Ángel Ciego 8. ¿Y si no nos hubiéramos conocido?

 

 

 

Retomamos la actividad de los fanfics, Izbet https://www.wattpad.com/user/Izbet46 nos manda la septima parte de su nuevo fanfic en español de Bola de Dragón titulado "Ángel Ciego 8. ¿Y si no nos hubiéramos conocido?"

Ángel Ciego 8 ¿Y si no nos hubiéramos conocido?

Resumen:

A veces con rabia deseamos cosas, pero no es lo que queremos de corazón ¿Y si pudiéramos saber qué pasaría si nuestro pedido se hiciera realidad?

 

 

 

 

Todo estaba tranquilo en el infierno, ahora que Izbet podía ver, Kaio Shin iba regularmente a llevarle álbumes con fotografías, y cartas de Yun, al principio eran espaciadas las visitas, últimamente eran cada semana, pero prácticamente el dios sólo conversaba con ella, eso comenzó a molestar a Piccolo.

 

— ¿Por qué viene tan seguido a verte Kaio Shin? — le reclamó a su pareja el namek.

Ngel ciego 8 y si no nos hubiramos conocido 1

— Corrección, viene a vernos, trae lo que nos manda Yun, no quiero perder el contacto con nuestro hijo.

— ¿No puede ser una vez al mes? Las últimas dos veces no trajo nada, sólo se sentó a conversar contigo.

— Me molesta cuando te pones así de celoso, o acaso te he dicho alguna vez algo sobre la reina amazona.

— Te dije que no pasó nada con ella — dijo con firmeza.

— ¿Cómo sabes? — lo encaró — no recuerdas nada desde que te capturaron hasta que te rescate del planeta de esas guerreras. Si yo tengo confianza en ti, porque tú no la tienes en mí.

— ¿Si yo tratara a una mujer como tú lo tratas a él, como te sentirías?

En eso llegaron el dios del que hablaban y su antepasado.

— Hola amigos — saludó el más joven de los recién llegados.

Izbet fue a saludarlos, en cambio Piccolo se sentó en posición de meditación, los recién llegados notaron la tensión en el aire.

— Parece que elegimos un mal momento para venir — dijo el anciano.

— No es eso — ella volteó donde estaba el guerrero y grito — sólo que no me gustan los brutos.

— Ni a mí las locas — le respondió él.

— No digan eso, ustedes saben que se aman ¿Por qué se molestaron de esa manera? — trató de mediar el joven de cabello blanco.

— Escuchaste Piccolo, dile porque te molestarte conmigo.

El hombre de piel verde se quedó quieto, cerró los ojos y no quiso hablar.

— Si no se lo dices tú, lo haré yo — subió la voz — está celoso porque vienes muy seguido.

— No era mi intención causarles problemas, lo siento — se excusó sonrojado el dios.

— No tienes que pedir disculpas, es otro el que está equivocado.

El namek y la del mechón blanco se acercaron, quedaron frente a frente, se miraron con rabia un rato.

— Ojalá no nos hubiéramos conocido — dijeron al mismo tiempo.

— ¿De verdad quieren saber qué hubiera pasado? — preguntó el anciano — entonces...

Sacó una bola de cristal, los otros tres se acercaron curiosos.

— Miren — empezaron a formarse imágenes en el objeto mágico.

Se vio a Izbet antes de viajar a la boda de Videl, sufrió un choque muy grave en su auto.

 

— Mi niña, no podré ser tu madrina, tuve un accidente, me quebré la pierna y un brazo — explicó la mitad demonio.

— Ven igual, aunque no seas mi madrina de bodas, quiero que estés conmigo este día tan especial.

— Prefiero no ir en estas condiciones, lo lamento Videl.

— Está bien, no te preocupes, nos vemos.

— Ahora veremos qué pasó con sus vidas, primero tú — el anciano Kaio Shin apuntó a Piccolo

Él siguió entrenando, normalmente solo, siempre estuvo ayudando a Goku, y a los guerreros Z. Al final terminó igual en el infierno por toda la eternidad, pero con menos ki que el que tenía ahora.

— ¿Por qué no tiene tanto poder? — preguntó curiosa Izbet.

— Es porque no tuvo con quien entrenar regularmente — rió malicioso el antiguo Kaio Shin — todos los tipos de ejercicios que han hecho les sirvió — apuntó al hombre verde y a la medio demonio.

— ¿Qué quiere decir con "todos los tipos de ejercicios que hemos hecho"? — consultó molesto el namek.

— Cuando los Sayayin están con sus mujeres en la intimidad tienen que controlar su fuerza sino pueden lastimarlas, en tu caso no es necesario, Izbet no es humana, su cuerpo es mucho más resistente. Aunque no lo crean es un ejercicio muy completo ese. Phasmophobia Game - Todo sobre el juego Phasmophobia

Piccolo, Izbet y Kaio Shin estaban completamente avergonzados.

— ¡¡Honorable Antepasado!! — gritó el joven dios.

— Ahora veremos qué pasa contigo — el anciano apuntó a Izbet.

Siguió en su empresa, y en su casa, sola, cuando enfermó fue Jenny quien estuvo con ella en sus últimos momentos.

— Tranquila, estarás bien — le dijo su amiga triste.

— No es necesario que me mientas, escuche al doctor hablar contigo, recuerda que tengo buen oído, no te preocupes, sé que estoy muriendo — susurró la mujer ciega.

— Siempre me has tenido y me tendrás a tu lado, incluso te acogimos en nuestra familia, aunque me hubiera gustado verte formar la tuya.

— No estoy hecha para eso, no hay hombre que me aguante — rió tristemente.

— Descansa — sintió que su corazón se estremeció al verla tan débil.

— Quiero que sepas que la mitad de mis acciones y dinero las deje para Videl, el resto para ti, mi casa y la cabaña son para tu niña, cuídala, será un tesoro para cualquier hombre que la ame y la respete.

— Gracias, no debiste dejarnos nada.

— Has sido la única que incondicionalmente ha estado conmigo estos años. Sé que Bet cuidará bien de mis casas, y serán un lindo hogar para ella y su futura familia, por fin esos lugares conocerán la alegría de niños.

— Hubieras sido una gran madre — como lo fuiste para mí pensó.

— Fue mejor así. Quiero descansar.

— Duerme, vengo más tarde.

En el pasillo estaban Marcos y Bet.

— ¿Ya se murió? — preguntó ansioso el muchacho — ¿Te dijo que pasará con su fortuna?

— Irrespetuoso, como preguntas eso, es la madrina de ustedes dos, los quiere como si fueran sus hijos.

— Si es así entonces me dejará su empresa — dijo ambicioso.

— No te dejó nada. La casa y la cabaña son para Bet, la mitad de su fortuna y las acciones para Videl, el resto para mí, y jura que después de esto no te heredaré nada.

— YO debí ser su sucesor — su mirada se llenó de odio — me alegro que se muera — su madre, dolida y furiosa, le dio una cachetada.

— Vete de acá, me avergüenzo que seas mi hijo.

En ese momento Izbet murió sola en el cuarto. Siguiendo sus deseos, su amiga quemó sus restos y los esparció cerca de su cabaña. Al llegar al otro mundo, ella fue enviada al paraíso donde se quedó con sus padres.

— Como no encarnaron de nuevo, y no fueron enviados al mismo lugar del más allá, no hubo posibilidades que se encontrarán. Siguieron sus existencias solitarias, sabían que les faltaba algo, pero nunca supieron qué — en la bola de cristal se le vio a cada uno en su lugar, tristes.

Ambos pensaron un rato, se sonrieron tímidamente, al final se tomaron de la mano.

— ¿Les muestro lo que hubiera pasado si Kaio Shin no la salva de la purificadora de almas? — dijo sonriendo misterioso el anciano.

— Creo que no es necesario — el dios estaba con una gotita de sudor en la frente.

— Tiene razón, disculpa por mis celos, hace poco pensé que te había perdido para siempre, y no quiero pasar por eso de nuevo — reconoció el namek.

— También te debo una disculpa, soy así con Kaio Shin porque él me salvó de esa máquina y le debo estar junto a ti de nuevo, nunca tendré como pagarle por eso, pero jamás te sería infiel con él, ni con nadie, mi corazón es sólo tuyo — abrazó a su pareja.

— Ya que todo está arreglado nos vamos. Hasta otro día — Kaio Shin se despidió con un beso en la mejilla de ella y se fueron.

Cuando los visitantes del infierno llegaron al Planeta Sagrado el menor estaba molesto con su antepasado.

— ¿Por qué quería mostrarles que hubiera pasado si yo no la hubiera sacado de ese artefacto? — preguntó enojado el dios.

— Solo quería saber qué harían sí lo vieran — rió el anciano divertido.

— Es mejor que no lo sepan nunca, solo haría que terminarán peleados, no soy el final de su hilo rojo, usted lo sabe. Mientras ella sea feliz, yo también lo seré.

En la bola de cristal, vieron a Kaio Shin y la reencarnación que hubiera tenido Izbet si no hubiera sido rescatada, tomados de la mano, conversando animadamente en un atardecer en la Tierra, ella acomodó su cabeza en el hombro del joven dios, luego de darse un beso.

 

FIN

 

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2025-01-08

 

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