Asesino a sueldo by Adara
va d un asesino y mafioso que tiene que hacerse cargo de la hija de un hombre que le debia dinero... Espero que les guste, yambien la tengo puesta en tora pagina, por si la ven...
Categories: ORIGINALES Characters: No
Generos: General
Advertencias: Lenguaje Obsceno, Muerte de un personaje, Sexo Gráfico (Lemon), Tortura
Challenges: No
Series: No
Chapters: 5 Completed: No Word count: 8215 Read: 586 Published: 25/05/2007 Updated: 16/07/2007
va d un asesino y mafioso que tiene que hacerse cargo de la hija de un hombre que le debia dinero... Espero que les guste, yambien la tengo puesta en tora pagina, por si la ven...
Categories: ORIGINALES Characters: No
Generos: General
Advertencias: Lenguaje Obsceno, Muerte de un personaje, Sexo Gráfico (Lemon), Tortura
Challenges: No
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Chapters: 5 Completed: No Word count: 8215 Read: 586 Published: 25/05/2007 Updated: 16/07/2007 Capitulo 1 by AdaraLa noche cayó sobre él antes de que pudiera darse cuenta, tenia que esconderse si no quería que lo vieran. Se estaba jugando mucho, no solo su trabajo, también su vida y la de sus hijos. No cometería el error que le izo perder a Helen. Dobló una esquina y se sintió una presencia delante de él. Antes de mirar bien sabía q quien iba a encontrar. Gracias a dios, había recibido su carta y había ido a su encuentro… Cuando hablará con él hombre que tenía delante, estaría tranquilo por la seguridad de sus hijos… McKenna era el hombre perfecto para protegerlos, despiadado, seguro de si mismo, y sin corazón… - McKenna…- Dulaine… ¿Qué quieres? Espero que sea para pagarnos… ya te as retrasado bastante…- No, no tengo el dinero… pero necesito que me ayudéis… Mis hijos… Los Conrado, ellos quieren…- Me da igual los tratos que tengas con ellos, solo quiero que nos devuelvas el dinero...Un ruido izo que John Dulaine se volviera nervioso, buscando a sus perseguidores, tenia que irse, sería peor si lo encontraban hablando con KcKenna...- Ya sabes mi dirección, por favor mis hijos… si me pasará algo, ella sabe donde esta vuestro dinero, ella os lo dará en el caso que yo muriera… Por favor… Rodeo al alto hombre que tenia delante y salió corriendo de nuevo hacia su coche, tenía que llegar a casa lo antes posible, tenia que cuidar con su familia, se lo debía a Helen, tenía que decirle a Alexandra donde estaba el dinero, tenía que… McKenna se quedo un momento en el sitio, pensando si ese hombre se estaba burlando de él, pero descarto esa idea pronto, si había tenido trato con los Conrado y les había fallado, no viviría más de una semana, ni él ni su familia… pero necesitaban el dinero, no tendrían más remedio que vigilarle.. A él y a sus hijos, por no hablar de averiguar de quien se trataba “ella” quien tenía su dinero, dio media vuelta y salió del callejón, mañana ya pensaría algo… Llegó hasta su Mustang del 65 negro y se marchó tan rápido como había llegado…
En su coche no hacía ni frío ni calor, allí se sentía completamente libre, sin preocupaciones que ataran su mente y entonces ella. ¿Cómo podía seguir pensando en ella?, sólo tenía diecisiete años y él… mejor no pensar en la edad que tenía, le hacía sentir un pervertido. Sin darse cuenta había llegado a la casa de Connor.
Llamó al portero y la voz de Amanda le contestó.
- ¿Sí?
- Soy yo, abre.
Y el gran portón se abrió. Subió las escaleras, no le gustaban los ascensores.
Cuando llegó la puerta estaba encajada, y la voz de su hermana se oía por encima del volumen del televisor.
- Estoy harta, no puedo seguir. – parecía que iba a llorar en cualquier momento.
- Ya está bien, lo siento si paso poco tiempo con Devon pero…
- Pero ¿qué? No puedo más, no quiero seguir….
Pero en ese momento la vocecita de Devon se oyó.
- oa io Se.
- Devon. – Dijo mientras lo cogía en brazos. – He llegado – gritó.
Amanda salió de la cocina, secándose las lágrimas que le empañaba el rostro. Seth estaba harto de ver como sufría su hermana, pero nunca había adivinado el porque, Connor era el mejor de los hombres, podía confiarle la felicidad de su hermana lo sabía.
- Siéntate en el salón – dijo Amanda – la comida está punto.
- De acuerdo – dijo mientras se llevaba a Devon en brazos y lo sentaba en la sillita de bebé.
Connor entró con un cigarro en la mano.
- Tu hermana se a pasado toda la tarde en la cocina
- ¿Amanda? ¿Estamos hablando de la misma Amanda?
- Si, claro. Amanda es una gran cocinera.
Tras un largo silencio Seth se atrevió a hablar.
- Connor ¿Qué pasa entre mi hermana y tu?
- ¿Qué? – parecía que la pregunta le había cogido por sorpresa.
- ¿Qué pasa?
- Sabes que ella estuvo saliendo con Edward, creo que nunca lo supero, y…
Pero antes de que pudiera terminar de hablar , Amanda los interrumpió.
- La comida esta lista.
La cena pasó lentamente mientras veía como Amanda y Connor hacían su papel de la pareja perfecta, pero en los ojos de su hermana se veía la gran tristeza que la embargaba.
Justo cuando se iba a ir, en la puerta Amanda le dijo a su hermano :
- Se lo que estas pensando, ni lo hagas, esto es entre Connor y yo ¿de acuerdo?
- De acuerdo, sólo quiero que seas feliz.
- Y yo, tontorrón – dijo dándole en el terso abdomen como cuando eran pequeños. – y tu ¿Cuándo te vas a casar?
Al ver la expresión funesta de su hermano y su contestación:
- La cena estuvo exquisita, te has superado.
Dijo:
- Sólo quiero que superes lo de Bella.
Y con un beso en la mejilla se fue. Bella, la extrañaba tanto, pero esos recuerdos estaban muertos y enterrados como ella misma, ahora cuando pensaba en ella un nuevo pensamiento le venia a la cabeza. Seth llegó a su casa media hora más después, se había pasado por el parque. Entró en su casa y volvió a activar la alarma, había aprendido que no podía estar tranquilo ni en su propia casa, por eso vivía en un ático, en un edificio de sesenta plantas, aunque no le gustaran los ascensores, ahí se sentía seguro, si querían matarlo primero tenían que llegar hasta la última planta y para entonces, él ya estaría preparado. Se quitó la chaqueta negra de cuero, la camisa y se desabrocho el pantalón. Instalo el ordenador y lo encendió. Abrió la carpeta de la habitación de Alexandra, como ella no estaba allí miró las demás habitaciones de la casa, finalmente la encontró en la ducha. Sonrió pensando la suerte que había tenido. Aún tenia que revisar muchas horas de video, pero eso tendría que esperar hasta que ella terminara.
La miró detenidamente, no parecía tener diecisiete años, tenía un cuerpo algo delgado, pero esbelto y bonito. Cuando estuvo en su casa pudo comprobar que no era muy alta, más bien pequeña, tenía unas piernas bien formadas y musculosas, “piernas de bailarina” pensó. Recordó las zapatillas de ballet que había visto en su casa.
Ella salió de la ducha, se envolvió en la toalla y desapareció de la pantalla, Seth cambió rápidamente la cámara, vio como ella se vestía, se peinaba y como destapaba la cama. Antes de acostarse fue a ver a sus hermanos, y después ala cocina a tomarse un batido de chocolate. Él la vio acostarse y tardo por lo menos media hora en dejar de mirar la pantalla.¿Qué le pasaba? Era una más, estaba bien y su inocencia le resultaba muy atractiva, pero no… no podía ser. Se levantó y fue hasta la habitación, se volvió a vestir y salió de la casa. A lo mejor si pasaba la noche en brazos de una mujer olvidaría… Volver al indexCapítulo 3 by AdaraAlexandra estaba terminando de empaquetar sus cosas, si iban a mudar de casa, esta vez en la ciudad, mientras encontraban una casa vivirían de alquiler. La única excusa que le había dado su padre por tan repentina decisión fue que como ya había acabado el curso y él tenia que ir al la ciudad por trabajo aprovecharían para mudarse definitivamente. Suspiró guardando sus últimas pertenecías enana caja, estaba empezando a hacer calor, era junio y al día siguiente hacía su último examen de danza., más tarde ensayaría un rato., ahora hacía demasiado calor y antes de prepararle la merienda a lo niños se bañaría con ellos en el jardín con la manguera. Seth se montó en el coche, había ido al pueblo de Dulaine a comprar unas cosas que le había encargado Amanda, de camino se pasaría a ver a Dulaine, había pasado casi un mes y no les habían intentado matar, como él le había asegurado, le exigiría que les pagara, o él mismo le mataría. Aparcó cerca de la casa y cuando miró hacía ella vio a la muchacha hay a los dos niños en el jardín jugando con agua. Se acercó a ellos con un cigarro en la mano. Alexandra cuando lo vio se quedó quieta, no llevaba el traje de chaqueta de la otra vez, iba en vaqueros y con una camiseta negra de mangas cortas. Era más atractivo de lo que le pareció la primera vez que lo vio. Cuando el se paró cerca de ella le sonrió y le dijo. - Buenas tardes señor McKenna, eh a dentro a merendar.- ¿Esta tu padre en casa?- - Si, ha llegado justo a tiempo, mi padre se iba ya al taller.- ¿Puedes avisarle de que estoy aquí?- Claro, ¿quiere tomar algo?- Agua, por favor…- ¿Quiere entrar?- No. Le espero aquí. Alexandra fue a la cocina, había algo raro en su casa. No sabía lo que era, quizás el silencio. Se puso unos pantalones y volvió al jardín a llevarle el vaso de agua a su inesperada visita, pasó la vista por la calle, sus hermano no estaban allí, y la casa estaba demasiado callada, señal de que no estaban dentro, pero ella los había visto entrar. Seth la miró. - ¿Pasa algo?- ¿No han salido mis hermanos?- Yo no los he visto. Alexandra tuvo un mal presentimiento y entró corriendo en su casa, Seth tuvo un mal presentimiento, se puso alerta, esperado, ¿esperando qué? Solo se escuchaba la suave brisa, el ladrido de un perro a lo lejos… Se le erizó el vello de la nuca, instintivamente se agachó para tocar la pistola que llevaba en la pierna izquierda. Nunca salía sin ella y siempre la llevaba cargada. Alexandra entró en su casa, todo estaba en silencio, llamo a sus hermanos y a su padre, nadie le contesto. Después de recorrer la planta baja subió las escaleras con la angustiosa sensación de que algo iba terriblemente mal. Cuando llegó al rellano le llamó la atención un bulto al final del pasillo. Se le llenaron los ojos de lágrimas, Peter o Andrew, no estaba segura, estaba tirado en el suelo, con una herida en la cabeza y los ojos abiertos, dirigiéndole una mirada vacía. Un hombre alto apareció frente a ella, Alexandra dio un paso atrás y gritó, después todo fue muy rápido, el hombre tiró el cuerpo inerte de su hermano y lo tiró junto al otro, los dos pequeños cuerpos se quedaron juntos, sin moverse. Cuando el hombre levantó la pistola para dispararle, un hombre alto y moreno se puso entre ella y el asesino. Tardo en darse cuenta que aquel hombre el aquel señor McKenna. Seth apuntó con su arma al su ya viejo amigo.- McKenna, tienes la mala costumbre de estar metido en todos mis asuntos…- Me encanta joderte… - Quítate, es mía…- ¿A si? No veo un papel que ponga “Pertenezco a Smith” así que… El tal Smith volvió a levantar la pistola al tiempo de Seth y ambos dispararon. Cuando otro hombre apareció junto a Smith Seth soltó una maldición, agarró a Alexandra fuertemente del brazo y tiró de ella hasta sacarla de la casa. Ella tiró de él, no podía irse así y dejar… - ¡PARA! Mis hermanos… mi padre… no… Él la ignoró, llevo hasta su coche y la empujó dentro, cuando él se montó desaparecieron tan rápidamente que ella ni se dio cuenta…Seth conducía rápidamente por la cuidad, esquivando coches y saltándose semáforos, miró de reojo por enésimas vez a Alexandra, estaba acurrucada en un rincón no había parado de llorar desde que salieron del pueblo, aunque hacía mucho calor, ella seguía temblando, bajó la velocidad y tanteó con una mano el asiento de atrás buscando su chaqueta. Cuando la encontró de la dio a ella, Alexandra no le miró ni cogió la chaqueta, suspirando Seth paró el coche en el primer semáforo en rojo. Agarró a Alexandra con suavidad por el brazo y la acercó a él. - Estas temblando ponte la chaqueta…- Le susurró así mismo tiempo que se juraba sí mismo que era dulce con ella porque ella lo acababa de perder todo, en menos de cinco minutos se había quedado sola. Como no se movía la agarró para ayudarla. Alexandra tiró para que la soltara mientras lloraba más fuerte. - Suéltame, no me toques… quiero irme a mi casa ¿Dónde vamos?- Ponte la chaqueta.- ¿Donde me llevas?- A mi casa. ¡Póntela! Durante todo el trayecto hacía su casa Alexandra no emitió ningún sonido más que un leve gemido de dolor y sollozos de vez en cuando.Cuando llegaron a la ostentosa calle, estaba claro que él tenía dinero, Seth se bajó y el chasquido del cierre del coche sonó tan fuerte que ella se asustó. Seth dio la vuelta al coche pasa abrir la del copiloto. Alexandra vio su cara tras el cristal, parecía un monstruo, aunque ese mismo miedo mismo miedo que le inspiraba, a la vez la atraía, pero ahora no tenía cabeza para pensar en eso.Seth le abrió la puerta pero ella no se movió, parecía que estaba en un estado de shock, así que Seth la cogió le echó la chaqueta por encima y fue hasta el ascensor. Cuando llegó a su casa, llevo a Alexandra a una de las habitaciones de invitados y la sentó en la cama. . Fue a su cuarto, abrió su armario y buscó la bata de Bella. Sería difícil verla en otra mujer que no fuera ella, pero no quedaba otra, saco la bata y la blusa de su propio pijama, que nunca utilizaba, solo tenía ese pijama negro por que se lo había regalado Amanda. Volvió con Alexandra, ella no se había movido, soltó la ropa en la cama y fue al cuarto de baño. Después de abrir el agua caliente de la bañera, volvió a por ella. Alexandra no se resistió, fue donde Seth la llevó, sin preguntar. No le importaba lo que le pasará, total, estaba sola. Sabía que ahora mismo debería estar llorando la muerte de su familia, pero no podía llorar, las lágrimas ya no querían salir. Solo podía pensar en la venganza. Era perfectamente consciente de que sería difícil vengara su padre ya sus hermanos cuando ni siquiera sabía por que había ocurrido todo. Lo único que tenía era que se había quedado sola. No habían pasado de 4 horas y los echaba de menos, parecía que había estado años sin verlos, y ni siquiera tenía un sitio donde llorarles. No sabía que era lo que había pasado con sus cuerpos, pero estaba segura que quien los había matado, los había quitado de en medio. “Él debe saberlo” pensó, miró a Seth, la había llevado a un gran baño, el vapor se acumulaba en el techo. Miró al hombre que la había salvado. Él se agacho y comprobó la temperatura del agua, después se volvió y fue hasta ella. Cuando le desabrochó los vaqueros y comenzó a bajárselos, reaccionó y le agarró las muñecas, él la miró. - Solo quiero que te des un baño caliente, estas helada, solo te quitare los pantalones.- ¿Por qué?- Ya te lo he dicho, pequeña, estas temblando.- ¿Por qué los han matado?- Alexandra no le soltó, le apretó más.- Mañana, cuando entres en calor y descanses algo.- Pero yo quiero…”necesito” saberlo…- Y yo te lo diré, cuando descanses. Alexandra no tenía fuerzas para pelearse con él, así que le soltó y dejó que él le quitara los pantalones, luego Seth la agarró de la cintura y la ayudo a salir de la prenda. Después sacó del armario una toalla negra y se la dio. - Toma, báñate tranquila, te avisaré cuando te haya preparado algo ara cenar, quítate también el bikini…- Pero…- Sshhh… no te preocupes, iremos a comprarte algo de ropa, por ahora tendrás que aviarte con la mía. Toma ponte esto… Seth le entregó la blusa del pijama y la bata, ella lo miró y cogió la ropa. Él fue hasta la puerta dispuesto a irse cuando ella izo que se detuviera. - ¿Qué dices?- ¿Dónde están sus cuerpos?- Supongo que se los habrán llevado, son muy discretos… - ¿Por qué…?- Mañana. Seth se permitió una pequeña sonrisa y triste sonrisa antes de salir y cerrar la puerta. Fue a la cocina, perdido en sus pensamientos, no debía involucrarse mucho, si lo hacía acabaría encariñándose con Alexandra y eso más lo que la deseaba... acabaría haciendo una locura… Pensó en Bella, su dulce y bonita Bella, si él ni hubiese… No pondría a Alexandra en peligro como puso a Bella.Cuando Alexandra se quedó sola en aquel cuartote baño se sintió la persona más desgraciada del mundo. Estaba acostumbrada a un estilo de vida, con sus hermanos, su padre, sus estudios, el baile… ahora que ya no tenía nada, no sabía que sería de ella. No podía esperar a mañana para que él le explicara lo que había pasado, necesitaba saberlo ya. Se sentía débil y sola. Era raro, debería sentirse insegura, desde que él la sacó de su casa, dejó de tener miedo. Se quitó el bikini y se metió en el agua, la temperatura era perfecta para que ella se relajara. Dejó que el calor la aflojara hasta que las lágrimas intentaron salir, pero ella no las dejó, no quería llorar, silo hacía se hundiría. No supo cuanto tiempo paso hasta que la puerta del baño de abrió. McKenna dijo algo pero ella no lo entendió. Alexandra no se movió, el baño la había dejado muy relajada, “Demasiado” pensó Seth. Por eso, cuando él la sacó del agua, la secó y la vistió, no protestó. - Te he preparado algo para cenar…- Señor McKenna…- Seth, no me gusta que me digan señor.- Yo quiero saber que…- Mañana, tienes que descansar- ¿Cree que voy a poder? Seth ni se molestó en contestarle. Él habló con toda la tranquilidad del mundo, como si estuviera hablando de la compra o de cualquier cosa sin importancia. Y eso la fastidiaba mucho. A ella le dolía su indiferencia, sin saber por que, esta era la segunda vez que le veía ¿Dónde la llevaría? ¿O la dejaría a su suerte? No expresó sus pensamientos en alto. Apenas probó bocado y no habló más hasta que él la llevó a una habitación y le dijo que ella dormiría allí, después la dejó sola. Seth nunca había perdido el control en ninguna situación, pero parecía que todo se le escapaba de las manos. Aunque no lo demostrara se sentía tan afín con Alexandra que casi podía compartir su dolor. Retiró las sabanas de la amplia cama y se desvistió hasta quedarse en bóxer. Cuando estaba a punto de acostarse llamaron a la puerta y antes de que pudiera decir nada, Alexandra irrumpió en la habitación. - ¿Puedo dormir aquí contigo? Es que cada vez que cierro los ojos los veo… y… estoy sola… y hay disparos y sangre…- no dejaba de llorar. Seth iba a echarla sin más, pero se sorprendió cuando la abrazó y la llevó hasta la cama. Ella se acostó sin rechistar, pero no podía parar de temblar. - ¿Puedes parar? Por favor…- Lo siento.- no podía parar, fue a levantarse, pero Seth la agarró del brazo con fuerza.- ¿Dónde vas?- Ella no quería mirarlo, le daba miedo.- Iba a prepararme algo, no puedo dormir.- él se levantó bruscamente.- ¿Qué quieres? – intentó inútilmente sonar agradable.- No se moleste… puedo hacerlo yo- No me obligues a atarte a la cama.- Un vaso de leche caliente.- No era tan difícil ¿verdad? A los cinco minutos cuando volvió a la habitación, ella estaba dormida y casi destapada, con un gemido fue y la tapo. Estaba algo mareada, le dolía la cabeza y al abrir los ojos todo estaba oscuro; no recordó donde estaba y pensó que estaba en su casa, pero entonces unas imágenes horribles asaltaron su mente, iba a gritar, pero una sombra se movió en la butaca de al lado y setazo la boca para ahogar el grito. De pronto se dio cuenta quien era el hombre que descansaba cerca de ella. ¡Seth! Se fijó mejor y se dio cuenta que dormido no parecía tan fiero como cuando estaba despierto. Quizás fueras sus ojos, pensó. Recordó que le iba a traer un vaso de leche antes de que se quedara dormida, y por lo visto al final se lo había tomado él. A lo mejor tampoco podía dormir. El vaso estaba tirado en el suelo, Alexandra se levantó muy despacio para no despertarlo, estaba tan mono, parecía un niño pequeño, dormido, su rostro estaba relajado y sus rasgos se habían suavizado, quitándole todo aspecto amenazador. Sonrió para sí misma. Al mirarle desde la puerta, se sintió reconfortada, no estaba sola sabía que él la cuidaría…Comieron en silencio, después de recoger todo lo que habían usado, se vistieron y salieron del ático. En el ascensor Alexandra estaba muy nerviosa, era la primera vez en dos meses que salía a la calle, le daba miedo salir, Seth podía comprarle la ropa y ella se quedaría en casa, se lo fue a decir, pero el ascensor se paró y Seth le puso una mano en la espalda y la empujó con suavidad fuera. Salieron a un garaje a oscuras, ella nunca había estado allí, Seth la llevo hasta su coche. Blog de Nutricion, Entrenamiento y Fitness
- Tienes un Mustang, ¿tiene el asiento entero o en dos?
- Entero, lo puse el año pasado…
- Lo tienes muy bien cuidado… - Alexandra le dio la vuelta al coche y fue hasta la puerta del copiloto.
- Me gusta este coche, me llevo mucho tiempo poder comprarlo, cuando lo hice, estaba prácticamente destrozado, cuando lo vi, lo tenían aparcado en la calle, con una ruda pinchada, lleno de golpes por todas partes y una luna rota… Me costó muy caro para el estado en el que estaba… pero no me importo gastármelo… - Alex sonrió al ver la cara de Seth, miraba el coche como si fuera un niño al que le habían dado el mejor regalo del mundo mientras le pasaba una mano suavemente sobre el capo.
- Te gusta mucho este coche ¿No?
- Sí.
- Yo más bien diría que estas enamorado de tu coche… A mi padre le encantaba este coche, siempre quiso comprarse uno…
- Entra. Tiene la tapicería de cuero fino…
Alexandra entro en el coche y volvió a poner la cara de niña ilusionada, la tristeza casi había desaparecido de sus ojos. Salieron a la calle, cuando Alex notó el sol en la piel, cerró los ojos y suspiró. Seth la miró sonrió, había sido buena idea sacarla, condujo mucho más despacio de lo que él normalmente lo hacía, por si a ella no le gustaba. Llegaron al centro, aparcaron y fueron a la primera tienda. Seth nunca hubiera pensado que ella fuera tan indecisa, para elegir una blusa o un pantalón se llevaba un buen rato. Lo mismo cada vez que se probaba algo. A él le daba igual que ella tardara en elegir la ropa, lo que ya le ponía de los nervios era cuando se la probaba, Alexandra salía y le pedía su opinión. Pasaron toda la tarde de tienda en tienda, Alexandra al principio no quería comprarse muchas cosas, siempre le miraba el precio, no quería abusar de la generosidad de Seth, él le decía una y mil veces que no se preocupara por eso, que se comprara lo que le gustara sin pensar en el dinero. Y eso había hecho. Cuando por fin llegaron a casa, Seth ayudo a Alex a llevar todas las bolsas y paquetes a la habitación de ella.
- Guárdalo todo, después ya te duchas...
- Seth… ¿Me puedo bañar mejor?
- Como quieras… Pero tienes que estar lista a las nueve y media como muy tarde, la casa de Amanda esta algo lejos… - Se volvió dispuesto a irse a darse esa ducha de agua fría que tanto necesitaba
.- De acuerdo, ah... y… Seth... – él se paró y la miró de nuevo.
- ¿Si?
- Gracias… Por todo lo que me has comprado, hay cosas que de verdad no tenía por que haber dejado que me las compraras… - Dijo Alexandra mirando los dos peluches, la colcha para la cama y el estuche de maquillaje.
- ¿Quieres de devuelva los peluches?
- ¡NO! Pero yo no me maquillo… casi nunca, y cuando lo hago no con tantas cosas, con un lápiz negro hubiera bastado… Pero gracias por comprármelo… Seth le sonrió y aparecieron esos hoyuelitos tan graciosos que le salían cada vez que sonreía de aquella manera. Alex soltó el gatito de peluche en la cama y fue hasta Seth. Antes de que él pudiera quitarse le dio un beso en la mejilla. “De verdad, gracias” le susurró. Después volvió a la cama y empezó a sacar la ropa, Seth se metió en el baño. Alexandra terminó de guardar la ropa, en total, siete pantalones, tres largos, dos piratas y uno corto, dos chándal de verano, unas diez camisetas, dos pares de zapatos, unas chanclas, cosas para el pelo, el champú y el acondicionador que ella usaba, algunos libros, entre otra cosas… Después cambio la triste colcha blanca y puso la que había comprado, una bonita colcha negra con caracteres chinos en rosa fucsia en un lateral y también en el almohadón. Iban bien con la habitación, las paredes estaban pintadas de blanco, pero las cortinas eran negras, sacó los cojines que también había comprado y los puso en la cama, dos rosas y uno negro. Miró la habitación, ahora ya parecía otra cosa, sonrió satisfecha consigo misma, por fin había hecho algo derecho en su vida. Solo quedaba esperar a que Seth terminara su ducha para bañarse ella, se tumbó en la cama y esperó. Seth entró en la habitación, Alexandra estaba tendida con los ojos cerrados, se acercó a ella y la llamo con suavidad. La mandó a la ducha corriendo, mientras el se vestía, tuvo que esperarla un buen rato.
- Alexandra, ¡Rápido!
- Ya voy… ea vámonos…
- ¿Has tardado tanto para ponerte unos vaqueros y una blusa?- ¿Algún problema?...
- No… Alex ten cuidado el escalón…
- ¡¡¡AYY!!! - Alexandra se agarró el pie dolorido y miró al odiado escalón que desde el día que había llegado atentaba deliberadamente contra su vida, había llegado a odiar ese escalón…- Seth no te rías…
- ¿Te has lastimado?
- Sabes que si… ¿No tenías tanta prisa?...
Volver al indexDisclaimer: All publicly recognizable characters and settings are the property of their respective owners. The original characters and plot are the property of the author. No money is being made from this work. No copyright infringement is intended.Fanfic archivado en https://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=405Asesino a sueldo by Adara
va d un asesino y mafioso que tiene que hacerse cargo de la hija de un hombre que le debia dinero... Espero que les guste, yambien la tengo puesta en tora pa
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2024-10-22
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