El infierno en la tierra. by darkpandora_persefone18
Han pasados dos años desde que Mai Taniyama abandono a SPR, y continuo su camino sola, lejos de los que considero alguna vez su familia.
Ella nunca creyo que algún día tendría que volver encontrarse cara a cara con su pasado... sin embargo este la ha alcanzado, gracias a una ola de espíritus malignos que azotan la ciudad en la que vive y ponen en riesgo no solo su vida, si no también a su nueva familia a la que esta dispuesta a proteger con todo su poder...
Categories: ANIME/MANGA, ORIGINALES, GHOST HUNT Characters: Ninguno
Generos: Misterio, Romance
Advertencias: Lemon, Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 15 Completed: No Word count: 50230 Read: 12782 Published: 26/12/2010 Updated: 08/05/2011
Han pasados dos años desde que Mai Taniyama abandono a SPR, y continuo su camino sola, lejos de los que considero alguna vez su familia.
Ella nunca creyo que algún día tendría que volver encontrarse cara a cara con su pasado... sin embargo este la ha alcanzado, gracias a una ola de espíritus malignos que azotan la ciudad en la que vive y ponen en riesgo no solo su vida, si no también a su nueva familia a la que esta dispuesta a proteger con todo su poder...
Categories: ANIME/MANGA, ORIGINALES, GHOST HUNT Characters: Ninguno
Generos: Misterio, Romance
Advertencias: Lemon, Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 15 Completed: No Word count: 50230 Read: 12782 Published: 26/12/2010 Updated: 08/05/2011
Hola, aquí de nuevo, poniendo resistencia. Este fic ya lo había empezado a subir, pero por razones desconocidas se borro, me quede sin computadora y hasta hoy puedo volver a la carga. Antes se me conocía como chemycaleranarutiana, pero esa cuenta se borro así que abrí esta, ya empezaré a subir el fic más seguido.
Hola, aquí de nuevo, poniendo resistencia. Este fic ya lo había empezado a subir, pero por razones desconocidas se borro, me quede sin computadora y hasta hoy puedo volver a la carga. Antes se me conocía como chemycaleranarutiana, pero esa cuenta se borro así que abrí esta, ya empezaré a subir el fic más seguido.
Capítulo 1: Un encuentro con el pasado. by darkpandora_persefone18Aquí esta el primer capítulo, como ya saben, esta ambientado en la iglesia del capítulo navidad silenciosa del anime, dejen comentarios porfa.
Aquí esta el primer capítulo, como ya saben, esta ambientado en la iglesia del capítulo navidad silenciosa del anime, dejen comentarios porfa.
Me desperté a las ocho de la mañana, me recibió un frío día de invierno con mucha lluvia. A mi mente acudieron los recuerdos de aquella investigación que llevamos hace dos años en una iglesia a petición de John. En aquella ocasión resulte poseída por el fantasma de un niño que esperaba el regreso de su padre, que era extraordinariamente parecido a Lin-san. Sintiendo que mis ojos se humedecían ante el recuerdo de uno de mis antiguos compañeros de trabajo, me levante corriendo de la cama y me dirigí al baño. Como por arte de magia, las llaves de lavabo se abrieron, sumergí mis manos y comencé a lavarme la cara.
-Gracias- dije a mi acompañante-.
-Para eso estoy, Taniyama-sama- fue la gentil respuesta de Tsundere-san.
En mi mente resonó el ultimo recuerdo de aquel niño, cuando al final logro ir al cielo con su padre muerto. Aquella vez llore de felicidad mientras a mi lado se sentaba Lin-san, cuidándome por ordenes de…
-Taniyama-sama!!!! No se ahogue, esa no es una solución…
-Estoy bien, solo se me ocurrió respirar mientras tenía la cabeza dentro del agua. Lamento haberte asustado- si Tsundere-san no se hallará a mi lado, lo más probable es que desde hace tiempo me habría suicidado, o peor aún, me habría vuelto loca.
-Taniyama-sama, ¿tanta prisa tiene por acompañarme en el mundo de los muertos?- la voz de Tsundere-san estaba cargada de reproche, ella no soportaría que yo muriera antes de tiempo-. ¿Piensa asistir hoy a la escuela?-pregunto cambiando de tema.
-No, hoy tengo otras cosas que hacer, además estoy segura de que Felicia-sama vendrá de visita por la tarde. Tengo que apresurarme.
-¿Quiere que la acompañe?
-No, no hace falta, prefiero que te quedes aquí, no quiero que te congeles, ¿te imaginas que explicaciones tendría que dar, si me ven por la calle cargando con un cubo de hielo que no contiene nada, dado que tú eres un fantasma? Mejor te quedas aquí y ves televisión; no me suicidare, te lo prometo.
Tsundere-san dudo un momento, pero al final termino aceptando. Hace dos años que conocía a Tsundere-san, ella era el fantasma de una chica de dieciséis años que había fallecido en un accidente demasiado ridículo: se había resbalado con una cascara de banana cuando iba corriendo hacia la escuela, al caerse se golpeo en la nuca con un auto que se hallaba estacionado ahí y había fallecido en el acto. Después del incidente con Masako-chan, yo me hallaba corriendo por las calles, no me fijaba por donde iba, ya que luchaba para que mis ojos no soltaran las lágrimas que ya se asomaban. Estuve a punto de cruzar la calle sin darme cuenta de que un tipo en su moto venía a toda velocidad, justo cuando casi me arrollaba alguien me poseyó y me aparto, esa era Tsundere-san, quien desde entonces ésta conmigo, en las buenas y en las malas.
Llegue a la calle donde conocí a Tsundere-san, y mirando hacia la nada, mis pies empezaron a caminar solos, ¿hacia dónde?, no lo supe hasta que no me vi allí, de pie y con una gran conmoción interior. Frente a mí se hallaba un edificio blanco, que tenía tres grandes esculturas: una virgen, y dos ángeles a su lado. Había cambiado un poco, ya que el patio donde los niños solían jugar era más pequeño, parte del espacio que antes le pertenecía se había convertido en un oratorio. Adentro de esté, se podía ver a un cura y a varios niños de rodillas, lanzando una plegaria al cielo, seguramente dando las gracias por otra maravillosa navidad. Me quede mirando la escena, tan absorta me hallaba que no me di cuenta de que alguien me había visto desde adentro de la iglesia, y ahora se hallaba caminando hacia mí. Cuando estuvo a unos pasos de mi me llamo, sacándome de mis cavilaciones.
-¿Mai? ¿Eres tú?
Al mirar a la persona de la que provenía la voz me tope con un muchacho, era delgado y tenía un cabello rubio, y unos ojos azules impresionantes, llenos de inocencia y compasión.
John Brown.
Bueno, ya estoy feliz, ya empecé de nuevo, también pronto subiré otro fic que ya tengo empezado, nos vemos.
Bueno, ya estoy feliz, ya empecé de nuevo, también pronto subiré otro fic que ya tengo empezado, nos vemos.
Regresar al índiceCapítulo 2: Viejos camaradas. by darkpandora_persefone18Konichiwa, aquí me tienen de nuevo, trayendo el segundo capítulo.
Konichiwa, aquí me tienen de nuevo, trayendo el segundo capítulo.
John Brown.
Mi primer impulso fue correr, el segundo arrojarle bolas de nieve, el tercer impulso que fue el ganador: sonreírle. A pesar de que habían transcurrido dos años, apenas había cambiado nada. Al ver mi sonrisa me respondió con otra igual. Recorrió la pequeña distancia que nos separaba y extendió los brazos, como no quería corresponder ese abrazo solo tome sus manos con las mías. Ahí estaba yo, estancada en una situación que no quería que sucediera nunca: volver a ver a algún miembro de Shibuya Psychic Research.
-Mai, es increíble verte, cuando te vi aquí afuera dude por un momento que fueras tú, te ves tan distinta…
-Eh… sí, solo paseaba por aquí…yo…
-¿Estabas recordado los viejos tiempos?
Maldecí para mis adentros, ¿por qué rayos había venido a este lugar? Además, por qué justamente me tenía que encontrar a John, una de las personas con las que mejor me llevaba de SPR, si no encontraba la manera de evadirlo rápido, terminaría horas platicando con él, y contándole muchas de las cosas que había hecho desde que los deje.
Demasiado tarde.
-Mai, estoy contento de verte, ¿me aceptarías una taza de té verde?
-No, estoy algo ocupada, así que…
-Si te preocupa que los otros se enteren acerca de ti, tienes mi palabra de que yo no les diré que te he visto. Solo me interesa saber que ha sido de ti en estos dos años, te he echado mucho de menos, por favor acepta el té.
-Créeme que me encantaría aceptar, pero en estos momentos tengo otras cosas que hacer, y…- cometí el error de mirar esos ojos que siempre me habían brindado tanta confianza y paz, lancé un suspiro y me rendí-. Está bien, tú ganas. Que sea rápido, en serio tengo muchas cosas que hacer.
-De acuerdo.
John me condujo dentro de la iglesia, me llevo a una pequeña sala que pertenecía a la casa del sacerdote principal, le pidió a la señora del servicio doméstico que preparara té y algunos postres. Mientras el ordenaba, recorrí aquella sala que se me hacía familiar, hacía tiempo que yo también me había sentado en ella con otras personas, que antes eran mi familia.
-Ya que tienes prisa, ¿por qué no me cuentas como te ha ido? Lo último que supe de ti es que habías terminado el instituto.
-Sí, lo termine y debo presumir que con buenas notas.
-Me entere que Yasahara-kun te ayudo a estudiar, ¿cierto?
-SI, es un excelente tutor, ¿cómo esta él?
-Bien, tiene una beca para estudiar en el extranjero, hace un año que no lo veo.
-Vaya, siendo sinceros no me sorprende. El era demasiado inteligente.
-Sí, fue de ayuda en muchos casos, después de que hubo aquel incidente con Masako…-John se detuvo al notar que mi expresión cambiaba, toco un tema que yo quería olvidar-. Mai, lo siento, sé que no debería tocar el tema, pero creo que ha pasado suficiente tiempo como para que te hayas reconciliado contigo misma. Y realmente me gustaría saber que fue lo que ocurrió, nunca entendimos porque de la noche a la mañana nos abandonaste…
-Gracias por el té, pero ya es realmente tarde-antes de que me interrumpiera añadí-, fue bueno volver a verte. Nos vemos.
-¡Espera! Ni siquiera has tomado el té…
-No es necesario, en una cafetería puedo comprar algo. Nos vemos…
-No, aún es muy pronto- al ver que ya estaba a unos pasos de la salida argumento-, ¿y si me disculpo por tocar el tema? ¿Sí te prometo no hablar más que de los últimos hechos de nuestras vidas?
-John, realmente estoy ocupada. Qué bueno que estés de vuelta en Japón, estoy segura que todos estarán contentos de verte. Me voy.
-¿Cómo sabías que yo no estaba en el país?- me pregunto un tanto desconcertado. Cuando él se fue del país, yo los había abandonado.
-Digamos que… tuve un sueño. Ya sabes que lo que sueño generalmente se cumple- no quise decirle que mis capacidades sensoriales habían aumentado a tal grado que era capaz de decir en qué momento y lugar exactos ocurrirían las cosas-. Bueno, hasta nunca, cuídate.
-¿Eso significa que ya no te veré otra vez?
-Siendo sincera, eso espero, nunca volver a verlos. Aún así, fue agradable cruzar palabras de nuevo.
-No te entiendo Mai… al menos llévate algunos postres- en ese preciso momento llegó la señora con dos tazas y muchos postres.
Nunca me ha gustado ser descortés, así que tome unas cinco galletas y me fui dando las gracias a la señora. Mientras me alejaba sentí la mirada de John clavada en mí, solo hasta que di la vuelta en la esquina la deje de sentir. Llegue a un parque donde me senté a comer las galletas, estaban realmente buenas. Mientras comía intente recordar que tenía que hacer antes de encontrarme con John. Recordé que Felicia-sama me había encargado le preparara oniguiris para comer, eso indicaba que tenía que hacer algunas compras. Por otro lado, tenía que comprar como siempre las revistas y periódicos del día, para mantener informada a Shizune-san de las actividades diarias.
Me lleve la última galleta a la boca y un sonido nada agradable vino a mis oídos
Una pareja se estaba riendo a carcajada limpia. Habían tenido la brillante idea de comenzar una guerrita de bolas de nieve; inmediatamente me puse alerta, no porque me preocupara que una de aquellas bolas me tocara, el motivo que me hizo ponerme alerta fue la risa de la feliz pareja, eran unas risas que yo conocía bien-una muy escandalosa y la otra demasiado agradable-, antes de que me vieran, me acomode la capucha de la chamarra, y me levante cuidadosamente, sin perder por ello la naturalidad de mis movimientos. Me encamine fuera del parque cuando sucedió. Una bola de nieve estallo justo en mi retaguardia, mojándome por completo.
-Mira lo que hiciste con tu juego, Takigawa-kun-reclamó Ayako.
-¿Mi juego? Fue tú culpa, por esquivarla…
No me había equivocado, la feliz pareja era nada más ni nada menos que Matsuzaki Ayako y Takigawa Houshou, mejor conocido como Bou-san (monje-san). Aprovechando la discusión de esos dos me fui caminando sin voltear. Cerca de salir del parque se les ocurrió alcanzarme para pedir disculpas, ambos todavía discutiendo.
-Hey, pequeña, espéranos.
-Solo pretendemos pedirte una disculpa-dijo Ayako antes de que me echara a correr y me agarro del brazo-. Lamentamos haberte golpeado con esa bola de nieve- al ver que no contestaba añadió-. Hace frío, ¿quieres que te llevemos a un lado?- negué con la cabeza y zafe mi brazo.
Sin darles tiempo de decir algo más me eche a correr, el error más grande que pude cometer. Una ventisca fría me movió un poco la capucha, mostrando partes de mi cabello pelirrojo así como de mi rostro. Escuche una exclamación de sorpresa por parte de Ayako, antes de que hablara salí del parque y no deje de correr hasta que estuve muy lejos. Podría jurar que antes de que desapareciera en la siguiente calle, escuche claramente que ella le decía a Bou-san quien era yo –también creo que escuche que él decía que eso era imposible-. Agotada llegue a un restaurante, mi estomago empezó a pedir comida. Ya que había perdido toda la mañana en el encuentro con algunos de los integrantes de SPR, no había hecho las cosas que realmente me proponía hacer; pensando que de todos modos pronto tendría que regresar a casa, decidí que entrar a comer no me retrasaría más de lo que ya estaba. Ya tendría que buscar otra ocasión para hacerlas.
Al entrar, un amable camarero me atendió, dado que no era uno de esos restaurantes donde tenías que hacer reservaciones previas – a menos que tu quisieras-, me dio una mesa de las que se hallaban hasta el fondo, las cuales eran mis favoritas, siempre eran lugares tranquilos. Revisando el menú, llego a mí una risa estridente y agradable, no me podía creer que me la tuviera que encontrar justo ahora, cuando ya estaba harta de encontrarme con el pasado. No tenía idea de que el día estaba muy lejos de terminar. Haciendo esfuerzos sobrehumanos ignoré esa risa, estaría en serios problemas si ella me encontraba allí sentada, perdiendo el tiempo. Le hice señas a al mesero para que me tomara la orden. De forma muy rápida me trajo mi platillo de Katsudon. Tenía una excelente pinta; y como es costumbre dije:
-Itadakimasu- eso me llevo a la ruina.
-¿Mai?- preguntó ella entre divertida y furiosa al mismo tiempo. Cuando había escuchado su risa pensé que estaba más lejos, pero la realidad es que se hallaba en la mesa detrás de mí, una mesa bien oculta por un árbol navideño demasiado gigante-. Mai, ¿me escuchas?- pregunto ella empezando a exasperarse.
Trague saliva con dificultad, el hecho de que me descubriera me dejo helada.
-L-o- lo siento. ¿Cómo se encuentra…?
-Ja, ja, ja. Deberías ver la cara que traes, Mai-hizo una pausa para analizarme con esos ojos negros como la noche-. ¿Ya ordenaste?, tienes cara de que necesitas comer o te vas a desmayar.
-Ya ordene, gracias por preocuparse…
-Ok- al parecer Yuriko-san estaba de buen humor-, no sé qué haces aquí perdiendo el tiempo… pero no importa. Solo quiero que sepas que Felicia-sama llegará por la noche. Asegúrate de tener listos esos oniguiris, estará hambrienta.
No pude evitar abrir los ojos de par en par, cuando vi el excelente buen humor que traía Yuriko-san, por primera vez lucía feliz y agradable –físicamente era menudita, un cabello negro azulado, muy sedoso, sus grandes ojos eran negros, sus labios tenían un apariencia virginal y un rubor natural teñía sus delicadas mejillas-, siempre traía una mirada asesina y muy pocas veces pasaba por alto que no cumplieras con tus deberes. Vio mis ojos de plato y rio de una forma que nunca te imaginarías fuera como los ángeles.
-Mai, ya sé que estas sorprendida de que hoy no te regañe como siempre, pero es Navidad. Y además, no soy tan mala como piensas- dijo esto mientras se levantaba, cuidando que su kimono azul turquesa no se arrugara-. Como sea, come rápido, aún tienes tiempo antes de ir a casa para preparar la cena. Me dijeron ese trío que tenían cosas que hacer, así que no asistirán esta noche. Yo tampoco iré, así que solo tienes que preparar comida para cuatro personas. Nos vemos, que tengas unas felices fiestas.
-Hi, feliz navidad, Yuriko-san.
En forma de felicitación me hizo una señal de adiós con la mano. Note que se hallaba acompañada de un joven atractivo de veintitrés años más o menos, sonreí al pensar la expresión que pondría Felicia-sama cuando se enterara de porque Yuriko-san faltaría esta noche. Miré mi plato que se estaba enfriando rápidamente, si las gracias de nuevo y me apresure a comer, aún tenía que ir de compras. Cuando termine, me entretuve un rato más contemplando los adornos que habían colocado, era demasiado hermosa la forma en que caían las serpentinas del techo y se mezclaban con los pequeños ramilletes de muérdago. Los tres árboles que adornaban el restaurant mostraban distintas esferas de muchos tamaños y colores. Las estrellas que también los adornaban, destellaban como si fueran de verdad, y el perfume que soltaban los pinos, me recordaban continuamente porque me encantaba la navidad. Contenta, por el hecho de que Felicia-sama vendría hoy, me levante y me acomode la chamarra, mientras me acomodaba la capucha me dirigí a la salida.
A unos dos pasos del recibidor, me detuve y me escondí tras una estatua de un muñeco de nieve gigante. En la entrada se hallaba Lin-san diciendo que tenían reservaciones. No fue necesario especular quien estaría con él. Antes de que pudiera pensar en su nombre, Naru apareció al lado de Lin-san, y prendida de su brazo, estaba una molestia increíble, que nunca cambiaba.
Hora Masako.
Luego pondré la información adicional, porque no encuentro el archivo donde la tenía, dejen comentarios, nos vemos.
Luego pondré la información adicional, porque no encuentro el archivo donde la tenía, dejen comentarios, nos vemos.
Regresar al índiceCapítulo 3: Navidad by darkpandora_persefone18Sín nada más que decir, aquí tienen el tercer capítulo.
Sín nada más que decir, aquí tienen el tercer capítulo.
Hora Masako.
En mí interior aparecieron la conmoción, el fastidio, dejando relegada la tristeza y la poca felicidad que sentía hace poco. ¿Cómo era posible que me arruinara la navidad SPR? Yo que desde que los había abandonado, rogaba por no volver a verlos, me los tenía que topar a todos, justamente el día de Navidad, un día muy especial para mí y me lo estaban arruinando. Sentí unas inmensas ganas de golpear a todos- especialmente a Masako y a Naru-, pero si lo hacía me retrasaría más. Una vez que entraron, yo salí corriendo sin detenerme hasta el supermercado más cercano para comprar cuanto antes las cosas. No note la mirada en forma de daga que se clavo en mi espalda.
Una hora después subí las escaleras -el elevador estaba descompuesto- lo más rápido que me permitían las bolsas con las compras. Tenía que pensar seriamente mudarme a uno de los pisos de más abajo, aunque ello redujera el espacio; pensé en la cara que pondría Yuriko-san si veía que Felicia-sama se tendría que alojar en algo más pequeño que el penthouse. Sonreí ante el hecho.
-¡Tsundere ¡- grite mientras me dirigía a la cocina, las bolsas se me estaban cayendo.
-Taniyama-sama, déjeme ayudarle –las bolsas que se cayeron en ese preciso momento se elevaron y se fueron por si solas a la cocina.
-Gracias. Veo que has mejorado tu poder para mover sosas sin tener que tocarlas.
-Hi, estuve practicando. ¿Cómo le fue en el día? ¿Hizo todas las cosas que pretendía?
-Realmente no, se me presentaron seis vacas en el camino; una de ellas demasiado horrible- le respondí mientras sacaba todo lo necesario para comenzar a cocinar, tenía unas dos horas antes de que llegaran las primeras invitadas-. ¿Podrías ayudarme con la limpieza?
-Con gusto, ¿por dónde quiere que empiece?
-Eh… -era un completo dilema, el penthouse era inmenso, la terraza estaba cubierta de nieve, el elevador seguía averiado, sino llegaban a repararlo mi cabeza rodaría, además llevaba tres días sin hacer la limpieza en ninguno de los dos pisos, contando que los cristales del lado sur estaban muy empañados-, por la parte de abajo, si quieres. O por donde más te acomodes, solo empieza ya.
-Como usted ordene, Taniyama-sama.
Mientras Tsundere-san se lanzaba a la limpieza de la sala, yo me puse a preparar el arroz, la carne, el pollo, los vegetales, los mariscos, y los fideos. Había decidido cocinar –aparte de los oniguiris de Felicia-sama- sashimi, soba, okonomiyaki y miso. Yuriko-san dijo que no vendrían algunas, así que no cocinara tanto, no obstante, con ellas las cosas siempre eran imprevistas, más cuando estaba por aquí Felicia-sama; estaba completamente segura que ellas no querían perderse la ocasión para estar con ella. Mientras dejaba cocinando el miso, prendí la televisión –Tsundere ya había terminado la sala y ahora estaba en la terraza cantando villancicos mientras limpiaba alegremente-, y la puse en un canal donde se trasmitía un especial de Navidad. Fue una grande y desagradable noticia que a los pocos segundos de encenderla, apareciese la cara de Masako, mostrando su sonrisa hipócrita, demostrando a los demás que tan “bella” y eficaz era. Estaba afuera del restaurant donde los había visto, y según la noticia, se decía que la médium, había detectado una fuerza maligna muy fuerte. Subí el volumen mientras entraba de nuevo en la cocina, empezaba a emanar un ligero olor a quemado, no lo suficientemente fuerte para que me preocupara, pero ahora mi aguda nariz detectaba casi todo, ya que al igual que mi sentido extrasensorial, había mejorado.
Cocine de forma muy eficiente cada uno de los platillos, bien podían hacerse pasar por platillos hechos por profesionales. Mire el reloj y lance un suspiro, todavía tenía media hora para bañarme y vestirme. Subí las escaleras, sorprendiéndome de nueva cuenta con lo eficiente que era mi pequeño fantasma; toda la parte baja del penthouse estaba rechinando de limpio. Incluso estaba por concluir con la limpieza de la parte superior.
-Taniyama-sama, tómese su tiempo. Le prometo que todo estará listo dentro de diez minutos.
-Gracias, no sabría qué hacer sin ti.
-Taniyama-sama, si siguiera viva me hubiera puesto roja como un tomate.
-Ja, ja- reí con dulzura, aquella chica fantasma era toda una joya. No solo era lista, servicial, sino que también tenía un gran sentido de lo que era la lealtad.
-Por cierto, cuando me asome a la terraza vi que llegaban algunas cajas y que las metían adentro. Seguramente son los regalos que compro.
-Eso espero. Gaste mucho dinero en ellos. Una vez que los dejen afuera recíbelos, y después acomoda las revistas y periódicos en la mesa que está al lado de la televisión.
-Eso hare- me hizo una reverencia y siguió limpiando.
Entre a mi habitación, busque el kimono furisode que usaría esa noche antes de bañarme. El kimono era un regalo de Shizune-san. Consistía en una pieza de color azul intenso decorada con tonos anaranjados. El decorado inferior consistía en unas flores de durazno que se entretejían conformando un complicado patrón, en las mangas se mostraban unos dragones finos que parecían tener vida propia. Entre al baño, y me dispuse a olvidarme de todo lo acontecido durante el día y disfrutar mi navidad. Cuando hube terminado, baje para supervisar la cena –debo presumir que había quedado deliciosa y muy apetitosa-, Tsundere-san había terminado la limpieza y se hallaba mirando nuevamente la televisión. Me senté con ella y en ese preciso momento el elevador se abrió. Me sobresalté, ya que yo supiera nadie había ido a repararlo.
Al abrirse la puerta del elevador, aparecieron dos chicas de veinte años, cada una con un kimono muy espectacular. Me sonrieron con gentileza.
-¿Cómo subieron?- pregunté anonadada.
-Como el resto, por el elevador.
-Sí, pero…
-¿Te refieres a que no funciona?
-Si…
-Ja, ja, no pongas esa cara. Usamos algo de eso para poder subir, no fue un gran problema. Puedes estar segura de que las demás harán lo mismo.
Las dos se quitaron los zapatos antes de entrar. En ese momento vieron a Tsundere-san.
-Buenas noches-saludaron cordialmente-, ¿cómo te ha ido en este invierno?
-Muy bien, Taniyama-sama ha cuidado de que no me congele.
-Típico de Mai. Cuidar de todos.
Shizune-san se sentó en el sillón después de agarrar uno de los periódicos que había traído, estaba buscando noticias. Lucía un kimono furisode de color rojo que tenía estampadas en todos lados unas flores de cerezo en color rosa. El color rosa le caía como anillo al dedo, resaltaba su piel pálida dándole una apariencia sedosa, como si fuera la piel de un bebé. Su cabello castaño claro estaba recogido en un complicado peinado que realzaba sus bellas facciones; sus ojos verde intenso brillaban como esmeraldas, su fina boca que estaba pintada de beige -se veía demasiado tentadora-, sus pómulos redondeados le daban un aspecto tierno e inocente, casi podía engañar a cualquiera. Mientras Shizune-san leía con cuidado, Natsuki-san se coló hacia la cocina para encontrar algo con que matar el hambre.
El hecho de que Natsuki-san fuera deportista traía consigo muchas cosas buenas y muchas malas al mismo tiempo-buenas en el sentido de que era muy rápida y no dudaba en cumplir el objetivo, malas porque siempre tenía que preparar el doble de comida a causa de ella-. Cualquiera que la viera, podía decir inmediatamente que tan importante era a la hora de realizar algún trabajo –medía un metro con sesenta y ocho centímetros, aunque era delgada, tenía una figura envidiable muy bien trabajada debido al ejercicio y sus ojos grises dejaban ver lo astuta y calculadora que era. Su nariz recta hacía juego con su boca, dándole un aspecto decidido y era muy difícil de interpretar cualquier expresión que pusiera-, ella era tan rápida como la misma Felicia-sama. Como todas las del equipo, tenía gran devoción hacia Felicia-sama, era capaz de morir por ella. Cuando entre a la cocina para servirme agua, le encontré con un delantal encima de su kimono homongi, de color blanco que en la parte inferior estaba decorado con un paisaje de montañas.
Al verme me sonrió, como si estuviera pidiendo una disculpa por estar en la cocina.
-Mai, lo siento pero tome prestado tu delantal.
-No tienes porque disculparte, Natsuki-san- note que la olla del miso estaba abierta-; seguramente tienes hambre.
-…- un delicado color rojo tiño su cara. Se había sentido apenada por el hecho de que la descubriera a punto de empezar a cenar sin esperar a las demás-. Me cachaste, lo siento.
-Tengo algunos panecillos que desayune en la mañana, no sé si los quieras. Espero que no tarden mucho en llegar –comente mientras habría el refrigerador, sentía gran cariño hacía Natsuki-san, porque ambas nos parecíamos en eso de la comida. Éramos muy glotonas.
En el cuarto panecillo que se comía, se abrió el elevador de nueva cuenta. Inmediatamente acudimos al encuentro de la recién llegada. Solo podía ser una persona.
Felicia-sama.
Dejen comentarios, se los agradecería mucho. Nos vemos.
Dejen comentarios, se los agradecería mucho. Nos vemos.
Regresar al índiceCapítulo 4: Puerta. by darkpandora_persefone18Lamento la demora, pero ya saben, las fistas y el regreso a la escuela. En fin aquí esta el capítulo, disfrutenlo.
Lamento la demora, pero ya saben, las fistas y el regreso a la escuela. En fin aquí esta el capítulo, disfrutenlo.
Felicia-sama.
En las puertas abiertas del elevador apareció ella. Estaba gloriosa. Llevaba un traje elegante de color negro a juego con un abrigo blanco perlado, su cabellera rubia –lacia como el pelo de una pantera- caía majestuosamente a todos los lados de su cabeza, coronando su bello semblante –ojos de un azul intenso, parecidos al mar profundo cuando amanece y al mismo tan brillantes y llenos de vida que pensabas en el sol o en el blanco nieve al momento de mirarlos. Sus labios, sonrosados y carnosos destacaban en medio de sus pómulos semi redondeados y su nariz perfectamente recta-. Todo sobre IA
Nos miró a cada una con cuidado, esbozando una gran sonrisa entro quitándose sus zapatos con delicadeza y elegancia. Tsundere-san acudió inmediatamente para recibir el abrigo que se estaba quitando para colgarlo en el closet que estaba junto a la puerta.
-Feliz Navidad a todas –nos dijo desbordante de alegría.
-Feliz Navidad tenga, Felicia-sama –saludamos todas a coro al tiempo que hacíamos una reverencia.
-Estoy feliz de que esta noche haya decidido pasarla aquí. Bienvenida sea, Felicia-sama –dije, tratando de no mostrar la gran emoción que sentía.
-No deberías sonrojarte, Mai. Además, también estoy feliz de estar aquí. No me imagino otro lugar mejor que este para celebrar una navidad tranquila, lejos de todos esos festejos que terminan saliéndose de control.
-Gra… gracias –no podía evitar emocionarme ante cualquier cosa que ella me dijera. Realmente era un honor poder estar cerca de ella.
-Felicia-sama, ¿por qué no toma asiento?- ofreció Natsuki-san amablemente.
-Gracias. Antes de que podamos cenar, quisiera hablar con Shizune a solas, si me lo permites…
-Por supuesto –le contestó ella a Felicia-sama.
-Mai…
-Tsundere-san, por favor guía a Felicia-sama al estudio –hice una pausa para explicarles que el saloncito que se ocupaba para las discusión de esos asuntos estaba en remodelación por un pequeño accidente que Tsundere-san y yo habíamos tenido.
-Mai- me llamó Natsuki-san después de que se retiraron las otras dos-, has mejorado mucho tus habilidades psíquicas, al igual que tus aptitudes físicas, aún así sigues siendo un poco torpe, deberías tener más cuidado, no queremos que nada malo te pase.
-Lo siento. Lamento haberte preocupado –añadí haciendo una pequeña reverencia ante la preocupación que se percibía en su voz-, prestaré más atención de ahora en adelante…
En ese momento una noticia de última hora estaba siendo trasmitida por televisión. Se trataba de un gran incendio que sucedía en el templo de Akatsuki, al este de donde nos hallábamos. Al parecer no había causa alguna que lo hubiese producido, por ahora. Cuando terminaron de trasmitir la nota, las dos nos miramos con aprehensión, las cosas se estaban saliendo de control, a tal grado, que incluso a nosotras nos costaría volverlas a su cauce.
-Mai, ¿no has visto algo anormal en esta zona?
-No…- reflexione y recordé los pequeños encuentros que tuve con los integrantes de SPR, tenía que contárselo-. Bueno, hay algo. No sé si este relacionado con esto, pero…
Me miró con esa mirada seria y calculadora que siempre reservaba para casos extremos. En el momento que comenzaba a contarle, fuimos interrumpidas por Felicia-sama y Shizune-san, ambas tenían una mirada seria; está última tomo la palabra.
-Detecte algo. Es una presencia grande. Lo sentí al este, pero así como apareció así se fue.
-En el templo Akatsuki sucedía un incendio, lo acaban de anunciar. El templo queda ala este-informo rápidamente Natsuki-san, mientras recogía un periódico que Shizune-san había estado leyendo-. Mai estaba a punto de contarme algo.
Las miradas de las tres se posaron en mí, incluso la mirada de Tsundere-san que lucía muy preocupada.
-Taniyama-sama –comenzó Tsundere-san-, por favor cuéntenos que es lo que vio.
Antes de decir lo que tenía que contarle, tome una bocanada de aire, sabía que no les haría gracia lo sucedido. Armándome de valor solté el aire y dije una única cosa:
-SPR.
La reacción de todas era de esperarse. Natsuki-.san, Shizune-san y Tsundere-san jadearon al tiempo que apretaban los puños –el periódico que sostenía Natsuki-san volvió a caer al suelo-. Solo Felicia-sama mantuvo el rostro sereno, lo único que demostraba que tanto la alarmaba lo que dije eran sus ojos; mostraba una mirada fría que era capaz de congelar al mundo, miró hacia la nieve. El silencio que se instalo entre nosotras duró por más de diez minutos, cada una estaba perdida en sus pensamientos, hasta que al fin Felicia-sama rompió el silencio.
-Mai –me miró fijamente a los ojos-, necesito que nos cuentes todo. ¿Qué relación tiene SPR? ¿Los viste?
-Sucedió hoy –mientras hablaba les indique que tomaran asiento-, en la mañana desperté con un sueño… mejor dicho un recuerdo de hace dos años, algo que sucedió por estas fechas.
Les conté el recuerdo de Kenji-kun y como me había topado con John Brown, antes de que alguien me reclamara algo, Felicia-sama hizo una seña para que me dejaran hablar; por último, les dije la noticia que había visto hace poco, antes de que llegaran. La mayoría se me quedo viendo como si hubiera cometido una gran falta, un error que me costaría caro; no me atrevía a mirar siquiera en la dirección de ella, temía que se hubiera enojado conmigo o algo peor.
-Mai –me llamó-, ¿es lo único?, ¿no viste nada más?
-No, eso es todo.
-Bien… -después de una pequeña pausa dijo-, ¿podemos cenar?
Todas nos giramos hacía ella, no dábamos crédito a lo que acababa de decir; no obstante, lucía muy relajada a pesar de lo que había contado. Al notar que la mirábamos con ojos desorbitados se puso a la defensiva.
-Chicas, dejen de mirarme así, ¿acaso nunca han visto a alguien que tiene hambre?
-Felicia-sama, ese no es el punto –comenzó Natsuki-san-.
-Bla, bla, bla. Ya sé que no es el punto, pero tengo hambre. Además la cena que preparo Mai huele demasiado bien, desde que venía en el elevador se me hizo agua la boca.
-Pero…
-Silencio –elevó dos octavas la voz, dejando por concluido cualquier intento de discusión-, hablaremos después, por el momento solo quiero comer oniguiris…
En medio de la consternación, comencé a servir la cena para que todas comiéramos. Tenía los nervios de punta, me alarmaba que Felicia-sama hubiera decidido comer antes que atender los asuntos primordiales, aquello era un comportamiento anormal en ella. Lo peor del caso, era que ella estaba muy relajada, no parecía haberse inmutado con las cosas. Era frustrante verla tan cómoda mientras las demás teníamos ganas de discutir lo que teníamos que hacer. Solo teníamos una cosa en claro: eso había empezado a despertar.
Para no alterarme decidí pensar en otra cosa. A mi mente acudieron los sucesos de hace dos años. Vi de nueva cuenta las caras de John y Bou-san mirando horrorizados, mientras Ayako lloraba como histérica pidiendo ayuda; las dos estábamos enterradas bajo el techo que nos había caído. Sentí un dolor punzante en mi cabeza, el cual se expandía a todas las partes de mi cuerpo, al tiempo que un nítido olor a sangre se impregnaba entre los escombros y…
-Mai, Mai, MAI, MAI…- la voz de Felicia-sama me llamaba, ligeramente notaba que alguien me sacudía los hombros.
-Taniyama-sama, reaccione por favor –Tsundere-san sonaba asustada. Pero nada parecía capaz de regresarme a la realidad actual.
-SERENATE- terminó por ordenarme. Con dificultad regrese mi cabeza al presente, solo para toparme con que Natsuki-san y Shizune-san me sujetaban con fuerza mientras Felicia-sama mantenía un sello pegado a mi frente. Alrededor todo estaba tirado: los cuadros volteados, los platos rotos, la botella de sake derramada y las puertas de la terraza estaban rotas, por ellas se colaba una ventisca de nieve.
Comprendí lo que había pasado.
De nueva cuenta había estado a punto de perder el control de mi poder psíquico, de no ser por ellas, que se encontraban a mi lado, jamás habría podido controlarme a tiempo, antes de causar alguna tragedia. Conforme me iba estabilizando apreciaba más detalles, como por ejemplo, que les había costado sujetarme, ya que las dos que me agarraban de los hombros tenían los peinados de lado y las mangas de sus kimonos estaban rotas. Tsundere-san se hallaba lo más lejos de mí, en su aura se notaba un gran disturbio. Cuando miré los ojos de Felicia-sama que lucían serios y preocupados al mismo tiempo, intente articular alguna disculpa.
-Lo siento… yo…
-No importa, Mai –dijo ella bajando el sello que me había puesto-, creo que es momento de hablar –miró a Natsuki-san y a Shizune-san-. Suéltenla, ya está bien. Shizune, llama a Yuriko, dile que la necesitamos. Dile que traiga a ese trío, es una orden. Natsuki, por favor, intenta arreglar las cosas. Tsundere-chan, mantente alejada por un tiempo del penthouse, ve al departamento de abajo o mantente con Shizune.
-¿Una orden?-pregunté con cierto temor en la voz-, eso quiere decir…
-Hablaremos cuando todas estén aquí, mientras tanto, tú y yo tenemos otras cosas que atender. Vamos al estudio.
-Si- tenía un presentimiento muy certero de lo que se proponía Felicia-sama, era lo único que se podía hacer cuando ella daba órdenes tan autoritarias en fechas festivas , algo que hace tiempo había dejado de hacer.
Caminamos hasta el estudio, al entrar, las cosas comenzaron a levitar. Felicia-sama estaba acomodando la estancia de forma que no se rompieran ni estorbaran durante el ritual. Estaba en lo correcto al pensar que era lo que me pediría. Me empecé a desprender de la cinta que ataba mi furisode, al parecer no teníamos tiempo que perder.
-Mai, sabes que nunca te pediría que hicieras esto.
-Lo sé, pero no hay de otra ¿o sí?
-Al parecer no- me miró a los ojos al tiempo que me tendía una de sus blancas manos-, perdóname. Créeme que me siento mal por pedirte que hagas de nuevo esto.
Asentí con la cabeza. Hace año y medio, cuando conocí al equipo de cazadoras de Felicia-sama, las cosas estaban dentro de un hoyo negro. Había perdido a mi familia (SPR), las cosas en el instituto estaban de mal en peor, mis poderes psíquicos se estaban saliendo de control, era un peligro para mí misma. En aquella tarde de marzo, cuando llevaba más de dos días intentando controlar los pensamientos y las visiones que venían a mi cabeza, vino el alivio. Igual que un ángel, llego ella y se llevo el dolor. Desde aquel momento, estaba con ella.
Me ubique en el centro de la habitación y retire el furisode hasta la cintura dejando al descubierto mis hombros. A mi espalda, Felicia-sama empezó a recitar un mantra, tenía que retirar el sello que me impedía entrar en contacto con ese ser, mientras ella lo recitaba me esforcé en irme relajando para que fuera más fácil romper los “candados” que ella me había puesto hace tiempo. En mi espalda pude sentir como aparecía la flor de loto entrecruzada con un rosal, me quemaba la piel igual que cuando me lo puso por primera vez.
-Listo –me anunció una vez que se terminó de formar el sello-, Mai, necesito que te acuestes y que entres a tu mente, encuéntralo y que te responda. Olvida que te prohibí volver ahí, como si nunca te hubiera dado la orden. ¿Podrás hacerlo?
-Sí, lo hare –dije mientras me acostaba en el piso, fui vagamente consciente de que estaba creando alrededor de mí un circulo espiritual para evitar cualquier fuga que se llegara a producir mientras estaba dentro de mí misma.
-Recuerda que estaremos aquí, no te dejaremos sola.
Poco a poco fui viendo las cosas más borrosas, finalmente todo se puso oscuro. Cuando abrí los ojos me halle en un lugar totalmente distinto, todo lo que alcanzaba a ver era neblina. Las cosas iban bien por el momento, había entrado con éxito en mi propia mente, solo era cuestión de encontrar la puerta que me llevaría a él. Me incorpore con la incómoda sensación de no estar sola, podría asegurar en un cien por ciento que alguien me vigilaba, así que avancé muy lentamente, intentaba orientarme para descubrir la entrada que necesitaba. Me imagine que la neblina de mi mente se debía a que durante los dos últimos años había intentado bloquear cualquier tipo de sentimientos hacia SPR, así como al sello que se creó con ayuda de Felicia-sama, en un intento de salvarme de mi misma y enseñarme a controlar mi enorme campo psíquico que podía entrar en contacto con cualquier tipo de ente del plano astral. Ese era el problema; al crecer mi habilidad psíquica, mi sentido de capacidad empática –que era de por sí muy grande-, se salió de control, provoco que los sueños premonitorios me invadieran incluso cuando estaba despierta, además de que entre en la frecuencia de los pensamientos humanos, y podía saber que era lo que pensaban en el instante. Aquello me empezaba a enloquecer y de una u otra manera –inconscientemente-, intentaba aliviar el dolor de cabeza, liberando la energía al exterior provocando desastres como el que había ocurrido en el penthouse.
Me concentré en el hecho de que estaba en mi propia cabeza, que nadie la conocía mejor que yo –salvo tal vez Felicia-sama-, e intente remover la neblina que me invadía. Funcionó.
Enfrente de mí se hallaba una puerta de madera –estaba hecha de caoba- muy elegante, parecía ser muy gruesa y pesada, la manilla era de oro sólido, imitaba las manillas de los reinos Europeos. Me acerque con cuidado, no quería abrirla, pero ahí se encontraban algunas respuestas: las respuestas que Felicia-sama quería. Me quede a tres pasos de distancia intentando convencerme que realmente quería abrirla –no era recomendable abrirla con alguna duda en la cabeza-, cuando me di cuenta de que durante estos dos años yo no había sido la única que tenía deseos de abrirla. Cuando se disperso la neblina, la presencia que sentía se había centrado en un solo lugar: la puerta. Apreté los puños con disgusto, me molestaba saber que la presencia del otro lado ya me estaba esperando; mejor dicho, que llevaba esperándome desde que la encerraron. Ahora era el momento de encararla de una vez por todas.
Estiré el brazo para abrirla –al instante sentí que el suelo se tambaleaba-, la energía se agito como si me invitara a pasar. Con un último suspiró entre.
Ahí estaba él, cómodamente sentado en un elegante sillón y con su ropa negra como la noche.
-Bienvenida, Mai –me dijo al tiempo que se giraba y me dedicaba una sonrisa dulce, cargada de reproche y de nostalgia al mismo tiempo.
-Naru- dije sin pizca de emoción.
Dejen comentarios, nos vemos.
Dejen comentarios, nos vemos.
Regresar al índiceCapítulo 5: Naru y el pasado. by darkpandora_persefone18Disculpen la tardanza, aquí les dejo el capí.
Disculpen la tardanza, aquí les dejo el capí.
-Naru- dije sin pizca de emoción.
La última vez que había soñado con él fue cuando nos hallábamos en la base de la universidad T… en aquella ocasión, estábamos investigando el caso de un fantasma que se aparecía todas las tardes a eso de las cinco en la sala de audiovisuales, cada cosa que entraba en contacto con él tendía a romperse o a convertirse en hielo. Justo cuando terminamos de solucionar el caso, sucedió aquel incidente. Circunstancias equivocadas en el momento menos oportuno.
{Flash Back}
-Mai, te esperamos abajo, muévete-Naru estaba de “buen” humor, algo que pocas veces se veía. Sonreí como siempre, me ponía feliz saber que yo era la única a la que él llamaba por su nombre. Aunque claro, tener ese “privilegio” hacía que Masako y yo peleáramos con más frecuencia. Últimamente le había dado por barrerme con la mirada, ponerme la zancadilla, empezar a apodarme de formas extrañas –a veces un poco insultantes-, provocar uno que otro fracaso por mi parte a la hora de servir el té de Naru, o que perdiera algunos datos importantes de las investigaciones para las que éramos contratados.
Está no fue la excepción. Todos salieron menos yo –que me había quedado recogiendo unas cuantas cosas- y Masako, que se retraso a propósito. No la vi hasta que me disponía a salir. Me esperaba al lado de la puerta, en su cara no se veía ninguna expresión.
-Masako, ¿sucede algo?-pregunté amablemente a pesar de que me desconcertaba verla así-.
-Si- me respondió mientras se acercaba a mí-, quería darte algo.
Antes de que pudiera siquiera dar un parpadeo, la palma de su mano impacto con mucha fuerza sobre mi mejilla, provocando que mi cabeza girara en un movimiento brusco que lastimo mi cuello. Me acaba de dar una bofetada y no tenía idea de porque.
-Mai, quiero que te alejes de Naru. Para mañana quiero que hayas renunciado a ser su asistente –me miró con un odio que nunca había visto en los ojos de las personas-,
¿entendiste?
-No –la mire aturdida por la exigencia que me daba-. No voy a dejar este trabajo…
-¿No te cansas de fastidiarnos? Lo mejor que puedes hacer es renunciar, eso sería mucho más sano para todos.
-¿Para todos, o sólo para ti? –le pregunté intentando contener la cólera que sentía, no quería que me doliera más la cabeza-. Sé que no te gusta que yo ande cerca de Naru, porque estás loca por él, pero, a diferencia de ti, yo necesito trabajar. No hables por los demás, porque estoy segura que nadie me detesta como tú…
-¿Eso crees?–me pregunto burlonamente-, ¿por qué piensas que solo yo te detesto? Deberías abrir más los ojos, ninguno de nosotros te estima ni un tantito, solo te tienen lástima porque eres una huérfana que no tiene a donde ir, que anda por ahí buscando alguien que te acepte.
¿Por qué Masako me odiaba tanto? Es cierto que yo también estaba enamorada de Naru, pero jamás había pretendido que algo más pasara entre nosotros, me conformaba con estar cerca de él y soportar su genio. Sabía que si en algún intento absurdo yo intentará competir con ella, sin duda alguna yo llevaría las de perder, puesto que entre Masako y yo había una gran diferencia. Ella era bonita, reconocida y tenía dinero, por mi parte era una simple estudiante que no tenía padres y cuyas notas en la escuela, no eran las mejores, sin contar lo poco agraciada que era.
-Yo nunca he buscado que me acepten, nos soy como tú, que para poder estar segura de que Naru se quede contigo eres capaz de decir cosas en nombre de otros.
-Eres una… ¿cómo te atreves a decir que yo soy una mentirosa?- me gritó al tiempo que intentaba darme otra bofetada, la cual esquive sin muchos problemas-, ¡NO TE CREAS LA GRAN COSA SOLO PORQUE NARU TE LLAMA POR TU NOMBRE! ¡NO ERES MAS QUE UNA BEBITA LLORONA QUE NO TIENE UTILIDAD ALGUNA EN EL EQUIPO! ¡NADIE TE QUIERE AQUÍ, SÓLO NOS ESTORBAS CON TUS CONSTANTES PREOCUPACIONES POR LAS PERSONAS QUE HAN TENIDO LA CULPA DE LO QUE LES PASA! ¡SIEMPRE OBSTACULIZAS NUESTRO TRABAJO!
-¡ESO ES UNA MENTIRA!- grité, Masako había logrado que se desbordara la cólera que sentía. Mi cabeza parecía que iba a estallar, sentía claramente todo el odio que sentía hacía mi, al tiempo que escuchaba voces, ¿de quiénes? No sabía, simplemente me llegaban, mi vista comenzaba a nublarse, pero al mismo tiempo veía mi vida pasar frente a mí.
-¡CLARO QUE NO! ¡¿QUIÉN SOPORTARÍA A UNA ESTUPIDA COMO TÚ? ¡NI SIQUIERA NARU TE SOPORTA! ¡¿POR QUÉ CREES QUE SIEMPRE ORDENA QUE TE QUEDES EN LA BASE SIN HACER NADA?! ¡¿SABES POR QUÉ?! ¡PORQUE YO LE HE DICHO QUE NO TE CORRA! ¡DE SER POR ÉL, TÚ YA NO ESTARÍAS AQUÍ DESDE HACE MUCHO!
-¡¿SI ES ASÍ, POR QUÉ AHORA QUIERES QUE ME VAYA?!
-¡¿CÓMO QUE POR QUÉ?! ¡YA ME HARTE DE QUE ESTES CERCA DE ÉL, DE QUE INTENTES ARREBATARMELO! ¡ADEMÁS, TE ESTOY HACIENDO UN FAVOR! –hizó una pausa para tomar aire, antes de seguir gritando el doble de fuerte- ¡NARU NUNCA SE FIJARA EN TI, PORQUE NO CONOCES SU SECRETO COMO YO, Y AUNQUE LO SUPIERAS NO SERÍAS CAPAZ DE HACER NADA POR ÉL! ¡ASÍ QUE YA DEJA DE HACERTE ILUCIONES!
Debía admitir que Masako tenía razón. Yo ya sabía que él nunca se fijaría en mí, pero el hecho de que me gritará de nueva cuenta que ella sabía algo acerca de él, rompió por completo los pequeños hilos de esperanza que me sujetaban; era una tonta por seguirme haciendo ilusiones con Naru cuando el prácticamente ya había escogido a Masako –él le había contado su secreto mejor guardado a ella-, y era cierto, yo era incapaz de ayudarlo, porque no era más que una simple humana. No obstante, ¿Naru quería a Masako?, lo más probable es que sí, pero yo no podía aceptar aquello; si Naru no me quería lo podía aceptar, pero a lo que no me resignaba era que se conformara con ella, él podía escoger a cualquiera menos a ella que era una verdadera bruja, una persona fría y sin sentimientos hacia los demás –sólo para ella misma-. Es cierto que no siempre me lleve bien con Masako, pero siempre la considere como una persona sensata, incluso agradable, pero ahora me daba cuenta realmente como era. En ese momento lo único que sentía eran unas ganas de matarla, de que algo malo le sucediera y lastimara esa cara de la que ten orgullosa estaba. Decidí no responderle y me encaminé a la puerta, ella hizo lo mismo sin dejar de decirme que Naru no sería para mí.
En el momento en que cruzábamos la puerta, sucedieron dos cosas. En primera perdí el control de mi capacidad extrasensorial, en segundo me harte de las típicas escenas de Masako; entonces acudieron con tal claridad a mi cabeza el recuerdo de todos los sueños que tuve, las voces familiares de mis compañeros, los recuerdos de las muertes de mis padres y por último, un recuerdo que no era mío, vi con claridad que era aquello que Naru no quería que nadie supiera, como si yo lo estuviera presenciando.
Hubo un despliegue de energía enorme, el techo colapso por arriba de nosotras, el estruendo fue enorme, los vidrios se rompieron, y por si fuera poco el piso sobre el que estábamos se derrumbo y caímos hacía abajo. Desperté varios días después en algún hospital. Al principió no reconocí nada, mi visión era borrosa y sentía que no podía mover un solo musculo. No mucho después entro John y me explicó cuál era la situación; me dijo que Masako estaba en terapia intensiva –había resultado demasiado herida- y que se estaba recuperando. En cuanto a mí, salí ilesa, solo una enorme cortada en la frente y unos arañazos en el cuerpo. Todos se habían preocupado cuando notaron que las dos no estábamos con ellos, así que habían entrado a ver qué sucedía cuando escucharon un gran ruido, como si el edificio se estuviera cayendo, cuando llegaron a donde se supone que estábamos encontraron todo hecho un caos, y a nosotras dos enterradas bajo los escombros. No recordaba nada, pero algo en la expresión de John me dijo que me estaba escondiendo algo, y por la forma en la que parecía querer esconderlo me dijo que no era nada bueno.
John se fue antes de lo pensado debido a que lo llamaron para oficiar una misa en su parroquia. Cuando se fue, no tarde mucho en quedarme dormida y en mis sueños volvió a aparecer él. A diferencia de otras ocasiones, no me sonreía, solo me miraba con tristeza. En cuanto abrí la boca para hablar el miró hacía la ventana.
-Naru…
-No soy Naru, lo sabes ahora.
Violenta desvié la mirada de él, aun no podía creer que ahora yo también supiera el secreto de Naru, el que tanto se esforzaba por ocultar y del que tanto presumía Masako. Observe cada detalle de la sala: era elegante, los muebles eran antiguos y muy finos, los amplios ventanales tenían descorridas las cortinas de terciopelo rojo y dejaban entrar la luz de la luna plateada, que iluminaba la alfombra persa que adornaba el piso. Me hallaba sentada sobre un sillón cómodo enfrente de una chimenea frente a mí se hallaba una charola con dos tazas de té y unos panecillos.
-¿Estás molesta?- me preguntó de repente mirándome fijamente.
-Creo que el que debería estar molesto eres tú –le conteste mientras me levantaba y me alejaba lo más posible de él-, después de todo, me enteré de algo que tú no querías que supiera…
-¿Cómo es que estas segura de eso?- me recriminó mientras se ponía delante de mí, separado únicamente por el sillón en el que había estado sentada.
-Si hubieras querido que yo lo supiera, te habrías presentado como tú mismo, no me hubieras dejado creer que eras Naru.
-Eso no fue así…
-Niégalo-le dije mirándolo fríamente-. En todo caso, te quiero pedir una disculpa, no sé cómo fue que me enteré…
-Mai, tenemos que…
-…-de la nada se instaló un silenció incómodo entre nosotros, algo que nunca había sucedido, no sentía capaz de mirarlo. No ayudaba nada el hecho de sentir su intensa mirada en mí.
-Creo que tengo que regresar, este sueño tiene que terminar aquí…
-¡Mai!-llamó-, no te puedes ir. Eres la única persona viva con la que tengo comunicación, si te vas todo se irá….
-Te puedo ayudar, le diré a Naru que estas en mi campo psíquico y que te quieres contactar con él –comencé a explicar al tiempo que me dirigía a la puerta…
-No –negó rotundamente al tiempo que me jalaba del brazo para impedir que me fuera-, si te pones en contacto con él y le dices que has hablado conmigo, querrá intervenir y ya no podre hablar contigo como hasta ahora…
-Eso es lo que has intentado hacer desde el día en que soñé contigo por primera vez. ¿Por qué dices ahora que no quieres contactarlo?
-Porque… si encuentra mi cuerpo, y me manda al “cielo” o a donde sea que nosotros vayamos, te dejaré de ver, eso sería una tortura mucho peor para mí que cuando el coche me paso por encima.
¿Qué se suponía que tenía que decir? ¿Por qué se le ocurría salir justo ahora con esas cosas? Recordé que él siempre me explico en mis sueños las cosas relacionadas a los casos que resolvíamos, pensé que si le preguntaba la duda que rondaba por mi mente, me lo diría como siempre.
-Naru…
-Llámame por mi nombre –en su voz se escuchaba un ruego desesperado porque lo empezara a llamar por su nombre y le dejara de decir Naru.
-Eh… bien… siempre me has ayudado, me has explicado todas las cosas, por favor, dime si tú sabes que fue lo que ocasiono el accidente. ¿Fue un fantasma?
Le miré fijamente, quería que me respondiera, en cambio, se giro de manera que no pudiera verle la cara, se negaba a responderme, aquello a vivo el miedo que se había instalado en mí desde que John había hablado conmigo.
-¿Fue algo tan terrible para que no me lo quieras decir?
-No.
-Entonces habla, quiero saber que fue lo que paso. ¿Quién fue el que nos ataco a Masako y a mí? Estoy segura de que esto tuvo que ser un ataque de algún fantasma o demonio, no pudo haber sido nadie más…
-Mai, no fue nada de eso- explicó, todavía sin mirarme- déjalo así, mejor concéntrate en… bueno…
-¿Por qué evades el tema?-me sorprendió la autoridad poco habitual en mi voz-, respóndeme.
-¿Realmente quieres saber la verdad?-al decir esto me miró, pude ver que me diría la verdad aunque no estuviera de acuerdo.
-Sí –al ver mis ojos llenos de determinación, no le quedo de otra más que resignarse.
-Está bien, Mai. El accidente fue provocado por un gran despliegue de energía, un despliegue que… bueno, la energía provino de ti…
-…-¿no podía ser más claro?
-Para explicarme mejor, el accidente lo provocaste tú.
-¿Yo?
-Si, quien estuvo a punto de provocar la muerte de Masako y la tuya fuiste tú misma.
-¿Qué?-¿acaso se había vuelto loco?
-Mai, no sé bien que sucedió, sólo sentí que algo te altero y que en ese instante liberaste una gran cantidad de energía. ¿Qué fue lo que te altero? ¿Tiene algo que ver con Naru?-por algún extraño motivo, al mencionar el nombre de su hermano, la expresión de su rostro cambió a una totalmente amenazante.
-No… pero estas mal, yo nunca podría… menos a Masako, aunque ella y Naru…
-¿Lo ves? Algo tiene que ver Naru con todo esto… ¿por qué Naru?
La cólera que se hizo presente en su voz me dejo impresionada, nunca había encontrado a alguien como él, ni siquiera Naru se le comparaba cuando se molestaba.
-Respóndeme, Mai…
-Taniyama-san –alguien me llamaba al tiempo que una espesa neblina lo ocultaba a mi vista, las últimas palabras que me dijo se perdieron y no llegue a comprender lo que me decía-, por favor despierte, Taniyama-san.
Quien me llamaba era un doctor que venía a revisarme, parecía ser muy amable
-Le administraré unos cuantos calmantes, espero que con ellos pueda descansar bien. Según sus lecturas se altero por algo…
-¿Cómo está Masako?-pregunté con voz débil, en mis oídos seguían resonando las palabras que me había dicho.
-La señorita Hora se encuentra estable, no se debe de preocupar. La operación fue muy difícil pero lo conseguimos –hizo una pausa para anotar algo en su tabla antes de seguir comentando-; usted tuvo mucha suerte. Es como si el techo que se desplomo hubiera estado dirigido a aplastar a la señorita, se podría pensar que alguien la quiso matar, ¡¿se imagina?! ¿Alguien queriendo asesinar a una celebridad de la televisión?
Tras ese último comentario se fue, dejándome más sumida en la confusión.
XD, es un pequeño problema que tengo, no recuerdo bien donde cortaba el capítulo para empezar con el siguiente, así que creo que habra algún ligero cambio, porque parte no me acuerdo bien de los títulos, jajajaja. Nos vemos.
XD, es un pequeño problema que tengo, no recuerdo bien donde cortaba el capítulo para empezar con el siguiente, así que creo que habra algún ligero cambio, porque parte no me acuerdo bien de los títulos, jajajaja. Nos vemos.
Regresar al índiceCapítulo 6: Un recuerdo y una verdad. by darkpandora_persefone18Konichiwa¡¡¡¡ Aquí me tienen subiendo el capí, no haya nada que contar (salvo que estoy enferma, como siempre de gripa)
No los aburro, les dejo el capí.
Konichiwa¡¡¡¡ Aquí me tienen subiendo el capí, no haya nada que contar (salvo que estoy enferma, como siempre de gripa)
No los aburro, les dejo el capí.
Tras ese último comentario se fue, dejándome más sumida en la confusión.
Mis parpados automáticamente se empezaron a cerrar, él me estaba llamando, seguramente quería terminar n
El infierno en la tierra. by darkpandora_persefone18
Han pasados dos años desde que Mai Taniyama abandono a SPR, y continuo su camino sola, lejos de los que considero alguna vez su familia. El infierno en la tie
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2024-11-24
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