Symbol Gods by Unno
La vida de Jacs Rengard, un joven campesino que vive en un pequeño pueblo a orillas de la civilización, es perturbada cuando su padre es asesinado cuando él era apenas un niño. Años después, la tragedia regresa a su familia cuando su abuelo es muerto a manos de un misterioso asesino.
Es así como Jacs es obligado a salir de su pueblo en busca de respuestas. En su viaje explorará un mundo lleno de peligros regido por las fuerzas mágicas hasta ahora desconocidas para él, por lo que junto con sus amigos, iniciará la búsqueda de objetos mágicos de gran poder llamados esencias que le ayudarán a esclarecer los misteriosos asesinatos y sacar a la luz al culpable detrás de la muertes en su familia.
Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Accion/Aventura
Advertencias: Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 21 Completed: No Word count: 57524 Read: 751 Published: 16/02/2014 Updated: 20/07/2014
La vida de Jacs Rengard, un joven campesino que vive en un pequeño pueblo a orillas de la civilización, es perturbada cuando su padre es asesinado cuando él era apenas un niño. Años después, la tragedia regresa a su familia cuando su abuelo es muerto a manos de un misterioso asesino.
Es así como Jacs es obligado a salir de su pueblo en busca de respuestas. En su viaje explorará un mundo lleno de peligros regido por las fuerzas mágicas hasta ahora desconocidas para él, por lo que junto con sus amigos, iniciará la búsqueda de objetos mágicos de gran poder llamados esencias que le ayudarán a esclarecer los misteriosos asesinatos y sacar a la luz al culpable detrás de la muertes en su familia.
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El extraño medallón: La verdad se revela by UnnoEl inicio de las aventuras de Jacs Rengard.
El inicio de las aventuras de Jacs Rengard.
El choque de espadas resuena por todo el bosque. La luna creciente ilumina el escenario en el que un hombre de avanzada edad pelea ferozmente contra una decena de soldados fuertemente armados. En una breve pausa durante el combate la espalda del anciano es apuñalada por una espada que atraviesa hasta su pecho cayendo herido de muerte. Su espada cae de sus manos con su último aliento de vida… Horas después el sol comienza a salir por entre las montañas.
En una pequeña casa, en medio del bosque, duerme intranquilamente un joven. Dentro de sus sueños, se ve a sí mismo rodeado de llamas que amenazan con quemarlo vivo. Con su vieja y oxidada espada como única arma, crea corrientes de aire que mantienen al ras a las flamas, pero éstas comienzan a crecer hasta envolverlo por completo.
El joven despierta agitadamente de vuelta en su habitación, en donde los primeros rayos de luz de la mañana se cuelan por su ventana. –Era… sólo un sueño… –reflexiona en voz alta al encontrarse consciente.
Al levantarse recoge su largo cabello hacia atrás con una cola de caballo, se pone una banda negra en la cabeza y se dirige a la cocina. Allí encuentra a su madre sirviéndole el desayuno.
-¡Apresúrate, Jacs!, o llegarás tarde a la escuela –lo apresura mientras le pone un plato con huevos fritos frente a él.
Jacs –¿De verdad tengo que ir? No me siento bien –le responde el joven, cansado por haber pasado una mala noche.
Madre -¡Por su puesto que sí! ¿Qué diría tu difunto padre si supiera que su hijo se dedica a causar problemas y no es un hombre de bien? Jacs, sabes muy bien que algún día tú abuelo no podrá trabajar y tendrás que pasar a ser el hombre de la casa.
Jacs suspira mientras su madre continúa sermoneándole. Observa su desayuno sin apetito y, tomando una pieza de pan tostado, se levanta saliendo de la casa velozmente -Está bien mamá, entonces nos veremos luego –le dice a medio camino despidiéndose de su madre con la mano antes de salir por la puerta.
Madre -¡Espera! Al menos termina tu desayuno –le grita desde la puerta.
Sin hacer caso Jacs continúa corriendo hasta llegar a un camino que conduce al pueblo. Mientras camina rumbo a la escuela atraviesa un puente que cruza un río. Allí, unos jóvenes se le aparecen al paso en busca de problemas.
Un chico mucho más alto que el resto, que parece ser el líder de la banda le dice con voz enérgica: -Oye, ¡Jacs!, creí haberte dicho que éste es nuestro territorio y que no volvieras más a menos que estuvieras dispuesto a pagar una pequeña cuota por el derecho de cruce.
Jacs –¿En serio? –responde con sarcasmo-. No me digas que ya olvidaste la última vez que nos vimos les di una paliza. Además, no tengo intenciones de pelear con ustedes –asegura pasando de ellos sin tomarlos muy en serio.
Líder -¿Ah, sí? Pues te tengo una pequeña sorpresa –asegura mostrándole un medallón de bronce con un extraño símbolo en el medio.
Jacs -¿Piensas golpearme con eso? –le pregunta divertido.
Líder –Jah, estúpido campesino. Apuesto a que no sabes lo que es: se trata de un medallón mágico. Ayer robé éste medallón con el cual me convertiré en un asesino profesional.
Jacs –Pues si crees que puedes vencerme, adelante –le contesta provocativamente desenfundando su espada de madera que lleva a cuestas.
Líder –Entonces, probémoslo. ¡Adelante chicos!
Los cuatro cómplices atacan simultáneamente a Jacs, quien con reflejos sorprendentemente rápidos, golpea hábilmente a cada uno de los rufianes al tiempo que bloquea sus golpes con su arma hasta dejar a todos sus secuaces fuera de combate.
Sin darse cuenta, el líder lo ataca por detrás con llamas que emergen de su mano -¡INCENDIO SÚBITO!
Jacs observa incrédulo que su enemigo no mentía y logra ponerse a salvo del alcance de las flamas saltando hacia atrás.
Sin darle tiempo, el líder de la banda crea inmediatamente otro hechizo invocando llamas que aparecen bajo los pies de Jacs. Saltando con todas sus fuerzas, Jacs logra esquivar nuevamente el ataque no sin que una de las flamas lo alcance provocándole una leve quemadura en su hombro izquierdo.
Al caer en tierra, Jacs resiente el dolor de la quemadura llevándose una mano a su hombro –Tra… tramposo... –le reprocha adolorido, y con el orgullo lastimado.
Líder de la banda se acerca hacia él y le advierte triunfal –Que esta sea la última vez que te veo por aquí, Rengard, porque entonces ni tu abuelo podrá ayudarte.
Habiéndose alejado el agresor, Jacs se queda allí, acostado un largo rato junto al puente, reflexionando lo que sucedió -¿Cómo lo hizo? –se pregunta para sí mismo reviviendo el momento en su mente.
El atardecer llega y Jacs regresa a su casa. Al acercarse a la cabaña que es su hogar nota que hay muchos caballos amarrados e incluso una carroza cerca de la entrada. Cuando abre la puerta se extraña aún más al ver a gente desconocida dentro. Su madre y su abuela se encuentran rezando frente a un altar con velas y sobre él, se percibe el cuerpo de una persona cubierto por una mortaja negra.
Cuando Jacs se acerca, su madre lo ve entrar, entonces corre hacia él para abrazándolo -¡Oh, Jacs! –gime rompiendo en llanto.
Jacs -¿Qué sucede aquí?
La madre le explica entre sollozos –Jacs… tu abuelo… fue… asesinado.
Al escuchar tan terrible noticia, Jacs se derrumba -Lo encontraron esta mañana –prosigue ella con voz entrecortada-, en un claro cerca de la ciudad.
Tras escucharla Jacs comienza a sentirse mareado. Todo a su alrededor parece dar vueltas a su alrededor hasta que finalmente no puede soportarlo más y sale de allí intentando que sus emociones no lo dominen, entonces las lagrimas comienzan a brotar de sus ojos. Se sienta en un viejo tronco cercano, frente a su casa. Allí evoca los recuerdos y de los buenos momentos que vivió en ese lugar en el que él y su abuelo solían charlar y practicar con la espada cuando era más jóven.
Sus pensamientos se ven interrumpidos cuando siente una mano en su hombro. Al mirar detrás ve a su abuela, que con voz tranquila y dulce lo consuela: - Tienes que ser fuerte, Jacs.
Jacs -¿Cómo me pides que sea fuerte abuela? Mi padre murió de la misma forma injusta que mi abuelo y hasta ahora su muerte no ha recibido justicia. Jamás se esclareció quién fue su asesino.
Su abuela entonces nota la fea herida en su hombro –Ven, vamos a curarte esa herida. Después quiero enseñarte algo.
La tenue luz de una vela ilumina el cuarto de la anciana, la cual sostiene una caja metálica frente a Jacs. Al abrirla, el resplandor de un medallón dorado con gemas rojas incrustadas forman un símbolo en el medio el cual Jacs reconoce de inmediato.
Jacs -¡Ese símbolo! ¡Es el mismo que vi esta mañana!
Abuela -¿Te refieres al muchacho que te causó la herida? Bueno, este es mucho más poderoso, te lo aseguro.
Jacs lo toma entre sus manos observándolo con detenimiento -Este es un medallón –continúa su abuela-, es muy especial y raro, pues está hecho de gemas preciosas y oro puro, lo que hace que su magia sea muy poderosa.
Jacs –No lo entiendo abuela, ¿por qué tienes éste medallón?
Abuela –Ese medallón perteneció a tu abuelo, Jacs. Nunca te lo había contado antes, pero él fue uno de los más poderosos guerreros de su época. Luchando con su espada y sus poderes mágicos de fuego, trató durante gran parte de su vida traer justicia y paz a éste mundo. Desgraciadamente, se dio cuenta ya muy tarde que estaba luchando del lado equivocado y tuvo que enfrentarse a aquél a quien había jurado lealtad para poder protegerme a mí y a tu padre. Él nos trajo hasta aquí que estaríamos a salvo en un pueblo tan remoto e insignificante como este que está al borde del mundo, pero desafortunadamente parece ser que finalmente esas personas nos encontraron después de tantos años…
Jacs –Abuela, ¿por qué no me habías dicho nada de esto hasta ahora?
Abuela –Tu abuelo Lanz estaba muy preocupado por tu padre, así que decidió mantener su pasado en secreto para protegerlo, pero cuando tu padre desapareció hace unos años en aquél viaje, cuando apenas tenías tres años, me hizo jurarle que nunca revelaría su pasado a menos que le pasara algo. De ese modo podrías vivir una vida tranquila y libre de preocupaciones. Debes saber lo que ha pasado, hijo.
Jacs -¿Quieres decir que la desaparición de mi padre también está relacionada con la muerte de mi abuelo?
Abuela –Eso no lo sé, Jacs, pero lo que sí sé es que ahora tu vida corre peligro. Es por eso que él decidió enseñarte el arte de la espada, así sabrías defenderte si llegaba el momento.
Jacs –Pero, si quería protegerme, ¿por qué nunca me dijo nada sobre la magia?
Abuela -Porque él temía que al enseñarte a usar la magia serías considerado una amenaza para sus enemigos y terminarían por perseguirte.
Después de un breve silencio, Jacs continúa: Abuela, quiero aprender a usar la magia.
Sorprendida ante su reacción, su abuela titubea, pero al final acepta. –Escucha bien, Jacs. Los principios de la magia son simples –le asegura al tiempo que toma una hoja de papel y dibuja en ella el mismo símbolo que forman las piedras del medallón-. Cuando trazas el símbolo en una superficie, invocas la fuerza vital que se encuentra alrededor tuyo, y cuándo encierras éste símbolo dentro de un círculo, activas su poder.
Jacs observa cómo su abuela ejecuta los pasos en el trozo de papel haciendo que el símbolo resplandezca con un aura rojiza apenas termina de hacer un círculo. -¡Increíble! –exclama.
-El poder de la magia depende de muchos factores, como el tipo de material en el que lo traces. En cierta forma, los medallones son pentagramas portátiles que te permiten usar la magia en cualquier situación sin tener que marcar el símbolo. Inténtalo – lo anima entregándole el medallón.
Jacs –Pero, yo no sé cómo usar la magia –repone intentando devolvérselo.
Su abuela lo rechaza sutilmente con una negativa –Es muy sencillo: simplemente crea una imagen mental de lo que quieres hacer.
Con el medallón en su mano, Jacs desvía su mirada hacia una vela cercana encendida. Poniendo su otra mano cerca de ésta, se concentra.
La vela pierde fuerza poco a poco poder hasta casi extinguirse. De pronto, la tenue flama se convierte en una llamarada tan potente que alcanza el techo haciendo que algunas pequeñas flamas comienzan a propagarse por las paredes. Jacs corre fuera por un balde de agua hasta extinguir las flamas. El alboroto hace que su madre despierte y corra a ver lo que sucede.
Entre los dos logran apagar las llamas antes de que se extiendan por toda la casa. En ese momento su madre los descubre con el medallón a la vista y de inmediato deduce lo que ha pasado.
-Pero, ¡qué acaso estás loco! –le grita fuera de sí a Jacs mientras toma el medallón en sus manos y lo agita frente a su cara-. ¿¡Sabes que por ésta razón mataron a tu padre y a tu abuelo!?
Jacs –Lo siento mucho, pero ya está decidido: voy a vengar su muerte –repone con detenimiento en los ojos.
-¡Esto no es un juego, Jacs! esas personas se enteran que puedes usar la magia, no dudarán en asesinarte a ti también. No voy a permitir que te suceda lo mismo –asegura su madre antes de marcharse todavía con el medallón en sus manos de vuelva a su habitación.
La noche avanza lentamente para Jacs, que no puede conciliar el sueño a causa de las ideas en su mente en busca de una respuesta a sus preguntas. “No puedo quedarme así. Tengo que saber quién es el responsable de la muerte de mi padre y de mi abuelo. Mañana partiré antes de que puedan detenerme” piensa hasta que finalmente toma una decisión.
Ocultándose bajo la oscuridad antes del alba, Jacs sale de su casa con su espada de madera a cuestas y algunas provisiones que hurtó de la cocina. Camina lentamente hasta la colina que marca el límite entre su casa y el camino hacia el pueblo. Allí, observa por última vez su casa antes de emprender el viaje con los primeros rayos del sol –Adiós madre… adiós abuela… -se despide en voz baja.
Al darse la vuelta escucha una voz lo llama desde lejos -¡Espera, hijo! La puerta de su casa se abre con un golpe y de ella sale su abuela a su encuentro cargando un bulto entre sus manos que le entrega en el acto.
Él desata con delicadeza el bulto y observa su contenido. –Pero, abuela…
-Es el medallón de tu abuelo. Lo tomé durante la noche; también quiero darte algo muy importante –le dice mientras le entrega una espada de metal con una reluciente piedra roja-. Esta espada es muy especial, ya que potencia los poderes mágicos. Estoy segura de que te será de mucha ayuda y te protegerá como lo hizo con tu abuelo en sus mejores días.
Jacs –Abuela… gracias…
-Sé que no puedo detenerte, así que lo único que puedo hacer por ti es entregarte esto y rezar por tu bienestar. Puedo ver en ti la misma determinación en tus ojos que en tu abuelo Lanz. Confío en que regresarás con bien, hijo mío.
Jacs –Te prometo que así será, abuela.
Abuela –Hay algo más que quiero decirte. No estoy segura de si encontrarás a los responsables de la muerte de tu abuelo, pero sí sé que podrían serte de ayuda unos artefactos llamados tesoros que se encuentran en la montaña del sabio de los que me contó alguna vez él.
Jacs asiente con la cabeza y, después de despedirse, se aleja lentamente hacia la ciudad más cercana y en la que una nueva aventura está por comenzar.
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Tras la muerte trágica de su abuelo a manos de un misterioso asesino, Jacs emprende un viaje hacia el mundo en busca del culpable que le arrebató la vida a sus seres queridos. Armado sólo con la espada y el medallón que perteneció a su ancestro, comienza su aventura en pos de unos objetos misteriosos de los que su abuela le contó.
Después de caminar por varias horas sin descanso, Jacs recorre un camino desierto rumbo a la ciudad más cercana. Sin detenerse arroja el corazón de una manzana a un lado del camino después de devorar su jugosa carne, entonces da un vistazo al saco de sus provisiones sólo para darse cuenta de que la bolsa está vacía.
Jacs –Oh, no… parece que tendré que comprar más provisiones apenas llegue a la ciudad Pragoni –admite con resignación, rascándose la cabeza.
El sol se mueve hacia el horizonte y Jacs finalmente llega a la ciudad a través de dos grandes puertas abiertas que conducen al centro de la metrópolis, cuyas calles bullen de gente y mercaderes que hay por doquier.
Mientras Jacs se detiene en un puesto para decidir qué víveres comprar, se escucha no muy lejos de allí el grito de una mujer. En medio de la plaza, unos hombres hacen acto de presencia acusando a una mujer y a su hijo exigiéndole dinero.
La mujer se interpone entre los maleantes y su pequeño para evitar que le hagan daño. Al ver la escena desde lo lejos Jacs desenfunda su espada y corre en auxilio de la mujer, pero antes de llegar hasta ellos un potente chorro de agua le corta el paso hasta llegar a los cinco criminales a los que el agua golpea arrastrándolos contra una pared sin dañar a la mujer ni al niño.
Jacs -¿Qué fue eso? –se pregunta sorprendido intentando averiguar el origen del ataque.
En lo alto de una iglesia, donde se encuentra la campana mayor se puede ver a una joven que lo mira con cara de pocos amigos. Su rostro es cubierto por las sombras al estar en dirección contraria al sol.
??? –Malvados criminales, ¿así que otra vez están cometiendo fechorías a espaldas de la justicia? Yo me encargaré de darles una lección que no podrán olvidar –exclama la desconocida con voz firme.
Al ver que la chica lo señala con el dedo, Jacs se siente confundido. -¿E... estás hablando conmigo? –inquiere con un titubeo.
De un salto, ella baja al piso y lo ataca con un potente chorro de agua que aparece de sus manos sin hacer más preguntas -¡CORRIENTE ACUÁTICA!
Los bandidos, que para ese entonces ya se habían recuperado huyen despavoridos al ver el hechizo dejando solo a Jacs en medio de una multitud, que observa los acontecimientos a prudente distancia. -Es otra vez esa niña loca ¡Larguémonos de aquí! –dice uno de los bandidos antes de poner pies en polvorosa.
Jacs logra evadir el hechizo dando un salto.
??? –Eso es, ¡corran! –dice la extraña con una mirada desafiante dejando ver sus ojos azules, entonces fija su atención en Jacs-. ¡Tú! –Señalándolo nuevamente con el dedo- Ese medallón que llevas contiene el emblema del fuego. Solamente los criminales y los bandidos utilizan ese tipo de magia en esta ciudad.
Jacs –Pero… yo no soy un bandido. Sólo vine aquí de paso para comprar víveres –se excusa tratando de apaciguarla.
??? –A mí no me engañas tan fácilmente. Seguramente debes ser un nuevo miembro de la banda, así que tendré que enseñarte quién manda aquí.
Tras ver que sus intentos por calmar la situación han fallado, Jacs da media vuelta e intenta salir de allí lo más rápido posible con la chica detrás de él.
Corriendo entre las calles, Jacs esquiva las fuertes ráfagas de agua a presión que le lanza la desconocida causando destrozos por doquier. Uno de los ataques le obliga a dar un salto para esquivarlo. Momentos después el agua hace pedazos un puesto de frutas.
Jacs -¡Espera! Yo no he hecho nada. ¡Ni siquiera conozco a esos sujetos! –le grita al detenerse por un momento.
Kira –Ya te dije que no podrás engañarme, ahora ríndete pacíficamente o tendré que usar la fuerza.
Jacs emprende nuevamente la huída, pero esta vez tiene un plan para deshacerse de ella y da la vuelta en un callejón en donde ella no pueda verle por unos instantes.
Cuando la chica llega al sitio le ha perdido el rastro. Entonces un ruido sobre su cabeza la alerta, pero reacciona demasiado tarde en el momento en el que una lona de mercado cae sobre ella quedando atrapada.
Al ver que su treta ha dado resultado Jacs sale de su escondite y salta desde segundo piso haciendo un corte en la lona con su espada por el cual la chica saca la cabeza -¡Sácame de aquí ahora mismo! –le exige furiosa la joven apenas asoma su rostro.
Jacs –Lo haré en cuando me prometas dejar de seguirme por todos lados.
La chica se le queda mirando por unos momentos con cara de disgusto y cuando por fin está por decir algo los sonidos de unos pasos los toma por sorpresa a ambos. En la entrada del callejón se dejan ver por lo menos diez bandidos, los cuales los observan con sus armas, listos para el combate.
–Parece que por fin te tenemos en nuestras manos, niña loca –brama el más grande de todos y el que parece ser el líder de los malhechores.
–Ahora pagarás por todo lo que nos has hecho. –agrega uno de sus secuaces detrás de él.
El jefe de los bandidos entonces pone su atención en Jacs –Deberíamos agradecerte por haber capturado a esta chica. Si lo deseas, puedes unirte a nuestra banda. Piénsalo, serás recompensado con riquezas y oro de nuestro próximo botín ¿Qué dices?
Jacs -¿Unirme? –pregunta extrañado ante la inesperada situación.
???-¡Sabía que eras uno de ellos! –dice la chica.
–Ahora hazte a un lado y déjanos el resto a nosotros. –dice uno de los sujetos dándole un empujón mientras se abre paso hacia la chica armado con un cuchillo.
Jacs entonces saca su espada y le impide el paso mientras encara a los asaltantes sin perder la calma –Esperen un momento, yo no le hice esto para que ustedes la lastimen. Aunque trató de atacarme, no merece que la deje en manos de unos rufianes como ustedes.
-¿Pero qué estás diciendo niño insolente? ¡Te daremos una lección! –brama el líder a voz en cuello.
En ese instante el líder invoca magia de fuego que hace aparecer llamas en sus dedos mientras apunta éstos directamente hacia la cabeza de la chica, lanzando su hechizo hacia ella -¡BOMBA DE FUEGO!
Incapaz de moverse, la chica se limita a cerrar los ojos en el momento en el que ve el resplandor de la flama, pero antes de que logre alcanzarla, Jacs utiliza la hoja de su espada para desviar el hechizo lanzándolo de vuelta a los maleantes causando una explosión de fuego en el lugar entre los gritos de los malvivientes.
Afortunadamente para ellos, casi todos los bandidos logran hacerse a un lado antes de que las llamas los alcancen. El líder de la banda entonces pierde la paciencia -¡Ustedes dos ya me hartaron! ¡Al ataque! –ordena a sus esbirros.
Los bandidos se lanzan en contra de Jacs, quien los espera manteniendo firmemente su espada al frente.
El primer bandido lo ataca de frente con su espada, pero con un rápido movimiento Jacs quiebra la hoja de su enemigo y lo remata con una fuerte patada en el rostro. El bandido cae con tanta fuerza, que arrastra a dos de sus compañeros que estaban detrás de él.
Sin darle un segundo de respiro una segunda oleada de tres atacantes le hacen frente al mismo tiempo, distrayéndolo. Entre tanto, la chica logra salir por sí sola de la lona y liberarse sin que nadie se dé cuenta de ello. En medio del combate Jacs está ocupado combatiendo al frente un cuarto bandido intenta atacarlo por la espalda con un cuchillo, pero la chica lo deja fuera de combate con su magia de agua.
Tras terminar con sus enemigos, Jacs se da cuenta de lo sucedido y le agradece a la chica –Gracias por haberme ayudado.
-Ahórrate los agradecimientos para después –dice sin quitar la mirada a sus adversarios-. Primero debemos acabar con estos tontos –replica poniéndose al frente de la batalla.
Los últimos cuatro rufianes los atacan con llamaradas creadas con magia que la chica detiene fácilmente creando un campo de energía para luego contraatacarlos con una ola de agua que los arrastra por las calles hasta perderse -¡OLA MARINA!
Al ver a sus cómplices derrotados y habiéndose quedad solo en el campo de batalla, si líder opta por pedir perdón arrodillándose ante ellos en tono suplicante. --¡Lo siento mucho! Por favor, no me hagan daño, solamente estaba bromeando.
-¡Ahora serás llevado a prisión! –le grita la chica antes de amordazarlo.
Tras haber pasado una mañana muy agitada, los dos finalmente tienen la oportunidad de conocerse después de haber entregado al jefe de los bandidos en la prisión de la ciudad. Es entonces cuando ella lo conduce a las orillas de la ciudad, hacia la entrada de una mansión muy lujosa.
Jacs -¿En serio vivies aquí? –pregunta asombrado al ver las enormes puertas de la residencia que dan a un espacioso jardín.
Kira –Por supuesto que sí. –le asegura abriendo la puerta como si nada-. Vamos, ¡deja de bobear allí afuera y entra de una vez! –le grita fingiendo disgusto. Lo menos que puedo hacer por haberme ayudado el día de hoy es invitarte a cenar… Me dijiste que estabas aquí para comprar víveres, ¿no? Pareces hambriento.
Jacs –¡Y que lo digas! –exclama caminando detrás de ella camino a la entrada de la gran mansión con el sol del atardecer a sus espaldas.
Ambos pasan por la amplia sala hasta el comedor, en donde los espera una decena de cocineros con un desfile de platillos apetitosos que Jacs comienza a devorar apenas se sienta. En contraste, la chica come con mucha más calma y compostura observándolo sin poder disimular una sonrisa ante su falta de modales en la mesa.
Repentinamente Jacs detiene su frenesí un momento para preguntarle algo –Por cierto, aún no me has dicho, ¿cuál es tu nombre.?
Ella parece un poco sorprendida ante tal pregunta tan repentina –Me llamo Kira Lenndraken.
Jacs -Lenn… ¿qué? –repite.
Kira -¡Draken! ¡Lenndraken! Es el apellido de mi familia. ¿A caso nunca lo habías escuchado antes?
En eso un hombre de larga barba y de edad madura llega de improviso, saluda a su anfitriona y luego se dirige a Jacs. -Así que tú eres el joven que ayudó a mi pequeña hija. ¿Cómo te llamas, joven aventurero? ¿Qué te trae por estas tierras?
-¡Papá! –repone ella un tanto avergonzada por su intromisión.
Maldez -¡Oh!, Perdón. ¿Dónde están mis modales? Mi nombre es Maldez Lenndraken, el padre de Kira.
Jacs –Yo soy Jacs Rengard –se presenta formalmente levantándose de la mesa y dándole un apretón de manos. He venido desde el pueblo Sunabi en una misión personal en busca de unos artefactos llamados tesoros que se encuentran en el pico del sabio, pero creo que después de todo lo que ha pasado en la ciudad he perdido el rumbo.
Maldez -¿Dijiste…? ¡Rengard! -El nombre del joven despierta en Maldez recuerdos de una época pasada. En donde un hombre mayor le tiende la mano en señal de amistad cuando apenas era un niño. De golpe regresa al presente guardando la compostura, evitando así que el joven descubran su asombro.
Kira -¿Tesoros? ¡Te refieres a “esos” tesoros! –pregunta apenas escucharlo.
Maldez –Estoy realmente impresionado, jovencito. No es común que una persona esté en busca de tales objetos mágicos. Exactamente, ¿por qué los estás buscando?
La expresión de Jacs se pone seria y rehúye la mirada de Maldez cuando le pregunta: –Lo que sucede es que, hace poco, alguien asesinó a un ser querido. –responde apretando inconscientemente los puños. Mi abuela me aseguró que esos objetos podrían ayudarme a encontrar al culpable.
Kira –Pero los tesoros tienen como propósito… ¡¿Entonces piensas encontrar las esencias de las que hablan las leyendas?! –interrumpe la chica, evidentemente alterada por su comentario.
Jacs -¿Esencias? –pregunta extrañado-. No tengo idea de lo que estás hablando.
En ese momento Kira mira a su padre consternada –Papá, creo que Jacs necesita la ayuda de alguien con conocimientos mágicos si quiere encontrar las esencias. Además, ésta podría ser la oportunidad ideal para demostrarte mis habilidades como hechicera.
Su padre se queda callado y aparta la vista sin encontrar una respuesta adecuada para su hija.
Kira -¡Por favor padre! –insiste acercándose a él-. Tú siempre quisiste que alguien de nuestra familia entrenara en las artes mágicas. Ninguna de mis hermanas quiso aprender hechicería, y aunque siempre has dicho que dejarme viajar sola es muy peligroso, me prometiste que si encontrabas a alguien de confianza, me dejarías realizar ese viaje.
Maldez –Comprendo cómo te sientes, Kira, pero apenas acabas de conocerlo, tú no sabes… Cine de Calidad gratis
Kira –Pero él me salvó de esos bandidos a pesar de que yo lo confundí con uno de ellos. ¿Esa no es prueba de su valentía y buenas intenciones?
Maldez –Le prometí a tu madre que te cuidaría –repone-, además…
Kira –Lo sé –lo interumpe-, pero ya no soy una niña. Si alguna vez quiero convertirme en una verdadera hechicera tengo que salir al mundo. Además, le debo un favor a este chico. Al menos permíteme acompañarlo hasta la montaña del sabio.
Maldez lo piensa unos momentos –Después de todo, se lo debo… -murmura entre labios. Entonces agrega:
-Jacs, ¿puedo pedirte un favor?
Jacs, que ha vuelto a atragantarse con comida sin haber prestado mucha atención a la conversación de él y su hija lo escucha nuevamente con una pieza de pollo todavía en la boca.
Maldez -Como acabas de escuchar, mi hija siempre ha soñado con viajar para ampliar sus conocimientos en las artes mágicas. Desde niña ha mostrado una gran inteligencia y determinación. Tan fuerte ha sido su deseo, que le permití utilizar sus poderes para proteger esta ciudad desde que las tropas del ejército oscuro confiscaron casi por completo los objetos mágicos de esta ciudad, incluyendo los medallones. Sé que es parte de su destino. Ella podría serte de gran ayuda y enseñarte a usar la magia si me prometes que la vas a proteger de los peligros del mundo exterior.
Kria -¡Es verdad! Yo soy la persona indicada para guiarte hacia la montaña del sabio.
Jacs -¿De verdad me llevarías hasta el pico del sabio?
Kira –Se llama la montaña del sabio y sí, sé dónde se encuentra.
Jacs –Está bien. Entonces seremos compañeros de viaje –le dice estrechando su mano en señal de amistad, todavía con un poco de arroz pegado en su mejilla.
-o-
La mañana del día siguiente, después de un abundante desayuno, Jacs espera a Kira fuera de la puerta de la mansión junto a un sirviente y a un enorme costal que contiene provisiones. Kira finalmente sale de su casa y le da los buenos días.
Jacs -¿Piensas llevar todo eso para el viaje? –le pregunta levantándolo para mostrárselo.
Kira –Mi padre ha insistido en que llevemos todo esto para no pasar hambre.
Al ver la expresión de Jacs, Kira adivina sus pensamientos –No seas tonto ¡Estas cosas son provisiones y alimentos! No soy esa clase de chicas que llevan su guardarropa entero a todas partes.
Jacs intenta alzar la pesada carga llevándosela a la espalda, pero es incapaz de hacerlo hasta el tercer intento. –Aun así, seré yo el que cargue todo esto –dice con voz apesadumbrada.
Kira –Por supuesto que sí. Es por eso que mi padre te pidió que te acompañe. Sabe que eres un chico bastante fuerte –agrega con alegría poniéndose en marcha para después dejarlo atrás al correr. Jacs intenta seguirla rezagándose atrás debido a su pesada carga que lleva a cuestas-
Kira –Vamos, no tenemos todo el día –le dice en tono apremiantemente a Jacs, que camina lastimosamente tras ella con lentitud.
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Después de una breve escala en la ciudad Paragon, en donde Jacs conoce a una joven y entusiasta hechicera que decide acompañarlo, ambos parten rumbo a la montaña del sabio, en donde se dice existen unos artefactos misteriosos que los ayudarán en su travesía.
Ambos caminan con paso lento rumbo a una larga e impresionante cadena de montañas al frente suyo. Rompiendo con la monotonía del viaje, Jacs le pregunta a su compañera –Oye, Kira. Tienes muchos conocimientos sobre la magia, ¿no es verdad? Exactamente, ¿qué son esos artefactos que mi abuela me envió a buscar y cuál es su uso?
Kira –Se llaman tesoros, Jacs.En realidad desconozco los motivos por los que tu abuela te aconsejó que las buscaras, pero esos artefactos tienen un único propósito y ese es el de buscar las esencias mágicas.
Jacs -¿Esencias? –repite extrañado.
Kira –Tú sabes, ¡esencias! –le responde exasperada, como si esperara que supiera de lo que habla.
Jacs solo se limita a mirarla, extrañado.
Kira -¡En qué planeta has vivido todos estos años! ¡Me refiero a las esencias mágicas! Los amplificadores de magia que regulan la energía y en las que habitan las criaturas astrales.
Jacs –No entiendo de qué hablas…
En ese momento Kira pierde la paciencia, pero intenta calmarse para explicarle: –Dijiste que venías del pueblo Sunabi, ¿No es verdad? Es natural que habiendo nacido en un lugar tan remoto nunca hayas escuchado de la magia hasta ahora. Después de todo, ese pueblo colinda con los bosques oscuros considerados como el fin de nuestro mundo. Te lo voy a explicar: Si estás buscando los tesoros, significa que tu abuela quería que fueses en busca de las esencias mágicas. Probablemente te dijo eso porque pensó que su inmenso poder te ayudaría de alguna manera.
Jacs –No lo sé… ella nunca mencionó nada más. Lo que quiero es encontrar al responsable de la muerte de mi abuelo y de mi padre.
En ese instante Kira, que va ligeramente por delante de él se detiene manteniendo su vista al frente. –Bueno, sea como sea, aquí es justo cuando empieza lo difícil.
Cuando Jacs gira la cabeza al frente nota que han llegado a las faldas de una de las montañas dela cordillera, que se diferencia de las demás por tener su cima cubierta por una espesa niebla. Kira entonces saca una cuerda que inmediatamente ata alrededor de su cintura, luego prosigue a hacer lo mismo con él.
Jacs -¿Qué estás haciendo? –inquiere mientras ella le ata la cuerda alrededor.
Kira - Se dice que esta montaña está bajo un hechizo desconocido que hace que los que vienen en busca de los tesoros pierdan el rumbo hasta la cima -le responde mientras asegura la cuerda con un nudo-, por lo que he venido prevenida para evitar que nos separemos.
Jacs –Ahora entiendo. Comencemos entonces a ascender.
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Mientras suben por un sendero remarcado con piedras en los bordes en la montaña y se adentran en la niebla, sus siluetas desaparecen en ella poco a poco hasta perderse. La limitada visión rápidamente les dificulta cada vez más el ascenso conforme avanzan.
Pese a la falta de visión logran llegar hasta una intersección la cual se divide en tres caminos diferentes: El primero luce muy inclinado y sube por entre las nubes hasta perderse, mientras que el segundo parece un camino que rodea la montaña. El tercer camino desciende hasta llegar a un sendero que conduce a la cara opuesta de la montaña.
Tras pensarlo un momento, Kira propone: –Creo que debemos ir por allá - Señalando el camino que rodea la montaña.
Jacs –Pero…
Antes de poder decir algo ella lo interrumpe –Piénsalo. Tomar el camino que conduce hacia la cima sería lo más lógico, pero recuerda que este sitio está encantado, por lo que otros ya deben haberlo intentado antes.
Jacs –Tienes razón, lo había pensado de esa manera.
Una vez elegida la ruta, ambos continúan la marcha. Las horas pasan deambulando entre la niebla sin ninguna novedad. De pronto divisan algo frente a ellos. Pronto se dan cuenta de que han llegado al mismo punto desde el que partieron horas antes.
Kira -¿Qué? ¡No puede ser!
Jacs –Si caminamos alrededor de la montaña es natural que acabemos en el mismo punto. –Comenta sin sorpresa.
Kira –No, ¡no lo es! –le grita molesta-. Ese camino no era totalmente circular. ¡Había tramos en los que subíamos! …espera un momento. ¿No habías hecho muescas con tu espada a manera de marca cuando pasamos por aquí?
Jacs –Sí, ¿por qué?
En vez de responderle ella se pone a inspeccionar un árbol cercano en busca de las marcas. No encuentra nada en su corteza.
Kira –¡No puede ser! Estoy segura de que es el mismo árbol de antes, ¡pero no tiene marca alguna!
Jacs –Creo que deberíamos regresar por dónde venimos, así podremos confirmar si estamos en el mismo lugar o no.
Kira -¿Bromeas? No voy a dar un paso atrás. Ahora tomaremos ese camino que parece conducir a la cima.
Sin darle tiempo de protestar, Kira se encamina con paso veloz tomando el segundo sendero arrastrándolo junto con ella. Jacs intenta detenerla, pero ella simplemente no lo escucha y acelera el paso.
Con cada minuto que pasa y con cada paso que da, la impaciencia y el descontento de Kira aumentan cada vez más hasta que imperceptiblemente comienza a trotar a paso veloz y finalmente termina por correr con Jacs detrás de ella. Inesperadamente él se detiene en seco tirando de la cuerda que los une deteniendo el avance de ambos bruscamente.
Kira -¡Qué te pasa!, ¿por qué me detienes de esa manera? –le reprocha disgustada.
Jacs –Mira hacia abajo –le responde con semblante serio.
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Cuando ella lo hace no logra más que neblina delante de ella. Entonces la neblina se aclara un poco revelando que sus pies están al borde de un abismo muy profundo. Es entonces cuando cae en cuenta que estaba a punto de caer. Ella retrocede, asustada al pensar que estuvo muy cerca de morir. –E… eso estuvo cerca. –asegura ella con el corazón todavía exaltado y sin dejar de mirar el precipicio desde una distancia segura.
Repentinamente su atención se desvía cuando la figura de una anciano aparece a sus espaldas.
Jacs -¿Quién será ese señor? –murmura a su compañera.
Kira –Quizás se trate del anciano que vive en esta montaña. ¡Oiga, anciano¡ -le grita al viejo, que sigue su camino sin siquiera voltear hasta perderse de vista en la niebla.
Mientras Jacs corre detrás de Kira siguiendo sus pasos nota que la cuerda, normalmente tensa por los constantes tirones se vuelve flácida. Momentos después encuentra el otro extremo de la cuerda rota sin explicación aparente.
En cierto momento, la neblina a su alrededor se vuelve tan densa que Kira se ve obligada a detenerse un momento para orientarse. En ese momento mira a todas partes sin poder ver otra cosa que neblina a su alrededor. De repente el anciano reaparece enfrente de ella. Kira da unos pasos hacia atrás al ver que el anciano se dirige directamente a ella, pero antes de que pueda reaccionar, el hombre la atraviesa cual fantasma incorpóreo. Esto la asusta tanto que no evita soltar un grito de espanto el cual se escucha por toda la montaña.
Jacs, que no se encuentra muy lejos escucha el grito y acude al lugar en el que cree haberlo escuchado. No tarda mucho en dar con ella, de rodillas y todavía gritando.
Apenas lo ve, ella lo toma de las ropas y lo sacude mientras señala en la dirección en la que se dirigía la aparición -¡E… ese anciano estaba muerto!
Jacs -¿De qué hablas?, ¿cuál anciano? –pregunta mirando a todas partes sin poder ver nada. De pronto, un pequeño animalito parecido a un roedor de dos colas se detiene frente a ellos por un instante. –No me digas que eso fue lo que te asustó, Kira.
Kira -¡Por supuesto que no…! –dice avergonzada, entonces mira detenidamente al animalillo y su expresión de terror es reemplazada por una de alegría y sopresa. Espera un momento, ¡es un wombi!
Jacs -¿Wombi? –repite.
Kira –Se cree que estas criaturas estaban extintas. –Le aclara acercándose al animalito con cautela, pero apenas se acerca un poco, éste sale corriendo hacia un camino de losas de piedra el cual no habían visto hasta ahora.
Jacs –Mira eso. A diferencia de los otros caminos, ese parece diferente a los demás.
Kira –Tienes razón. Vamos a ver hacia donde nos lleva…
Ambos siguen el sendero que en poco tiempo los conduce hacia unas largas escaleras de piedra que conducen a la cima. Los dos comienzan su acenso a buen ritmo, pero conforme avanzan y el aire se vuelve más enrarecido comienzan a agotarse. Finalmente, tras un último esfuerzo, logran llegar a la cima. Allí descubren una especie de templo. Cautelosamente, los dos se adentran en el recinto cuyas puertas permanecen extrañamente abiertas. Dentro, encuentran un patio rodeado de varias habitaciones; el lugar parece abandonado. En el otro extremo del complejo, notan un leve resplandor que proviene de una de las habitaciones, dentro encuentran un fuego recientemente encendido que calienta un caldero.
Kira –Cualquiera diría que en este lugar habita una bruja o algo por el estilo –comenta nerviosa tras haber visto el caldero. Mejor será que nos vayamos de aquí.
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Cuando está a punto de salir, se da vuelta para llamar de nuevo a Jacs a quien encuentra probando el brebaje con una cuchara de madera. ¡Esto está delicioso, Kira! –exclama él saboreando el brebaje-. ¡Deberías probarlo!
Kria reacciona sacudiéndolo de nuevo de sus ropas –Pero, ¡qué haces! ¡No sabes ni lo que es! –dice hecha una furia.
Jacs –Tranquila, es solamente caldo de pollo.
Kira –¿Caldo de pollo…? ¿nada más? ¿Qué clase de bruja vive aquí?
??? –Ninguna –contesta una voz detrás suyo.
En la entrada de la habitación aparece una anciana que viene acompañada del animalito que avistaron anteriormente.
Kira –¡Es el fantasma! –señalándola con el dedo, asustada.
??? –Tampoco estoy muerta niña. El anciano que viste era una ilusión que utilizaba para alejar a los visitantes indeseados.
Jacs –¿Entonces quién es usted?
Vidal –Mi nombre es Vidal, y soy la protectora de esta montaña.
Kira -¡Entonces usted debe ser el sabio!, o mejor dicho, la sabia de la montaña.
Vidal –Bueno, supongo que así es como me conocen –responde con una tímida sonrisa al acercarse a ellos.
Jacs –Eso quiere decir que usted tiene los tesoros, ¿no es así?
Vidal –Así es, chiquillo, pero eso no significa que se las voy a entregar así como así. Esos artefactos han estado por mucho tiempo a mi cuidado.
Kira –Usted no entiende. Necesitamos esos tesoros.
Vidal –El hecho de que hayan llegado hasta aquí me dice que sus intenciones no son codiciosas o perversas, sin embargo, tienen que probar que son dignos de portar los tesoros. Con ellos se les concede la oportunidad de encontrar las esencias, mismas que están esparcidas por toda la tierra y obtener su poder. Es por eso que no puedo entregárselos tan fácilmente.
Jacs –Entonces, ¿qué debemos hacer?
Sin contestarle, la anciana se acerca a Jacs y lo inspecciona con la mirada de arriba abajo –cierra los ojos– le dice. La anciana entonces acerca sus manos extendidas hacia él. –Puedo ver que eres un joven noble –le confiesa con los ojos todavía cerrazdos-, desafortunadamente tus pensamientos están llenos de rencor e ira. Lo siento, no puedo entregarles los tesoros.
Kria –Pero, ¿por qué?
Vidal –Puedo ver que la razón por la que buscas las esencias es la venganza. Si quieres encontrar la esencia para vengarte, será inútil.
Jacs –Usted no sabe por lo que he pasado… -repone apartando la vista al recordar el cuerpo sin vida de su abuelo cubierto por una manta.
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Vidal –Claro que lo sé, puedo ver el rencor en tu corazón.
Jacs –¡No! No es así. Mi padre fue asesinado cuando yo era apenas un niño, y mi abuelo corrió la misma suerte hace unos días por un asesino desconocido. Quiero encontrar a quien lo hizo, saber por qué motivo mató a mi familia para así poder seguir con mi vida.
Vidal -¿Y crees que el camino que tomas es el camino correcto?
Jacs –Mi abuela me contó que mi abuelo murió intentando protegernos. Si esa persona asesinó a mi abuelo, tarde o temprano me buscará para matarme a mí también. Probablemente mi madre y mi abuela también corran peligro, así que por favor le pido nos entregue los tesoros. No lo estoy haciendo por mí, sino porque quiero proteger a mis seres queridos.
La anciana entonces nota la espada que Jacs tiene en la espalda –Esa espada que llevas es muy especial. Eso prueba que no eres una persona común y corriente. Ahora veo todo más claro. No es casualidad que ustedes hayan llegado hasta aquí.
La anciana entonces golpea dos veces su pie contra el piso, lo cual abre una puerta secreta que aparece de la nada. –Síganme por favor- los invita.
Los dos siguen a la anciana por unas angostas escaleras que dan hacia un cuarto muy oscuro en el que se encuentra un cofre. Al abrirlo, la mujer mayor extrae un guante y una pulsera los cuales poseen cada uno una gran joya de forma semi-esférica; la del guante es roja mientras que la de la pulsera es de color azul.
Vidal –Elijan el tesoro que sea de su agrado –ofreciéndoles las piezas.
Jacs es el primero en elegir el guante –Yo quiero este.
Kira hace lo mismo con la pulsera –El azul me va bien.
Me pregunto cómo funcionan… -inquiere al inspeccionar la joya de su tesoro.
Vidal –Estos son artefactos mágicos que se dice fueron creados por una civilización muy antigua, antes de la era de las mil batallas. Durante ese periodo, fueron utilizados por los guerreros de más alto rango. Se cree que solamente sobreviven diez de estos objetos incluyendo estos tres que poseo, aunque los otros siete permanecen perdidos.
Jacs –Pero, ¿cómo van a ayudarnos estos artefactos a encontrar las dichosas esencias?
Vidal –Como mencioné antes, los tesoros no sólo sirve para localizar esencias, sino que también pueden ser muy útiles en la batalla, ya que con estos artefactos ustedes pueden invocar la magia. Si quieren buscar la esencia de una magia en específico, lo que deben hacer es encontrar el símbolo de la magia correspondiente a la esencia y pasarlo frente a la gema –Explica mostrando un medallón y poniéndolo enfrente de la gema roja. Una vez hecho esto, el tesoro no sólo les indicará con una señal hacia dónde se encuentra lo que están buscando, sino que también podrán usarlo para invocar dicha magia. Igual que un medallón.
Kira -¿Significa que también pueden funcionar como un medallón para canalizar la magia?
Vidal –En efecto, niña.
Jacs –Pero, ¿cómo podemos encontrar los símbolos de las magias de las que hablas? ¿Acaso existen otras magias? Creía que sólo existía la magia de fuego.
Vidal –En el mundo existen muchos tipos de magia. Tú posees un medallón con el símbolo del fuego, mientras que tu amiga tiene uno con el símbolo del agua. Pueden empezar por buscar esas dos esencias si pasan sus medallones frente a sus tesoros.
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Tanto Jacs como Kira obedecen a la anciana al poner sus medallones frente a la gran gema de sus tesoros. Esta comienza a brillar y a emitir un halo que recorre los bordes del símbolo de sus medallones dibujando un emblema de fuego y de agua respectivamente en su interior. Cuando el proceso termina, el mismo símbolo queda brillando dentro de la gema por unos segundos hasta desaparecer. De pronto, el tesoro de Jacs tiene otra reacción y la gema proyecta un pequeño rayo de luz que llega hasta una de las paredes del lugar.
Vidal –Me parece que ha comenzado a trabajar –Asegura-. No me extraña que señale en dirección al valle del infierno.
Kira –Va… ¡valle del infierno dijo! Ese lugar es muy peligroso –dice con sorpresa.
Jacs –Ahora lo entiendo… quizás mi abuela sabía que el asesino posee una de las esencias mágicas. El tesoro nos guiará hasta la esencia que está en manos del asesino. ¡En marcha, Kira!
Emocionado, Jacs sale rápidamente del lugar dejando atrás a su compañera.
Kira -¡Espera Jacs! –le grita desde el interior. Antes de irse ella se vuelve a la anciana y le da las gracias, entonces corre detrás de Jacs.
La anciana los observa desde el interior –Ese niño… –hablando para sí misma al observarlos alejarse sin dejar de prestar atención a gema de la espada de Jacs, la cual es idéntica a la del guante de su tesoro-. Me pregunto si algún día será consciente del destino que le espera.
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Habiendo obtenido los tesoros en la montaña del sabio, Jacs y Kira se dirigen al oeste pasando por estrechos senderos rumbo a su primer desafío. Así, ambos se abren camino entre un accidentado camino que termina en un pronunciado cañón, el cual condice al lugar conocido como el área infierno.
Mientras caminan por entre el rocoso camino de la montaña, Jacs de pronto pierde la paciencia –Hemos caminado por más de cuatro días, ¿todavía no hemos llegado? –pregunta quejumbroso.
Kira -Ya deja de quejarte, esta es la única manera de llegar al área inferno –le reprocha-. Vamos, no es tan malo. Después de todo, tendremos que pasar por uno de los lugares más hermosos del planeta. Se le conoce como el camino de la primavera eterna, y está rodeado de árboles y flores de todo tipo –le comenta emocionada, reviviendo en su mente la imagen del pasaje rebosante de botones en flor y abundante vegetación.
Jacs –Sólo espero que las provisiones nos alcancen hasta llegar a nuestro destino –agrega con desinterés-. Además, ¿qué tiene de especial ese lugar?
Kira –Ese sitio es único en el mundo, ya que a diferencia de cualquier lugar de la región posee flores todo el año, incluso en invierno. Claro que a estas latitudes no es normal que caiga nieve... pero aun así el ambiente de los alrededores es muy hostil para cualquier planta.
De repente su conversación se ve interrumpida cuando llegan a la entrada del mencionado pasadizo, pero en vez de exuberante vegetación frente a ellos no ven más que ramas y arbustos completamente secos y sin vida por doquier.
Kira -¡Qué pasó aquí! –Exclama al ver el estado del lugar sin poder esconder su asombro.
Jacs –Creía que habías dicho que este sitio siempre se mantenía frondoso todo el año.
Kira -Esto está muy mal. Mi padre solía traerme de muy pequeña en invierno para mirar las flores. No hay registros que indiquen que alguna vez se haya secado esta zona, debe ser obra de algún tipo de magia –concluye.
Jacs –…o quizás se trate de una influencia negativa.
Kira -¿Qué quieres decir con eso? –pregunta le pregunta, extrañada.
Jacs -Mi abuela me dijo siempre que los animales y las plantas suelen presentir mucho antes la maldad, y que algunas veces suelen presagiar cosas.
Ella se lleva la mano a la barbilla de forma reflexiva - ¿Estás sugiriendo que algo está a punto de pasar por aquí?
Jacs –No exactamente, pero parece que se avecinan grandes cambios a nuestro mundo.
Kira –Creo que tienes razón… de todas formas no tenemos tiempo para perder con pequeñeces como esta. Vamos, si no nos damos prisa no llegaremos al área infierno.
Ambos se adentran en el camino hasta que eventualmente la luz del día los abandona casi por completo debido a la densa vegetación que cubre los bordes del camino así como las hojas muertas de los árboles sobre sus cabezas. Ante la quietud del lugar y la oscuridad reinante una atmósfera de melancolía comienza a invadirlos mientras caminan… horas más tarde la oscuridad se acentúa más conforme el sol baja del firmamento. –Este lugar parece es tan silencioso ahora que parece un mausoleo –comenta Kira-. Definitivamente no se parece en nada a lo que yo recordaba. Ahora que lo pienso, quizás no fue tan buena idea venir por aquí. Tengo un mal presentimiento de esto.
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Jacs –Descuida. Lo hecho, hecho está. Lo único que importa es llegar a nuestro destino lo más pronto posible.
Repentinamente, sienten cómo la dirección del viento cambia bruscamente de dirección a sus espaldas. Detrás de ellos, unos objetos alargados y de un resplandor verdoso vuelan directamente hacia ellos. Tanto Jacs como Kira logra esquivar a los objetos rodando al suelo mientras los objetos voladores se elevan entre el follaje hasta desaparecer-
Jacs -¿Qué eran esas cosas?
Kira –No lo sé, pero creo que ya no estamos solos –dice con voz tensa.
Por entre los árboles aparece un hombre que porta una armadura ligera. Detrás de él pueden ver ondear al viento una capa que el extraño porta, y en su costado derecho lleva asegurada al cinturón lo que parece una espada.
–Tú debes ser Jacs Rengard, ¿no es así? –pregunta el extraño refiriéndose a Jacs.
Jacs –En efecto. Y tú, ¿quién rayos eres? –Pasados unos segundos a Jacs le surge una idea terrible-- ¿Acaso tú eres…?
–Si es lo que creo que estás pensando, te equivocas. Me llamo Valtron Molvus, y soy un caza recompensas. Escúchalo bien, porque es el último nombre que escucharás.
Jacs –¡Entonces tú fuiste el que asesinó a mi abuelo!
Valtron ríe tras escucharlo –Nada me habría gustado más que haber sido yo el que derrocó a una leyenda como tu abuelo, pero no es el caso. Simplemente soy un caza recompensas, y he venido para aniquilarte.
Las palabras y el tono insensibles del extraño hacen enfurecer aún más a Jacs -¡Maldito! No me mientas. ¡Tú debes saber quién es el responsable de su muerte! ¡Confiesa ahora! –le exige.
Valtron –No me interesa lo que creas. Mi misión es recuperar la espada y el medallón que llevas contigo, en realidad no me importa si tengo que dejarte lisiado o muerto, pero no me iré sin esos objetos.
Jacs –Esta espada y este medallón pertenecieron a mi abuelo –asegura aferrando cada uno a una mano con fuerza-. Si los quieres, ¡ven aquí a quitármelos! -amenaza empuñando su espada en posición ofensiva.
Valtron –Me lo esperaba. ¡Entonces prepárate a morir! –sentencia desenfundando también su arma para el combate.
Desde la punta del árbol, el caza recompensas se lanza espada en mano en picada contra Jacs, quien lo recibe bloqueando su ataque con la hoja de su arma. Entonces ambos contrincantes pelean ferozmente en un duelo de espadas. Cerca de ellos Kira los observa con cara aburrida –Hombres… -agrega fastidiada en voz baja.
En medio de la batalla, Jacs hace una pausa –Es momento de poner a prueba el medallón de mi abuelo y el poder del fuego. ¡LANZA LLAMAS! –dice al tiempo que aparecen llamaradas en sus manos, pero antes de consumar el conjuro, su amiga lo detiene:
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Kira –Pero, ¡qué haces! ¡No seas tonto! –lo regaña-. ¿Qué no te das cuenta que si usas ese hechizo aquí mismo causarás un incendio en toda esta vegetación seca?
Jacs reflexiona en sus palabras por unos instantes –Ahora que lo dices, no lo había pensado.
Al escuchar esto Valtron esboza una sonrisa –Ella tiene razón, niño. Será mejor que la escuches.
Dicho esto Valtron crea una poderosa corriente de aire que en poco tiempo se transforma en un pequeño tornado. La fuerza del viento es tal, que Jacs y Kira quedan atrapados en la corriente hasta ser lanzados violentamente desde el vórtice.
Kira es la primera en levantarse no sin resentir la caída en su espalda baja. -¡Demonios! Ese cretino sabe usar magia de viento.
Jacs –No te preocupes, yo me encargaré de él –asevera al momento de reincorporarse.
Kira –¡Ah, no! Ya tuviste tu oportunidad –haciéndolo a un lado. ¡Ahora es mi turno!
Jacs –Pero, le prometí a tu padre que te protegería.
Kira se vuelve hacia él lanzándole una mirada fiera. –Quizás no pueda usar una espada, ¡pero no soy una niñita indefensa!, ¿sabes? Ahora cállate y observa.
Kira entonces hace frente a Valtron, quien la espera de brazos cruzados.
Kira -¡ESPIRAL AZUL!
El potente chorro de agua es detenido por Valtron con una pared de roca solida que aparece delante de él tras hacer un leve movimiento con la mano.
Valtron –No me impresionas en absoluto, chiquilla –le asegura con semblante serio-. Ahora, apártate de mi camino si no quieres que te elimine a ti también.
Kira –Eso sí que es una sorpresa –agrega angustiada-, no sabía que también pudiera utilizar magia de tierra.
Jacs –Él tiene razón, Kira. Si me quiere a mí, entonces le daré gusto.
Valtron –Así me gusta. Ahora se un buen chico y ríndete –lo amenaza mientras se eleva por el aire junto con grandes rocas a su alrededor que ha arrancado del suelo con el poder re la magia.
Jacs –Si crees que soy tan débil como para rendirme sin dar pelea, entonces te llevarás una gran sorp
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2024-11-06
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