El Mandadero del Diablo by vickybella
Elinor Santana es una chica común, con una capacidad que no todo ser humano podee, y es el de poder ver a seres paranormales. Pero hay una entidad de negro que siempre la visitaba por las noche, pero este desaparecía con los dias. A sus 15 años de edad esta misma entidad se le vuelve aparecer, y ahora Elinor debe averiguar por que este ser no la deja en paz, que pretende con ella, y no podrá creer de las cosas que descubrirá.
Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Romance
Advertencias: Lemon
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 37 Completed: No Word count: 102885 Read: 8240 Published: 25/04/2012 Updated: 15/06/2012
Elinor Santana es una chica común, con una capacidad que no todo ser humano podee, y es el de poder ver a seres paranormales. Pero hay una entidad de negro que siempre la visitaba por las noche, pero este desaparecía con los dias. A sus 15 años de edad esta misma entidad se le vuelve aparecer, y ahora Elinor debe averiguar por que este ser no la deja en paz, que pretende con ella, y no podrá creer de las cosas que descubrirá.
Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Romance
Advertencias: Lemon
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 37 Completed: No Word count: 102885 Read: 8240 Published: 25/04/2012 Updated: 15/06/2012 Capítulo 1: La entidad de mis sueños by vickybella
Es mi primer fanfic, asi que no sean tan duros, besos.
Es mi primer fanfic, asi que no sean tan duros, besos.
Recuerdo claramente el primer sueño que tuve con aquel hombre…Yo a mis 5 añitos, sentada en mi comedorcito de muñeca, muy divertida, tenia puesta las prendas de vestir de mi mamá, y las zapatillas de princesa que me había dado mi papá. Después de mirarme a mi misma en el sueño, noté a un hombre vestido de negro, sentado de espalda en una de las mínimas sillas del comedorcito, la pequeña yo le servía té (lo que en realidad era agua fría de la nevera) aquel hombre extraño. Caminé lentamente hacia el hombre de negro, y cuando iba a voltearme para poder verle el rostro…La maldita alarma del teléfono suena, anunciándome que ya eran las 7:00am.
_Creo que eso es más bien un recuerdo tuyo –opinó Rosella un tanto confundida por mi sueño- Y el hombre podría ser tu papá.
_No lo creo Rose –Negué decidida- Es como cuando tienes un sueño y uno sabe quién es cada quien, y te puedo asegurar que ese hombre no era mi papá.
_Olvídalo Eli –Me aconsejó mi amiga, mientras se acomodaba en su pupitre- Fue solo un sueño.
_¡¡Es que no es la primera vez que lo sueño!! –Exclamé mientras sacaba el cuaderno de mi morral- Y no solo eso, también cuando el mismo tipo, se me aparecía de noche a los 13 años.
_Es solo coincidencia –Comentó ya algo aburrida.
_No creo en las coincidencias –Fueron las últimas palabras que le dirigí en toda la clase.
Durante las dos horas de clases no presté nada de atención, mi mente estaba ida en aquel hombre, tratando de adivinar quién era ese individuo. Por un momento pensaba que solo era un sueño y ya, pero ya era extraño, que tuviera 2 sueños distinto de mi en años anteriores, y con el mismo hombre. Aun recuerdo en carne viva cuando vi a los 13 aquella silueta en la esquina de mi cuarto, sabía que me observaba, pero me daba tanto miedo verlo claramente, así que preferí taparme completamente con mi sábana y esperar a que se fuera. A pesar de que desde muy pequeña podía observar a las ánimas de gente muerta, nunca terminaba de acostumbrarme a ver esas cosas, por eso odiaba tanto los hospitales, o los cementerios, ya que eran los lugares donde habitaban mas fantasmas, y siempre se daban cuenta que no era como los demás, y trataban de hacerse notar ante mis ojos, y eso me inquietaba demasiado.
_ ¿Qué esperas Elinor? –Preguntó Rosella apurada con su morral en mano- Apúrate, que tengo hambre.
_Mierda, ¿tan rápido acabó la clase? –Pregunté un tanto irónica, al ver el rostro molesto e impaciente de Rosella-. Ya vámonos.
_Entonces en que conclusión quedaste con respecto tus sueños –Miró un tanto curiosa.
_Aun no tengo una conclusión –Respondí con un poco de desanimo.
_Tú dices que no es alguien que conozcas, pero podría ser un espíritu que hayas visto en algún momento –Comentó un poco nerviosa, ya que ella le aterraba todo lo que tenga que ver con lo paranormal, y que su mejor amiga pudiera ver cosas que otros no, no le agradaba del todo.
_Podría ser, pero en ese caso tal vez esa ánima trata de controlar mis sueños, o algo por el estilo –Noté temor en su rostro –Y si ese es el caso, tendría que tomar cartas en el asunto.
_Hoy trata de dormir a medias, así podrás ver si hay alguien metiéndose en tu cuarto, provocándote esos sueños.
_Me da pánico encontrarme con algo que no deseo –Confesé.
_Tranquila Eli, ellos están muerto, y tu viva –Ese era el comentario que ella siempre me daba para que dejara de temer a las ánimas.
_Eso espero, si me sucede algo te juro que entraré a tu cuarto a jalarte las patas –Comenté con una sonrisa al ver su rostro.
Rosella y yo éramos vecinas, así que siempre nos veíamos, no solo en el colegio. La conocí el día en que me mude al edificio, hace 5 años, y desde entonces éramos amigas, fue a la primera persona que le confesé que podía ver cosas paranormales, y opino que lo que más me hizo quererla, fue que me creyó, y siempre que me sucedía algo, o se me aparecía un ánima, se lo contaba. Ella odiaba esas cosas, pero siempre ponía por delante su rol de mejor amiga.
Al despedirme de Rose, entre en mi departamento, revisé si se encontraba alguien, como no hallaba a nadie, me fui a la cocina a almorzar, me quité el uniforme y me metí en la ducha, al salir, me puse mi pijama de una vez, porque sabía que no saldría a ningún lado, me cepille los dientes, y comencé a detallarme en el espejo de mi pequeño baño. No podía quejarme, para mis 15 años tenía bastante pecho y nalga, gracias a dios no sufría de acné, tenía un rostro impecable, una boca llena, unos ojos negros, una sonrisa de diente de lata, ya que usaba brackets, y mi cabello negro un poco mas debajo de los hombros, no podía decir que era una belleza, pero me consideraba lo suficientemente atractiva para llamar la atención de cualquier chico.
Ya eran las 11:15 pm, me acosté teniendo en cuenta que ese hombre podría venir a mi habitación, me quedé dormida en menos de 10 minutos...No podía creerlo, me hallaba en mi antigua habitación, y me veía a mí a los 4 años, acostada en la cama, con los ojos cerrados, como si tuviese miedo a mirar algo, o a alguien, aparté mis ojos de la pequeña yo, y mis ojos se fijaron en el mismo hombre de siempre, vestido de negro, ocultando su rostro por la oscuridad del cuarto, la sensación de verlo me inquietaba tanto que hizo despertarme. Ya despierta sentí un escalofrío inusual, tenía miedo de quitarme las sabanas del rostro, pero no pude más, tenía que averiguar si había alguien, me armé de valor y me repetía en mi mente “el está muerto y yo viva, el está muerto y yo viva” dándome auto apoyo, y rápidamente me quite la sábana “maldita seas Eli, te hubiese quedado cobarde bajo tus sabanas” pensé de inmediato, porque lo que vi no me agrado en lo absoluto.
Estaba aquel mismo hombre, vestido de negro, nada más y nada menos sentado en mi silla frente a la computadora, aún con la oscuridad no podía verle el rostro, solo la silueta de su cuerpo. Me senté en la cama, y vi que no se movía en lo absoluto, me entro un escalofrío en todo el cuerpo cuando escuché una voz gruesa y muy varonil que solo decía…
_Es muy tarde para que una niña como tu este despierta a altas hora de la noche –Dijo con un tono burlón en su voz. La voz no me salía de mis labios, no sabía que responderle... ¡Ya va! Esa cosa me había hablado – ¿No hablas muchachita? –Cada vez que decía algo me daba escalofrío –Bueno ya que no hablas será mejor que… –Se levanto poco a poco de la silla, y mi voluntad volvió aparecer.
_ ¿Que quieres? –Eso fue lo primero que mi mente analizó, y le dijo.
_ ¿Quién soy? –Repitió mi pregunta en tono irónico. –Que Elinor, ¿ya te olvidaste de tu amigo de la infancia? –Esa pregunta me hizo enredar más mis pensamientos, trataba de recordar, pero no hallaba nada.
_Lo siento pero no –Le respondí negando con la cabeza. –Pero no puedo saberlo, porque no se tu nombre, o ni siquiera he visto tu rostro.
_Bueno, tú me llamabas Dami –Ese nombre me retumbaba en mi cabeza, pero no lograba recordar de donde conocía ese nombre, no conocía a nadie vivo o muerto con ese nombre. – ¿Ya recordaste?
_No te recuerdo –Le aclaré con odiosidad.
_Lastima, esperaba que tuvieras un breve recuerdo de nosotros –Bufó. –Bueno no es para menos, estaba tan chiquita la última vez que nos vimos, que mírate ya estas casi echa una mujer.
_ ¿Dime quien mierda eres? –Le ordené.
_Ya te dije Elinor, soy tu amigo de la infancia –Respondía pacientemente, como si mi confusión fuese un juego muy divertido para él. –Pero tal vez con luz tu mente se aclare. En ese momento sin ningún movimiento la luz de mi lámpara de noche se encendió como si nada, dejando iluminado mi cuarto. Me quede atónita al verlo, en mi mente esperaba a un hombre sin rostro, o quizás con una cara de demonio que se yo, pero lo que me encontré fue algo distinto, en mi silla se encontraba un joven de unos 25 años, con la piel tan blanca, unos cabellos negro como la noche, sus ojos que me miraban, eran los más intimidantes que había visto en toda mi vida, con el iris de color gris, pareciera que no tuviese pupila, y en sus labios se dibujaba una sonrisa de medio lado, me imagino que burlándose de mi rostro anonadado, era realmente hermoso. –Entonces niña, ¿ya tienes un recuerdo mío?
_No –Negué con la cabeza. –Explícame tú, ¿de dónde te conozco y que quieres?
_De ti no quiero nada –Dijo con una sonrisa en su rostro, mirándome fijamente a los ojos.
_ ¿Eres un alma en pena? –Dije con timidez y con duda, porque él se veía bien vivo.
Soltó una carcajada, que me produjo un escalofrío, se levantó de la silla y poco a poco se sentaba en mi cama, tratando de acercarse a mí, por alguna razón no sentía miedo, pero no podía ser tan confiada. –Te puedo asegurar que no soy un alma en pena.
_ ¡Maldita seas! No me digas que eres un demonio –Exclame con miedo, porque a los fantasma yo me los espantaba fácilmente, pero le temía a la aparición de un demonio desde que vi la película “actividad paranormal”.
_No me sorprendería que hubiese un demonio acá con ese vocabulario –Dijo sonriendo, notaba de qué poco a poco se arrimaba, y como si nada extendió su brazo. –Acércate por favor.
¿Que pretendía ese tipo conmigo? .No lo entendía, no le quitaba la mirada de encima, pero por más extraño que me parecía no le temía, si me hubiese querido hacer algo, hace rato que me lo hubiese hecho, así que me arrimé hacia él y lo observe, lo que nunca imaginé es que él se me acercara tanto, nuestros rostros estaban a escasos centímetro.
_ ¿Que eres? –Le pregunté suavemente.
_Veme como tu ángel de la guarda –Respondió el, viéndome fijamente a los ojos.
_ ¿Debo confiar en ti? –Había algo en él, no tengo idea de que, que me hacía tener un escalofrío, pero sentía a la vez seguridad, no sabía quién carajo era él, ni su nombre con exactitud, pero le tenía confianza, y eso nunca me pasaba con las ánimas que veía.
_ Yo creo que tú lo sabes –Respondió como si pudiera leerme el pensamiento, como si supiera que sentía algo extraño con él, y que ni yo misma lo sabía. Se me acercó más aun, me besó en la mejilla, y me susurró al oído. –Nos vemos pronto Elinor Santana.
Y así como si nada se desapareció frente a mis ojos, de la forma más extraña, aun estaba en shock, no sabía si por la forma en que desapareció, o por el beso en la mejilla, aunque en mi interior sabía que era por el beso. Tenía demasiada curiosidad, se fue así no más dejándome con muchas dudas, pero bueno el mismo lo dijo “nos vemos pronto”, así que esa no sería la última vez que lo vería.
Bueno les subiré el 2do capítulo lo mas pronto posible.
Bueno les subiré el 2do capítulo lo mas pronto posible.
Regresar al índiceCapítulo 2: Mi amiguito imaginario by vickybellaBueno aqui les dejo el 2do capítulo del mandadero del diablo, subire un capitulo diario, y si amanezco con inspiración quien quita que suba 2 capitulos diarios. bueno aqui les dejo.
Bueno aqui les dejo el 2do capítulo del mandadero del diablo, subire un capitulo diario, y si amanezco con inspiración quien quita que suba 2 capitulos diarios. bueno aqui les dejo.
Al día siguiente me desperté con su rostro en mi mente, pasé todo el día pensando en él, quien diablos era ese tipo, necesitaba saber todo sobre él. No era la primera vez que nos veíamos, porque hasta en mi niñez se me aparecía, y yo lo llamaba a según “Dami”. –Maldita seas no recuerdo ningún Dami. –Grité desesperada por no tener una excelente memoria. De mi niñez solo recuerdo a mi antiguo perro llamado Comotú, y lo recuerdo solo porque me gustaba cuando me preguntaban “¿cómo se llama tu perrito? “ y yo respondía “Comotú” la gente se quedaba confundido porque pensaban que se llamaban como ellos, pero si no fuese por ese detalle, no recordaría al difunto perro. Ya me estaba empezando a doler la cabeza de tanto pensar en el tipo aquel, forzando mi cerebro a que me diera algún recuerdo de mis encuentros de niña con “Dami”.
_ ¿En qué piensas Elinor? –Preguntó mi mamá que entró en la sala donde yo me encontraba sentada. –Has estado todo el día callada, y más distraída de lo que eres, algo debes estar analizando algo que has estado así.
_ ¡ay mami! Tratando de recordar algo, o más bien a alguien. –Le respondí mientras me hacia un lado en el sofá para que ella se sentara conmigo.
_ ¿A quién quieres recordar mi amor? – Preguntó dándome un abrazo y un beso en la cabeza. –Quizás yo te pueda ayudar hacer memoria. – Era cierto, quien más que mi mamá podría recordar mi infancia.
_ ¿Mamita te suena el nombre de Dami? –Veía su rostro para ver si hacía algún gesto, pero ella solo sonrió.
_Tenía años que no te escuchaba decir ese nombre. -¡Okey! Eso era lo que me faltaba, que mi mamá si recordara, le diera vuelta al asunto y no me dijera de una vez lo que ella sabía, tenía la curiosidad al límite más alto. –Tan grande recordando a tu amiguito imaginario.
_ ¿Amiguito imaginario? –Repetí. –Cuéntame todo sobre ese supuesto amigo imaginario mamá
_Bueno lo que recuerdo es que siempre te encontraba en tu cuarto hablando sola, en las noches siempre te reías a carcajadas, y cuando te preguntaba que con quien te encontrabas, me decías “Estoy con Dami, mami”. –Tenía los ojos como plato, me reía a carcajadas con él, como diablos no recordaba estas cosas. –Me decías que era tu amiguito, pero como yo nunca vi a nadie, supuse que era un amigo imaginario, y como eso es tan común en los niños de 5 años no le di mucha importancia, pero llegó un momento que dejaste de nombrarlo. –Prestaba mucha atención a lo que me relataba mi mamá, y en un momento se me vino a la mente el sueño que tuve jugando en el comedor, era como decía Rose, era un recuerdo. – ¿A qué viene tu curiosidad de Dami a estas altura de la vida Elinor?
_Este...Bueno mami. –Empecé a tartamudear, porque mi mamá no sabía que yo veía cosas paranormales, siempre temía que dijera que estaba loca, o que se yo, así que preferí ocultárselo. –Desperté con ese nombre en mi cabeza y no recordaba, por eso quería saber quién era. –Le inventé.
_Esta bien hija. –Me miró sospechando en mi excusa.
_Bueno mami gracias por tu ayuda, pero me voy un rato donde Rose. –Me levanté del sofá, y me fui hacia la puerta.
_Okey, pero llega antes de la cena. –Asentí mientras cerraba la puerta.
De inmediato me puse como loca a tocarle el timbre al apartamento de Rosella, tenía que contarle absolutamente todo. Me abrió de inmediato, salude a la señora Díaz, Rose me miró confundida, no sabía mi desespero, y yo solo le hacía señas para que nos fuéramos a su cuarto, ella entendió, y al llegar ahí le conté todo.
_Mierda Eli que loco todo esto. –Comentó con los ojos como plato por todo lo que le había contado. – ¿No será un muerto que tienes encima?
_No Rosella. –Negué con la cabeza. –El mismo me lo negó, no es un demonio, no es un fantasma, en sí está vivo, pero… No sé de verdad que es el. –Mientras hablaba tenía su rostro en mi mente, tenía el momento en que me besó la mejilla como una fotografía en mi cabeza que no quería dejar de ver. –Me dijo que lo viera como un ángel guardián.
_Por favor Elinor José Santana, tú crees que un bicho espiritual de esos dirá la verdad.
_No lo sé Rosella, pero había algo en el que me hacía confiar.
_Bueno allá tu Eli. –Dijo levantándose de la cama para abrir su closet. –Más bien ayúdame a elegir que me pongo, que hoy saldré con Douglas.
_ ¡Por Dios Rose! Como me pides consejos a mí, si yo no salgo de unos jeans y unos converse. –Le dije bromeando, señalando los converse rojo que cargaba puesto.
_Deberías buscarte un novio Elinor, quizás eso te saque tu lado femenino. –Se burló.
_Tu siempre has sido así de femenina, a mí ya me llegará el momento en que mi feminidad aparezca, y por el novio, no te preocupes, que no ando desesperada, eso viene solito. –Le dije con una sonrisa en mis labios, mientras me levantaba de la cama. –Bueno niña te dejo con tus faldas y tu maquillaje, espero lo pases chévere.
_Dale Eli, tranquila que le pasaré muy bien. Espero tú te diviertas con
tu galán fantasma. –Se rió por su comentario burlón, yo solo le alcé una ceja, y le hice una mueca antes de salir de su cuarto.
Apenas eran las 6 de la tarde, no tenía planes para salir algún lado, así que la única cita que tendría él fin de semana seria con mi computadora para matar tiempo jugando solitario. Iba camino hacia mi cuarto, cuando abro la puerta, vaya mi sorpresa, estaba nada más y nada menos que mi “amiguito imaginario”, viendo una foto mía de bebé que tenía en mi mesa de noche. Al verme parada en la puerta me miró y solo sonrió enseñando su perfecta dentadura.
_Eras tan tierna y frágil –Comentó mientras colocaba la fotografía en su lugar. –Tenías unos preciosos ojos grandes y negros, que veo que aun conservas.
_ ¿También me visitabas siendo yo un bebé? –Pregunté con la cara ruborizada, y pestañeando varias veces.
_Claro Eli –Respondió sonriendo. –Y por cierto, ¿ya hiciste algo de memoria sobre quién soy yo?
_Por supuesto “Dami” –Le respondí haciendo las comillas con los dedos al pronunciar su apodo. –Así que te gusta hacer el papel de amigo imaginario.
_Yo no hice el papel de nada –Se sentó en mi cama, y no me quitaba la mirada de encima. –Yo solo iba a jugar contigo, porque tú misma me llamabas, me considerabas tu mejor amigo, y obvio, a mi me encantaba estar contigo, no sentir la soledad del más allá. –Sonrió. –Fue tu mamá, que prefirió darse a la idea de que yo solo existía en tu inocente imaginación, pero como tú misma podrás notar, soy muy real.
_ ¡Ya va! ¿Yo te llamaba?...Bueno en fin, okey fuimos amigos íntimos en mi infancia, yo te llamaba “Dami”, ahora dime mi querido Dami, ¿cuál es tu verdadero nombre? –Le pregunté mirándolo fijamente a los ojos, demostrándole que no le temía.
_Bueno, ya que no recuerdas mi nombre exacto, me tocara presentarme formalmente. –Se levantó de la cama y extendió su brazo, tomando mi mano, para hacer una presentación formal. –Mi nombre es Damián.
Para seguirle la corriente en su presentación, quise presentarme de igual forma, aunque sería en vano, porque el ya me conocía más de lo que yo creía.
_Ahora quiero saber, ¿Qué diablos hacías en mi cuarto? –Pregunté.
_Yo te dije ayer que nos volveríamos a ver Eli, y deberías ir acostumbrándote, porque tenía mucho tiempo sin verte, y creo que verte más seguido, haría recordarte lo buena que fue nuestra amistad.
_ ¡Okey! No faltaba más –Respondí irónicamente echándome en mi cama. -¿Qué quieres de mi seas lo que sea?
_De ti Eli, nada, y ya conoces mi nombre, así que evita el “seas lo que sea”. –Aclaró con una expresión seria en su rostro. –Además no debería parecerte extraño que recibas constantemente visitas de seres extraños, recuerda que tienes un don que no todos poseen, y eso llama mucho la atención de seres paranormales. Además, yo te dije a ti que me vieras como tu ángel guardián.
_El hecho de que tú me digas que te vea como mi ángel, no significa que lo seas. –Le dije mirándolo fijamente a los ojos, poniendo resistencia en mi mirada, para no demostrar debilidad, sus ojos intimidaban tanto, eran hermoso.
_ ¿Que te asegura de que no soy un ángel? – Sonrió, y se levantó de mi cama. –Bueno Elinor nos vemos luego, los ángeles como yo también tienen oficio. –Se me acercó, y me besó en la frente y como la noche anterior, desapareció, dejándome con la palabra en la boca.
No podía creer todo lo que me estaba sucediendo, agarre mi almohada, y la apreté. –Damián. –Repetí su nombre, que no dejaba de sonar en mi cabeza. No estaba segura si él era un ángel o no, solo sabía que él no me haría daño, y que por alguna extraña razón el me tenía cariño, ¿Así seria de importante nuestra amistad para él cuando yo tenía 5 años?, quería saber tantas cosas, pero sabía que todo llegaría a su momento.
Hasta mañana.
Hasta mañana.
Regresar al índiceCapítulo 3: Visita al viejo Nolan by vickybellaHola!! bueno como yo odio cuando leo un fanfic que tarden días, semanas, meses en publicar, trato de evitar eso, y subo lo mas rápido posible, espero les guste :)
Hola!! bueno como yo odio cuando leo un fanfic que tarden días, semanas, meses en publicar, trato de evitar eso, y subo lo mas rápido posible, espero les guste :)
Damián
No me sentía del todo bien, me sentí feliz al volver a encontrarme con Elinor, pero tenía mis dudas, mis preocupaciones, y con el único que podía desahogarme era con el viejo Nolan, sí, tengo que ir a verlo ya.
Toqué la puerta de su casa, y ahí estaba el, un anciano alto, calvo, con una barba muy abundante, unos ojos verde, de unos 89 años, que a pesar de su edad, tenía la fuerza y la voluntad de un adolescente de 15 años.
_ ¡Caramba! Damián. –Me dijo tocándose la barba blanca. -¿A qué se debe el honor de tu visita?
_Buenas noches Nolan, me alegro que mi presencia te anime. –Sonreí mientras pasaba a su casa. –Yo pensaba que no me recibirías más, ya que tengo 2 años sin venir a verte.
_Mi querido amigo, así pase una década sin que tú vengas, las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti. –Dijo señalándome el mueble para que me sentara. – ¿Gustas de una taza de café?
_No Nolan, muchas gracias. –Respondí con una sonrisa.
_Entonces Damián, ¿Cuáles son los motivos de tu visita? Porque dudo que sea para ver que tan viejo me he puesto. –Se burló, aquel viejo era sabio, y era el único que en verdad me conocía. –No, ya no me digas, creo que ya adiviné porque viniste. ¿Es por la muchacha que buscabas hace 14 o 15 años?
_ ¿Soy tan obvio así? –Pregunté en forma de burla. –Sí, es por ella, la volví a ver.
_Debe estar echa casi una mujer. –Comentó Nolan, mientras se acomodaba en su sillón. –Pero no entiendo porque tienes esa cara larga, si ya la volviste a ver, deberías tener una sonrisa de oreja a oreja.
_Si, está preciosa, si no fuera por su estilo tan juvenil, aparentaría más edad. –Una sonrisa se dibujó en mi rostro, pero desapareció en un instante. –Tengo miedo Nolan.
_ ¿Miedo de que? –Preguntó.
_De que no acepte lo que soy, de que si le cuento todo, no sea capaz de asimilarlo, de que me odie si se entera de que fui yo quien le otorgó ese don que tiene, solo para que pudiera verme a mí, cuando estoy en mi forma espectral. –Estallé, sentía como mi voz se quebraba, mi rostro demostraba angustia y desespero.
_Muchacho, cálmate. –Se levantó de su sillón, y me pozo su mano en mi hombro, alcé mi cara para poder verlo a los ojos. –No veo la razón por la cual ella no deba aceptarte, ni que fueras un monstruo o un demonio, y tampoco entiendo del porque ella te odiaría si supiera que tu le distes aquel don tan especial.
_Porque me vera como un egoísta, porque se lo di con el fin de que me pudiera ver, pero ella lo detesta, odia todo lo paranormal, ni siquiera sé si le agrado, capaz le doy miedo. –Le expliqué mirándolo con tristeza. –Si vieras la cara que puso el otro día cuando pensó que yo era un demonio.
_Pero para tu fortuna no eres un demonio. –Los ojos verdes de Nolan me miraban con aquella compasión. –Además es estúpido que te odie, acaso no me contaste tú que jugaban juntos, y ella te consideraba su mejor amigo.
_Ella era muy pequeña, no recuerda eso. –Respondí. –Y tal vez no sea un demonio, pero estoy a punto de serlo por el encargo que yo mismo me he condenado.
_No Damián, lo que te sucedió fue por desespero e ingenuidad. –Me palmeó la espalda. –Tú no sabías nada de lo que te sucedería.
_Tengo miedo de que me rechace Nolan.
_Se honesto muchacho. –La voz de Nolan siempre daba esperanza. –Ya verás que pronto todo te saldrá como tú lo planeas.
_Lo seré, pero por ahora no, apenas tengo 2 días hablando con ella, tengo que conquistarla. –Me levanté del sofá muy animado, con la esperanza de que ella me aceptara. –Será sencillo, ella es muy romántica.
_ ¿Seguro Damián? –Nolan levanto una ceja. –No te confíes.
Elinor:
El fin de semana pasó muy rápido, pero no le daba mucha importancia, hacía más cosas en el colegio, que en mi casa. Pasé el resto del sábado y el comienzo del domingo pensando en Damián, en la noche esperaba que se me apareciera, pero para desilusión mía, no se apareció. - ¿Qué te ocurre Elinor José? Te sientes desilusionada porque no vistes a un hombre que nada mas has visto 2 días. –Susurré para mí. Aunque literalmente nos conocíamos desde antes, y fuimos muy amigos en mi infancia, solo que mi asquerosa memoria no quería colaborar conmigo.
_ ¡¡Señorita Santana!! –La voz chillona de mi profesora de biología interrumpió mis pensamientos, volviendo pisar tierra. –Ya que la veo muy concentrada en la clase –Dijo con un sarcasmo muy exagerado. –Nómbrame los huesos que conforman la cabeza de una persona, y ubíquelas.
_Por supuesto profesora López. –Respondí burlona, y confiada, porque la diversión de mis fines de semana mayormente se basaban en leer un libro, revista, periódico, o cualquier cosa. Para mi suerte hace dos semanas había leído un tríptico que encontré que hablaba del sistema óseo. –Son: Occipital, parietales, frontal, esfenoide, y…y. – ¡¡Maldita seas!! Otra vez mi memoria me estaba jugando sucio.
_Aun le falta mucho para estudiar si quiere pasar mi materia. –Comento la profesora, seguro festejando porque no pude decir el último asqueroso hueso. –Siéntese.
_Ignórala Eli, más bien respondiste demasiado. –Susurró Rose, que estaba en el pupitre de al lado.
_Esa esta falta de marido, y no tiene otra cosa que hacer que estar amenazándome. –Bromeé.
_Etmoides. –Dijo una voz detrás de mí, yo supuse que era mi compañero de atrás.
_ ¿Disculpa? –Volteé para entender mejor lo que me decía, cuando vi, los ojos se me pusieron como plato al ver aquellos ojos grises, que no todo el mundo tenía, y menos en mi salón, era Damián, que se encontraba en cuclillas de un lado de mi pupitre. Me levanté sorprendida del pupitre, tumbando accidentalmente mi cuaderno.
_Veo que ya no le interesa mi clase. –Escuché a la profesora, pero la ignoraba, mis ojos estaban clavados en aquel hombre pálido, que en ese momento solo sonreía, y me miraba confundido. –Salga del salón señorita Santana. –Agarré mi morral y mi cuaderno del piso, y me salí inmediatamente del salón.
Salí del salón completamente confundida, ¿en verdad era o el, o solo me lo imagine? –Deja la obsesión Elinor, que vas a terminar en donde un loquero si no te controlas. –Me dije a mi misma en voz alta, ya que no había nadie en los pasillos, porque todos estaban en clases.
_Vas a terminar donde un loquero si sigues hablando sola. –Esa voz grave me aceleró el corazón, obviamente era él, y no era producto de mi imaginación. –Aun no entiendo porque te levantaste de esa forma al ver, ¿tan mal te caigo? O soy tan horrendo que hasta te asusté.
_ ¿Qué? – Quería gritarte que era hermoso, pero no debía mostrar debilidad ante él y menos alimentarle el ego. –Ni lo uno ni lo otro, fíjate que no es muy común que un…”ángel” –Haciendo las comillas con los dedos. – se te aparezca en medio del salón diciéndote el nombre del último hueso que me preguntaron.
_Quería ayudarte nada más.
_Si querías hacerlo, ¿Por qué no lo hiciste cuando estaba trancada? Para evitarme la lengua filosa de la profesora. –Respondí irónica.
_Porque te vi tan segura que pensé que no necesitarías ayuda, pero cuando te trancaste, la profesora se me adelantó. –Tenía una sonrisa de niño, que tuve que hacerme la dura para no reírme con él.
_Bueno en tal caso, ¿Qué haces en mi colegio? –Pregunté mientras me sentaba en uno de los banquillos.
_Quería verte nada más. –Se sentó junto a mí, mirándome a los ojos. En ese momento sonó timbre de salida y Rose venía corriendo hacia mí.
_Levántate mala conducta, que ya quiero irme a mi casa. –Rose me jaló del brazo, y me empujaba a la salida del colegio, volteé hacia atrás para verlo, y ahí estaba el, viendo como yo me iba. Viajes y turismo
Si la imaginación y la creatividad me fluyen, mañana les subo el 4to y tal vez 5to capítulo. Buenas noches duerman rico.
Si la imaginación y la creatividad me fluyen, mañana les subo el 4to y tal vez 5to capítulo. Buenas noches duerman rico.
Regresar al índiceCapítulo 4: Alguien como yo by vickybellaBuenas noches, disculpen por no subirles ayer el capítulo, es que se me fué el internet. Pero aquí les dejo el capítulo número 4, espero les guste.
Buenas noches, disculpen por no subirles ayer el capítulo, es que se me fué el internet. Pero aquí les dejo el capítulo número 4, espero les guste.
No sabía que pensar ya de Damián, ¿me estaba siguiendo?, recuerdo sus últimas palabras “Solo quería verte”, me ruboricé el solo recordarlo, ¿será que le llamo la atención? –¡¡Naah!! –Exclamé en tono burlón. Bueno ahora sé que no solo lo veré en mi cuarto, sino también en mis horas de clases, en la calle, y tan capaz en casa de mi propia amiga se me podría aparecer. “¿Tan mal te caigo? O soy tan horrendo que hasta te asusté.” Recordé cuando me preguntó eso, era sumamente atractivo, pero capaz lo dijo solo para que yo dijera lo contrario, y él se sintiera la gran cosa de que yo lo veía precioso, si tenía tan baja autoestima, no sería yo la quien se lo iba a levantar.
_Elinor acompáñame a la clínica, que no me siento muy bien. –Gritó mi mamá desde su cuarto.
_Déjame quitarme el uniforme y te acompaño. –Le respondí también con gritos.
Me quité el uniforme y me puse unos jeans negro, una blusa cuello en “V” color durazno, y mis respectivos converse, me hice una cola de caballo, que no me lucía como yo esperaba ya que no tenía el cabello tan largo como quisiera. Tomé mis llaves y me fui hasta el estacionamiento del edificio, donde mi mamá se encontraba esperándome dentro del carro, no se me hizo difícil encontrarla entre los otros carros, ya que no todos tenían un Ford Fiesta 2011 color TURQUESA, el color favorito de mi mamá. Me metí en el auto y fuimos directo a la clínica que no quedaba muy lejos si se iba en carro. Íbamos callada, sin ningún ruido, algo que no soportaba, me sentía incomoda.
_ ¿Qué tienes mamá? –Pregunté rompiendo el silencio que había.
_Me siento mareada, muy agotada, y con un fuerte dolor de cabeza. –Respondió con cara de dramática, tocándose la sien.
_Por favor mamá, ¿vamos a ir a una clínica por un simple dolor de cabeza, y unos mareítos? –Respondí irónica. Sabía que mi mamá era dramática y exagerada, pero se pasó. –Cuidado y no es que estés esperando a mi hermanito. –Bromeé.
_ ¡¡ ¿Qué te pasa Elinor José?!! –Preguntó mi mamá exaltada. Mi mamá era hermosa, no es porque la vea con ojos de hija, sino es que realmente era preciosa, con los cabellos largo y oscuro, contextura delgada, su piel blanca y tan suave, y unos ojos marrones que intimidaban cuando se enojaba, ya quisiera yo parecerme totalmente a ella, aunque siempre dicen que yo soy su reflejo, porque tenemos ciertos rasgos del rostro muy parecidos. –Además tu sabes que yo nada de nada con ningún hombre.
_Por favor, cuando los tengas no me lo digas, no quiero tener una imagen perturbadora en mi mente. –Bromeé, ella jaló la oreja y yo solo solté una carcajada.
En toda mi vida siempre hemos sido mi mamá y yo, ya que el mamarracho que iba a ser mi padre la enamoró, la embarazó, y luego la dejó por otra. Mi mamá con el orgullo por encima, decidió criarme sola, no necesitaba de un hombre para criar a su bebe, ya que ella ya se había graduado de abogada, y podía sola con los gastos. Así mi mamá dio a luz una hermosa niña, al cual le puso el nombre de Elinor, ya que se parecía mucho a su nombre, que es Eleonor. Y en el sol de hoy en día ella ha sido mi padre, mi madre, y mi más sabia profesora, que me ha hecho saber tanto de la vida.
Ya habíamos llegado a la clínica, como ella era amiga de la doctora, la dejaron entrar al consultorio de primera, y a mí me tocó esperar afuera en la sala de espera, vi el revistero, y agarré una revista al azar, para matar el tiempo, y no aburrirme, ley la portada “Cosmopolitan”, se dibujó una sonrisa en mis labios, ya que me encantaba esa revista, me entretenía demasiado, y más cuando los lectores mandaban anécdotas de ellos con alguna mala experiencia en la cama, u otra locura sexual. Abrí la revista y empecé a ojearla, cambiaba de página hasta que encontré una sección de la revista que me llamó la atención “20 consejos para llevar un hombre a la cama” no le daba mucho interés, ya que no tenía a ningún hombre a quien llevar a la cama, y de paso solo tengo 15 año, tan solo quería burlarme un rato de los bueenoos consejos que daban (sarcasmo). El que más me hizo reír fue el consejo número 15: “Si estás en tu casa, o en la de él, y están tomando una copa de vino, haz que tu bebida se te derrame “accidentalmente” en la blusa, si tu blusa es abotonada, desabotona unos cuantos hasta que se vea un poco tu brasier, y luego con un trapito o servilleta te vas limpiando suave y sexymente la parte superior de tu pecho. Esto hará que el fije su mirada en esa zona, y se sentirá excitado al verte “limpiando” esa parte.” – ¡¡ ¿Quién en su sano juicio haría algo así?!! –Exclamé alzando una ceja. Era estúpido, el que haga eso definitivamente debe estar muy pero muuuuuy desesperada. Seguí leyendo los otros consejos, consejo número 18: “La ropa intima influye demasiado en cuanto a la conquista de un hombre, así que compra lencería nueva que sea sexy, OJO, cuando digo sexy, no me refiero a trajes eróticos, ni sadomasoquista, simplemente brasier y pantaletas, cacheteros o hilos, que sean provocativos, que sean de colores vivos, aunque son más sexy cuando son de color rojo, o negro combinado con otro color, y si son de encaje muchísimo mejor.” Se me pasó por la mente los pobres 7 sostenes que tengo, y todos unicolores, la mayoría blanco. Pasé la página, había mujeres modelando ropa íntima.
_Tu modelarías mejor eso. –Me asusté al escuchar aquella voz a mí lado, ya que en la silla de al lado no se había sentado nadie. Voltee para ver quién era, era un hombre de unos 50 años, cabello canoso y ojos marrones, tenía una bata que usaban únicamente los pacientes. Pude sentir al verlo que era un fantasma. –Pasa la página pues. –Me ordenó.
Pasé la página de lo más normal, pero sin quitarle la mirada de encima. Cuando veía siempre un alma rondando, me sentía incomoda, no quería que se dieran cuenta que yo los podía ver, pero no porque sean malos, hay almas buenas, que solo rondan por ahí, pendiente de lo que hacen los demás, ya que decidieron rechazar “la luz” al morir, y están las almas que no toleraba, que al igual que los otros rondaban, pero se la pasaban molestando a los que no podían observarlo, y cuando se daban cuentan que alguien los veía, los seguían por un tiempo solo para molestarlo. Pero sabía que este fantasma no era ese caso, ya que se fijaba en la revista. –Dime ¿Por qué crees que yo modelaría mejor esa lencería? –Pregunté con una sonrisa de medio lado, quería distraerme un poco, y si hablar con un muerto era la solución, que iba a perder con ello.
_Mira esas mujeres, no tienen carne de donde agarrar, ni llenan bien el brasier, en cambio tú, tu llenas lo que sea. –Respondió viendo embobado mis senos.
_Okey, primera vez que un fantasma me bucea. –Dije divertida en voz baja y viendo la revista para disimular, no vaya a ser que pase una enfermera o un paciente y me vea hablando sola.
_ ¿Tú sabes que sería bueno? –Preguntó con una sonrisa muy pícara.
_ ¿Qué? –Alce la ceja.
_Que me dejaras tocarte un seno. –Dijo sin quitar la cara de picardía.
_ ¡¡¡Queeeeeeeeeee!!! ¿Estás loco, O moriste de sobredosis? Que el efecto de la droga no se te ha pasado aun después de muerto. –Soltó una carcajada el fantasma. Era insólito que un fantasma degenerado quisiera tocarme un seno.
_Será rapidito, además no sentirás nada, porque estoy muerto. –Dijo divertido mientras abría y cerraba la palma de su mano.
_Definitivamente NOOOOO!
_Es que estoy muerto, y nunca volveré a sentir el calor de una mujer. –Se excusó.
_Lástima, hubieses ido hacia la luz en el momento en que falleciste, y quizás ya hubieses reencarnado.
_No, es que…
_Basta. –Dijo un anciano calvo, con una barba blanca que se encontraba sentado en la sala de espera antes de que yo llegara, y como tenía los ojos cerrado, lo hacía por dormido, pero ahora que habló, ¿Qué le pudo decir ahora después que me vio hablando sola? Seguro ya piensa que estoy loca. –No ves que la joven te dijo que no. –Ya va, el hombre escuchaba, o más bien veía al fantasma, porque tenía sus ojos clavado en el.
_Por favor anciano. –Se quejó. –Te hubieses quedado callado, no ves que estaba a punto de decirme que sí.
_Yo creo que escuché un “definitivamente no”. –Repitió el hombre mis palabras. –Así que desaparece.
_Eres un aguafiestas, Nolan.
_Y tu un baboso. –Respondió el anciano sonriéndole mientras este se iba. –Disculpa a Samuel, es un poco molesto, pero no es malo.
_Veo que se conocen. –Le dije sonriente, ya que era la primera persona que conocía, que veía cosas como yo.
_Lo conozco desde que murió.
_ ¿De qué murió? –Pregunte curiosa.
_Bueno a él lo encontraron tirado en el piso, herido de 6 balazos, lo trajeron para esta clínica, pero por no tener los instrumentos necesario para extraerle las balas, lo tenían que trasladar al Hospital Clínica de Caracas, pero tardaron demasiado, ya que antes de que lo montaran en la ambulancia él había muerto desangrado. –El contaba la historia con algo de tristeza. –Al separarse su alma de su cuerpo se sintió confundido y desesperado, el vio la luz, pero también notó que alguien lo podía ver.
_ ¿Ese alguien era usted cierto? –Le interrumpí.
Si. –Respondió con una sonrisa en su rostro. –Me vio, y al ir hacia mí, rechazó la luz, y esta desapareció. Yo le expliqué todo y luego no hay mucho que contar.
_ ¿Desde cuándo puede ver fantasma? –Le pregunte ansiosa. – ¿No le molesta a veces?
_Desde toda mi vida los he podido ver. –Respondió sonriéndome, una sonrisa que le daba ternura a su rostro, que daban ganas de abrazarlo. –Nunca me molestó, porque la capacidad que tu y yo poseemos no lo tiene nadie, y hay que verlo como un don especial que nos hace único, claro todo tiene su pro y su contra, pero uno debe saber aprovecha lo que se le otorga a uno. –Sus palabras me sintieron sentirme orgullosa por primera vez de mi capacidad.
En ese instante mi mamá salió del consultorio, y me hizo señas con la mano para que nos fuéramos. –Bueno señor…
_Nolan. –Respondió, extendiendo su mano para presentarse.
_Elinor. –Le estreché la mano. El me sonrió al escuchar mi nombre, como si me conociera.
_Que precioso nombre tienes, Elinor. –Respondió dulcemente. –Recuerda linda, que no debes sentirte incomoda ni molesta por tu don.
_Esta bien señor Nolan, cuídese. –Le sonreí, y le di un beso en la mejilla, y me fui corriendo tras mi mamá, que ya se había ido al estacionamiento del carro.
Lo mas probable es que hoy mismo escriba el capítulo 5, y lo suba hoy mismo, sino mañana. Dale buenas noches. Por favor si no entienden algo haganmelo saber aclarar dudas.
Lo mas probable es que hoy mismo escriba el capítulo 5, y lo suba hoy mismo, sino mañana. Dale buenas noches. Por favor si no entienden algo haganmelo saber aclarar dudas.
Regresar al índiceCapítulo 5: La historia de Damián by vickybellaBuenas!!! pues aquí les dejo el 5to capítulo del mandadero del diablo, hoy conoceran la historia del muñeco de Damián, espero les guste.
Buenas!!! pues aquí les dejo el 5to capítulo del mandadero del diablo, hoy conoceran la historia del muñeco de Damián, espero les guste.
Damián:
Es increíble cómo pasa el tiempo, aunque a mi parecer todo pasa tan lento. -¡Ja! Que irónico. –Comenté con una sonrisa en mi rostro, ya que literalmente el tiempo a mi no me afectaba desde aquella noche del 7 de Septiembre del 1919, por causa de aquel sucio negocio. Hoy ya son 93 años de aquel suceso.
Tarde del 07 de Septiembre de 1919 - Argentina
Estaba trabajando de obrero en la finca de Don Alirio, un hombre de 64 años, que vio mi necesidad de empleo, y me ofreció trabajar en sus terrenos. Me rompía la espalda diariamente trabajando en las cosechas, y con él ganado, para poder ganarme el pan. Yo era un pobre muchacho de 26 años, con mucha fuerza, que sabía leer y escribir perfectamente, mi esposa y yo vivíamos en la misma finca donde trabajábamos, esa fue una idea del señor Alirio, porque él tenía negocios en la ciudad, y solo venía a la finca cada dos meses, para revisar el trabajo, pero no duraba más de 3 días. Por ello necesitaba que alguien de confianza le mantuviera la casa aseada, y que pusieran a producir sus tierras. Ese día después de venir de trabajar de las cosechas, me encontré a mi esposa limpiando la casa.
_ ¿Qué haces Cristal? –Pregunté.
_Damián, mi amor tu sabes que no tolero la suciedad. –Me contestó dándome un beso en la boca. Era tan bella, tenía un cabello liso de color castaño claro, unos ojos miel, una piel blanca tan suave, delicada, y el embarazo la hacía ver más hermosa y femenina. Estaba muy enamorado de mi preciosa Cristal.
_No te quiero ver trabajando mi vida, déjalo así. –Le ordené. –Que yo lo hago cuando regrese del pueblo.
_Tu ya tienes suficiente trabajo, como para que hagas el mío también. –Dijo acariciándome el rostro.
_Ya te dije que no. –Le quité la escoba de las manos. –Tu deberías estar descansando, mira que mañana Don Alirio viene, para llevarnos donde su hermano, que es doctor, y no nos cobrará el parto de nuestro primer hijo.
_Damián, pero ¿no has hablado con el doctor del pueblo?–Preguntó.
_Claro que sí, pero ese hombre es un aprovechado, me está cobrando más de lo que cobra un común partero de ciudad. –Dije molesto. –El cree que nosotros por ser los únicos empleados de Don Alirio, el pagará lo que sea necesario.
_Ese hombre es un ladrón. –Comentó mientras se acariciaba la barriga, yo me le acerqué y se la besé.
_ ¿Qué crees que sea? –Preguntó entusiasmada.
_Un niño. –Respondí animado. – ¿Tu que deseas?
_Un niño, y que sea igual que tú. –Respondió acariciándome el cabello.
_Yo deseo que se parezca a ti, que tenga tu mirada dulce. –Comenté. –Ya quiero que nazca para enseñarle a hablar, escribir, leer, a montar caballo, porque eso sí, el será el mejor jinete de todo el mundo, y todas las muchachas suspiraran por él.
_Será inteligente. –Añadió.- Culminará todos sus estudios.
_ ¿Te imaginas que sea un abogado reconocido, o un doctor muy famoso? –Pregunté ansioso con una sonrisa de oreja a oreja. –Así sacan a este ladrón del doctor Medina, y mi hijo le quite el puesto.
_ ¡Ay! –Se quejó. –Creo que le gusta la idea del doctor, porque se entusiasmó.
_Por supuesto, mi futuro doctor. –Dije sonriéndole. –Bueno mi amor acuéstate por favor, yo me voy a seguir trabajando.
_Esta bien Damián. –la besé y me despedí.
Pasé toda la tarde arreando el ganado, me fui al pueblo a comprar veneno para las pulgas y garrapatas, estaba súper agotado, quería llegar a la casa para encontrarme con mi mujer, quien diría, voy a ser papá, sonreí. –Tendré un primogénito. –Dije para mí con una sonrisa enorme, deseaba mucho que fuese mañana. Estaba guardando el caballo, en las caballeriza, luego entré a la casa, al abrir la puerta, escuché un grito. –DAMIAAAAAAN. –Me asusté, vi a cristal tumbada en el piso, con los ojos llenos de lágrimas.
_ ¿Qué pasó Cristal? –Pregunte angustiado. Me tiré al piso y la abracé –Estoy aquí, ya llegué.
_El be…bé...el bebé. –Tartamudeaba. –YA VIENEE. –Gritó, con dolor.
_No puede ser Cristal. –Dije desesperado. - ¿Cómo hacemos? No sé qué hacer Cristal.
_Ayuda al bebé. –Dijo como pudo.
_ ¿Puedes aguantar un poco mi amor? –Pregunté mientras la cargaba.
_Mmmju. –Asintió con la cabeza. La acomodé en la cama y salí corriendo.
Ensillé rápidamente a mi caballo, hice que el animal corriera más de lo que el pudiese, para llegar lo más pronto posible al pueblo. Golpeaba cada vez más duro al caballo para que se apresurara, sentí lastima por él, no estaban acostumbrado a que lo explotaran tanto así, pero la ocasión lo ameritaba. Al llegar me detuve frente a la casa del doctor Medina. Le toqué la puerta desesperado, y el nada que respondía, no aguantaba más, necesitaba ver a ese mediocre doctor, agarré impulso, y de un solo golpe tumbé la puerta de madera, el ruido de la caída despertó al doctor Medina, que me miro indignado, y muy molesto.
_ ¿Qué demonios hace Señor Duque? –Preguntó con rabia en su mirar.
_Por…por favor doc…tor Medina –No podía hablar claramente, por el cansancio y el desespero, respire hondo para poder hablar mejor. –A mi esposa se le adelanto el parto, ayúdela, se lo suplico.
_ ¿Tiene la plata ahí? –Sonrió descaradamente, sabía que no tenía nada.
_No tengo nada doctor. –Le confesé. –Pero le juro que todo lo que gane en la finca será para usted, pero por favor ayúdeme. –Mi voz se quebraba, mis ojos ya comenzaban a soltar lágrimas.
_Lo siento señor Duque, sin plata no hay parto. –Dijo mientras se iba a su cuarto.
_Míreme. –Me arrodillé, tenía la cara llena de lagrimas, y mi labio inferior temblaba, necesitaba ayuda y el no se atrevía ayudarme. –Se lo pido, ayúdeme doctor.
_Ya le dije que no. –Me sentí indignado por su frialdad, ¿Como una persona puede ser tan cruel, y ambiciosa? –Y más le vale que me pague la puerta, si no quiere que lo denuncie por invadir propiedad privada. –Fue lo último que dijo, y se metió en su cuarto.
Ahora estaba más desesperado y angustiado que antes, aquí nadie sabía atender un parto, todos conseguían plata de donde no lo tenían para que el doctor Medina les atendieran a sus mujeres. Me monté en mi caballo, y comencé a galopar hasta la finca, en todo el camino venia pensando en ¿qué haría?, ¿Quién me ayudará a tener a mi bebé? Al llegar a la finca, vi una imagen peor, estaba Cristal tirada en la cama con los ojos cerrado, no hacía ruido ni se movía, lo peor se me vino a la cabeza, mis lagrimas empezaron a caer cada vez más frecuente.
_Mi vida, mi alma despierta por favor. –La agitaba un poco. –Cristal.
_Da…Da…Damián. –Tartamudeaba, pero al escuchar su voz, el corazón se me agitó. –Me duele.
_Cristal, mi vida, mi todo, como sea tendremos a nuestro hijo. –Le comente, tratando de animarla. –Así tenga que traer yo mismo al bebé.
_N…oo, no. –Se negó. –Ya lo intente, y me duele, el bebe tiene problemas. Quiero a mi bebé Damián. –grandes lagrima se deslizaron por su mejilla.
_¡¡Maldita seas!! –Exclame adolorido, abrazando a mi querida Cristal, no sabía que mas hacer. –Donde puedo conseguir la plata a estas horas de la noche.
_Yo puedo dártelo con gusto. –Una voz gruesa apareció, una voz que desconocía, y que daba cierto escalofrió.
_ ¿Quién es? ¡Muéstrate! –Ordené asustado, viendo para todos lados. Un hombre vestido de negro se me puse en frente, así de la nada, tenía los ojos totalmente negros, el cabello oscuro, y de tez clara.
_Soy tu solución mi querido muchacho. –Dijo con un semblante serio, me extendió la mano. –Acércate solo quiero negociar contigo.
_ ¿Qué negocio? –Pregunté, mientras rechazaba su mano.
_Pues tu quieres dinero para ayudar a tu esposa, y yo necesito…digamos, un trabajador. –Decía él, mientras caminaba de un lado a otro sin quitarme la mirada. –yo te puedo dar todo el dinero que quieras, mas bien, ¿para qué dinero? Si te puedo ofrecer oro.
_ ¿Qué tengo que hacer? –Pregunté, no con intereses ambiciosos, solo quería ayudar a mi esposa.
_Solo tienes que hacer unos trabajitos por mí, por un cierto tiempo. –de sus mano apareció como si nada un papel, y luego saco un bolígrafo. –Solo necesito que firmes.
_Pero promete que me darás aunque sea un poco de plata, o de oro, o lo que tú quieras, solo necesito ayudar a mi esposa. –Dije ya con los ojos hinchados, de tanto llorar, Cristal se hallaba en mis brazos, todavía gimiendo por el dolor.
_Prometido, ahora solo firma. –No conocía aquel tipo, pero estaba tan desesperado, que no me iba a poner a dudar de nadie, solo quería que el día de mañana yo estuviese con mi mujer y mi hijo en brazos. Tomé el bolígrafo, y firmé. –Fue un placer hacer negocio contigo. –La sonrisa del hombre me dio terror, no sabía cuál sería el supuesto trabajo pero tampoco me iba a poner a pensarlo en este momento.
_ ¿Y el dinero? –Pregunté en voz alta, al oír que los gritos de mi esposa eran cada vez más alto.
_Voltea. –Y como si nada un saco lleno de dinero apareció. Mis ojos no podían creerlo, ¿Quién era este tipo? –El resto te lo doy cuando hagas todos mis trabajos.
_Muchas gracias señor. –Fue lo único que pude decir. –Algún día se lo pagaré todo.
_Tranquilo Damián, me lo pagaras. –Soltó una carcajada muy macabra. –En cuanto salgas del paso con tu mujer, comenzaras tu trabajo, así que ve preparándote.
_ ¿Cómo que preparan… –Antes de que pudiera terminar la pregunta, ya se había ido. Rápidamente agarré el saco de dinero, y cargué a Cristal, agarré el caballo donde estaba, y la monté, al montarme yo, hice que el caballo comenzara a correr lo que más pudiera. Con cada galope, Cristal lloraba, el trote del animal la lastimaba, pero estaba desesperado, solo quería salir de este infierno, y tener a mi bebé, pero el grito de Cristal me hizo detenerme.
_Yaaa Damián. –La bajé del caballo rápidamente, la cargué, y empecé a caminar lo más rápido que pude, pero no estaba fácil, todo estaba oscuro, y el llanto no me dejaba ver bien por donde caminaba. –Bájame Damián. –Me rogó Cristal con los ojos hinchados, y la voz ya ronca.
_Aun podemos llegar, ya tenemos la plata. –Le dije sonriéndolo y llorando a la vez.
_No…no pu puedo más. –Tartamudeo, su dificultad al hablar me estaba alterando. –Abrázame.
_No no, vamos, tu si puedes. –Le dije ya sin ánimo. La besé en los labios y la abracé.
_T…te amo. –Dijo en un hilo de voz. Y así como si nada sus ojos miel se cerraron para siempre, dejándome solo completamente. Mis gritos llamándola no cesaban, no podía creerlo, mis gruesas lagrimas le mojaban el rostro, le daba respiración boca a boca, le daba en el pecho, la agitaba y nada, nada servía, la abracé. Ni una sola palabra salía de mi boca, solo se escuchaba el ruido de mi llanto, y mis hipeo, y por última vez la besé. No podía creerlo, esta mañana estaba en los brazos de mi mujer viéndole el futuro a nuestro hijo, y horas después, me encuentro sin esposa, sin hijo, sin nada en este mundo, me sentía horrible, quería morir.
_No vale la pena querer morir Damián. –Me asusté al volver escuchar la voz de aquel tipo.
_ ¿Quién eres tú? –Le dije, mirándolo con rabia, y mucha tristeza. - ¿Qué clase de maldición me echaste?
_Pues yo mi querido amigo soy el rey de las tinieblas. –Su voz se volvía más gruesa, y cada vez subía su tono de voz. – o mejor conocido como EL DIABLO. –Lo miré incrédulo, y luego volví mi rostro hacia el de Cristal. Ya no me interesaba si estaba con Dios, o con el mismísimo diablo, no me interesaba absolutamente nada. –Desde ya empiezas a trabajar para mí.
Lo miré con los ojos hinchados, y con el cadáver de mi mujer en mis brazos aun, me levanté, y extendí mis brazos dejando mi cuerpo como una cruz. –Mátame si te da la gana, quítame el alma si te apetece. –Le dije.
_No me interesa tu inmunda y asquerosa vida, maldita escoria. –Dijo sonriendo caminando alrededor de mí. –Tu Damián serás mi mandadero, serás el que recolectaras las putrefactas almas de este maldito mundo. –Respondió divertido. –Todo lo que yo te ordene, lo cumplirás. –no podía creer lo que me pedía el que se hacía llamar por el diablo, había caído en su maldita trampa en vano, porque no tuve ni mi esposa ni mi hijo, solo un asqueroso dinero que ni me interesaba usarlo.
_ ¿Y si me niego? –Pregunté amenazante.
_No puedes negarte, recuerda que firmaste un contrato conmigo, y todo negocio conmigo, siempre se cumple, quieras o no. –Contestó, viéndome con ira. –Tu mente querrá negarse, pero tu cuerpo y tú alma me pertenece, y hará todo lo que se te ordene.
_Me dijiste que es por un tiempo. –Recordé sus palabras al ofrecerme el negocio. – ¿Por cuánto?.
_ ¿Sabes qué? como te veo sufrir lo suficiente ahorita, y más lo que sufrirás trabajando conmigo, recordando a tu difunta esposa, y el maldito bastardo que no tuviste, seré generoso contigo. –Dijo burlándose. –Te daré un lapso de 100 años.
_ ¿100 años? No duraré para toda la vida ¿lo sabes? –Le dije irónico, pero sorprendido a la vez.
_Tranquilo que trabajar con el diablo tiene sus ventajas. –comento con una alegría, como haciéndose propaganda. –El tiempo no te afectara, tu ciclo de vida ha apagado, desde el momento en que me firmaste el contrato, y volverá a iniciar en los 100 años después que cumplas todos mis mandatos, y puedes empezar desde…YA. –Chasqueo sus dedos, y como si nada un traje negro me vestía, mis cabellos estaban peinados, y me sentía con energía, con mucha fuerza, y con tanto odio y dolor por dentro. –Ya puedes hacer tu primer trabajo, y para darte la bienvenida en mi negocio, te daré el placer de que tú escojas tu primera alma. –Dijo burlón. –Te doné parte de mis poderes, para que cumplas bien todo lo que te pido. Disfrútalo mi querido Damián. –Y al decir esas últimas palabras, desapareció sin más nada que explicar.
Me encontraba aun confundido, mi nueva apariencia, mi nuevo empleo, mi nueva vida de tener 26 años durante 100 años. Aun mis ojos estaban llorosos y rojos por la pérdida de mi esposa, ella aun se encontraba ahí, tirada en el piso, me arrodille, y la besé en la frente. –Nos volveremos a encontrar en la próxima vida, mi amor. –Fue lo último que dije. Tomé su cuerpo y me fui al rio, donde lancé su cuerpo con todo el dolor de mi alma. Ahora tenía que cumplir mi parte del trato sin quejarme, ya que por ingenuo me paso esto. Me quedé pensando lo que me dijo el diablo. -Así que yo lo puedo escoger. –En mi cabeza solo pasaba una maldita persona, un cierto doctor que no iba a durar por mucho tiempo, o más bien por muchos minutos.
Bueno mañana les subo el próximo capítulo, besos. Ya saben, si me tardo en subir, es porque no tengo internet, porque de lo contrario siempre subiré.
Bueno mañana les subo el próximo capítulo, besos. Ya saben, si me tardo en subir, es porque no tengo internet, porque de lo contrario siempre subiré.
Regresar al índiceCapítulo 6: Que ironía by vickybella12:55am aqui esta el fanfic del día domingo, espero les guste.
12:55am aqui esta el fanfic del día domingo, espero les guste.
Odiaba en la situación que me encontraba. Rosella y yo habíamos decidido ir al centro comercial después del colegio. Pero que error había cometido, Rose no dejaba de entrar y salir de todas las tiendas, se medía miles de cosas, y nunca compraba nada, estaba al punto de matarla.
_ ¿Que tal me queda este short? –preguntó viéndose en el espejo. – ¿No se me ve el trasero como una lavadora?
_Se te ve el trasero como una camioneta 4X4. –Le respondí aburrida, riéndome de mí ofensa. –Además, está extremadamente corto, todos sabemos que tienes unas piernas grandes y envidiables, pero no llegues a lo vulgar tampoco. –Opiné. Mi amiga era gorda, pero no al extremo, tenía a pesar una cintura muy notable, y unas piernas hermosas, y sin quitar el rostro tierno que tenía, que cada vez que sonreía parecía una niñita.
_A veces odio tu honestidad, pero fuese otra y me dice que me queda bien, solo para que yo pase pena. –Dijo Rosella quitándose el short. –Bueno Osmel Sousa pásame algo que tu opines que se me vería bien. –Bromeó. Alcé los 7 conjuntos que había sacado ella de los guindadero, tomé un vestido blanco con flores amarillas y naranjas, que con el tono de su piel morena se le vería increíble.
_Toma este. –Le lancé el vestido, lo miró y salió corriendo tras el vestidor. -¿Y, que tal?
_Por Dios Elinor Santana, deberías se fashonista, porque esto me queda precioso. –Salió del vestidor, era cierto, le lucía bastante el vestido.
_Bueno si algún día me decido meterme al mundo de la moda, serás la primera en saberlo.
_Deberías probarte algo tú. –Sugirió.
_No gracias, tu sabes que no soy fanática de los vestidos. –Respondí, haciendo mala cara.
_No seas boba, además nunca te he visto con un vestido. –Dijo buscando un vestido en toda la tienda que a ella le pareciera adecuado para mí. –Este mismo es. –Sacó un vestido con un escote, de color blanco, con pepas rojas, y una cinta debajo de la zona del pecho. –Pruébatelo ya. –Me ordenó.
_Esta bien, pero no me vayas a tomar foto. –Le dije señalándola amenazadora. – ¡Voila! –Dije en tono de burla al salir del vestidor.
_Elinor, te ves preciosa. –La sonrisa de mi amiga se agrandaba al detallarme cada vez más. –Esto es como ver a un mono planchándose los pelos. –Me reí de su comentario, y le levante el dedo grosero. –Bueno por algo se dice que “mona que viste de seda, mona se queda”.
_Suficiente, me lo voy a quitar. –Dije ya cansada, Rose se fue a pagar el vestido que yo le había escogido. Me metí en el vestidor, y solté un grito, para mi poca sorpresa ahí estaba el, pegado al espejo viéndome de arriba abajo.
_Te queda precioso, solo que esos zapatos no te combinan. –Dijo mirando los
El Mandadero del Diablo by vickybella
Elinor Santana es una chica común, con una capacidad que no todo ser humano podee, y es el de poder ver a seres paranormales. Pero hay una entidad de negro qu
fanfic
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2024-10-27
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