Tu vida entre mis manos by Black Hole

 

 

 

Tu vida entre mis manos by Black Hole
Summary:

Ella solo tiene 16 años y él 24.

Ella nunca se ha enamorado, junto a él aprenderá a querer.

Él se niega de estar enamorado de una menor, y sigue en pie con su boda.

¿Arreglaran sus diferencias y se amaran a escondidas?, ¿O harán público su amor imposible?

 

—¡Vístete! —Le gritó Matt.

—Mírame—Le susurró la Joven—Me deseas.

—Nunca podría desearte, mi deber es solo protegerte—Cubrió su cuerpo con la sabana que cubría la cama de ella.

—Entonces te ordeno que me beses—Jude se aferró a la camisa de él—¡Ahora!

 

 

~El final de la historia~ 

 

Historia registrada en Safe Creative. No la copies y ni la versiones en otros foros. Gracias.


Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Romance
Advertencias: Lemon, Lenguaje Obsceno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 1 Completed: No Word count: 2922 Read: 216 Published: 14/01/2013 Updated: 14/01/2013
Summary:

Ella solo tiene 16 años y él 24.

Ella nunca se ha enamorado, junto a él aprenderá a querer.

Él se niega de estar enamorado de una menor, y sigue en pie con su boda.

¿Arreglaran sus diferencias y se amaran a escondidas?, ¿O harán público su amor imposible?

 

—¡Vístete! —Le gritó Matt.

—Mírame—Le susurró la Joven—Me deseas.

—Nunca podría desearte, mi deber es solo protegerte—Cubrió su cuerpo con la sabana que cubría la cama de ella.

—Entonces te ordeno que me beses—Jude se aferró a la camisa de él—¡Ahora!

 

~El final de la historia~ 

 

Historia registrada en Safe Creative. No la copies y ni la versiones en otros foros. Gracias.


Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Romance
Advertencias: Lemon, Lenguaje Obsceno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 1 Completed: No Word count: 2922 Read: 216 Published: 14/01/2013 Updated: 14/01/2013
Story Notes:

Romance Joven.

Story Notes:

Romance Joven.

Capítulo XXXI - Sintiendo el amor by Black Hole
Author's Notes:

Si queréis leer los anteriores capítulos de la historia, pedirme el enlace. Estoy subiendo la historia en otra página.

Author's Notes:

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El chico que me saludaba con entusiasmo sonreía de oreja a oreja, mostrándome su felicidad por acércame a él. Por el corto camino que recorrí hasta él, pensé de qué podría conocerlo. Un compañero de instituto no era, y mucho menos una amistad conocida de la familia.

 


 


Me sorprendí bastante al recibir un abrazo por su parte. Me había quedado paralizada. Ese desconocido parecía conocerme a la perfección, pero mi mala memoria que me afectaba en ese justo momento, impedía que lo recordara.


 


—No sabes cuánto me alegro de conocerte en persona, Jude—Su voz trasmitía el mismo cariño que su abrazo.


 


No quería romper aquel momento de felicidad por su parte, pero no podía dejar abrazarme por un desconocido, y más cuando mi vida está en peligro.


 


Me removí entre sus brazos intentando liberarme, y cuando notó mi nerviosismo me soltó rápidamente. Alcé mi vista para mirar sus ojos oscuros, y me arrepentí por el gesto tan mal educado que había cometido, sus ojos me miraban con tristeza.


 


—No sabes quién soy, ¿verdad? —Se alejó de mi lado, dando unos pasos hacia atrás.


 


—Lo…Lo siento—Intenté disculparme con él.


 


De repente su tristeza se esfumó, y de nuevo su sonrisa se había marcado en su rostro. Llevó sus manos a sus bolsillos, y empezó a moverse a mi alrededor, con pasos divertidos y riendo con su extraña risa.


 


Me sentía avergonzada en aquel momento, las personas que había más cercanas a nosotros nos miraban extrañados. Su risa conseguía llamar la atención, y mis mejillas se sonrojaban.


 


—Mi ciber-amiga no se acuerda de mí—Rápidamente frené sus pasos cogiéndolo por el brazo.


 


¿Él era Samuel?. Mi amigo desde hace mucho tiempo por internet. Él único que me ha animado y no me ha intentado derrumbar. Él único que no se aprovecharía de mí, por ser quien soy. Era Samuel y no lo había reconocido.


 


Las palabras me faltaban, y la única manera de trasmitirle que sabía perfectamente quien era él, era abrazándolo.


 


Tiré de su mano, y conseguí pegar su cuerpo al mío. Samuel había dejado de reír, pero por suerte correspondió a mi abrazo. Dejó recostada su barbilla en la coronilla de mi cabeza, y noté como acariciaba mi cabello, un gesto que no me molestó.


 


—No sabes cuantas veces te he necesitado a mi lado. Sam eres un gran amigo.


 


—Tenemos tantas cosas que contarnos Jude—Lo miré de nuevo, y su sonrisa no desaparecía—Y sobre todo tengo que saber que estas bien.


 


—Estoy bien—Le tranquilicé—Matt me cuida mucho—Al pronunciar su nombre sonreí de una manera algo tonta-enamorada.


 


—Matt—Samuel empezó a reír—¿Entre vosotros hay algo, verdad?


 


—Es una larga historia que tengo que con…—Me habían separado tan bruscamente de su lado que no podía haber acabado mi frase.


 


Matt me había dejado atrás de él. Su cuerpo se había tensado, y con su brazo era imposible moverme del lugar donde me había ocultado.


 


Sin ni siquiera ver su rostro, podía conocer sus gestos. Sus labios pegados, y sus ojos bien abiertos en cualquier posible amenaza. Sus brazos más fortalecidos, y seguramente se moría de ganas de gritar a Samuel, un completo desconocido delante de Matt.

 


 


Acaricié su brazo intentando llamar su atención, e incluso susurré más de una vez su nombre, pero Matt no reaccionaba. Seguía en el mismo lugar, sin mover ningún solo musculo de su rostro o cuerpo, intentando intimidar a mi amigo, algo que estaba consiguiendo.


 


 


—Hola—Samuel estiró su brazo y abrió la palma de su mano—Soy Samuel.


 


Rápidamente Matt habló—Yo no te he dicho que te presentes.


 


—Matt—Esa actitud de él me sorprendía—Es un ami…


 


—Nos vamos—Su orden era fría y autoritaria.


 


Me cogió del brazo y nos alejamos de Samuel, él cual nos miraba sorprendidos a ambos por la actitud de mi novio.


 


Intentaba alejarse lo más rápido posible del parque. Cogía mi mano entre la suya con fuerza, sin querer separarse de mi lado. Cruzaba la carretera sin mirar a los lados, estaba tan distraído que ni siquiera había visto la moto que cruzó a una velocidad imprudente por delante de nosotros. A los segundos cuando ya había reaccionado de lo que casi había estado a punto de pasar si hubiera seguido avanzando, me giró delante de él.


 


—¡Te he dicho que no te alejes! —Me gritó.


 


—Lo…Lo siento—Me disculpé—Tampoco me he ido lejos.


 


Cruzamos con tranquilidad el paso de peatones y entramos dentro del vehículo. Matt gritó desde la ventanilla a los policías que se habían acercado a nosotros.


 


Y de nuevo la culpable era yo. Tenía que obedecer todas las órdenes que me mandaran, y tener cuidado de todo. Había llevado tantos sustos, que aun no había aprendido la lección. Y por culpa de mi actitud, mi relación con Matt podría acabar mal.


 


Abroché el cinturón y esperé a que Matt hiciera lo mismo. Con sus manos en el volante y su mirada perdida en el coche de adelante, no quería molestarle, pero tenía que hablar con él y pedirle perdón, una vez más.


 


—Matt—Acaricié su cabello, pero cuando notó mi contacto, se apartó algo molesto.


 


Abrochó su cinturón, tocó el claxon para dar la señal al coche de delante, y arrancó el motor. El viaje era silencioso, y últimamente no me acostumbraba no escuchar su voz. No atender con admiración y atención el tono de su voz que me ponía nerviosa. Odiaba que él se enfadara conmigo, y más cuando hasta hace muy poco habíamos tomado la decisión de estar juntos.


 


La velocidad en la cual estaba conduciendo era tranquila. Pero estaba completamente segura que Matt en aquellos momentos deseaba aumentar la velocidad, pero era imposible, y más cuando estábamos rodeados por dos coches llenos de policías secretas.


 


Aparcó tranquilamente, y salió de su coche con las llaves en su mano. Con pasos lentos caminé detrás de él por la casa.


 


 


*****


 


 


 

 


Las elecciones alejaban a mi padre de nuestra casa. Cuando papá salía de la casa, todos teníamos que hacer lo mismo, por protección.


 


Matt ya había recibido la noticia que teníamos que salir y hospedarnos en un hotel. Aquella idea no le gustaba para nada, pero una orden era una orden, y más de mi padre. Tenía que protegerme e incluso con aquella extraña actitud que había aparecido en él, desde el parque.


 


Teníamos una habitación para tres en unos de los mejores hoteles de todo Londres. Hugo nos acompañaría para que yo no me quedara a solas con Matt, porque aquella idea de que estuviera a solas con dos hombres a mi padre no le gustaba, pero eran los únicos que conseguían controlar mi rebeldía, o al menos tranquilizarla.


 


 


******


 


 


Estaba tumbada en la cama, esperando que Matt e Hugo dejaran de discutir. Hugo se quería ir, Y Matt no quería que nos dejara a solas.


 


Hugo con su teléfono en sus manos caminaba alrededor de él, e intentado ponerle nervioso para que dejara que se marchara.


 


—Matt no va a pasar nada porque tú y yo estemos solos—Recosté mi cuerpo sobre mis codos.


 


—He dicho que no—Dijo con firmeza.


 


—¡Cobarde! —Le grité.


 


—¿Me puedo ir? —Dijo Hugo de repente—Aquí huele a discusión de pareja, y yo no quiero estar presente. Aviation Questions and Answers


 


—Vete—Le señalé la puerta.


 


—¡No! —Nos gritó Matt.


 


—Yo se lo ordeno—Le encaré, su actitud me estaba cansando.


 


Hugo cogió su chaqueta y salió de la habitación. Matt seguía de pie, con su mirada firme y su cuerpo tenso delante de mí. Se acercó lentamente hasta mí, y yo me levanté de la cama, quedando sentada en el filo.


Quería arreglar las cosas con él, y esperaba que no mal interpretara el momento junto a Sam, él era un amigo, cibernético y ahora en carne y hueso, pero solamente un amigo.


 


—¿Quién era? —Preguntó de repente.


 


—Un amigo—Antes de que hablara, y me negara mis palabras, seguí hablando—Solo un amigo, lo conocí hace tiempo en un Blog. Me ha apoyado y me ha animado. No quiero que pienses cosas que no son.


 


—¿No hay nada entre vosotros? —Su voz se había calmado, e incluso su cuerpo, parecía débil.


 


—Yo te quiero a ti—Empecé a reír—Te amo idiota.


 


Aquella pequeña declaración de mi parte había animado a Matt, tanto, que era extraño tener su cuerpo sobre el mío, los dos tumbados en la cama besándonos con desesperación y deseo.


 


Me había rechazado tantas veces, me había sentido tan mal una y otra vez, que ahora tenerlo encima de mí, me demostraba que me quería, que lucharía por mí y por mi amor.


 


Aprisionó mis manos con las suyas por encima de mi cabeza, no dejaba de besarme, o repartir besos por mi rostro, cuello y escote. ¿Por fin iba a pasar?

 


 


Parecía que si, Matt no paraba, sus manos se habían colado por dentro de mi camiseta, sintiendo el contacto de su piel con la mía. Aquella sensación era tan agradable, que un gemido en voz baja salió de mis labios. Él se dio cuenta, no solo de lo que había provocado en mí, sino que también se estaba llevando la contraria con nuestro trato. Nada de sexo hasta los dieciocho.


 


Se levantó con cuidado de no hacerme daño y se sentó ahora él en el filo de la cama. Escondió su rostro entre sus manos, y maldecía una y otra vez en voz baja.


 


Matt quería seguir, pero tenía en mente que estaba mal, y no era verdad. Si yo tomaba ese paso, nada malo le iba a pasar, e incluso si alguien nos descubría.


 


Me acerqué lentamente hasta mi novio, besé su cuello y con cuidado me senté encima de él.


 


—Matt—Enrosqué mis piernas alrededor de su cintura—Quiero seguir—Le dije lentamente mientras que colocaba un mechón de su pelo rebelde detrás de su oreja.


 


Él quedó callado, lo meditó una y otra vez—¿Estas segura? —Asentí con la cabeza—Te quiero—Y cuando terminó de decir el mejor te quiero que había escuchado hasta ahora, me besó apasionadamente.


 


Sus labios se movían al mismo compas que los míos. Nuestras lenguas se acariciaban lentamente, y nuestros brazos se habían enredador al cuerpo contrario del nuestro.


 


Sentí como su cuerpo me desnudaba a poco a poco, y sobre todo con mucha ternura. Sus labios arropaban a los míos, o a veces se paseaban por mi cuello. Cuando alejaba su rostro del mío, cogía entre mis manos su cara y observaba sus grandes ojos celestes, y sus labios hinchados por causa de nuestros besos.


 


Me sentía tan feliz en aquel momento, y más cuando sabia a la perfección que él quería seguir. Que nuestros cuerpos se unirían, y nuestra piel se acariciaría toda la noche. Sus latidos de corazón latirían con la misma fuerza que los míos.


 


Sin dejar de mirarme a los ojos, de deshizo de mi sostén, el cual dejó a un lado de la cama. Y para actuar yo por mi misma, empecé a desvestirlo. Por suerte Matt se dejaba, e incluso cuando era un poco complicado para mi deshacer el nudo de la corbata, mi novio reía por la acción y me ayudaba para que todo fuera más fácil.


 


Matt me dejó sentada en la cama completamente desnuda, observando sus movimientos por la habitación de lujo del hotel, también desnudo. Se había acercado hasta su chaqueta de traje, sacó su cartera, e imaginé lo que había sacado de ella, protección.


 


Caminó de nuevo con pasos elegantes hasta mí, riendo en voz baja cuando se dio cuenta lo que estaba mirando. No me había equivocado, había envuelto su entrepierna con un preservativo.


 


—Podemos dejarlo hasta aquí mi amor—Dijo Matt.


 


—¡No! —Elevé un poco la voz—Quiero seguir—Le sonreí—Te queda bien—Rápidamente negué con la cabeza—Quiero decir…Esta todo bien—Y Matt volvió a reír, le encantaba verme nerviosa.


 


Se sentó a mi lado, y pasó su brazo por mis hombros. Estaba nerviosa, pero yo no era tímida, y mucho menos con Matt. Ya me había visto desnuda, y yo a él. ¿Pero por qué no actuaba?

 


 


Razoné una y otra vez mi pregunta, mientras que sentía sus caricias en mi espalda, y sus besos en mi hombro. Y cuando volví a ser la Jude de siempre, dejé a Matt boca abierto.


 


Me senté encima de sus muslos, y sellé sus labios con los míos. Los cuales besé con necesidad y sobre todo amor, mucho amor. Sus manos seguían acariciándome la espalda, mi cintura y mis brazos.


 


Yo mientras tanto enterraba mis dedos en su cabello, y conseguía robar en mis labios algún que otro gemido, ya que me movía entre sus muslos, para conseguir más contacto con él.


Cruzó sus brazos alrededor de mi cuerpo, y lo pegó más cerca de él. Sentía su sexo muy cerca del mío, y aquella acción me excitaba muchísimo más.


 


Sus labios se pegaron en mi cuello, sentía su respiración entrecortada chocar contra mí. Con su fuerza me elevó del sitio de donde me encontraba sentada, sin despegar su pecho del mío. Y un gemido algo doloroso salió de mis labios.


 


Sentía como algo incomodo se adentraba en mi. Pero tenía que olvidar el dolor, y concentrarme que estaba con la persona que más quería.


 


Matt me elevaba una y otra vez, y yo me sostenía fuertemente de sus hombros. Aceptaba que era incomodo y un poco doloroso, pero el rostro de él era el contrario del mío. Sus ojos cerrados, y la manera que mordía su labio, era efecto de placer, algo que al rato apareció en mí.


 


La sensación era muy diferente, mi cuerpo había cambiado de temperatura, podía notar como mi piel ardía, o que a poco a poco nuestros cuerpos humedecían por el sudor. Agarré de nuevo su rostro con mis manos, e incluso empecé a moverme con ayuda de mis pies, sintiendo más y más placer.


 


Nuestros gemidos se escuchaban por toda la sala, y lo mejor de todo era cuando nuestros ojos se encontraban, y sus besos volvían a mis labios. Posé mi mano en su pecho, y su corazón latía con fuerza, como lo había imaginado.


 


Matt se movió por el colchón, y intercambio nuestros cuerpos. Ahora yo me encontraba debajo del suyo, sintiendo algo de peso sobre mi cuerpo. Sus musculosos brazos a cada lado de mi cuerpo, y mis manos inquietas por su cuerpo.


 


Era imposible no arquear mi espalda, buscando más contacto de él, e incluso si lo tenía todo. De vez en cuando arañaba su espalda, y sentía su lengua acariciar mi oreja, algo que conseguía que mi cuerpo de repente se helara.


 


Sus movimientos cada vez eran más rápidos, no entendía muy bien ese cambio, pero mi cuerpo hacia lo mismo, se movía igual de rápido que el de Matt. Mis manos perdían fuerza, e incluso mis piernas. Mi voz o mejor dicho un grito apareció de repente. Mi corazón latía más rápido que antes, y mi cuerpo se convulsionaba debajo de él.


 


Me sentía tan bien de repente, y al poco rato el rostro de Matt cambio, dejando a un hombre cansado sobre mi cuerpo, abrazándome con fuerza, y besando mi mejilla. Ahora sí que entendía nuestro final, los dos acabábamos de hacer el amor, y los dos habíamos terminado.


 


Estaba tan cansada, que cuando Matt se tumbo a mi lado, rápidamente descanse mi cabeza en su pecho, sintiendo mi cuerpo tapado por la sabana que Matt nos habían puesto a ambos, y sus labios sobre mi cabello, aquella acción me había dejado dormida.


 


 


 


 


*****


 


 


Los primeros rayos de sol se coloraron por la habitación, me removí por la cama, buscando el calor del cuerpo de Matt, pero estaba sola. Rápidamente levanté mi espalda de la cama, y abrí los ojos velozmente.


Lo primero que sabía que estaba sola, pero estoy segura que lo que había pasado a noche no había sido un sueño, sonreí tontamente de nuevo.


 


La segunda cosa en la que me había fijado es que las sabanas estaba cambiadas, un gran detalles por mi chico, para que no me asustara después de lo que había pasado.


 


Y tercero, Matt era tan detallista, mi cuerpo estaba cubierto por ropa interior limpia, y que tenía el desayuno a un lado mío con una nota.


 


“Buenos días pequeña, si no me ves junto a ti es que he salido. No, no he huido. Y porque sé que tú eres capaz de alcanzarme. Una pequeña broma. Que sepas que te quiero igual o más. Matt B.”


 


Si ya sonreía porque si, ahora mucho más con su nota. Cogí el vaso de zumo de naranja y lo probé. En la mesita de noche se escuchaba un zumbido, era mi móvil vibrando. Estiré mi brazo y lo recogí. Le di a descolgar.


 


 


—Buenos días—La felicidad no se iba en mi—¿Quién es?


 


—Jude—Alguien al otro lado lloraba—Necesito tu ayuda, por favor.


 


—¿Sam…Samuel? —Me sorprendí mucho escuchar a mi amigo llorar—¿Qué te pasa?


 


—Es por mi p…—No escuché lo último.


 


Matt apagó mi teléfono— ¿Es el chico del parque? —Preguntó con tristeza e ira.


 


 


 

End Notes:

Si queréis leer los anteriores capítulos de la historia, pedirme el enlace. Estoy subiendo la historia en otra página.


SALUDOS!! 


Espero vuestros comentarios ;D

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Ella nunca se ha enamorado, junto a él aprenderá a querer. Ella solo tiene 16 años y él 24. Ella solo tiene 16 años y él 24. Tu vida entre mis manos by B

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2024-11-14

 

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