Nuevo Despertar by blackdragon

 

 

 

Nuevo Despertar by blackdragon
Summary:

Se basa a partir del final de la serie, 30 años despues Saya despierta, quiza antes de lo previsto. Y se encontrara con alguien que cambiara su vida.


Categories: BLOOD+ Characters: Ninguno
Generos: Drama
Advertencias: Ninguno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 1 Completed:Word count: 2129 Read: 1197 Published: 06/04/2011 Updated: 06/04/2011
Summary:

Se basa a partir del final de la serie, 30 años despues Saya despierta, quiza antes de lo previsto. Y se encontrara con alguien que cambiara su vida.

 


Categories: BLOOD+ Characters: Ninguno
Generos: Drama
Advertencias: Ninguno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 1 Completed:Word count: 2129 Read: 1197 Published: 06/04/2011 Updated: 06/04/2011 Nuevo despertar by blackdragon

 

Ha caído el sol en Okinawa, un día mas termina. La oscuridad hace acto de presencia, y la luna, llena y brillante, se oculta tras nubes. En un lugar apartado de la ciudad, en lo que parece ser una cripta, una joven despierta despues de un largo sueño, de una gran espera. Por fin, Saya ha desertado despues de 30 largos años. Aunque el lugar esta en penumbras, ella ve con toda claridad el lugar en el que esta. Sin embargo, esta totalmente desorientada. Un mundo de preguntas se le viene encima.

 

-¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué me paso?

 

Al salir al exterior, la fresca brisa de la noche acaricio su rostro y su pelo, relativamente largo por el paso del tiempo. Aun desorientada y sin saber a donde ir, Saya comienza a caminar, aun con las dudas a cuestas. A paso lento baja la escalera, y camina hacia la ciudad.

 

Despues de un rato, comienza a recordar algunos detalles, extrañas imágenes de momentos, agradables y tristes. Se detuvo a contemplar el mar, el agua. Comenzó a relajarse un poco mas, y cuando decidió emprender nuevamente su marcha, su estomago sonó. A lo lejos ve un establecimiento, y decide ir allí.

 

Fuera del lugar, un auto blanco con negro se estaciona. De el baja un joven, muy común a simple vista. Entra y se dirige por uno de sus bocadillos favoritos.

 

Noto que era el último, y decide acercarse a tomarlo. Distraído, mira a la ventana, a mirar la calle. Pero de pronto su distracción termina, cuando cae en la cuenta que en su mano no estaba su comida, sino una mano suave y pequeña. Y para cuando acordó Saya, su mano estaba prisionera en la del joven.

 

Saya- Oh, lo siento.

Dicho esto, Saya retiro su mano bruscamente, y avergonzada, pensó en alejarse, pero…

 

Joven -No, espera, ten.

 

El joven había tomado su mano (la de Saya) y deposito en ella la comida.

 

 

Saya -Pero, ¿y tu?

 

Joven – No te apures, puedo cambiar mi dieta. Que lo disfrutes.

 

Dicho esto, el tomo otra cosa, y se retiro de ahí.

 

Saya quedo durante un rato pensando en lo que había pasado, y antes de que se diera cuenta, el ya no estaba.

Al acercarse a pagar, vio por la puerta como se iba, y se perdía entre la noche.

 

Saya, despues de salir de ahí, reanudo su marcha, y noto que estaba cerca del parque. Busco un lugar, y se sentó. Hecho esto, empezó a comer, y tratando de hacer memoria de lo que había pasado. Casi estaba por rendirse, cuando un recuerdo fugaz le llego a la mente: Omoro.

 

Saya, intrigada por el recuerdo, decide ir e investigar que hay ahí que sea importante para ella. Justo cuando comenzaba a caminar, la lluvia comenzó a caer, pero a ella no le importo.

 

Un rato despues, se encontró cerca de una parada de bus, y se detuvo a refugiarse un momento. En eso, al otro lado de la calle, el 86 blanco y negro cruzaba. Aquel joven no quitaba la vista del camino, pero al reconocer de reojo a alguien, volteo, y noto que era a quien había conocido recientemente. La calle estaba totalmente sola, eso le dio oportunidad de dar un giro rápido y volver. Al llegar se detuvo por completo y bajo la ventanilla. Saya, al reconocer el coche, se acerco.

 

Joven – Mmmmmm…Supongo que no estarás esperando el bus, ¿o si?

 

Saya – No, solo me detuve a refugiarme

 

Joven - ¿Necesitas que te lleve?

 

Saya dudo, y lo estudio con la mirada, al igual que al interior del coche.

 

Joven – Tranquila, no soy ningún psicópata ni nada, solo te estoy ofreciendo ayuda.

 

Saya lo pensó unos instantes más, y despues de un momento, por fin dijo:

 

Saya – De acuerdo. ¿De casualidad sabes donde queda Omoro?

 

Joven – Omoro… si, creo que si lo he visto. ¿Ahí es a donde quieres ir?

 

Saya – Si, por favor.

 

Joven – de acuerdo, sube.

 

Saya ascendió al vehiculo, y emprendieron la marcha.

Aun desconfiada, y totalmente mojada, se reclino en el asiento, muy cómodo para su gusto. Una cancion agradable envolvía el auto mientras este se desplazaba a marcha muy suave entre las calles obscuras. Aquel joven, conducía con calma, sin prisa alguna.

Ya más confiada, Saya fue quien hablo:

Saya – Oye, porque lo hiciste, me refiero a lo de la tienda.

 

Joven – Simplemente sentí que era lo correcto

 

Saya – Bueno, saliste tan rápido que no pude agradecértelo.

 

Joven – No es necesario. Además, te quedaste como estatua casi por un minuto.

 

Saya se quedo en silencio, y esta vez, a el le toco hablar.

 

Joven – Bueno, quizás debería presentarme. Soy Julio.

 

Saya reacciono, y lo vio con curiosidad.

 

Saya – Mucho gusto. Me llamo Saya.

 

Julio - Es un placer conocerte, Saya

 

Saya – perdona que te lo diga, pero no pareces de por aquí. ¿Vives cerca?

 

Julio – Vaya, te diste cuenta. No, yo soy de México, solo vine de visita unos días.

 

Saya – ¿te refieres a la mujer que estaba contigo en el auto antes de irte?

 

Julio – Si, ella misma. Se ve que eres observadora.

 

 

La plática se volvió más amena y relajada conforme avanzaban.

 

Julio – Pero, ¿Qué haces tu sola a esta hora en la calle? Y lloviendo.

 

Saya – Me desoriente.

 

Julio – Bueno, A veces pasa. Supongo te esperan, deben estar preocupados por ti.

 

Saya – Si, creo que si.

 

El auto se detuvo, y Saya no supo porque hasta que miro  a su lado. Había llegado.

 

Julio – es aquí, ¿no?

 

Saya – Si, este es el lugar.

 

Saya abrió la puerta, y cuando se disponía a salir se detuvo y volvió hacia Julio. Free dofollow backlinks

 

Saya – Gracias.

 

Julio – Ni lo menciones, fue un placer. Me dio gusto conocerte.

 

Saya – A mi también, ojala nos veamos otra vez.

 

Julio – Ojala, Saya.

 

Saya salio del auto, y cerro la puerta. El auto avanzo una vez mas entre la calle. La lluvia continuaba cayendo, pero en menor cantidad. Al llegar a la puerta, como por acto reflejo, Saya recordó la llave bajo la maceta. La tomo y abrió.

Al entrar encontró el lugar en tinieblas y en completo silencio. Solo el ruido de la lluvia  presente. Observo el lugar con detenimiento. Nada había cambiado, parecía que solo había salido un momento, y ella así lo creía.

 

Al girar, observo que en la pared había varias fotografías familiares. Conforme las observaba reconocía cada rostro, y comenzaba a recordar momentos. Entonces, un cúmulo de sentimientos se apodero de Saya, quien de buenas a primeras, se puso a llorar desconsoladamente. Una vez mas tranquila, comenzó a preguntarse que había sido de todos ellos.

 

Pero faltaban piezas en la historia, y una de ellas fue descubierta cuando miro a su lado. Recargada en una esquina, se encontraba una katana muy peculiar, que ella parecía reconocer. Al tomarla y desenfundar parte de ella, se encontró con un cristal rojo en el centro de la misma, un cristal que, cuando lo observaba, una sensación extraña la invadía. Parecía que era suya. La desenfundo totalmente, y la tomo entre sus manos.

 

Justo en esas estaba, cuando un estruendo proveniente del exterior llamo su atención. Al salir, se encontró con una criatura enorme, con unos enormes ojos amarillos. Saya, al principio, pensó en retroceder y cerrar la puerta. Pero, un recuerdo fugaz, le recordó lo que era eso: un quiróptero, y, al igual que eso, recordó que ella podía eliminarlo.

 

Saya se negó a creer que ella podía destruir al mounstro, mientras recordaba las veces que había peleado con ellos. Aun así, no creía poder vencerlo. Pero, al ver que el mounstro la observaba, ahora con unos ojos color rojo, el instinto pudo más que la duda. Saya desenfundo su colmillo, deslizo su palma sobre el filo, y su sangre comenzó a correr por la hoja. Para cuando acordó, Saya había eliminado al mounstro tan rápido como llego.

 

Pero la batalla aun no terminaba. Dos quirópteros más aparecieron. Saya se lanzo contra el primero y acabo con el, pero no se dio cuenta que, en el mismo instante, el otro ataco, dejándola herida. El quiróptero se abalanzo contra ella, pero, de pronto, se oyó un disparo que traspaso al mounstro, y despues, un corte. El quiróptero, se comenzó a dividir, y cayeron ambas partes al suelo. Al mirar al lugar, encontró una silueta, al parecer de un hombre, iluminado de espaldas por los faros de su auto, con una katana en su mano, y una mirada agresiva. Saya de pronto, con un poco mas de atención, reconoció a Julio, el hombre que acababa de conocer, pero, ahora se veía distinto.

 

 

Sus ojos, color café, habían cambiado a grises, casi negro. Mientras gruñía, salían a relucir unos colmillos largos. Tenía el cabello hasta el final de la espalda. En sus manos relucían unas garras, que si bien no eran muy grandes, eran filosas. En su mano derecha, empuñaba una katana mas larga que el colmillo de Saya, y el metal brillaba a pesar de la oscuridad, como si tuviera algo especial.

 

De pronto, el rostro de Julio cambio, oculto sus dientes, y fijo la mirada en Saya. Inexplicablemente, Saya no lo veía como un peligro, no sentía temor, sino un gran alivio al verlo. Con una voz suave, le hablo, mientras le tendía su mano.

 

Julio – Saya, ven.

 

Saya lo miro, y tomo su mano sin dudarlo.

 

Julio – ¿Estas bien?

 

Saya – Si, gracias, estoy bien. Espera, ¿Cómo supiste?

 

Julio – Sentí sus presencias cerca de donde te deje.

 

Saya - ¿presencias?

 

Saya comenzaba a caer en la cuenta que Julio no era un humano, algo que no había notado dentro del auto.

 

Julio – Bueno, creo que ya te diste cuenta. Soy mitad y mitad.

 

Saya - ¿mitad y mitad?

 

Julio – Si, mitad humano, mitad demonio. Que bueno que llegue a tiempo. Son quirópteros, ¿no?

 

Saya - ¿Ya los habías visto?

 

Julio – Si. Yo no tengo nada en contra, pero se comen a los humanos, y eso no lo puedo permitir.

 

Saya – Mmmmmm…Julio, solo se alimentan de sangre.

 

Julio – Si, ya se, solo era una manera de decirlo. Saya, ¿de verdad estas bien?

 

Al decir eso, Saya comenzó a marearse, y sintió que se desmayaba. Lucho por no hacerlo y lo logro, pero se sentía débil, todo por el hecho de que necesitaba la sangre también. Julio noto eso, y descubrió su cuello.

 

Julio – Saya, supongo te hace falta alimentarte, ¿no?  Muérdeme.

 

Saya - ¡¿Qué?!

 

Saya se exalto, y al verlo a la cara, sabía que no jugaba. Pero no quedo tiempo. Pronto se dieron cuenta que ya no estaban solos. Varios quirópteros aparecieron, atraídos por la sangre de Saya. Pronto se abalanzaron, y Julio, con movimientos rápidos, corto a tres de ellos. Los quirópteros ni siquiera lo vieron venir.

 

Saya tomo su colmillo, y una vez mas, deslizo su mano sobre el filo. Pero hasta ahí llego, porque su cansancio la derribo, y se recargo en el auto. Comenzaba a ver borroso. Julio, alarmado se acerco a ella.

 

Julio – Resiste, me ocupare de ellos.

 

Saya – Ten, toma mi espada, mi sangre es la manera de matarlos, procura que entre en su cuerpo.

 

Dicho esto, Julio tomo la espada, y quiróptero tras quiróptero, se fueron cristalizando. Pero no eran los únicos, había dos más, y parecían ser un poco más rápidos. Julio se movió rápido, al ver que uno de ellos tenia como blanco a Saya. Julio la retiro, y ella, aun consciente le hablo:

 

Saya – Julio….

 

Julio – Tranquila, todo va a salir bien, solo son estos dos, no parece haber mas cerca.

 

Saya quiso levantarse y luchar, pero sus fuerzas no respondían. Julio la mantenía abrazada.

 

Julio – Saya, tranquila. No dejare que nada te pase, no te dejare morir, te lo prometo, no importa quien seas, Saya.

 

Saya, a lo lejos, miro una silueta obscura, que creyó reconocer, y fue entonces, que sintió que olvidaba a algo…o alguien. Vio que Julio continuaba peleando. Fue entonces, cuando Saya perdió totalmente el conocimiento.

 

 

Continuara….

 

End Notes:

Soy nuevo, asi que ojala y les guste. Comenten y critiquen.

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Soy nuevo, asi que ojala y les guste. Comenten y critiquen.

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