Armored Core for Energy. by Arael

 

 

 

Armored Core for Energy. by Arael
Summary: En un futuro lejano la Tierra ha sido contaminada de tal manera que el aire de la superficie es irrespirable y la gente se ve obligada a vivir en las Cunas, naves gigantes que vuelan por encima de la superficie contaminada. La sociedad entera está controlada por las corporaciones y las empresas, que libran guerras en tierra por los últimos recursos del planeta. Solo unos pocos se oponen a las empresas. Y por fortuna Vlad es uno de ellos.

Categories: VIDEOJUEGOS, ANIME/MANGA, ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Accion/Aventura, Ciencia Ficción
Advertencias: Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 10 Completed: No Word count: 26899 Read: 891 Published: 07/07/2011 Updated: 11/12/2011
Summary: En un futuro lejano la Tierra ha sido contaminada de tal manera que el aire de la superficie es irrespirable y la gente se ve obligada a vivir en las Cunas, naves gigantes que vuelan por encima de la superficie contaminada. La sociedad entera está controlada por las corporaciones y las empresas, que libran guerras en tierra por los últimos recursos del planeta. Solo unos pocos se oponen a las empresas. Y por fortuna Vlad es uno de ellos.

Categories: VIDEOJUEGOS, ANIME/MANGA, ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Accion/Aventura, Ciencia Ficción
Advertencias: Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 10 Completed: No Word count: 26899 Read: 891 Published: 07/07/2011 Updated: 11/12/2011 Capítulo 1: La historia de la humanidad. by Arael
Author's Notes:

Bueno este fic es una despedida ya que en dos días me voy de vacaciones. Felices vacaciones a todos. :D

 

Author's Notes:

Bueno este fic es una despedida ya que en dos días me voy de vacaciones. Felices vacaciones a todos. :D

Destrucción... Eso es todo cuanto ha sabido dejar a su paso la humanidad. A lo largo de los siglos el ser humano ha procesado, consumido y destruido cientos de millones de recursos naturales, ha arrasado kilómetros de tierras antaño prósperas y fértiles. Mirada desde un punto de vista fuera de la raza humana nos damos cuenta de que ésta es poco más que una plaga para el planeta en el que siempre habitaron los humanos. ¿Y por que toda ésta destrucción?, yo os lo diré. Avaricia. Codicia. Ambición. La humanidad se mueve sólo por dos motivos. 

-Para asegurar su propia supervivencia.

-Y para enriquecerse de algo tan minúsculo e insignificante como pueden ser pedazos de metal y trozos de papel.

 

 

Como historiador que soy del sistema solar, es a mi a quien le pertenece la empresa de contar la historia de ésta raza que, por ruin, perversa y corrupta que sea, forma parte de nuestra galaxia, y por mucho que me pese, solo eso ya le da a la humanidad el derecho de que su historia sea contada. Ahora cumpliendo con mi deber de Archivero Eterno contaré aquí la crónica de ésta etnia.

 

Durante varios siglos los humanos vivieron en armonía con la naturaleza que les rodeaba hasta que comenzaron a desarrollar una capacidad cognitiva fuera de lo normal en aquel tiempo. Con éste aumento de inteligencia el ser humano comenzó a viajar por todo el planeta en pequeños grupos que ellos llamaban tribus, gracias a éste éxodo la humanidad se extendió por la faz de la Tierra. Con el paso de los años las tribus dejaron de viajar y se asentaron en diversos lugares, perfeccionaron sus técnicas de caza y agricultura y formaron sociedades que más tarde se convertirían en Estados. Tras ésto vino la evolución tecnológica que todos nosotros conocemos, pero con una diferencia: Los humanos inventaron algo que ellos mismos llamaron "dinero" y a partir de ahí se empezó a hacer visible la auténtica naturaleza de éste grupo. Las décadas y los ciclos siguieron pasando, inexorables y cuanto más avanzaba tanto su sociedad como su tecnología mayores eran su codicia y su corrupción. 

 

Antes de continuar he de señalar algo: Los seres humanos usan una fecha base para medir el tiempo y sus eras, llamadas para ellos siglos. Cuando el siglo veintiuno llegó el mundo se encontraba en una aparente paz sólo sostenida por los intereses financieros de las naciones. La corrupción de la sociedad era total. Todos los trabajadores cumplian con sus funciones solo a cambio de dinero. Sin embargo entre las sombras comenzaba a tener lugar el nacimiento de la fuerza que dominaría el nuevo mundo: las corporaciones. En un principio las empresas tenían un poder financiero menor que el de los Estados, pero con el paso de los años comenzaron a acumular tanto poder que en poco tiempo sobrepasaron a los Estados tanto en lo tecnológico como en lo financiero. Los años continuaron su inalterable curso y las empresas lograron crear las que muy pronto serían las máquinas de guerra del futuro. Los Armored Core (AC en su versión abreviada). Grandes colosos de metal equipados con las más temibles armas de destrucción creadas por la humanidad y controlados desde el interior por los humanos. Antes de hacer pública la existencia de éstas aberraciones de hierro las corporaciones procedieron a contruir en el más absoluto secreto sus propios modelos de AC y las corporaciones se reunieron, ocultas a los ojos de los gobiernos, en una discreta isla del Estado conocido como Malasia. Aquel fue el hoy archiconocido Tratado del Pacífico por el cual las empresas se repartieron el mundo. La Goblal America se quedaría con los Estados Unidos al completo. La Rayleonard corp. con casi todas las islas del mundo, Australia incluida. A la Interior Union se le adjudicó toda Europa. China y las dos Coreas pasaron a ser el territorio de Álgebra. Omer Science Technology seleccionó toda Africa como lugar de operaciones y las Industrias Pesadas Arisawa obtuvieron el archipiélago de Japón. Unas semanas más tarde de la reunión clandestina las empresas más poderosas del mundo lanzaron un ataque simultáneo sobre los gobiernos de todos los paises. Fue un golpe rápido, bien dirigido y maestramente orquestado. Gracias a la nueva tecnología de los Armored Core la victoria de las corporaciones sobre los Estados fue rápida y considerablemente fácil.

 

 

Después de alzarse con el control de los territorios pactados en el Tratado del Pacífico y eliminar a la Organización de Naciones Unidas, las empresas decidieron eliminar otras posibles amenazas como bandas terroristas, pequeñas y medianas empresas y grupos paramilitares. Los civiles pasaron a estar bajo la protección de las empresas como si de nuevas naciones se tratasen. Fueron años de nuevos descubrimientos tecnológicos y de relativa prosperidad y tranquilidad. El tiempo pasó y las cosas cambiaron poco, la humanidad siguió contaminando y la monotonía regresó a las vidas de las personas. Por otro lado los Armored Core se especializaron en tareas civiles, como el transporte terrestre y la agricultura, alejándose así de su origen militar y meramente destructivo. Pasaron las décadas y el descubrimiento del motor Kojima marcó una época de innumerables desastres naturales. Finalmente y ante la ausencia de un enemigo común las corporaciones empezaron a luchar entre si. De nuevo se sucedieron las guerras por todo el globo. Miles de personas de todas las empresas y bandos perecieron en una guerra en la que el uso de ACs ya estaba muy normalizado. Pilotos, médicos, soldádos, mercenarios. La nueva guerra segó las vidas de miles de personas y dejó huérfanas a otras tantas.La Tercera Guerra Mundial duró veinticinco cruentos años de enfrentamientos, matanzas, genocidios y holocaustos a manos delos Armored Core. Al final los gigantes  de guerra volvieron a usarse para su propósito original: matar, destruir,aniquilar. Pero ninguna guerra es eterna porque los recursos se agotan, las tropas se cansan, la moral se marchita, y los efectivos merman. Llegó un momento en el que las empresas, a pesar de estar en guerra, no tenían ni fuerzas ni máquinas con las que combatir.

 

Una vez llegadas a éste punto las corporaciones se volvieron a reunir, en el mismo lugar en el cual se firmó en su díael Tratado del Pacífico. Por culpa de la contienda algunas empresas como la Rayleonard corp. desaparecieron mientras que otras resurgieron de los restos de ésta última. Los territorios que hasta ahora habían sido de la Rayleonard pasaron a ser propiedad de la nueva Bernard and Felix Foundation. Por su parte en Sudamérica nacían cuatro nuevas empresas: Arkavit, Aspina, Áldra y Couger. Technocrat nació y convirtió en suyo el territorio de toda la antigua Rusia. Y en Sudáfrica y alrededores una parte de Omer se independizó bajo el nuevo nombre de Rosenthal. Por otra parte ciertas empresas, como la Interior Union, la Global América y Omer consiguieron extender sus territorios a un alto precio. Al darse cuenta de la cantidad de recursos que había consumido la guerra, las empresas decidieron formar una nueva organización que regulase los conflictos bélicos de las corporaciones: La OCU (Organización de Corporaciones Unidas). Una vez más las empresas firmaron un acuerdo de no agresión universal durante el plazo de cincuenta años, para dar tiempo a las corporaciones a recuperarse de las catástrofes de la cruzada. Éste fue el Segundo Tratado del Pacífico, el que intentó asegurar la paz en el mundo. De nuevo la humanidad se puso en marcha, había mucho que reconstruir, mucho trabajo y mucho tiempo para realizarlo. Para los civiles aquella fue una época de felicidad, ya que el trabajo abundaba y había poco personal. Con el paso de los años se produjo una explosión demográfica y población creció rápidamente de nuevo, los recursos se regeneraron y los ejércitos volvieron a armarse.

 

 

Y mientras el mundo vivía en relativa felicidad en el centro del polo sur un gran contingente empezaba a congregarse entorno a una nueva facción contraria a las corporaciones: Line Ark, una organización que defendía los principios del antiguo mundo y que se declaraba abiertamente como enemiga de las corporaciones. Los restos de los ejércitos de los Estados se reunieron en una estructura misteriosa nunca antes vista por el hombre: El Monolito. Una altísima y colosal construcción de diseño y procedencia desconocida. Todas las fuerzas aliadas de Line Ark se refugiaron en los múltiples y extensos pisos de la torre. Tras varios años de aparente inactividad en medio del frío, el hielo alrededor del Monolito comenzó a desacerse y las plantas empezaron a crecer entre la tundra. Y poco a poco, sin pausa pero sin prisa,Line Ark empezó a construir su propia ciudad, sus propias plantas fotovoltaicas, sus propios Armored Core...

 

En Europa la recuperación económica fue más rápida y por tanto las armas empezaron a producirse antes. Fue en aquella época cuando surgió el primer Lynx de la historia de la humanidad. Un mercenario, que había amasado una gran fortuna durante la guerra, compró un Armored Core a la Interior Union, lo personalizó y lo armó según su propio criterio. Entonces las empresas vieron el potencial de ese tipo de individuos y rebajaron el precio de todos sus modelos de AC de cara al público. Si las corporaciones no tenían ejércitos con los que destruir a sus enemigos siempre podrían contratar mercenarios. A partir de ahí decenas de personas empezaron a comprar sus propias máquinas de combate para ser mercenarios y vivir aventuras. Por desgracia en cuanto el plazo de cincuenta años dado por el Tratado del Pacífico terminó cientos de Lynxs se lanzaron a la muerte junto a sus máquinas personalizadas que las empresas llamarían más tarde NEXT. Todos murieron en lo que se llamó la guerra de los Lynx. Y las corporaciones, viendo la inefectividad de la OCU ala hora de regular las contiendas disolvieron la Organización de Corporaciones Unidas y crearon dos nuevas para mejorar el control sobre los enfrentamientos. 

 

La OCU fue sustituida por La Liga de Corporaciónes y para regular a todos los Lynxs del mundo las empresas crearon una institución bajo el control directo de la Liga: Kalád. En dónde todos los Lynx debían estar registrados o morir como irregulares. Las corporaciones mandaban a Kalád las misiones que ellas mismas no podían o no querían cumplir y Kalád les ofrecía las misiones directamente a los mercenarios. Y mientras éste nuevo orden se afianzaba en el mundo un nuevo problema surgía para las empresas. Los continuos años de contaminación estaban empezando a pasarle factura a la superficie de la Tierra y la toxicidad del aire, del agua y de la tierra comenzaban a llegar al límite tolerable por el cuerpo humano. En un principio los directivos de las empresas no le dieron mucha importancia a éste hecho, hasta que empezaron a registrarse las primeras víctimas por toxinas en el territorio de la Global América y en Europa. De nuevo las empresas se reunieron, pero ésta vez la reunión tendría lugar en la Estación Espacial Internacional y no serían ni los negociadores ni los directivos los que acudirían al congreso, sino los científicos. Finalmente, de la congregación salieron tres soluciones para resolver la contaminación:

 

La primera consistía en dejar de contaminar, cambiando el sistema de producción por completo. Pero ésta solución era demasiado cara para las empresas.

La segunda intentaría proteger a los civiles de las corporaciones en búnkers subterráneos. Pero la contaminación había afectado tanto al suelo que su composición se había vuelto ácida y los sabios estimaron que en menos de setenta años los refugios subterráneos colapsarían y se vendrían abajo.

Y la tercera posibilidad de salvación para la humanidad pretendía construir enormes naves con capacidad para albergar a millones de personas y enviarlas a la estratosfera. Sólo allí a siete mil metros de altura el aire sería plenamente respirable en los próximos años. Cuando la congregación de ilustrados terminó, las empresas hicieron algo que nunca antes habían hecho por un bien común: colaborar. Todas y cada una de las corporaciones se ayudaron entre si para terminar la construcción de 42 descomunales embarcaciones voladoras llamadas "Cunas". La construcción se puso en marcha a toda prisa y en poco más de cinco años ya volaban en la estratosfera 21 Cunas. Y cinco años más tarde todas las cunas planificadas surcaban los cielos hacia un futuro mejor alejado de la tierra, contaminada por las mismas corporaciones que habían construido la nueva estructura que protegía a la humanidad. Cuando la última cuna despegó hacia las nubes todos los seres humanos lo celebraron. En ésta ocasión fueron las fiestas y no las batallas las que se sucedieron 

a lo largo y ancho del planeta (hay quien afirma que incluso Line Ark lo celebró). 

 

Para proteger las cunas de todo daño exterior se construyó una red orbital de emisores lásers para destruir cualquier meteorito que cayese al planeta. Pero algo salió mal. Las corporaciones construyeron la red nuevamente codo con codo, si, pero hubo un error. La red orbital no solo protegía el planeta de todo aquello que intentase atravesar la atmósfera sino que también destruía cualquier cosa que intentase salir al espacio exterior. Afortunadamente nuestra capacidad de observación no se vió reducida en modo alguno por éste artefacto humano. Y éste fue solo el primero de varios problemas para las corporaciones. La facción conocida como Line Ark, que defendía a muerte los ideales democráticos del antiguo mundo, lanzó un ataque sobre Rosenthal en Sudáfrica y un nuevo bando surgía en las estepas de indochina de entre aquellas personas que las corporaciones habían abandonado en la superficie: ORCA. Un grupo radical contrario a las corporaciones y a la Liga, que no dudó ni un momento en invadir los territorios circundantes y destruir cuantas tropas y Lynxs de las empresas se cruzasen en su camino. Las convicciones de ORCA no eran débiles, desde luego que no, ya que la organizacón estaba formada por todas aquellas personas a las que las compañías les habían negado la estancia en alguna de las Cunas en secreto. Eso es decir, más de la mitad de la humanidad. Justo cuando la Liga iniciaba su campaña en respuesta al ataque de Line Ark, ORCA atacó el territorio de Álgebra en China y una vez más los tambores de la guerra sonaron con el ímpetu de las grandes contiendas. Sin embargo en éste nuevo conflicto mundial las compañias se percataron de lo peligroso que podría llegar ser concentrar todo el poder militar en una sóla persona. Como solución se comenzó la construción de un nuevo tipo de arma. Los Arms Forts. Como su propio nombre indica, éste nuevo tipo de máquina operaba como una gran fortaleza móvil controlada por cientos de personas desde su interior que recibían órdenes directas de las empresas. Éste nuevo concepto de arma disipó los miedos de las empresas que no perdieron nada de tiempo para empezar a producir en masa varios modelos distintos con propiedades únicas y que superaban ampliamente la capacidad de cualquier Lynx medio. Para muchos mercenarios los nuevos colosos de metal se convietieron en las máquinas exterminadosras de Lynx. Sin embargo para los pilotos de Armored Core éste período se caracterizó por un alto nivel de contratación de éstos mercenarios. Lo cual se tradujo en más combatientes y más pérdidas económicas para las compañias. Parece ser que los vientos de la guerra se resisten a dejar de solplar en la historia de la raza conocidad como humanidad.

 

 

Y así es como el género humano ha llegado al punto en el que se encuentra en éstos momentos: al borde de una nueva guerra mundial y con un nivel de contaminación planetaria desmedido y en alza.

End Notes:

Lo que he subido hasta ahora es (por desgracia) todo lo que subiré durante el verano. A la vuelta quizás suba más caps.

Quizás suba tambien el tercer cap de este fic.

Un saludo a todos.

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Lo que he subido hasta ahora es (por desgracia) todo lo que subiré durante el verano. A la vuelta quizás suba más caps.

Quizás suba tambien el tercer cap de este fic.

Un saludo a todos.

Regresar al índiceCapítulo 2: Misión. by Arael
Author's Notes:

Espero que os guste. Un saludo a todos.

Author's Notes:

Espero que os guste. Un saludo a todos.

La puerta de la sala de descansos se abrió automáticamente como siempre y un hombre menudo embutido en una armadura de seguridad entró en la sala para dejar su fusil de asalto en la mesa y sentarse en una de las sillas alrededor de ésta.

El agente de seguridad se llevó las manos a la cabeza y se deshizo del pesado casco beis que cubría su cabeza, lo  que reveló un rostro sin un solo pelo, curtido, algo cansado y de nariz aguileña. Tras unos momentos Kraig se levantó y se sirvió un poco de agua en un pequeño vaso. Tras acabar con el agua de un trago, el esbelto hombre se quitó los guantes blindados que complementaban su exoesqueleto hecho de polímero marrón claro. Unos segundos después una mujer de unos veinticinco años,igualmente encerrada en un traje, entró por la puerta este de la sala.

 

-¿Que tal por la zona de desembarco?-preguntó secamente Kraig.(Como teniente era su deber preguntarlo.)

-Como siempre, nada nuevo.-dijó Samantha mientras se sentaba y apoyaba los pies sobre la mesa.-No sé ni para que sirve mi trabajo, joder. Aquí sólo llegan lanzaderas VIP, nunca hay ningún lío que resolver en los aeropuertos.-

 

-No te quejes y agradece que tengas éste trabajo en vez de estar en el sector de reciclaje.-reprochó Kraig con dureza.

 

Justo cuando la mujer iba a responder otra puerta se abrió y dos hombres entraron en la habitación. El primero de ellos era un poco raquítico incluso con su armadura puesta. Mientras que el segundo era alto y corpulento como un armario. El primer hombre se quitó el casco directamente y fue a servirse un generoso vaso de agua. El gigantón ,en cambio ,fue a sentarse directamente y no dio señal alguna de querer beber nada. Una vez los tres recién llegados se hubieron sentado todos ellos se quitaron los cascos, mostrando sus rostros. Sam era pelirroja pero llevaba el pelo corto y tenía la piel de un cierto tono moreno. El forzudo por su parte llevaba su pelo rubio platino rapado al estilo militar y su compañero llevaba el cabello castaño largo hasta los hombros.  

 

-Nada de interés por el sector del equipaje, teniente. Jhon y yo lo hemos inspeccionado todo a fondo y no hemos visto nada raro.-informó el tipo flacucho.

-Vale, Jimmy. Buen trabajo... a todos.-congratuló el oficial con sequedad.

Tras ésto Kraig se levantó y salió por la puerta para informar a sus superiores.

En cuanto la puerta se cerró tras el teniente todos los presentes en la sala se arremolinaron en torno a Jhon.

-Venga, venga di.- apremió con impaciencia Jimmy.

-Dános las noticias de una vez y no nos dejes en ascuas, joder.-coincidió Sam.

El grandullón miró impasible a sus compañeros. Tras unos segundos de silencio Jhon se reclinó en su silla y por primera vez en todo el día habló.

-Mi amigo en la cuna 06 podría haberme dado información interesante. Muy interesante.-hizo una pausa para continuar.-Por lo visto un tipo se infiltró en Line Ark y le ha robado un prototipo de AC.

La cara de Jimmy se deformó en una mueca de asombro, mientras que el rostro de Samantha reflejaba absoluta incredulidad.

-Claro Jhon, y los marcianos nos van a invadir mañana.-cuestionó Sam.

-¿Como?¿Es realmente posible?¿COMO DIABLOS LO HIZO?-preguntó Jimmy devanándose los sesos.

-Sigue soñando Jim, Line Ark es la sociedad más hermética que se conoce. Entrar de extranjis en ORCA, puede. Pero hacer lo mismo en Line Ark es imposible, su sistema de prevención de espionaje es infalible, nadie ha entrado en esa maldita organización democrática y ha salido con vida para contarlo. Es una trola.-

-Pero eso no es todo.-continuó Jhon.-Al parecer éste tipo no sólo ha robado un AC, sino que también se ha llevado una nueva inteligencia artificial de última generación capaz, según se dice, de hackear sistemas informáticos de alta seguridad.-

-¿Quien coño es ese tío?-preguntó Sam con una mezcla de mal humor y curiosidad.

-Ahí está la gracia del asunto, nadie lo sabe.-afirmó Jhon impasible.

-¿Y como lo consiguió?¿Lo sabes?¿Te lo ha dicho?-preguntó Jimmy inquisitivo.

-Pues claro que no, Jimmy. Él no conoce los detalles.-respondió el grandullón.

-Que pena.-se lamentó el hombrecillo.

Segundos después el pitido que marcaba el fin de su descanso se escuchó en toda la sala.

 

-Vuelta al tajo.-puntualizó Sam.

-Hasta dentro de cuatro horas.-se despidió Jhon impasible.

Y cada uno por su lado se fueron a seguir desemeñando sus tareas de vigilantes de seguridad.

 

 

 

El almirante Stukov entró en el puente de mando procurando no sobresaltar a nadie con su llegada. El hombre, empedernido sexagenario de cuerpo grueso, iba ataviado con su uniforme blanco y con sus respectivas medallas expuestas en el pectoral izquierdo. Su cabello negro empezaba a ser corroído por las canas y su rostro libre de toda modificación genética o biomecánica empezaba a mostrar el cansancio característico que solo da la edad. Tras llegar a su asiento, que le daba una amplia vista tanto del exterior del puente como del interior, uno de sus ayudantes abrió un canal de comunicación con él.

-Buenos días, almirante. ¿Que tal está?-le preguntó un joven moreno por la pantalla.

Stukov bostezó con pereza.

-Como siempre Mikhail, con más sueño del que debería tener.-

-¿Y que tal su hija?-

El almirante alzó una ceja.

-Oh, maldición. Olvidelo, no he dicho nada.-

El hombre suspiró sonriente. Sabía perfectamente lo que Mikhail sentía por su hija, pero Irina... era demasiado para el chico. Mikhail por su parte era demasiado tranquilo y su hija, por la suya, tenía demasiado carácter. Alexei Stukov suspiró de nuevo. Que suerte tenían los jóvenes de serlo.

-Por cierto señor.-regresó Mikhail.

-¿Que?-

-Nos faltan solo... un par de horas antes de entrar en la zona de interferencias magnéticas.-

-Cada dos años lo mismo. Ciegos y sordos.-se quejó Alexei.

La zona de la que hablaba Mikhail era el lugar antiguamente conocido como el Triangulo de las Bermudas, en él las fuerzas magnéticas de la Tierra confluían y creaban interferencias... incluso a 7000 metros de altura. Las anomalías magnéticas afectaron en su día incluso a los arcaicos aviones. El único efecto que el Triangulo tenía sobre las cunas era la avería instantanea de todos los instrumentos de vuelo y lo que ello implicaba. No podían detectar nada en el exterior a menos que tuviesen una confirmación a simple vista, cosa cuanto menos difícil. Cada vez que pasaban por encima del triangulo y entraban en su columna de interferencias a Alexei le recorría el espinazo un escalofrío de esos de cuando estás al lado de un peligro mortal. Hasta ahora nunca había pasado nada, pero Stukov tenía un mal presentimiento ésta vez... al igual que en todas las anteriores.

-¿Cuanto falta para la entrada en la zona?-preguntó el Alexei.

-Una hora y cincuenta y siete minutos, almirante.-

 

 

 

-¿Cuanto falta para que lleguemos?-preguntó el sonriente joven desde su asiento.

-Tiempo estimado de llegada: dos horas treinta y cinco minutos.-respondió una modulada voz artificial.

-¿Has comprobado la ruta de aproximación?-

-Afirmativo, entraremos en el espacio aéreo de la cuna por su parte inferior, que constituye también su ángulo muerto.

-Bien, así tendré tiempo de leerme el dossier.-

El peliblanco comprobó la altitud y los sistemas de vuelo antes de leer la información y le echó un vistazo al exterior por la pantalla que tenía a su izquierda. Las nubes blancas pasaban veloces a su lado y el cielo azul relucía en aquel día tan espléndido.En la pantalla de color rojo sangre una imagen y una serie de datos se cargaron. Ese era su objetivo, la persona a la que debía raptar, esa era Irina Stukov.

 

 

 

 

Irina se lanzó a su cama agotada después de una dura sesión en el gimnasio. A duras penas alcanzó a decir:

-Luz.-

Y la luz se hizo en la habitacion. Tras unos segundos de descanso en la cama la chica se encaminó hacia la cocina y se sirvió un escueto vaso de agua. Lo justo para recuperar el aliento. Había vuelto a casa corriendo por las cintas transportadoras de las calles y estaba visiblemente cansada. Tras apurar el vaso se sentó en el sofá negro que ocupaba el centro del salón y encendió la tele con una orden de voz. Estaban dando las noticias:

-Hoy la Octava Flota de la Corporación Bernard and Félix Foundation se ha enfrentado en pleno Océano Índico contra la Quinta Flota de la Global America. El encuentro entre ambas fuerzas se ha saldado con miles de víctimas combatientes y...-

Un libro electrónico comenzó a sonar. Irina lo tomó de la mesa y lo abrió. Una pantalla holográfica en la que aparecía una chica de pelo castaño y rostro alegre apareció en el aire.

-Hola Claire, ¿no es un poco pronto para que me llames?-preguntó impasible.

-¿Tu no ves las noticias o qué?-

-Las estoy viendo ahora mismo,¿por que lo dices?-preguntó la chica con desdén.

-¡Los Brinkin Gals tocan en concierto pasado mañana por la noche!-exclamó emocionada su amiga.

-No creo que vaya.-

Claire arrugó la frente.

-¿Pero que dices? Si es tu grupo favorito desde siempre.-contestó la chica un poco enfadada.

-Quizás, pero la música que hacen últimamente ya no me entusiasma.-

-Es un concierto, por Dios.Tocarán todo su repertorio.-

-Si, por telepresencia ¿verdad?. Eso no es un concierto, eso es un despropósito.-

Finalmente Claire suspiró.

-Hoy se ve que no estás de humor, mira mejor te dejo.-

-Pues si, mejor.-

La pantalla del libro desapareció en el aire y la chica cerró el aparato. Tenía mucho que comprar, primero se cambiaría, luego iría a la plaza número 6 y por último se desahogaría comprando en el centro comercial.

 

 

 

-Almirante, entraremos en la zona en cincuenta segundos.-anunció una treintañera.

-Gracias, Mireia. ¿Altura?-

-Siete mil doscientos metros, almirante.-contestó Mikhail.

Alexei miró al frente muy serio. Tan solo podía ver un cúmulo de nubes frente a sí. Y pensar que algo tan inocente y hermoso escondía un lugar tan hostil como el tríangulo de las Bermudas.

-Veinte segundos.-

Alexei tragó saliva y como todos los años comenzó a rezarle en silencio al Hacedor para que nada malo ocurriera.

-Diez segundos para la entrada.-anunció Mireia.

El almirante comprobó su interfaz. Funcionaba bien, aunque con ligeras interferencias. Aquello había empezado.

-Cinco.-

-Cuatro.-

Todas las pantallas de la sala comenzaron a sufrir cortes intermitentes.

-Tres.-

-Dos.-

Los cortes aumentaron de frecuencia.

-Uno.-

-Entrada.-

Todos los indicadores marcaron cero y las pantallas de datos solo ofrecieron estática.

-Confirmado, estamos en la zona.-corroboró Mikhail.-Tiempo estimado de salida: dos horas, treinta y cinco minutos.

 

-Como odio ésta éspoca del año.-masculló Alexei por lo bajo.

-Cálmese almirante, no van a ser ni tres horas.-intentó tranquilizarle Mireia.

-Ya lo sé. Y dejad de tratarme como si fuera un maldito jubilado, que solo tengo sesenta y cinco años.-

 

 

 

-La cuna ha entrado en el Tríangulo, señor.-

-¿Cuantas veces te he dicho que no me llames así? Tienes que aprender a ser más humana, Beth.-

-Me temo que ese tipo de aprendizaje está ampliamente limitado por mi condición de inteligencia artificial, señor.-

-Precisamente por eso deberías ser capaz de aprender a comportarte como un ser humano. Deberías fijarte más en mi, pero si no quieres apender a serlo, eso ya no es asunto mío.-

Un silencio incómodo se hizo en la cabina.

-Las características humanas, así como las emociones, son un estorbo.-respondió la IA con voz neutra.

-Si, vale, lo que tu digas. ¿Has fijado ya el rumbo de aproximación?-

-Afirmativo. Tal y como estaba previsto, los anclajes ocultos se encuentran en la parte inferior de la cuna. Nos acoplaremos a ellos en cinco minutos.-

-Bien, muy pronto la conoceré.-se alegró el chico mirando la foto de la pantalla.

-No es más que un objetivo, sé metódico o fracasarás.-le regañó Beth.

-¿Es cosa mía o es que estás celosa?-replicó el joven con una sonrisa pícara en los labios.

La IA calló frente a tal comentario y la interfaz se tornó de un rojo sangre más intenso, como si Beth se estuviera ruborizando. El chico se río a carcajadas con todas sus ganas mientras la pobre Beth se recomponía. Trámites de notarias un USA para hispanos

-Por favor, céntrese en la misión, señor.-

-Sí,vale, lo que quieras. Pero aumenta la velocidad, cuanto antes llegemos mejor.-

-Afirmativo.-

Al instante los propulsores del Armored Core azabache aumentaron de potencia y la máquina salió disparada hacia la colosal aeronave.

Regresar al índiceCapítulo 3: Secuestro. by Arael
Author's Notes:

Bueno, os dejo esto justo antes de irme. Ahora sí, felices vacaciones a todos.

Author's Notes:

Bueno, os dejo esto justo antes de irme. Ahora sí, felices vacaciones a todos.

 

Irina llegó a la plaza con su habitual vestido azul claro. Sólo lo llevaba por que la gente decía que resaltaba su cabello rubio. En el lugar, como siempre había gente por todas partes. Allí todo el mundo ignoraba a todo el mundo. Como si la plaza estuviera vacía, y la chica odiaba eso con todas sus fuerzas. Si se te caia algo al suelo nadie te ayudaba a recogerlo y para colmo incluso te podían pisar la mano sin disculparse siquiera. Era un ambiente opresivo y desdeñable. Menos mal que existían los grandes ventanales que permitían ver el cielo del exterior. Sin eso, la plaza sería el triple de triste y de ceniza. No había conversaciones entre desconocidos solo pasos y conversaciones banales de dudosa trascendencia. Pero lo peor de todo era que nunca pasaba nada interesante. Nada de nada. La rutina se repetía a lo largo de los días, los meses y los años. Era estúpidamente aburrido... y odioso.

 

 

-Anclajes en posición. Acoplamiento finalizado.-informó la inteligencia artificial.

-Vale Beth. Desbloquea la escotilla.-

-Hecho.-

-Perfecto, y ahora a estirar las piernas.-

 

El asiento del chico se movió sobre sus raíles y retrocedió por un corto y estrecho pasillo. Cuando la silla del piloto se detuvo, el ocupante se puso de pie y comenzó a subir pequeña la esclaerilla que llevaba hasta el exterior. Justo cuando iba a girar la rueda de apertura escuchó una voz familiar.

-Vlad.-dijo Beth

-¿Que?-

-Te deseo unos datos estadísticos favorables.-

-¿Perdona?-

-Quería decir... suerte.-

Vlad sonrió mientras abría la pequeña compuerta y salía al exterior al tiempo que decía:

-Gracias.-

A continuación el joven abrió la portezuela y un vendaval inundó el interior de la máquina. Con cierto esfuerzo Vlad consiguió salir de la cabina, abrir el conducto secundario de energía de la Cuna y entrar por él. El joven se arrastró al interior y cerró la trampilla a conciencia para que el viento dejase de azotarle los cabellos. El albino continuó por el conducto y desapareció en su oscuridad.

 

 

Irina pidió en el menú de la cafetería un zumo de naranja sin pulpa y al instante se abrió un agujero en el centro de la mesa por el cual emergió un vaso de cristal coloreado de naranja gracias al jugo que contenía. La chica empezó a pensar lo que haría después de aquello. Quizás se fuese de compras agresivas, que llamaba ella, o a lo mejor se quedaba allí mirando las nubes por las gigantescas mamparas de la plaza. Tras unos minutos de debate interno la chica se decidió. Se quedaría allí. Mirando y esperando. Hoy no le apetecía hacer nada. La chica estaba segura de que, hiciese lo que hiciese, se seguiría aburriendo como una condenada. No se movería de ahí hasta que alguien le dijese algo. Cosa muy improbable.

 

 

Vlad se deslizó por un pequeño hueco a su izquierda y dobló la esquina. Después tanteó un poco una parte de la reluciente pared metálica que había a su derecha y encontró lo que buscaba. Un pequeño panel se desplegó en el muro y de la muñeca del albino emergió una pequeña y fina aguja de metal. El infiltrado clavó la púa en panel y al instante accedió al sistema informático de la Cuna. El cortafuegos y el software de protección eran de la edad de piedra comparados con sus instrumentos de hacker, a pesar de ser de última generación. Primero el joven accedió al sistema por una puerta trasera.

-"Informática de la edad de piedra con fallos de la edad de piedra."-pensó el chico.

Una vez dentro del sistema Vlad se conectó a las cámaras. Por sus iris artificiales pasaban las imágenes de miles de cámaras por segundo. El joven pronto descubrió lo que buscaba. Irina Stukov estaba sentada en una de las mesas de un bar bebiendo un zumo relajadamente. Tras esto el albino se dispuso a crearse una identidad falsa. Todos los habitantes de las cunas estaban registrados en una base de datos informática a la cual Vlad acababa de acceder. Al introducir su indentificación falsa apareció su imagen en la pantalla del panel. El que aparecía en la imagen era un chico rubio de ojos verdes parecido a él en la cara. Al instante el pelo de Vlad comenzó a cambiar. Primero de blanco a amarillo chillón y de amarillo fosforito a un rubio igual al de la imagen. Tres cuartos de lo mismo les ocurrió a sus ojos, que cambiaron hasta quedarse de un claro verde. Por último realizó un pequeño ajuste en las cámaras de tal modo que emitiesen una grabación en bucle. Todo estaba listo. Sabía adónde ir y lo que tenía que hacer. El joven se arrastró un poco más por el túnel, pulsó un botón en su mono inteligente de combate y unos segundos después parecía el perfecto repartidor de panfletos de una Cuna. Con chaqueta publicitaria incluida. Vlad gateó un poco más hasta la endeble rejilla que separaba el conducto de un pasillo secundario y la retiró con cuidado de no hacer ruido. Primero se colgó y asomó la cabeza al pasillo. Desierto. Como tenía que estar según el plan. El suelo estaba a unos dos metros, así que Vlad tomó impulso y se lanzó al luminoso pasillo para caer de pie sobre el suelo impoluto.

 

 

 

En la plaza 06 se respiraba una gran espectación. Principalmente porque todo el mundo miraba a un único lugar. Se trataba de un chico joven que llevaba una chaqueta azul claro que cargaba con una pila de papelotes que iba repartiendo a cada persona que se le acercaba. Evidentemente pocos se le acercaban, apenas un par de personas pasaron a su lado y aceptaron los panfletos. Sin embargo el verdadero espectáculo comenzó cuando el joven se puso a gritar con afán:

-¡Compren acciones de Global America. Solo desde 5.000 créditos. No dejen pasar esta oportunidad de formar parte de algo mayor!.-

Entonces algunos empezaron a grabarle con sus móviles y a hacerle fotos. Otros comenzaron a murmurar lo pasada de moda que estaba su ropa o lo maleducado de aquél tipo de publicidad. La mayoría se burlaban de él mientras unos pocos sencillamente lo ignoraban como si no existiera. Los de seguridad miraban confundidos la escena. Hacía años que las empresas no usaban repartidores de propaganda por el tema de las denuncias por "invasión de espacio vital". Conforme fue pasando el tiempo la multitud comenzó a perder interés en aquél curioso sujeto. Cuando se aseguró de que ya nadie le prestaba atención el chico se acercó a una de las mesas de la cafetería. Irina no le prestó atención. Sencillamente apuró el que ya era el octavo zumo de naranja que se bebía.

-Perdona,-comenzó a decirle el joven.-¿te apetecería comprar acciones de la Global America?-interrogó sonriente.

Irina le dirigió una mirada cargada de indiferencia y altivez.

-Pierdete.-ordenó secamente la chica.

Vlad encajó el golpe lo mejor que pudo y continuó sonriendo. 

-"¿Quien se cree esta tía?¿La reina del hielo o algo así?"-pensó Vlad.

-Largate, o te denunciaré por acoso sexual.-

-Está bien, está bien.-aceptó el joven.-Si no es por las buenas tendrá que ser por las malas.-susurró el infilrado.

Disimuladamente el chico se sacó del bolsillo una pistola de inyecciones con morfina de efecto rápido lista para usar.

-¿Que has dicho?-

-Nada.-afirmó. Con un rapídisimo movimiento de brazo, Vlad le puso la inyección en el cuello.-Absolutamente nada.-

El rubiales se guardó la pistola con la misma rapidez con la que la había sacado. Mientras, la sorprendida chica se llevaba la mano al cuello para un segundo después caer dormida en redondo.

Vlad sonrió.

-Eh, oye. ¿Estás bien?-fingió el chico.-Pues nada, parece ser que este lugar no te hace ningún bien. Así que mejor será que te saquemos de aquí.-

Dicho esto el hacker cogió en volandas a la chica y se aproximó al centro de la plaza. Uno de los de seguridad lo vio con la chica y acudió al lugar bajo la mirada de sus tres compañeros.

 

-Oye tu, ¿que le ha pasado?-preguntó el soldado.

-No lo sé estaba hablándole sobre las ventajas de comprar acciones de GA cuando se desmayó.-

-Llévala a la enfermería.-ordenó el agente del orden.

-Enseguida.-

-Pero antes,-interrumpió.-dame la mano.-

Vlad obedeció mientras el guardia sacaba un aparato similar a una pistola y le tomaba una muestra de tejido de la yema del dedo índice. El artilugio cotejó la muestra organica con la base de datos de la nave en apenas diez segundos. En la pantallita del ingenio apareció la misma imagen que el hacker había introducido en su momento. Sin embargo el agente frunció el ceño. Junto a la imagen parpadeaba una luz azul. El soldado entonces lo comprendió y se volvió hacia sus compañeros para gritar:

-¡ES UN SINTÉTICO.!-

Cuando el desdichado guardia se volvió, se encontró con el cañón de su propia pistola apuntándole a la cara desde muy cerca.

-Bingo.-respondió el chico artificial justo antes de apretar el gatillo.

Tras oirse el disparo toda la gente de la sala comenzó a chillar y intentar huir de aquella plaza. Los compañeros del difunto intentaban abrirse paso por entre la marea de gente desesperada que pugnaba por salir. Vlad se volvió hacia el ventanal de aquél foro aéreo y abrió fuego a discrección contra el cristal mientras asía fuertemente a su prisionera con el otro brazo. Con el último disparo surgió la primera brecha en la gran ventana y un repentino instante después... la descompresión. La masiva oleada de aire arrójo fuera de la nave al joven y a su acompañante. Momentos despues Vlad veía como el ventanal escupía decenas de personas al exterior.

-¡Beth, recógenos!-le ordenó el chico, albino de nuevo, a su reloj.

El Armored Core se desenganchó y activó sus propulsores para dirigirse a la zona de caida de Vlad. Mientras caían, Vlad abrazó a la chica. No iba a perder a su presa ahora que ya casi la tenía. El albino miró arriba y pudo ver a su robot negro acercándose a ellos. La máquina extendió sus brazos y los dos chicos aterrizaron suavemente en sus manos.

-Metenos en la cabina.-exigió de nuevo.

El mecha abrió la tapa de su cabina (situada en su nuca) en introdujo a los dos jóvenes. Una vez dentro Vlad giró la rueda de la escotilla y cerró, de forma hermética, el habitáculo. El sintético se sentó en su asiento y se quedó pensando. ¿Como llevaría a la chica?. Al joven se le puso mala cara. Segundos después sentaba a la chica encima de sus piernas mientras tomaba los controles.

-Pasa a modo manual.-

-Modo manual activado.-

-Veamos lo bien entrenadas que están sus fuerzas de autodefensa.-sonrió Vlad.

 

 

-Mijaíl, quiero un informe de situación.-ordenó acaloradamente el almirante Stukov.

-Tenemos una brecha en el casco. Sala 1089. Los cristales se han roto por motivos desconocidos.-

-Activa las compuertas de emergencia.-

-Si, señor.-

Segundos después en el interior del lugar afectado se cerraban unas pesadas placas de hierro sobre el agujero que ostentaba la cristalera rota.

-Sala sellada y estable. Hemos recuperado la presión.-

-Mireia, ¿tienes algo?-

-Los sistemas de camaras externas no pueden detectar nada y el radar está inutilizado por las interferencias.-

 

-Prueba usar la detección por partículas Kojima. Y que salgan las fuerzas de defensa, podrían habernos atacado sin que lo supieramos.-ordenó el oficial.

 

 

En los hangares de la Cuna sonaban las ruidosas sirenas. Un escuadrón de Armored Core se preparó para salir y en pocos segundos los robots partieron impulsados por las catapultas de raíles. Cinco flamantes robots azules de un solo ojo naranja volaron en formación hacia el Armored Core intruso.

-Ya vienen. Beth, ¿cuanta energía has acumulado?-

-La suficiente para que no haya problemas, señor.-

-Perfecto. Actívalo.-

 

 

-Almirante, la detección por partículas indica un AC no identificado a las doce en punto.-informó Mireia.

-Usen los cañones, ¡fuego a discrección!.-ordenó Alexei.

-Enseguida.-obedeció Mijaíl.

Una hilera de cañones pesados comenzaron a girar para apuntar a su objetivo. El escuadrón de mechas zarcos sondeaba a su enemigo con cautela.

-¡Almirante!-llamó Mireia.

-¿Que ocurre?-

-¡Estamos detectando una gran concentración de partículas Kojima!¡El objetivo va a entrar en Ultra Propulsión!.-

 

 

-Ultra Propulsión activada.-confirmó Beth.

-Genial.-sonrió el piloto justo antes de pulsar un botón rojo.

Un momento después una esfera de luz roja translúcida rodeó a la máquina negra.

-Cañones en posición.-informó Mireia.

-¡Fuego!-

Y los cañones dispararon todo su arsenal... en vano.

El Armored Core que buscaban los disparos había desaparecido, propulsado a una velocidad mayor que la del sonido. El almirante miró frustrado como los disparos ni siquiera rozaban su objetivo y maldijo para sus adentros su mala suerte. 

 

Regresar al índiceCapítulo 4: Reunión. by Arael
Author's Notes:

He vueltooooooo.Y os traigo el siguiente cap de armored core. ¡disfrutadlo y no os olvideis de comentar!

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He vueltooooooo.Y os traigo el siguiente cap de armored core. ¡disfrutadlo y no os olvideis de comentar!

 

-Saliendo de Ultra Propulsión.-advirtió Beth.

Vlad agarró a Irina con un brazo y con el otro se sujetó al asiento. El frenazo fue brutal y al sintético le faltó poco para no caer al suelo de la cabina junto con su rehén.

-¿Dónde estamos, Beth?-quiso saber Vlad.

-Según mis cálculos nos encontramos a unos dos kilometros de la costa este de Norteamérica.-

-De acuerdo. Ve a velocidad de crucero, no quiero sobrecargar el núcleo.-

-Afirmativo.-

-¿Puedes confirmar si el módulo está en posición?-

-Negativo, nos encontramos a demasiada distancia del punto de encuentro.-

-Mierda, habrá que esperar.-

 

 

-Quiero un recuento de toda la tripulación enseguida.-ordenó el almirante Stukov tajante.

-Si, señor. Nos llevará unas dos horas realizarlo.-repuso Mihaíl.

-Que sea una.-apremió el oficial.-Si falta algún civil quiero saberlo en el acto. ¿Entendido?-

-Me pondré a ello ahora mismo, señor.-obedeció el joven.

-Bien.-dijo Alexei mientras se reclinaba en su silla.

A los jóvenes de hoy en día les faltaba disciplina. Mucha. El almirante ya había visto las grabaciones de seguridad. El vídeo era atroz: primero una chica se desmayaba, y luego un loco mataba a un guardia para luego romper la cristalera. Necesitaban hacer un recuento debido a que las cámaras sufrían algún tipo de fallo con respecto a la resolución. Al principio los técnicos no vieron nada raro, luego se dieron cuenta de que las cámaras emitían una grabación en bucle. Y cuando consiguieron arreglar eso surgió el problema de la definición. Todas las cámaras transmitían imágenes borrosas y poco nítidas. Se apreciaban las siluetas y los colores, pero ningún detalle. Y mientras intentaban arreglar lo de la resolución iba un loco y se llevaba a unos quince civiles y cuatro guardias por delante rompiendo la ventana. Alexei tecleó una serie de instrucciones en su interfaz y se abrió una pequeña pantalla que le comunicó directamente con el jefe de los ingenieros. Su viejo amigo Johan Clark. En la pantalla apareció la imagen de un hombre de unos cuarenta años, en forma, con el pelo castaño rapado y una cicatriz que iba desde la frente pasando por su ojo izquierdo hasta llegar a la barbilla. Johan estaba leyendo un informe en su líbro electrónico.

 

-Hola, Alexei.-saludó el ingeniero sin siquiera dignarse a mirar.-Supongo que me llamas para preguntarme si sé algo más de lo que ha pasado.-

-Supones bien, amigo mío.-

-Bien, esto es lo que hemos encontrado. Al parecer alguien consiguió colarse en nuestros sistemas y luego lo manipuló todo a su antojo.-

El almirante frunció el ceño.

-Tenía entendido que nuestro software era el más avanzado. ¿Como ha podido ocurrir?-

-Sea como fuere el que lo hizo tenía una tecnología increíblemente avanzada y especializada. Incluso más avanzada y especializada que la nuestra. Dudo mucho que esto sea cosa de ORCA.-

-¿Podría haber sido cosa de una sola persona?-preguntó Alexei con cautela.

-No, hacer algo así requiere de un apoyo logístico y técnico demasiado grande como para tratarse de la iniciativa propia de un pirado.-

-Entonces, ¿que opinas?. Si no ha sido ORCA, entonces quien. ¿Liliana?-

-¿Ese supuesto y chapucero grupo terrorista? No. Yo creo que esto viene de otra organización.-

-¡Será una broma!-repuso el almirante.

-Mírame, viejo amigo. Sabes perfectamente que no estoy para bromas. Tengo a la mitad de mi equipo intentando reforzar nuestro firewall y a la otra mitad preguntándose como coño alguien ha podido acceder a nuestros sistemas sin autorización de la compañía.-

-Asi que, se trata de Line Ark, ¿eh?.-

-Es el culpable más lógico que veo. Además tu ya lo has visto, cada vez que la Liga intenta hacer una incursión en su territorio siempre recibimos noticias de nuevas armas muy superiores a las nuestras. Si su armamento es mejor que el nuestro, ¿por que no lo iban a ser también sus sistemas informáticos?.-

-Tiene lógica. ¿Pero de donde habrán sacado los medios para desarrollar esa tecnología?-

-Hazte un favor y deja de preguntarte cosas cuya respuesta seguramente no sabrás nunca.-

-Tu siempre tan sensato.-

-Y tu siempre tan impulsivo.-

-Jajajaja, ¿que tal va tu nuevo ojo?-

-Bien, da menos problemas que el anterior.-

-¿Y que tal Helen?-

-Bah, como siempre. Se preocupa demasiado por Jack.-

-Ya casi ni me acordaba de él. ¿Cuantos años tiene ya?-

 

-Aún tiene cinco.-

-¿Y que tal le va el parvulario?-

-Bien, pero últimamente pregunta mucho donde esta su tío Alexei.-

-Un día de estos tengo que pedir el día libre para ir a veros.-

-Hazlo, seguro que el chico se pone loco de contento. Por cierto, ¿como está tu hija?-

-No lo sé. Todo lo que sé es que no me habla desde hace tres años y que ella ya tiene diecisiete.-

-Estará conmocionada después de lo sucedido, ¿no?-

-Ella está en... la lista de desaparecidos.-

Johan guardó silencio frente a semejante noticia.

-Lo siento mucho, Alexei. No tenía ni idea.-

-Tranquilo, no pasa nada. Es solo que no quiero que se complete el recuento de la tripulación... por lo que puede llegar a implicar. Pero es mi deber.-

-No te preocupes, Alexei. Esté donde esté, seguro que se encuentra bien.-

-Eso espero. Ha sido un placer hablar contigo, amigo mio.-

-Lo mismo digo, viejo lobo.-

-Veré si puedo pasarme este fin de semana.-

-De acuerdo, te esperaremos.-

-Hasta luego.-

Alexei Stukov cerró el canal de comunicación y la pantalla quedó en blanco. El almirante inspiró con regocijo y sonrió por primera vez en todo el día.

 

 

Shu Hei se sentó sobre una caja de municiones y miró al cielo con la esperanza de ver lo que se suponía que tenía que ver. Al contemplar el cielo libre de aeronaves el joven de rasgos orientales se puso a pensar en lo bueno que estaría un platito de arroz a la cubana en aquel momento. Unos metros a su derecha un robot gigante reposaba con la espalda apoyada en la fachada de un ruinoso edificio cercano. A su alrededor una gran extensión de tierra yerma y árida se extendía varios kilómetros a la redonda. Y enfrente, el mar. Por la pierna izquierda de su máquina de combate se extendía una escalerilla de cuerda que descendía desde la espalda. Shu Hei pilotaba un Ekhazar personalizado construido por Álgebra. En aquel momento el robot de color rojo intenso con partes blancas y negras iba armado con un rifle de francotirador de gran calibre y una ametralladora gatling en cada hombro. El piloto de origen chino se sacó una barrita de canela del bolsillo y empezó a degustarla con parsimonia mientras observaba el océano, que se extendía frente a él. Parecía que su jefe iba a tardar.

 

 

El robot blanco abrió fuego contra su indefenso enemigo y la cabeza del autómata quedó reducida a un amsijo de hierros. El robot enemigo quedó inerte en el suelo, derrotado. Después, la máquina conocida como White Glint dio media vuelta, apuntó con sus dos fusiles de asalto a los tres que quedaban y abrió fuego indiscrminadamente contra el grupo. Los dos primeros cayeron acribillados mientras el tercero se separaba a tiempo para esquivar el fuego enemigo. El piloto masculló una maldición mientras desplegaba los lanzamisiles de sus hombros. El robot marrón se aproximaba al White Glint a su velocidad máxima. El operador del White Glint fijó el objetivo,  apretó los dos gatillos y dos pequeñas ojivas salieron disparadas hacia su objetivo. En los últimos metros los dos misiles se desplegaron en una lluvia de pequeños proyectiles perforantes. Lo que quedó del último autómata comenzó a rodar por el suelo hasta quedar a los pies del White Glint.

-Perfecto, sencillamente perfecto, como siempre.-afirmó un hombre a través de la radio.

 

-Estos no llegaban ni a morralla. ¿No podías habérmelo puesto un poco más difícil?.-le regañó el piloto del White Glint.

-Fiona, si te lo hubiera puesto más difícil habría superado el racionamiento de recursos y el próximo entrenamiento habría sido mucho más fácil. Por no hablar de que los de arriba me regañarían.-

-Tienes razón.-le admitió el joven a su operador.

-Ya va siendo hora de que vuelvas a casa. Si te das prisa a lo mejor llegas a tiempo para ver empezar la reunión táctica.-

-¿Que reunión?-

-La que acaban de convocar hace medio minuto. Le han dado a todo el mundo cinco minutos para acudir así que mejor será que te des prisa.-

-Ya voy, ya voy.-

El robot blanco dio media vuelta y activó sus propulsores traseros. La máquina avanzaba por el terreno sin necesidad de mover las piernas, los propulsores ya hacían esa parte del trabajo. Fiona miró hacia el frente y contempló el Monolito. Una torre blanca, circular, de titánicas dimensiones y con cientos de plantas en las que vivían miles de personas y en las que Line Ark planificaba sus operaciones fuera de su territorio. El Monolito no sólo era el hogar de mucha gente, Fiona incluida, sino también el cuartel general de Line Ark. Nadie sabía quien lo había construido aunque todo apuntaba a algún tipo de civilización extraterrestre. Cuando Line Ark entró en el Monolito encontró unas instalaciones superiores en todo y en su base de datos descubrieron los detalles encriptados para desarrollar nuevas tecnologías nunca imaginadas por el hombre. Así Line Ark había conseguido desarrollar nuevas armas, blindajes más ligeros y resistentes, sistemas de fijación infalibles y otras tantas utilidades para la ingente fuente de datos. La organización llevaba 25 años estacionada ahí y solo habían descifrado el 2% de la base de datos. Por lo demás el terreno alrededor del Monolito había a comenzado deshielarse y Line Ark había aprovechado para instalar alrededor de la torre varios cañones antiaéreos. Fiona llegó a la base del Monolito y bajó por la rampa central al hangar.

-¡Llega el White Glint!-exclamó alguien.

El interior del hangar era cuadrado y estaba iluminadado por varios focos orientados hacia todas partes. 

-White Glint diríjase a la celda 04.-ordenó la Supervisora.

-Recibido.-

El White Glint se colocó de espaladas a la pared y dejó que las abrazaderas se acoplasen a su extremidades y a su torso. La cabina hermética se abrió y Fiona salió por la nuca de la máquina. La joven bajó por la escalerilla de cuerda hasta la pasarela que había al nivel de la cintura del robot. Un chico embutido en un diplomático traje de un impoluto blanco la esperaba. Fiona se quitó el casco que le cubría la cabeza y dejó al descubierto su cabello azul, fruto de la manipulación genética, recogido en dos coletas a ambos lados de la cabeza. Sus ojos igualmente azules, reflejaban jovialidad. Fiona sonrió. El joven que la esperaba era James Hulic. El chico llevaba su pelo castaño muy desordenado, como siempre y sus ojos color marrón miraban a Fiona con media sonrisa.

-¿Que tal el entrenamiento?-preguntó.

-Bah, Osmund solo me mandó basura. Nada difícil.-

-Ese operador te mima demasiado, lo sabes ¿verdad?-

-Si, lo sé. Pero no me importa con tal de poder volver pronto a comer. Hay reunión ¿no?-

 

-La acaban de convocar, es en la planta...-

-127. Siempre es en la misma.-

-Cierto.-Admitió James decaído.-¿Vamos a quedar esta tarde?-

Fiona se le acercó y le susurró al oído.

-Ahora hay cosas más urgentes que eso.-

Fiona se encaminó hacia el ascensor.

-Venga, no queremos llegar tarde.-

James suspiró.

-Cierto.-reconoció.

Y el joven entró en el ascensor.

 

 

-Señor, he localizado a Shu Hei cerca en la costa. Nos está esperando con el cargamento que usted solicitó previamente antes de comenzar esta misión.-

-Armas, por fin. Ya me estaba cansando de no llevar nada encima. ¿También se ha traido el módulo?-

-Afirmativo. Estoy recibiendo una transmisión suya.-

En la interfaz de la cabina se abrió una pantalla de comunicaciones en la que apareció un joven asíatico de pelo negro y largo, recogido en una extensa coleta.

-¿Como van los cielos?-preguntó el asiático.

-¿Disculpa?-interrogó Vlad.

-Perdone jefe, es mi nuevo saludo. Y como usted viene de una de las Cunas, que por cierto, están muy arriba... ¿que mejor saludo?-

-Sencillamente podrías haber dicho hola.-

-Nah, demasiado clásico. Además hay innovar. Como en la ciencia.-

-La innovación en el saludo por parte de un individuo puede llevar a la confusión del resto de la comunidad.-intervino Beth.

-Y eso que más da, ya se lo aprenderán.-

-Déjalo, Shu. ¿Tienes el transmisor?-quiso saber el piloto albino.

-Vaya que si lo tengo. También tengo la mercancía.-

-Perfecto. Llegaremos en cinco minutos. Ve preparando el transmisor.-

-A la orden, jefe.-

-Beth, aumenta la velocidad. No quiero llegar tarde.-

Mientras tanto, Shu tomó los mandos de su robot. La máquina se dirigió a la parte trasera del edificio en el que había estado apoyada hasta el momento y sacó un disco de metal negro con un punto rojo en el centro. El mecha rojo dejó el objeto en el suelo y pulsó en el punto rojo. Al momento el disco se desplego en varias placas móviles que no dejaron de moverse hasta formar una perfecta antena parabólica.

-Menos mal que existen las antenas portátiles.-dijo Shu antes de volver a la parte trasera del edificio para sacar unas enormes cajas negras. El robot rojo llevó los contenedores a duras penas hasta el límite en el comenzaba la albina arena de la playa. Tras esto el robot de Álgebra lanzó una mirada hacia el cielo. Un puntito negro se acercaba a notable velocidad hacia él.

-Ya era hora. Pensaba que ibas a tardar menos, jefe.-

-Dijo el hombre de los propulsores defectuosos.-se cebó Vlad.

-Oye, jefe. Eso ha sido un golpe bajo.-

-No te quejes tanto.-

-Está bien.-

Finalmente la máquina negra aterrizó a unos metros del robot de Shu y se conectó a la antena por radio. La conexión con la base de ORCA tardó unos segundo en inicializarse. Pero cuando acabó Vlad vio aparecer en la pantalla a un hombre de rostro curtido y pelo azabache. Sus ojos azules refulgían bajo la mortecina luz que iluminaba sus facciones. Era Maelzel, el segundo al mando de ORCA.

-Hola Vlad. Por lo que veo has completado la primera fase del plan con éxito.-dedujo el hombre al verle en compañía de aquella princesa durmiente.

-Tienes muy buena vista, Maelzel. Como siempre.-dijo el albino.

-Por supuesto. Bien, ahora que ya está confirmado pasaremos a la segunda fase del plan. Regresad a la base y procurad pasar desapercibidos para las tropas de las corporaciones. ¿Entendido?-

-Señor, si, señor.-aseguraron ambos pilotos al unísono.

-Bien, usad la mercancía que os hemos enviado. Os será útil. Aquí Maelzel, corto y cierro.-

La pantalla se cerró y ambos pilotos quedaron a solas de nuevo.

-Oye, ¿donde están mis armas, Shu?-

-Ah, eso. Justo ahí.-respondió el joven señalando dos cajas negras.

-Bien, Beth cógelas. Yo llevaré a la chica al módulo así que abre.-

-Enseguida.-

La cabina se abrió y Vlad saltó desde los hombros de su máquina mientras esta se dirigía hacia las cajas negras. Vlad llevó a Irina en volandas. Al verlos Shu Hei no pudo evitar decir:

-Vaya, jefe. Ni que te acabases de casar.-opinó el asíatico desde su el interior de su robot.

-Callate.-Le respondió secamente.

Vlad rodeó el edificio en ruinas y llegó a la entrada a una especie de casa cuadrada muy nueva que habían dejado allí. Se trataba de un módulo habitable. Vlad entró, esperó a que la descontaminación se completase en la cámara estanca y entró en la casa. Tenía dos pisos, con tres camas dos lavabos y un salón con aparatos para hacer ejercicio. Vlad subió a la segunda planta, entró en la primera puerta a la izquierda y dejó caer a Irina sobre el colchón como si fuese un saco de patatas. Tras esto Vlad salió de la habitación y bajó por las escaleras.

 

End Notes:

Si queréis ver una imagen de Fiona id aqui: 

https://i930.photobucket.com/albums/ad141/narokiarzel3/sunshine/wg.jpg

Si quereis ver el robot de Shu Hei id aqui: 

https://images.wikia.com/armoredcore/images/4/4b/090303-175547-1280x720p-000111.png

 

PD: No incumplo ninguna norma de esta página puesto que solo estoy colgando el enlace de la imagen en si.

End Notes:

Si queréis ver una imagen de Fiona id aqui: 

https://i930.photobucket.com/albums/ad141/narokiarzel3/sunshine/wg.jpg

Si quereis ver el robot de Shu Hei id aqui: 

https://images.wikia.com/armoredcore/images/4/4b/090303-175547-1280x720p-000111.png

 

PD: No incumplo ninguna norma de esta página puesto que solo estoy colgando el enlace de la imagen en si.

Regresar al índiceCapítulo 5: Encuentros. by Arael
Author's Notes:

Hola, gente aqui subiendo el quinto cap de armored core. tambien os dejo un enlace para que veáis los perfiles de los personajes del fic en mi blog. es aqui: https://araelworld.blogspot.com/2011/09/mis-fics-armored-core-for-energy.html

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Hola, gente aqui subiendo el quinto cap de armored core. tambien os dejo un enlace para que veáis los perfiles de los personajes del fic en mi blog. es aqui: https://araelworld.blogspot.com/2011/09/mis-fics-armored-core-for-energy.html

 

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