Primeval (Mundo Primitivo) by Olyr
Cuando Rachel atravesó aquella brillante bola de luz en los bosques de Escocia, nunca se hubiera esperado aterrizar en el pasado y estar rodeada de dinosaurios.
Y menos aún, quedarse atrapada en él. A pesar de que el pánico se apoderó de ella, aprendió a sobrevivir y conoció a gente que la ayudó, gente que decía estaba acostumbrada a lidiar con aquellas "anomalías". Pero no todo salió bien.
Un día fueron atacados y ella fue separada del grupo. Y por una simple casualidad, cuando corría por salvar su vida, atravesó una de aquellas anomalías que la llevó a casa.
Pero, si de verdad había vuelto a su tiempo, ¿porque todo le resultaba tan... extraño?
Categories: SERIES TV Characters: Ninguno
Generos: Ciencia Ficción, Universo Alternativo, Viaje en el Tiempo
Advertencias: Spoilers
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 19 Completed: No Word count: 45264 Read: 1946 Published: 03/02/2013 Updated: 23/08/2013
Cuando Rachel atravesó aquella brillante bola de luz en los bosques de Escocia, nunca se hubiera esperado aterrizar en el pasado y estar rodeada de dinosaurios.
Y menos aún, quedarse atrapada en él. A pesar de que el pánico se apoderó de ella, aprendió a sobrevivir y conoció a gente que la ayudó, gente que decía estaba acostumbrada a lidiar con aquellas "anomalías". Pero no todo salió bien.
Un día fueron atacados y ella fue separada del grupo. Y por una simple casualidad, cuando corría por salvar su vida, atravesó una de aquellas anomalías que la llevó a casa.
Pero, si de verdad había vuelto a su tiempo, ¿porque todo le resultaba tan... extraño?
Categories: SERIES TV Characters: Ninguno
Generos: Ciencia Ficción, Universo Alternativo, Viaje en el Tiempo
Advertencias: Spoilers
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 19 Completed: No Word count: 45264 Read: 1946 Published: 03/02/2013 Updated: 23/08/2013
La historia, para todos aquellos que hayan visto la serie de televisión, estaría situada a mitad de la tercera temporada cuando ocurre "algo" fundamental en la serie. Así que todos aquellos que lean la historia, que sepan que se van a encontrar un SPOILER de los grandes. Sin embargo no es necesario haberse visto la serie de TV. La historia la he intentando hacer de manera que cualquiera que quiera, pueda leerla sin problemas.
La historia, para todos aquellos que hayan visto la serie de televisión, estaría situada a mitad de la tercera temporada cuando ocurre "algo" fundamental en la serie. Así que todos aquellos que lean la historia, que sepan que se van a encontrar un SPOILER de los grandes. Sin embargo no es necesario haberse visto la serie de TV. La historia la he intentando hacer de manera que cualquiera que quiera, pueda leerla sin problemas.
Prólogo by OlyrEsta primera parte es una especie de introducción a mi personaje original y es necesaria aunque puede que sea un poco aburrida. Pero en el siguiente capítulo ya empieza la acción.
Esta primera parte es una especie de introducción a mi personaje original y es necesaria aunque puede que sea un poco aburrida. Pero en el siguiente capítulo ya empieza la acción.
22 de Junio de 2009. En algún lugar de las Highlands escocesas, Escocia.
Habían pasado ya varias horas desde el mediodía pero el Sol apenas se filtraba a través de las ramas de los árboles que poblaban el bosque. Esto conllevaba a que la humedad que había plagado aquel lugar durante toda la noche no se evaporara y formara una especie de neblina que envolvía la vegetación más baja. Lo que le daba al bosque un cierto aire de misterio que le encantaba.
El aire fresco de principios de otoño le alborotaba el cabello castaño, jugueteando con los mechones desiguales. Con una sonrisa cerró los ojos y se dejó llevar. El viento le traía el olor de la hierba mojada, de la madera húmeda mezclándolos con el perfume de las flores más tempranas. Era su lugar favorito para olvidarse de los problemas cotidianos, el lugar perfecto para sentirse libre y olvidarse del ajetreo de la ciudad. Olvidarse de la Universidad y los estudios. De Bradley y su egoísmo. Suspiró quedamente y sus pensamientos fueron más atrás. Olvidarse de la muerte de sus padres.
Sus ojos verdes barrieron el bosque fijándose en cada rama, cada hoja, cada pequeño detalle que hacía especial a aquel lugar. Fue entonces cuando se dio cuenta de que no estaba dónde debía estar. Se había desviado de la senda de tierra que guiaba a la gente por aquellos parajes pero no se preocupó. Conocía aquella región como la palma de su mano a pesar de la vasta extensión que cubría todas las Highlands. Sus padres le habían enseñado aquel lugar cuando aún vivían en Escocia, le habían enseñado a amar aquellos bosques. Y cada vez que volvían, cada verano en que había un poco de tiempo y el Sol brillaba entre las nubes escocesas, salían a recorrer aquellos caminos.
¡La cantidad de veces que había añorado aquellos momentos!
Su padre y ella. Los dos solos. Ellos y la brújula que le habían regalado cuando cumplió cinco años. Aún recuerda aquel día como si hubiera sido ayer. La cara de felicidad de sus padres, abrazados junto al fuego mientras ella habría su regalo. Lo contenta que se puso al tener para ella sola aquel “reloj raro” del que su padre nunca se separaba cuando se iba a las montañas a buscar sus plantas especiales. Recuerda la alegría que sintió cuando le dio la vuelta y vio la dedicatoria que ambos le habían grabado en la plata.
“Para que siempre encuentres tu Norte”
Al ser pequeña, no le dio mucha importancia a aquellas palabras pero ahora, dieciocho años después, los ojos se le empañaban cada vez que miraba aquel grabado desgastado por el tiempo.
Levantó la cabeza y sonrió al cielo mientras se quitaba la mochila que llevaba a la espalda. Sus dedos morenos por el Sol, aunque aquel verano no había sido de los mejores, rozaron multitud de objetos antes de encontrar lo que buscaba.
Volviéndose a colgar la mochila al hombro y tras abrocharse la cazadora marrón que llevaba puesta, dirigió la mirada hacia el objeto. Sus ojos se abrieron sorprendidos y los labios le formaron un pequeño círculo cuando vio el comportamiento de la aguja magnética. Ésta giraba descontrolada, sin apuntar a ninguna dirección en concreto. Cómo si estuviera cerca de alguna anomalía magnética o algo similar.
Dudó un instante en sobre si debía volver sobre sus pasos o seguir hacia delante e intentar averiguar lo que fuera que causara aquel fenómeno a la brújula. Finalmente la curiosidad pudo con ella y guardando el objeto en uno de los bolsillos laterales de la mochila, avanzó. Sus botas de montaña rompían el silencio cada vez que partía una rama seca situada en medio del camino y chapoteaban con torpeza cuando sus pasos la dirigían hacia algún riachuelo ocasional. En un momento dado sus ojos captaron un brillo luminoso a unos metros por delante de ella que parecía aparecer y desaparecer entre los árboles. Intrigada sorteó un tronco caído, apartó unas ramas demasiado bajas que se le enredaban en el pelo y cuando llegó al lugar, se detuvo boquiabierta.
Ante ella se encontraba algo increíble, algo que era imposible que existiera por sí mismo en la naturaleza. Era una especie de globo brillante y enorme que flotaba un poco por encima del suelo. Sin embargo no era un globo, era más similar a un orbe y no tenía la superficie lisa que lo caracterizaba sino parecía fluir en el aire. Parecía estar formado por fragmentos de vidrio roto, de un color extrañamente dorado y daba la sensación de encogerse y agrandarse ante los ojos. E incluso, aunque pareciera increíble, creía poder ver a través de él los árboles de su alrededor.
Con cuidado pero demasiado curiosa para pensar se acercó lentamente al objeto. Se paró enfrente de él y a los pocos segundos, notó una pequeña tensión en el cuello. Cuando bajó la mirada vio con sorpresa que lo que ejercía aquella fuerza era el colgante de plata que llevaba puesto y que, desafiando las leyes de la gravedad, estaba situado de forma horizontal al suelo. Como si la gravedad no le afectara y se viera atraído por aquel fenómeno.
Frunció el ceño y se alejó unos pasos, sujetándose el colgante. Rodeó aquel fenómeno despacio pero no encontró nada que le indicara de dónde había salido. Ningún cable, ningún conducto, ninguna batería. Ni siquiera un proyector que le indicara que todo aquello no era más que una ilusión, una simple broma para entretener a los viajeros. Indecisa, alzó el brazo derecho y lo acercó al fenómeno. No notó nada cuando lo atravesó, ni frío ni calor, sólo una sensación cosquilleante que le recorría la parte del brazo que tenía introducido. Sin embargo a los pocos segundos comenzó a notar como una brisa cálida le recorría los dedos de la mano. La joven frunció los labios y miró a su alrededor, sin sacar el brazo de allí. En el bosque apenas soplaba un poco de viento pero ni de lejos aquel calor húmedo que se le enroscaba a los dedos. Inquieta, sacó el brazo de un tirón y tras comprobar que seguía en buen estado, echó un último vistazo antes de darse la vuelta y alejarse lentamente.
Sin embargo, a los pocos segundos se detuvo. Le picaba demasiado la curiosidad como para simplemente alejarse y olvidar lo que había visto, y nerviosa comenzó a enredarse mechones castaños en los dedos. Era cierto que no había visto ningún elemento que evidenciara que aquello era creación humana pero ¿qué era realmente sino una ilusión? Tras unos minutos de debate interno, se volvió a girar y se encaminó hacia el fenómeno. Cuando estuvo enfrente de ella cerró los ojos, respiró profundamente y dio un paso hacia delante.
Lo primero que la recibió antes de abrir los ojos fue una bofetada de aire húmedo y caliente, exactamente el mismo que había jugueteado con sus dedos minutos antes. Abrió los ojos con expectación y el paisaje que se encontraba frente a ella la sorprendió. Estaba en un bosque pero uno completamente distinto al que había abandonado. El lugar en el que se encontraba ahora parecía más una selva tropical que uno de los bosques perdidos de las Highlands. La vegetación era abundante, tanto a nivel de suelo como en los árboles que se alzaban imponentes ante ella. La brisa cálida le acariciaba la cara y mecía las hojas de los helechos, de equisetos y de un montón de plantas más que, a simple vista, no podía identificar. Todo era absolutamente increíble y bello, rodeado de un aura extraña. Aquel bosque tenía algo que la hacía sentirse fuera de lugar, algo en el aire que no le hacía sentirse del todo cómoda.
Pero dejando atrás sus recelos paseó entre la vegetación, sorprendida de que ninguna de las plantas tuviera flores. Se acercó lentamente a un árbol que se encontraba allí cerca y apoyando la palma de la mano en su tronco, miró hacia arriba. ¡Sus ramas parecían perderse en lo alto! Un escalofrío le recorrió la espalda y separó la mano del árbol. Sus ojos verdes se perdieron a lo lejos, contemplando más y más árboles similares, con sus ramas gruesas y rugosas que se elevaban orgullosas del suelo.
De repente, sus oídos captaron un murmullo vago. Demasiado lejano cómo para predecir su fuente pero lo suficientemente cerca cómo para acertar diciendo que no era de origen humano. Algo indecisa, con la mente dividida entre volver a casa o averiguar lo que era aquel sonido, se dio la vuelta para ver el fenómeno por donde había entrado. Parecía que seguía igual que antes, sin ninguna variación que ella pudiera ver. Así que, tras pelear unos segundos con su mente racional, se dio la vuelta y se alejó lentamente de allí, prestando atención al sonido que se repetía como una llamada. Poco a poco, los árboles fueron siendo menos densos y la vegetación se hizo menos espesa. Creía poder distinguir un claro unos metros por delante de ella y aceleró el paso, impaciente por llegar. El sonido se hizo más intenso a medida que avanzaba y una sonrisa se le formó en la cara. Pero cuando rebasó el linde del bosque y sus botas pisaron el claro, aquella sonrisa se descompuso en una máscara de sorpresa e incredulidad. Sus ojos, entrecerrados por el brillante Sol que bañaba el claro, veían algo que su mente se negaba a creer posible.
Ante ella se encontraba una manada de animales enormes, casi tan altos como los propios árboles y que se alimentaban de las hojas verdes de estos. Tragó saliva incrédula cuando sus ojos vagaron por la anatomía de aquellas criaturas. Su largo cuello que alcanzaba las copas más altas de los árboles terminaba en una pequeña cabeza con una prominencia sobre ella. Su cuerpo era grande y su cola, más larga aún que el cuello, poseía una forma similar a un látigo. Sus piernas, pequeñas en comparación con el resto del cuerpo, no parecían estar echas para correr aunque sí parecían fuertes y musculosas. Los animales pacían tranquilamente al sol, relacionándose unos con otros, indiferentes a que un extraño hubiera entrado en su territorio.
El corazón le golpeaba tan fuerte en el pecho que sentía la sangre latiéndole en los oídos, retumbando como tambores. Se pasó la lengua por sus labios resecos y parpadeó. Una y otra vez, hasta que se convenció de que no estaba soñando. Que realmente estaba despierta y lo que estaba viendo era real. Por unos instantes pensó que todo formaba parte de una broma, una nueva atracción realista destinada a los turistas y a recaudar dinero para cualquier causa benéfica. Pero todo parecía demasiado… real. Algo dentro de ella le decía que aquellas criaturas no eran fruto de su imaginación u hologramas para un anuncio publicitario, sino que eran completa y absolutamente reales. Algo totalmente imposible, ya que no hacía falta ser un catedrático universitario como para saber que los dinosaurios se habían extinguido hacía mucho tiempo. Desaparecidos de la faz de la Tierra, ¡millones de años atrás!
A pesar de que la adrenalina por el descubrimiento aún corría por sus venas, pronto un sentimiento distinto comenzó a inundarla, enredándose con fuerza en su corazón. Ni siquiera lo sintió llegar cuando el pánico la atacó con fuerza. Cuando su mente se llenó de escabrosas imágenes y los músculos se le paralizaron. En su cabeza solo se repetía una frase. Tenía que salir de allí. Por muy importante que fuera aquel descubrimiento, por muy emocionante que fuera, aquellas mansas criaturas no eran seguramente las únicas que residían allí. Y aquel momento, sin nada con lo que defenderse, sin saber ante lo que podía enfrentarse, era una presa fácil. Así que se dio la vuelta rápidamente y dejando atrás el claro, echó a correr.
Realmente no pensó, tras echarse a correr a través del bosque, que su apresurada carrera podría llamar la atención de animales menos mansos que los que se había encontrado y sin embargo, no lo dudó ni un segundo. Tropezándose con las ramas caídas, enredándose en las lianas y con las botas resbalando sobre el musgo, volvió por donde había venido. Tras recorrer el camino se detuvo jadeante a apenas unos metros del fenómeno. Sus ojos verdes brillaron con alivio al ver que aún seguía allí pero una sombra cruzó su mirada. ¿Era sensación suya o la anomalía estaba disminuyendo ante ella? Un gemido de angustia surgió por su garganta cuando se lanzó de nuevo a la desesperada carrera. Pero estaba cansada y no vio una raíz demasiado elevada en el suelo que se enganchó a su pie y la hizo tropezar. Cayó, con un gemido, cuán larga era ha apenas dos metros de su salida a casa. Jadeando por el esfuerzo, apoyó las manos en el barro y dándose impulso, se levantó a duras penas del suelo. Tragó saliva y se dispuso a volver a echar a correr pero el corazón se le paró en seco cuando vio que era demasiado tarde. La anomalía se había cerrado, impidiéndole volver a casa. Dejándola atrapada en aquel lugar y sin que nadie supiera lo que le había ocurrido. Sola. Desarmada. Y con Dios sabía que criaturas a su alrededor.
Espero que si habéis llegado hasta aquí, os haya picado un poco la curiosdad y sigáis leyéndome. ¡Gracias por leer!
Por cierto, soy nueva aquí y no sé porque sale en SERIES: Pecaminoso Amor, the legends of mistics. Pero que sepáis que la SERIE TV a la que se refiere es PRIMEVAL/MUNDO PRIMITIVO/INVASIÓN JURÁSICA
Espero que si habéis llegado hasta aquí, os haya picado un poco la curiosdad y sigáis leyéndome. ¡Gracias por leer!
Por cierto, soy nueva aquí y no sé porque sale en SERIES: Pecaminoso Amor, the legends of mistics. Pero que sepáis que la SERIE TV a la que se refiere es PRIMEVAL/MUNDO PRIMITIVO/INVASIÓN JURÁSICA
Regresar al índiceCapítulo I (Primera parte) by OlyrAquí comienza lo realmente interesante. ¡Espero que os guste!
Aquí comienza lo realmente interesante. ¡Espero que os guste!
Centro de Investigación de Anomalías (ARC), Londres, Inglaterra. UN AÑO MÁS TARDE
- Sarah ¿has visto a Danny?-
La cabeza de James Lester, seguida de su cuerpo entró en el laboratorio donde la egiptóloga Sarah Page estaba trabajando. La mujer estaba tan concentrada en lo que hacía que Lester tuvo que repetirle la pregunta para que ella le prestara atención.
- Perdón Lester, ¿decías?-
El hombre se cruzó de brazos y rodó los ojos. Miró a la joven mujer que esbozaba con una pequeña sonrisa de disculpa en su moreno rostro y frunció los labios.
- Dije que si has visto a Danny Quinn-
- Creo que escuché que él y Becker estaban comprobando las medidas de seguridad del ARC- la mujer se echó el pelo moreno hacia atrás y se giró sobre la silla para mirar mejor a su jefe- pero no estoy segura-
-Entonces si de repente saltan las alarmas no tendríamos de que preocuparnos, ¿verdad?-
Sarah se encogió de hombros sin perder la sonrisa. Sabía que Becker y Danny trabajaban bien juntos, aunque al militar no le hacía mucha gracia que sus medidas de seguridad pudieran ser tan fácilmente violadas por un simple detective.
- Por cierto que tal vas con…- el hombre intentó encontrar la palabra exacta para referirse al objeto sobre el que la mujer trabajaba pero no la encontró-… eso-
Los ojos oscuros de la mujer se encendieron al volver la vista hacia el trabajo y apartó una lupa que había usado minutos antes mientras Lester se acercaba hasta su mesa. El objeto, un prisma de color negro pétreo con base hexagonal, descansaba de forma alargada sobre la mesa. Sarah apartó una serie de instrumentos que había usado para limpiarlo y Lester se inclinó sobre él.
- ¿Ya sabes lo que es?-
- Connor cree tener una ligera idea y que es posible que se relacione con el trabajo que el profesor Cutter estaba haciendo…bueno- la mujer se detuvo unos instantes y tragó saliva- antes de que muriera. Yo lo único que he descubierto hasta ahora, tras limpiarlo, han sido una serie de números grabados en su superficie-
Lester se volvió a poner recto y se cruzó de brazos. Echó una última mirada al objeto y luego se giró hacia Sarah.
- ¿Alguna idea de lo que puede significar?-
La mujer se encogió de hombros y abrió la boca para decir algo pero el sonido de una alarma penetrante la cortó. Al instante, una luz roja brillante se puso a parpadear tanto dentro del laboratorio como en el exterior de él y ambos pudieron observar a través de la puerta abierta, cómo los pasillos se convertían en un enjambre de personas corriendo de un lado hacia otro.
- Genial- murmuró el hombre dirigiéndose hacia la salida- otro día perfecto en la oficina-
Sarah cogió su cazadora marrón que reposaba sobre el respaldo de la silla y salió corriendo detrás de Lester, tropezando con varias personas en el pasillo.
Tras atravesar las puertas dobles de cristal oscuro que separaban el resto del ARC del Centro de Operaciones, Lester se dirigió con pasos imperiosos hasta un joven moreno que estaba sentado frente a una serie de pantallas grandes de ordenador.
- ¿Qué ocurre Connor?-
- Parece que se ha abierto una anomalía cerca de aquí- comentó el joven mientras sus dedos volaban por el teclado- Estoy intentando verificar las coordenadas-
Sarah se asomó por detrás de Lester y se adelantó unos pasos para situarse detrás de la silla de Connor. Apoyando las manos sobre el respaldo, se inclinó hacia delante para observar mejor las pantallas. Los ordenadores reflejaban un mapa del Reino Unido y un círculo de color rojo parpadeaba en un punto, aún indefinido, de Inglaterra. Tras manipular algunos controles, Connor amplió las coordenadas donde se encontraba aquel punto varias veces su tamaño y Sarah pudo ver que señalaba un Parque Natural a las afueras de Londres.
- De acuerdo, todo listo- dijo el joven y tras revolverse el pelo corto oscuro, se puso un sombrero y se levantó de la silla, agarrando con la mano derecha un chaleco negro- ¿Y Abby?-
Apenas mencionó el nombre de la joven cuando una cabeza rubia apareció entre las puertas dobles. La joven, menuda y de límpidos ojos azules, se acercó hasta ellos corriendo con un aparato negro en la mano.
- Danny, Becker y sus hombres están en la armería cogiendo los equipos- explicó cuando llegó hasta ellos. Las puntas de su cabello corto apuntaban a todas las direcciones y ella misma se lo despeinó aún mas cuando paso su mano por él- Aquí tienes el Detector, ¿has verificado las coordenadas?-
- Ajá- respondió el joven sin prestar mucha atención y haciendo que el mapa que se mostraba en los ordenadores de su espalda, apareciera en aquella especie de GPS- Listo, vámonos-
- Esperad, voy con vosotros- dijo Sarah corriendo detrás de los jóvenes pero Connor se dio la vuelta y negó con la cabeza.
- Necesito que te quedes Sarah, creo que ya estamos muy cerca de descubrir lo que significa el objeto de Cutter-
La mujer se detuvo algo contrariada pero ante la mirada suplicante del joven, no tuvo más remedio que acordar quedarse trabajando en ello. Connor le dedicó una amplia sonrisa antes de seguir a Abby a través de las puertas dobles.
Sarah se cruzó de brazos, mirando fijamente el lugar por donde habían desaparecido los jóvenes con una familiar sensación de impotencia pesando en su estómago. Se giró hacia Lester cuando notó que este se le acercaba.
- Realmente no les envidio nada- masculló de brazos cruzados y con una mirada indescifrable fijada al frente- prefiero el trabajo de oficina y no estar rodeado de esos… bichos-
Sarah frunció los labios pero no dijo nada. Lester podía ser todo lo sarcástico que quisiera pero en el fondo sabía que se preocupaba por ellos, igual o más que ella. Y sin embargo, había aprendido a esperar noticias de que todo fuera bien y que no hubieras bajas graves en aquella ocasión. Ella también estaba aprendiendo pero en ocasiones se le hacía endiabladamente difícil. La expectación, la espera de buenas noticias. En ocasiones sentía la necesidad de acompañarlos en la búsqueda de las criaturas y de las anomalías, a pesar de que sabía que no tenía la experiencia necesaria para ello y sería más un estorbo que una ayuda para Becker y sus hombres. Sentía que debía hacer algo más que esperar y trabajar dentro de la instalación. Y aun así, si le dieran a elegir, elegiría mil veces quedarse allí que hacer trabajo de campo.
- ¿Falta mucho?-
Abby rodó los ojos y apretó con fuerza el volante. Era la cuarta vez que el joven repetía la misma pregunta desde que habían salido del ARC. Y de eso, no hacía más de media hora.
- No lo sé Connor, eres tú el que lleva el GPS ¿lo has olvidado?-
- No, claro que no- respondió con una pequeña sonrisa agitando el objeto delante de él- solo era para hacer un poco de conversación. Estás muy callada-
Ella no contestó ni apartó los ojos de la carretera y al joven pronto se le borró la sonrisa de la cara. Se inclinó un poco hacia su asiento, el espacio mínimo que le dejaba el cinturón.
- Abby, ¿estás bien?-
- Claro que sí ¿por qué no iba ha estarlo?- respondió demasiado deprisa, demasiado atropelladamente, echándole una mirada de reojo. Pero cuando vio como el joven arqueaba las cejas demandando una respuesta creíble, resopló y asintió con la cabeza.
- De acuerdo está bien, es mi hermano-
- ¿Tu hermano?- repitió el joven sorprendido sin apartar la mirada de su figura- No sabía que tenías un hermano-
- Se llama Jack- explicó ella- y es probable que venga a visitarme dentro de unas tres semanas-
- Bueno, eso no es tan grave- comentó Connor con la sonrisa otra vez en la cara- ¿Y dónde se va a quedar?-
Abby no contestó. Y Connor supo lo que quería decir con aquel silencio.
- Oh, ya entiendo-
- No tiene a nadie más Connor, sólo a mí- intentó excusarse la joven mientras se detenía en un semáforo rojo, aprovechando esos instantes para mirar al joven a los ojos- es provisional, sólo serán unos días-
Connor asintió distraídamente pero no dijo nada. Giró la cabeza hacia la ventanilla y vio como poco a poco los edificios iban siendo sustituidos por pequeñas casas rodeadas de árboles mientras por su mente volaban las repercusiones de aquella situación. Lo entendía, por supuesto que lo hacía. Era su hermano, su apartamento y él solo un amigo al que le hacía el favor de alquilar una habitación. No era difícil saber cómo se situaban los marcadores.
- ¿Connor?-
La voz de Becker por el intercomunicador le hizo esfumar aquellos pensamientos y volver a centrarse en el trabajo. Manipuló el Detector de Anomalías que llevaba en la mano y cortó al militar a mitad de la frase que estaba pronunciando.
- En apenas unos kilómetros habremos llegado- dijo el joven, volviendo a mirar por la ventana pero en esta ocasión para situarse en el lugar- la anomalía se encuentra a unos diez kilómetros hacia el Este desde la entrada del Parque-
- Recibido-
- Espero que no haya ningún tipo de seguridad con el que lidiar- comentó Abby, cuando Becker cortó la comunicación, pocos minutos antes de aparcar el coche frente a una gran valla metálica. Connor giró la vista hacia donde ella miraba y vio la caseta de un guarda de seguridad- Nos vendría muy bien que Jenny estuviera aquí-
El joven le dio la razón mientras se bajaba del coche y observaba el Parque que se extendía ante ellos. Era un refugio natural poco visitado por los londinenses, debido principalmente a su vegetación espesa que dificultaba el pasear por los senderos de tierra. El joven suspiró y se frotó los brazos desnudos, arrepintiéndose de no haberse traído su cazadora cuando un soplo de aire frío le alborotó el cabello. Chasqueó la lengua y sus ojos oscuros se centraron en el Detector mientras oía como los otros dos coches llegaban hasta ellos.
Notó la presencia de Abby a su lado pero no levantó la mirada a pesar de que sabía que la joven clavaba sus ojos azules en él. Era increíble cómo sabía cuándo ella le miraba y cuando no. Cuándo necesitaba hablar y cuando quería ser escuchada. Sabía que estaba preocupada por como se había tomado la noticia de la llegada de su hermano. Por dónde se iba a instalar durante ese tiempo y si iba a estar bien.
Iba a estar bien, por supuesto, siempre se las arreglaba para estarlo aunque la cuestión de dónde iba a quedarse a dormir aún estaba en el aire. Sin embargo, no era algo que le fuera a decir. No quería que se sintiera más culpable de lo que ya se sentía a pesar de que no tenía motivos para ello. Ni tampoco quería que sus ojos se llenaran de preocupación por él, la preocupación propia de una hermana por su hermano pequeño. Ni en broma.
Con un suspiro, manipuló suavemente el Detector y comprobó que la anomalía no se hubiera cerrado, algo que hubiera hecho todo mucho más fácil. Sin anomalía abierta era imposible que nada saliera – o entrara – en ella, lo que haría que la misión fuera mucho más sencilla de lo que seguramente sería. Aún estaba trabajando en el prototipo para poder cerrar las anomalías a voluntad y cuando lo terminara, todas las misiones del ARC serían mucho más amenas – y seguras – o al menos eso esperaba.
Cuando ya no supo que más hacer para ganar tiempo, levantó la vista hacia la joven que como había adivinado, tenía su mirada azul brillante clavada en él.
- Abby, yo…-
- ¡Abby, Connor!- la potente voz de Danny hizo que girara la cabeza hacia donde se encontraba el detective, a pocos metros de la entrada al Parque y con Becker y sus hombres preparándose para entrar-
- Hablamos más tarde, ¿de acuerdo?- le dijo a Abby con una pequeña sonrisa antes de girarse y caminar hacia los demás.
La joven le siguió hasta el grupo, en donde todos se encontraban escuchando atentamente a Danny.
- El guarda-bosques nos ha dicho que no ha notado nada raro desde que detectamos la anomalía hasta nuestra llegada-
- “Nada más raro de lo normal” han sido sus palabras exactas- apostilló Becker cargando el arma-
- Cierto- afirmó el detective mirando al militar- pero eso no implica que no haya salido nada y esté dando vueltas suelto por el parque. Nos ha dado libre acceso al lugar y le hemos convencido para que no nos acompañe- continuó- y a pesar de que no suele venir mucha gente por aquí, le hemos dicho que prohíba la entrada a cualquiera que no sea de los nuestros. Dos hombres de Becker se quedaran aquí fuera, los demás nos separaremos en grupos para peinar la zona-
- ¿Y la anomalía?- preguntó Abby.
- Nosotros iremos a localizarla y evitaremos que salga cualquier cosa hasta que se cierre- dijo Becker tomando la palabra señalando a los dos jóvenes y a cuatro de sus hombres- Danny y los demás peinarán los alrededores para comprobar si ha habido alguna incursión. El parque es demasiado grande y no podemos arriesgarnos a que algo haya salido y se dirija a la ciudad- y antes de que cualquiera se moviera o dijera alguna otra palabra, se volvió hacia Danny- no hace falta que diga que hay que mantener la radio encendida en todo momento, ¿verdad Quinn?-
El hombre le hizo un gesto de asentimiento antes de girarse junto con su equipo y entrar en el Parque.
Tras verlos marchar, Becker se volvió hacia el resto de sus hombres y luego hacia Abby y Connor.
- En marcha-
Bueno, aquí está la primera parte del capítulo uno. Espero que me comenteis vuestras impresiones sobre la historia, si os parece interesante, si es aburrida o si no os enteráis de nada en absoluto xD Así podré corregir lo que pueda estar mal.
Igualmente, ¡muchas gracias por leer! Actualidad y noticias
Bueno, aquí está la primera parte del capítulo uno. Espero que me comenteis vuestras impresiones sobre la historia, si os parece interesante, si es aburrida o si no os enteráis de nada en absoluto xD Así podré corregir lo que pueda estar mal.
Igualmente, ¡muchas gracias por leer!
Regresar al índiceCapítulo I (Segunda Parte) by OlyrTrascurrieron varias horas hasta que por fin dieron con la anomalía.
Connor les guió hasta ella e incluso con el Detector en la mano, había sido difícil encontrarla. Aunque era de un tamaño considerable, se encontraba situada justo a ras del suelo, medio oculta tras varios árboles de gran tamaño y arbustos espinosos. Con suerte, un lugar bastante alejado de la senda principal del Parque.
- De acuerdo chicos, en posición- tras estas palabras los soldados se situaron a una distancia de varios metros de la anomalía, rodeándola por completo y cubriendo cada uno de sus flancos.
Becker se giró hacia Abby que se había acercado hacia el fenómeno, rastreando el suelo en busca de huellas.
- Parece que no ha salido nada- respondió la joven agachándose y pasando la mano por la tierra, apartando algunas hojas secas- la tierra está húmeda y no hay huellas alrededor-
- Algo es algo- murmuró el militar antes de hablar por el intercomunicador que llevaba enganchado a su oreja derecha- ¿Quinn, me recibes?-
La contestación del hombre no tardó en llegar, aunque lo hizo cargada de interferencias.
- Hemos localizado la anomalía y al parecer no ha habido ninguna incursión- sondeó el lugar donde estaban, demorándose unos segundos más en las figuras de Abby y Connor situados a unos metros a su izquierda- estad atentos por si acaso, ¿de acuerdo? Que no haya huellas en el terreno no quiere decir que no haya salido nada de la anomalía-
- Recibido Becker, estaremos en contacto-
El hombre cortó la comunicación y tras intercambiar unas palabras con uno de los soldados que más cerca tenía, se aproximó hasta donde estaban los jóvenes.
- ¿Y bien?- preguntó Abby al verse aproximarse. Sobre sus rodillas descansaba una pistola de dardos tranquilizantes que siempre llevaba con ella a las misiones. El ser una cualificada zoóloga añadido al hecho de haber trabajado como cuidadora en un zoológico, tenía sus ventajas- ¿Danny ha encontrado algo?-
- Nada por el momento-
- Y esperemos que siga así- comentó Connor levantando la vista hacia ellos. Su mirada se demoró unos instantes más en ambos antes de volverse hacia la anomalía. Esta no parecía variar, simplemente oscilando y brillando alrededor de la vegetación- lo único que espero es que la anomalía se cierre pronto y podamos marcharnos- un escalofrío producido por la humedad ambiental hizo temblar su cuerpo- me muero de frío-
Abby golpeó con fuerza su hombro y el joven desvió su mirada hacia ella, frotándose el lugar del impacto y con una mueca de disgusto dibujada en sus labios.
- ¿A qué ha venido eso?- masculló mientras Becker meneaba la cabeza con su mirada saltando de uno a otro e intentando ocultar una sonrisa.
- ¿No eras tú el que alardeabas hace un par de días de tener un dispositivo que sería capaz de bloquear las anomalías?-
Connor esbozó una sonrisa incómoda que hizo que se le arrugara la nariz. Se frotó las manos cubiertas por unos guantes negros sin dedos, intentando entrar en calor y ganar tiempo a la vez. Pero tanto Abby, que se había levantado y colocado al lado del Becker con las manos en las caderas, como el propio militar, le miraban esperando una explicación.
- De acuerdo, de acuerdo, es cierto- resopló el joven levantando las manos en son de paz- pero es solamente un prototipo, aún no está terminado-
- Connor, ¿te das cuenta de lo que eso significa?- Becker había relajado la mano que sujetaba el arma hasta el punto de que esta colgaba simplemente de la correa y miraba al joven con entusiasmo en los ojos. El mismo entusiasmo que brillaba en la mirada azul de Abby- Podríamos evitar que las criaturas se escaparan y que alguien entrara por accidente en ellas. Podríamos controlarlas hasta que se cerraran, sin necesidad de tener a un montón de hombres vigilándolas-
- ¿Crees que no había pensado en ello?- el joven esbozó una sonrisa torcida mientras que con la mano rozaba la pantalla líquida del Detector- eso ha sido en parte el porqué lo he estado desarrollando-
- ¿Y cuál es la otra parte?- la voz de Abby sonaba curiosa e inclinó la cabeza hacia el joven, obligándole a responder.
- Que así no me tendría que congelar el trasero esperando por algo que no va a ocurrir-
Becker esbozó una sonrisa mientras Abby meneaba la cabeza, pero como si las palabras de Connor hubieran sido un detonante, instantes después de que salieran de sus labios, un rugido potente se coló a través de la anomalía hasta ellos.
Abby giró sobre sí misma con el arma a punto y notó como Connor chocaba contra su espalda tras levantarse bruscamente del suelo.
- ¡Atentos! ¡Disparad a mi señal!- Becker volvió a sujetar el arma con firmeza y se posicionó junto a sus hombres, con la mirada situada en la anomalía- Abby, Connor poneros detrás-
No hizo falta que se lo dijeran dos veces. Ambos jóvenes dieron un par de pasos hacia atrás y se colocaron tras los soldados, Connor con los ojos abiertos de par en par y el Detector pitando en la mano y Abby sujetando con fuerza la pistola de tranquilizantes.
Tras varios segundos de tensión en los que solo se oía el rumor del viento entre las ramas de los árboles, el rugido se volvió a oír, esta vez más cerca y profundo y Becker hizo señas a sus hombres para que cercaran aún más la anomalía preparados para disparar a cualquier cosa que saliera de allí. Sin embargo, no estaban preparados para lo que salió de ella bruscamente.
Una joven desaliñada, con la ropa echa jirones y llena de barro, salió trastabillando de la anomalía, tropezando con sus propios pies y cayendo de rodillas al suelo.
- ¿Qué demonios…?- farfulló Becker bajando el arma y mirando asombrado a la joven. La misma cara de sorpresa estaba pintada en el rostro de sus hombres que al igual que él, habían relajado la tensión sobre sus armas.
Pero la joven no recayó en la presencia de los militares, a pesar de estar rodeada de ellos. Parecía desorientada y sus ojos verdes reconocían con temor el bosque donde se encontraba. Su pelo castaño oscuro estaba recogido en una trenza medio deshecha que se balanceaba de un lado a otro cada vez que movía la cabeza. En las manos llevaba una mochila de color oscuro desgastada por el tiempo y la cual sujetaba como si fuera su mayor tesoro. Tenía la respiración pesada, como si hubiera estado corriendo durante largo tiempo y en las porciones de piel que tenía al descubierto, pequeñas heridas la manchaban de sangre.
Por fin, tras lo que parecieron ser apenas un par de minutos, pareció reconocer el lugar haciendo que toda su figura se relajara y permitiendo a sus ojos separarse de los árboles y fijarse en las personas que tenía alrededor. Su mirada pasó a través de los militares, apenas fijándose en ellos y se clavaron en Connor y Abby. Cuando sus ojos se encontraron con los de los jóvenes, una inmensa sonrisa inundó su cara, dando luz a su mirada. Con dificultad, se levantó del suelo y arrastrando los pies se acercó hasta ellos. Se detuvo a un par de pasos de distancia y su mirada pasó de Connor a Abby de manera intermitente, sin que la sonrisa abandonara nunca su cara.
- Gracias a Dios que os he encontrado-
Ambos jóvenes tuvieron que forzar el oído para escuchar aquellas palabras apenas murmuradas y Connor se vio obligado recortar la distancia que los separaba cuando la joven se derrumbó sin fuerzas hacia delante con los ojos cerrados.
- Lo siento- escuchó que susurró en su oído antes de que perdiera el conocimiento por completo y su cuerpo se quedara laxo entre sus brazos. La sorpresa, hizo que Connor estuviera desprevenido y trastabillara hacia atrás por el peso de la joven.
- ¿Connor?- el joven sintió la mano de la joven en su espalda, ayudándole a mantener el equilibrio y el peso de la chica- ¡Dios mío, mira su espalda!-
Cuando se pudo separar un poco de la joven pudo comprobar lo que había llamado tanto la atención a Abby.
La camiseta que la chica inconsciente llevaba puesta, de un color indefinido entre marrón y verde oscuro, estaba desgarrada por la parte de atrás en gruesos trazos de arañazos y varios regueros de sangre empapaban el tejido de la misma.
- Tenemos que llevarla al hospital- dijo la joven con la mirada preocupada, antes de girarse hacia Becker, que estaba dando instrucciones a sus hombres mientras se acercaba a ellos- Becker, tenemos que llevarla a un hospital, está herida-
- No deberíamos moverla de aquí hasta que la anomalía se haya cerrado. No sabemos de dónde viene o si es peligrosa- le contestó el militar mirando con desconfianza el cuerpo inerte de la joven- además, una ambulancia está en camino-
- Becker, su respiración es apenas superficial y está perdiendo mucha sangre- le reclamó Abby con los ojos brillantes- necesita un hospital ya-
El militar entrecerró sus ojos claros meditando las opciones que tenía hasta que finalmente asintió. Hizo una seña a dos de sus hombres que rodeaban la anomalía para que se acercaran a ellos.
- Ellos os escoltaran y la vigilarán- dijo refiriéndose a la chica- Y tened cuidado-
Ambos jóvenes asintieron con vehemencia y antes de alejarse, Connor le dejó a Becker el Detector explicándole de manera muy superficial su manejo básico.
El militar observó como el quinteto se alejaba a través de los árboles y volvió a su posición en la anomalía. Observó por unos instantes el Detector y levantó la mirada de la pantalla líquida cuando el rugido animal volvió a oírse en el lugar. Frunciendo el ceño, utilizó la mano libre que no sujetaba el arma para llegar hasta su intercomunicador.
- Quinn, necesito que volváis a las coordenadas de la anomalía-
- ¿Ha pasado algo?-
La voz del detective sonaba distorsionada y Becker chasqueó la lengua con disconformidad, pensando en la joven que les había encontrado.
- Podría decirse que sí-
Tras el asentimiento de Danny, volvió a guardar su posición. Tenía la mirada fija en el fenómeno pero su mente se encontraba lejos de allí. Llena de preguntas sobre la joven misteriosa que los había encontrado minutos antes.
Parecía confusa tras haber salido de la anomalía y encontrarse en el bosque, lo cual era algo lógico, teniendo en cuenta de que era muy probable que no se encontrara en uno cuando la cruzó.
Sin embargo, lo que más curiosidad le causaba era el hecho de que se había dirigido hacia Connor y Abby directamente, ignorando por completo la presencia suya y de los soldados. Aquello le causaba más curiosidad de lo que estaba dispuesto a admitir. Sólo sabía un motivo para aquel comportamiento y no estaba muy dispuesto a rechazarlo por completo.
Con aquellas preguntas bailando en la cabeza parpadeó de repente, sorprendido ante lo que creyó ser una fluctuación de la anomalía. Mantuvo la mirada fija durante unos instantes y comprobó que no se lo había imaginado, la anomalía se estaba cerrando, disminuyendo de tamaño ante sus ojos. Hizo una seña a sus hombres de que estuvieran atentos y en su interior rezó para que se cerrara sin que nada más ocurriera. Pero la suerte no estaba de su parte.
Un potente rugido que hizo que le temblaran los tímpanos, se oyó a través del fenómeno, segundos antes de que una criatura cuadrúpeda saliera a través de ella. Por unos instantes, los hombres y la criatura se observaron fijamente, midiéndose los unos a los otros.
Era grande. Del tamaño de un león pero de un pelaje más oscuro. Sus orejas puntiagudas se movían en todas las direcciones, captando sonidos que nadie más oía. Su cola, larga y acabada en punta se movía despacio, como tanteando el aire de alrededor. Su boca estaba entreabierta y se podían vislumbrar grandes colmillos, similares a los de un tigre de dientes de sable, aquellos felinos Prehistóricos ya extintos.
El escrutinio no duró apenas unos segundos, en los que la criatura entrecerró los ojos brillantes, analizándolos. Pero cuando Becker salió de su estupor y dio la orden de disparar, la criatura, que había reaccionado una milésima de segundo antes, les esquivó con agilidad perdiéndose entre la densa vegetación.
Bueno, aquí está la última parte del capítulo =) Espero que os esté gustando de momento. Y creo que sí, más por el número de visitas que por los comentarios xD No digo nada porque yo también he sido de esas "lectoras fantasma" pero bueno, espero que al menos disfruteis con la historia.
Y para acabar. ¿Alguna de idea de quién es la chica que ha salido de la anomalía? Muy sencillo, ¿no? Y ahora algo quizás más complicado, ¿porqué ha pasado de los soldados y se ha ido directamente con Connor y Abby? ^^
¡Gracias por leer!
Bueno, aquí está la última parte del capítulo =) Espero que os esté gustando de momento. Y creo que sí, más por el número de visitas que por los comentarios xD No digo nada porque yo también he sido de esas "lectoras fantasma" pero bueno, espero que al menos disfruteis con la historia.
Y para acabar. ¿Alguna de idea de quién es la chica que ha salido de la anomalía? Muy sencillo, ¿no? Y ahora algo quizás más complicado, ¿porqué ha pasado de los soldados y se ha ido directamente con Connor y Abby? ^^
¡Gracias por leer!
Regresar al índiceCapítulo II (Primera parte) by Olyr¡Hola de nuevo! Aquí está la primera parte del capítulo II. ¡Espero que os guste!
¡Hola de nuevo! Aquí está la primera parte del capítulo II. ¡Espero que os guste!
Llevaban varias horas en el hospital y aún no les habían dicho nada. A pesar de que nada más que habían entrado por la puerta principal con la joven aún inconsciente, los habían atendido. El rastro de sangre que la espalda de la chica iba dejando a su paso, les había debido dar a entender a los médicos que no había tiempo para formalidades. Una doctora, que debía llevar bastante años en el edificio, había llamado a dos enfermeros que habían tumbado con cuidado a la joven en una camilla y se la había llevado a través de una puertas dobles de cristal oscuro. Así habían pasado el tiempo y aún no les habían dado ninguna noticia.
Becker había llamado media hora antes diciendo que había salido una criatura de la anomalía, que la habían perdido pero que estaban buscándola. También les informó que la anomalía se había cerrado y por tanto no había posibilidad de devolverla a su tiempo. Abby había intentado convencer al militar de la posibilidad de llevarlo al ARC pero la contestación del joven había sido un “No” rotundo. Y aunque Connor no había dicho nada, al menos en voz alta, había secundado aquella afirmación con vehemencia. Si las heridas que aquella joven tenía habían sido producidas por aquella criatura, el ARC no era el lugar para tenerla.
- ¿Quién crees que puede ser?-
- ¿Qué?-
Connor levantó la vista, que había estado perdida el último cuarto de hora en el suelo blanco de mármol y se la clavó a Abby, que reposaba la espalda contra la puerta del cuarto en donde les habían dicho que iban a llevar a la joven tras la operación.
- Que quién crees que puede ser-
La zoóloga entrecerró sus ojos claros y miró al joven con cierta irritación.
- No soy adivina Connor, no tengo ni idea de quién puede ser-
- Pero nos reconoció- sus ojos marrones brillaron y tras alborotarse el oscuro cabello, tiró de las solapas de su chaleco en un gesto nervioso- ya viste cómo nos miró, lo que dijo nada más salir de la anomalía-
- Eso no significa nada. Podría haber entrado en la anomalía por un descuido y al volver a encontrar la salida, se alegró al ver personas. No hay nada raro en ello-
- Pero se dirigió hacia nosotros Abby- se señaló a sí mismo y luego a ella- ni a Becker ni a los otros soldados, a nosotros-
- ¿Y qué quieres decir con eso?- la joven se encogió de hombros y se giró hacia él, con el rostro serio- ¿La conoces? ¿Sabes quién es?-
Connor arrugó la nariz, contrariado pero negó con la cabeza.
- Yo tampoco, nunca la había visto en mi vida- agachó la cabeza y bajó la mirada hacia sus manos, en donde se pasaba el arma de tranquilizantes de una a otra- Ha sido simple casualidad-
- Pero ¿por qué a nosotros y no a ellos?- volvió a decir el joven mientras señalaba con la cabeza a los dos soldados que se encontraban a pocos metros de donde estaban, con el rostro serio y pendientes de todo movimiento- si yo me perdiera en una anomalía y más tarde consiguiera salir, lo más probable es que cuando estuviera fuera me dirigiera directamente a alguien que llevara un arma-
Abby sonrió levemente ante sus palabras, conocedora de la rabia que le daba al joven no poder llevar un arma pero no levantó la mirada. Sintió la mano de Connor en el hombro y levantó la mirada hacia él cuando el ruido de unas ruedas metálicas le hizo girar en redondo.
Notó como el joven se enderezaba y guardó con cuidado el arma en el pantalón, observando como una camilla guiada por dos enfermeros se dirigía hacia allí.
La doctora que seguía a la camilla levantó la mirada de los papeles cuando llegó hasta ellos. Era la misma que les había atendido a la entrada del hospital y sus ojos castaños rodeados de pequeñas arrugas, evidenciaban que llevaba bastantes años ejerciendo aquella profesión. Que había visto muchas y diversas cosas pero eso no implicaba que dejara de hacer las preguntas pertinentes. Preguntas que ni Connor ni Abby estaban capacitados para responder.
- ¿Son ustedes los responsables de la joven?-
- Así es- respondió Abby rápidamente- nosotros la encontramos en el Parque Natural que hay a las afueras de la ciudad-
- De acuerdo…- murmuró la doctora, escribiendo algo en los papeles que llevaba en la mano- ¿Y sabríais decirme cómo se hizo las heridas que tiene en la espalda?-
Ambos jóvenes se miraron con la indecisión pintada en sus rostros. Sabían perfectamente lo que le podría haber ocurrido a la joven, sobre todo después de la última llamada de Becker. Pero el que se lo pudieran explicar a la doctora era otra cosa. En realidad estaban comprometidos por contrato a no contar nada sobre las anomalías, las criaturas y su relación con ellas a personas fuera del ARC y del proyecto. Y aunque la doctora estaba en su derecho de preguntar, al fin y al cabo le había salvado la vida a la joven y no había llamado a las autoridades como ocurría en casos como aquel, ellos no estaban en condiciones de contárselo.
- ¡Jenny, que bien nos vendrías en este momento!-
El pensamiento de Connor era una réplica del de Abby y el joven lo veía reflejado en sus ojos azules. Era cierto que desde que Jenny se había marchado nunca la habían necesitado, al menos de forma desesperada y al menos hasta ese momento. Desde el inicio del Proyecto Anomalía les había acompañado, haciendo que preguntas como aquellas no se volvieran incómodas, gracias sobre todo, a su don de gentes y a su línea directa con el Primer Ministro. El que el principal líder del Parlamento supiera de la existencia de las anomalías y del ARC era, en muchas ocasiones, una gran ventaja.
- Verá, en realidad…- comenzó Connor, haciendo aspavientos nerviosos con las manos pero se vio interrumpido por Abby que, poniéndole una mano en el pecho le alejó un poco de la doctora para que esta captara toda su atención. Sus ojos azules se clavaron con decisión en los de la mujer.
- ¿Se pondrá bien?-
- Todo indica que se recuperará- la doctora esbozó una sonrisa conciliadora aunque esa luz no llegó a sus ojos- sufre deshidratación y las heridas eran bastante graves- chasqueó la lengua y meneó la cabeza- un poco más profundas y hubieran sido un problema serio pero parece fuerte. Saldrá de esta-
Abby asintió conforme mientras Connor esbozaba una sonrisa relajada.
- Sin embargo, me gustaría saber porqué una joven que ha sido encontrada en medio del bosque, con heridas de lo que parece ser un animal salvaje, necesita de soldados que la escolten- la mujer giró la cabeza hacia los dos hombres que tras esperar a que salieran los enfermeros de la habitación habían ocupado una posición en ambos lados de la puerta- No he llamado a las autoridades porque las heridas de vuestra amiga eran demasiado graves cómo para esperar al papeleo pero si tengo a una persona peligrosa en mi hospital me gustaría saberlo-
- Por supuesto- Abby asintió vigorosamente haciendo que su cabello rubio se revolviera con el movimiento. Connor, a su lado, la miró con los ojos bien abiertos- si me puede conseguir un teléfono, me comunicaré con mi jefe y él se lo explicará todo-
- ¿Con su jefe?- la doctora parecía recelosa- Me acaban de decir que no conocen a la joven y que se la encontraron en el Parque Natural en ese estado-
- Y así es. Pero es que nosotros somos parte del equipo encargado del cuidado del Parque- explicó la joven rubia, señalándose así misma y a Connor- estábamos haciendo nuestra ronda cuando la encontramos. Es probable que sea una excursionista que se haya topado con algún lobo salvaje y como todas las personas que pisan el Parque han de ser registradas al entrar, es probable que mi jefe localice a la joven en el registro-
La mujer no parecía muy convencida pero los ojos claros de Abby y su voz suave lograron persuadirla lo suficiente para que la guiara hacia la recepción, desde donde podría llamar por teléfono. Y al menos así, posponer las preguntas. Cuando ambas mujeres le dieron la espalda, Connor esbozó una amplia sonrisa y se pasó las manos por el pelo, desordenándoselo de manera relajada antes de darse la vuelta. Iba a entrar a la habitación de la joven cuando algo pasó por mente.
- ¡Doctora!- la mujer y Abby se giraron, esta última con una mirada asesina- la chica, ¿está despierta?-
- Está conciente pero no es bueno que la atosigue a preguntas- ahora fue la doctora la que le fulminó con la mirada- la operación ha sido larga y como le he dicho, su cuerpo no sufre sólo de las heridas. Necesita descansar por lo que se quedará aquí por un tiempo-
El joven le dio las gracias con un asentimiento de cabeza y entró en la habitación tras asegurarse que Abby guiaba a la doctora hacia la recepción.
Bueno, hasta aquí la primera mitad del segundo capítulo =) Poco a poco se irá haciendo más interesante porque ya veréis que Connor se caracteriza por tener una gran curiosidad y querrá descubrir quién es esa chica y porqué les trata con tanta familiaridad.
Agradezco un montón todas las visitas que estoy teniendo ^^ De verdad, muchas gracias. Aunque también me gustaría que si lo leeis, comentarais alguna cosa. Cualquier cosa, en serio, estaría muy agradecida.
Y sin más, ¡hasta la próxima! ^^
Bueno, hasta aquí la primera mitad del segundo capítulo =) Poco a poco se irá haciendo más interesante porque ya veréis que Connor se caracteriza por tener una gran curiosidad y querrá descubrir quién es esa chica y porqué les trata con tanta familiaridad.
Agradezco un montón todas las visitas que estoy teniendo ^^ De verdad, muchas gracias. Aunque también me gustaría que si lo leeis, comentarais alguna cosa. Cualquier cosa, en serio, estaría muy agradecida.
Y sin más, ¡hasta la próxima! ^^
Regresar al índiceCapítulo II (Segunda Parte) by OlyrEl cuarto era simple y sencillo. Limpio y con las paredes blancas similar a cualquier otro de un hospital, aunque había que destacar que sólo había una cama. La doctora ya había debido sospechar algo al trasladarla a aquel cuarto individual.
La joven reposaba en una cama de sábanas blancas cerca de la única ventana que poseía la habitación. Los últimos rayos de Sol se colaban por los cristales yendo a caer sobre su rostro. Tenía la piel morena algo sucia de tierra y en algunos lugares, se podían apreciar pequeños cortes aunque su rostro demostraba serenidad. Su respiración también era constante y acompasada lo que le hizo suponer que estaba dormida. Sus manos reposaban por encima de las sábanas y una de ellas, la que no tenía una vía, estaba vendada. Su pelo castaño seguía igual de mal trenzado que cuando salió de la anomalía y no supo por qué pero aquello le hizo esbozar una sonrisa. El contraste entre la prístina habitación y a joven era bastante llamativo.
Caminó hasta el borde de la cama y se sentó en una esquina, observándola con intensidad. Rebuscaba en su cerebro alguna pista que le indicara porque aquella joven desconocida les conocía. Pero no era capaz de hallar nada. Su rostro, aunque bonito, le era totalmente desconocido y eso, no hacía más que aumentar su curiosidad sobre ella.
Puede que Abby creyera en las casualidades pero él no. Al menos, no de ese tipo. Sus ojos se demoraron un poco más en aquel sereno rostro hasta que, desviando la mirada hacia la mesilla que se encontraba a su derecha, vio en el suelo la ajada mochila de la joven. Con una sonrisa torcida propia de un niño cuando va a realizar una travesura, se inclinó hacia ella. Ahora sí que podría encontrar respuestas.
Pero sus dedos apenas habían rozado el cierre metálico cuando notó como alguien le agarraba del brazo. Giró la cabeza hacia la joven y clavó su mirada en los ojos verdes que le miraban con atención.
Su mirada estaba empañada y el joven supuso que sería por el cansancio y las medicinas, pero en su rostro comenzó a formarse una sonrisa en cuanto vio que él le devolvía la mirada.
- Connor…-
La voz de la joven no fue más que un sordo susurro pero aquella única palabra – su propio nombre- hizo que la curiosidad del joven se acrecentara. Ahora podía estar seguro de que el que se hubiera dirigido hacia ellos no había sido ninguna casualidad. ¡Les conocía! Por eso había obviado a los soldados y había ido directamente hacia ellos.
Con el corazón martilleándole en el pecho de la emoción y la mente plagada de un millón de preguntas, se apoyó bien en la cama. No retiró la mano con la que la joven apretaba su brazo ya que, por su expresión, parecía tranquilizarla.
- ¿Me conoces?-
Ella parpadeó con pesadez ante la pregunta, como si le costase comprender su significado. Pero tras unos instantes, asintió lentamente.
- ¿De qué nos…?- pero tan pronto como había empezado preguntar de nuevo, él mismo se cortó.
No podía empezar a atosigar a la joven a preguntas cuando se acababa de despertar a pesar de que la curiosidad le estuviera corroyendo por dentro. De esa manera lo único que conseguiría sería o que sus respuestas no tuvieran sentido debido a la medicación o que se cerrara completamente a él y no le dijera nada. Sin embargo, una pregunta sencilla se le vino a la mente en cuanto ella le sonrió con ánimos, como sabiendo lo que le pasaba por la mente. Era una duda que posiblemente despejara el misterio sobre ella o sino al menos era posible que le alegrase al verse interesado.
- ¿Cuál es tu nombre?-
Acertó una parte, ya que la sonrisa de la joven se amplió.
- Rachel. Rachel Williams-
- Rachel Williams…- repitió el joven murmurando para sí mismo.
Aquel nombre no le traía nada a la cabeza, ningún recuerdo, ningún sentimiento. Nunca la había conocido en su vida, de eso al menos ahora estaba seguro. Sin embargo ella sí que le conocía y por ello la curiosidad seguía burbujeando en su interior. No era alguien muy dado a relacionarse socialmente, apenas había acabado la Universidad cuando había conocido a Nick Cutter y a Stephen y se había involucrado en el Proyecto Anomalía. Y después de eso lo único a lo que se había a dedicado era al trabajo. Aquel último pensamiento le trajo un nuevo hilo de conversación, aunque se lo guardaría para más tarde.
- Rachel, ¿sabes donde estás?-
Observó como la joven abría desmesuradamente lo ojos, su cuerpo se tensaba bajo las sábanas y negaba con la cabeza con vehemencia. También notó como la presión que su mano ejercía sobre su brazo aumentaba y tuvo que posar su mano libre sobre la de ella, en un intento de que se tranquilizase.
- Estás bien. Estás en un hospital en Londres- la joven se relajó visiblemente ante aquella información y poco a poco dejó caer su mano del brazo de Connor. - Te encontramos en un Parque Natural, a las afueras de la ciudad, ¿lo recuerdas?-
Ella asintió con la cabeza y Connor le sonrió, dándole ánimos.
- ¿Recuerdas algo de cómo llegaste hasta allí? ¿El objeto por el que saliste…?-
Pero no pudo terminar la frase. La joven había cerrado los ojos y apretado los labios, con los puños fuertemente apoyados en sus costados. Era una respuesta un poco inusual pero lo entendía. Si era una civil como él creía que era, muy probablemente era que se hubiera topado con el fenómeno por casualidad y lo hubiera atravesado por pura y sana curiosidad. O simplemente por accidente ya que no era la primera vez que ocurría.
Sin embargo eso no explicaba el hecho de que le conociera. A él y a Abby.
- Rachel, me conoces, ¿verdad?- más que una pregunta era una afirmación pero no le importó ya que sabía que era verdad- A mí y a Abby, por eso viniste hacia nosotros después de atravesar el fenómeno por el que saliste-
La joven emitió un suspiro, mitad de cansancio mitad de tranquilidad pero abrió los ojos de nuevo. A pesar de ello, Connor se lo tomó como un asentimiento.
- ¿De dónde?- el tono de voz que le impuso a la pregunta pudo ser un poco más brusco de lo que pretendía pero la joven no se inmutó. - ¿Rachel?-
Una suave presión en su brazo le hizo saber que aún seguía consciente pero por muy poco. Su respiración se había vuelto a acompasar y murmuraba algo entre dientes.
Connor acercó el oído hacia sus labios, intentando captar lo que fuera que estuviera diciendo. Sus palabras le interesaban ya fueran incoherencias o fantasías y a lo mejor, con un poco de suerte, lograría enterarse de cómo les conocía.
Pero las palabras que la joven murmuraba en sueños no contestaron ninguna de las preguntas que se arremolinaban en su mente, sino que produjeron otras. Otras muy interesantes.
Rachel estuvo casi dos semanas completas ingresada en el hospital y durante ese tiempo siempre hubo un par de soldados apostados delante de la puerta de su habitación. La doctora había dejado de hacer preguntas con respecto a ellos, conforme al parecer con las respuestas que había obtenido. Sin embargo, no dejaba de mirarlos con malos ojos cada vez que iba a comprobar el estado de la joven.
Del resto del equipo, y sin contar a Connor, casi nadie había pasado por aquella pequeña habitación. Puede que Abby se hubiera pasado alguna vez más por allí pero sobre todo para recoger al joven y llevárselo a casa. Era el que más horas había pasado en aquel cuarto de hospital. Y aunque no decía nada, ella sabía por el brillo de sus ojos que estaba fascinado por la joven. No en el ámbito sentimental sino por las preguntas que le causaban las pocas respuestas que Rachel le daba, en los escasos instantes en los que recuperaba la consciencia.
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2024-10-27
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