Retomamos la actividad de los fanfics, Izbet https://www.wattpad.com/user/Izbet46 nos manda la décima parte de su nuevo fanfic en español de Bola de Dragón titulado "Ángel Ciego 9.6 Un día en la cascada"
Resumen:
Ahora que Izbet puede ver, Kaio Shin le lleva fotografías de su pasado que le manda Yun.
Hay que descansar y que mejor que en la cascada.
— Era genial cuando íbamos a la cascada con Dende — dijo Izbet cuando vio una foto de todos en ese lugar.
— Aunque hubo un tiempo que no quería acompañarnos, y tenías que convencerlo.
— Fue cuando empezamos a ser pareja, creo que no quería hacer mal tercio jajaja.
RECUERDO
Piccolo y su familia iban a la cascada a entrenar, Dende los acompañaba ya que cuando estaban allí todos hablaban en namek, y mientras el joven dios tenía los ojos cerrados descansando, su mente volvía a sus recuerdos del antiguo Planeta Namek, antes de la llegada de Frezzer, cuando los habitantes de la aldea terminaban de plantar los árboles de Ajisa, y se sentaban a la sombra a descansar. Durante la mañana Yun y su madre hacían equipo para luchar contra Piccolo.
— ¿No sigues? — le preguntó el dios al joven.
— No — Yun se sentó en la hierba — ahora le toca luchar a mamá y papá solamente — los vio en el cielo — VAMOS, TÚ PUEDES.
— ¿A quién alientas?
— A cualquiera de los dos — sonrió, siempre le había llamado la atención que sus padres fueran tan diferentes, no sólo en su físico sino en su forma de ser, había escuchado que los polos opuestos se atraían, en este caso estaba seguro que era así.
— ¿Y cómo sigues en la escuela?
— Todavía algunos compañeros me molestan o me miran raro, pero no les hago caso — mirando a sus padres — esos nunca se cansan. Voy a ir a nadar un rato ¿Quieres acompañarme?
— No, gracias, acá estoy bien.
A las horas la pareja terminó el entrenamiento, Izbet se fue a sentar al borde del río, Piccolo se acomodó a meditar cerca de la cascada.
— Mamá sabes nadar, ven, no está tan hondo.
A pesar que ella decía que le encantaba el agua, su hijo nunca había podido lograr que entrará en la parte alta, cuando le salpicó un poco en el rostro se devolvió.
— Voy a preparar algo para que comamos, ya es tarde — salió del río.
— No escapes — le gritó riendo su hijo.
— No escapo, y no sigas con eso o te castigo, recuerda que YO TENGO EL PODER... jajajaja.
— No es justo mamá... ¿Te ayudó?
— No es necesario, tengo todo bajo control.
— Como siempre.
El joven se tiró a descansar en la hierba, nunca olvidaría el momento en que entendió que significaba que ella fuera ciega, ese día dejó un juguete fuera del área de juegos que tenía en la casa, su madre pasó y se cayó, él no comprendía porque no lo esquivó, cuando entendió tuvo mucha tristeza, y trató de ayudarla en cualquier cosa que hacía, hasta que conversaron, y le hizo entender que aunque tenía limitaciones, debía dejar que hiciera las cosas sola, si no podía entonces le pediría ayuda.
— EN 5 MINUTOS TODO ESTARÁ LISTO, DENDE, PICCOLO, ACOMPÁÑENNOS, LES TRAJE LA AGUA PURIFICADA QUE TANTO LES GUSTA — les dijo la medio demonio.
— Hummm... no tienes por qué gritar — refunfuñó el namek.
"A pesar que a veces me hace enojar, me encanta cuando está cerca, aunque no hablemos, siempre me sentí en calma a su lado, desde que nos conocimos algo en mí me decía que debía cuidarla, no fue casualidad que cuando se cayó esa tarde yo estaba cerca para tratar de ayudarla. Ya cuando termino su año en el Templo y empezamos los entrenamientos, nuestras conversaciones cuando terminábamos eran variadas y entretenidas, muchas veces no nos dábamos cuenta de la hora, casi siempre terminaba durmiéndose, y debía quedarse en el Templo, la iba a dejar a una habitación, me quedaba un rato a su lado por si despertaba decirle donde estaba y no se asustará, pero siempre era al otro día que se levantaba. Incluso me decía a mi mismo que la próxima vez, si seguía con las visitas al Templo, sería más suave en la lucha porque la cansaba demasiado, pero era imposible, a ambos nos gusta probar nuestros límites. Me sentía intranquilo si no la acompañaba a su casa al otro día, y una vez allí aprovechábamos de meditar un poco más, luego mientras ella almorzaba yo leía algo de su biblioteca.
Sin darme cuenta la convivencia con Izbet me hizo cambiar, cuando nació Pan fui cariñoso con la pequeña, incluso ayude varias veces a Milk en algunas cosas. Luego fui humano, cuando volví a ser namek y aparecieron mis sentimientos de amor hacía ella casi me vuelvo loco, me costó comprender lo que me pasaba — sintió el ki relajado de Yun — ella creyó que yo no deseaba tener hijos, pensó que la haría elegir entre él o yo, ya había decidido criarlo sola, siempre tan impulsiva — por un momento abrió los ojos para ver a Izbet, su mirada se ensombreció — a pesar de lo que hemos vivido, me pregunto qué hubiera pasado si pudiera ver ¿Qué pensaría de mí? No soportaría que me mirará como la mayoría de los humanos, con ese miedo que he visto en ellos".
Yun miró a todos ya que estaban en silencio por mucho rato.
— ¿Estás enojada mamá? — preguntó el joven.
No le gustaba cuando sus padres se peleaban entre ellos, se quedaban callados, pasaban semanas hasta que por fin uno empezaba a hablar al otro, y las cosas se arreglaban. A ninguno de ellos les gustaba dar su brazo a torcer, en eso si se parecían pensó el joven, ambos son muy orgullosos.
— De los dos yo no soy la enojona.
"No comprendo cómo los humanos se dejan llevar por lo externo de las personas, es por eso que muchos se asustan de Piccolo, desde que lo conocí no me dio miedo, ya que mi padre era casi tan alto como él, su estatura no me sorprendió para nada, tal vez será porque tiene una mirada penetrante, según me han dicho ¿Eso es lo que los asusta? Lamentablemente los humanos tienen miedo a lo que no es como ellos, a lo distinto, y para estar en paz lo destruyen.
Mi namek tiene una gran fuerza interior, su forma de querer parecer duro es muy tierna, todavía me encanta cuando conversamos, siempre son muy entretenidas esas charlas, tiene una cultura increíble para su edad... aunque eso es una contradicción, porque a pesar de ser joven, tiene los conocimientos de Kamisama, al menos 300 años de experiencias. Pero ni eso le ayudó a descubrir que cada vez que me "quedaba dormida" del cansancio por entrenar era para poder estar un poco más en el templo con él y que me tomara en sus brazos, sentía ese corazón latir lentamente, y su olor, igual al de un amanecer en el campo. Como se supone que estaba dormida, nunca he podido preguntarle porque se quedaba tanto rato a mi lado luego de dejarme en la cama, era una tortura para mí tenerlo tan cerca y no poder acariciarlo, tenía miedo de perder su amistad si descubría que estaba enamorada de él... Todavía me pregunto si acepte ir tan rápido acompañada al planeta donde estaba la Perla de la Sirena por no perder tiempo o para pasar tiempo a solas con Piccolo". Tablas de multiplicar
"Mi forma de percibir el mundo creo que es la mejor, aunque una vez me falló, fue con Francois, no pude sentir que estaba desquiciado, pudo engañarme totalmente, pero gracias a Piccolo sobreviví. Siento que antes de conocerlo sólo vegetaba, mi existencia ha sido tan distinta desde que lo conocí, todo dio un giro en 180 grados pero para bien, he vivido aventuras que ni en sueños imaginé. Me dio su amor incondicional, y un hijo... tan fuerte, gentil y noble como él... me preocupa que Yun pueda adaptarse bien a su vida con los humanos, le falta la experiencia que teníamos su padre y yo a su edad... por eso le dolió tanto lo de Amanda. Por todo eso siempre quiero darle lo mejor de mí a Piccolo, él se convirtió en el Guardián de mi Corazón.
Además de lo que le dije esa vez al Gran Patriarca, lo que nunca le he reconocido a nadie es que me da miedo recuperar la vista. Hablan siempre de belleza, lo que es lindo, pero que significa eso ¿Es tener un color de piel especial? ¿Qué es un color? ¿Qué significa que una persona tenga buen cuerpo? ¿Es importante para ellos la voz? La de mi namek remece todo mi cuerpo cuando lo escuchó ¿Será que los humanos se enamoran de lo que ven? ¿Cuándo la apariencia cambia el amor que sienten se termina? He escuchado que el cuerpo perfecto de las mujeres son con las medidas 90, 60, 90, yo tengo 105, 88, 105 ¿Eso significa que soy gorda, y por lo tanto fea? ¿Quién habrá llegado a la conclusión que eso es belleza en un cuerpo femenino? ¿Y por qué todos se dejan llevar por esas ideas? ¿Será que el amor es distinto cuando uno envejece?"
— ¿Estas bien Iz? — como no obtuvo respuesta abrió los ojos, hacía rato que estaba totalmente quieta — ¿Izbet?
— Ya está listo todo — dijo sobresaltándose — a comer Yun... ustedes también acérquense.
Todos se acomodaron, como siempre era muy amena la jornada, ya terminado todo, Yun se ofreció a ordenar para que su mamá pudiera ir a mojarse los pies en el río como le gustaba.
— ¿Seguro que no necesitas ayuda?— preguntó la mujer.
— Puedo solo mamá.
— Bueno — ella se sentó al borde del agua, sintió el ki tranquilo de Piccolo meditando.
"Que bueno que nunca se ha molestado en serio por las locuras que hago, incluso antes de ser humano estoy segura que en el fondo lo divertían, pero no quería reconocerlo... mmm... pronto será el día de los enamorados ¿Qué haré para sorprenderlo? Me acuerdo cuando todavía no teníamos a Yun, con Jenny aprendimos a bailar danza árabe, esa noche cene a solas con Piccolo en casa, le dije que esperara un poco en la mesa, porque tenía una sorpresa para él, me vestí con el traje de velos, sentí su nerviosismo al verme y escuchar la música, todo iba perfecto, tragaba saliva cada vez que me quitaba un pedazo de tela, hasta que uno de los velos pasó muy cerca de las velas, termine con parte del pelo chamuscado, y el peto del traje quemado en el suelo. Conversaré con Jenny a ver si me puede ayudar con alguna idea".
— Yun, puedes traerme agua, por favor — le llevo una botella — gracias hijo — el namek miró a Izbet.
"Desearía leerle la mente para saber por qué se quedó tan quieta recién, estoy seguro que si le pregunto qué ocurre me dirá que nada. Mmm... ahora que recuerdo pronto va a ser lo que los humanos denominan el día de los enamorados, debe estar pensando con que sorprenderme, como cada año. Con el transcurso del tiempo me he dado cuenta que más que recibir obsequios, le gusta darlos, es feliz al sentir la alegría de quien lo recibe. Ojalá este año tenga una idea normal, no como esa vez que me bailó danza árabe, no se dio cuenta que la tela pasaba demasiado cerca de las velas, hasta que aparecieron las llamas, tuve que quitarle el adorno de la cabeza, pero no antes que se le achicharrará un poco el cabello, lo que tenía en el busto se lo rompí y lo tiré al suelo, así no alcanzó a quemarse el cuerpo. Quedó parada con lo que le quedaba de traje y el pelo con algo de humo. Por un momento al verla con la cabeza hacia el piso, pensé que lloraría, me sorprendió cuando empezó a reír, su respuesta cuando le pregunté por qué reaccionaba así fue que nunca pensó que ese baile fuera tan CANDENTE".
Dende se quedó dormido por la tranquilidad, Yun luego de dejar todo listo en la canasta también se tendió, cerró los ojos, relajado.
— Mamá, está todo listo, descansaré un momento.
"Invitaré a Bet a este lugar, claro que cuando no estén mis padres por aquí — se entristeció — me acuerdo lo alegre que estabas cuando te traje, te echo tanto de menos hermanita".
Izbet sintió que su hijo estaba demasiado callado, estaba segura que debía haberse acordado de Amanda, así que decidió hacer algo para distraerlo. Formó una esfera de energía dentro del río, y sin que nadie se diera cuenta la situó sobre Yun.
— Hijo, ayúdame por favor — él abrió los ojos y entonces el agua le cayó encima.
— Pero... me las pagarás — corrió hacía ella.
— No te aproveches de esta pobre ciega — se alejó volando — además soy tu madre.
— Deberías mostrar más seriedad por tu edad.
— ¿Me estás llamando vieja? — se detuvo encarándolo.
— Huye por tu vida Yun jajaja — advirtió Dende, que con el ruido despertó.
El joven esquivó los ataques de su madre riendo, pero no se dieron cuenta que uno fue directamente a Piccolo, y le dio en la espalda.
— El que llega último asume la culpa y el castigo — gritaron al mismo tiempo madre e hijo, y salieron volando lo más rápido que pudieron hacía el Templo Sagrado.
— ¿Está bien? — se preocupó el dios de la Tierra.
— Sí. Por fin tendremos un poco de paz.
— ¿No está molestó?
— Sé que fue un accidente, Yun todavía está triste por lo de Amanda, Izbet sólo trataba de distraerlo.
— Entiendo, era una niña muy dulce. También me voy al Templo, aprovecharé de llevarme la canasta, en su huida olvidaron todo.
— Nos vemos más rato.
FIN DEL RECUERDO
— Fueron buenos tiempos — reconoció el namek.
— Sí, muy lindos — rememoró la mujer.
— Un día estuviste callada mucho rato, fue unas semanas después de lo de Amanda, incluso te quedaste muy quieta ¿Te acuerdas que pensabas?
— En cómo sería recuperar la vista — dijo luego que ubicó ese momento en su mente.
— ¿Y qué te parece ahora que puedes ver?
— Es muy hermoso para describirlo con palabras — respondió Izbet mirándolo a los ojos, haciéndolo sonrojarse.
Ángel Ciego 9.6 Un día en la cascada
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2024-11-21
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