenía que irme, tome las maletas mas pequeñas sin mucha felicidad y entonces, Damian hizo lo mismo.
Mi padre ya estaba esperando debajo, junto a la puerta. Con las llaves en sus manos y checando su reloj a cada segundo que pasaba. Me molestaba, sabía que era difícil para mi despedirme, y el quería que lo hiciera en menos de cinco minutos, porque nuestro vuelo ya mero zarpaba.
- Supongo que este es el adiós - dije finalmente, ignorando por un momento a mi padre, mirando con lágrimas en los ojos a mi mejor amigo.
- No digas eso, ya te dije que nos volveremos a ver - Se acercó a mí y sonrió – No lo olvides ¿De acuerdo? - Antes de poder responderle, plantó un suave beso en mi mejilla.
No deseaba irme… quería estar a lado de Damian toda mi vida, él fue el único que me ayudo a superar la muerte de mi madre hace apenas un año, si me separaba de él estaba segura de que no podría sobrevivir.
- Jennifer - Presiono mi padre, recordándome el poco tiempo que nos quedaba, sin mas sonreí a mi amigo aún con unas lagrimas resbalando por mis mejillas.
- Te quiero -
Fue todo lo que salió de mis labios mientras me daba media vuelta y me subía al auto sin mirar atrás, sabía que si lo volvía a mirar ya no podría soportarlo más y terminaría arrepintiéndome de mi decisión… mucho más de lo que ya estaba.
Cerré con fuerza los ojos comenzando a sollozar, sintiendo como mi padre se sentaba en el asiento del piloto después de subir las maletas a la parte trasera del auto. Abrí solo un poco los ojos para mirar a través de la ventana, notando a Damian mirando con una sonrisa en sus labios pero una expresión triste en sus ojos.
- Damian - Susurre mientras posaba mi mano en la ventana, pero antes de hacer otra acción para salir, mi padre arranco… alejándome de mi casa, y además, de mi mejor amigo
El silencio se prolongo rápidamente. Yo aun me encontraba en la parte de atrás, limpiando las lagrimas que habían comenzado a lanzarse sobre mi blusa al estar observando las calles, las tiendas, toda una vida que estaba a punto de dejar atrás.
- Mi amor, sabes que te quiero… ¡Esto es lo mejor para nosotros!- me dijo mi padre, aun manejando y sin voltear a verme – Se que te estoy haciendo mucho daño, pero, algún día vas a agradecérmelo
“¿Agradecérselo?” ¡Ja! por favor, quien en su sano juicio le agradecería a alguien, de haberla separado de la persona que más quería y agradecía de haber conocido.
- Ya, solo déjame sola- dije por ultima vez antes de que mi padre comprendiera el mensaje y se callara la boca
Mi padre sabía muy bien, que yo era una mujer de palabras y aunque le gritara o le maldijera, yo ya le había prometido hacerlo. Y por eso mismo, me odiaba más a mí y a mi maldito orgullo. Además, ya nada podía hacérsele. Es decir, ya solo quedaba poco tiempo para qué llegáramos al aeropuerto y después de eso, ya no había escapatoria.
Tenia que aceptarlo, lo quisiera o no. A esto era lo que se le llamaba “la realidad” tienes que vivir con ella o morir en el intento. Dos cosas que yo sabia muy bien de que se trataban.
Mi madre había muerto y yo le había prometido seguir adelante. Vivir la vida, nunca llorar y ser siempre fuerte. Y eso significaba, que tenía que adaptarme a lo que mi padre me “proponía” y seguirle siempre de cerca.
Mis lágrimas ya se habían secado y entonces, el auto se detuvo.
Ya habíamos llegado al aeropuerto, en donde miles de personas ya corrían hacia las puertas de embargue.
- Dame tus maletas, cariño- me llamo mi padre desde la puerta
Ni siquiera le respondí, no tenia ni siquiera las ganas de hacerlo. Simplemente lo hice, en completo silencio.
Mi padre me sonrío. No le devolví el gesto y comencé a caminar sola hacia adentro del aeropuerto.
Durante todo el camino en el recorrido de mi tierra a America yo no le había dirigido la palabra a mi padre, a fin de cuentas muy en el fondo no deseaba herirle con mis palabras y en ese estado de ira en el que me encontraba, podría decirle cualquier cosa que pasara por mi mente, sobre todo lo mucho que lo odiaba en ese momento.
Fue muy duro no hablarle a mi padre en todo el camino porque el recorrido era muy largo, hubo cierto punto en que deje de sentir mi trasero por estar tanto tiempo sentada y el letrero de “abrochen sus cinturones” no ayudaba para nada, pues solo era un aviso de que no podía levantarme.
¿Tendría que esperar más de 20 horas de vuelo sentada? ¡Por favor! Tan siquiera tenían algo para divertirme ¿Internet quizá? Así podría comentarle a Damian lo terrible y desdichada que me sentía. Pasaron un par de horas de silencio y como cortesía, los ronquidos de mi padre se comenzaron a oír de su parte. ¿Algo peor? Una maldita película de los años cincuenta se proyectaba en el televisor.
Bufe molesta, esta ya era el colmo… ¿Dónde maldita sea había metido mi mp3? Por lo menos, con eso podría matar le aburrimiento o por lo menos, no oír al molesto de mi padre dormir.
- ¡Ah!- dije en silencio mientras golpeaba lentamente mi cabeza contra el asiento de terciopelo.
Ya estaba apunto de explotar. Como en aquellas veces en donde cualquier sonido te molesta, la forma de roncar de mi padre, la estúpida película vieja, la forma de comer del vecino, el llanto del niño de adelante, era insoportable.
Me lleve las manos a mis orejas, intentando así disipar los sonidos que ya me habían desquiciado. Y cuando lo hice, un silencio muy acogedor llego a mí, cobijándome con dulzura, haciendo que cayera en ese dulce sueño que ya necesitaba para tranquilizarme.
Mi padre me tomó suavemente el hombro.
- Ya llegamos - Me susurró en mi oído antes de que mis ojos volvieran a la triste y horrible realidad.
No había sido un sueño, en verdad estaba ocurriendo. Volví en cuenta en que aun estaba furiosa con el, por lo que le mire algo indiferente, y finalmente suspire. Asentí con la cabeza mientras miraba a través de la ventana, notando como la tierra se iba acercando a mí… o mejor dicho yo me acercaba a ella.
- Bienvenida a America - Me exalte ante el grito de mi padre, se notaba emocionado, pero mi gesto… era completamente lo contrario.
- Rápido… por las maletas y a la mansión, ya no soporto estar aquí – dije, quitando el seguro del asiento y por fin, levantándome de el
Y al terminar de hablar comencé a caminar hacia la salida del avión y la entrada de America. Siempre siendo seguida por mi padre, el cual miraba el lugar maravillado como si un niño entrara a las Vegas
¿Quién era el mayor maduro en ese instante? Al parecer yo. Mi padre recogió las maletas y al apenas salir, un auto ya esperaba por nosotros. Volví a suspirar mientras subía al auto, otra vez sentada…suspire, a este ritmo quedaría plana de abajo también.
Subimos rápidamente al auto. Mi padre se encontraba exaltado ante tanta “hermosura de país extranjero” como el le decía.
Durante el camino, mi mirada se quedaba en las diferentes calles de esa nueva tierra que nunca antes había pisado; las casas, las plantas, las personas… todas completamente diferentes y estaba segura que me sentiría fuera de lugar.
Además estaba segura, que apenas supieran que tenía mucho dinero, iban a actuar igual como los de mi país, hipócritas en la forma de actuar y como unos completos idiotas y muñecos a los cuales yo tenía derecho a manipular. Aburrido y monótono.
Y estaba segura de algo más que me ponía muy triste, nadie iba a ser igual que Damian y mi vida seria igual a cuando no lo tenía cerca. Lleno de soledad y falsedad en donde no puedes confiar ni siquiera en tu padre.
SIGUIENTE
- Discúlpeme, fue mi error – le dije, ya después de apreciar el cuerpo del chico frente a mis ojos
- Como sea…- me dijo el desconocido sin prestarme mucha atención y bajando las escaleras – No deberías de estar entrometiéndote en una casa ajena
- ¡Buscaba el baño!- dije cerrando los ojos y totalmente avergonzada
- Si es así, ¡Que mal sentido de orientación tienes!…
...Capitulo 2:Conociéndolo en una fiesta
_______________________________________
Gracyas por leer y no se olviden de pasar por nuestros blogs! :D
Carmi https://carmilover.blogspot.com
oostaroo https://oostaroofiiics.blogspot.com
SIGUIENTE
- Discúlpeme, fue mi error – le dije, ya después de apreciar el cuerpo del chico frente a mis ojos
- Como sea…- me dijo el desconocido sin prestarme mucha atención y bajando las escaleras – No deberías de estar entrometiéndote en una casa ajena
- ¡Buscaba el baño!- dije cerrando los ojos y totalmente avergonzada
- Si es así, ¡Que mal sentido de orientación tienes!…
...Capitulo 2:Conociéndolo en una fiesta
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Regresar al índiceCapítulo 2:Noche de luna llena by writers_loversNo recuerdo el nombre de este capi! XD... cof cof... ni el de la mayoria...
Bueno, segun Carmi y yo.. subiremos cada dia, tres capis.. o mas (qe es lo mas probable) para llegar rapido a la segunda temporada.. Que aunque aun no le seguimos de donde nos quedamos, es mas problable que escribamos si tenemos las presiones encima!...
Bueno, NOTICIAS?.
Carmi ya tiene su internet
YO? ya me hice otra cuenta que creo qe sera estable porque no me ha dado problemas XDD..
hahhaa.. gracyas por los comentarios y los que esperan la segunda temporada con ansiaas :D
(00star00)
No recuerdo el nombre de este capi! XD... cof cof... ni el de la mayoria...
Bueno, segun Carmi y yo.. subiremos cada dia, tres capis.. o mas (qe es lo mas probable) para llegar rapido a la segunda temporada.. Que aunque aun no le seguimos de donde nos quedamos, es mas problable que escribamos si tenemos las presiones encima!...
Bueno, NOTICIAS?.
Carmi ya tiene su internet
YO? ya me hice otra cuenta que creo qe sera estable porque no me ha dado problemas XDD..
hahhaa.. gracyas por los comentarios y los que esperan la segunda temporada con ansiaas :D
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Capitulo 2:Noche de luna llena
Después de dos horas de viaje, finalmente llegamos al barrio más lujoso de la ciudad. Y tengo que admitirlo, era realmente hermoso, aunque mi rostro no quería demostrarlo, mi yo interior miraba asombrada ante tanta hermosura.
Las grandes casas de más de 20 metros de alto, parecían castillos antiguos pero modernizados. Llenos de jardines hermosos con millones de flores de miles de colores, rociadores y además, hermosas fuentes gigantes, que estaban alumbradas con las hermosas luces que cambiaban de color.
- ¿Te gusta el barrio, Jenny?- pregunto mi padre, al ver el asombro que mi rostro mostraba
- Esta… pasable - dije con indiferencia, mientras hacia como si no estuviera interesada del todo
Tenia que ser indiferente con el, ya que me había obligado a despedirme de mi mejor amigo que ahora se encontraba a todo un día de America.
El auto siguió andando y las maravillosas casas aun seguían en cada esquina que pasábamos. Mi padre estaba más que inquieto, quería llegar lo más rápido que se pudiera a nuestra nueva casa, en donde estaba segura que pasaría ahí las 24 horas del día.
Subimos una calle y doblamos hacia la derecha. Las casas se esfumaron. Y un enorme jardín apareció en cambio de ellas. Mis ojos se abrieron rápidamente al ver aquella mansión que parecía de sueños y muñecas.
- ¿Te gusta?- pregunto mi padre detrás de mi
- ¿Por qué me haces esto padre?
- Solo quiero lo mejor para ti… ¿Entramos?
No lo escuche, ya que ya me encontraba caminando por el largo pero hermoso camino que daba consigo a la entrada de la casa. Cerré los ojos y respire profundamente, ¿Tenia que aceptarlo, no? Ya no se podía hacer nada, solo vivir con ello. Así que eso iba a ser.
Tal vez… tal vez todo cambiaria y me recibirían con una sonrisa en mi nueva escuela, hasta había la posibilidad que me convirtiera en la mejor sensación de ella ¿o no? ¡Pues claro! con el dinero que tenia, todo eso era posible. Y bueno, ¿quien sabe? Tal vez hasta conocía a alguien en las mismas condiciones que yo y nos volveríamos “amigos”.
Suspire antes de voltear a ver a mi padre. El enojo ya se me había pasado un poco y por fin podía sonreír aunque fuera por obligación.
- Esta muy linda- susurre antes de observar aquella sonrisa de mi padre que no observaba desde hacia mas de un año
- Todo lo que quiera mi princesa
- Gracias- dije por ultimo antes de tomar la perilla de la puerta principal y girarla para entrar, dentro de mi nueva casa.
Dentro todo era inimaginable, grandes candelabros de oro, una hermosísima sala de estar, con aquellos sillones que daban ganas de saltar y acostarse en ellos. La hermosa cocina y el grande comedor en donde estaba segura que mi padre usaría mucho más que yo, con todas esas reuniones y pláticas que tenia de su trabajo. Y además, las grandes escaleras de mármol que daban paso al siguiente piso, las cuales no dude en subir.
- Tu cuarto es el del tercer piso, doblas hacia la derecha y llegas a la puerta en donde dice tu nombre…
Accedí con una sonrisa antes de subir las escaleras lentamente. Y ya cuando por fin subí al segundo piso, todo se mantuvo en silencio. Todo iba a estar así por un buen tiempo y yo ya estaba un poco acostumbrada a el silencio incomodo y algo tenebroso que siempre había abundado en grandes cantidades durante toda mi vida.
Volví a girar y subí por fin, las últimas escaleras que faltaban para llegar al piso de habitaciones. Millones de cuadros aparecían en el recorrido. Payasos, Ángeles, el cielo, algunos paisajes con alguno que otro lago. Lo normal.
Llegue al tercer piso, después de respirar un poco para recobrar el aliento.
Era lo único que despreciaba de las grandes casas. El tener que subir tantas escaleras para poder hacer cualquier cosa, que si comer, que si hacer tarea. Todo el ejercicio se podía apreciar en mis piernas.
Me consideraba a mi misma, como una chica bonita… es decir, mis ojos azules zafiro eran lo que mas llamaban la atención, ya que realmente resaltaban de mi cabello dorado oscuro. Y físicamente, bueno no tenía las mejores cualidades pero tampoco estaba plana como una tabla de surf.
Camine un poco mas, “la puerta con tu nombre” en donde maldita sea creía que iba a encontrar una puerta, entre las millones que había en ese piso.
Suspire.
Mire a lo lejos, en el fondo del pasillo. Una puerta se diferenciaba de todas. Blanca como la nieve y en ella, mi nombre se hallaba marcado en letras doradas.
- Típico…
Llegue a mi supuesto cuarto, y gire la perilla. Y para colmo, era casi idéntica a la anterior, solo que era mucho más grande que la que tenía en Europa. Además, ya tenía un baño integrado a ella.
Pero le falta esa pizca de alegría que solo conseguiría con Damian en ella, triste. Solloce y entonces, aquella lagrima fina se deslizo por mis mejillas. Lo extrañaba, extrañaba hablar sobre cosas sin sentido, contarle mis sentimientos, molestarnos por situaciones vergonzosas, reír juntos.
Respire lo más profundo que jamás había respirado en todos mis dieciséis años que tenia de vida, debía resignarme, a fin de cuentas las palabras de Damián pasaron por mi mente “te iré a ver cada mes”, esas eran las únicas palabras que impedían que me tumbara a la cama para ponerme a llorar.
Di una rápida mirada a lo que era mi habitación, los muebles se veían nuevos, pero eran algo parecidos a los de mi otro cuarto, había por lo menos 4 espejos de cuerpo completo apoyados en la pared, un televisor de plasma colgado sobre una de las esquinas del cuarto, una computadora de ultimo modelo, encima de un lindo escritorio, el cual no parecía que tuviera tiempo de haberse echo. En fin, un sin fin de cosas más, y lo que me daba mas coraje de todo era que mi padre no comprendía que no se podía reemplazar aquel cariño perdido de mi madre, con tan solo los objetos materiales y cosas de increíble valor económico.
Me deje caer de espaldas en la suave cama blanca, en la cual hasta me daban ganas de dormir en ella. Ya que, aunque había dormido prácticamente la mayoría del tiempo en el avión, nada sustituía el increíble placer de dormir en una cama tan esponjosa como aquella que se encontraba en mi nueva habitación.
Cerré los ojos por un buen rato, y entonces cuando estaba apunto de caer a los brazos de Morfeo, unos golpecitos en mi puerta, me alertaron de lo que realmente estaba pasando y además me hicieron conciente de que aun faltaba más de medio día para que este, diera a paso a las estrellas.
- Adelante – dije, antes de sentarme en la cama y tallarme un poco los ojos, en un fallido intento de reducir el cansancio que se notaba en mi rostro o el mismo sueño al que la cama me estaba seduciendo hacia pocos minutos
- Permiso – la puerta se abrió y entró mi padre, sonriendo casi con ilusión, como si de verdad esperara que mi cuarto me gustara - ¿Te gusto tu nueva habitación? -
- Si, padre – Suspire mientras sonreía y me ponía de pie. – Esta muy linda-
- ¡Que gusto me da que me lo digas!- me dijo mi padre con mucha gratitud y alivio
Nos quedamos en silencio unos pocos segundos. Al decir verdad, mi padre y yo nunca habíamos sido muy relacionados, los dos nos habíamos cerrado mucho desde la pérdida de mi madre, con la que yo platicaba más.
- Cierto….venía a darte un aviso- dijo tomada prestada mi atención - Recién recibí una llamada de mi jefe, nos invito a su casa que resulta ser la casa vecina, así que iremos en la noche, cenaremos, hablaremos, quedaremos en un acuerdo y finalmente volveremos, por lo que te pido que te pongas el mejor vestido que tengas…
En lo que él hablaba yo ya me encontraba inspeccionando el ropero… “el nuevo ropero”, pues aquel era mucho mas amplio que el anterior y para mi sorpresa, en su interior ya se encontraban varios vestidos, incluso hasta podía apreciarse como si hubiera un arco iris dentro de el. Vestidos largos, cortos, con escote, sin escote, de todos los colores inimaginables y además, cada uno hecho especialmente para mí y que al menos, la mayoría eran hermosos.
- Esta bien - dije casi inconscientemente mientras me quedaba admirando los diferentes vestidos del armario
Mi padre salio divertido y cerro la puerta tras de si. Para mí, el pedirme que me pusiera el mejor vestido era como un juego de palabras. “¿Por qué solo uno, si tengo tantos?” Hasta recuerdo haber puesto una mueca cuando mi padre dejo la habitación. Ya que literalmente, seria una tarea difícil y muy larga.
Quizás paso una hora… no lo se y no lo recuerdo, pero después de mucha meditación y observación de cada vestido al cual tenia opciones. Opte por tomar un vestido rosa crema.
Me desvestí y me lo puse con un poco de ansiedad. Pero para mi desgracia, estaba demasiado grande y esponjoso, los tirantes se me caían de a ratos…sin contar que varias veces estuve en peligro de caer al pisar el largo del vestido. Negué con la cabeza para mi misma mientras me quitaba el vestido y lo ponía en mi cama.
Saque otro vestido ahora de color blanco y me lo puse encima. Tenía un escote algo exagerado y eso hacía que se notara mi escasez de senos, me quedaba a la altura de las rodillas, pero estaba demasiado liso… no parecía un vestido para llevar a una cena con el jefe, volví a negarme sin estar al 100% convencida de aquello. Mejores Alfombras de Hidromasajes
De nuevo me quite el vestido y lo puse sobre la cama, encima del vestido rosa el cual ya había rechazado. Dure cambiándome por lo menos 2 o 3 horas, hasta que finalmente di con el indicado; un vestido de color azul claro que hacía conjunto con mis orbes zafiro, era de tirantes y bastante ajustado, moldeándose a mi cuerpo y dejando notar las “virtudes” que tenía, como la cintura de avispa que había heredado de mi madre.
Me llegaba hasta el suelo pero no me incomodaba para caminar, y para finalizar, alrededor de mi cintura iba un listón azul que tenía una hermosa flor amarilla oscura, que hacía un curioso juego con mi cabello.
Lo acepte, ese era el vestido que llevaría esa noche, pero estaba segura de algo, todavía no acababa, ya que faltaba todavía el maquillaje, el cual siempre me había gustado ponerme.
No era de esas chicas a las que exageran poniéndose el típico labial carmesí rojo llama vivo no.2, siempre votaba por colores claros y el típico Gross en los labios, simple pero bonito. Ya que no quería quitarle la exquisitez que tenia el vestido, el cual era muy delicado y hermoso por si mismo.
- Te ves preciosa – me dijeron desde atrás
Era mi padre, que había entrado desde que me observaba intentando calificarme en los espejos que ocupaban toda la pared.
- ¿Eso crees?- pregunte, sin importarme su intromisión
– Si, estas lista… vámonos- dijo apresuradamente y un poco inquieto
Dirigí mi mirada al reloj, era tarde pero no estaba lista. Maldije haber estado desperdiciando el tiempo en escoger el vestido. Pero siempre pasaba esto. Mi padre sabia lo perfeccionista que era, ya que muchas personas se enfocaban siempre en mis atuendos y en como vestía.
Fue entonces cuando escuche los pasos de mi padre en la escalera, rápidamente corrí a uno de mis muebles, saque un peine y rápidamente me cepille mi cabello, gracias a Dios que ese día mi cabello estaba de buenas y rápidamente quedo completamente listo. Me puse un listón azul en el cabello y aunque todavía no aceptaba como me veía, ya mi padre estaba apunto de llegar a la puerta.
Salí de mi habitación y observe como me abrió la puerta y como una dama, acepte el gesto y salí primero. Y como el mismo había dicho, era en la casa vecina así que suponía nos iríamos caminando, lo cual acepte con felicidad. Era tan pacifico el mirar el jardín, el cual era muy amplio y además, no nos tardaríamos mucho tiempo en pasarlo.
Nos apuramos los dos en cruzarlo… sin dirigirnos palabras, pues yo estaba demasiado centrada en admirar nuevamente aquel hermoso paisaje, mientras que mi padre se notaba emocionado por ver a su jefe al cual había trabajado sin conocer por más de 6 años.
Nos tomaron uso cuantos minutos en llegar a la casa vecina. Y al llegar en ella, realmente mire sorprendida. La enorme mansión del hombre, era demasiado grande, hasta quizás mas que la nuestra. Además, en la entrada, había un hermoso jardín lleno de flores color carmesí y que en esa noche, parecían estar saludando a los invitados.
Pase saliva con un poco de temor, aquella mansión era demasiado imponente y además, tenía que actuar de la forma que siempre me había disgustado. Hipocresía y amabilidad, dos cosas a las cuales estaba obligada a hacer.
Mi padre me ofreció su hombro, para así poder entrar juntos.
Acepte.
Caminamos lo que nos faltaba del camino para llegar a las grandes puertas de ese grande palacio el cual estaba justo en frente de nuestros ojos. Y entonces se abrieron las puertas, para dar paso a una increíble sala de estar, en donde ya se podía apreciar la gran cantidad de gente rica que se encontraba en ella.
Aquella habitación era mucho más que hermosa. Sus escaleras principales corrían desde el medio y hacían, que realmente pareciese un palacio. Además, el acompañamiento del candelabro de cristal y la música del violín, hacían que pareciese algo irreal y además, hacían una vez más que me sorprendiera por tan hermosos detalles que la misma habitación tenía.
No pude observar mucho, ya que mi padre había comenzado a caminar hacia donde muchas personas importantes ya estaban reunidas, y como una buena dama y buena hija, le seguí sin protestar.
- Sr. Cassie… lo estábamos esperando- dijo, uno de los hombres que estaban en el grupo
- Parker, ¿Cómo has estado?- murmuro mi padre al reconocerlo y con una grande sonrisa en su rostro
Era gratificante el observar en mi padre una sonrisa de aquella magnitud. Ni yo podía sacarle una tan grande como la que tenía en esos instantes. Y era verdad, el se había dedicado al máximo en esa compañía y además, hoy era el mejor día de su vida, ya que por fin conocería al señor Bathory, el cual era su jefe en cuestión.
Siguieron platicando de cosas relacionadas con la empresa, productos, encuentros y algunas presentaciones. Lo típico que en una reunión de adinerados hacían. Presentar a sus hijos para poder sacar beneficencia y así poder crecer económica y socialmente.
Mi hipocresía no podía llegar a más, detestable que mi padre me hiciera sonreír todo el tiempo y platicar sobre cosas que ni siquiera me llamaban la atención. Y además, de tener que tratar con gente idiota que simplemente tenían puestos sus ojos en mi fortuna.
- Lo siento pero ¿podrían permitirme unos cuantos minutos en el tocador?- pregunte amablemente, pensando en que así podía aclarar un poco mis ideas y además descansar un poco de tanta falsedad.
- Claro hija, te espero en la mesa- acepto mi padre y además con una sonrisa, mientras volvía a la plática con sus compañeros de trabajo
Accedí lentamente antes de aventurarme en los pasillos. Era increíblemente grande y además demasiado revuelta. Hasta podría ser benéfico, que tuviera en esos momentos, un mapa en mis manos. Di varias vueltas, subí escaleras, pase unos cuantos corredores, camine unos cuantos minutos.
La música del violín había quedado atrás y había dejado ahora un silencio pacifico que yo misma había deseado desde que llegamos a la fiesta. Voltee hacia ambos lados. No quería admitir que me había perdido ya que siempre había tenido muy buen sentido de orientación. Pero aquel silencio se convirtió en algo aterrador cuando las luces comenzaron a apagarse y un miedo indescriptible llego a mi cuerpo, sintiéndome observada desde cualquier ángulo.
Camine un poco mas aprisa, tal vez era mejor regresar por los pasos en los cuales había llegado. Opte por ello, voltee hacia atrás y comencé mi caminata por donde había llegado. Tal vez, el baño quedaba en otra dirección y además, estaba segura que no se encontraba en el segundo piso. Algo irracional para una casa tan grande.
Mientras tanto, mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y el miedo comenzó a dejar mi cuerpo lentamente. Y con cuidado, baje una escalera que se encontraba frente de mí. Una linda vista se podía apreciar a mitad de las mismas. Dando consigo a un lago hermoso que ni yo misma había visto en mi habitación y que además, reflejaba a aquella luna llena que lucia hermosa esa noche.
Me quede ida unos cuantos minutos. Era pacifico y relajante estar ahí que en la fiesta en donde todos trataban de caerme bien o hasta de coquetearme. Cerré los ojos y suspire lentamente.
Una mano llego a mis hombros.
Gire hacia atrás y entonces grite al ver por primera vez, unas orbes… ¿negras? Podría jurar que eran rojas, pero no, eran negras como la misma oscuridad y que además brillaban ante el reflejo de la luna en ellas. Que me miraban indeterminadamente
- D-Discúlpeme, fue mi error – le dije, ya después de apreciar el cuerpo del chico frente a mis ojos
- Como sea…- me dijo el desconocido sin prestarme mucha atención y bajando las escaleras – No deberías de estar entrometiéndote en una casa ajena
- ¡Buscaba el baño!- dije cerrando los ojos y totalmente avergonzada
- Si es así, ¡Que mal sentido de orientación tienes!…
Le mire inspeccionándolo. Un joven pálido de cabello oscuro al igual que ojos era lo que podría apreciar. Además, realmente parecía de la realeza y mucho mas con aquel acento detestable de superioridad que utilizaba. Bufe molesta dentro de mi mente. Era verdad que no debía de estar haciendo nada en aquel piso de la casa, pero no tenia que tratarme de esa manera y menos si era una invitada.
- Regresa a la reunión - Sentenció cruzándose de brazos
¿A que venía tanta superioridad? Por su físico de seguro tenía mi edad.
Desapareció de mí vista entre las sombras después de aquella plática no muy agradable y después de unos cuantos minutos, hice lo mismo, terminando de bajar las escaleras.
SIGUIENTE
- Entonces ¿No te disculparas?- pregunto casi afirmándolo - ¡Que lastima para tu padre!…No me gusta que los hijos de mis empleados sean tan groseros, ya que eso implica que tu padre es igual de maniática que tu
- ¿¡Maniática!?- grite muy cerca de su cara
- ¿No crees que la gente enloquecida no debería trabajar en mi empresa?
...Capitulo 3:El jefe de mi padre
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- Entonces ¿No te disculparas?- pregunto casi afirmándolo - ¡Que lastima para tu padre!…No me gusta que los hijos de mis empleados sean tan groseros, ya que eso implica que tu padre es igual de maniática que tu
- ¿¡Maniática!?- grite muy cerca de su cara
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Regresar al índiceCapítulo 3:El jefe de mi padre by writers_lovers2º DE HOOY :D
2º DE HOOY :D
Capitulo 3:El jefe de mi padre
Nuevamente la tranquila y clásica música del violín iba llegando a mis oídos y junto con todo aquello, todas las voces de los señores y chicos de mi edad que estaba segura que esperaban por mi.
- Hija ¿Por qué tardaste tanto? – dijo mi padre mientras me miraba con un ligero gesto de preocupación
- Demore más de lo planeado, perdón – le dije, con aquellas irresistibles sonrisas mías que hacían que se le olvidara y se esfumara algún intento de interrogatorio.
Me sonrió y yo le devolví el gesto, pero nuestro contacto no duró mucho porque de nuevo mi padre ya había vuelto a su plática, para pasar entonces a convertirme en su accesorio. Entrelace mis manos detrás de mi espalda mientras miraba a mí alrededor y comenzaba a caminar un poco, pero me detuve cuando un muchacho se acercó a mí.
- Eres Cassie ¿Verdad? - Le inspeccione de pies a cabeza, lo debía admitir, el chico era bastante atractivo, alto, de cabellera rubia y unos ojos verdes que me recordaban a los de Damian.
- Si, Jennifer Cassie para servirte… – dije, pensando que finalmente tendría una platica agradable y quizás hasta un nuevo amigo.
Pero estaba totalmente equivocada. El chico comenzó hablar de la gran fama de su familia, de lo soltero que estaba, de sus miles de perfecciones y otras cosas a las que hice oídos sordos. Y cuando finalmente pensé, que ya no soportaría mantener la sonrisa en mis labios, la música del violín termino en señal de que ya había llegado el “líder”.
Me encamine hacia mi padre, dejando al chico rubio hablando solo de si mismo y entonces, llegue con una sonrisa al lado de donde se encontraba aquel hombre que me había dado la vida. Y fue entonces cuando me percate que todos miraban hacia la misma puerta, la única puerta que se encontraba en la cima de las escaleras. ¿Acaso venía la reina de America, o por qué tanto entusiasmo y suspenso?
Finalmente la puerta se abrió por completo y yo sentí que la boca se me abría por completo y mi corazón se detenía al identificarlo.
- No puede… ser - Dije entrecortadamente mientras sentía que mis ojos se abrían como nunca antes lo habían echo ya que lo primero que capte del jefe de mi padre, fue esa cabellera negra que eran del mismo color que sus oscuras orbes que contrarrestaban con ese extraño color de piel pálido.
- Bienvenidos sean a mi humilde hogar
¿Humilde de donde? Su voz hasta sonaba diferente, ya no era esa fría y cortante voz que me había lastimado en las escaleras, sino que esta vez sonaba amable y totalmente diferente, definitivamente era un hipócrita como todos, y esto era un punto mas a su favor para que se quedara de por vida en mi “lista negra” y además me daba mas crebilidad al porque le odiaba.
- Esto ha de ser una broma – Dijo mi padre en silencio, aunque le escuche y muy claramente
Al parecer yo no era la única sorprendida de ver a un chico de cómo 17 o 18 años siendo el jefe de tan enorme empresa que era la numero uno tanto en Europa como en America y creó que en todos los continentes. Y que aun tomaba más fama por cada día que pasaba. Además, me di cuenta que mi padre y yo no éramos los únicos sorprendidos, ya que al mirar a mí alrededor pude escuchar cientos de murmullos de los chicos de mi edad y además, cientos de miradas de sorpresa y confusión de casi todos los adultos.
- Padre... tu jefe parece de mi edad- dije, intentando no reír a voz audible
- Cuidadito de como le hablas Jennifer, podría acabar desempleado –
No dije nada, solo volví a reír bajo mientras me tapaba la boca, quizás solo era una broma y ese niño solo era el hijo del jefe, algo que era mucho mas creíble que aquella tontería que nos planteaba aquel chico.
- ¿Qué sucede? ¿No esperaron que su jefe fuera tan joven? –
Y con esas palabras de parte del señor “ámenme, soy su líder” nos dio a entender a todos que no era una broma. Todos a excepción de mi, comenzaron a caminar hacía él, técnicamente rodeándolo, ahogándolo de pregunta tras pregunta, mientras yo por mi lado me di media vuelta, deseando alejarme de todos.
Pero todo fue en vano, porque mi padre me tomo del brazo y me obligo a dirigirme en donde menos deseaba. Pude sentir aquella mirada oscura que sonreía lujuriosamente y que además, observaba superioramente a cada individuo que se le acercaba para prácticamente lamerle los zapatos con sus elogios falsos y llenos de mentira.
Y yo no iba a ser una excepción, ya que mi padre estaba obligándome a hacerlo.
- Señor Bathory, señor… ella es mi hija ¡Jennifer Elizabeth!- dijo mi padre con mucha emoción y un tanto de malicia al estar pensando en emparejarnos
Le mire reprobatoriamente, y luego dirigí una mirada fugaz a mi padre, con ganas de gritarle que estar de pareja con “ese” solo sería en sus sueños. El chico esperaba a que me inclinara y que hiciera lo que todos hacían. Adorarlo y mencionarle millones de mentiras acerca de su persona y su personalidad.
- Jenny… saluda al señor Bathory- dijo mi padre entre diente y muy a un susurro para mi.
Sentí como me empujaba hacia adelante para que lo hiciera. Era tan prepotente y el maldito bastardo esperaba a que me humillara frente a él mismo.
- Mucho gusto en conocerle, señor Bathory- dije difícilmente, ante una falsa sonrisa
Me mostró una media sonrisa antes de inclinarse y tomar mi mano, para luego besarla. Pude sentir el calor de mis mejillas encenderse muy rápido y estaba segura que podía darse cuenta de ello, aquel lindo y vivo color carmesí que mi rostro estaba comenzando a tornarse.
Sentía que se burlaba de mi, sentía que creía que tenia a todo el mundo bajo sus pies y yo no iba caer en su trampa que su mascara de un buen príncipe proyectaba, pues ya había visto al ser detrás de la mascara poco tiempo atrás.
Termino de besarme y se aparto de mi piel con una sonrisa victoriosa.
Le mire furiosa, ese maldito no se iba a salir con la suya… no conmigo. Le regrese una sonrisa inocente antes de llevar mi tacón hacia su zapato. Si creía él, que yo iba a ser una más que le limpiaría las botas, estaba muy equivocado…
- Lo siento- le dije mostrando en mi una falsa preocupación y por dentro disfrutando el gesto de dolor del chico – Pensé que había un bicho debajo de ti, pero solo eras tu- dije, con una sonrisa muy amable antes de disculparme con mi padre y dirigirme hacia la mesa, en donde mi nombre estaba escrito.
Pude escuchar como mi padre se disculpaba repetidas veces por mi, aunque yo no sintiera lo mismo. Además, pude sentir la mirada fría que aquel “Bathory” me lanzaba… no muy importante para mí.
Me senté por fin en la mesa, totalmente sola. Ya que casi todos estaban con el arrogante del jefe de mi padre o susurrando aquellos murmuros llenos de antipatía hacia el, que mayormente eran realizados por los innumerosos chicos que eran de mi edad.
Di una media sonrisa al aire.
Estaba más que segura, que me esperaba un muy feo regaño cuando llegara a casa después de esta noche, pero nadie me quitaría la satisfacción de haber pisado a aquel chico con el ego más grande que el mismísimo rey de España.
- ¡Hija! Tenemos que hablar – me dijo mi padre, detrás de mi con un tono que me causaba ciertos escalofríos.
- ¿De que exactamente?- pregunte aun sin mirarlo y tomando entre mis manos, los cubiertos de plata que se encontraban frente a mi, en una muestra de mi aburrimiento
- Hija, ¡Que estés enojada conmigo no te da el derecho de comportarte de esta manera!- dijo ahora con ese tono furioso que por fin surgió de él
- ¡Padre!- dije intentando mostrar una de las sonrisas que casi siempre me salvaban de situaciones como estas
- No te funcionara esta vez Jennifer- dijo mi padre sin voltear a verme - Lo único que te salva de tu castigo, es que el Señor Bathory te perdono, y además te dio el honor que bailes con el la primera partitura de su baile
- ¿¡Que!?
Mi padre me había tomado del brazo nuevamente, y pretendía volver a acercarme a aquel chico al que yo ya aborrecía. Y además, tenia que bailar con el aunque yo no lo deseara.
Pude observar sus ojos, que me observaban del otro lado de la grande habitación, con un gesto divertido y un tanto superior. Ya que estaba a punto de rebajarme ante el.
Recorrimos lo poco que quedaba para llegar hacia su persona, en donde el esperaba gustoso y con una sonrisa que me estremecía y que lentamente comenzaba a odiar.
- Hija, discúlpate con el Señor Bathory…
Me quede en silencio y por unos cuantos instantes nuestras miradas se entrelazaron, yo esperando por alguna oportunidad de escabullirme y el esperando por mis palabras. Sonreí. El no iba a tener el honor de verme disculpándome.
- ¿Listo para bailar?- pregunte mientras le sonreía victoriosamente
- ¡Jennifer!- dijo mi padre un tanto sorprendido
- Descuide Señor Cassie… realmente me trae sin cuidado lo grosero de su hija – dijo el chico de cabellos oscuros que se encontraba frente a mi, ya tomando mi mano para acercarnos a la pista de baile
Pude sentir su mano sobre la mía, que me aprisionaba con fuerza y que estaba comenzando a dolerme. Mire con odio a ese tal Christopher y sin pensar mucho voltee hacia mi padre, que observaba como nos separábamos de él y como volteaba a verme con esos ojos serios que nunca había tomado conmigo.
Y fue entonces cuando sentí que una mano se paraba en mi cintura y que tomaba con fuerza una de mis manos y me obligaba a colocarla encima de su cuerpo y empezar a movernos. Una música lenta había comenzado a tocarse y ya había varias parejas bailando a nuestro alrededor.
Pase saliva.
- ¿Vas a disculparte ahora?- me dijo el chico mientras seguíamos el ritmo de la música
- ¿Disculparme? ¿Yo? Que tal si lo haces primero… ¿Christopher?- dije mientras le miraba a los ojos y arqueaba una de mis cejas
Sonrío con aquella sonrisa hipócrita.
- Al parecer necesitas que te de clase de etiqueta – dijo, antes de que hiciera dar una vuelta en mi lugar y luego apegarme por completo a él, obligándome a apoyar mi mentón en su hombro.
- ¿Y quien me enseñara? ¿Un bastardo como tú? – pregunte, obviamente con aquel sazón de mi voz que mostraba ya la rabia que llevaba dentro
Estaba empezando a molestarme. Ese tono tan arrogante del chico, ya estaba llevándome a mis límites y ahora, ya no me importaba lo que pensara ese de mí. Y hasta por esos momentos, tenía planeado el aventarle y arruinarle su precioso traje con el pastel que estaba a tan solo 3 metros de nosotros.
- Ni lo pienses – Susurró, muy cerca de mi oído
Algo que realmente me sorprendió, como si realmente hubiera escuchado mis pensamientos. Bufe molesta mientras intentaba separarme de él, aquella cercanía comenzaba a incomodarme, mas de lo que ya me encontraba esa noche.
- Sonríe cuanto quieras, pero jamás lograras que una disculpa salga de mis labios – dije, entrecerrando mis ojos molesta y muy cerca de sus labios, antes de voltearme.
Y cuando le di mi espalda, pude observar a un padre con una mirada de satisfacción, que era muy comprensible, ya que su propia hija estaba bailando con su jefe, por pedido del mismo y que además era como un sueño hecho realidad.
- Entonces ¿No te disculparas?- pregunto afirmándolo - ¡Que lastima para tu padre! No me gusta que los hijos de mis empleados sean tan groseros, ya que eso implica que tu padre es igual de maniática que tu
- ¿¡Maniática!?- grite muy cerca de su cara
- ¿No crees que la gente enloquecida no debería trabajar en mi empresa?
Me quede callada. Eso había sido un golpe bajo, ahora me amenazaba con sacar a mi padre de la empresa si no disculpaba y con eso, me dejaba a mi en problemas dentro de mi mente. Si no me disculpaba con el arrogante, mi padre perdería el trabajo que siempre adoro pero mi orgullo evitaba que abriera la boca.
- Eres un…
Antes de poder finalizar mi comentario, la música termino y todos se detuvieron, repentinamente las luces se apagaron y una única luz brillante se colocaba encima de nosotros. Dejándonos a el y a mi mirándonos en aquella batalla que nunca acabaría.
- El tiempo se termino y acabas de escoger el destino de tu padre – Susurró mientras retrocedía unos pasos
Por suerte actúe rápido, no podía permitírselo… ni si quiera aunque fuera el jefe de la compañía. Le tome de uno de sus antebrazos, para impedir que se fuera. Volteo a verme con esos ojos oscuros que reflejaban aquel ego de superioridad y con esa sonrisa de triunfo que ya había empezado a odiar desde que la vi por primera vez en aquellas escaleras.
- Señor Bathory… - mi voz a pesar de sonar bajo, resonó en aquel salón semi-oscuro
Podía sentir todas las miradas curiosas de los empleados y sus hijos sobre mí, al parecer este ahora querían humillarme delante de todos. Estaba apunto de gritarle que no estaba loca como para disculparme, pero al levantar mi mirada pude notar a la distancia a mi padre… viéndome con ilusión, no podía defraudarle. Mis ojos se cristalizaron y solo agache la mirada completamente derrotada.
– yo… -
Tenía que dejar ahora todo mi orgullo a un lado y disculparme.
Solloce…
SIGUIENTE
- D-Déjame… - Susurre entrecortadamente dentro de un sollozo.
- ¿Qué fue lo que viste? – me dijo una vez mas y ahora con un tono de voz mas elevado
...Capitulo 4:Lo que no debí ver
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Regresar al índiceCapítulo 4:Lo que no debí ver by writers_lovers
Ja, si alguien recuerda los nombres de uno que otro capitulo, seria grandioso, si lo ponen en sus reviiews.. porque encerio! el capi que viene.. ahora si.. ni idea! XD...
hahahha.. ahora!..
espereemos qe esto se vaia rapido y durante todo el dia subo hasta el 15!.. asi que, hoy va a ver muchos capis :P
saludos y gracyas por comentar ^^
(00star00)
Ja, si alguien recuerda los nombres de uno que otro capitulo, seria grandioso, si lo ponen en sus reviiews.. porque encerio! el capi que viene.. ahora si.. ni idea! XD...
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Capitulo 4:Lo que no debí ver
De pronto una mano toco mi hombro, las luces se prendieron y la música del violín volvió a comenzar, podía escuchar algunos murmullos de molestia de parte de algunos empleados que se preguntaban una y otra vez que era lo que yo iba a decir, pero de una cosa estaba segura… por ahora estaba salvada de ser humillada socialmente ante la comunidad y todo había sido gracias a mis plegarias y que además, un ser desconocido había tocado mi hombro en los momentos mas importantes que me habían salvado ante esa extraña y no querida situación que esperaba que nunca mas se repitiera.
- ¿Me permite esta pieza? – me pregunto el chico que momentos antes había querido coquetear conmigo sin éxito
Clave mis ojos en los del chico. Sin duda eran idénticos a los de Damian, pero era una persona completamente diferente. Para mi beneficio, el chico tuvo que intervenir el mejor momento. Acepte.
- Oye ¿Ya te conté que mi padre es el sub jefe de la empresa? – me dijo el chico ya después de empezar a bailar
Suspire derrotada, no era ninguna sorpresa que me contaran cosas sobre otras vidas que no me interesaban pero bueno, mientras me mantuviera alejada del otro chico pálido, todo estaría bien para mi.
- Sabes… no es por presumir pero, mi padre es el director del colegio más cercano al que yo asisto- me dijo el chico un poco emocionado y a la vez completamente en las nubes
¡OK! Estaba desesperada pero no para tanto. Clavé mis orbes azules en los que tenia enfrente mío. Recordé lo que hacia, era lindo el chico, pero era completamente estúpido e idiota, así que casi instantáneamente fruncí levemente el ceño a la vez que me detenía.
- Tengo que ir al tocador, discúlpame – dije casi sin pensarlo
Apenas termine de hablar, lo solté y me di media vuelta, no me importaron los llamados de mi padre y aunque pareciera increíble ignore por completo las suplicas de aquel desconocido para que me quedara, pero no, hasta yo tenía mis limites, camine lo más aprisa que podía, bajando y subiendo escaleras. Ya no me importaba si me perdía o encontraba el baño, solo quería escapar de ahí.
Pero apenas correr un poco, caí en cuenta de que me encontraba nuevamente allí, en aquellas escaleras en donde había tenido mi primer encuentro con aquel pedante chico de los ojos oscuros, enfrente de la grande y hermosa vista del lago oscuro en donde se reflejaba nuevamente la luna llena.
Era relajante y opte por ir hacia aquel lago, al fin y al cabo necesitaba un poco de aire fresco para bajar aquel humor que tenia desde aquel acercamiento en ese mismo lugar donde me encontraba.
Baje las escaleras que faltaban y entre escondidas, me escabullí hacia la entrada y camine para rodear la casa, en donde se suponía que el grande lago se encontraba. Camine lentamente hasta que me detuve al lograr observar dos figuras oscuras, que contrarrestaban el hermoso color azul oscuro brillante del lago.
Y sin saber el porque, me agache y me escondí entre los arbustos.
Forcé un poco mi vista y pude ver al odioso de Christopher, junto con una linda chica. Me quede observando todo en silencio, la chica con la que había estaba con él tenía un buen cuerpo, debo admitirlo, aunque no era por ser ególatra pero me consideraba aun mejor que ella...
- Gracias por traerme aquí Chris, es hermoso
La chica ya tenia sus brazos entre su cuello, observándolo desde cerca. Pude notar desde mi posición como ambos se quedaban enfrente de mí a unos metros, estando en la perfecta ubicación para que mis ojos observaran cualquier movimiento que aquella pareja realizara.
- Aunque la belleza de este paisaje no se compara a la tuya, Susan – dijo Christopher poniendo una sonrisa que hasta a mí me llego
Casi vomito al escucharle, al parecer el chico rico tenía su lado “romántico” o era un muy buen actor. Pero cuando vi como Christopher besaba el cuello de la chica, decidí marcharme, estaba claro que deseaba saber de que hablaban pero no era tan chismosa como para ver los actos no aceptados en mi moral… o por lo menos no quería ver como las cosas subían de tono, me asqueaba pensar que hasta Christopher era capaz de aquello.
Me di media vuelta para empezar a caminar.
Di unos cuantos pasos, antes de que ese grito agudo me congelara por completo e hiciera que parase en seco. Tenía miedo de voltear hacia atrás, pero el grito desapareció y entonces trajo consigo un silencio abrumador que parecía que me tentaba a hacerlo.
Gire lentamente de nuevo.
Lamento haberlo hecho. Me encontré con la horrible visión de Christopher mordiendo con placer el cuello de la tal Susan en donde de este, salía sangre y manchaba la linda camisa blanca que este llevaba.
Nunca olvidare esos ojos rojos de color sangre.
Sentí como mi respiración se iba deteniendo lentamente y como mis ojos ya s
Me enamore de quien me arrebato la vida by writers_lovers
Carmi & 00star00 Autoras Autoras FIC EN CONJUNTO FIC EN CONJUNTO Me enamore de quien me arrebato la vida by writers_loversSummary: Me enamore de quien me arre
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2024-11-13
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