Retomamos la actividad de los fanfics, Izbet https://www.wattpad.com/user/Izbet46 nos manda la septima parte de su nuevo fanfic en español de Bola de Dragón titulado "Ángel Ciego 7. Rebelión en el infierno"
Resumen:
Piccolo e Izbet llegaron al infierno, allí ella debe usar un bastón, ya que sus implementos para moverse ya no sirven. Uno de los enemigos de los Guerreros Z descubre que la une con Piccolo, así que decide usarla para deshacerse del guerrero namek y poder volver a la Tierra, con los demás villanos.
Pero un Ser Supremo decide cambiar el destino de la medio demonio.
(Parte de Ángel Ciego 4. Un final alternativo)
"Años más tarde, el namek decidió compartir el destino de la Tierra, y así poder reunirse con su amada, llegó al Paraíso y encontró a Izbet en los pastos, meditando.
— ¿Cómo estás? — dijo parado a su lado con los brazos cruzados.
— Bien, ahora que estas a mi lado — ella le sonrió encantadoramente.
— Sabes lo que quiero hacer ¿Verdad? — le respondió serio.
— Además de esto — se acercó y le dio un beso — sí, sé que quieres hacer.
— ¿Me acompañarás? — preguntó ansioso por su respuesta.
— Contigo — Izbet sonrió misteriosa — iría hasta el infierno — empezaron una lucha, que dejó el paraíso destrozado, como castigo los mandaron al averno.
— Se cumplió lo que dijiste, hasta el infierno me seguiste — dijo el namek tranquilo a su lado.
— No me importa vivir toda la eternidad en este lugar, si así puedo estar siempre a tu lado.
Así ambos se convirtieron en los guardianes de la entrada al infierno, y pudieron seguir viviendo su amor hasta el fin de los tiempos".
Desde que pasó al más allá los mecanismos para moverse de forma independiente que usaba Izbet se habían deteriorado, hasta que poco después de llegar al infierno no funcionaron, allí tuvo que usar sólo un bastón para moverse.
Con Piccolo vivían en un lugar cerca de la entrada, que cuidaban, seguían entrenando todos los días, e iban a caminar para que ella pudiera ubicarse mejor en la zona, así la medio demonio había "conocido" de lejos a los enemigos que tuvieron los Guerreros Z en el pasado, pero lo que era más peligroso, y ninguno de los dos se dio cuenta a tiempo, era que éstos descubrieron la relación que los unía, así uno de ellos comenzó a averiguar todo sobre la mujer, lo que le ayudaría en sus planes de escape.
Trascurrido un tiempo la medio demonio había perdido su ironía y la alegría que siempre la caracterizó, eludía las preguntas que le hacía su amado, hasta que él tuvo que enfrentarla directamente.
—Te notó extraña hace tiempo, ya basta de decirme que no pasa nada ¿Qué ocurre? — preguntó el namek.
— Antes podía moverme bien sola, ahora chocó con todo, para dar un paseo debes acompañarme — respondió triste.
— Debes adaptarte a este lugar, nada más, como lo hacías cuando estabas viva.
— No podré apoyarte si pasa algo.
— Mientras estemos juntos todo estará bien... creo que te ocurre algo más, he notado que despiertas muy asustada.
— He tenido pesadillas, al principio eran de vez en cuando, ahora es cada vez que duermo, siento fuego, destrucción, gritos, trato de encontrarte y no estás en ninguna parte — de solo recordarlo se angustió — nuestros amigos, Yun, todos me piden ayuda pero no puedo hacer nada para salvarlos, escucho su agonía y como mueren... luego todo queda en calma, es como si nada ni nadie en el planeta estuviera vivo... por eso despierto desesperada pensando que fue real... ¿Crees que ahora sería de ayuda si pasa algo? Lo mejor para ti seria que me hubiera quedado en el paraíso — terminó llorando en silencio.
— ¿Lo dices en serio? — preguntó cuándo ya estaba más calmada.
— No tendrías que cargar conmigo.
— No eres una carga, eres mi compañera, me has demostrado tu amor de muchas formas desde que nos conocimos, has arriesgado tu vida por mí, tenemos un hijo. Ten paciencia, pronto podrás desplazarte bien, y sobre esas pesadillas sólo trata de no pensar en ellas, y dejarás de tenerlas.
— Disculpa, esta angustia me tiene mal — él la abrazó desde la espalda, y vio como jugaba con un anillo que tenía en una cadena, era de plata, con las iniciales Z y S, su padre se lo dio como recuerdo antes de que dejará el paraíso para seguir a Piccolo, ya que sabían que no había posibilidad que se volvieran a ver.
— ¿Echas de menos a tus padres?
— Sí.
— Más tarde vamos donde Enma Sama y le pedimos de nuevo un permiso especial para que puedan visitarte.
— ¿De verdad lo harías? Gracias.
— ¿Por qué no usas la argolla en la mano? La cadena se puede romper y lo perderás.
— Eso quisiera, pero es muy ancho, tendría que usarlo en dos dedos a la vez, papá es casi tan grande como tú.
— ¿Y si lo guardo por ti?
— Es que — titubeo un poco al hablar — es el único recuerdo que tengo de mis padres, no quiero separarme de él en ningún momento ¿Entiendes?
— Si. Vamos a casa, quiero que descanses.
— Voy en un rato más, no es tan lejos, puedo llegar sola, quiero pensar un poco.
A solas lloró tranquila, en la Tierra no necesitaba apoyo para nada, si pasaba algo ahora no sabía si podrá ser de utilidad, ese sueño era tan real ¿Y si no era sólo una pesadilla? Por primera vez en su vida deseo con todo su corazón poder ver, ya que los implementos se deterioran con el tiempo, además no había batería que durará para siempre; desearía ser más poderosa ya que la primera vez que sintió el ki de los enemigos de los Guerreros Z se sorprendió, eran muy fuertes y a pesar de lo que le aseguraba Piccolo, no estaba segura que podría derrotar a alguno de ellos; desearía... se acordó de lo que su padre le decía, cuidado con lo que deseas porque puede convertirse en realidad, al levantarse, la golpearon y antes que cayera inconsciente al piso, la tomaron en brazos y se la llevaron.
— ¿Por qué demoras tanto? ¿Estás bien? — el guerrero miró para todos lados, pero no vio a su pareja — su ki está muy bajo ¿Por qué se fue tan lejos?
La encontró junto a un grupo grande, entre ellos estaba Babidi, algunos saibamen, Raditz, Nappa, parte del Escuadrón Ginyu, el Rey Cold, Pui Pui, el Dr. Gero, y Freezer.
Vio al ogro Saike, el encargado de retirar los contenedores de energía negativa de la purificadora de almas, atado (Está máquina y el ogro aparecieron en la película FUSION), A izbet la sujetaba Cell sobre la entrada del artefacto, Piccolo recordó lo que le dijo una vez a Vegeta, cuando el alma estaba limpia de maldad, olvidaba su vida anterior y reencarnaba inmediatamente.
— Desgraciado, quítale las manos de encima — el namek hizo ademán de acercarse a ellos, pero el androide acercó más a la medio demonio a la entrada de la maquinaria.
— Quédate hay sino mi amigo meterá a la mujer en la purificadora — dijo con su tono tranquilo Freezer.
— ¿Qué quieres? — preguntó Piccolo mientras mostraba sus colmillos furioso.
— Sólo ver cómo funciona este aparato, si no quieres que la probemos con ella... ¿Qué tal contigo?
— Alguien que me ayude con esta gata salvaje — gritó el ser creado por el Dr. Gero, tenía mordidas, rasguños y la cola en su entrepierna para protegerse de las patadas.
— Ni loco me acercó, casi me arrancó el dedo al ponerle la mordaza — respondió Babidi de lejos.
El hombre de piel verde la vio cansada, con moretones en los brazos, trató de apartar su furia, y pensar fríamente como salir de esa situación.
— No los escuches — gritó la ciega luego que logró soltar la venda de su boca — usa todo tu poder contra ellos — Cell la golpeó en el estómago para que guardara silencio — oye Freezer, tu novio golpea como niña — aunque estaba doblada del dolor.
— Mujer, deja que los hombres hablen, calladita te ves más bonita jajajajaja — ironizó el emperador del universo.
— Espera que me suelte y veremos si sigues riendo — continuó forcejeando con su captor.
— Mujer, no puedes compararte conmigo.
— ¿Por eso tuvo que atraparme éste y quitarme energía? Deja de llamarme mujer, o acaso quieres ser como yo ¿Le preguntamos a tu novio como te prefiere? — el androide le dio una cachetada.
Ella sabía que sin Piccolo que los detuviera nadie podría evitar que salieran a la Tierra, allí harían mucho daño, se acordó de su sueño, éste podría cumplirse... su hijo Yun, Bet, sus amigos, se estremeció al pensar que podían hacerle esos demonios, no quería arriesgarse, sabía que él era el único capaz de detenerlos, la angustia de los días anteriores por fin desapareció.
— No puedes tomar mi lugar — le habló a su amado en el idioma namek — mi pesadilla se volvería realidad, no dejaré que eso pase, sé que no te gustará lo que haré, pero siento que es la única solución.
— ¿Qué piensas hacer? — cuando comprendió — encontraré la manera de resolver esto, no lo hagas — le pidió el guerrero en el mismo idioma.
— No puedo correr el riesgo, debo evitar como sea que mi sueño se vuelva realidad... te amo, mi último pensamiento será para ti y nuestro hijo — le respondió todavía en namek.
— ¡¡¡NO!!! — todos se distrajeron con el grito de desesperación del hombre verde.
Freezer fue el primero en comprender lo que pasaría.
— Cell cuidado, no la sue... — no alcanzo a decir nada más, Izbet juntó las últimas energías que le quedaban, hizo aparecer sus alas y las extendió rápidamente, el androide sorprendido la soltó.
Piccolo vio como ella cayó en la máquina, bajo la vista al suelo, cerró los ojos y apretó los puños, los rebeldes aprovecharon para atacarlo, al levantar nuevamente la cabeza el namek, hasta los más valientes entre ellos sintieron lo que era el terror, su ki en ese momento hizo estremecer el infierno y el paraíso. Nada lo detuvo, golpeó, lanzó rayos, era increíble la rapidez que tenía, en un instante logró tener todo bajo control, pero sintió que el precio que pagó por el triunfo fue muy alto.
— Llegamos apenas pudimos — apareció Enma Sama — tuvimos que sofocar una revuelta en el otro extremo del infierno, ahora entiendo que fue una distracción para dejarte solo con ellos - guardo un momento silencio, entendiendo los sentimientos del otro — me dijeron que prefirió ser ella la que pasara por la purificadora de almas, en vez de ti.
— Así es.
— Saike ¿Qué pasó con la máquina? — preguntó el jefe de los ogros al ver que salía humo de ella.
— No lo sé — respondió el aludido — el mecanismo se quemó, lo que no sé si el alma logro ser enviada para encarnar antes que explotará, sino...
— ¿Sino qué? — preguntó Piccolo.
— Desapareció para siempre.
— No puede ser.
— Lo siento, fue una mujer valiente — trato de animarlo el Juez de las almas.
— Es una mujer valiente, su alma no se disolvió, renació, estoy seguro.
Mientras los ogros se llevaban a Freezer y los demás, a Piccolo le llamó la atención algo que brillaba en la tierra, era la cadena con la argolla del padre de Izbet, los tomó, arregló la cadena, y se la puso con el anillo al cuello, miró al cielo, cerró los ojos, y pidió con todas sus fuerzas que Izbet hubiera encarnado, y que esta vez pudiera tener una vida feliz.
Pasado tres días, Piccolo por fin logró dormitar algo y soñó con ella, le pedía paciencia, que volvería pronto, fue tan real, que cuando despertó quedó muy triste, pero esperanzado que fuera una señal de que estaba bien.
A la semana de la rebelión, él seguía cerca de la entrada, entrenando solo y recordando a su amada cada vez que sentía la argolla.
"¿Tendrá una vida tranquila en esta encarnación? ¿Podré reconocerla de alguna forma si llega al infierno de nuevo?".
De lo que él estaba seguro era que Izbet tendría nuevos amigos, familia, y lo que le dolía más, otro amor, cuando la juzgarán de nuevo sería con alguien más con quien tendría formada una historia de vida. Se negó siquiera a considerar que su alma desapareció. En ese momento llegó Enma Sama con un grupo de ogros que rodeaban a alguien, de quien sólo se veía la aureola de su cabeza. Tablas de multiplicar
— No te fíes por su apariencia — dijo el juez de las almas — al verla pensamos que era un ángel ya que la trajo Kaio Shin, antes de irse nos dijo que salvó un planeta entero, ni siquiera pude revisar su expediente, al comentar que con esos antecedentes debía ir directo al paraíso, se enfureció y destrozó la oficina, así que la traigo como castigo. Creo que tendrás que vigilar muy de cerca a este individuo - cuando se apartaron el hombre verde vio a una mujer con un vestido largo blanco con capucha, que cubría la parte superior de su rostro, tenía a su lado un bolso.
A Piccolo inmediatamente le llamó la atención su sonrisa irónica, se le hacía muy conocida esa forma de pararse con los brazos cruzados... le recordaba a... estaba seguro que DEBÍA ser ella, quería comprobarlo, pero al mismo tiempo temía levantar el capuchón y descubrir que sólo fueron sus ganas de encontrarla las que lo confundieron, se acercó lentamente, con mano insegura apartó la capucha.
— Hola grandote — dijo la mujer con tono risueño, tenía los ojos cerrados.
— Eres tú — se abrazaron, la besó primero en la frente y luego en esos labios que temió no poder probar nunca más, cuando se separaron — vi como caíste en la purificadora de almas ¿Qué pasó contigo?
— Adentro no tenía fuerzas ni para moverme, antes de desmayarme sentí que alguien me tomaba la mano, cuando desperté escuche a dos hombres discutiendo, el lugar no me resultaba familiar.
— Debe ayudarla — la voz era de un jovencito — usted mismo me dijo que tiene un gran potencial oculto, por eso me teletransporte a la máquina, y la traje.
— Lo que no entiendo es por qué, en el infierno ya tienen a los ogros y a Piccolo ¿Para qué necesitan más ayuda? Es sólo una mujer ciega, no debiste cambiar su destino — ahora era la de un anciano la que escuchó.
— Cada vez llegan enemigos más poderosos al inframundo, Piccolo es un gran aporte, pero hasta él podría necesitar apoyo en el futuro, ella ha demostrado ser valiente y astuta.
— Puede que tengas razón, pero también es impulsiva, orgullosa, testadura y no respeta la autoridad, además no es tan fuerte, todavía no ha despertado.
— ¿Quién dice que no, viejo estúpido? — Izbet le juntó las manos en la espalda y lo tiró al suelo, quedó sentada sobre él para que no se moviera — ¿Así que sólo soy una mujer ciega? — estaba molesta, siempre odiaba cuando la subestimaban de esa manera.
— Por favor, suéltelo — rogó el jovencito.
— Sólo porque me lo pides tú, por lo que escuche te debo haberme rescatado de ese maldito artefacto.
— ¿Por qué no me dijiste dónde estabas? ¿Por qué hasta ahora ocultaste tu ki? — preguntó Piccolo.
— Quería darte la sorpresa ahora que me permitieron volver — la mujer sonrió feliz ahora que estaba al lado de su amado por fin — cuando desperté en el Planeta Sagrado, no tenía como avisarte, exigí que me mandarán de vuelta contigo, pero Shini...
— ¿Shini? — el namek levantó una ceja.
— Me acostumbre a decirle así a Kaio Shin, él me hizo entender que debía lograr que el anciano sacará todo mi potencial, Shini quería avisarte, pero ese viejo lo prohibió, fue su manera de castigarme por haberlo tirado al piso, pero en secreto me prometió que te haría saber de alguna forma que estaba bien.
— Te vi en un sueño, me decías que volverías, entonces fue él — dijo al recordar cuando durmió la primera vez luego que ella desapareció.
— Exacto. Ese viejo me obligo a esperar callada y quieta 5 días para demostrarle mi fuerza interior, y que podía controlar mis emociones, fueron horribles esos momentos, Shini me daba ánimos... pensaba en ti, en como estarías... si ya sabías que estaba bien... al final hizo el ritual, además... - abrió sus ojos, ya no eran blancos, tenía las pupilas cafés oscuro.
— ¿Puedes ver? — consultó el namek angustiado y nervioso.
Piccolo siempre se preguntó si Izbet sentiría lo mismo por él si no hubiera sido ciega.
— Cielos, sabía que eres muy especial por dentro, eso me enamoro de ti, pero ni en sueños pude imaginarme lo bello que eres — quedó fascinada viéndolo.
— ¿¿¿Yyy...??? — preguntaron Enma Sama y los ogros curiosos por el final de la historia, al ver que ella no continuaba hablando.
— ¿En que estaba...? — sonrojada, se había olvidado de ellos — me distraje... después de aumentar mi poder, Shini me pidió que me quedará un rato con el anciano, dijo que faltaba algo más, fue a pedirle ayuda al Gran Patriarca para devolverme la vista, Jattyta, Tochat y los demás mandaron saludos. Aproveche que luego tuvo que llevarme a la Tierra por una cosa y le pedí poder ir a ver a Yun, fuimos y te mando varias fotografías ¡Luego te contaré una gran sorpresa que me lleve!
— ¿Sólo eso traes en tu bolso? — se veía que había más cosas.
— Tengo lo necesario para cobrarme algunas deudas pendientes, ya vuelvo — extendió sus alas y se fue.
Piccolo aprovechó de pedirle de nuevo a Enma Sama que los padres de ella puedan ir a visitarla, después de todo estuvo dispuesta a sacrificarse para salvar la Tierra de la rebelión, argumentó, antes que le respondiera sintieron el ki de Izbet y de Freezer muy altos, al rato el poder de él bajo hasta que quedó casi inexistente, lo mismo pasó con Cell, al Jefe de los Ogro lo llamaron a su celular.
— Freezer tiene puesto un vestido y está colgando de la aguja de montaña... ¿Qué le sacó el aguijón a Cell, y se lo metió dónde?... está depilando con cera caliente los pelos de la cabeza de Babidi — cerró y guardó el aparato — te compadezco, tiene un carácter muy complicado.
— Sólo con quienes la subestiman — sonrió orgulloso al escuchar todas las cosas que hizo.
— Nos vamos, dile que sus padres tienen permiso de venir a verla cuando quieran, yo les avisare a ellos — se fueron todos.
Al rato volvió la mujer del mechón blanco, antes de bajar a su lado hizo desaparecer sus alas.
— ¿Qué hiciste? — preguntó el namek, haciéndose él que no sabía.
— Me cobre lo que me debían, luego de esto todos me conocerán en el infierno, ya no seré solo la pareja de Piccolo, seré Izbet, así nadie pensará usarme para presionarte de nuevo.
— Enma Sama autorizó que tus padres puedan venir a verte cuando quieran — le dijo sabiendo lo que la alegraría.
— Por fin podré volver a estar con ellos — casi saltó de felicidad — por fin conocerás a tu suegra, te llevarás bien con ella, es un verdadero ángel.
— ¿Trajiste lo que te pedí por extraer tu potencial oculto? — una esfera se hizo visible al lado de la pareja, en ella se veía al Anciano Kaio Shin desde el Planeta Sagrado.
— Sí, aquí está — un sobre que tenía en las manos se desvaneció y apareció en las manos del anciano.
— ¿Qué fue lo que te pidió? — consultó curioso el hombre de piel verde.
— Una fotografía de cuando era joven, en traje de baño.
— Maldito viejo libidi... — empezó a mascullar con los dientes y puños apretados, pero ella le hizo un guiño con el ojo, y un gesto rápido para que estuviera tranquilo.
En el Planeta Sagrado.
— No debió pedirle algo así — le recriminó el joven dios.
— ¿Cuál es el problema? Al final acepto — dijo tranquilo el anciano.
— Usted no le dio otra opción — dijo Kaio Shin.
— Incrementaré tu poder, ya lo hice con Gohan cuando peleó con Majin Buu, pero debes darme algo a cambio — pidió el anciano.
— Hombre tenía que ser — Izbet cruzó los brazos — ¿Qué quiere?
— Una fotografía tuya en traje de baño.
— ¡¡¡Por ningún motivo me tomaré una así para usted!!! — gritó y preparó una gran bola de energía para atacarlo.
— ¿Quieres ser una de los más fuertes en el infierno? Debes dejar tu orgullo de lado, ese es uno de tus mayores defectos.
— Ganó — hizo desaparecer la energía, luego de pensar unos minutos — debe ser una actual, o puede ser de cuando era más joven.
— Mejor de cuando eras más joven, pero al menos debes tener 20 años, de cuando eras bebé no quiero, no pretendas pasarte de lista conmigo — rió orgulloso, de él no se rié nadie pensó.
— Rayos... me leyó la mente... ¿Debe ser algún tipo de traje de baño en especial?
-—No, cualquiera.
— ¿Pero qué es esto? — dijo el anciano Kaio Shin cuando abrió el sobre.
— Lo que me pidió — respondió la mujer con voz inocente — una fotografía de cuando era más joven, allí tengo 35 años, y estoy en traje de baño.
— Pero tienes más ropa que yo — se quejó el hombre mayor.
— Era la feria del recuerdo, modelamos los primeros trajes de baño de la época moderna para una amiga que tiene una tienda de ropa — sonrió de lado por haberle ganado.
— Me engañaste — gritó furioso.
— Fui más hábil en su juego, nada más.
— Se lo merece jajajaja — Kaio Shin se reía sin parar.
— Nunca más ayudaré a una mujer — se quejó el Anciano Kaio Shin y desapareció de la imagen de la bola de cristal.
— Me alegro que le ganó en su terreno Izbet — sonrió feliz el joven ser supremo.
— No debían preocuparse Piccolo ni tú por mí, aprendí a tratar con tipos así en mi empresa.
— Con esto compruebo que tome la decisión correcta.
— Gracias por salvarme, por las atenciones que tuviste conmigo cuando estuve en el Planeta Sagrado y por permitirme ir a ver a mi hijo.
— De nada, fue un verdadero placer conocerla, le queda bien ese vestido, parece un ángel. Adiós — el del pelo blanco cortó la comunicación.
— Mmm... se hicieron muy amigos con Kaio Shin — dijo molesto Piccolo mirando para otro lado.
— No te pongas celoso — lo abrazó — me puse este vestido sólo para ti, no me interesa nadie más... ahora sí puedo decir que tengo ojos sólo para verte a ti, mírame — se dio la vuelta para que la contemplará completa — te amo.
— Hum... si te ves bien — dijo sonrojado el namek — pero... — la tomó del hombro y usó su poder, ahora ella vestía una blusa manga larga, pantalón y botas cortas, todo negro, la miró fijamente — te prefiero así, mi demonio. Por favor promete que lo que sea que ocurra de ahora en adelante, no volverás a arriesgarte así, deja que yo trate de solucionar las cosas primero antes de tomar medidas extremas, no tienes idea lo que sufrí estos días, pensé que no te vería nunca más — se quitó la cadena y se la devolvió con el anillo — lo encontré cuando desapareciste.
— Lo tire segundos antes de caer en la purificadora de almas, tenía la esperanza que lo encontrarás... es para ti — le tomó la mano y le acomodó la argolla en uno de sus dedos.
— ¿Estás segura? — estaba emocionado por el gesto, aunque no lo demostró exteriormente.
— Sí, muy segura — le sonrió.
Se quedaron silenciosos de nuevo, él contento porque ahora que ella veía sus sentimientos eran iguales.
Izbet miraba cada músculo del guerrero, empezó a sonrojarse, cuando Piccolo se dio cuenta se le acercó por atrás, le tomó las muñecas y se las juntó a la espalda.
— ¿Qué pasa? — preguntó confundida.
— Recuerda lo que hiciste en la oficina de Enma Sama — susurró en el oído de ella — debo castigarte por eso — sonrió malicioso.
— Antes que me des mi merecido, quiero que veas lo que mando nuestro hijo — buscó en un bolsillo del bolso.
— Verdad que tenías que decirme algo de él — ella le pasó varias fotografías de un recién nacido, cuya piel era de un verde muy suave — ¿¡Este bebe es hijo de Yun!?
— Sí.
— ¡Somos abuelos! — sonrió orgulloso.
— Es una criatura adorable... aunque como ves tiene la mirada muy seria para su edad... definitivamente es igual a ti.
FIN
Ángel Ciego 7. Rebelión en el infierno
Retomamos la actividad de los fanfics, Izbet https://www.wattpad.com/user/Izbet46 nos manda la septima parte de su nuevo fanfic en español de Bola de Dragón
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2024-11-21
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