Un Recuerdo Lleno De Olvido by Lizz ASP
Quisiera poder recordar tantas cosas, por ejemplo, mi nombre, mi apellido, mis gustos, mi personalidad, mis amigos, mi trabajo o estudio, mi vida… en especial a él…
Tengo una gran laguna mental me tiene encerrada en un pensamiento vacio, es que en realidad, no recuerdo nada y es muy frustrante… demasiado.
capitulo anterior:
-…Y si te oculté nuestra relación fue simplemente por la razón que no encontraba justo amarrarte a algo que ignorabas… -Bajó su mirada haciéndome sentir que realmente le dolía la situación- No hallaba la hora en que recordaras todo lo nuestro, que te volvieras a enamorar de mi…
-Vegeta…yo…. –Trataba de decir, más silenció mis palabras colocando uno de sus dedos en mis labios-
-Por favor…déjame terminar… -Suplicó- No sabes las ganas que tenía de estar así de cerca junto a ti. Ni siquiera las veces que rogaba el que no te enamoraras de otro hombre. El no poder decirte lo mucho que te quiero…
capitulo 7: viajando al pasado...
actualizado by: lilian..
Categories: ANIME/MANGA, DRAGON BALL (SAGAS) Characters: Bulma, Vegeta
Generos: General, Romance, Songfic, Universo Alternativo
Advertencias: Ninguno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 7 Completed: No Word count: 14926 Read: 3737 Published: 29/03/2013 Updated: 26/08/2013
Quisiera poder recordar tantas cosas, por ejemplo, mi nombre, mi apellido, mis gustos, mi personalidad, mis amigos, mi trabajo o estudio, mi vida… en especial a él…
Tengo una gran laguna mental me tiene encerrada en un pensamiento vacio, es que en realidad, no recuerdo nada y es muy frustrante… demasiado.
capitulo anterior:
-…Y si te oculté nuestra relación fue simplemente por la razón que no encontraba justo amarrarte a algo que ignorabas… -Bajó su mirada haciéndome sentir que realmente le dolía la situación- No hallaba la hora en que recordaras todo lo nuestro, que te volvieras a enamorar de mi…
-Vegeta…yo…. –Trataba de decir, más silenció mis palabras colocando uno de sus dedos en mis labios-
-Por favor…déjame terminar… -Suplicó- No sabes las ganas que tenía de estar así de cerca junto a ti. Ni siquiera las veces que rogaba el que no te enamoraras de otro hombre. El no poder decirte lo mucho que te quiero…
capitulo 7: viajando al pasado...
actualizado by: lilian..
Categories: ANIME/MANGA, DRAGON BALL (SAGAS) Characters: Bulma, Vegeta
Generos: General, Romance, Songfic, Universo Alternativo
Advertencias: Ninguno
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Series: Ninguno
Chapters: 7 Completed: No Word count: 14926 Read: 3737 Published: 29/03/2013 Updated: 26/08/2013
Estos personajes no me pertenecen, solo a Akira Toriyama :)
Estos personajes no me pertenecen, solo a Akira Toriyama :)
Capítulo 1: ¿Quien soy? by Lizz ASPBueno, aqui les dejo una nueva historia :)
*Por los que me han preguntado por "el arte de conquistar" si la voy a seguir solo que les pido un poquitito de paciencia ya que le estoy dando los ultimos detalles y cualquier dia de estos subo el nuevo capitulo!
Bueno, aqui les dejo una nueva historia :)
*Por los que me han preguntado por "el arte de conquistar" si la voy a seguir solo que les pido un poquitito de paciencia ya que le estoy dando los ultimos detalles y cualquier dia de estos subo el nuevo capitulo!
Quisiera poder recordar tantas cosas, por ejemplo, mi nombre, mi apellido, mis gustos, mi personalidad, mis amigos, mi trabajo o estudio, mi vida… en especial a él…
Tengo una gran laguna mental me tiene encerrada en un pensamiento vacio, es que en realidad, no recuerdo nada y es muy frustrante… demasiado.
Bueno, creo que les explicaré desde el principio.
Abrí mis ojos pesadamente, respiraba con cierta dificultad, y sentía mi boca reseca, quería beber un poco de agua con urgencia. Al principio divisé un poco borroso, y luego la imagen del techo se me hizo muy clara ¿Dónde me encontraba? Era una buena pregunta para empezar. Traté de hablar, pero se me hizo imposible, era muy extraño… solo salían sonidos ininteligibles, y de un sillón que había en la habitación (por cierto la cual estaba llena de maquinarias que estaban adheridas a mi cuerpo) se levantó un joven de cabellos negros, con una mirada tan profunda pero a la vez ¿emocionada?
Ese joven se acercó a mí rápidamente, y cogió una de mis manos para acariciarla suavemente al igual que mi mejilla izquierda ¿Qué hacer? Era mi segunda pregunta… ¿Acaso era un violador, sicópata, o algún familiar…?
-Despertaste… -Dijo con una voz tan.... ¿emocionada?- Creí que no lo lograrías…
¿Por qué estaba así ese chico? No lograba entender el por qué de su actitud, para más no podía responderle, solo lo observaba…
-Dime algo por favor, mujer… -Suplicó con lágrimas en los ojos-
-A…ag-gua… -Traté de que me entendiera lo mejor posible, su rostro se desfiguro un par de segundos, yendo por un vaso y un paño a una mesa cercana, para luego humedecer mis labios con lo antes mencionado explicándome que no era bueno darme de beber una gran cantidad por recién despertar, y que la sensación de estar sedienta era producto del suero-
Entró un hombre de blanco, que me explicó que era un médico que estaba a cargo de mi estado de salud, y que encontraba que era un verdadero milagro el que lograra salir del coma en el que estaba… yo pensaba ¿En serio? ¿Había estado en coma?
-Te realizaremos unos exámenes para saber cuál es tu evolución… -Sonrió amablemente el doctor- ¿Tienes alguna duda, muchacha?
-¿qui…quien…s-soy? -pronuncié con mucha dificultad.
Sus expresiones cambiaron. Su semblante se oscureció, dejándome extrañada…
-Lo que temíamos… -Habló el médico tocándose la barbilla- ¿En serio no recuerdas nada?
-No…
-Tiene amnesia… -Respondió el chico de hace rato agachando su cabeza- No recuerda nada...
-¿Quién e-eres tú? –Comenté preocupada por su mirar-
-Yo…soy… -Su voz parecía quebrársele en cualquier segundo- Vegeta…Solo un amigo…
El médico lo miró de reojo y luego lo jaló hacia afuera de la habitación, donde estuvo por lo menos 10 minutos hablando con él. Luego de eso, ingresó de nuevo con una cara sonriente, explicándome que era un amigo de infancia y que cuidaría de mi hasta que me recuperara. Que chico tan considerado, pero a la vez tan misterioso en su actuar, pues la verdad algo no me calza en todo esto.
Regresar al índiceCapítulo 2 ¿POR QUÃ TE PREOCUPAS POR MI? by Lizz ASPCANCION: ÉL- AZÚCAR MORENO
CANCION: ÉL- AZÚCAR MORENO
Estuve varios días en ese hospital, específicamente en el área de observación, me explicaron que mi memoria podía volver en unos días, semanas, meses, años, quizás nunca. Eso era chocante, saber que había una gran posibilidad de no recordar nada de mi pasado el resto de mi vida.
Por otro lado, ahí estaba ese chico, ese tal Vegeta que no me deja nunca sola. Es tan extraño. Quisiera poder leer su mente y saber que piensa cada vez que está a mi lado, es que la verdad no puedo comprender por qué tanta preocupación, está bien que seamos amigos de infancia como él dice, pero ¿será para tanto?... Su actitud conmigo es variante, me refiero a que con los médicos y enfermeras se muestra tan frio y serio, y cuando estamos solos es tan cálido y comprensivo.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Ya la estás haciendo… -Comentó divertido sonriendo de medio lado- Pero, ¿qué quieres saber?
-¿Por qué te preocupas tanto por mi? –Solté sin pensar, haciendo que me mirara un tanto sorprendido-
-¿Te molesta? –Respondió con otra pregunta, de un modo sentido-
-No, es solo que…no sé…me parece raro.
-¿Raro? –Alzó una ceja mientras hacia una mueca- Bueno, si quieres dejaré de venir a ver…
-¡No! –Respondí sintiendo un dolor en mi pecho de solo escuchar esa posibilidad- No he dicho tal cosa.
-Bulma… -Cogió mi mano como aquel día pero con una delicadeza como si con ese roce me fuera a romper- Quiero estar contigo hasta que recuperes la memoria…
Sentí mi corazón palpitar con fuerza, mis ojos se llenaban de lagrimas que amenazaban en recorrer mis mejillas de un segundo a otro. ¿Acaso mi corazón recordaba algo? ¿Acaso sentí algo más que una simple amistad por él? Creo que nunca lo sabré…
Ese hombre tiene algo que me rumba la razón
yo lo veo se me pone como loco el corazón
cuando me mira casi, casi ya no puedo ni pensar
él se adueño de mi cabeza y de todo lo demás
-¿Qué pasa? Te quedaste como pensativa… -Comentó después de un rato-
-Quisiera poder recordarte, Vegeta… -Comencé a sollozar- Quiero recuperar lo que perdí y saber tantas cosas. Mi mente es un lio y ya no quiero más…
-Si fuerzas tu mente, menos resultados tendrás, mujer… -Puso su mano en mi cabeza y jugaba con mis cabellos- Y no solo tienes un lio en la cabeza, sino también en tu cabello… -Lo miré de tal forma que si pudiera lo enterraba seis metros bajo tierra- No me mires así, yo solo digo la verdad…
-¡Animal, so bruto! –Le di un pequeño golpe causándole un ataque de risa, que tuvieron que entrar un par de enfermeras para pedirle que se callara por el reposo tranquilo de los demás pacientes-
Pasó el tiempo y me dieron de alta, y tal como quiso nunca se separó de mi. Me llevó en su automóvil a un departamento, que estaba ventilado y con un aroma muy delicioso, de inmediato pensé “¡Comida!” y no me equivoqué. Llevaba días tragando a la fuerza la comida del hospital y de solo recordarlo me daban nauseas.
Para matar el rato comenzamos a hablar de muchas cosas, quería saber cómo era nuestra relación antes de mi accidente, del cual un ruido invadió de mi mente y sentí como si algo me golpeara con fuerza. Solté el cubierto que sostenía en mi mano producto de un repentino dolor de cabeza, él se levantó de su asiento y me sostuvo para que no me desvaneciera y cayera al suelo.
Él le puso alas a mi vida, el es para mi la luz del sol,
el trajo de nuevo la esperanza el lleno mi mundo de color..
En ese momento algo pasó, me acerqué a él y lo besé tímidamente, sintiendo como acariciaba mi espalda, y a la vez sintiendo como cada vello de mi cuerpo se erizaba y respondía mi caricia, un impulso que luego de unos segundos me llenó de vergüenza lo que hizo que me separara de él rápidamente ¿Qué hice? Era lo que me cuestionaba
Se me derrite la boca cuando él me besa
yo me vuelvo loca
se me derrite la piel se me toca el
si me abraza el yo me vuelvo loca
-Lo siento, yo no…quería… -Trataba de excusarme mientras mis mejillas ardían con fuerza- Eres mi amigo y esto no….
-Déjalo así… -Respondió sentándose como si nada- Terminemos de comer o si no se enfriará la comida, mujer…
-Yo…
-Nada, esto no volverá a ocurrir… -Sonrió de lado- Pero, quisiera saber ¿Qué te pasó hace un momento?
-Fue todo muy raro… -Expliqué al sentarme nuevamente en frente de él- Sentí el ruido de un choque y sentí un dolor muy fuerte en mi cabeza…
-Entonces recordaste un poco de tu accidente…-Respondió bebiendo un poco de agua- Porque resulta que ese día íbamos a juntarnos en el edificio central, como solíamos hacerlo casi todos los días, y cuando te vi a la distancia te hice una señal para que supieras donde me encontraba, pero… -Bajó la vista haciendo una mueca que no paso desapercibida- estabas distraída y cruzaste alzando tu mano para que te viera, y de un momento a otro apareció un vehículo a toda velocidad que te arrolló y caíste al suelo inconsciente y ensangrentada…
“Ahora entiendo el sonido que escuché antes de que me doliera la cabeza” –Pensaba mientras una parte del rompecabezas llamado “memoria” se completaba-
-Cuando te llevó la ambulancia, los paramédicos te reanimaban con todas fuerzas, y cuando llegaste al hospital tu esperanza de vida se reducía minuto a minuto, y cuando saliste de cuidados intensivos, me explicó el médico que el golpe craneano había sido muy fuerte, y que había una gran posibilidad de que no recordaras nada…
- Y eso te afectó mucho parace… -Comenté extrañada al ver como sus puños se apretaban con cada palabra que salía de su boca- Vegeta… -Tomé su mano para acariciarla con cariño- No sé qué pasa, ni como era nuestra relación antes de eso, pero se nota que eres un gran amigo. Gracias, muchísimas gracias por no dejarme sola…
-De nada, mujer sentimental… -Comenzó a burlarse y sentí como nuevamente mi sangre se acumulaba en mis mejillas, su voz, su mirada me hacía sentir tantas cosas, y sentir su mano sobre la mía me hacía sentir protegida y acompañada-
Yo no sé lo que me ha hecho
pero desde que llego todo el cuerpo
se me agita solo de escuchar su voz
es que el volcán que llevo dentro me tiene a por su causa
y nada mas me tiene ardiendo como el fuego
y cada vez me quema mas el le puso alas a mi vida
Él es para mi la luz del sol el trago de nuevo
la esperanza el lleno mi mundo de color
Luego de esa conversación, me indicó cual sería mi habitación ya que me quedaría en su casa un buen tiempo, ya que mi antigua casa estaba arrendada para poder costear mis gastos médicos, y no tenía a nadie más que recurrir, ya que mis padres estaban muertos desde hace un par de años según me explicó con el mayor cuidado posible.
Cada noche recordaba aquel beso que le di, y posaba mis deos sobre mis labios, como si con eso pudiese sentir la calidez de los suyos sobre los mios y saber que Vegeta estaba en la habitación aledaña me colocaba más nerviosa aun…
se me derite la boca cuando el me besa
yo me vuelvo loca se me derite la piel
se me atrapa el se me abraza el yo me vuelvo loca
Sé que no debería sentir esto, ese palpitar alocado cada vez que se me acerca, o cuando simplemente me mira… ¿me estaré enamorando de mi amigo?
si me ha hecho brujería no lo quiero ni saber,
lo importante que me siento como sueña una mujer
me seduce me enloquece y me sumerge en el placer me llena
toda con su amor de la cabeza hasta los pies
¿Qué tiene Vegeta que lo hace tan especial? ¿Será acaso su pelo? ¿Sus facciones tan varoniles? ¿Su voz? ¿Su mirada tan penetrante? ¿Sus atenciones conmigo? ¿Su forma de ser?...
se me derite la boca cuando el me besa
yo me vuelvo loca se me derite la piel
se me toca el se me atrapa el yo me vuelvo
loca se me derite la boca cuando el me besa
yo me vuelvo loca se me derite la piel se me atrapa
el se me abraza el yo me vuelvo loca que yo me vuelvo loca
loca loca loca loca loquita de amor
¿Qué me ha hecho que no puedo dejar de pensar en él?
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS! :)) HASTA LA PROXIMA
GRACIAS POR SUS COMENTARIOS! :)) HASTA LA PROXIMA
Regresar al índiceCapítulo 3: Relatando desde otro punto de Vista by Lizz ASPLa Guitarra – Los Autenticos Decadentes.
El Amor Comienza- Alex Fernando
La Guitarra – Los Autenticos Decadentes.
El Amor Comienza- Alex Fernando
¿Quién pensaría que algo así sucedería? ¿Quién me diría que ella me olvidaría? ¿Quién me quita este vacío en mi pecho? Bulma, si tan solo recordaras…
Cuando era tan solo un niño, fui muy terco y dominante, demasiado llevado de mis ideas para tener solo once años, sediento de libertad. Me convertí en un dolor de cabeza para mis padres, quienes trataban de todas las maneras posibles de poder enderezarme y “transformarme” en un buen hijo, es que en verdad, a mi no me interesaba serlo.
Mis amigos (que de verdad los consideraba como tales), me acompañaban en cada travesura que se me pasaba por la mente, comenzando por hacer bromas básicas y luego expertas, y qué mejor que ponerlas en práctica que en la escuela.
Tuve un problema de difícil solución
en una época difícil de mi vida
estaba entre la espada y la pared
y aguantando la opinión de mi familia…
-¿Crees que funcione? –decía un pequeño pelinegro ocultándose detrás de un casillero, vestido con ropas naranjas, de tez blanca y sus ojos tenían el mismo color que sus cabellos. Su nombre era Kakaroto, pero después de un tiempo le cambiaron su nombre, ya que fue adoptado por una pareja de ancianos años antes-
-Obvio, ¿con quién crees que hablas eh? –Respondí muy seguro de mi mismo y mi capacidad innata de causar problemas-
-No sé, a mi me da mala espina… -Comentó el hermano menor de Kakaroto, llamado Gohan-
-Bueno, anda a ver si viene alguien y si es así, silba para alertarnos…
-Ok… -Sin más se fue corriendo a la esquina del pasillo colindante con la Oficina del Director de la Escuela.-
-Con estos petardos se llevaran un buen susto los de la clase de música ¿no crees? –Le mostré la larga hilera de pequeños explosivos-
-Sí, de eso no hay duda… -Sudaba de los puros nervios mi pequeño y asustadizo amigo- Date prisa, Vegeta o alguien nos verá…
-Ok, lánzalos tú al salón… -Se los entregué a Kakaroto apenas los encendí-
-¡No, tíralos tú! –me los regresó en un segundo-
-¡Que tú lo hagas! ¬¬
-Fue tu idea, así que ¡Tíralos tú! ¬¬
Entre que lanza y devuelve, los explosivos comenzaron a explotar uno por uno, creando un estruendoso panorama. Los alumnos comenzaron a salir de sus aulas ya que la alerta de incendios fue activada. No nos dimos ni cuenta cuando nos jalaron de las orejas, y quien más si no el Director.
-¿Vegeta y Gokú? –Dijo con voz ronca- ¡Debí imaginarlo!
-Yo no fui… -Comentó Kakaroto levantando las manos con aire de inocencia-
-¡Soy inocente! –Exclame seguro de lo que decía, aunque nuestra apariencia decía todo lo contrario, ya que nuestro rostro estaba negro, nuestros cabellos parados y chamuscados, y alguna que otra quemadura en nuestra ropa- “Gohan, ¿Dónde carajos te metiste?” –Pensaba mientras el dolor de mi oreja izquierda aumentaba-
-¡A otro perro con ese hueso! –Nos llevó a su oficina sin importarle nuestra queja de dolencia- Ahora llamaré a sus padres y deben saber que se encuentran en serios problemas, jovencitos….
“Me lleva…” –Pensamos con Kakaroto al mirarnos-
El castigo fue digamos…emm…pasable. Nos salvamos de la expulsión, pero a cambio tenía que asistir a la clase de música, ya que a Kakaroto lo iban a cambiar de escuela y de fijo no le permitirían mas la juntas conmigo ya que me consideraban una mala influencia ¡De donde sacaban eso! … Bueno, si lo era ¿y qué? Al menos no me aburría… hasta el momento….
Yo no quería una vida normal
no me gustaban los horarios de oficina
mi espíritu rebelde se reía del dinero, del lujo y el confort
-Bien, en esta clase se unirá un nuevo alumno hasta nuevo aviso… -explicaba la profesora con un aire maternal, el cual me chocaba- Su nombre es Vegeta, todos lo deben conocer ¿no?
El rostro de todos y cada uno de esos alumnos me decía que me odiaban por lo sucedido anteriormente hacía un par de días atrás… “pero qué rencorosos son…” –Pensaba mientras hacia una pequeña mueca de insatisfacción por tener que estar en ese lugar-
Así pasaron los días, y siempre terminaba más que aburrido, no hallaba con quien charlar y tampoco me interesaba entablar un tipo de conversación con esos pequeños gusanos adictos a la leche en caja y a las notas musicales.
-Hola… -Escuché tímidamente a una niña de cabellos azules los cuales estaban sujetos por dos trenzas delgadas- ¿Tú eres Vegeta…verdad?
-Ajam….
-Soy Bulma, mucho gusto… -Sonrió dejándome perplejo ¿Acaso le interesaba charlar conmigo? Pues se aguantaba las ganas porque no me rebajaría a hablar con una niña ¡ni pensarlo!- ¿siempre eres tan antisocial?
-¡Óyeme qué te pasa! –Perdí la compostura al escucharla- ¡no soy antisocial, niña boba! Es solo que no me interesa hacer amistad con ninguno de ustedes porque los encuentro totalmente patéticos…
-Es que como nunca hablas con nadie… -Me sacó la lengua en forma de burla- Bobo, tú eres el patético al no saber apreciar las distintas formas del arte. Y para conversar no se necesita ser amigos…
- Bueno, como digas… -Moví mi mano dándole a entender que para mi el tema estaba cerrado y me dejara de molestar. Pero, era más odiosa de lo que pensaba. Me charlaba de cosas sobre su vida, hasta de sus muñecas. La verdad ya estaba harto de escuchar su voz algo chillona, pero ni cuenta me di como pasó la hora y pude regresar a casa sin demora. Cada clase hablamos, y me fui soltando cada vez más hasta que se me formo un hábito el asistir a clase de música, solo por ella. Me agradaba su compañía, no me sentía solo como acostumbraba, incluso mi trato había cambiado con su persona. Era todo tan raro.-
- Y dime, Vegeta… -Habló después de un rato- ¿Tocas algún instrumento?
-No…
-¿te gustaría aprender a tocar? Si quieres yo te enseño…
-me da igual… -La verdad quería aprender, pero nunca lo aceptaría- pero, ¿Qué me enseñarías tú? Si te sale pésimo hasta tocar el triangulo…
-¡que gracioso! –Su tono de molestia y sarcasmo me impresionaba- Pero al menos no soy una vaga sin talento como tú grandísimo idiota… -Se puso de pie y fue por una guitarra, algo grande para ella pero eso no la detuvo para que llegase a mi lado y se sentase acomodando la guitarra junto a ella- Ahora fíjate lo que yo hago, y luego lo repetirás tú…
Verla tocar con tanta delicadeza ese instrumento me inspiró, me motivó a aprender y a fijarme en cada uno de sus movimientos, la canción que tocaba era “Polvos en el viento” que después de muchos años vine a saber su nombre. Para tener tan poca edad era talentosa, yo sabía que tocaba el piano y flauta dulce, pero no imaginé que también la guitarra. Luego fue mi turno, y fui un desastre. Me explico que era normal, y que practicara para ir perfeccionándome y que ella me guiaría en todo lo que necesitara.
y tuve una revelación, ya se que quiero en esta vida
voy a seguir mi vocación
será la música mi techo y mi comida….
Y fue ahí, en ese instante en que me dije que ese sería mi camino. Sería músico. Pasaron los años y me volví muy talentoso ¡hasta componía mis propias canciones y melodías!, es que la verdad con esa tremenda profesora quien no terminaría siendo un grande de la música. Mi amiga, mi hermana postiza, mi fiel compañera de aventuras, tan soñadora como yo lo era. Queríamos vivir de la música, no estar todo el día encerrados dentro de una oficina. Ni siquiera nos queríamos casar ya que eso trancaría nuestros planes y nuestras ganas de ser reconocidos mundialmente por nuestro talento. Pero, no siempre las cosas son fáciles…
porque yo no quiero trabajar,
no quiero ir a estudiar, no me quiero casar
quiero tocar la guitarra todo el día, y que la gente se enamore de mi voz
porque yo no quiero trabajar
no quiero ir a estudiar, no me quiero casar
y en la cabeza tenia la voz de mi viejo
que me sonaba como un rulo de tambor
-¡Hasta cuando seguiremos aguantando tu falta de juicio! –Mi padre golpeaba la mesa del comedor con fuerza. Era un exitoso empresario, y no soportaba la más mínima idea de que no siguiera sus pasos- ¡Madura!
-Eso es para frutas, viejo… -Respondí sin tomarle mucha atención-
-No te las quieras dar de chistoso, mocoso, porque si no ¡no respondo!
-Ya estoy lo suficientemente grande para saber lo que hago o no con mi vida ¿escuchaste? ¡mi vida, viejo!
-Por lo mismo te lo recalco… -Su mal humor aumentaba a cada segundo- Mira nada más como andas, con la barba crecida, el pelo largo, ¡ya pareces todo un hippie! ¡y solo tienes 19 años!
vos mejor que te afeites, mejor que madures, mejor que labores
ya me cansé de que me tomes la cerveza, te voy a dar con la guitarra en la cabeza
vos mejor que te afeites, mejor que madures, mejor que labores
ya me cansé de ser tu fuente de dinero, voy a ponerte esa guitarra de sombrero….
-Bueno, esto es lo que soy y lo que quiero… quiero ser músico, ser conocido por mi talento ¡ser feliz!
-Como sigas con esa absurda idea en la cabeza… -Me apunto con su dedo índice totalmente amenazante- ¡te la borraré de un solo guitarrazo en la cabeza!
-¡Como si me dejara golpear por ti! –Me levanté del asiento enfurecido, haciendo que la silla cayera al suelo- No destruirás mis sueños, no seré un frío y amargado empresario como tú…
y tuve una revelación ya se que quiero en esta vida
voy a seguir mi vocación, será la música mi techo y mi comida
porque yo no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar
no me quiero casar, quiero tocar la guitarra todo el día
y que la gente se enamore de mi voz
-¡Cuida tus pa….! –Alzó su mano dispuesto a golpearme pero mi madre intervino para que no lo hiciera, por lo que mi padre la apartó de inmediato- ¿acaso es ella verdad?
- ¿Ella? –No le entendía sobre lo que hablaba- ¿de qué estás hablando?
-“Esa”, tu amiga de cabello azul que siempre te acompaña a todos lados…. –Se daba vueltas de un lado a otro sujetándose la cabeza-
- “Esa” como tú le llamas, se llama Bulma, y no tiene nada que ver en esto… -Me enfurecía aun más por la forma en que se refería a mi amiga, aun no sabiendo el porqué-
- Me importa poco como se llame, pero lo que tengo claro es que no volverás a saber de ella, ¡jamás!
-¡¿Pero quién te crees que e…!?
-¡Soy tu padre y te lo ordeno! Esa chica es una mala influencia y algún día me agradecerás lo que estoy haciendo por ti.
-Pero…
-¡Pero nada he dicho! –De la nada sacó mi guitarra y la hizo pedazos contra el suelo. Comencé a odiarlo con cada fibra de mi ser. Primero lo de Bulma, ahora mi “Rose” mi fiel compañera- ahora te dedicaras a estudiar y serás un profesional, no un vago sin profesión…
-¡preferiría ser eso que tu hijo! –Lo empujé al salir del comedor, no quería ver a nadie, solo a Bulma. Ella era la única que me entendía, amigos desde pequeños, y cómplice de tantas cosas. De solo pensar en que no la volvería a ver, mi pecho se apretaba con gran fuerza, y no me explicaba el por qué. ¿Acaso esto ya no era amistad? ¿Acaso era amor? ¿Cómo saberlo? Creo que unos días sin verla me darán la respuesta de mi duda.
Pasaron dos semanas en las cuales no salí de mi alcoba y estaba hecha un chiquero. Un día martes, cerca de las tres de la tarde se sintieron unos golpes discretos en mi ventana, al correr la cortina vi que era ella, Bulma. Abrí la ventana rápidamente, la ayudé a entrar y la abracé con fuerza, necesitaba verla, saber como estaba, tenerla cerca mío… ¡qué bien olía! La luz que se filtraba nos daba en la cara, se veía tan hermosa con su vestido morado, el mismo que le regalé en su cumpleaños pasado… Y sin saber por qué comencé a temblar, sintiendo nuestro aliento tan cerca, chocando contra el rostro del otro, podía sentir el mismo nerviosismo por parte de ella.
Cuando el sol nos da en la cara
aunque afuera está lloviendo,
cuando tiemblan como hojas
nuestra piel y nuestro aliento,
el amor comienza...
-Te extrañaba… -susurró apenas aferrándose a mi cuello, y yo en su pequeña cintura- Y lamento no haber venido antes pero…
-Si, te prohibieron la entrada ¿no es así?
-¿Por qué me consideran una mala influencia? –Me miró extrañada y a la vez apenada- Al contrario, desde que somos amigos has cambiado tu actitud del cielo a la tierra…
-De eso soy consciente, pero…
-No quiero estar lejos de ti… -Su expresión de timidez me cautivó completamente-
-Yo tampoco… -Me acerqué un poco más a ella para casi rozar sus labios, cerrando nuestros ojos, sintiendo nuestros latidos en un solo compás…
Cuando el gris se vuelve rosa
y una imagen pensamiento,
cuando asoman las cosquillas,
como auroras de aire y fuego,
el amor comienza...
-¡Creí haberte dejado muy en claro que no quería verte de nuevo con ella! –Interrumpió mi padre entrando a mi habitación cuando casi nos estábamos besándonos-
No nos dio tiempo a nada. La sacó de la casa sin demora, y luego me llevó junto con él a otro país por cosas de negocios. Ese era nuestro adiós… Soñaba recibir una llamada de su parte, pero era inútil, mi padre tenía mi teléfono y estuve cerca de dos años lejos de ella, dedicándome de lleno al estudio de Economía y volví a ser el mismo patán de antaño, incluso me volví un mujeriego de lo peor, pero nadie llenaba aquel vacio que llevaba por nombre BULMA.
Cuando pasan cosas raras que antes nunca nos pasaron,
derramándose en el alma como flores de verano
y parecen una novela hasta el tiempo de trabajo,
y es la música del cielo un teléfono llamando.
Por azares del destino, desde Japón vinieron unos alumnos de intercambio, y entre ellos estaba Bulma. Estábamos en la misma clase, y la reconocí de inmediato. Estaba tal cual como antes, no había cambiado en absoluto, quizás con un rostro mas maduro, pero era lo normal, después de todos ya tenía veintiún años… La misma conexión de siempre se produjo en mi interior cuando cruzó miradas conmigo, me sentía feliz de volver a verla, inquieto de que no me hablara por lo de hace dos años por culpa de mi padre, y ansioso de concretar lo que dejamos inconcluso ese día… Literatura y libros
Cuando pasan por tus ojos bellos rostro bellos cuerpos,
y tú no te das ni cuenta hasta que los tienes lejos
y se busca algún amigo para hablarte de todo eso,
y se duerme a sobresaltos y se sueña con un beso,
El amor comienza, el amor comienza...
Comenzamos a salir después de ese día del reencuentro, el tiempo se nos hacia corto, y los rumores de una posible relación entre nosotros crecían cada día más, como así los chismes de que era una más de la lista de mujeres que pasaba por mi mano, pero, no era así. No con ella, y tampoco le parecía importarle, después de todo me conocía desde hace mucho. Fue en uno de esos días en que le pedí que fuera mi novia, y nunca imaginé que el sentir la calidez de sus labios junto a los míos fuera tan indescriptible. Dejé la carrera de Economía junto a Bulma y entramos a la academia de música de Oxford. Todo iba de maravilla, estábamos trabajando y asistiendo a clases a la vez. Por otro lado, mi padre se dio por vencido, y me dejo a mi suerte negándome como hijo desde ese momento, mas eso no me importaba porque por fin estaba junto a la mujer que quería…
Así cumplimos tres años de relación, con altos y bajos pero en si era estable. Era su cumpleaños número veinticuatro, y quedamos de juntarnos después del trabajo en el Edificio Central de la ciudad de Oxford, tal como siempre. La llevaría a cenar y luego daría el paso más importante de mi vida; le propondría matrimonio. Me sentía confiado en que sabríamos llevarlo bien y me imaginaba su cara de felicidad cuando se lo dijera.
Cuando oímos las campanas
que los otros no escucharon,
cuando alcanza a preocuparnos
la presencia y el horario,
el amor comienza...
La vi tan risueña como siempre a lo lejos, y ambos nos hicimos una seña. Pero, el destino no quería que nuestra reunión se concretara. Fue envestida a toda velocidad por un vehículo cuando cruzaba la calle y grite aterrorizado por la escena. Lloraba a mares, temeroso de perderla. Golpeé con todas mis fuerzas al conductor de ese vehículo, lo quería matar con mis propias manos. Había lastimado a lo más sagrado que tenía en mi vida y eso era imperdonable. Unos policías tuvieron que apartarme de él o si no hubiese logrado mi cometido. Luego de un rato la trasladaron al Hospital y muchos dijeron que no lograría salvarse, pero yo mantenía la esperanza de lo contrario, pues conocía muy bien a Bulma y era una mujer muy fuerte.
Al pasar los días, su diagnostico cambió. Estaba en un estado de coma del cual no se sabía si lograría despertar o no, y si lo hacía podría tener secuelas.
-La pérdida de memoria es una de ellas… -Me explicó el médico, dejándome helado por su respuesta- y no hay completa seguridad de que la recupere algún día… lo lamento muchacho, pero debes prepararte…
Tenía razón. Cuando despertó, tuve miedo, pero la esperanza volvió a mi cuando me vio, parecía reconocerme, y eso me tranquilizaba. Primero me pidió agua, y aunque me extrañó, humedecí sus finos labios, pero luego mi mundo se vino debajo de nuevo. No recordaba su nombre, por lo cual lo más seguro es que a mí tampoco, ni su vida, ni nuestras vivencias junto, ni lo mucho que nos amábamos….
Cuando el ir se vuelve prisa
y el volver una condena,
cuando duelen las demoras
y se muerden las esperas,
el amor comienza...
-¿Quién….quien eres tú? –Me dijo preocupada, extrañada, no sabría decirlo-
Cómo decirle “Mira Bulma, soy el joven al cual cambiaste, ¡Tú novio, que te ama con todo su corazón! El mismo que te propondría matrimonio antes del accidente” Eso sería muy fuerte para ella y de seguro no lo creería… Y fue ahí donde tomé la decisión de esperarla y no decir nada. La espera sería larga, pero si ella se volvía a enamorar de mi nuevamente sería el hombre más feliz que pisara la tierra, pero si no…. La dejaría ir. Ella merecía ser feliz, y por eso no hallé nada mejor que decir:
-Soy Vegeta…. Solo un amigo…
Al llevarla a mi departamento, bueno, “nuestro” hogar desde hacía dos años, algo ocurrió; ella me besó. Lo que me dejaba pensando ¿Su corazón recordará lo que su mente no? Cual fuese la respuesta, íbamos bien encaminados, y volver a besarla fue lo mejor que pudo pasarme después de tanto tiempo…
El amor comienza…
Escucha a tu corazón - Roxette
Escucha a tu corazón - Roxette
Me siento tan… frustrada. No hayo que hacer.
Cada vez que trato de ser útil en el departamento de Vegeta, termino haciendo un gran desastre. Empiezo a creer que seré el peor dolor cabeza que ha tenido en su vida. Pero… no lo demuestra y eso me sorprende. Me abraza y consuela cada vez que me siento sola, desorientada, aun cuando tenga mucho trabajo que hacer. Hoy he sabido que es músico. ¡Músico! ¡Debe ser muy bueno! Eso lo doy por seguro.
Flash Back
Caminaba por la casa ya muy de noche, dando vueltas como un animal enjaulado aun con las ropas que Vegeta me había dado días antes (una camisa cuadrillé, y unos pantalones grises que le pertenecían). No podía quedarme quieta. Era como si mi “interior” me pidiese realizar algo que mi cabeza no recordaba. Llegué al pasillo principal, y vi la luz del vestíbulo de Vegeta aun encendida. Mi primer pensamiento fue “se le quedó prendida o se quedó dormido”. Abrí lo mas silenciosa que pude aquella puerta que me separa de ese lugar, y lo vi en su escritorio concentrado. Estaba vestido con una sudadera blanca sin mangas dejando apreciar a simple vista la musculatura de sus brazos. Tenía puestas unas gafas de descanso, que lo hacían ver realmente atractivo aun cuando tenía su cabello negro todo alborotado. Sujetaba un lápiz grafito con su mano derecha y su ceño fruncido dejaba notar que no le estaba resultando sea lo que fuese su trabajo. En un acto de frustración, agarró una hoja de papel de un cuadernillo, la arrancó, arrugó y formó una esfera de papel que lanzó cerca de mis pies descalzos.
-Bulma… -Habló después de darse cuenta de mi presencia, - ¿Qué haces despierta a estas horas? Deberías estar descansando. –Dejó de lado su lápiz y movió su cabeza de lado a lado-
- Lo mismo que tú deberías hacer. –Respondí mientras atravesaba el umbral de la puerta- son las tres de la mañana y no has pegado ojo en todo el rato.
-Es que debo terminar un asunto y con todo esto no he tenido tiempo para nada. –Confesó acomodándose las gafas con su dedo índice-
“Deja de hacer eso, por favor” –Suplicaba en mi interior viendo lo atractivo que estaba en ese preciso instante-
-Bulma. Bulma. –Chasqueaba sus dedos con una sonrisa arrogante en sus labios al sacarme de mi ensoñación. Aquellos labios que por una razón desconocida me atreví a probar y que ahora solo quería volver a besar- ¿Te quedaste dormida de pie y con los ojos abiertos o qué?
Sé que hay algo como resultado de tu sonrisa.
Me doy cuenta por la mirada en tus ojos, sí.
-Solo… me preguntaba; ¿Qué tipo de trabajo tan urgente te mantiene despierto a esta hora? – ¡Bien! Buena escusa. Mi “yo” interior me aplaudía eufórica-
-¿Aun no lo sabes? –Alzó una ceja sorprendido, poniéndose de pie y sacándose de paso las gafas. Lástima. Se veía endemoniadamente bien con ellas. – Soy músico.
-¿En serio? –Sentí como si mi alma se alegrara de solo escuchar aquella frase- ¿Te gusta lo que haces?
-Sí, sí solo supieras lo mucho que amo todo esto. –Me sonrió con algo de melancolía. Me rompía el corazón verlo de esa forma-
Has construido un amor pero ese amor se derrumba.
Tu pedacito de cielo se vuelve muy oscuro.
-Quizás lo sé, pero no logro recordarlo. –Mi alegría interna se esfumó por medio segundo. Agaché la mirada apretando mis puños con fuerza, pensando ¡Cuando demonios recuperaré mi perra memoria! ¡Maldición!-
-Bien, mucha platica por hoy, nena. –En un movimiento demasiado rápido para mi vista, me cargó en su hombro como un saco de cemento sobre él, haciendo que se me escapara un chillido del susto- A dormir, que tienes que descansar y mañana es otro día.
-¡Suéltame, no seas bruto! Puedo caminar por mí misma. –Le golpeaba la espalda sin fuerzas ya que en realidad no me molestaba tenerlo tan cerca, lo que me molestaba es que podía imaginarme su sonrisa torcida llena de victoria-
Me alegraba saber que él no cambiara su actitud hacia mi persona después de ese beso que nos dimos, pero por otro me dejaba un gran vacío. Y luego de llevarme por todo el pasillo en la misma posición, me bajó cuidadosamente dejándome afuera de mi habitación.
Escucha a tu corazón, cuando te llama.
Escucha a tu corazón, no hay otra cosa que puedas hacer.
Mi estomago se sentía extraño. No sabía si era por su presencia o por el trayecto, pero mi corazón se disparó a mil por hora cuando me besó en la frente diciendo:
-Buenas noches, y que duermas bien.
No sé adónde vas y no sé por qué,
Pero escucha a tu corazón antes de decirle adiós.
Sin más, se dio media vuelta y se adentró en su dormitorio.
Fin Flash Back
Carajo, con algo tan sencillo me había dejado perpleja. Con algo tan sencillo, me dejó soñando feliz de la vida el resto de la noche. Vegeta, causas un efecto tan extraño en mí. Es increíble que al solo cerrar los ojos su imagen llene mi mente tan…increíblemente. Deseo imaginar los preciados momentos que pasamos ambos. Quiero recordar algún secreto que me haya dicho un día cualquiera. Desearía recordar un momento junto a él, que me dijera si estuve enamorada con anterioridad de él o si esto solo está pasando ahora…
Pero, lo mejor será buscarlo. Debe de estar nuevamente en su vestíbulo. Quizás le sea de utilidad. La idea me llena de alegría de todas formas.
Al asomarme por detrás de la puerta, veo un montón de papeles en el suelo. Pobre, debe estar estresado con todo esto. Lo mejor sería no molestarlo.
-Bulma. –Dice desde su asiento mientras acomodaba una guitarra entre sus piernas- ¿Necesitas algo?
-No. –Entro tímidamente con intenciones de no prolongar mucho la conversación, ya que veo que no valdría la pena intentar ayudarlo- Es solo que… no sé… quería ver si te podía ayudar en algo. Pero veo que…
-Sí, acércate. –Me interrumpe dejándome anonadada-
A veces te preguntas si esta lucha vale la pena.
Los preciosos momentos se pierden todos en la marea, sí.
Desaparecen y nada es lo que parece.
El sentimiento de pertenecer a tus sueños.
Camino en dirección a él, mientras que Vegeta acomoda una silla de mimbre en frente suyo. ¿Qué planea?
-Bien. ¿Estás cómoda?
-Sí. –Comento después de tomar asiento-
-Pues, bien. Veremos cuanto recuerdas.
-¿Recordar? –No le entendía su propósito- ¿Recordar qué?
-Tu talento... –Muy simple. Muy sencillo. Pero ¿qué talento?- Tu vida, aunque sean pequeñas imágenes. Ahora…Cierra tus ojos.
Escucha a tu corazón, cuando te llama.
Escucha a tu corazón, no hay otra cosa que puedas hacer.
No sé adónde vas y no sé por qué,
Pero escucha a tu corazón antes de decirle adiós.
-¿Por qué? –Mi corazón palpitaba con fuerza tras cada palabra que salía de su boca-
-Tú solo haz lo que digo. –Es muy mandón si se lo propone- No te haré daño, ni nada parecido.
Cerré mis parpados, y colocó una especie de venda en mis ojos para asegurarme de que no viera nada. ¿Qué se proponía?
-¿Confías en mi? –Preguntó después de realizar su labor-
-Sí, Vegeta.
-Me alegra. –Casi podía ver su sonrisa de satisfacción, me la imaginaba tan reconfortante como siempre.- Pues, quiero que me digas ¿qué sientes cuando escuchas esto?
Tras terminar su pregunta, comenzó a tocar una melodía en su guitarra. Me parecía tan conocida. Tan familiar. Tan triste y a la vez reconfortante. ¿Qué demonios pasaba? Una letra silenciosa llegaba a mi mente, conozco esa canción, estoy segura.
Luego, un par de imágenes vienen a mí.
Una niña que corría persiguiendo a un pequeño de su edad, y que este simplemente huía riendo tan divertido con una pelota entre sus manos en una tarde de verano.
Mi corazón se apretujaba tas cada nota. Tengo ganas de llorar, pero no lo hago, debo ser fuerte. Esto es lo que quiero. Quiero recordar.
Después de eso, me vi frente a una ventana vestida de negro, aun siendo una niña y entre mis manos tenía un retrato con una fotografía, dos adultos en ella, que me abrazaban y parecía feliz. Ahí también estaba aquel niño de hace rato. La lluvia caía sobre el jardín, y pensé que el cielo lloraba. Sin dudar salí de mi casa y me consolé con la lluvia que caía ahora sobre mi rostro. Disimulaban las lágrimas que salían sin parar.
¿Por qué lloraba? ¿Por ellos?
Y hay voces que quieren ser escuchadas.
Tanto para decir pero no puedes encontrar las palabras.
-¡Por qué! ¡Por qué! –Repetía una y otra vez en mi grito desesperado, mi vestido goteaba sin parar- ¿Por qué tenías que llevarte a mi familia? ¿Por qué a mi madre, a mi padre y a mi hermano? ¿Por qué me han dejado sola? –apretaba con fuerza aquel marco mientras caía de rodillas al suelo.
Pasaron los días, y nada me regresaba el ánimo. La clase de música era lo único que me devolvía el alma al cuerpo. Sentir la bella melodía de los instrumentos llenando cada uno de mis sentidos. Y fue ahí donde lo vi. Tan callado, tan serio, demasiado frustrado y desinteresado de todo. ¿Quién era el?
-Yamil… -Le hablé a mi compañera que solía tocar el saxofón- ¿Quién es ese que está ahí en el rincon?
-Uch! –Se retorció en su asiento de solo escucharme- “Ese” es el tonto que casi nos mata el otro día. Se llama Vegeta, solo sé eso. Y espero que se largue luego de aquí. Menos mal que no estabas ese dia.
-No debe ser tan malo como parece. –Murmuré sin quitarle la vista de encima, era muy lindo-
El aroma de la magia, la belleza que ha sido
Cuando el amor era más salvaje que el viento.
-Ja! Las apariencias engañan. Es el diablo en persona.
Dejé pasar los días, hasta que por fin pude hablarle. “Es ahora o nunca” me dije a mi misma. Dio resultado, pero tuvo que pasar mucho tiempo para que formáramos una amistad…
No hay más recuerdos.
-¿Recordaste algo? –Me miraba con ilusión oculta en su mirada tras quitarme la venda-
-Algo…
-¿Cómo qué?
-La muerte de mis padres… -Agaché la mirada al piso alfombrado- Yo tacaba instrumentos…
-¿Y…que más? –“¿Adonde quería llegar con tanta pregunta?”
-El inicio de lo nuestro… -Tras decir eso se le acumularon lagrimas en los ojos, abrazándome fuertemente contra su pecho. Solo podía acariciar su cabello con una de mis manos- Tranquilo, Vegeta. Sé que fuiste un niño muy travieso, pero aun tienes la magia dentro de ti. Eres un gran amigo…
-¿Amigo? –Repitió separándose de mi- ¿Amigo?
-Si, ¿Amigo? –“¿porque me ponía nerviosa verlo así?”
Pasó una mano por sus cabellos algo frustrado. ¿Habia dicho algo malo?
-Es todo por hoy. –Se dio media vuelta para tomar la guitarra y guardarla en su estuche de cuero-
-¿Vegeta? –La voz me salía en un hilo, me sentía tan mal de verlo asi- ¿Por qué estás asi?
-Por nada. –Respondió de la misma forma-
-¿Qué canción era la que tocabas hace rato?
-Dust in the wind –Me miró fijamente a los ojos, sintiendo un calor en mis mejillas- La misma canción con la que aprendí a tocar guitarra. La misma canción que me enseñaste tú, Bulma.
-¿Yo? –Me apunté a mi misma- ¿Hablas en serio?
-Si, muy en serio. –Sonrió melancólicamente mientras se ponía en marcha hasta quedar en el umbral de la puerta, hablándome sin mirarme esta vez- Eres una chica talentosa, ni te imaginas cuanto. Y cuando comiences a sentir, en vez de pensar, volverás a ser la misma de siempre en el ámbito musical. Te lo doy por firmado.
-Vegeta… -Alcé mi voz al ver que se iba- Gracias. Gracias por todo.
-No hay de qué.
Desapareció de mi vista en un segundo, pero el vacío de mi corazón aun sigue ahí y creo que cada vez se agranda más. Vegeta, ¿Qué quieres que recuerde realmente?
Luego de unas tres horas, me quedé sola en casa. Ni idea de donde estaba mi amigo músico. Tocaron la puerta, y decidi que sería bueno atender para ver que necesitaban. La sorpresa no fue agradable al ver a una chica pelinegra de cabellos ondulados, de ojos verdes, sonrisa arrogante, y vestida muy formal.
-¿Se encuentra Vegeta?
-¿Quién lo necesita? –Respondí sintiendo mis intestinos retorcerse por alguna extraña razón-
-Hmm.. la pregunta sobra, cariño… -Su tono era sarcástico y se notaba que tenía una fuerte personalidad- Soy Catalina, su novia.
-¿Qué?
Regresar al índiceCapítulo 5: Averiguando Mi Pasado by Lizz ASP-¿Qué? -¿Cómo era posible?
-Lo que escuchaste.-Entró al departamento lanzando una rápida mirada en la sala- ¿Qué haces tú aquí aun?
-¿Aun? –Repetí sintiendo mi sangre hervir de solo ver su mala actitud-
-Si, lo que escuchaste, y te diré algo… -Avanzó hacia mí y me lanzó una mirada de aquellas que si fueran cuchillos, mínimo tendría veinte clavados en todo el cuerpo- Aléjate de él.
-¿Y por qué debería hacerlo? –No sé cómo pude decir eso con tanta determinación- ¿Solo porque se te frunce en gana?
-No, solo que tú eres mala para Vegeta, Bulma. -¿Sabía mi nombre? ¿Cómo?- Tú no lo recuerdas, pero yo sí, y tú le hiciste un gran mal. Fui yo quien lo ayudó a sanar sus heridas y no quiero verlo así nuevamente. Así que no lo volveré a repetir: A-lé-ja-te-de-él. –Marcó muy bien su frase asegurándose de que lo entendiese- Y sabes qué. Mejor no le digas a Vegeta que estuve aquí y de nuestra pequeña charla. Yo misma se lo mencionaré esta noche después de… -Caminó hacia la salida contoneándose triunfal, y antes de salir volteó su cabeza y me lanzó una sonrisa ganadora- Tú sabes, noche de sudor y sábanas entre amantes apasionados. Hasta luego.
“Maldita bruja” Me dije a mi misma cuando al fin se marchó. Ahora me quedaba la gran pregunta en mi mente: “¿Qué fue lo que le hice a Vegeta? ¿Qué daño tan terrible le hice?”
Fui a mi habitación y me recosté sobre la fría cama que daba frente a la ventana. Abrazando mi almohada, trataba de recordar un “algo” que me llevara a saber qué hice. ¿Debería preguntárselo de frente? No, eso no. Vegeta me lo negaría o simplemente no me lo diría. Es muy amable para revelarme algo así.
De solo acordarme de su expresión de felicidad al relatarle el comienzo de nuestra amistad, me llena de una felicidad inexplicable. Pero, por otra me carcome su desilusión de no recordar más. ¿Qué quiere específicamente? Lo mejor será averiguarlo yo misma. Si, lo haré. Iré a su despacho y buscaré en su agenda el número de teléfono de esa mujer. Ella me dará las respuestas que necesito.
Verificando que no haya regresado, rebusco en su escritorio encontrando una lista de direcciones con números telefónicos. Vaya, tiene a muchas mujeres anotadas aquí.
“Ugg.. Apuesto a que son guapas e interesantes. Malditas brujas” Oh oh, ahí está de nuevo ese retorcijón de tripas. “Cálmate, son sus amigas, tal como tú lo eres. Tienes ventajas sobre ellas, tú lo besaste, ellas no. ¡Pero que estoy pensando!” Ni yo misma me entiendo. Veré que puedo hacer si ordeno de nuevo mis prioridades.
-¿Qué buscas?-Oh, no. Es él.- Te he hecho una pregunta, Bulma. Y quiero que me respondas.
-Yo-o.. solo… -Tartamudeaba sin lograr crear una frase para responderle- estaba…
Sus ojos me miraban serios. Mierda, primera vez que lo veo de esa forma. Está furioso, lo sé. Mi yo interno me lo grita. Se acerca a mí y ve la lista de direcciones que trato de esconder tras mi espalda en vano:
-¿Qué buscas en mi agenda? –Queda a menos de treinta centímetros de distancia. Mi pálpito se acelera a mil, y me tiemblan las piernas. No quiero sentirme así cada vez que se acerca a mi.- Dime la verdad.
-Quería…s-saber la dirección de…mi apartamento.
-¿Para qué? –Se alejó de mi confundido- Digo…este….yo creí que estabas cómoda aquí…con-migo…
-Y lo estoy… -Le acaricié la mejilla al verlo tan triste- es solo que…quiero saber más de mi. No es fácil no recordar lo que fuiste hace unas semanas atrás. Quiero recordar...
-¿Qué quieres recordar? Yo te puedo ayudar. –Tomó entre sus manos la mía que antes lo acariciaba-
-A ti… -Sentí mis mejillas sonrosar, y antes de que sacara conclusiones me apresuré- A mi novio, si es que lo tenía, mis gustos, mi pasión, mis amigos… o sea, yo que tú lo eres, pero no he visto a nadie más que a ti estas semanas y comienzo a pensar que era un tipo de antisocial, o una mujer muy tímida, ¡o simplemente una imbécil que no hacía más que molestarte y atosigarte con mi presencia!
Las lagrimas recorrían mi rostro libremente, odiaba estar así de sensible, me sentía una tonta frente a un hombre al cual no quería dar lastima. No era justo que él cargara con mi peso de no saber ni siquiera en donde estoy parada. ¡Hasta cuando!
-Oye, no digas eso, mujer boba. –Me abrazó contra su pecho con su voz tan dominante, pero a la vez tan dulce- No es que no tengas amigos, pero ellos están en otro país y muchos te fueron a ver al hospital mientras estabas en coma y no saben dónde estás viviendo actualmente, pero si te hace sentir mejor… los llamaré y les pediré que vengan a verte. ¿Qué opinas? ¿Te gusta la idea?
-Es por eso mismo que me confundes… -Susurré en voz baja disfrutando su abrazo mientras cesaba mi llanto-
-¿Dijiste algo? –Se apartó de mí con cara interrogante- Me pareció…
-Que sería buena idea. –Comenté convincentemente. Me acerqué a él, poniéndome de puntillas y besándole la mejilla derecha le agradecí su gesto.- Gracias por todo, Vegeta. No sé cómo pagarte todo lo que estás haciendo por mí.
-Salgamos a comer un día de estos. -¿En serio?- ¿Qué dices?
Un golpe en la puerta me saca de mi misma. Puedo adivinar quién es. De seguro es la presumida esa de Catalina. Se me revuelve el estómago de solo pensar en su frase del día “Tú sabes, noche de sudor y sábanas entre amantes apasionados”. Aprieto mis puños y salgo del despacho antes de que Vegeta reaccione, y me encierro en mi habitación. Comienzo a dar vueltas por mi recamara como una leona enjaulada que quiere deshollejar a la hiena que ronda a su presa. Ok, eso suena mal, pero no quiero que este cerca de Vegeta. Mi mente se burla diciéndome: ¡Estas celosa! Pero, ¿lo estoy? No, no es posible. Él es mi amigo… A quien quiero engañar. Me estoy enamorando de él. Quiero controlar lo que siento por él, pero se me va de las manos.
Siento la risa de una mujer. Ugg, debe ser esa. Es que si siento una risita más, salgo, la jalo del cabello y la saco de este lugar. Pero no puedo. No es mi casa, no es mi invitada y es…la novia de Vegeta. Me deprime la idea de saber que tiene un compromiso. Pero ¿por qué no me lo ha comentado? Ni siquiera una indirecta de que está con alguien. Voy al escritorio y prendo la computadora que me prestó para que jugara o me entretuviera en internet. En el navegador coloco mi nombre completo y comienzo a averiguar. Guau, encontré un reportaje sobre mí. Unos conciertos, mi trayectoria musical en donde hace énfasis mi talento desde muy pequeña. No me lo habría imaginado. Mi fotografía es muy formal, pero aparezco muy hermosa. No soy ni la tercera parte de la persona que aparento ahí. Ahora me propongo algo:
1- Maquillarme y arreglarme para lucir así de bien.
2- Ir a la tienda de instrumentos, de pronto me ha nacido la necesidad de tocar algún instrumento.
3- Averiguar más sobre mí. Y sé quien lo hará. J.L.Brown. El periodista que escribió este artículo tan bien detallado. Se nota que se esforzó en especificar cada detalle.
¿Cómo será ese sujeto? ¿Amable? ¿Anciano? ¿Calvo? ¿Viudo con siete gatos? ¿Un sicópata obsesivo con mi persona? Ah, mejor lo averiguo por mí misma, pero iré acompañada. Digo, por las dudas…
-Oye, Bulma. –Oigo la voz de Vegeta tras la puerta, dando unos pequeños golpes en la puerta que se encuentra con seguro- ¿Te sientes bien?
-Si. –Me limito a responder-
-Te estamos esperando para cenar. Te presentaré a una amiga nuestra.
-¿Cómo se llama? –Giré la silla giratoria del escritorio, en dirección a la puerta-
-Catalina.
-No, iré. –Lo que me faltaba. ¿Yo, amiga de “esa”? La idea me daba nauseas. Es una víbora de lo peor.-
-¿Por qué? –Me siguió interrogando- ¿Creí que querías…?
-Hoy no. Me duele la cabeza, no estoy de ánimos, luego si me da hambre comeré algo. Quiero estar sola. –“Anda con tu amiguita, no te preocupes. Desconsiderado. ¿Tanto te avergüenzas de ella que no me lo cuentas?” No lo culpo de todas formas-
-Si es lo que quieres, perfecto. –Su voz se notaba derrotada- Ella tenía ganas de verte.
“Si, cómo no, ni te imaginas, Vegeta” –Pensaba apretando mi falda que se me recogía de solo escuchar eso- “Ganas de verme atragantándome con un vegetal, es lo que quiere”
-¡Dile que es una perr…! –Oh, no. Contrólate. No lo alertes de tus celos- …sona considerada –terminé mi súper frase- pero que me disculpe.
-Te dejaré algo en la alacena. –Podía ver su sonrisa torcida detrás de aquella puerta que nos separaba- Buenas noches.
-Lo mismo para ti. –Me abracé a mi misma- “Tonto”
_*_*_*_
-Vamos, acompáñame. ¿si? –Varios días pasaron de la visita de su amiguita “ricitos negros” y yo había conseguido una cita con J.L.Brown. Era mi oportunidad de averiguar algo por mi misma-
-No me emociona mucho la idea. –Dejó el tazón con cereales al lado del envase de yogurt- No entiendo el por qué quieres ir donde un desconocido a averiguar cosas tuyas, cuando podría hacerlo yo.
-Ay, Vegeta. Por lo que supe es un crítico de lo mejor. Si tiene que decirme algo lo dirá sin miramientos, en cambio tú…
-¿En cambio yo qué? –Dejó de sacar el pan para las tostadas- ¿Qué hay de malo conmigo?
-Nada, es solo que… -Terminé de poner la mantequilla en la mesa- eres muy tú, solo eso…
-¿Muy yo? –Alzaba una ceja totalmente confundido- ¿A qué te refieres?
-Es que eres muy amable, y eres capaz de decirme que era la musa de Miguel Ángel con tal de hacerme sentir bien.
-¿Qué tiene que ver Miguel Ángel en esto? –Se reía por lo bajo- Es un pintor, no un músico.
-Bueno, era un ejemplo, señor sabelotodo-muy-perfecto. –Fruncí mi ceño, sentándome y a la vez comenzando a desayunar los cereales con yogurt que Vegeta había dejado ahí-
-Oye, ese era mi desayuno. –Reclamó cuando volvió con las tostadas-
-¡Vete al cuerno! –Acerqué más aun el tazón hacia mi- Yo lo vi primero.
-¡Pero yo lo preparé!
-Sí, luego te doy los créditos y te recomiendo a una hospedería.
-veo que no cambias. –Se sentó cruzando los brazos en su pecho- Mujer insoportable, aprovechadora, y roba desayunos…
-Y yo veo que si no te callas te llegará un tazón en la cabeza. –Lo observé amenazante- Si me conoces como dices, sabrás que no dudaré en hacerlo. Idiota.
Luego de eso, terminamos el desayuno en paz. Recogí las cosas sucias y me dispuse a lavar todo.
-¿La cocina estará a salvo si te dejo sola? –Comenzó a burlarse y ya sabía el porqué. Hace dos días intenté cocinar algo y casi incendio la cocina. Seguí al pie de la letra las indicaciones y no me explico cómo no resultó-
-Lo único que está en peligro eres tú, así que piérdete de mi vista.
-¿Por qué tan agresiva? –Jaló uno de mis cabellos- ¿Te irrita el saber que un crítico puede decirte cosas malas de ti?
-No, me irrita que tú no me acompañes cuando te necesito.
-Vale. Ya. Te acompaño. –Parece que le di en un punto débil- ¿A qué hora es?
-A las cuatro en el teatro municipal, sala 3 para conferencias.
-Hmp! Iré a darme un baño entonces. –Salió de la cocina en un santiamén. Y ahí me quedaba con aquel vacío nuevamente en mi pecho. Esto no puede seguir así.
Después de terminar con mi labor, prendí la radio y comencé a escuchar la canción que más me llegaba en este momento: Celos de Fanny Lu. O creo que así se llamaba la tipa. Sabía que la había escuchado antes y sin darme cuenta ya estaba cantando perfectamente.
-Hoy, quiero bailar solo contigo, hoy quiero soñar que tú eres mío, hoy te daré todo mi amor en un abrazo, y tu prometerás que nunca, me harás sentir, nunca más, nunca más, nunca más, nunca celos celos, celos.
-No tortures más la música por favor, mujer. –Vegeta apareció en la sala tapándose los oídos mientras supuestamente se retorcía de dolor con expresión burlesca- Me duelen los oídos.
-¡Veamos que no te dolerá después de esto! –Elevé la escoba que sostenía entre mis manos y le golpee en pleno rostro y costillas- Idiota, insensible, desconsiderado, ¡MIL VECES IDIOTA AL CUADRADO!
_*_*_*_
Nos dirigimos con media hora de adelanto al lugar de la cita. No negaba estar un poco nerviosa, es que ya me imaginaba a un señor con gafas, algo calvo y con canas, un poco encorvado y quizás en su vehículo calcomanías de Beethoven o Mozart pegadas en el vidrio trasero.
-¿Estás segura de esto, mujer? –Me preguntaba por enésima vez mi lindo acompañante-
-Si, y te lo vuelvo a repetir nuevamente; quiero esta entrevista con este señor.
-Cómo quieras, esto me parece una tontería…
-Vegeta, si vas a estar asi todo el rato, lo mejor es que te vayas… -Le indiqué la salida que indicaba con un cartel luminoso la misma- no quiero caras largas ni mucho menos.
-Pero…
-Hola, buenas tardes. ¿Señorita Briefs? –Se escuchó detrás de nosotros, sacándonos de nuestra pequeña plática. Al darme cuenta de quien era, no lo podía creer.-
-¿Señor Brown? –Articule apenas cuando estrechaba su mano educadamente. “Mi Dios, que joven es.”
-Veo que nuestros caminos se vuelven a encontrar. –sonrió amablemente, pero su voz me pareció tan…sensual.-
-Lamentablemente… -Susurró Vegeta frunciendo totalmente el ceño.
Regresar al índiceCapítulo 6: ¿Por qué me lUn Recuerdo Lleno De Olvido by Lizz ASP
Quisiera poder recordar tantas cosas, por ejemplo, mi nombre, mi apellido, mis gustos, mi personalidad, mis amigos, mi trabajo o estudio, mi vida… en especia
fanfic
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2024-11-25
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