El Bosque by The-MidnightFlower
Katherine MidnightFlower...
esa es quien soy... pero a veces somos más que eso.
Katherine siempre ha sido diferente... siempre pudo hacer cosas que el resto de los humanos normales no podía. Asi que cuando escapa de su cautiverio, despúes de una serie de desgracias y huye al bosque y conoce a Alexer... su vida da un giro y comienza con su gran aventura. Se enfrentaran a memorias,profecías, fuerzas ancestrales, magia y peligros, incluido un antiguo rival de Alexer, el cual mostrará curiosidad sobre Katherine.
Jamás llegarías a imaginar lo que está a punto de ocurrir, cuando todo se transforma, recuperas cosas perdidas, en un mundo donde se rige entre La Luz, Las Sombras y La Oscuridad.
NO PLAGIAR, Copyright Save Creative
SEAN ORIGINALES, EL ROBO DE OBRAS INTELECTUALES NO ES NI HONRADO NI DA ORGULLO NI VALOR.
Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Accion/Aventura, Fantasía, Romance
Advertencias: Tortura
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 11 Completed: No Word count: 34401 Read: 829 Published: 12/05/2011 Updated: 04/07/2011
Katherine MidnightFlower...
esa es quien soy... pero a veces somos más que eso.
Katherine siempre ha sido diferente... siempre pudo hacer cosas que el resto de los humanos normales no podía. Asi que cuando escapa de su cautiverio, despúes de una serie de desgracias y huye al bosque y conoce a Alexer... su vida da un giro y comienza con su gran aventura. Se enfrentaran a memorias,profecías, fuerzas ancestrales, magia y peligros, incluido un antiguo rival de Alexer, el cual mostrará curiosidad sobre Katherine.
Jamás llegarías a imaginar lo que está a punto de ocurrir, cuando todo se transforma, recuperas cosas perdidas, en un mundo donde se rige entre La Luz, Las Sombras y La Oscuridad.
NO PLAGIAR, Copyright Save Creative
SEAN ORIGINALES, EL ROBO DE OBRAS INTELECTUALES NO ES NI HONRADO NI DA ORGULLO NI VALOR.
Categories: ORIGINALES Characters: Ninguno
Generos: Accion/Aventura, Fantasía, Romance
Advertencias: Tortura
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Series: Ninguno
Chapters: 11 Completed: No Word count: 34401 Read: 829 Published: 12/05/2011 Updated: 04/07/2011
Despúes de 3-4 años de producción y arreglos, aqui os traigo mi obra :)
ojala que les guste.
Historia autentica y original mía bajo derechos de autor safe creative.
Despúes de 3-4 años de producción y arreglos, aqui os traigo mi obra :)
ojala que les guste.
Historia autentica y original mía bajo derechos de autor safe creative.
Comienza un poco oscuro... pero ya verán como se va volviendo más interesante!!
sin más... disfruten!!
Comienza un poco oscuro... pero ya verán como se va volviendo más interesante!!
sin más... disfruten!!
Capitulo 1: Encuentro en el Bosque...
Parte 1: Katherine
Llorando en mi habitación… otra vez. Iluminada vagamente por la vela del pasillo de la verja de barrotes de mi puerta. Esa era yo…o lo que quedaba de mi. Esa era la celda a la que me habían confinado. ¿Que había hecho, para quedarme ahí, esperando para consumirme?, ¿Cuál había sido el horrible delito que podría haber cometido? ¡Ah, si! Era expresarme y negarme a casarme con ese hombre tan ruin al que no amaba… ¿Son unos delitos muy graves, me pregunto yo?
-Katherine MidnightFlower –llamó alguien del exterior.
-¿Qué sucede?-pregunté saliendo de mi conciencia y mis pensamientos.
-Tu comida y tu respuesta a la pregunta del señor Clockwise – respondió el guardia.
-¡No!-grité desesperada desde mi oscuridad.
-Deberías mostrarte más agradecida al señor Clockwise. -
-Que se guarde su generosidad y me deje en paz - exclamé volviéndome a mi oscuridad.
-Así pues mientras decidas no acceder, me temo que no seguirás recibiendo alimentos- me respondieron con tal frialdad.
Así me dejaron en mi oscuridad. Me quede sentada intentando ordenar mis ideas. Intente saber en qué estado me encontraba ahora. Pase mis manos por mi largo cabello castaño hasta que encontré mis piernas .Me las rodee con los brazos y lloré. Siempre había odiado llorar, pero en ese momento ya nada me quedaba. Ese parecía mi final…Todo lo que había deseado hacer con mi vida, al parecer nunca lo lograría.
Todavía recordaba el día que me detuvieron. No podía decir con certeza cuanto tiempo había estado ahí , ya que cada momento, era una eternidad. Había dejado de contar el tiempo a medida que me balanceaba entre la conciencia, la oscuridad y mi inconsciencia. Había sido una mañana lluviosa pero aun así, agradable, que había despejado antes del medio día. Llevaba un vestido blanco, sencillo y Salí a recorrer el parque con Alicen. Nos reímos mucho, como de costumbre y le comente lo que opinaba al respecto sobre esa boda arreglada.
-Debes hacer lo que sientas que debes hacer – respondió tranquilamente.
-Lo sé pero, por alguna razón siento que algo ocurrirá, algo muy grande – le respondí con preocupación.
-Otra de tus visiones, o sueños premonitorios, ¿me equivoco?- se rió.
-Mas bien una sensación, o un presentimiento, diría yo – le confesé pensativa.
Y seguimos caminando por el parque, sintiendo la brisa de la tarde y manteniendo esa felicidad hasta que salimos del parque .Caminamos hasta mi casa para tomar el té juntas y entramos hasta el salón donde nos esperaban con la chimenea encendida.
-Por fin llega, señorita – dijo una voz desconocida desde mi sillón favorito – espero que haya disfrutado su último día – agregó sombríamente.
Me alteré .Un extraño estaba en mi casa, y no sonaba amigable.
-¿Quién es usted y que hace en mi casa? – dije lo más insensible que pude.
- Soy el prefecto de policía. El señor Clockwise me contrató para que la detuviésemos ante su negativa a la boda.
-¡Pero no puede hacer eso! – Protestó Alicen a mi favor.
-Temo señorita que no hay nada que pueda hacer – contestaron en una voz siniestra.
Y seguido esto dos hombres me redujeron al suelo y me ataron las manos por la espalda. Y solo podía ver como me alejaban de mi amiga… como extendía su mano… y como podía hacer nada más que mirar.
Y lo último que había visto era el atardecer. Encerrándome en una oscuridad que no terminaba.
Ahora, mi vestido se había ensuciado y roto. Mi aspecto se había descuidado , pero mi mente seguía fuerte, luchando por sobrevivir, como siempre me habían enseñado. Y decidí buscar entre mis recuerdos la felicidad que me faltaba para encontrar una salida. Me aferre a aquellos momentos. Y de alguna manera, llegue a una opción. No sabía si funcionaria, pero no perdía nada con intentarlo.
-¡Guardia!- grite a través de los barrotes de la celda, con una voz rasposa y adolorida.
No sabía si me habrían escuchado. Me disponía a volver a hablar cuando una luz se vino aproximando.
La luz se aproximo más y más hasta que llego a mi rostro, cegándome durante unos instantes y lastimándome.
-¿Cambio de parecer?- preguntó el guardia en un gruñido.
-No. Por favor, déme un poco de agua –rogué lastimeramente.
Sabía que mi capacidad de actuación no era precisamente asombrosa, pero debía lograr que me creyera el cuento de que estaba con alguna conmoción, o algo parecido. Le mire fingiendo un sufrimiento intenso. Me apoyé contra los barrotes y deje que mis piernas descubiertas colgasen un poco. Al parecer lo había convencido cuando suspiro ,y dio un paso hacia atrás relajando los hombros.
-Esta bien, voy a buscarla – y se fue caminando hasta perderse de mi vista. Entonces puse en marcha mi plan.
Me levante y di un par de pasos hacia atrás y después de unos minutos, donde calculé que el guardia venía de vuelta, grite como si me hubieran golpeado, y me arrojé al suelo en una posición de profundo sufrimiento.
Como esperaba, el haz de luz se aproximo a mayor velocidad y al verme en el suelo, se escuchó el sonido de la verja abriéndose y de los pasos del guardia aproximándose a mi cuerpo. Se arrodilló cerca de mí, tal como esperaba y entonces, salté. Me abalancé sobre el cuerpo y caímos contra el suelo de piedra y seguidamente me apresure de golpear su cabeza contra el suelo. Me levanté, utilizando todas mis fuerzas y esperanzas con el fin de huir. Desconocía con que fuerza me había levantado y mi cuerpo se movía, pero agradecía esa fuerza que había aparecido, y no sabía cuanto duraría.
Corrí lo más rápido que pude. Las piernas me temblaban pero aun así corría. El pulso de adrenalina en mi sangre me aceleró el corazón lo que me dio más impulso a seguir corriendo, lo cual llegados a este punto era lo único que podía hacer.
-¡Alto!-Gritaban de todas direcciones desde atrás mío pero por nadie me detuve, no podía detenerme ahora.
Una estridente bocina comenzó a sonar y seguía sonando mientras cruzaba las puertas de la cárcel. Y desde ahí mi carga se libero, desde que di el primer paso fuera de ese horrible lugar.
Era de noche y pude ver la luna lo que ayudo a que mi ceguera no fuera absoluta al no ver el exterior desde hace tanto tiempo. No podía quedarme en la ciudad. Me encontrarían. Debía ir más lejos. Así que seguí corriendo y me dirigí a las puertas de la ciudad cruzando las calles sintiendo como me seguían pisando los talones y las luces se venían encendiendo. No debía mirar hacia atrás. Cruce las puertas y me interne en el bosque. Bien sabido de que quién no conociera el bosque corría el riesgo de no volvérsele a ver jamás. Yo por fortuna, los conocía .Cuantas veces habíamos pasado por ahí para ir a otras ciudades o habíamos ido a excursiones con mi padre y hermano. Confiaba en que mis perseguidores no. Pero los guardias no dudaron ni un segundo y ser lanzaron tras de mi. Corría. ¡Podía correr otra vez! Si tenía ese espacio que se extendía a mi alrededor, solo significaba eso: era Libre. ¡Libre!
Continúe corriendo esquivando los continuos troncos, las subidas y bajadas en la Tierra , sintiendo como mis pies dejaban atrás el suelo , con su única textura, la tierra fresca y ligeramente húmeda, removida por mis pies . Salté entre unas raíces y continué corriendo entre los árboles inmensos que se alzaban a mi alrededor.
Hasta que, en un descuido mío con los desniveles, las raíces y la tierra blanda , mis pies fallaron y caí. Rodé un poco hasta que el suelo fue liso otra vez.
Intente levantarme, resbalé y sintiéndome rodeada y la proximidad de mis perseguidores, me lancé hacia un tronco para cubrirme con él. El sonido de las pisadas se aproximaba cada vez más y más. Intenté relajar mi respiración, haciéndola lo más silenciosa que pude mientras intentaba calmar mi desbocado corazón y la sangre de mis venas.
El sonido estaba ahí. Las pisadas y las ordenes… Estaban realmente cerca. Sabía lo que me esperaba. Que ilusa había sido de poder creer que escaparía. Un zumbido ligero floto por un segundo en el aire. Y todo se detuvo. Ya no se oían las pisadas ni las voces.
El silencio del bosque por fin llego. Por algún motivo, mis depredadores se habían esfumado. Me rodee las piernas. Por fin. Era libre y solitaria en la inmensidad de ese bosque.
*crack* sonó desde algún punto que no pude identificar.
Desde el cielo, o lo que también podría haber sido un árbol, cayo un chico justo al frente mío. Se acuclilló y me miró con expresión divertida en el rostro. Sus rasgos, angulosos pero masculinos por donde se los mirara, me sorprendió lo tranquilizante que me resultaban. Grabé cada uno de los detalles de ese rostro en un segundo, a pesar de la penumbra y la oscuridad del bosque a esas horas. Llevaba el pelo hasta la barbilla, desordenado y de un color castaño, con algunas partes más claras y algunas más oscura. Su nariz recta y unos labios largos, ni muy anchos no muy finos, con una sonrisa amplia. Me miraba, divertido, con unos ojos verdes, profundos e intensos.
-Te perseguían, ¿No?-dijo como si estuviera hablando para si mismo, lo que me saco de mi fijación y mi análisis.
Asentí con la cabeza, mirando un punto fijo en el vacío. Sus ojos, otra vez. Y de vuelta a la inmensidad de aquel bosque.
-¿Te encuentras bien?- preguntó ahora con cierta preocupación.
No me había dado cuenta de lo calida que era su voz. Era completamente distinta a lo que eran las voces de los guardias, que eran duras y sin ningún rastro de compasión. Lo mire directamente a sus ojos y no aguanté más. Me sujete a su camisa, a su calor, a la humanidad, al abrazo de alguien, mientras que las lágrimas rodaban por mis mejillas, por las ventanas de mis ojos. No sentía ya la desesperación que me había envuelto durante mi encierro.
Mi corazón se relajo y la fuerza me abandonó, la fuerza que había obtenido hasta este punto se había agotado y en un instante todo se volvió negro, mas no frío. Tal vez ese calor que sentía en mi ser era eso que extrañaba… Felicidad.
Y desde hace mucho tiempo, sonreí en el calor que me envolvía y no tuve más miedo de quedarme otra vez en esa nueva, nada siniestra y tranquila oscuridad.
Parte II: Alexr:
-¡Alexr!-llamo Keith desde atrás.
-Hola Keith – respondí, relajándome algo ya que no estaría solo esta noche. - ¿También te tocan rondas hoy?
- Si… estoy algo cansado pero por lo menos no estaremos solos, por cierto ¿Ya te dieron las ordenes?- preguntó.
-Te las repito en las Plataformas – le contesté mientras caminábamos por el sendero de camino a los puestos de vigilancia.
-Vale - respondió algo alegre mientras aceleraba el paso
-Estas algo alegre, ¿paso algo? – le asalté.
- ¡Nooooo!, ¿Como puedes pensar que yo deje amarrado a la pared a Zero? – dijo en tono de burla, sarcástico.
Exploté en una risa, los gemelos seguían llevándose como siempre.
-Que quede claro: yo no te acuse de nada, acabas de delatarte – le solté todavía riéndome.
- OH Uh-
Se escucho algo como un gruñido a la distancia. No aventuraba nada bueno para Keith.
-Que sea doble OH Uh- Puntualizó
-Mejor corre – le apresuré.
-Cierto- dijo lanzándose a correr pero ya era muy tarde, Zero ya nos había alcanzado.
-¡TU! ¡ME LAS VAS A PAGAR KEITH! –grito furioso Zero
-Hola Zero- respondí tranquilamente.
-Hola Alexr, con permiso, voy a golpear a mi hermano.-dijo de lo más normal pasando por al lado.
-OK, los dejo con su pelea, los espero en las plataformas – les avise mientras continuaba por el sendero.
Keith y Zero tenían el aspecto que todo el mundo tiene al pensar en los elfos…Altos, Atléticos, Rubios, De ojos azules, inteligentes, fuertes, rápidos y hábiles.
Y yo por otro lado era de pelo castaño, de ojos verdes. En el resto de las actividades y características siempre estábamos compitiendo, por el simple hecho de pasar un rato de diversión.
Fue ahí cuando me detuve al ver que ya había llegado a la zona de las plataformas. Los árboles en los cuales habían puesto plataformas de observación tenían puntos parecidos a una escalera por donde afirmarse, al igual que un pasamano y puntos para apoyar los pies. Me aferre a uno de los árboles y me impulse para saltar hacia otro. Después de unos minutos llegue a las plataformas.
Me quede ahí, en silencio observando el bosque…Por algún motivo me pareció que esta noche no iba a ser tan calmada como las otras. Había en el aire, o era idea mía, algo que me decía que algo muy interesante estaba próximo.
Me apoyé en la baranda y observé el bosque, observando, con el sonido de la vida durmiendo y despertando y la luz que iba cayendo de la tarde.
Estuve así durante un buen rato hasta que llegaron Zero y Keith.
-Bueno Alexr, ¿Cuales son las órdenes de hoy? – me sondeó Keith.
- Es una simple rutina: Vigilar que el perímetro de la ciudad sea seguro y observar cualquier evento sospechoso.- susurre.
-OH.- Suspiro Zero al comprender a que me refería con ``sospechoso``– Sabemos que algunos humanos nos recuerdan pero es inaudito que solo por que sean sospechosos tengamos que borrarlos.
-No nos haría mucho mal un amigo humano, ¿no? –se preguntó Keith, tal vez sin darse cuenta de lo que significaba en realidad.
Dejamos la pregunta al aire y tomamos un arco cada uno y nos colocamos en los puestos de vigilancia.
-Chicos, creo que hoy será un día interesante- .
-Esperemos- Respondieron ambos, asumiendo posiciones.
Nos quedamos en silencio, caminando por nuestros puestos y haciendo las rondas, mientras observábamos como la noche se nos venía encima, y seguía de largo.
-¿Keith? – le llamé.
-¿Qué pasa?-
- Me estaba preguntando que pasaría si me enamorara de alguien que no fuera un elfo.-le confesé.
-Pues,-comenzó meditando un poco- sería problemático…pero mientras tu la quieras estaría bien, supongo. – me sonrió.
- Gracias – .
-¿Algún motivo?- Me interrogó.
- No, por nada- reconocí tranquilamente.
Así estuvimos durante una hora en silencio hasta que algo me heló la piel.
- ¿También lo sentiste Alexr? – Preguntó Zero.
- Sí, pero ¿Que ocurre? –.
- Tenemos algo- aclaró Zero.
-¿Qué es? –le apuré.
-Observen – nos indicó Keith.
Corría por entre los árboles, una chica, con su vestido blanco, desgarrado. La imagen la hacía parecer una mariposa, herida y volando en la noche, con sus largos cabellos corría y algo más. La seguían unos hombres a paso apresurado. Estaba en problemas ya que en algunos minutos a ella la alcanzarían. La chica resbalo y rodó a un árbol para ocultarse.
-Una persecución- dije en voz alta.-De una mariposa blanca- dije a broma por su aspecto.
-Nos encargamos de ellos – me respondió secamente Zero. – Eliminar objetivos peligrosos, ¿no?
-Encárgate de la Chica – Dijo Keith mientras ambos sacaban los arcos y apuntaban.
-Pero….-le dije dudando
-Ve por la mariposa blanca Alexr – dijo riéndose por lo bajo- Es inocente.
Keith sonreía. A veces parecía que pudiera ver la verdad sobre uno y la bondad de la gente… El era de esos en quien uno puede confiar ciegamente, por lo que su juicio me pareció razonable.
Salté sobre la baranda y segundos después Zero y Keith soltaron las flechas que mataron a cuatro hombres. Luego procedieron a saltar como yo y desenvainaron las espadas contra los tres hombres restantes. Mientras caía una rama se rompió, produciendo un sonido seco.
Caí justo al frente de la chica, en cuclillas y su indefensa forma me hizo sonreír.
Me miro y el corazón me dio un vuelco. Sus ojos pardos me chocaban que fueran tan expresivos y cambiantes de color mientras más lejos de las pupilas estaban. Su pelo largo y castaño le quitaba parte de lo extremadamente pálida y delgada que estaba. Me parecía que en cualquier momento se fuera romper. Aunque en algún abismo, podía imaginar que no siempre había sido así.
-Te perseguían, ¿No?- Resultaba obvio pero quería estar seguro.
Asintió con la cabeza mirando algo en la nada.
-¿Te encuentras bien?- le pregunte ahora, intrigado.
Levanto la mirada directamente a mis ojos. Se aferró a mi camisa y su antigua fortaleza se desmoronó.
Lloró…Pero por algún motivo…Sentí la necesidad de protegerla. Le sujete los antebrazos y en es momento colapsó y se desmayó.
Zero y Keith llegaron y me miraron con cierto grado de confidencialidad.
-Hay que llevarla con nosotros – les propuse.
Keith me apoyó.
– Sabía que tú debías ir –recalcó.
La tome en brazos y ella se acurruco contra mi, lo que me lleno de… algo… como un escalofrío pero lleno de calor.
-Zero vámonos ya, además ya viene el relevo – lo apuré.
-Si, solo me pregunto si es de confiar – dijo Zero dudoso.
-Tranquilo, yo diría que si lo es – le declaré.
- Si tú lo dices, en marcha- respondió Zero, quien salió corriendo como una flecha.
-¿Alexr?-llamo Keith - ¿Necesitas ayuda para cargarla?
-No, estoy bien gracias –.
-De acuerdo Alexr, te esperamos – dijo Keith y le paso una mano por el pelo a la chica y desapareció corriendo por el bosque mientras me gritaba por el hombro – ¡No le hagas nada a mi prima DEPRAVADO! –
Quedé mirando el camino por un segundo, si lograr entender lo que quería decir Keith por prima. Sacudí la idea de mi cabeza y luego volví la mirada a ella, que se abrazaba a mí.
Me asegure de tenerla bien afirmada y me lancé a correr.
Tenía tantas preguntas en mente para hacerle. Me iba ordenando las más importantes para formularlas con el mayor tacto posible. Y ahí llegue a las grandes puertas de la ciudad de los Elfos: Deësterany.
Pase caminando por las puertas y me dirigí a mi casa. Mi casa quedaba en un grueso árbol y mientras caminaba hacía ella le cubrí el rostro a la chica que cargaba. No quería que me preguntaran mucho acerca de ella cosas como: ¿Quién es ella? O ¿Qué hace un humano aquí? O ¡Esto es un problema!
Por fin llegue a mi hogar sin preguntas y me dispuse a saltar cuando recordé mi ¨equipaje¨, que aferré con más fuerza. La sensación del vuelo era refrescante. Flexioné las piernas y llegue a la baranda.
Entre a mi casa y me dirigí al dormitorio y abrí la cama. La recosté ahí y la tape con las frazadas. Me quede mirándola y pensaba en varias cosas, como en que habría hecho para que la persiguieran , o si era peligrosa, o por que se encontraba en ese estado o lo más importante: ¿Habría cometido algo horrible?
Sabía que no obtendría respuestas hasta que despertara. Tampoco me separaría de ella, quería las respuestas y las obtendría solamente de ella. Si ella intentaba huir me despertaría a tiempo. No me descolgué la espada del cinto. Salí de la habitación y tome unas frazadas de un armario. Me recosté en un sofá del Salón. Me acomodé y miré el techo, meditando en silencio. Y pensando en lo que había hecho en tan poco tiempo…como había cambiado mi vida… me quede dormido.
Espero que les guste!!
recuerden que la gratitud y el respeto por la obra es el agradecimiento y lo que un escritor recibe en cambio de su trabajo y pasion.
Espero que les guste!!
recuerden que la gratitud y el respeto por la obra es el agradecimiento y lo que un escritor recibe en cambio de su trabajo y pasion.
Emm gracias por los reviews.
esperando a que alguien más se interese por la historia, dejo aqui el segundo capitulo :P
abrazos!
Emm gracias por los reviews.
esperando a que alguien más se interese por la historia, dejo aqui el segundo capitulo :P
abrazos!
Capitulo 2: Preguntas y Respuestas
Parte I: Katherine
Entre las sombras fui aclarando mi mente lentamente… Esperaba mi tan acostumbrada oscuridad pero al ir recobrando mi lucidez me encontré en una suave cama. Las paredes eran de madera clara y paredes de un color claro y a pesar de que era de noche se veía iluminada. Intente recordar lo ultimo que había ocurrido o como había llegado ahí. Poco a poco fui recordando un chico, su calor y luego oscuro. No entendí mucho pero al parecer había logrado huir gracias a él y por lo que recordaba al parecer me había desmayado .Maldita debilidad.
Me levante intentando no hacer ruido, saliendo de la habitación. Llegue a una habitación más grande y vi una puerta al otro extremo. Me deslicé silenciosamente a través de la estancia. Una tabla crujió bajo mi peso. Me detuve y abrí la puerta. Me apoyé en el marco de la puerta con una mano un momento. Me disponía a avanzar cuando…
-¡Detente!- me ordenó alguien por la espalda, apuntándome con una espada con la mano derecha cuando me voltee a ver.
Era el mismo chico del bosque. Al verme pareció dudar, se mantuvo firme, aunque bajo la espada un poco.
-Cierra la puerta- dijo señalándola con la espada – siéntate, por favor. – señalo con la mano contraria.
Su rostro, iluminado por la luna, no se mostraba hostil, sin embargo parecía decidido por lo que acepté la orden.
Obedecí y me senté en el sofá y él a continuación se sentó justo en frente mío, en un sillón de respaldo alto.
-¿Podrías responderme un par de preguntas?- pregunto suavemente.
-Si… esto…yo creo que esta bien- respondí algo aturdida por la amabilidad con la que se expresaba.
-Gracias. Dime tu nombre primero, por favor – comenzó.
-Katherine Midnightflower. – dije casi en susurro.
-Katherine- dijo susurrando –Kath… que bonito, Me presento, yo soy Alexer Rävenfëeares, Alexr- continuo- ¿Por qué estas en este estado? No me malinterpretes es solo que no te ves como debería estar una persona… saludable. – se excusó.
-Ah… si. Se debe a que hace mucho que no veo la luz del sol, ni tampoco me alimentaba correctamente.-dije con naturalidad.
Se puso algo tenso como si le doliera algo.
-¿Y por qué? – me prestaba atención, verdaderamente interesado por la respuesta.
-Cometí el horrible delito de no casarme con alguien a quien no amo. Simplemente por ese acto, me han encerrado. Por defender lo que pienso, no negar quien soy - .
Su expresión cambio. Ya no era de tranquilidad sino más bien de rabia e indignación.
-¡¿Qué?!- exclamó rápidamente-¿Es eso, un delito? ¿Por eso te han dejado en este estado? – vocifero amenazadoramente. Se levanto y empezó a dar vueltas a la habitación de espaldas a mí, formulando acusaciones. Agache la cabeza y comencé a sollozar, mientras las sensaciones de inutilidad, impotencia y fragilidad emergían a flor de piel. Ya tenía suficiente de todo eso y me cubrí los oídos con las manos. Y sollocé en silencio. Alexr suspiro y se dio la vuelta, con una mano en las sienes. Se quedo quieto un momento y luego camino hacía mí. Cerré mis ojos. Y sentí sus manos acariciando mi cabeza y soltándome las manos de las orejas.
-Vosotros, los humanos sois unos seres muy curiosos – dijo dulcemente mientras jugueteaba con mi pelo.
Levante lentamente mi cabeza para mirarlo. Su rostro no reflejaba ni desagrado ni molestia. Me miraba con cariño, protector y acogedor cariño.
Me abalance sobre él y lo abrace. Me encantaba sentirlo cerca de mi, de cómo me tranquilizaban sus palabras, como el sufrimiento era desplazado por este sentimiento. Era como si a pesar de mi inutilidad, con él cada defecto o temor se desvaneciera. Y en ese momento… me di cuenta de que había estado en lo correcto al defender lo que creía correcto, de que había obtenido algo y tenía un motivo para seguir a delante: Ser feliz. Mi antigua oscuridad, mi escape, mi tenacidad habían valido la pena. Era Feliz. Feliz.
Y reí liberando toda la angustia que había contenido en mi corazón.
El también comenzó a reírse.
-Verdaderamente, sois curiosos – dijo sin dejar de reírse.
A través de las ventanas comenzaron a aparecer los primeros rayos de luz del alba. Él se separo de mí y se puso en pie.
-Ven, Levántate. Tengo que presentarte a algunos amigos – me indicó con una sonrisa en la cara.
¿Es que siempre le hacía gracia algo? ¿Que nunca se deprimía o algo por el estilo? No quería saberlo, me alegraba su cara y su permanente felicidad.
-OK, pero… -deje mi pregunta al aire, preguntaba si era correcta mi curiosidad.
-¿Pero?- inquirió.
-¿Dónde estamos? – pregunte al fin.
-En Deësteranty, Ciudad de los Elfos – dijo como si fuera obvia la respuesta – por supuesto – dijo esto ultimo sonriendo y poniendo los ojos en blanco.
-Espera…-dije corroborando de que mis oídos funcionaban bien, sorprendida - ¿Elfos? ¿Eres un ELFO?- dije exaltando la última palabra.-
-Emm…Pues si…siempre lo he sido – respondió tranquilamente.
-Es imposible – dije para mi misma
-¿Perdón? … mírame. Estoy justo al frente tuyo, y soy real – dijo seriamente.
-¡No! No es eso… no te ofendas… por favor… - me exalté rápidamente, suplicante.
-Entonces, dime. Dime en que piensas ahora. Déjame entrar en tu mente para entender a lo que te refieres. –dijo mirándome y tomando mi rostro con sus manos.
-Siempre creí que existían…Bueno… Que no éramos solo humanos, para ser precisos...Los podía ver y escuchar-revelé- Solo que… -y volví a ocultar mi rostro.
-Te obligaron a pensar diferente en ese lugar, ¿no? – concluyó, adivinando mis pensamientos, en voz grave.
-Así es – suspire.
-Ay, ay, ay – suspiró – También estáis muy locos o ciegos los humanos - .
Intente distraerlo antes de que diera más vueltas al asunto.
-¿Vamos? – le apure ansiosa.
-¡Ah! Si…-dijo durativo mientras me daba una capa, agacho la cabeza y se sonrojo un poco – Ponte esto, Por favor – dijo tendiéndome una capa con mangas largas de color verde oscuro.
-¿¡Eh?!...Bueno…si quieres – dije poniéndome la capa con dificultad en las mangas.
Me ayudo un poco a ponérmela y me aseguro la capucha encima de la cabeza. Cuando ya estábamos listos me dirigió una rápida mirada, traviesa y maléfica a la vez. Me heló la piel. OH – OH algo me decía que no me iba a gustar, y trague saliva, nerviosa. Comencé a sospechar si no me había confiado de más en él, tan rápido.
-Bien – dijo mientras caminábamos a la puerta, abrió la puerta – Afírmate bien de mi - .
-¿¡Que?! – exclamando, debía de ser una broma, pero la sonrisa maléfica me decía que no.
-Afírmate – me repitió mientras saltaba desde la baranda tomándome de la mano.
OH – OH ¡¡¡¡AAAAAHHHHH!!!!!!
Parte II: Alexr:
*cccccrrrrrraaaassssssss*
Me despertó el sonido del crujido de una tabla…Abrí los ojos de golpe, saliendo de mi sueño. Una figura de espaldas a mí, estaba dispuesta a salir por la puerta. Salté y desenfundé la espada.
-¡Detente!- ordené apuntándole con la espada.
La figura se volvió…La chica había despertado…La luz de la luna iluminaba parte de su rostro, de su pelo y su vestido, mientras la otra parte permanecía ligeramente en sombras. Se apoyaba con una mano en el marco de la puerta…Se veía hermosa…Más de lo que ninguna criatura que hubiera visto antes.
Me detuve…No baje la guardia pero si baje la espada.
-Cierra la puerta- dije indicándole un sofá en el salón con la espada distraídamente – siéntate, por favor.
Me hizo caso y se encamino al sofá y me deje caer justo en frente suyo, en mi sillón preferido.
-¿Podrías responderme un par de preguntas?- dije formulándole la primera de las preguntas.
-Si… esto…creo que está bien- me respondió titubeando un poco.
-Gracias.-agradecí relajándome más, no era mi estilo sacar las respuestas de mala manera - Dime tu nombre primero, por favor – empecé con el interrogatorio.
-Katherine Midnightflower. – respondió en un susurro.
-Katherine- dije acariciando las palabras –Kath… que bonito, - me sonreí - Me presento, yo soy Alexr Ravenfëeares- continúe, presentándome lo mas formal que pude, y luego procedí a continuar con el consultorio.
- ¿Por qué estas en este estado? No me malinterpretes es solo que no te ves como debería estar una persona saludable. – me abochorne, al pensar en la manera en la que la podía ofender.
-Ah… si… Se debe a que hace mucho que no veo la luz del sol, ni tampoco me alimentaba correctamente.-me respondió tranquilamente, como si eso fuera normal.
Algo no me sonaba coherente.
-¿Y por qué?-inquirí.
-Cometí el horrible delito de no casarme con alguien a quien no amo. Simplemente por ese acto. –confeso con cierto dejo de odio en la voz.
Una ira incontenible nació de lo más hondo de mí. Como si me fuera a volver una bestia llena de rabia y salvaje. No me aguante ni reprimí más y exploté.
-¡¿Qué?!- grite con todo el odio que contenía-¿Es eso, un delito? ¿Por eso te han dejado en este estado? –acuse.
Me levante continuando con mi ira, maldiciéndolos mientras me paseaba por el salón intentando calmarme, pero mientras más imaginaba como se habría encontrado más rabia acumulaba. No sabía como ni por qué me exaltaba tanto, si acababa de conocerla, aquella humana de aspecto frágil, pero que despedía una esencia fuerte, poderosa. Intente despejar mi mente y respirar. Me toque las sienes con la mano y me di vuelta cuando me hube calmado lo necesario. Me dolió lo que mi ira había causado. Ella estaba ahí, gimoteando y cubriéndose los oídos. Por mi culpa. Era mi culpa. Camine hacia ella y me arrodille a su lado. Toque su cabeza y su largo pelo, acariciándolo. Parecía tan frágil pero aun así, tan fuerte a la vez. Le quite las manos de sus redondas orejas. Ellos, o por lo menos algunos, representaban con una naturalidad, la vida. Demostraban sus pensamientos y sentimientos y eran libres. Se parecían a los Elfos de cierta manera, pero aún guardaban un encanto particular de su raza.
-Vosotros, los humanos sois unos seres muy curiosos – pensé en voz alta, mientras tomaba un mechón de su pelo y lo ponía en su lugar, tomando esa conclusión a ella como referencia.-
Me miro con sus ojos, que ya no eran los del día anterior, no quedaba la tristeza en ellos. Eran brillantes y expresivos. No necesitaban las palabras. Y sucedió algo tan inesperado. Me abrazó. A mí, que le había dicho tan crueles palabras. Sentirla cerca, su calor, su aroma envolvían mis sentidos. Me resultaba tan adictivo su contacto. La abracé también.
Comenzó a reírse tan alegremente. Mire sus ojos. La luz los transformaba desde las pupilas hasta el fin del iris, desde el pardo pasando por un ámbar al verde, el verde se transformaba a una piedra gris y del gris, la piedra se transformaba en casi azules como el de un río. Me gustaban esos ojos, tan variables como la luna que cambia cada mes.
-Verdaderamente, sois curiosos – volví a repetir, obsesionado con esos ojos.
A través de las ventanas comenzaron a aparecer los primeros rayos de luz del alba. Ya era hora de ir a hablar con Keith y con Zero. Me apresure a ponerme en pie, estaba bastante emocionado.
-Ven, Levántate. Tengo que presentarte a algunos amigos –le dije suavemente mientras le sonreía.
-OK, pero… -corto la frase. Parecía confundida.
-¿Pero?- le anime a seguir.
-¿Dónde estamos? – me pregunto.
La pregunta era tan simple que tuve que contener una risa.
-En Deësteranty, Ciudad de los Elfos –le respondí satisfaciendo su curiosidad, aunque para mi sonaba como si fuera lo más común - por supuesto – terminé sonriéndole y poniendo los ojos en blanco, remarcando la obviedad de la respuesta.
-Espera…-me respondió sorprendida - ¿Elfos? ¿Eres un ELFO?-dijo modulando y exaltando bastante la palabra.
Me lo pensé un par de segundos, como decírselo de una manera simple.
-Emm…Pues si…siempre lo he sido –le respondí a la ligera.
-Es imposible – susurró.
Me sentí algo ofendido y le reclamé.
-¿Perdón? … mírame. Estoy justo al frente tuyo, y soy real –le alegué seriamente.
-¡No! No es eso… no te ofendas… por favor… - se apresuró.
No entendía bien a donde íbamos a llegar con esa conversación así que tome mi curiosidad por delante, le tomé el rostro y la mire directamente a los ojos, intentado entrar en su mente y comprender sus pensamientos…
-Entonces, dime. Dime en que piensas ahora. Déjame entrar en tu mente para entender a lo que te refieres. –le supliqué.
Pareció rendirse y comenzó a explicarme.
-Siempre creí que existían…Bueno… Que no éramos solo humanos, para ser precisos...Los podía ver y escuchar-me confesó aunque no entendí muy bien a que se refería con escuchar y ver a quien - Solo que… -continuo cortadamente y volvió a ocultar la cara.
No necesite adivinar para saber a que se refería.
-Te obligaron a pensar diferente en ese lugar, ¿no? – termine la oración.
-Así es – suspiro, rindiéndose.
-Ay, ay, ay – me lamente – También estáis muy locos o ciegos los humanos -razoné.
-¿Vamos? –me apuró.
-¡Ah! Si…-dije mientras la miraba… ella sería muy llamativa entre los elfos y sus orejas la delatarían, además otros verían algo especial en ella, e intentarían flirtear o coquetear con ella, me avergoncé al pensar eso y baje la cara para ocultarlo - Ponte esto, Por favor –le dije dándole una de mis capas, de color verde oscuro, sonreí po
-¿¡Eh?!...Bueno…si quieres –accedió algo confundida, poniéndose la capa con problemas en las largas mangas.
Me sonreí a mi mismo por lo divertida que se veía.
Le ayude a sujetarse la capucha y a pasarse los brazos por las mangas. Cuando estuvimos listos le dirigí una mirada divertida y oscura a la vez, mientras imaginaba lo divertida que sería su expresión al caer por el árbol.
Por un momento adivinó mis pensamientos y se puso un poco pálida y trago saliva.
-Bien – le dije mientras caminaba a la puerta y la abría – Afírmate bien de mi - .
-¿¡Que?! – exclamo asustada.
Una sonrisa maléfica se volvió a dibujar en mis labios.
-Afírmate –le repetí mientras saltaba desde la baranda y le tomaba de la mano.
Ella gritó.
-¡¿ESTAS LOCO?! – Me preguntó entre gritos.
-Tal vez – respondí – solo un poco - terminé dando por finalizada esa respuesta.
-¡BASTANTE DIRIA YO! – decía todavía histérica.
Tocamos suelo y la sujete durante unos minutos. Cuando se mantuvo ella sola en pie continuamos caminando hacia la casa de los gemelos. Caminamos en silencio hasta que llegamos a la casa. Nos detuvimos cerca de la escalera de caracol que subía hasta la casa.
-¿Damas primero? – le pregunté por cortesía.
-Primero tu, pervertido caballero - me respondió en una broma señalando su vestido.
Me sonroje al no pensar en ese detalle e intente enmendarlo.
-Si quieres te cargo hasta arriba – le ofrecí.
-No, gracias. Puedo subir por mi cuenta, por aquí. Tú sube como quieras. – dijo subiendo los primeros escalones.
Suspire, estos humanos, demoraría más así que salté y la tome por el hombro y me la eche a la espalda.
Subí saltando mientras no hacía caso de los reclamos que me hacía. Toque el suelo y la deje en el suelo. Se levanto y se tambaleo un poco. La sujete por el brazo para que mantuviera el equilibrio pero ella lo apartó rápidamente. Se acerco a mí y susurró a mi oído.
-Si vuelves a hacer eso sin mi permiso, te mato. – me amenazó.
Me sorprendí al ver que necesitaba ponerse apenas un poco en puntillas para alcanzar mi oído.
Toque a la puerta y espere unos segundos. Se escucharon unos pasos y Keith nos abrió la puerta.
-¡Alexr!- me saludo con su habitual buen humor. – llegas justo a tiempo para desayunar.
Miro a Katherine y le sonrío calidamente.
-Pasen-dijo invitándonos a entrar y cuando hubo cerrado la puerta camino a mi lado en dirección a la cocina/salón -espero que no le hayas hecho nada a mi prima- me sondeo.
-No, estuvimos hablando nada más – le respondí.
-¡Ok! – dijo sonriendo exageradamente feliz, acompañándonos hasta la mesa y sentándose en una banqueta.
Esperándonos frente a un tazón de avena estaba Zero.
-Buenos días, Alexr- Saludo Zero.
-Buenos – le devolví.
Zero miro a Kath y luego a mí.
-Ah, esto, Kath…Ellos son los gemelos…
-¡HERMANOS!-Corrigieron ambos a la vez con cierta irritación
-Bueno, bueno, hermanos, Ellos son los mellizos Lëapleäce, son amigos míos desde la infancia, Son Zero y Keith - diferenciándolos en explicación a Kath.
-Keith – se presento abrazándola – Katherine, ¿no?, ¿te puedo decir prima? ¿Sí?
-Vale, no, no me molesta…, Keith – le dijo dedicándole una sonrisa.
-SIIIIII- dijo evidentemente alegre.
-Y el es Zero –le presente.
-Zero Lëaplëace, encantado – se presento.
Zero y yo comenzamos a susurrar, tan bajo y rápido que ningún humano podría escucharnos y cuando lo hacían no era más que un zumbido. Keith nos miro y se unió a la conversación.
-¿Ya la interrogaste?- pregunto Zero como una avalancha
-¿Por qué esta así? – siguió Keith
-¿Te atreviste a traerla a Deësteranty, y a nuestra casa, sin interrogación? – me acusó Zero.
-¡No es normal!-puntualizo Keith.
-¡BASTA!-Zero: la interrogue y no es una potencial amenaza, Keith: la encarcelaron y esta pálida por no ver la luz del sol. Les explicara la historia más tarde.
La antigua tensión que se había tejido se desvaneció, la miraron fugazmente y asintieron.
-Bien, Alexr, nos evitaste un desagradable accidente – agradeció Zero.
-Alexr – me llamo Keith – Las relaciones Humano - Elfo no son muy comunes, ¿Como es que no está aterrorizada con nuestra existencia?-.
-Ella sabía que nosotros existíamos – le confesé.
-Así que algunos humanos saben de nuestra existencia- reflexionó Zero.
-Zero, No creo que nos ponga problemas – Me apoyó Keith.
-Ya lo sé – suspiro mirando la avena – solo tengo que acostumbrarme a su presencia -.
Salimos del susurro y así Kath nos contó su historia, comenzando desde que había sido retenida hasta el momento en el que nos habíamos encontrado. Me sorprendía la manera en que describía sus emociones y pensamientos y como llegábamos a sentir por carne propia el horror de sus experiencias.
-Oh, vaya – Se quedo pasmado Keith -.
Keith y Kath conversaron animadamente de cualquier cosa mientras que en ciertos puntos tenían una verdadera batalla verbal con Zero, no hostil, pero la manera en que se lanzaban argumentos era impresionante.
-Tiene puntos de vista muy interesantes – comentó Zero – Tal vez no sea tan malo – dijo sonriendo levemente haciéndole un cumplido.
-Si – le di la razón agradecido -.
Y así transcurrió el desayuno, observando y conversando animadamente, finalizando con las presentaciones.
:) gracias por leer!
espero que lo hayan disfrutado.
espero poder ver muchos lectores y/o reviews *muahahah*
cariños!!
:) gracias por leer!
espero que lo hayan disfrutado.
espero poder ver muchos lectores y/o reviews *muahahah*
cariños!!
Regresar al índiceCapítulo 3 Desesperación by The-MidnightFlowerNo se si es muy corto, pero bueno, es lo que es
fui generosa y deje doble capitulo hoy :)
No se si es muy corto, pero bueno, es lo que es
fui generosa y deje doble capitulo hoy :)
Capitulo 3: Desesperación
Parte I: Katherine
Las siguientes dos semanas continuaron a un paso tranquilo. Me empezaba a habituar a la vida diaria a la luz del sol y a las demás actividades. Durante la mañana desayunaba con Alexr, mientras conversábamos sobre distintos temas, mayoritariamente incoherentes o alguna que otra broma. Luego Alexr tenía que salir a ver ciertos asuntos en los puestos de vigilancia, por lo que pasaba el día junto a los gemelos divirtiéndonos. Los primeros tres días Zero se mostraba algo apartado pero poco a poco empezamos a unirnos más como amigos.
Con Zero conversábamos sobre varios temas, hasta que llegábamos a ponernos tan filosóficos que reíamos al encontrarnos acorralados por los argumentos del otro.
-Ustedes dos sois un verdadero espectáculo – se burlaba Keith – Tienen una verdadera guerra verbal-.
Algunos días salíamos todos juntos de día de campo. Todas las tardes venía Alexr por mí, justo antes del atardecer, y volvíamos juntos a casa y cenábamos juntos. Cada día la felicidad dentro de mi iba creciendo y los sentimientos hacía Alexr se hacían mas fuertes cada día.
Pero el decimoquinto día fue diferente… Alexr no llegó.
Preocupada me fui a casa a buscarlo.
-Se le habrá hecho tarde, no debe ser nada – me decía a mi misma mientras caminaba a casa, siempre apartada de la gente.
Subí por la escalera de caracol, gire el pomo de la puerta y la empuje la puerta…y fue como recibir un golpe, allí en lo más profundo de mi ser. Estaba abriendo con un cuchillo de hielo las heridas.
Alexr besaba a otra chica. A una chica de largos cabellos rubios, recogidos en dos largas trenzas. Se le veía por las orejas, que era una Elfa. Una hermosa Elfa. Me molestaba su contacto, como ella le tocaba y como aquel acto me molestaba y como me hacía sentirme débil nuevamente.
A pesar de que no le había dicho nada, yo quería a Alexr. Lo quería y más de lo que había demostrado.
¿Quién era ella? ¿Quién se creía que ella era?
Ella no podía estar besándolo, No tenía ningún derecho. O tal vez todo había sido un juego, yo como mera humana, podría haber malinterpretado algo. Y simplemente me estaba creando una ilusión. Una hermosa, pero irreal imagen. Así volvía ese sentimiento que tanto odiaba. Mi felicidad se agrietó y derrumbó lentamente. Se borró mi sonrisa. Pero mi fortaleza la conserve, por mi orgullo, no flaquee. No me podía dejar humillar así, por el dolor que me iba embargando.
Alexr me vio y se sorprendió, se soltó de la chica, que todavía se sujetaba a el con un seductor abrazo, y se volvió hacía mi clavando su mirada contra mí, queriéndome asesinar en ese minuto con sus manos.
Lo veía en sus ojos y en su cara. Esos ojos que amaba tanto y ahora tanto daño me hacía verlos.
-Lamento haberlos interrumpido- dije suavemente, intentando que no se me quebrara la voz, e intentando a la vez que no reflejara mis verdaderas emociones, pero nadie es así de fuerte y aun así, se me escapo una lágrima.
-Kath…yo…-La voz le temblaba.
No aguantaría mucho más, no podía soportar ver la escena y salí corriendo al cuarto de baño. Apenas cerré la puerta me apure a correr el pestillo. Me apoye en la puerta y me deslice hasta que me pude sentar en el suelo.
Comencé a llorar en silencio. Alguien comenzó a tocar la puerta.
-Kath…Kath…abre la puerta y hablemos. Kath, por favor escúchame…-.
Me tape los oídos. No quería seguir escuchando su voz. El parecía muy dispuesto a no moverse de ahí hasta hablar conmigo. Escuche como se apoyaba en la puerta.
No podía quedarme más ahí. Yo sentía algo por él, pero al parecer no era correspondido.
Descorrí el cerrojo tres cuartos y me levante. Mire a mi alrededor y solo vi una ventana que me sirviera de escape. La abrí lentamente y vi una rama cerca de mí. No lo suficiente para alcanzarla desde la ventana. Apoyé un pie en el borde y luego el otro. Extendí los brazos para equilibrarme y los estire hacia delante. Con un movimiento los lleve hacia atrás y de nuevo hacia delante y salté.
-Kath, estás loca, te vas a caer – me decía mi conciencia.
- Cállate o se acaba todo – le apagué con la esperanza que tenía.
Por suerte llegué a la rama. Me aferre lo más fuerte que pude. Resbalé un poco.
- Diablos, en que estoy pensando…-
Me balancee un poco y me sujetaba lo más fuerte que podía.
-No mires hacia abajo- me repetía una y otra vez.
Seguí un par de metros hasta que llegue lo suficientemente cerca de la escalera de caracol.
- Tu puedes hacerlo – me anime, aliviada de que por fin llegara a algo más estable.
Me solté de la rama y caí unos centímetros. Me costo ponerme en movimiento por la nueva sensación de peso equilibrada en mis pies. Corrí rápidamente hasta la casa de los gemelos.
Nada más abrir la puerta Keith me miro con preocupación.
-¿Qué te ocurre? – me pregunto saltando de la silla en la que estaba, sujetándome de los hombros.
Zero se acerco y me miro preocupado.
-La verdad es que no tienes muy buena pinta, ¿te sientes bien? – me pregunto con amabilidad
Silenciosamente, les dije que me marchaba y que lamentaba las molestias que les había causado.
-¿No hay nada que podamos hacer para detenerte?- pregunto Zero
-No. Solo me haría más daño a mi misma. Alexr…
-¿Alexr, que hizo?-pregunto Keith ahora aun más preocupado. ¿Que te hizo el infeliz de mi amigo a mi prima? – el hecho de que intentara animarme me hizo querer regalarle una sonrisa, que fue, pero quedo abrumada por la tristeza de mis ojos. Los echaría de menos. Sabía ahora que mis ilusiones se rompían y que solo me había ilusionado.
-Adiós, chicos, gracias por todo- me despedí – Debo ir a una boda- .
-¿Qué?, Katherine… ¡Espera! – me escape de Keith antes que pudiera decir algo, tenía que salir de ahí lo más rápido posible.
Les deje las despedidas en el aire. Silencioso.
Seguía caminando por la ciudad, a un paso relativamente rápido.
Las voces de los cotorreos llegaban a mis oídos.
-¿Qué hace una humana aquí?-
-Ella no pertenece a este lugar-
-¿Qué le habrá pasado?-
-Se debe de dar cuenta que los humanos y los elfos no pueden coexistir-
-Es bonita, pero ¿que le habrá pasado?-
- Nunca encajaría-
Me limitaba a no hacer caso a esas frases y mantuve la cabeza en alto.
Pase por las altas puertas que cerraban la ciudad, apartándome como de un campo de batalla abandonado.
Y así como el viento del duro invierno barre las hojas que el otoño deja atrás, desaparecí entre los altos árboles, internándome pronto en el bosque.
Parte II: Alexr
¿Por qué? ¿Por qué había ocurrido esto? Hace tres meses hubiera sido feliz con su decisión. Valëthia había sido
la chica que había querido. Y ella me engaño, se deshizo de mi, como quien cambia una flor marchita por una recién cortada. Ella me abandonó por otro. Y ahora en que podía ser feliz con la chica correcta ella lo arruinaba todo. La besé. La había besado. Me habían gustado sus besos cuando estábamos juntos. Pero ahora yo no sentía nada. Cuando ella me beso no sentí absolutamente nada. Ese beso no significaba nada para mí. Y ahora todo se había arruinado. Porque Kath no me lo perdonaría nunca ese beso.
- Idiota, eso es lo que eres Alexr, un gran y completo idiota. – Me repetía una y otra vez.
Repetía las imágenes, una y otra vez. Yo besando a Valëthia, Kath en la puerta, Kath con una lagrima, Kath corriendo, Kath… Kath… siempre Kath.
Me quede ahí apoyado en la puerta, sentado en el suelo. Quería oír el sonido de la puerta abriéndose, quería ver a Katherine parada ahí esperando una explicación. Pero el tiempo pasaba y no ocurría nada.
Llevaba por lo menos una hora así cuando escuche un ruido.
Teníamos que hablar y no esperaría más.
-Kath…, Kath, voy a abrir la puerta – le advertí
Silencio.
Empuje la puerta. No abrió así que aplique más fuerza y cedió.
No había nadie en el baño. Lo único que era diferente era la ventana abierta. Y Katherine no estaba en ninguna parte. Solo quedaba la ventana abierta.
Había huido. Huido de mí. Me lo merecía y sin embargo cuanto me dolía ahora que no la tenía.
Sentía un vacío dentro de mí. Ella me faltaba.
No podía dejarla ir, no así de fácil. Necesitaba ayuda para encontrarla. Salí del cuarto y deje la casa atrás. Corría lo más rápido que podía, lo cual se sentía como estar rozando el suelo. Llegue rápidamente a la casa de los gemelos y entré.
Los encontré sentados uno frente al otro, ambos serios y sin dirigirse ninguna palabra.
-Kath se fue – avise al entrar en la estancia.
-Lo sabemos – respondieron al unísono.
-Pero… - comencé a preguntar.
Keith se levanto de golpe. Su expresión era distinta. Me agarró de la camisa y me sujetó con fuerza.
-¿¡Que le hiciste, Alexr, a mi Prima?! – dijo con rabia
- Ella me vio… Besando a Valëthia – admití avergonzado de mi mismo.
Keith me soltó y camino de vuelta a la mesa.
-¿Eres insensible, no? – pregunto Zero retóricamente.
Me senté en uno de los taburetes. Zero comenzó a hablar.
- No soy nadie para decirte que no estuviste bien – comenzó – Le hiciste daño, a Kath, se le veía muy mal. Se que Valëthia te lastimo mucho, pero debes tener en cuenta tus sentimientos y los de Kath. - concluyó. - No se le hace eso a una señorita respetable. Por lo demás creo que sabemos cuál es el motivo por el cual Valëthia regresó.-Dio un sorbo a su taza y respiró profundamente-Una - se interrumpió por un segundo - omitiré el resto. Simplemente es una arpía sin corazón– terminó.
Como siempre cuando Zero tenía razón la tenía.
Keith dio un quejido y habló.
- Alexr, ¿estas bien? , me refiero a que estuviste muy mal después del engaño de Valëthia – se preocupó.-
Asentí con la cabeza
-Tengo las cosas claras – le respondí.
- ¿Y Alexr?-me llamó.
Le dedique una mirada, haciéndole entender que le escuchaba.
- No pierdas a la correcta - Espiro.
Permanecimos en unos segundos de silencio.
-¿Saben donde esta ahora? - les pregunte quebrando el silencio.
-No los sabemos. Simplemente vino y se despidió, dijo algo sobre una boda… - dijo perdiendo la voz Zero.
-¿Que cosa? – corroboré. No podía ser, que ella hubiera tomado esa decisión.
-Va a ir a una boda – me respondió Zero.
-Se va a Casar – concluyó Keith de pronto.
Eso me lleno de rabia y dolor. Rabia por imaginármela viviendo con ese hombre que la había torturado y dolor por…perderla.
-En que estaba ella pensando – Murmuró Keith.
-¡Chicos! – Los llame - Hay que impedir esa boda - .
-¡Al fin! Hasta que dices algo interesante - se animó Keith.
-Esto parece un cuento de hadas – murmuro Zero
-Entonces esperemos que termine como en los cuentos de hadas – aceptó Keith.
Emm bueno... eso fue... esperen al reso de los capitulos... se siente un poco corto al decir aqui que solo es el capitulo 3, aunque en el formato de libro es como lla página 24 y word aporx la 12...
si. mucho trabajo, pero asi uno se siente realizado con su esfuerzo.
abrazos queridos lectores y espero que les guste.
dejen reviews y que les valla bien!!
*cualquier error ortografico, ruego disculpas*
Emm bueno... eso fue... esperen al reso de los capitulos... se siente un poco corto al decir aqui que solo es el capitulo 3, aunque en el formato de libro es como lla página 24 y word aporx la 12...
si. mucho trabajo, pero asi uno se siente realizado con su esfuerzo.
abrazos queridos lectores y espero que les guste.
dejen reviews y que les valla bien!!
*cualquier error ortografico, ruego disculpas*
Bueno, un poco tarde, pero cumplí :) es miercoles aún, así que todo sigue de acuerdo a lo dicho.
Capitulo 4. las cosas se ponen interesantes... sera... o no será algo bueno?
lo veremos ahora como continuan...
y si Kath sobrevive.
un capitulo que me encanta. espero que a ustedes tambien! abrazos!!
Bueno, un poco tarde, pero cumplí :) es miercoles aún, así que todo sigue de acuerdo a lo dicho.
Capitulo 4. las cosas se ponen interesantes... sera... o no será algo bueno?
lo veremos ahora como continuan...
y si Kath sobrevive.
un capitulo que me encanta. espero que a ustedes tambien! abrazos!!
Capitulo 4: Fuego y caos
Parte I: Katherine
Cuando entre en la ciudad la gente me miraba asombrada. Ya se había corrido la voz de que había desaparecido en el bosque. Y aparecer otra vez era sorprendente. Un grupo de guardias ya me había rodeado.
-Apártense de mi – les corte bruscamente – acepto – gruñí.
Se apartaron de mí y me escoltaron hasta la mansión Clockwise.
El señor Clockwise se alegro de mi respuesta, aunque pude ver a sus ojos, viejos y corruptos, que yo no significaba más que un merito. Y yo eso era, un trofeo. Me envío un cuarto para prepararme para la boda en unos cuantos días.
Era hoy. Dos días después de eso. Era hoy mi Boda. El día que debería ser el más feliz de mi vida, porque estaría con la persona a la que amaba. O supuestamente debía ser asi. Me mire al espejo y toque la pulida y fría imagen. Esa no era yo. Podía ser mi cuerpo, mi reflejo, pero no era lo que yo era en realidad. No tenía a nadie que en realidad me quisiera ahora a mi lado. Ni amigos, ni familia. Todos estaban lejos de mí. Ni siquiera yo estaba ahí para mí, ya que esto significaba una derrota. ¿y eso que me dejaba? Nada. No era nadie. Una desconocida para mi misma, porque yo no hubiese permitido que eso ocurriese.
¿Quién era? ¿Quién soy yo? ¿En que me he convertido? ¿Qué quiero? ¿que voy a hacer?
Esas eran las continuas preguntas que me mantenían en esa clase de locura y tortura. Esas, que como una niebla, entorpecían mi mente y me hacían actuar así.
Una nodriza me estaba ajustando el corsé. No respiraba. Probablemente era por eso que había una niebla. O tal vez la falta de cariño en todo lo que me rodeaba. De haber tenido a mis seres queridos, hubiese vuelto a luchar, aunque fuese agotador.
El vestido era demasiado ornamentado para mi gusto. Ugh… no era para nada como yo.
La nodriza se marcho y me dejo sola. Me senté y comencé a pensar en lo ocurrido en el último tiempo. No me habían dejado ni siquiera ver a mi mejor amiga. Decían que Alicen me mal influenciaría para hacerme cambiar de opinión sobre la boda. Decían que era parte de la vida que tenía que olvidar.
La nodriza volvió a entrar.
-Tenemos que presentarte a los invitados – respondió innecesariamente fría.
Asentí.
Camine por los pasillos de mármol y granito. Durante las siguientes tres horas estuve saludando a Condes, Duques, Condesas, Duquesas y a otros personajes de alto rango y nobleza.
Por fin logre escaparme un momento a respirar a un pasillo. Me apoye en la pared y suspire. Intente volver a llenar lo mas que pude mis pulmones de oxigeno, refrescándome. Me apoyé en la pared.
Al otro lado del pasillo pude ver a un chico. Me observaba. Tenía el cabello negro y los ojos azules, ocultos tras antifaz negro. Llevaba un sombrero de copa y traje. No se acerco a hablar, pero sostuvo la mirada cuando lo mire.
-Señorita – era la nodriza – Debe volver a su habitación ahora. Debemos seguir preparándola.-su voz era innecesariamente fría y distante, con algo de desprecio.
- Enseguida voy – le avise volviendo la vista en dirección a donde se encontraba el chico. El pasillo estaba vacío.
Que extraño.
- No se entretenga, continuemos – me apresuro la nodriza.
-Si-.
Volví a esa habitación. Tan solitaria y ajena. La nodriza empezó a criticar lo pálida que estaba. Que más que una novia, parecía un cadáver.
Me enrabie pronto y rasgue una de las flores del vestido.
-¡Maldita niña!, agradece lo que os están dando – salió dando gritos de la habitación.
Seguí rasgando y destruyendo las flores del vestido. Una por una las fui rompiendo, eso me mantenía ocupada y me permitía no pensar en el error que estaba a punto de cometer. Pero de alguna manera, me sentía aliviada al desgarrarlas y romperás en minúsculos pedazos. Era algo que yo haría. Estaba volviendo. ¡Yo otra vez! ¡Como me había extrañado! No pude evitar sonreír.
Alcance a oír la risa de alguien. Se oía parecida a la de Alexr y recordé nuestro primer encuentro.
Me di la vuelta y vi al chico de antes apoyado en la puerta.
-Buenas tardes, joven novia – me saludó.
- Señor, debo informarle que no es usual que vean antes a la novia – le respondí.
-La verdad es que ignoro los detalles esenciales de una boda – admitió-Tenía entendido ese detalle para el novio.
-Esto no es…-comencé, aproximándome. Me detuve, estaba mareada y derepente las imágenes de la habitación se desvanecieron y comenzaron a aparecer, en medio de todo, fuego. Hace mucho
El Bosque by The-MidnightFlower
Katherine MidnightFlower...esa es quien soy... pero a veces somos más que eso.Katherine siempre ha sido diferente... siempre pudo hacer cosas que el resto de
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2024-11-12
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