100 ONESHOT by kalita

 

 

 

100 ONESHOT by kalita
Summary:

Como pueden ver por el título, son cien historias de esta pareja que me gusta mucho. Hiruma&Mamori. ¡¡Disfrutenlas!!

Capitulo 6: Hiruma recuerda como eran las cosas cuando vivia con sus padres y la forma en que conoció a Mamori. Como esta lo sorprendia y no se dejaba intimidar por él.


Categories: EYESHIELD 21 Characters: Ninguno
Generos: Drama, Humor/Parodia, Romance, Universo Alternativo
Advertencias: Lemon, Lenguaje Obsceno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 6 Completed: No Word count: 7132 Read: 1125 Published: 30/04/2013 Updated: 15/10/2013
Summary:

Como pueden ver por el título, son cien historias de esta pareja que me gusta mucho. Hiruma&Mamori. ¡¡Disfrutenlas!!

 

Capitulo 6: Hiruma recuerda como eran las cosas cuando vivia con sus padres y la forma en que conoció a Mamori. Como esta lo sorprendia y no se dejaba intimidar por él.


Categories: EYESHIELD 21 Characters: Ninguno
Generos: Drama, Humor/Parodia, Romance, Universo Alternativo
Advertencias: Lemon, Lenguaje Obsceno
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 6 Completed: No Word count: 7132 Read: 1125 Published: 30/04/2013 Updated: 15/10/2013 Un sentimiento desconocido by kalita
Author's Notes:

Espero que disfruten de este primer capitulo.

Author's Notes:

Espero que disfruten de este primer capitulo.

Te quiero...

¿Por qué no podía dormir por esas simples palabras? Nunca le había pasado y se estaba dando cuenta que no le gustaba nada.

Te quiero…

¿Sería verdad? ¿Y a él que le importaba?

Te quiero…

¡Maldita sea! Si la jodida come-pastelitos le decía al maldito mono que lo quería a él no tenía que importarle.

Te quiero…

¿Y por qué demonios salió corriendo del lugar si él nunca se comportaba así? ¿A qué le tenía miedo? ESE NO ERA ÉL.

Te quiero…

Jodida palabra.

Hiruma Yoichi era un demonio que no tenía que importarle para nada una simple y maldita palabra, pero aun así por más que se lo repitiera no podía sacárselo de la cabeza ocasionando que no pudiera dormir.

                                        

A la mañana siguiente Mamori por más que tratara de comprender el por qué de que Hiruma estuviese aun de más mal humor que de costumbre no lo podía entender. Ya le había dicho varias veces (más bien gritado) que estaba siendo demasiado cruel con el entrenamiento.

-Solo cállate, maldita manager.

Esa había sido la respuesta que había recibido cada una de las veces, pero ella ya no podía seguir soportándolo; si era necesario le quitaría el arma de las manos sin importar las consecuencias.

 

 

¿Por qué se comportaba así? Era normal para él dispararles a los malditos enanos, pero nunca le había dado ese placer perverso de volver una y otra vez al maldito mono y por todo eso se sentía confundido. Seguía sin comportarse como él mismo.

Eso no podía seguir así, pero tampoco podía pararse era como si una fuerza extraña estuviera guiando sus disparos continuamente hacía el maldito mono. Y no tan solo eso, también estaba Cerberos que tan solo cargaba contra el jodido mono por orden suya.

Volvió a apuntar con su querida arma una vez más al que estaba torturando por todo ese  entrenamiento, pero se dio cuenta que esta había desaparecido de sus manos.

-¡Qué mierda…! ¡Devuélvemela jodida manager!             

-¡Hiruma-kun! ¿No te has dado cuenta que él entrenamiento tendría que haber terminado hace media hora?

¿Tan rápido había pasado la hora? Mira a todos los malditos integrantes del equipo que se encontraban prácticamente desmayados en el jodido suelo. Estaba tan entretenido que se le había pasado la hora.

-Falta poco para el maldito partido, que importa si nos pasamos de la hora, maldita manager.

 Te quiero…

-Tck…

-¿Qué te pasa?

-Nada maldita mamá gallina.

Prefería desaparecer de una vez del campo de entrenamiento, no quería cometer una locura. ¿Por qué tenía que volverle a la cabeza esas malditas dos palabras que lo habían dejado toda la noche sin dormir? Le faltaba poco para terminar de salir del área de entrenamiento cuando siente un disparo de su querida arma que en ese momento se da cuenta no está en sus manos.

Se voltea y la ve en el suelo al lado de la maldita manager y a esta con cara de susto.

 

Siente la mirada de Hiruma-kun antes de levantar la suya, por lo general nunca era descuidada cuando tenía una de esas armas en sus manos, pero había estado tan enojada con ese demonio que no se había percatado que la había disparado hasta soltarla.

Solo agradecía haber estado apuntando al cielo.

-Maldita despistada.

Mamori ve como Hiruma se agacha al lado suyo y recoge su arma. Estaba en problemas.

-Hiruma-kun…

Cuando se levanta puede ver que tiene una mirada que nunca antes le había visto y siente como su cuerpo quiere retroceder como si tuviera miedo de lo que le podría hacer Hiruma. Pero no, ella no tenía porque retroceder, no había hecho nada malo. Así que en vez de eso lo miró con como diciéndole “yo no tengo la culpa de nada”

-Tck…

Se voltea y se va.

-¿Qué le pasa a Hiruma?

Se da cuenta que no tan ella lo dice en voz alta si no que todo el equipo, pero como este ya estaba otra vez casi fuera del campo ni siquiera escucho. Según las cuentas de Mamori esa era la primera vez en que se iba sin rebatirle nada.

 

Diciéndose que era un completo idiota se dirigió a las duchas, si fuera por él no se toparía con ninguno de esos malditos renacuajos, solo que ese deseo no se le pudo cumplir no habían pasado ni dos minutos cuando el resto del equipo llegó. “Maldita mala suerte” pensó para si mismo.

Trato de no ponerle atención a lo que hablaban, pero aun así llegaron frases sueltas.

-Pobre Monta…

¿Pobre Monta? Él no le encontraba nada de pobre.

 

Te quiero…

Malditas palabras.

-Agotado-MAX.

Sin que lo notara una sonrisa se formo en su rostro, ese maldito mono se lo merecía, el equipo tendría que darse cuenta que no era momento para distraerse con estupideces, él solo se los estaba haciendo saber a su manera. Tendrían que agradecérselo.

-Hiruma esta vez sí que se pasó, ¿no lo crees Musashi?

 -Sus razones tiene que haber tenido, Kurita.

Por como conocía al maldito viejo estaba seguro que sabía que estaba escuchando su conversación, porque o si no nunca habría puesto esa voz tan burlona al decirlo.

¡Además de que él no necesitaba ninguna maldita razón!

-¿Qué razones? -¿por qué ese jodido gordo tenía que seguirle la corriente?- ¡Mira como quedo el pobre Monta! Apenas y puede moverse.

Kekeke… eso estaba muy bien. Se lo merecía.

-Tienes razón Kurita, sobre todo después del rechazo que sufrió ayer.

¿Así que lo rechazaron? Eso aun era mejor.

¡Un momento! ¿Cómo que rechazo?

Estaba malditamente seguro que había escuchado bien.

Te quiero…

¡Si no había podido dormir por esas malditas palabras!

Sin darse cuenta de lo que hacía termino de ducharse lo más rápido posible para poder salir de ahí.

No quería hablar con nadie.

Solo que no tuvo tanta suerte, ya que afuera lo estaba esperando quien había pronunciado esas palabras tan cursis en su opinión. La miro con una cara como diciéndole: “No tenemos nada de qué hablar”, solo que como siempre no funciono con ella.

-Hiruma-kun, ¿qué te pasa?

¿Qué le pasaba? ¡Ni una jodida cosa! Se encontraba perfectamente. ¿Por qué tenía que preocuparse por todos? ¡Él nunca le había pedido que se preocupara por él!

-Déjame en paz, maldita mamá gallina -siguió caminado hasta la casa club, aun tenía muchas cosas que hacer, cosas importantes.

Podía escucharla como lo seguía, después de todo ella también tenía trabajo.

Te quiero…

¿Por qué diablos se había vuelto de repente tan curioso? Parecía que no iba a poder hacer nada hasta saber qué era eso del rechazo. Paro de caminar y se dio la vuelta para mirarla, haciendo que también ella se parara y lo mirara con curiosidad. Abrió la boca para preguntar… y la volvió a cerrar.

Y ella seguía mirándolo.

-¿Por qué estas tan raro hoy, Hiruma-kun?

-Tck.

Y él demonio se estaba poniendo nervioso.

-¿Qué te dijo el jodido mono ayer? -le soltó sin pensarlo un minuto más. No entendía el porqué de que estuviese actuando así, pero ya había empezado e iba a seguir hasta el final.

Ella lo miro con cara de confusión antes de responderle.

-¿De qué hablas?

-¡No te hagas la tonta! Ayer se te confesó –al fin había entendido y lo volvía a mirar como si no lo entendiera.

-Eso es verdad, pero es algo que no te interesa.

-¡Es por el equipo! Eso solo sería una distracción.

-Cualquiera diría que estas celoso.

Se quedo paralizado ante eso. No podia moverse.

¿Celoso? ¿Él?

No. Imposible. De ninguna manera.

-No digas estupideces maldita manager, yo no estoy celoso.

-Entonces, ¿por qué tanto interés?

Ya se lo había dicho, solo le interesaba el equipo. Nada más. Y así se lo hiso saber.

-Lo que digas Hiruma-kun.

Volvió a ponerse a caminar, pero él aun no había terminado con ella.

 

-Le dijiste que lo querías.

 

Mamori no podía creer lo que estaba pasando, pero aun así trato de ocultar su sorpresa y le respondió sin mirarlo.

-Solo le dije que lo quería como amigo. Nada más.

Queriendo ver su expresión se dio la vuelta y fijo su vista en él.

Sorprendiéndola aun más lo que vio.

Alivio. Puro alivio.

Eso le saco una pequeña sonrisa y sin creerlo el conocido demonio se la devolvió.

-Eso es bueno, y más te vale que nunca le digas a alguien esas palabras.

-¿Ni siquiera a ti?

Después de decirlo, se vino a dar cuenta de lo que se podia entender, pero ya no podia decir nada, si decía algo solo lo empeoraría.

 

Ahora lo entendía, podía verlo. No por nada tenía una mente privilegiada, aun era muy pronto, pero algún día el exigiría esas palabras.

-Esas palabras son solo mías.

Y siguió con su camino, tenía trabajo que hacer, solo que al caminar no pudo evitar una pequeña sonrisa.

End Notes:

Si se dieron el tiempo de llegar hasta aquí, no les cuesta nada dejarme un  comentario.

End Notes:

Si se dieron el tiempo de llegar hasta aquí, no les cuesta nada dejarme un  comentario.

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Author's Notes:

¡Al fin capitulo nuevo! Me demoré bastante lo se... y lo siento.

Author's Notes:

¡Al fin capitulo nuevo! Me demoré bastante lo se... y lo siento.

-¿Cuántas veces voy a tener que repetírtelo?

Si fuese cualquier otra maldita persona en ese momento estaría corriendo para salvar su jodida vida. Pero eso no iba para alguien como él, un demonio, esa era la forma en que todos lo consideraban y a él le encantaba.  Él miedo que podía causar a los jodidos que solo escuchaban su nombre, el terror que los inundaba cuando veían su libreta. Era algo tan magnífico… y lo disfrutaba como todo un demonio que disfruta cuando saben que tan solo es capaz de causar destrozos en las personas. Él era transparente en lo que hacía y sabía que se tenía ganado ese apodo de demonio.

Pero también sabía y eso lo frustrabas como ni otra jodida cosa, era ver como esa maldita come pastelillos la consideraban un jodido ángel, cuando no podían estar más lejos de la verdad. Todos creían que era prácticamente una santa con su sonrisa bondadosa y la infinita paciencia que poseía.

Puras mentiras, ella era falsa. Porque sabía que esa mujer nunca mostraba su verdadera cara a nadie. Y él amaba esa otra cara que se mantenía oculta y que solo él era el jodido afortunado en verla.

-¡Contesta!

Sacarla de sus casillas era una delicia para él, sabía que cualquier otro diría que estaba completamente loco, ¿a quién le gustaría ver esa faceta donde se te pueden poner los pelos de punta? Solo a él.

Y por eso se estaba enojando en ese momento, porque “ella” no estalló cuando estaban solos para poder divertirse a lo grande, si no que fue cuando se encontraban todos en la maldita casa club. Tck… ahora le tocaría aguantar las malditas burlas de esos idiotas, aunque estaba seguro que el único que sería capaz de decirle algo de frente seria el jodido rastras.

Esquivó una vez más esa maldita escoba que en manos de la jodida manager se podía convertir en un arma mortal. Y se dedico a fulminar con la mirada a todo el maldito equipo para ver si podían entender con esa mirada de que era hora de irse. Solo que esos bastardos estaban demasiado sorprendidos mirando a la maldita mamá gallina como para hacerle caso.

 

Solo por presenciar ese momento se la iban a pagar con el doble de entrenamiento.

El que ríe último ríe mejor.

-¡Hiruma Youichi! ¡Responde cuando te hablo!

-Tck.

No importaba que fuera considerado un genio, aun así era capaz de entender como lo hacía para parecer un completo ángel delante de todo el mundo. Ahí podía ver la maldita cara de esos jodidos renacuajos que no podían creer lo que estaban viendo.

Después de todo solo él sabía que ella podía ser peor que los demonios.

-¿QUIERES QUE ME ENOJE?

¿Acaso ya no estaba enojada? Si hasta estaba gritando. Parecía que ella no se percataba de eso. Lamentable para ella.

No pudo evitar que una leve sonrisa apareciera en su rostro al ver la cara de todo el jodido equipo, al fin estaban viendo a la verdadera Anezaki Mamori, ahora no tan solo a él le tendrían miedo si no que a ella también, eso era lo único bueno que podía salir de eso. Porque no importaba qué, prefería que esa “cara” de esa jodida manager solo él la pudiese ver.

¡No soportaba que otra persona viera algo que era suyo!

Y esa faceta era solo suya.

Esquivó nuevamente esa maldita arma mortal y se dirigió a por su arma favorita que estaba encima de la mesa de para empezar a disparar como loco hacia los pies de esos bastardos que formaban su equipo.

-¡Lárguense de una maldita vez a entrenar!

Se sentía bien dispararles a esos renacuajos.

-¿Youichi?

Ahora sí que estaba jodido. Ella nunca decía su nombre sin el “kun” a no ser porque estaba furiosa, lo había aprendido en el pasar de los años, porque ella cuando se enojaba parece que se olvidaba que nunca lo llamaba así. Si le decía Hiruma era porque estaba enojada, pero si le decía Youichi era porque se encontraba furiosa.  

Aún ahora no podía entender como era que cuando se enojaba se olvidaba de todo de lo que estaba acostumbrada.

Sonrió divertido, por lo menos había alcanzado a echar de la casa club a todos esos malditos enanos, no quería que otra de las cosas que le gustaba de ella quedara expuesta ante todos.

-¿Por qué estas tan enojada?

-¡Te dije que no amenazaras a mis compañeros!

-Tck.

Lo pillo. Pero es que desde que habían entrado en la Universidad esos bastardos desde el primer día no habían dejado de mirarla y tenían que saber lo que les iba a pasar si se les ocurría poner aunque solo sea un dedo encima de su jodida manager.

-Solo les di una pequeña recomendación.

-¿Pequeña? ¿¡PEQUEÑA!? -lo mantenía, esa mujer era peor que los demonios cuando se enojaba.

-Sí.

-¡Pues entonces no esperes que sea pequeña la paliza que yo te voy a dar!

“Eso si eres  capaz de golpearme”, le habría encantado poder decírselo, pero solo conseguiría enojarla aun más y tenía que ir a entrenar, los otros idiotas solo entrenaban como debía ser cuando él se encontraba presente.

-Sabes que no podrás ni tocarme.

-¡No importa! ¡Lo voy a seguir intentando!

No tenía tiempo para esto, tenía que ir a entrenar.

 

-¿Qué quieres para que me dejes en paz?

-¡Retira tu amenaza!

-¡Eso nunca!

Acababa de cometer un error, nunca tendría que haberle dado esa respuesta. Ella era inteligente y podía darse cuenta el tono posesivo que puse al decírselo, ni siquiera tuvo que pensarlo tan solo las palabras salieron sin procesarlas.

-¿Por qué? -parecía que cuando estaba enojada no pensaba tan claramente como cuando se encontraba consciente de sus actos. Eso era algo bueno para él.

-No se me da la gana.

-¡No te das cuenta que ahora mi curso se mantiene lejos de mi! -bien, eso era lo que quería. Esos jodidos idiotas estaban cumpliendo bien con sus ordenes- ¡y no tan solo los hombres, si no que las chicas también!

-¿Qué? Yo solo quería que los jodidos se mantuvieran lejos.

-¿Acaso no te has dado cuenta que todos te tienen miedo?

-Kekeke…

-¡No te rías!

Mierda. Ya estaba viendo las lágrimas que estaban apareciendo en su rostro y eso no podía soportarlo.

-Está bien, retirare la amenaza.

Dejó la escoba a un lado y le dedicó otra de las “facetas”, esta vez una sonrisa tan luminosa que sabía era solo dirigida a él, después de todo solo él tenía lo que muchos querían para sí.

Las sonrisas de Anezaki Mamori.

Podía ser que otro viera su sonrisa, pero esas no eran tan brillantes como las que le dirigía a él. Solo él era el que tenía el derecho de tener las dos partes más distintas de ella: la mejor sonrisa y la mayor furia.

-Te quiero, Youichi-kun.

Eso era lo mejor, cuando su maldita novia le decía eso. Ella era perfecta para él.

End Notes:

¿Y? ¿Qué les parecio? ¿Algun comentario?

¡Ojala que sí! Y si les gusta pasen por mis otras historias.

End Notes:

¿Y? ¿Qué les parecio? ¿Algun comentario?

¡Ojala que sí! Y si les gusta pasen por mis otras historias.

Regresar al índicePosesivo by kalita
Author's Notes:

¡Al fin actualizo! No se enojen conmigo... tuve problemas, pero ya estoy escribiendo nuevamente.

Author's Notes:

¡Al fin actualizo! No se enojen conmigo... tuve problemas, pero ya estoy escribiendo nuevamente.

¿Esos malditos renacuajos nunca habían escuchado hablar de él? Parecía que no, por la simple razón de que no quitaban la vista de algo que era suyo, ¿nunc a habían escuchado que un demonio no compartía? Tendría que enseñárselos a la fuerza. Y lo disfrutaría.

Minifalda, una pollera corta, zapatos con tacón… ¿y eso era maquillaje? Tck, quería matarlo de un disgusto… ¡maldita mamá gallina! ¿Desde cuándo utilizaba eso? Más le valía tener una buena explicación, pero eso no quitaba que en ese momento toda la maldita universidad se encontraba mirando unas piernas que solo le pertenecían a él, ¿Cuánto durarían antes de querer acercase a ella? Nada. Ya veía a un idiota que le había hablado y le sonreía haciéndose el amigable, definitivamente Cerberos ya tenía una presa.

Tck, sin esperar a que apareciera otro maldito crío, se acerco a ellos y le dedicó su mejor sonrisa, esa que les ponía la piel de gallina y provocaba pesadilla, a ese imbécil, pudo ver como se ponía pálido. Eso era lo que más le gustaba… como reaccionaban cuando veían su sonrisa. Y sería aun peor cuando se enterara a quien estaba haciendo enojar.

 

Ella aun no lo veía, así que se puso a su lado y le pasó un brazo por la cintura pegándola a su cuerpo, dedicándoles una mirada a todos los hombres que hasta ese momento se la estaban comiendo con la vista, su expresión era fácil de leer: “tóquenla y están muertos”. La mejor forma en que se dieran cuenta de que lo queseaban pertenecía al demonio era dejar claro desde el principio quien mandaba ahí.

–Hiruma-kun… ¿Qué haces? –le pregunto con una mirada inocente.

Era de esperarse que ella ni cuenta se hubiese dado de lo que pasó hace unos instantes en sus mismas narices, era tan inocente.

–Tck.

La soltó y empezó a alejarse, no antes de volver a amenazar con la mirada a esos idiotas, que obviamente siguieron su camino. Sobre todo el que se había atrevido a parar a esa maldita manager, que le faltaban piernas para correr más rápido.

Pero aun así ya estaba en la lista del demonio.

Él se en cargaría para que ese mismo día todos los hombres que estaban en esa universidad se enteraran que tenían prohibido acercarse a más de dos metros de su maldita manager si tenían segundas intenciones, porque si lo hacían las consecuencias para ellos serían desastrosas.

En menos de dos horas, toda la universidad se enteraba que ese mismo día Hiruma Youichi, más conocido como demonio estaba en esa universidad. Ahora todos lo miraban con temor esperando no ganárselo como enemigo.

Kekeke… esos malditos idiotas eran listos, ya debían imaginarse que el que movería los hilos de ahora en adelante en la universidad sería él y solo por eso no querrían llamar su atención.

No podía creer lo que estaban viendo sus ojos, esperaba que fuera algún tipo de broma, pero estaba seguro que eso no era, no podía estarse equivocando tanto, sus ojos estaban viendo a esa misma mamá gallina que él consideraba de su propiedad, porque lo era (no importaba que ella aun no estuviese enterada, ese era un detalle menor, porque al menos el resto de personas, sobretodo hombres, estaba al corriente de la situación) se encontraba coqueteando, ¡coqueteando! Algo totalmente imposible para ella, ¿Dónde quedaba la mujer que era totalmente inocente en todos los sentidos? ¿Qué diablos era lo que estaba pasando ahí? Primero aparece con una vestimenta que nunca antes la había visto usar y ahora estaba coqueteando… algo que según su opinión se le daba de maravilla.

–Tck.

Si quería saber tendría que preguntarle y a ese bastardo le esperaba saber cómo de fuerte mordía su perro.

No le hablo, tan solo la sujetó de la muñeca y se la llevó, él no tenía porque darle explicaciones, sino que al contrario: era ella quien tenía que responder unas cuantas preguntas.

– ¿Se puede saber qué diablos te pasa? –le preguntó cuando ya estaban en un lugar sin miradas indiscretas.

–Nada.

¿Nada? ¿Y él era un maldito idiota? No.

–Esa no es la respuesta que quiero.

– ¿Entonces cual es Hiruma-kun?

– ¡Dímelo tú!

– ¿Yo? Si no se qué te molesta, no tengo forma de saber qué respuesta quieres.

–Saber perfectamente que es –nunca creyó que con respecto a ese tema iba a tener tan poca paciencia, pero así era. Y para evitar que no le contestara lo que quería fue directo al grano– ¿Qué te pasa hoy? ¿Por qué estas tan rara?

 

–Yo no estoy rara, estoy normal.

–Si claro, esa es tu vestimenta normal… ¡y un carajo! ¡Dame una maldita respuesta!

–Oh… así que te había dado cuenta de mi ropa, y porque no dijiste nada, Hiruma-kun… ¿verdad que me veo linda? Korean Beauty

¿Linda? Se veía preciosa, pero eso no se lo iba a decir.

–Te ves ridícula.

Lo miro ofendida y si no se equivocaba sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas…

–Todos han dicho que me veo bien –prácticamente se lo susurro pero él pudo escuchar perfectamente.

–Te aseguro que mienten, ¿y qué es lo que estabas haciendo ahora? ¿Coqueteando? –tuvo el placer de ver que se estaba ruborizando, pero lo miro a la cara, después de todo podía ver que seguía ofendida– déjame decirte que se te da fatal. Nunca había visto a una mujer que hiciera tanto el ridículo como tú.

Ahora sí que estaba enfadada, lo podía ver en su rostro. Se preparó mentalmente para los gritos que llegarían de su parte, quería que gritara, que su atención estuviera puesta en él, en nadie más. Solo que esos gritos no llegaron, miró sin creerlo que suspiraba y movía la cabeza para luego dar media vuelta y alejarse.

–Esto no tiene sentido, Hiruma-kun –le dijo antes de empezar a caminar.

Y él se quedó ahí parado como un idiota y solo. Lo único que podía agradecer era que nadie se encontraba en los alrededores para que viera que al demonio lo había derrotado una simple mujer. El respeto que ya se había ganado hubiese quedado por los suelos.

A cada minuto que pasaba y él seguía en el mismo lugar más se enfadaba. ¿Ella aun no se daba cuenta que tenía dueño? ¿Qué ese dueño era él?

–Maldita mamá gallina inocente.

Porque eso era lo que era, preocupada por todos y cada uno de los que conocía, nunca se daba cuenta de lo que provocaba en los hombres y era él el que tenía que estar correteándolos con la ayuda de Cerberos, agradecía que ese perro fuera un maldito celoso con ella que no dejara que nadie más que él se le acercara. Eso sí que le convenía, no podía estar siempre vigilando que algún bastardo no estuviese tratando de aprovecharse de la inocencia de esa maldita mujer.

Y ahora parecía que tendría el doble… el triple de trabajo vigilando su espalda para que esos malditos imbéciles no se propasaran con ella.

No entendía y eso que todos lo consideraban un maldito genio y no podía entender que era lo que le estaba pasando en esos momentos por la cabeza a esa mamá gallina. Nunca se había gastado tanto la cabeza tratando de entender a alguien y ahora que quería hacerlo le era imposible.

A lo mejor solo era él que le estaba dando muchas vueltas y al otro día volvería a ser la misma, Anezaki Mamori, come pastelillos que conocía. Eso no le podía durar.

No esperó que ese mismo día volvería a topársela y sería a solo minutos de su conversación, mejor dicho para que pudiera seguir con su camino tendría que pasar por su lado y eso no quería hacerlo. No se encontraba en su mejor forma para soportarlo, sobre todo porque vio que en esa ocasión estaba hablando con dos… ¡dos!, bastardos. Los miro a ambos para recordar sus rostros y luego buscar información o para que Cerberos se encargara, y luego la miro a ella. Parecía relajada y feliz; y no entendió porque eso lo enojo. Pero algo dentro de él le decía que ella solo podía estas así en su presencia. Y por ese día ya no soportaba más esa nueva actitud que estaba tomando esa come pastelitos.

 

–Ven conmigo –sin esperar respuesta se la volvió a llegar, pero esta vez no iba a aceptar otra cosa que no fuera una buena explicación.

– ¿Qué pasa ahora?

– ¿No te parece que el único que puede hacer preguntas aquí soy yo?

– ¿Porqué?

– ¿Qué está pasando contigo? –le respondió con otra pregunta.

–Eso ya me lo preguntaste y te dije que nada.

–Y yo te dije que no te creo. Y esta vez no te vas a ir sin contestarme.

Suspiro y pareció que se dio por vencida porque al fin respondió.

–Solo quise cambiar un poco… por eso la ropa.

–No tienes para que cambiar, estabas bien.

–Tienes razón… y tú parecías celoso.

–Tck., que idioteces dices maldita manager.

– ¡No son idioteces! ¡Y no me digas así!

–Te digo como se me da la gana. Y más te vale que mañana vuelvas a tu antigua ropa.

¿Así que lo había hecho a propósito? Maldita mujer inteligente y él como un idiota se había dejado manipular por ella.

–Está bien, total ya averigüe lo que quería saber.

Sabía que se iba a arrepentir con esa pregunta, pero quería saber la respuesta aunque tenía una ligera idea de cuál iba a ser.

– ¿Y que querías saber?

–Si te podías poner celoso cuando otros hombres se me acercaran.

Y él que había creído que ese día cuando la vio por primera vez no se había dado cuenta de la mirada que le había dirigido a todos esos críos que se encontraban prácticamente babeando por ella.

–Descubrí que eres muy, muy celoso.

End Notes:

¿Me quieren regalar un comentario? Asi es la única farma que tengo para saber si les gustó.

End Notes:

¿Me quieren regalar un comentario? Asi es la única farma que tengo para saber si les gustó.

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Author's Notes:

Este capitulo me quedo bastante corto, pero no quise alargarlo... solo habria parecido puro relleno.

Author's Notes:

Este capitulo me quedo bastante corto, pero no quise alargarlo... solo habria parecido puro relleno.

A ella no le importaba que la consideraran un ángel, cuando se amaba uno nunca podía elegir. ¿Qué importaba lo que una chica haya soñado de un “hombre ideal”? Este llega, pero nunca es como se lo había imaginado. Ella amaba a un demonio, lo reconocía (aunque solo para ella), pero era más que obvio lo que ella sentía. ¿Cuántas veces no le había tocado rechazar al resto de los chicos? No podía verse en una relación con nadie que no fuera él.

Y eso era lo que más le dolía. Sabía que irían a la misma universidad… ella así lo había decidido. Pero quería… en ese día… en el que se graduaba… que él la mirara.

Hiruma Yoichi… ¡ERA UN MALDITO CIEGO! ¡Eso es lo que era! Sabía que la quería, los gestos que tenía para con ella, así lo demostraban. ¿Por qué le costaba tanto decírselo? Si era por el que dirán… no, eso no podía ser. Después de todo a él nunca le había importado y a ella aun menos. No le interesaba que dijesen que un ángel nunca podría estar con un demonio. Que fuese imposible. Ella lo haría posible.

 

Si fuese cualquier otro no le habría costado nada declararse, ¡cuántas veces no ha estado a punto de hacerlo! Pero lo conoce, sabe cuál sería su reacción… él terminaría alejándose.

Solo por eso prefería mantenerse en silencio y esperar a que el diera el primer paso.

– ¡Mamo-nee! ¡No te imaginas cuanto te voy a extrañar! –llegó gritando a su lado su amiga.

–Yo también, Suzuna…

–Tendrías que haber ido a la universidad de Enma… así estaríamos juntas cuando vaya a la universidad.

–Te dije que prefiero Saikyodai y…

–Solo porque él va a ir a esa –la cortó en tono refunfuñado.

Suzuna había tomado la costumbre desde que se entero de que su amiga estaba enamorada de ese demonio de dejar de decirle por el apelativo cariñoso y empezar a tratarlo como “él” aunque solo fuera cuando estaban ellas dos solas. Parecía creer que así ella tendría toda su atención y no tendría que compartirla con Hiruma, porque al no decir su nombre su mente no tendría que viajar a lugares lejanos para imaginar cosas en su compañía.

Por no ser una mala amiga, prefería no decirle que aunque no dijese su nombre, con tal de llamarlo “él”, ella ya se encontraba en su mundo (por así decirlo, porque igual tenía que poner atención a lo Suzuna le decía) imaginando lo que sería si ese demonio dejaba de comportarse como un idiota.

– ¡Ponme atención Mamo-nee! ¡Y deja de mirarlo!

Nunca le había dicho a su amiga que había sido gracias a ella que se había dado cuenta que lo que sentía por Hiruma era amor. La forma en que se preocupaba por él más que por cualquier otro miembro del equipo, aun más que Sena, como buscaba poder facilitarle el trabajo ayudándolo en todo lo que podía… solo quería su bienestar. Solo por Suzuna lo descubrió, la forma en que ella se preocupaba por él era distinta a su preocupación por el resto. Y Suzuna con su radar para buscar el amor, tan solo hiso que se planteara esa tan temida pregunta.

¿Lo que sentía por Hiruma era amor?

Y de su interior surgió la respuesta: un SÍ claro y fuerte para que no hubiera confusión ni duda. Ella nunca tuvo salvación, desde el principio estaba destinada a quererlo.

– ¿Sabes Suzuna? A veces me da rabia como trata de negar lo que siente por mí –le dijo, porque era la verdad, cuando estaba teniendo gestos cariñosos y se daba cuenta de lo que hacía cambiaba completamente y empezaba a disparar o se iba.

Todos en el equipo ya se habían dado cuenta del amor que surgía entre ellos dos. El único ciego era él.

–Tienes que darle tiempo, Mamo-nee o mejor aún: olvidarlo.

–Como si fuera tan fácil.

– ¡Cuánta razón tienes! –le respondió por mientras que miraba hacia Sena que en ese momento se encontraba con Monta.

La entendía perfectamente.

Miró una vez más toda la casa club de los Deimon Debil Bats, ese día había sido la gradación y quisieron pasar el resto del día todos juntos y por eso que se encontraban ahí.

Esa sería la última vez en que estarían en ese lugar todos juntos.

Los extrañaría a todos. Las risas, las lágrimas, los triunfos, las derrotas. Ese lugar decía tanto de ellos. Todo lo que habían pasado.

 

–Todavía tienes oportunidad, Suzuna. Solo que te tocaría a ti declararte –Suzuna la miró con cara de sorpresa, se acercó un poco para terminar de decirle– Sena es demasiado tímido.

– ¿Cómo…? ¿Desde cuándo…? Es decir… ¿sabías? –se notaba que estaba completamente sorprendida. No pudo evitar que una sonrisa asomara a sus labios.

–Eres muy evidente.

–Yo…

–No tienes que decir nada, pero lo digo en serio. Sena no saldría arrancando si te confesaras. –No pudo evitar que un poco de amargura se colara en sus palabras, porque era la verdad. Solo Hiruma correría. Y Suzuna se dio cuenta de lo que pensaba y estaba segura que en su mente le estaba dando la razón.

Sus ojos, como tantas otras veces lo buscaron hasta encontrarlo. Ni en ese día dejaba de lado su computadora, seguía escribiendo quien sabe que cosas… pero estaba diferente. Tenía ojeras y se notaba nervioso. Algo bastante raro en él, nunca lo había visto así. Con pesar y preguntándose qué le pasaría volvió a dirigir la vista a Suzuna que no dejaba de moverse.

–A lo mejor tienes razón, Mamo-nee. Solo tengo que decirlo.

Y la vio dirigirse decidida hacia Sena y llevarlo hacia un rincón. Aun cuando trato de desviar la vista la curiosidad era más grande que su voluntad y sus ojos volvían a mirarlos. Podía ver ahora no tan solo a Suzuna sonrojada si no que también a Sena.

Lo había dicho.

Se alegraba por ella, pero también le tenía envidia. Le encantaría estar en la misma situación que ella.

– ¿Dejarás de ser ciego alguna vez, Hiruma-kun? –susurró al aire.

–Acabo de ver, maldita novia –fue la respuesta.

End Notes:

¿Que les parecio ese final? Si soy sinsera a mi me encantó.

End Notes:

¿Que les parecio ese final? Si soy sinsera a mi me encantó.

Regresar al índiceJunto a mí. by kalita
Author's Notes:

Es supeeeeer corto, pero me quedo así y no pensaba estar arreglandolo :(

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Es supeeeeer corto, pero me quedo así y no pensaba estar arreglandolo :(

Él, su amor, se encontraba en esos momentos junto a ella. Estaba tan feliz, siempre había querido eso, que la mirara con una sonrisa en el rosto… ¿sonrisa? Eso estaba mal. Él era un demonio y por eso era imposible que su rostro tuviese una sonrisa, pero ella la veía y prefería no cuestionarse nada. No importaba que ese haya sido su primer pensamiento, a veces lo imposible se hace posible…

O eso quería creer.

Nunca había visto su rostro con esa expresión tan tierna, pero le gustaba, era un cambio que solo ella estaba observando. Era algo solo para ella. Trataba de parpadear lo menos posible, estaba segura que esa expresión solo estaría por un momento y ella quería disfrutarla al máximo y no perderse ni un solo detalle.

–Mamori…

Eso también era nuevo, su nombre sonaba tan bello en sus labios, no se cansaría nunca de escucharlo. Pero a la vez era raro, ¿Qué es lo que le estaba pasando a Hiruma para que actuara de forma tan distinta a como era en realidad? Quería pensar en la respuesta, pero a la vez algo dentro de ella se resistía a que encontrara la respuesta.

Algunas veces es preferible no saber.

– ¿Por qué tan contrariada? –por su culpa, él la tenía. Hablándole de esa forma con una sonrisa en su cara y estirando una mano para que ella la tomara… era tan raro que hiciera eso.

 

Igual de raro que el lugar donde estaban. ¿Qué hacían en ese parque? El lugar en sí no era raro, la forma en que llego si lo era. No podía recordarlo, ¿tan ensimismada había estado mirándolo que no se había percatado del momento en que llegaron?  

–No es nada –tampoco podía evitar contestarle ni sonreírle. Y esas preguntas que tenía las arrojo al lugar más alegado que podía haber en su mente.

–Ven, siéntate conmigo.

–Sí.

Cuando trato de sentarse en el banco a su lado, él no la dejó y la sentó en sus propias piernas rodeándola con sus brazos y sin quitar la sonrisa de su rostro.

Otra pregunta que quería arruinar el momento empezó a formarse en su mente, pero antes de que terminara de formularse la arrojó junto a las otras para que ella pudiese disfrutar del momento sin preocupaciones.

Hiruma tomo su rostro para que lo mirara y se perdió en su mirada. Sus ojos no la dejaban ir… y ella tampoco quería acabar con ese momento. Sabía lo que él iba a hacer y no pensaba detenerlo, ella lo quería, lo deseaba. Esperaba por ese beso, soñó tantas veces con el que no podía creer que al fin lo tendría. Y sabia que sería aun más perfecto que en sus sueños. Por la simple razón que la realidad es mejor que la imaginación.

La delicadeza que estaba empleando la dejo consternada por un momento, Hiruma era todo menos delicado. Pero no pensó mucho en ese hecho. Era más importante lo que iba a pasar a continuación.

Lo sintió, sintió la presión en sus labios, un pequeño rose de labios que la hacían desear aun más. Sus ojos querían cerrarse para disfrutar aun más el momento, pero no quería… si lo hacía tenía el presentimiento que él iba a desaparecer. No estaba preparada para que pasara eso.

–Hiruma-kun…

Él volvió a rozar sus labios como una pluma.

Era tan delicado.

Su corazón latía de forma frenética mientras se besaban…

¿Qué pasaría si todo era mentira? ¡No! Ella no quería pensar en eso, ¿Por qué esa pregunta no se quedó junto a las otras? Solo haría que se cuestionara todo y ella no quería pensar. Sí, eso era lo mejor: no pensar.

Pero…

– ¡Despierta maldita mamá gallina! Si quieres dormir ándate a tu casa.

Sin contemplaciones fue despertada del mejor sueño de su vida. Y ahí se vio en la casa club afirmada en la mesa durmiendo.

Se toco los labios, había estado tan segura de que ese beso había sido de verdad, pero era imposible.

¿O no?

Tendría que quedarse con la duda, pero no se podía imaginar a Hiruma al que consideraban un demonio robándole un beso mientras dormía, eso no formaba parte de su personalidad.

–Tck, deja de mirarme maldita manager.

Sonrió. Por sobre todo los sueños prefería al verdadero.

End Notes:

¿Y? ¿Qué les parecio?

Espero vuestros comentarios.

End Notes:

¿Y? ¿Qué les parecio?

Espero vuestros comentarios.

Regresar al índiceVolviendo a creer by kalita
Author's Notes:

Un nuevo capitulo... y no lo subo tan feliz... ¡ningun comentario en el anterior! ¿Tan malos son los oneshot? Me tienen triste :(

 

Author's Notes:

Un nuevo capitulo... y no lo subo tan feliz... ¡ningun comentario en el anterior! ¿Tan malos son los oneshot? Me tienen triste :(

Gritos. Una vez más en esa casa había gritos. No importaba cuantas veces pedía para que las cosas volvieran a ser como antes, pero parecía que allá arriba donde estaba ese que escuchaba las plegarias de todos no lo oía. ¿Tampoco oiría el infierno que se desataba en su casa todos los días? Porque él lo oía y se asustaba o por lo menos las primeras veces; ya estaba acostumbrado.

Su padre era un maldito cobarde y no entendía porque su madre no lo dejaba. Estaba seguro que ellos dos podrían salir adelante sin ese idiota que era un bueno para nada. Esa casa si seguía en pie era por el puro trabajo de su madre, se mataba trabajando para poder sacarlo adelante y más encima cuando volvía a casa le tocaba soportar a ese jodido cobarde. A veces le daban ganas de darle una paliza, pero él tan solo era un niño y como tal no podía hacer nada. Prefería en esos momentos salir de casa e ir a cualquier lugar. Solo volvía cuando sabía que ya estaban dormidos o en el caso de ese cobarde borracho que no reconocía ni su sombra.

Otra vez, esos jodidos recuerdos creía que los tenia bien enterrados, pero parecía que no era así. ¿Qué tendría que hacer para que lo dejaran dormir en paz? Tck, idioteces, maldita basura. Él ya no era un niño asustadizo. Y sobre todo ya no le interesaba que ese señor de arriba lo escuchara, ahora él era su propio señor y no necesitaba el favor de nadie.

Pero no importaba cuanto se dijera eso, el sueño no llegaba como siempre que tenía esa pesadilla.

Solo había una cosa que era capaz de calmarlo, solo una.

¡Pero él no era un jodido débil! No podía estar siempre dependiendo de ella, tenía que empezar a valerse por sí solo como en todo lo demás… pero no podía, no importaba que en todos los ámbitos él fuera independiente. Ella desde el momento que la conoció se metió en su vida hasta hacerlo dependiente de ella aunque fuera en la cosa más mísera para que no la quitara de su vida.

¿Cuánto le costaría manejar Deimon desde las sombras? Ya estaba impaciente por saberlo. Tenía varios secretos del director que lo harían hacer lo que el quisiera. Esos años serían de lo más divertidos.

Nadie le diría nada por andar con un arma en el hombro, todos conocían los rumores. Como tenían que estar dándose te patadas en su cabeza  al saber que habían elegido la misma preparatoria que el demonio. ¡Los haría sufrir a todos! Serían sus esclavos.

–Kekeke… esto será divertido.

– ¡Espera un momento!

¿Le estaban hablando a él? ¿Quién tenía las suficientes agallas para hacerlo? Más por curiosidad que por otra cosa se dio vuelta a mirar y aunque le sorprendió su rostro no dio signo de ello.

¿Esa niña lo había parado? ¿Quién diablos era?

– ¿Si? –estaba siendo de lo más educado, era el primer día de clases, no tenía porque sacar todas las garras al tiro.

– ¡No puedes traer armas!

– ¿Y quién me lo va a impedir?

– ¡El director! Sabes que podrías lastimar a alguien, es más, ni siquiera tendrías que tener una.

Esto se estaba poniendo divertido.

–Tienes razón –vio la cara de suficiencia que había puesto. Estaba seguro que era de esas niñas que todo el mundo le daba la razón… lástima que él no era igual– ¿Te parecen suficiente todas estas? –Pudo ver su cara que ni siquiera supo de dónde sacó el resto, había sido tan rápido que la había dejado sorprendida.

 

Podía ver como todo el mundo lo miraba y sus caras de miedo no podían ocultarla. Su sonrisa apareció sin que la llamaran. Esos malditos idiotas ya sabían a que enfrentarse.

– ¡Guarda eso de inmediato!

– ¿Uh?

Tan pendiente estaba de mirar a los que lo rodeaban que prácticamente se había olvidado de la que lo estaba retando.

– ¿Por qué?

Lo fulmino con la mirada para después decirle:

–Porque puede pasar algún accidente. ¿Acaso no te lo dije antes?

–Tck.

Se fue, a él no le venían a decir que podía hacer y que no. Él se siguió comportando como el demonio que era y ella como vio que nadie se atrevía a hacerle frente entró al comité disciplinario de la escuela para ponerlo en su lugar.

Siempre sacándolo de sus casillas, terminó por acostumbrarse a ella y sus peleas. Hacían que sus días en Deimon fuesen distintos a lo que él imaginaba. Ella era la única que se atrevía a dejarle las cosas claras y era a la única que él no amenazaba.

Seguía sin dormir.

Prefirió levantarse y salir a caminar. Sin que se dieran cuenta sus pies lo llevaron a un lugar que hacía tiempo no visitaba. A lo mejor si hablaba con ella podría calmarse un poco. Entro y se fue a ganar al frente  de ella.

–Hola mamá.

¿Sería muy idiota para hablarle a una sepultura? Tck, era el demonio, podía hacer lo que quisiera y nadie le podía llevar la contraria.

–Hace tiempo que no venia… –eso era obvio– espero que estés bien – ¿bien? ¿Cómo iba a estar bien en ese jodido lugar? Por eso era que no le gustaba ir ahí, nunca sabía que decir.

–Esto es absurdo.

–Tienes razón, es absurdo, pero a veces ayuda.

Se tensó, él que creía que estaba solo y no era así.

– ¿Qué haces aquí?

–Como tú no podía dormir.

Odiaba cuando decía que se le parecía en algo, eso no era así. Él nunca sería un jodido cobarde como ese señor.

–Tck, me largo. –Prefería irse antes de perder la compostura.

– ¿Por qué no hablamos un rato?

–No tengo nada que hablar contigo.

Nada, nada que hablar con un bastardo como él.

Estaba enfadado y así menos iba a dormir. Ahora él quería preocuparse por él. Ahora era demasiado tarde, ¿de qué quería hablar? Entre ellos ya no había nada que decirse. Por la culpa de ese jodido cobarde era que su madre estaba muerta. Ella siempre trató de darle lo mejor y ese idiota prefería beber y lamentarse. Le daba rabia.

Lo que fuera de su vida ahora era solo decisión de él… o eso había pensado hasta que la conoció a ella: su propio ángel. Porque sí, ese ángel se mancharía al quedar marcada por un demonio, él no pensaba dejarla marchar nunca. Así que era preferible que se acostumbrase a él antes de que fuera a tomar lo que era suyo. Porque ya no faltaba mucho para que ella pasara de ser la maldita manager a su maldita novia.

End Notes:

Espero que les guste... y ya saben no les cuenta nada dejar un comentario.

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Espero que les guste... y ya saben no les cuenta nada dejar un comentario.

Regresar al índiceDisclaimer: All publicly recognizable characters and settings are the property of their respective owners. The original characters and plot are the property of the author. No money is being made from this work. No copyright infringement is intended.Esta historia archivada en https://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=39307

100 ONESHOT by kalita

100 ONESHOT by kalita

Como pueden ver por el título, son cien historias de esta pareja que me gusta mucho. Hiruma&Mamori. ¡¡Disfrutenlas!! 100 ONESHOT by kalitaSummary: 100 ONES

fanfic

es

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2024-10-26

 

100 ONESHOT by kalita
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