Por ti by Selene-Moonlight
Gaara, el Kazekage de Suna, no conoce el amor de verdad a pesar de llevar dicha palabra tatuada en su frente, pero puede que cierta persona cambie todo en su vida, a pesar de tenerla muy cerca y de nunca haberse dado cuenta de eso.
GaaMatsu
Categories: NARUTO Characters: Gaara
Generos: Romance
Advertencias: Lemon
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 4 Completed: No Word count: 10229 Read: 651 Published: 20/11/2010 Updated: 18/12/2010
Gaara, el Kazekage de Suna, no conoce el amor de verdad a pesar de llevar dicha palabra tatuada en su frente, pero puede que cierta persona cambie todo en su vida, a pesar de tenerla muy cerca y de nunca haberse dado cuenta de eso.
GaaMatsu
Categories: NARUTO Characters: Gaara
Generos: Romance
Advertencias: Lemon
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 4 Completed: No Word count: 10229 Read: 651 Published: 20/11/2010 Updated: 18/12/2010
Una pequeña y linda historia GaaMatsu, espero que la disfruten los amantes de esta pareja ^^
Una pequeña y linda historia GaaMatsu, espero que la disfruten los amantes de esta pareja ^^
Inicio by Selene-MoonlightCapítulo 1.
Creo que este es el más corto de todos, pero ya se irán alargando a medida que avance la historia ^^
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Capítulo 1.
Creo que este es el más corto de todos, pero ya se irán alargando a medida que avance la historia ^^
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Amor… ¿Qué es esa palabra?…Yo sólo lucharé por mi mismo y me amaré a mi mismo… Sabaku No Gaara.
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Era un día tranquilo en la villa de la arena. Un joven de cabellos de fuego se encontraba sentado en un escritorio amplio haciendo sus típicos deberes de Kazekage. Esta concentrado en unos papeles provenientes del consejo de ancianos, cuando unos golpeteos a su puerta le hicieron desviar su mirada aguamarina.
—Pase – Indicó el pelirrojo.
La puerta se abrió lentamente, mostrando a una joven de cabellos castaños, ojos negros, de tez clara y suave. Vestía ropas típicas de una ninja y parecía ser un poco tímida y torpe. Llevaba una pila enorme de papeles en las manos.
—Di-Disculpe Kazekage-sama…
—Matsuri… hace unos días que no te veía ¿Cómo te fue en la misión que te encomendé? – Preguntó muy serio el joven.
—Bi-Bien, aquí le traigo el informe de la misión – Señalando los papeles que traía en las manos.
—¿Vas a decirme que todo eso es el informe de una misión? – El chico veía con desconcierto la enorme pila de hojas.
—¿Eh? Ah no, lo que pasa es que sus hermanos me han pedido que le trajera todo esto y se me juntó todo – Explicó Matsuri con una enorme sonrisa a su interlocutor, el cual suspiró.
—Mis hermanos ¿Cuándo dejaran de tratarte como si fueses su empleada? – El Kazekage se levantó de su asiento y ayudó a la chica con los papeles, dejándolos sobre la mesa - ¿Está mejor así verdad?
—Ha-Hai… Gaara-sensei – La chica respondió con dificultad debido a que se había quedado hechizada con la mirada de ese sexy pelirrojo. Era evidente que ella estaba completamente enamorada de él. Se sonrojó completamente al notar la cercanía que había entre ellos.
—¿Qué sucede Matsuri? ¿Te sientes mal? – Preguntó Gaara al notar el rostro sonrojado de la chica. Se acercó a ella y puso una mano en su frente para comprobar su temperatura – Estás algo roja.
—¡Es-Estoy bien! – La joven se alejó de él casi estallando en sonrojo – Y ya debo irme, Ga-Gaara-sensei debo entrenar, Sayonara – La joven corrió dejando sólo una nube de polvo a su paso.
Gaara sólo la observó irse - ¿Qué le pasará? – Se preguntó – Ésta Matsuri, siempre se comporta tan extraño cuando estamos solos, debe ser que me tiene miedo… como todos.
Abruptamente la puerta de su oficina fue abierta, entrando una desesperada rubia.
—¡¡Gaara!!
—¿Qué pasa Temari? – Preguntó alarmado y frunciendo el ceño, pues era raro que su hermana mayor entrara así a su oficina.
—¡Es Kankuro!
—¿Qué?
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Un rato después, el joven Kazekage se encontraba en el hospital de Sunagakure, en una de las habitaciones.
—Realmente no fue nada grave – Dijo un chico de cabellos castaños que estaba sentado en la camilla – Sólo fui herido por una Shuriken.
—Pues realmente me asustaste – Dijo Temari dando un suspiro de alivio.
—Así es – Dijo Gaara – Preocupaste mucho a Temari – Desvió su mirada algo sonrojado – Y también a mi…
—Gaara… - Dijo Temari sorprendida.
—¿Te… te preocupaste por mi? – Preguntó Kankuro con lagrimones en sus ojos de la emoción.
—No me hagas repetirlo – Dijo Gaara tratado de sonar lo más cortante posible.
Kankuro sonrió – Está bien hermano.
De pronto afuera de la habitación se escucharon una serie de ruidos, gritos y pasos que se dirigían hacia ellos. Los pasos apresurados se acercaron más, hasta que la puerta se abrió de golpe impactando a Gaara en la cabeza porque no lo notó al estar distraído. El golpe provocó que cayera desmayado.
—¡Kankuro-san! – Gritó Matsuri al entrar frenéticamente al cuarto.
—¡Gaara! – Gritaron los dos hermanos.
—¿Eh? – La chica miró lentamente al suelo para notar la presencia de su sensei desmayado - ¡Ah! ¡Gaara-sensei gomenasai! – Gritó espantada.
Matsuri se apresuró a auxiliarlo.
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Más tarde, Gaara se despertó en un cuarto diferente al que estaba hace un rato. Miró al techo por unos minutos un tanto confundido.
—¿Qué? ¿Dónde estoy? ¿Qué rayos pasó?
De pronto un par de voces provenientes de afuera de la habitación captaron su atención.
—Me comporto como una estúpida frente a Gaara-sama ¿Verdad Temari-san?
—¿De quien es esa voz? – Se preguntó el pelirrojo que aún se encontraba aturdido por el golpe y no lograba distinguir muy bien las cosas, pero eso de desmayarse por un golpe en la cabeza era el precio de ya no tener a Shukaku.
—Yo creo que ya sé lo que te pasa – Se oyó la voz de Temari, que parecía algo burlona – Es obvio que tú estás enamorada de mi hermano Gaara.
—¡¿Ehhh?! – Se oyó gritar a la otra chica de forma escandalosa.
—¿Enamorada… de mí? – Pensó Gaara algo sorprendido ¿De que demonios estaban hablando allá afuera?
—Pe-Pero creo que es cierto… yo lo amo…
Los ojos del pelirrojo se abrieron como platos mientras sus manos se apretaban fuertemente. Lo que estaba oyendo no podía ser real ¿Alguien lo amaba? ¿A él? Simplemente le resultaba estúpido pensar en algo así, pero de alguna forma quería saber de quien se trataba, quien era esa persona. Se levantó rápidamente y corrió a abrir la puerta, pero ahí solo estaba su hermana Temari.
—Gaara ya despertaste – Dijo un poco sorprendida la rubia, pues no se esperaba verlo salir así del cuarto, por suerte “ella” se acababa de ir.
—Temari… ¿Dime, con quien estabas? – Preguntó ignorando el comentario de su hermana, pues en ese momento la “curiosidad” le ganaba.
—¿Eh? ¿Yo? – Temari se sintió nerviosa por unos segundos - No puede ser ¿Habrá oído algo de lo que me dijo Matsuri?- Pensó preocupada, pero luego de eso sólo sonrió - Con… con nadie hermano.
—Me pareció oír a alguien más, pero quizá solo fue mi imaginación – Después de eso Gaara simplemente se calmó, pues eso que escuchó seguro sólo era una tontería, además no tenía importancia - Nadie podría sentir eso por mi – Pensó de manera un poco triste.
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Al día siguiente Gaara se levantó muy temprano. Como Shukaku ya no se encontraba en su interior él ahora si podía dormir, aunque aún habían noches en las que prefería mirar la luna. De todas formas no había dormido bien debido a que no dejaba de pensar en lo que creyó oír.
—Demonios – Se levantó de la cama. Se duchó y se cubrió con una toalla para dirigirse a la cocina y buscar algo de comer. Sorpresivamente ninguno de sus hermanos se encontraba en casa, lo notó porque siempre hacían escándalos por las mañanas.
Sobre la mesa había una nota.
“Gaara, se nos ha encargado la preparación para el festival de aniversario de la aldea así que no volveremos hasta tarde. Te enviamos a alguien para que te haga el desayuno. Te queremos hermano.”
La carta finalizaba con un dibujo de las caras de Temari y Kankuro haciendo el signo de paz y amor con los dedos.
—Estos dos… - En eso el timbre de la enorme mansión Sabaku No comenzó a sonar.
—Espero que sea el que trae mi desayuno – Gaara se dirigió a la puerta y al abrirla, la persona del otro lado no era otra que su alumna Matsuri - ¿Matsuri?
—Ohayo Gaara-sensei – Le sonrió la chica. Al fijarse la forma en la que Gaara estaba vestido, o más bien desvestido, los colores no tardaron en subir a su rostro. Su cara se puso más roja que el cabello del Kazekage mientras observaba ese abdomen tan bien formado, esos brazos fuertes, su cabello mojado. Se veía tan sexy. – Oh cielos…
—¿Sucede algo? Te noto algo tensa ¿Y que haces aquí a esta hora?
—E-Es que sus hermanos Kankuro-san y Temari-san me encargaron que le prepare el desayuno ya que ellos están haciendo los preparativos para el aniversario y pues… - La chica hablaba con gran rapidez ya que se encontraba muy nerviosa por la forma en que se encontraba su sensei, así que no hacía más que desviar la mirada.
Gaara suspiró interrumpiendo lo que iba a decir Matsuri – De verdad que mis hermanos creen que eres su sirvienta, como sea sólo pasa – El pelirrojo extendió su mano derecha hacia el interior de su casa señalando a la castaña que podía entrar, pero al hacerlo su toalla cayó al suelo.
Matsuri no pudo evitar bajar su mirada, pero al instante de hacerlo cayó de espaldas desmayada luego de haber dado un olímpico grito que casi dejó sordo a Gaara.
Fin del capítulo 1, espero que les haya gustado y nos leemos en el segundo.
¡Bye!
Fin del capítulo 1, espero que les haya gustado y nos leemos en el segundo.
¡Bye!
Regresar al índicePreparando el baile by Selene-Moonlight¡Hola!
Gracias por sus comentarios ^^
Aquí les dejo el segundo capítulo, que lo disfruten.
¡Hola!
Gracias por sus comentarios ^^
Aquí les dejo el segundo capítulo, que lo disfruten.
Gaara se encontraba ya vestido, sentado a la mesa de la cocina mientras veía como Matsuri picaba algunas verduras. El rostro de la castaña estaba sonrojadísimo pero trataba de disimularlo mirando a otro lado.
—Lamento haberme desmayado en su casa Gaara-sensei – Se disculpó avergonzada.
—No te disculpes, después de todo no fue tu culpa – Dijo Gaara desviando su mirada un tanto sonrojado por el bochornoso incidente.
—Bu-Bueno de todos modos no debí, gomen ne será mejor que termine pronto con su desayuno para que no lo siga molestando y… ¡Auch! – De pronto la joven interrumpió sus palabras por un grito de dolor que alarmó al joven Kazekage.
—¿Qué sucede? – Preguntó el pelirrojo mientras se acercaba a ella preocupado.
—Lo que pasa es que me he cortado el dedo, pero no es nada Gaara-sensei, por favor no se preocupe por mi – Sonrió Matsuri.
—Bueno… de todas formas estás sangrando, déjame buscar algo para vendarte el dedo – Pidió el pelirrojo.
—Pero…
—Está bien, no es una molestia para mí, te lo aseguro.
Matsuri lo observó en silencio mientras él buscaba algo en el botiquín de la cocina, lo tenían por cualquier emergencia como esa, sobre todo por Temari que a la hora de pelar algo siempre se cortaba los dedos. Gaara sonrió al recordar las vastas veces en que tuvo que correr a la cocina por culpa de un grito de su hermana, que al final siempre eran provocados por lo mismo: se había cortado el dedo. Entre Gaara y Kankuro decidieron entonces poner ese botiquín para que así no tuvieran que correr por la culpa de Temari.
—Ya está – Dijo Gaara una vez que puso la curita en el dedo de la castaña – No fue para tanto así que sanará pronto.
—Arigato, Gaara-sensei – Dijo la sonrojada Matsuri alejando lentamente su mano del joven.
—De nada, ahora deberías seguir con eso – Dijo el pelirrojo volteando levemente hacia un lado – Yo no sé cocinar nada de nada.
—Por supuesto que si.
Después de terminar todo el quehacer que le habían dejado Temari y Kankuro en su casa, Matsuri ya estaba lista para irse, aunque en verdad no lo hubiese querido pues estaba muy a gusto con su amado Gaara, los dos solos en esa casa enorme. Pero tenía que irse ya que tenía mucho trabajo con el aniversario y el festival de Suna, sin mencionar el que Gaara tenía como el Kazekage.
—Creo que ya es hora de ir a la oficina, se nos hace tarde y hay muchas cosas que hacer.
—Claro Gaara-sensei.
Los dos salieron de la casa y se dirigieron a la oficina. Mientras en el salón donde se celebraría el baile los preparativos estaban saliendo a la perfección.
—Esto será grandioso ¿No lo crees Kankuro?
—¿Eh? Ah si, pero creo que habrá un problemita con Gaara.
—¿A que te refieres? – Preguntó confundida Temari.
—Bueno… el baile es en parejas ¿No es verdad? ¿Quién irá con nuestro hermano? Ya lo conoces, aunque haya cambiado un poco y ahora sea más sociable no significa que vaya a aceptar así como así venir con alguna chica al baile, es más si no fuese el Kazekage estoy seguro de que no se presentaría.
Temari puso una mano en el hombro de su hermano.
—Por eso ni te preocupes, yo ya tengo a la pareja perfecta para Gaara.
—¿En serio? ¿Quién? – Kankuro se mostraba muy interesado – Dime Temari.
—Es un secreto, pero ya te enterarás luego, ahora preocupémonos del baile y dejemos el resto a Gaara.
—Si tú lo dices – Dijo de mala gana el castaño.
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El día acabó rápidamente y una joven castaña se preparaba para dormir.
—Gaara-sensei… ¿Cómo podré decirle que lo amo? Tengo tanto miedo de ser rechazada, que no sería capaz de confesarle mi amor jamás – Decía Matsuri dejándose caer sobre la cama, llevaba puesto un pijama de tirantes pues en Suna siempre hacía mucho calor, incluso en la noche. –Gaara-sensei… - Suspiró mientras levantaba su mano para mirar la curita que le había puesto el Kazekage, se sonrojó al recordar aquel momento, donde estuvieron tan cerca el uno del otro, donde pudo tocar su mano y donde su corazón latió sin control porque él era el chico de sus sueños.
La joven cerró sus ojos y se durmió luego de unos minutos, recordando a su amado Gaara.
—Gaara-sensei… - Susurró entre sueños.
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Gaara que se encontraba en su cuarto no podía dormir, su mente no dejaba de repetir una y otra vez las palabras que había oído en el hospital ¿De verdad alguien lo amaba? ¿Y quien era ese alguien?
¿Qué se sentía amar a alguien?
Se levantó de su cama, no de muy buen humor. Estaba enfadado por no comprender lo que le estaba pasando. Él era el Kazekage de Suna, debía estar pensando en proteger a su aldea, firmar papeles y alianzas, y no en que supuestamente alguien estaba enamorada de él.
Caminó hasta el balcón de su recámara y observó la luna llena. Tal vez era la única forma de calmarse. Aquel brillo tan puro que irradiaba ese astro espacial le recordaba a la inocencia y calidez de su alumna Matsuri.
—Matsuri… - Sin darse cuenta ese nombre salió de sus labios en forma de suspiro. Su alumna, aquella chica torpe y despistada, la única persona que no le tuvo miedo aquella vez, o quizás si lo tuvo, pero fue lo suficientemente valiente como para enfrentarlo. De pronto pensó que si quería que alguien lo amase, esa persona debía ser ella, ella era perfecta, sabía todo de él, lo entendía a la perfección, pero detuvo sus pensamientos de golpe - ¿En que tonterías estoy pensando?
Decidió que lo mejor era regresar a su cama y tratar de dormir, aunque no estaba muy seguro de poder hacerlo.
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El día llegó y al igual que el día anterior, Temari y Kankuro se fueron temprano a preparar todo para el baile, dejando encargado a Matsuri la preparación del desayuno del Kazekage.
Ese día Matsuri estaba muy nerviosa, temía que se repitiera la escena del día anterior, y no es que no quisiera verlo, es que realmente era un impacto demasiado grande.
—Vamos Matsuri… deja de estar nerviosa, sólo vas a prepararle el desayuno… tal como ayer… - Tragó un poco de saliva y tocó el timbre, tratando de que sus manos no temblasen en el momento.
La puerta se abrió, dejando ver al perfecto pelirrojo, ya con su ropa habitual puesta, y su cabello aún estaba algo húmedo, lo que delataba que acababa de salir de la ducha.
—Buenos días Gaara-sensei – Saludó Matsuri con una sonrisa. Gaara al verla sonreír no pudo evitar el sentirse extrañamente feliz, casi nadie sonreía para él de una forma tan sincera como esa chica.
—Pasa Matsuri – Indicó.
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Temari y Kankuro estaban por terminar los últimos detalles del salón donde se celebraría el baile, el cual por supuesto sería en grande. A ese magno evento irían todos los ninjas de Suna, y por supuesto que los aldeanos. Gaara quería que todo su pueblo asistiera y como lo obligaban a ir no dejaría a nadie fuera.
—Oye Temari – La llamó Kankuro - ¿Ya vas a decirme que planeas con Gaara?
—Si serás burro ¿Es que no te has dado cuenta aún? – Preguntó la rubia mirando mal a su hermano.
—¿Darme cuenta? ¿De que?
Temari entornó los ojos. Su hermano Kankuro si que podía ser idiota cuando se lo proponía, y esta vez se lo había propuesto con ganas.
—Matsuri está enamorada de Gaara.
—Ah, era eso – Dijo el castaño tan normal como pudo. Al darse cuenta de lo que le acababan de decir abrió unos enormes ojos por la sorpresa - ¡¿Qué dijiste?!
—Eso, lo que acabas de oír – Respondió Temari.
—Bueno… ¿Y eso en que nos ayuda?
—Si serás… zopilote, es obvio, Gaara también siente algo por ella, es cosa de verlos mientras hablan ¿Nunca te has dado cuenta como es que nuestro hermano la mira?
—Pues no – Respondió Kankuro en pose pensativa – La verdad yo no me fijo en esas cosas, eso sólo lo hacen las mujeres.
—Y es por eso que somos mucho más inteligentes que los hombres – Dijo Temari suspirando.
—Ya… ¿Y que se supone que debemos hacer? ¿Darles un empujón?
—¿No crees que Gaara se lo merece?
Kankuro sonrió ante el comentario de su hermana ¿Qué si lo merecía? Claro que si. Anteriormente su hermano había sufrido mucho, sólo por no sentir lo que describe esa simple palabra “Amor”. Ahora tenía la oportunidad de sentirlo, de vivirlo, y si ellos podían hacer que eso fuera posible entonces él estaría encantado de ayudar.
—Claro que si ¿Pero que hacemos?
—Lograr que Gaara la invite al baile.
—No va a ser tan fácil – Dijo Kankuro poniéndose más serio. Temari lo miró confundida un momento.
—¿Por qué dices eso?
—Como los ancianos del consejo siempre andan diciendo que Gaara debería sentar cabeza con una kunoichi digna de su fuerza, y como vieron que él no tenía pensado llevar a nadie al baile, han decidido ellos mismos buscarle una acompañante, claro, a menos que Gaara ya tenga una.
—¿Qué? ¿Por qué yo no sabía nada de eso?
—Me lo dijo Baki esta mañana, Gaara ya lo sabe y estuvo de acuerdo. Se supone que el evento será muy importante y tiene que estar acompañado si o si.
—¿Pero y si Gaara decide que ya no quiere hacerlo?
—Bueno, creo que él podría decidir antes de que le encuentren a la “Chica perfecta” – Decía Kankuro bajando la mirada.
—Bueno ¿El baile es en una semana no?
—Ajá – Asintió el peli castaño.
—Muchas cosas pueden suceder en una semana. Haremos algo para que nuestro hermano invite a Matsuri al baile, será perfecto – Decía Temari emocionada con su plan, pero Kankuro tenía ciertas dudas.
—¿Qué pasa si fallamos, o si Gaara no quiere ir con ella?
—Es la alumna de Gaara ¿Quién mejor que ella para estar a su lado? – Preguntó la rubia con una sonrisa, la cual contagió a su hermano.
—Tienes razón.
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Gaara estaba ya en su oficina, haciendo un montón de papeleo que la verdad lo tenía harto. Además no lograba concentrarse en nada que no fuera ese dichoso baile al que debía asistir acompañado. Seguro ya estaban tratando de buscarle una novia y aunque él no estaba y no estaría de acuerdo jamás con eso, al consejo le valía madres.
—Mierda ¿Qué se supone que deba hacer con eso? – Se preguntó mientras se llevaba ambas manos a la cabeza. Pensaba en que no tendría a nadie con quien ir y definitivamente no quería que el consejo escogiera a su pareja, seguro sería una momia igual que ellos.
Se levantó de su asiento y miró por la ventana. Habían niños jugando, pero uno estaba solo y eso le recordó a su fatídica infancia, cuando todos lo rechazaban por ser un monstruo. Y aunque Shukaku ya no habitaba en su interior, aún ahora podía sentir aquellas sombras del pasado, que insistían en volver y atormentarlo.
Aunque ahora tuviera a sus hermanos, amigos y a la gente de la aldea que lo apreciaran, aún así se sentía vacío, porque ese kanji marcado en su frente todavía no encontraba su significado. La palabra “amor” aún no tenía sentido.
—Amor… - Susurró, recordando lo que oyó el otro día, otra vez se repetían esas palabras en su cabeza.
—Yo creo que ya se lo que te pasa. Es obvio que tú estás enamorada de mi hermano Gaara.
—Pe-Pero creo que es cierto… yo lo amo…
—Maldita sea ¿Es que no puedo pensar en otra cosa? – En ese momento sintió el sonido de la puerta – Adelante.
Al abrirse notó a su alumna, la cual traía un café entre sus manos. Gaara trató de sonreír, pero a penas se le notó, mientras ella lo hacía abiertamente.
—Disculpe Gaara-sensei, le traje un café para que no se sienta tan agotado – Dijo la castaña un poco sonrojada, mientras lo miraba a él y luego al piso constantemente.
—Gracias Matsuri – Respondió el pelirrojo mientras volvía a sentarse en su escritorio. Matsuri dejó la taza de café sobre el mismo y se dispuso a salir – Matsuri – La llamó.
—¿Sucede algo?
—¿Podrías ayudarme con estos papeles? – Preguntó Gaara señalando la mesa. A la castaña le apareció una gotita en la frente al ver tantas hojas juntas sobre la mesa del Kazekage, así que asintió con la cabeza.
—Con todo gusto – Respondió para sentarse frente a él.
—Tal vez no sepa quien sea esa persona… – Pensaba Gaara viendo a su alumna comenzar a tomar algunas hojas de la pila, lo cual hacía con bastante torpeza, provocando una leve sonrisa en él – Pero mientras tenga a alguien a mi lado… creo que no importa.
Próximo Capitulo: Un extraño sentimiento.
Bueno, nos leemos en la conti entonces.
¡Hasta luego!
Próximo Capitulo: Un extraño sentimiento.
Bueno, nos leemos en la conti entonces.
¡Hasta luego!
Regresar al índiceUn extraño sentimiento by Selene-Moonlight¡Hola!
Gracias por sus comentarios ^^
Aquí el capítulo 3
¡Hola!
Gracias por sus comentarios ^^
Aquí el capítulo 3
Ya llevaban varias horas ordenando esos dichosos papeles y firmándolos, cuando por fin lograron terminar. Cuando Gaara timbró la última hoja notó que su alumna se había quedado dormida sobre su escritorio. Miró por la ventana y se dio cuenta de que ya era bastante tarde, así que era lógico que ella quisiera dormir.
Por alguna razón no podía apartar su vista de aquel rostro tan tranquilo y sereno. Mientras ella dormía se veía tan frágil que hasta parecía que la más leve brisa podría hacer que se rompiera en pedazos, pero a la vez eso parecía imposible. Sus suaves y sonrosados labios estaban semi abiertos, mientras sus párpados se encontraban completamente cerrados; de verdad se veía que tenía un sueño apacible.
—¿Qué se supone que haga ahora que ella se ha dormido? – Se preguntó Gaara poniéndose de pie para ir a pararse frente a la ventana. De vez en cuando extrañaba esas raras charlas que mantenía con su bijuu cuando era un Jinchuriki, pero a la vez se sentía liberado, porque en esos tiempos sólo podía sentir como esa bestia trataba de controlar su cuerpo, lo cual no era nada agradable, por no decir que era realmente incómodo y detestable encontrarse en esa situación. Estaba seguro que no cualquiera podría soportarlo, de verdad había que ser muy fuerte para aguantar a un ser invasor dentro de tu cuerpo, por eso a veces hubiese deseado no ser más que un aldeano normal y corriente para no tener que vivir de la forma en que lo hizo.
Aunque de todas formas aquello ya estaba en el pasado y no valía la pena recordarlo en este momento.
—Gaara-sensei…
El pequeño susurro de su alumna lo trajo de vuelta a la realidad, volteándose para encontrarla aún dormida, pero claramente había mencionado su nombre entre sueños ¿Estaría soñando con él?
Se acercó a la castaña, acuclillándose frente a ella para poder apreciar su rostro de cerca; si, realmente era muy hermosa. En ese momento Gaara sintió que nunca había visto a alguien así, nunca había estado cerca de una persona que le hiciera sentir tan reconfortado sólo con estar a su lado sin decir una palabra, sin siquiera mirarle.
—La llevaré a casa – Murmuró poniéndose de pie una vez más, antes de tomar con delicadeza a su alumna entre sus brazos, levantándola. Miró su rostro una vez más –ella no había despertado- y una sonrisa quiso aparecer en sus labios, aunque fue muy leve y casi no se notó.
Después de eso ambos desaparecieron en una nube de arena esparciéndose por toda la oficina del Kazekage.
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—¿Aún no llega Gaara? – Preguntó Kankuro a su hermana mientras sacaba una caja de leche del refrigerador para servirla dentro de un vaso, pero notó que Temari sólo se quedaba sentada ahí sin hacerle caso, parecía estar pensando en algo - ¿Qué pasa Temari?
—Oye… ¿Cómo vamos a convencer a Gaara de ir al baile con Matsuri? – Cuestionó la rubia un tanto confundida, pero Kankuro la miró sin entender.
—Creí que tenías un plan.
—La verdad es que no – La rubia suspiró decepcionada, después de todo no ganaría nada con hablar con el idiota de su hermano pues él nunca entendía nada.
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Gaara llegó hasta el cuarto de Matsuri. Lo conocía porque una vez la acompañó a buscar unos kunais y shurikens para un entrenamiento. El pelirrojo fijó su vista en la cama y depositó a la joven suavemente sobre ella, pero antes abrió un poco las sábanas con la ayuda de su arena, pues no quería que ella se fuese a morir de frío si la dejaba así.
—Que sueño más pesado tiene, ni se ha despertado – Susurró Gaara una vez que la cubrió suavemente. Se quedó unos segundos ahí, observándola. No podía entender por que de pronto un cálido sentimiento se apoderaba de él, en su pecho se sentía un pequeño calor que crecía cada vez más, entre más la miraba.
Se acercó unos centímetros a ella, tal vez así pudiera descubrir que era aquello que le hacía no querer apartar su vista de esos finos labios y de ese rostro tan sereno, de su piel tan blanca y delicada. Se sorprendió a si mismo a punto de tocar los labios de Matsuri con los suyos, a punto de besarla.
¿Qué estaba sucediendo con él?
¿Desde cuando un monstruo como él podía sentir algo como eso? ¿Acaso tenía el derecho?
—No sé que estoy haciendo – Dijo antes de levantarse, alejándose de ella por completo, para luego deshacerse en pequeñas partículas de arena y desaparecer del lugar. Definitivamente eso no podía ser, estar junto a Matsuri no era algo a lo que él tuviera derecho.
—G-Gaara… - Susurró Matsuri entre sueños, esbozando una pequeña sonrisa mientras se daba una vuelta en la cama – Gaara sensei… no se vaya…
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Era un nuevo día, con una cálida luz iluminando toda la villa de Suna. El Kazekage caminaba hacia su oficina después de un buen y merecido descanso, mientras los aldeanos y principalmente los niños le saludaban con respeto, aunque de vez en cuando todavía podía notar cierto miedo en los más adultos, en aquellos que le conocieron como el “arma definitiva” pero al cabo de unos segundos aquellas miradas gélidas desaparecían.
Fue mientras caminaba que se percató de algo inusual, o al menos para él lo era, ya que jamás le prestaba atención a ese tipo de cosas, de no ser por ese extraño sentimiento que de pronto lo molestaba constantemente.
—¡Kyo-kun! – Gritó Matsuri persiguiendo a un niño pequeño, el cual llevaba un balón en sus pies. Detrás de la castaña corrían un montón de niños más de varias edades distintas, también estaba la amiga de Matsuri; Sari y otro chico, uno al que Gaara le parecía que se llamaba Ittetsu o algo así.
—¡Pásala Kyo-kun! – Gritó Sari haciendo señales con sus manos. El pequeño de cabello negro lanzó el balón hacia la chica y esta lo pateó hacia un arco, anotando un gol - ¡Bien, lo hice! – Celebraba Sari.
—Ah, que injusto – Se quejó Matsuri encogiéndose de hombros, pero luego sólo sonrió – Pues ni modo, para la otra sí que te gano Sari – Advirtió la chica. Recetas faciles y rápidas
—¿A sí? Pues eso lo veremos – Respondió Sari, mientras un rayito aparecía entre ambas, aunque en realidad fuesen muy buenas amigas, lo cierto es que eran rivales en casi todo.
Gaara no dejaba de ver a Matsuri, de alguna forma parecía tan contenta mientras jugaba con esos niños y se peleaba con su amiga ¿Cómo una persona podía sonreír así todo el tiempo?
—C-chicas por favor cálmense – Les aconsejó Ittetsu algo nervioso, pues no le gustaba estar entre esas dos cuando se peleaban, era algo de temer. En ese momento el chico de cabello castaño se fijó en la mirada atenta de su Kazekage hacia una de sus amigas, aunque no supo a cual y además pensó que seguro era porque no quería que se pusieran a pelear, pero esa extraña mirada lo desconcertó - ¿Uh? Gaara-sama…
—¿Eh? – Las dos chicas dejaron de verse desafiantemente y desviaron su mirada hacia el pelirrojo. Matsuri se sonrojó y a Sari le aparecieron corazoncitos en los ojos al ver a su amado Kazekage.
—¡Buenos días Gaara-sama! – Lo saludó emocionada mientras agitaba sus brazos.
Por su parte, Matsuri estaba algo desconcertada, recordaba que anoche se encontraba con él en su oficina, pero después no supo como llegó a su casa ¿Estaría mal preguntar ahora? No tenía nada de malo.
—Etto… G-Gaara-sensei… - La chica se acercó a él sin poder sostenerle la mirada, aquella mirada que parecía no decir nada, que siempre era tan fría e imperturbable – Yo quería preguntarle… ¿Cómo es que llegué anoche a mi casa? La verdad no recuerdo…
—Te dormiste sobre el escritorio de mi oficina y te cargué hasta tu casa, eso es todo – Respondió el Kazekage, notando lo nerviosa que se encontraba su alumna – Bueno, yo me iré, te espero allá para seguir trabajando.
—¡Hai! – Respondió la chica, luego de lo cual vieron alejarse al Kazekage caminando.
—Matsuri… - Sari se acercó a la chica que aún no podía despegar su vista del camino, imaginando como habría sido que su amado Gaara la llevara entre sus fuertes brazos hasta su casa, y la muy tonta estaba dormida - ¡Matsuri! – Gritó Sari para llamar su atención.
—¡¿Qué?!
—¿Cómo es eso de que Gaara-sama te llevó entre sus brazos a tu casa anoche? – Interrogó la chica casi como si fuese una oficial de la policía, por lo que Matsuri tragó un poco de saliva y simplemente sonrió.
—No sé, no preguntes – Fue todo lo que dijo antes de salir corriendo, pero su amiga corrió detrás de ella.
—¡No huyas cobarde, confiesa! – Gritaba la chica, mientras que Matsuri sólo reía, pues aunque no lo recordaba, se sentía feliz por lo que Gaara había hecho por ella, eso demostraba que al menos le importaba un poco, tal vez no como alguien a quien amar, pero sí como su alumna o como una ninja de su aldea.
—Esas dos no cambian – Dijo Ittetsu, quien sólo observaba la escena con una gotita resbalando por su sien – Ay ¿Por qué no soy atractivo para las chicas? – Se preguntó suspirando, pues a veces sería grato que unas chicas tan lindas como esas dos se pelearan por él.
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—Los anuncios están listos, y perfectos – Dijo Temari con voz satisfecha, mientras pegaba el último afiche sobre el baile de Suna, justo afuera de la oficina del Kazekage ¿Por qué razón lo hizo ahí? Simplemente porque tenía un plan.
Gaara llegaba a su oficina como todos los días, pero esta vez algo era distinto, ahí estaba su hermana mayor pegando un afiche sobre algo de un baile, cosa que en verdad no le interesaba demasiado, sin embargo recordaba que los ancianos del consejo le pidieron buscar a una pareja para esa estupidez y ahora recién venía a recordarlo.
—¿Qué haces aquí Temari? – Interrogó de forma algo desinteresada. Temari sólo sonrió y señaló el cartel que acababa de pegar en la pared, notando como su hermano se mostraba un tanto exasperado al leerlo – Es el baile – Dijo sin más.
—Así es, se supone que toda la aldea debe estar enterada, así que he estado pegando unos cuantos afiches – Dijo la rubia mientras sonreía maliciosamente en su interior – Por cierto ¿Ya tienes pareja?
—No – Fue la respuesta del Kazekage antes de caminar hacia el interior del edificio, pero Temari lo siguió corriendo detrás de él.
—¿Y no has pensado en alguien? – Insistió la chica tratando de hacer que su hermano no respondiera con un monosílabo – Gaara, que te estoy hablando.
—No Temari, no he pensado en nadie y la verdad es que no tengo ganas de ir a eso – Respondió por fin luego de varios segundos de silencio – No es más que una tontería.
—Oh, no seas aburrido – Dijo Temari con decepción, para luego sonreír alegremente – Escuché que los del consejo te iban a buscar pareja ¿Estás de acuerdo con eso?
—Mientras no sea una molestia.
Temari bajó la mirada, vaya que era difícil hablar con Gaara sobre chicas y citas, no hacía más que dar respuestas evasivas, era todo un reto, pero nada que ella no pudiera enfrentar con un poco de astucia.
—Pues escuché que te iban a traer a la hija del señor Tada – Dijo Temari con una sonrisa, notando como por fin los pasos de su hermano se detenían.
Gaara por su parte, estaba estático. La recordaba a la perfección, aquella insoportable chiquilla llamada Kaoru Tada, la hija de un miembro del consejo que no hacía más que chillar y lanzarse a sus brazos cada vez que lo veía.
No quería siquiera imaginar lo que haría en ese baile, eso sería demasiado humillante para su persona, salir con esa loca de manicomio y bailar con ella frente a toda la aldea, el problema era que de seguro estaría colgada de su cuello toda la noche.
Definitivamente era lo peor que podía pasarle para acabar de arruinarle un día.
—Ni muerto aceptaré a esa mocosa como pareja – Soltó casi sin pensarlo. Temari sonrió pues nunca lo había oído decir un comentario de ese tipo, en verdad lo había asustado la sola idea de compartir la velada con Kaoru.
—Bueno, pues todavía puedes invitar a alguna chica.
—¿A quien voy a invitar? – Preguntó Gaara algo desesperado, sólo por el hecho de tener que ir con ella. Miró a Temari buscando una idea, pero sólo la veía sonreír - ¿Tienes a alguien en mente?
—Sí – Fue la respuesta de ella. Ahora sí que lo había atrapado.
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Kankuro se encontraba caminando por la aldea. Hacía un hermoso día y tenía deseos de tomar un poco el aire fresco, además así podría buscar a alguna chica linda que aceptara ir al baile con él, porque de tanto preparativo se le había olvidado que él también necesitaba una pareja.
Al ir pasando por una calle vio que Matsuri venía corriendo con una sonrisa, mientras que Sari corría detrás de ella con una expresión en su rostro casi como si fuese a matarla.
—¿Uh? – Kankuro arqueó una ceja ante el desconcertante panorama - ¿Matsuri?
La castaña se detuvo en frente de él y su amiga se detuvo justo detrás, ambas notando al hermano del Kazekage que las miraba con desconcierto.
—Hola Kankuro-san – Lo saludó Matsuri con una sonrisa - ¿Qué hace por aquí a esta hora? Yo lo hacía en su oficina.
—Ah bueno… - Kankuro desvió la mirada, la verdad era que le había rehuido a sus responsabilidades porque estaba un poco harto de eso – Salí un momento a tomar aire porque… ya terminé todo – Mintió sonriendo con nerviosismo, pues aún le quedaba mucho por hacer – Por cierto ¿Qué estaban haciendo?
—Sólo jugábamos – Respondió Sari mirando de reojo a Matsuri, pues planeaba hacerla confesar de todas formas – Perdón por no saludarlo Kankuro-san – Dijo sonriendo y haciendo una leve reverencia.
Kankuro la miró por unos segundos. La verdad era que Sari era una chica linda, a parte era muy simpática y buena ninja.
—No hace falta que hagas eso – Dijo un poco apenado mientras agitaba sus manos delante de su rostro – En fin, aprovechando que estás aquí… - De pronto el rostro del marionetista comenzó a ponerse muy rojo, por lo que ambas chicas le miraron con duda – Me preguntaba si… si alguien ya te invitó al baile.
—¿A-a mí? – Se preguntó Sari, quien de un momento a otro también se sonrojó, pero levemente. Matsuri los observó a ambos y sonrió con cierta malicia.
—Kankuro-san, Sari-chan, creo que… Gaara-sama me estaba esperando en su oficina ¡Nos vemos! – Y ante sus palabras la chica se fue corriendo, dejando a los otros dos a solas y mirando al suelo.
Ninguno decía nada, se habían quedado mudos, además ¿Por qué Matsuri los dejaba solos en un momento como este? Que cruel había resultado ser.
—Bueno… no me has respondido – Finalmente Kankuro rompió el silencio. Sari agachó la mirada una vez más, pues en verdad se sentía apenada.
—No, nadie me ha invitado aún – Respondió. Kankuro miró hacia un lado y luego la volteó a ver a ella.
—Bueno ¿Te gustaría ir conmigo?
—Claro, con gusto Kankuro-san – Respondió esbozando una sonrisa, aunque en realidad le hubiera gustado ir con su amado Kazekage, la verdad era que Kankuro era muy simpático y le agradaba su compañía.
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Matsuri llegó hasta el edificio del Kazekage esbozando una sonrisa, pues para esta hora lo más seguro era que Kankuro ya hubiera invitado a Sari al baile, y no era que quisiera “deshacerse de la competencia” simplemente se daba cuenta de que algo había entre esos dos por más que Sari insistiera en que estaba loca por el Kazekage, pero después de todo, si es que Gaara llegase a elegir a Sari o a cualquier otra, Matsuri sabía que ella sólo debía hacerse a un lado, pero al menos le consolaba la idea de que él se mantuviera soltero y sin compromisos.
Aunque con lo guapo y fuerte que era ¿Cuánto tiempo más iba a durar así?
—Soy una tonta – Suspiró algo decepcionada, mientras apoyaba su espalda contra la pared que era justamente la externa de la oficina del pelirrojo. Estaba tan enamorada, su corazón latía con tanta fuerza de sólo pensar en él, cuando recordaba como su maestro la había rescatado de esos ninjas que la secuestraron y le había enseñado que las armas podían usarse para proteger a los seres queridos, por esa razón nunca abandonaba su jouhyou, el arma que él había escogido para ella; de alguna forma al tenerla con ella se sentía cerca de su amado.
—Matsuri – Al oír esa voz instantáneamente el cuerpo de la castaña se tensó. Levantó su mirada y se sonrojó completamente al ver a Gaara justo frente a ella – Que bueno que has venido, necesito hablar contigo – Siguió hablando el pelirrojo, sin notar el estado en el que se encontraba su alumna.
Matsuri no podía dejar de verlo, de admirar ese rostro tan perfecto y ese cuerpo que él poseía, recordando cuando lo había visto completamente desnudo y volviendo a sonrojarse al instante.
—¿Te sientes bien? – Preguntó Gaara algo extrañado, pero sin cambiar en lo más mínimo su expresión. Matsuri asintió.
—C-claro, dígame que se le ofrece Gaara-sensei – Dijo la chica esbozando una tímida sonrisa, pues aunque a veces era capaz de gritar lo guapo que era el Kazekage, cuando estaba en frente de él sus piernas y el resto de su cuerpo se volvían gelatina. Se sentía tan frágil y avergonzada que parecía que iba a desmayarse en cualquier momento.
—Bueno… - Gaara dudó por un momento, pero al recordar las palabras de Temari y que probablemente tendría que ir con Kaoru al baile su cuerpo entero se tensaba, por lo que finalmente se decidió a hacer lo que tenía que hacer, y no le preguntaría – Matsuri, dentro de una semana irás conmigo al baile, serás mi pareja – Comunicó simplemente para luego dirigirse de vuelta a su oficina, dejando a la castaña paralizada y con los ojos muy abiertos, aún apoyada en la pared.
¿Qué acababa de oír? ¿Acaso Gaara la estaba invitando al baile con él, como su pareja? Bueno, claramente eso había sido todo menos una pregunta, pero ¿Qué más daba? ¡Seria la pareja del Kazekage!
—Oh por Dios… - Susurró completamente nerviosa y saliendo de la torre de golpe, encontrándose afuera con Temari que la miraba arqueando una ceja.
—¿Qué te pasa Matsuri? ¿Por qué estás tan nerviosa? – Cuestionó la rubia. Matsuri la miró aún muy agitada por todo lo ocurrido.
—Temari-san, Gaara-sama me acaba de decir que vaya con él al baile ¿Q-que me pondré? – Se preguntó consternada, mientras que en los labios de la Sabaku No, una sonrisa se dibujaba.
—Je, tal y como lo planeé – Pensó victoriosa.
Ahora sólo quedaba afinar los últimos detalles y su querido hermanito por fin sabría el significado de su kanji, Gaara por fin tendría a alguien a quien amar.
Bueno, nos leemos en el cuarto capítulo ^^
Sigan amando el GaaMatsu.
¡Bye!
Bueno, nos leemos en el cuarto capítulo ^^
Sigan amando el GaaMatsu.
¡Bye!
Regresar al índiceNerviosismo antes del baile by Selene-Moonlight¡Hola!
Gracias por los comentarios ^^
Aquí el cuarto capítulo.
¡Hola!
Gracias por los comentarios ^^
Aquí el cuarto capítulo.
—¿Por qué debería invitar a Matsuri al baile? – Preguntó el Kazekage mientras se sentaba en su puesto de trabajo y miraba a su hermana mayor con cierta duda. Temari sonrió y apoyó ambas manos contra el escritorio.
—¿Por qué no? Que yo sepa Matsuri aún no tiene pareja y no creo que te moleste ir con ella – Dijo la rubia tratando de razonar – Ella no te fastidiará, a menos claro que prefieras ir con Kaoru.
—Por supuesto que no – Dijo Gaara rápidamente, soltando las palabras como si fuesen dagas de doble filo pues no quería saber nada de bailes con esa loca – Tienes razón, lo mejor será ir con Matsuri – Accedió al fin el pelirrojo.
¿Qué malo podía pasar?
Ahora se encontraba con la duda. Había sido muy extraño cuando la invitó, o más bien le ordenó que fuera con el. Gaara se sentía raro y no se había dado cuenta que ya era de noche y debía irse a su casa a descansar.
—¿Qué me pasa? – Se preguntó confundido, pues de pronto la imagen de su alumna no quería desaparecer de su mente.
Se puso de pie y salió de la oficina aún ensimismado en sus pensamientos, sin siquiera poder prestarle atención al hecho de que su hermano Kankuro salía del edificio también y estaba tratando de hablarle.
—¡Gaara! – Le gritó por tercera vez, al fin captando la atención del pelirrojo que lo quedó mirando con fastidio.
—¿Qué quieres Kankuro?
—Te estoy llamando desde hace rato ¿Por qué no me haces caso? – Dijo el castaño frunciendo el ceño. Gaara sólo desvió la mirada y Kankuro supo que le estaba poniendo atención – Oye, quería preguntarte si ya tienes una pareja para el baile, porque esta tarde vino un miembro del consejo a proponer a Kaoru-chan – Comentó sonriente.
Gaara una vez más sintió un escalofrío recorrer su cuerpo de sólo pensar en esa posibilidad, pero obviamente no dejó que su hermano se diera cuenta.
—Ya no va a ser necesario, iré con Matsuri – Fue todo lo que dijo, para luego deshacerse en partículas de arena y así llegar más rápido a su casa.
—¡No me dejes atrás! – Gritó Kankuro, pues él no era capaz de realizar dicha técnica y se sentía celoso; Gaara siempre se largaba en medio de las conversaciones con eso.
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—¡¿Cómo dices?! – Gritó la chica, casi dejando sorda a su amiga que se tuvo que cubrir los oídos con ambas manos para tratar de aminorar el daño a sus tímpanos.
—Por favor no grites Sari, me dejarás sorda – Se quejó Matsuri, pero enseguida Sari la tomó por los hombros y comenzó a zarandearla, dejándola mareada.
—¡No es justo que Gaara-sama te haya invitado a ti y a mí no! – Se quejó Sari moviendo a Matsuri más de la cuenta, la que terminó con los ojos como espirales – No es justo… - Se lamentó cayendo sentada de nueva cuenta sobre el sillón de su casa, soltando un suspiro.
—No… no hagas eso de nuevo… - Dijo Matsuri con ganas de vomitar. Sari la miró y una gotita resbaló por su sien.
—Perdón…
Matsuri comenzó a respirar para reponerse de lo que acababa de hacer su amiga, pero Sari apenas la vio mejor se le echó encima de nuevo, sólo que esta vez era con preguntas.
—Ahora explícame ¿Cómo que Gaara-sama te invitó al baile? ¡Explícame!
—¡Tranquila! – Le gritó Matsuri. A Sari sólo le volvió a escurrir una gotita en la frente e hizo caso - ¿Por qué tanto interés si tú vas a ir con Kankuro-san?
—Bueno… yo quería ir con Gaara-sama pero no creí que fuera a invitarme, por eso acepté a Kankuro-san – Dijo Sari algo deprimida y bajando los hombros – No es justo que a ti sí te invitara.
—Es que… fue todo muy extraño… - Dijo Matsuri también bajando la mirada con cierta depresión – Sólo se apareció y me dijo que iría al baile con él, ni siquiera me preguntó ¿Sabes? Yo creo que más bien lo hizo porque no le quedaba otra opción…
—¡No digas eso! – Gritó Sari haciendo que Matsuri diera un salto algo asustada. La castaña de cabello largo le tomó de la mano y la jaló haciendo que se pusiera de pie - ¡Ya no importa con quien vayamos, tenemos que vernos hermosas esa noche!
—Sí – Fue todo lo que dijo Matsuri, que al principio se había sorprendido por la reacción de Sari, sabía que Sari quería ir con Gaara al baile, pero ella también quería hacerlo y si él la había "invitado" no tenía otra opción. Sólo sonrió al ver a su amiga de tan buen humor.
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Ya era de día y los ninjas de Suna se preparaban para ir en misiones o hacer algunas cosas en la aldea.
Dos chicas castañas caminaban por las tiendas de ropa observando si había algún vestido que calzara con ellas, pero en ese momento se encontraron con la embajadora de la arena que al parecer también hacía unas compras.
—Hey, hola Matsuri y Sari – Las saludó a ambas sonriendo. Las dos chicas hicieron una leve reverencia en señal de respeto y esta comenzó a agitar sus manos – Vamos, no tienen que ser tan formales.
—¿Qué haces Temari-san? – Preguntó Matsuri, pero enseguida notó como de una de las bolsas de la rubia se podía ver una hermosa tela de color azul marino, así que se acercó a mirar – Wow ¿Ya encontraste un vestido?
—Ajá ¿Verdad que es hermoso? – Dijo la rubia extendiéndolo para enseñarlo a las dos chicas, las cuales lo veían maravilladas por lo hermoso que era – Escuché que ustedes son las citas de mis hermanos.
—Tanto así como citas… - Susurró Matsuri sonrojándose levemente, pero no había sido la única pues Sari también se había sonrojado un poco al oír eso de la "cita".
—Temari-san ¿Nos ayudarás a escoger vestidos? – Preguntó sonriendo la de cabello más largo. Matsuri le miró y luego volteó su vista hacia Temari.
—Sí, por favor Temari-san – Pidió apoyando a su amiga. Las dos se pusieron en pose de súplica y la rubia terminó por soltar un suspiro resignada.
—De acuerdo, yo las ayudo – Les dijo, logrando que ambas chocaran sus manos emocionadas.
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—Ya está listo lo de la seguridad, todo saldrá perfecto – Dijo Kankuro mientras se sentaba en el sillón de la oficina de su hermano, el cual no le miraba porque estaba firmando unos papeles – Por cierto Gaara… ¿Desde cuando tienes interés en Matsuri?
Gaara dejó lo que estaba haciendo para mirar a su hermano arqueando una ceja, algo en el tono de su voz no le había agradado ¿Qué demonios quería decir con que él tenía "interés" en Matsuri?
—¿A que te refieres?
—Sabes a lo que me refiero – Respondió el castaño con una leve sonrisa, pues la idea de todo esto era sacarle algo a su hermano, tal como le había pedido Temari – Vamos ¿Me vas a decir que no has pensado nada sobre ella?
—Sigo sin entender – Fue la respuesta del pelirrojo, que segundos después regresó su vista a sus papeles, pero Kankuro insistió.
—Me refiero a que si no te has dado cuenta de que Matsuri siempre está muy pendiente de ti, además se esfuerza mucho en sus entrenamientos sólo para impresionarte.
—Ese es su deber como mi alumna – Dijo Gaara, tan categórico como siempre, lo que exasperó un poco a su hermano, así que decidió usar una técnica diferente.
Suspiró como con decepción, pero Gaara ni lo volteó a ver – Ah, ojalá yo la hubiera invitado al baile, hubiese sido genial bailar con ella, se ha puesto tan linda este último tiempo – Comentó mirando de reojo a Gaara.
El pelirrojo dejó sus papeles para mirarle, pues al oír ese comentario sus oídos se alarmaron como antenas recibiendo una importante comunicación. No supo por que, pero aquello le molestó.
Frunció el ceño levemente y volvió su vista a los papeles.
—Si tanto querías ir con ella entonces debiste invitarla.
—Bueno… no lo hice porque no tuve la oportunidad – Dijo Kankuro, aunque sabía que eso era mentira pues a quien él quería invitar desde el principio era a Sari, sólo estaba diciendo todo esto para poner celoso a su hermano – Me pregunto si Matsuri tendrá novio.
—Si has venido a perder el tiempo hablando de tonterías mejor lárgate – Dijo cortante Gaara, dejando algo helado a su hermano con su comentario. Sí, definitivamente lo estaba cabreando.
—Pero que genio te traes hoy, ya decía yo que en cualquier momento te ibas a poner así de temperamental de nuevo, si sigues así vas a espantar a todas las chicas y no tendrás nunca una novia – Kankuro se puso de pie y se acercó a la puerta, sintiendo como la rabia de su hermano aumentaba aunque no lo estuviera mirando – Bueno… creo que espantarás a todas menos a Matsuri, ella es la única que siempre está a tu lado a pesar de lo antipático que eres – Y dicho esto salió de la oficina, pero sus palabras no habían pasado desapercibidas por su hermano menor.
Gaara se quedó algo sorprendido, pero ahora que Kankuro lo mencionaba, era cierto, Matsuri siempre estaba ahí aún cuando él no quería ver a nadie. Cuando estaba fastidiado por tanto trabajo ella siempre venía a ayudarle a aminorar su carga. Cuando quiso ser un sensei ella fue la única que lo escogió, siempre ella… sólo ella.
—Otra vez… - Masculló sosteniéndose la cabeza, pues una vez más no podía dejar de pensar en ella. Se estaba sintiendo como un idiota por esto, porque no podía quitarse la sonrisa de su alumna de la cabeza, sus gestos al hablar, su cara sonrojada; era tan linda.
Una muy leve sonrisa se apareció en sus labios y volvió a su trabajo.
—Matsuri… - Susurró.
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—¡Que vestido tan lindo Sari! – Decía Matsuri emocionada mientras veía a Sari con un hermoso vestido amarrillo puesto, el cual le quedaba bastante ceñido y marcaba su figura haciendo que se viera aún más linda. Sari se dio una vuelta y miró su vestido, ajustándoselo un poco.
—¿De verdad me queda bien? – Preguntó algo preocupada. Levantó su cabello y se miró la cintura para ver si se veía delgada o no, pero al cabo de unos segundos sonrió.
—Claro, te ves muy linda Sari – Respondió Matsuri, que al cabo de unos segundos bajó la mirada con cierta tristeza. Sari se dio cuenta y se le acercó preocupada.
—¿Qué sucede Matsuri?
—Es que… yo no soy tan bonita… Gaara-sama va a desentonar a mi lado… - Dijo abatida, pues no creía que ella fuese a ser una buena pareja para el Kazekage. Sari le tomó de las manos y sonriendo trató de levantarle el ánimo.
—Tonterías Matsuri, tú eres muy linda también y si Gaara-sama te invitó a ti deberías estar feliz ahora, no así como estás… sonríe un poco y sigue buscando, encontrarás un vestido que te quede bien.
—Gracias Sari…
Temari se acercó a las dos chicas que aún estaban tomadas de las manos y sonriendo tocó el hombro de Matsuri, la cual se volteó y le miró confundida.
—Matsuri, acabo de encontrar el vestido perfecto – Aseguró la rubia enseñando lo que traía en sus manos, pero de la forma en que lo enseñaba Matsuri sólo pudo distinguir una hermosa tela blanca y al tocarla se dio cuenta de lo suave que era.
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Ya caía la noche, un día menos que faltaba para ese dichoso baile.
Gaara estaba caminando por las calles de Suna hacia su casa, pero daba pasos muy lentamente, observando a algunas personas que aún no se iban a dormir, entre ellos niños que estaban jugando con una pelota roja.
Al verles se recordó a si mismo cuando era un niño, como había sido rechazado y jamás pudo jugar con ellos, ninguno de ellos quiso estar a su lado por temor a ser asesinados por él. Le llamaron monstruo y lo lastimaron, con un dolor que era aún peor que el físico. Todos quienes lo rodeaban alguna vez le habían lastimado, incluso sus hermanos porque ellos también le tenían miedo, también lo veían como a una simple bestia asesina sin sentimientos.
Pero fue cuando se detuvo; no todos le habían visto de esa forma, nuevamente se daba cuenta de que Matsuri jamás lo había tratado así, ella nunca había huido de él y nunca le había llamado monstruo, ni una sola vez.
Matsuri iba por las calles de la aldea hacia su casa. Estaba bastante satisfecha con su compra aunque aún pensaba que no sería buena idea ir con Gaara al baile, pues creía que ella a su lado sólo lo echaría a perder.
Estaba caminando muy animada -a pesar de eso- hasta que se detuvo de golpe al ver al Kazekage observando a unos niños que jugaban a la pelota. Matsuri sintió como su corazón comenzaba a latir y sus mejillas se colorearon levemente, tenía ganas de acercarse y hablar con él ¿Pero que le diría?
—G… - Estuvo a punto de pronunciar su nombre, pero se detuvo en seco al ver la expresión que él ponía, como si estuviera triste. Jamás lo había visto así, él nunca demostraba sus sentimientos, por eso le parecía algo irreal el verlo ahora de esa manera, pero aquello la hizo sentir mal, ella no era quien para animarlo, pero no quería verlo triste – Gaara-sensei – Lo llamó acercándose a él.
Al verla Gaara se sorprendió un poco pues justamente estaba pensando en ella, pero como siempre lo disimuló y sólo desvió la mirada.
—¿Qué haces por aquí a esta hora? – Cuestionó el pelirrojo notando que ella como siempre se veía alegre.
—He estado algo ocupada todo el día, estaba escogiendo un vestido Gaara-sensei, ya que seré su pareja no quiero lucir mal – Matsuri bajó la mirada sin dejar de sonreír – No quiero que usted se sienta avergonzado por ir conmigo…
—¿Por qué habría de sentirme avergonzado? – Gaara la miró fijamente, clavando la vista de sus dos orbes aguamarina sobre la chica, la cual al verlo se sonrojó levemente.
—Sé que me invitó sólo porque no tenía otra opción, pero aún así yo… - La castaña quiso seguir hablando, pero fue interrumpida por las palabras de su Kazekage.
—Te equivocas, si yo te invité es porque quiero ir contigo – Dijo con seguridad, aún con esa gélida expresión que a pesar de ser tan fría demostraba mucho más de lo que él quería. Sabía que había invitado a Matsuri para no tener que ir con esa molesta chica, pero no sólo había sido por eso, pues perfectamente se pudo negar e invitar a cualquier otra; pero no, porque la verdad era que sí quería ir con ella, con la única persona que jamás lo había juzgado.
—Gracias Gaara-sensei… - Dijo Matsuri sonriendo sinceramente. Abrió sus ojos después de esa sonrisa y notó que ambos estaban completamente solos, que los niños se habían marchado y no había absolutamente nadie en la aldea a esta hora, las calles estaban vacías. Al darse cuenta de eso su corazón otra vez se aceleró, estaba a solas con él y esto no era bueno para sus nervios – G-Gaara-sensei, creo que me iré ya a mi casa… p-perdone las molestias – La chica trató de caminar, pero al estar tan nerviosa se enredó con sus propios pies, lo que provocó que cayese, pero por suerte no tocó el suelo porque al darse cuenta Gaara se había movido para atraparla entre sus brazos.
—¿Estás bien? – Preguntó tratando de mantenerse de pie, pues como había sido todo tan rápido no se había aferrado lo suficiente al suelo – Deberías fijarte más por donde caminas, eres muy torpe Matsuri.
—Perdón Gaara-sama – Se disculpó la castaña apenada y alejándose de él, ya que sus palabras la habían hecho sentir muy triste – Sé que soy muy torpe, lo siento de verdad…
—No, no te disculpes – Gaara desvió la mirada algo molesto, pero no con ella sino con él, por haberle hablado de esa manera y hacer que la chica dejara de sonreír. Debía admitirlo, le gustaba mucho verla sonreír y que ella dejara de hacerlo por su culpa le hacía enojarse consigo mismo.
—Bueno… ahora sí me voy, nos vemos mañana Gaara-sensei – Después de despedirse Matsuri se alejó corriendo, apretando contra su pecho la bolsa donde llevaba su vestido. Una pequeña lágrima se había deslizado por su mejilla y Gaara se dio cuenta, sintiéndose un poco inquieto por ella.
—Matsuri… - Murmuró en medio de la oscuridad de esa noche fría, iluminada sólo por el brillo de las estrellas y de la luna.
Próximo capítulo: Pequeño acercamiento.
Hasta el próximo capítulo ^^
Próximo capítulo: Pequeño acercamiento.
Hasta el próximo capítulo ^^
Regresar al índiceDisclaimer: All publicly recognizable characters and settings are the property of their respective owners. The original characters and plot are the property of the author. No money is being made from this work. No copyright infringement is intended.Esta historia archivada en https://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=21023Por ti by Selene-Moonlight
Gaara, el Kazekage de Suna, no conoce el amor de verdad a pesar de llevar dicha palabra tatuada en su frente, pero puede que cierta persona cambie todo en su v
fanfic
es
https://fanfic.es/static/images/fanfic-por-ti-by-selene-moonlight-1098-0.jpg
2024-10-13
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