El pasado del futuro by Chie
Categories: INUYASHA Characters: Kagome
Generos: Romance
Advertencias: No
Challenges:
Series: No
Chapters: 10 Completed: No Word count: 15753 Read: 1511 Published: 26/07/2009 Updated: 06/09/2009
Categories: INUYASHA Characters: Kagome
Generos: Romance
Advertencias: No
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Series: No
Chapters: 10 Completed: No Word count: 15753 Read: 1511 Published: 26/07/2009 Updated: 06/09/2009
El pasado del Futuro
Kagome se encontraba recostada en la ventana de su cuarto mirando con nostalgia hacia el pozo que la había llevado a un mundo lleno de aventura, felicidad y tristeza. Había pasado ya mucho tiempo desde la última vez que Kagome atravesó ese pozo para viajar en el tiempo, hace ya más de 4 años. Cuando cayó en cuenta todo el tiempo que había pasado, rio para sí, como tratando de darse un consuelo para ese dolor profundo causado por la ausencia de los seres que amaba. Miraba recordando la última vez que estuvo allí, el día más triste de su vida...
-Inuyasha ya te decidiste que vas a hacer?, siempre dijiste que después que destruyéramos ha Naraku ibas a convertirte en un verdadero monstruo.
Dijo Kagome, ansiando que el dijera lo contrario, todo lo que pudiera decir el, definira su futuro por completo. Noto que su corazón estaba latiendo más rápidamente de lo habitual, como preparndose para una batalla en la cual no estaba en juego su vida sino su felicidad.
-No lo voy a hacer. Dijo mirando al árbol donde Kagome y el se habían visto por primera vez, aquel día cuando ella lo despertó de aquel sueño que duro 50 años.
-Entonces te vas a convertir en humano?
-Un brillo de felicidad se noto en la mirada de Kagome, sin darse cuenta tomo una mano de Inuyasha.
-No, voy a usarla para regresar a Kikyo.
Dijo voltendose y atreviéndose a mirar a los ojos a Kagome.
Kagome sintió morirse en vida, lentamente soltó la mano de él, al mismo tiempo bajo su rostro para ocultar las lágrimas que surgían llenas de dolor de sus ojos.
-Pero, dijiste que te quedarías conmigo. Dijo con rabia y dolor al sentirse traicionada, tras unos segundos Kagome se sintió culpable al decir algo tan egoísta y bajo la cabeza para seguir ocultando su dolor.
-No puedo aún amo a Kikyo, en parte es mi culpa de que este muerta, antes no sentía este vacío, por lo menos antes sabia que andaba por ahí o lo que quedaba de ella pero ahora que ni eso tengo no puedo resistir que no este.
Oculto su rostro de Kagome, voltendose otra vez hacia el árbol, para esconder las lágrimas llenas de culpabilidad que empezaban a surgir.
-Entiendo, entonces nunca me quisiste.
Dijo sollozando.
-No lo sé.
Dijo limpiando sus ojos con las mangas de su traje.
Kagome intentó salir corriendo, pero Inuyasha la sostuvo por el brazo.
-Perdóname, ayúdame a hacerla regresar.
Kagome lo miro con odio, como podía pedirle que lo ayude si le acababa de romper el corazón.
-Un último favor, ayúdame a ser feliz.
-Está bien. Por lo menos que uno de los dos lo sea.
Kagome le entrego la perla.
-Soló tienes que pedir lo que deseas, así me explico Kaede.
Kagome se fue hacia la aldea de la anciana Kaede, no quera ver lo que estaba por suceder.
Antes de llegar a la cabaña, limpio sus ojos y se tranquilizo para que nadie le preguntara sobre lo ocurrido.
Al llegar había un ambiente hogareño, Sango y Miroku estaban sentados juntos en una esquina, Shipo estaba jugando con Kirara y la anciana Kaede preparaba la cena.
No puedo empañar su felicidad con mi tristeza, pensó Kagome.
Sango noto algo diferente en el rostro de su amiga.
-¿Te pasa algo?
Pregunto sango separándose de Miroku.
-No, ¿ya arreglaron sus problemas?
Pregunto kagome para cambiar rápidamente de tema
-Claro que si señorita Kagome, ¡ya pusimos fecha para nuestro matrimonio! Después de un acuerdo claro.
Dijo Miroku guiñándole un ojo y riendo maliciosamente.
-No puede acercarse con malas intenciones a ninguna mujer que no sea yo. Dijo sango jalándole una oreja.
-¿Crees que cumplirá?
Pregunto Shippo sin dejar de jugar con Kirara.
-Más le vale que cumpla o ¡si no!
Dijo sosteniendo una piedra en alto.
Todos rieron ante esta escena menos Kagome.
-¿Quieres acompañarme a buscar leña Kagome?
Pregunto Sango para poder indagar que le pasaba en realidad a su amiga.
-Sí.
Ya en el bosque...
-Ahora dime ¿Qu ocurrió?, Qué decidió Inuyasha?
Kagome se rompió en llanto, y le contó lo sucedido a su amiga.
-Y ¿Qué piensas hacer?
-Me iré con Kouga.
-¡Pero no lo amas!
Eso pensaba, pero al despreciarme Inuyasha, no me dolió tanto como al pensar que Kouga me abandonará.
-¿Es verdad?, Pero acabas de llorar por lo que paso.
-Sí, llore más por sentirme engañada que por una pena de amor, ya es tarde Sango y debemos regresar.
-Sí, ya deben estar preocupados. Dijo poco confiada en la confesión de su amiga pero decidió dejar el interrogatorio para después.
Al entrar a la cabaña se encontraron a Kikyo sentada junto a Inuyasha sosteniendo su brazo, a Miroku y Shipo comiendo una sopa, y la anciana Kaede feliz de tener a su hermana viva. Sango corrió a los brazos de Miroku a darle un beso, Shippo se asusto y brinco tirándole la sopa caliente encima ha Inuyasha, este lo tomo por la cola y empezó a sacudirlo por los aires.
-Enano maldito, como se te ocurre hacerme esto.
-Déjalo fue un accidente. Dijo Kikyo riendo, al ver a Inuyasha lleno de especias y fideos en el cabello y el rostro
-Es cierto, fue culpa mía, yo lo asuste.
-Suéltalo ahora. Dijo Kikyo mirando con seriedad a Inuyasha.
-Está bien.
Dijo gruñendo, soltando a Shippo de mala gana.
-¿Cuándo es la boda?
-Dentro de unos días. Respondió Miroku que estaba consolando Shippo que no dejaba de llorar.
-Cuándo será la boda de ustedes? Preguntó Miroku sin pensar.
Sango golpeo con el codo a Miroku reprendindolo y mirando a Kagome, Kagome le dio una sonrisa triste.
-No te preocupes estoy bien, no estoy enamorada de inuyasha después de todo, ya te lo dije. Dijo mirando al techo, poniendo su dedo índice en la comisura de su boca, haciéndose la pensativa.
Todos la miraron asombrados.
-Si es así. Llegue a esa conclusión después de analizarlo profundamente. Dijo con seguridad y una sonrisa en sus labios.
- ¿Es verdad? Pregunto Kikyo confundida.
-Era solo un capricho de adolescente. Kagome respondió mirándola a los ojos.
-Entonces no estás enojada con migo. Intervino Inuyasha.
-No, estoy muy feliz por ustedes.
Sango estaba bastante confundida, pero le cree a su amiga. Kagome se dirige hacia la puerta.
- ¿A dónde vas? Pregunto Sango sin saber que esperar de su amiga.
-Voy a buscar un poco de agua al rio.
Tomo un balde que estaba al lado de la puerta y salió.
Al salir se encontró con kirara.
- ¿Me llevarías a un sitio?
Kirara asintió.
-Llévame a donde Kouga.
Al llegar a la cueva...
-He venido a despedirme.
- ¿A dónde vas?
- A casa, y no pienso volver, también quiero pedirte que le digas a mis amigos que los quiero mucho y que les deseo lo mejor cuando descubran que no me fui contigo.
El la mira confundido.
-¿Por qué no te quedas conmigo de verdad?
-No te haría feliz.
-Kagom...
-No insistas, cásate, ten hijos, se feliz, algo que no se si yo podre ser y no me esperes yo no volveré.
Kouga vio la decisión en sus ojos y no insistió, Kagome lo abrazo, luego monto a Kirara y se fue a la cabaña.
Al llegar ambas parejas estaban abrazadas junto al fuego, Shippo estaba dormido.
- ¿Y el agua?
Pregunto Sango.
-Rompí el balde, lo siento.
-No te preocupes hay suficiente agua para hoy, mañana buscaremos mas, ¿Quieres algo de comida?. Dijo Kaede que acababa de entrar.
-No, estoy cansada y quiero dormir.
-Está bien.
Kagome espero a que todos se durmieran, tomo su mochila y dejo una carta diciendo que se iba con kouga, antes de salir miro hacia atrás estarán mejor sin mi yo sería una carga y siempre me tendrían lastima.
Salió y se dirigió al pozo antes de regresar a su época y vio por última vez su pasado antes de regresar a su presente y salto.
¡¡¡Kagomeee!!!
Un grito saco a Kagome de sus recuerdos.
-Dime Souta
-Ayúdame a preparar la cena.
Souta ya se había convertido en todo un adolescente.
-Hoy es tu turno, souta, no quieras escapar de tus responsabilidades.
Dijo mirando seriamente a su hermano, hace muchos años que ella no era la misma, exactamente 4, había cambiado física y mentalmente su cabello le llegaba a su cintura, había crecido unos centímetros y se había hecho más fuerte y ágil con el arco, a pesar de todo seguía practicando era lo único que la ataba y la hacía recordar aquella época, ya no se parecía tanto a Kikyo o al menos eso ella quera creer. Su rostro alegre no era el mismo aunque sonreía frecuentemente algo no estaba, algo faltaba en su mirada, en su sonrisa, su forma de hablar, quizá la falta de esperanza o la desilusión habían opacado su brillo.
-¡Por favor!
-Bueno, pues entonces tu me ayudaras en esta semana que tengo los exmenes de la universidad.
-Está bien.
Ya habían terminado los exmenes finales y Kagome regresaba exhausta a casa decidida a disfrutar sus vacaciones.
Kagome se encontraba subiendo las escaleras hacia el templo junto con Tetsu (un joven que hace un año la acompaaba a todos lados, dos años mayor que kagome, de ojos negros como la noche, de piel blanca como la luna, más alto que ella, con un dejo de misterio en su mirada) y sintió un escalofrió que recorrió su espalda miro a Tetsu, el la estaba mirando también como presintiendo que algo malo estaba por pasar. Subieron rápidamente los escalones que faltaban, al llegar vieron que cientos de sombras negras salían del templo.
-¡Mi familia!
Grito Kagome pensando todo lo que le podra haber pasado a sus afectos, los únicos que le quedaban, si perdía a alguien mas morira.
-Vamos, tenemos que ver que estén bien. Le dijo Tetsu como si pudiera leer sus pensamientos.
Corren hacia la casa y ven a Souta desmayado en el frente de la casa, con la madre y el abuelo de Kagome a su lado, Tetsu lo revisa y ve que está bien solo fue el susto. Antes de entrar ven que las sombras se reúnen en una sola. Kagome por instinto corre a su habitacin y busca su arco y sus flechas y corre hacia la sombra gigantesca, Tetsu se queda mirándola, ella le haba contado sobre sus viajes en el tiempo y sus aventuras pero nunca la había visto utilizar el arco, Kagome empezó a dispararle flechas llenas de energía purificadora.
Tetsu por su parte tomo su espada, que estaba escondida en su mochila, pareca imposible que una espada de tal tamaño pudiera caber en una mochila común pero nada lo era en Tetsu, al igual que el esta espada era diferente a una común tena el principio de su mago en forma de la luna creciente y ambas puntas de la luna se unían mediante una esfera azul. Tetsu empezó a atacar.
La sombra empezó a tomar forma, Tetsu salto más alto de lo que un humano normal lo haría, y atravesó con su espada al monstruo que se empezaba a formar, un rayo azul celeste atravesó al monstruo y lo dividió, en vez de destruirlo se formaron 2 monstruos....
El pasado del futuro
Capitulo 2
Líneas rosadas iluminaban el cielo nocturno, Kagome continuaba atacando tras recuperarse de un fuerte golpe que la había arrastrado por el piso, lanzado por la lúgubre mezcla de sombra y trozos de carne, pareciera que al dividirse hubiera tomado más fuerza, sin quererlo Kagome y Tetsu se habían repartido a los monstros.
Tetsu por su parte no sabía qué hacer porque si usaba otra vez su rayo lunar habrían 3 monstruos, entonces la situación empeoraría. Entonces algo se le ocurrió…
Tetsu coloco su pie izquierdo delante de su cuerpo, tomando la espada con ambas manos comenzó a realizar una seria de movimientos ondulatorios con ella que pasaron de desesperadamente lentos, dada la situación, hasta ser relativamente rápidos, una luz azul índigo parecía salir de la punta de la espada a medida que sus movimientos tomaban rapidez.
-¡¿Qué, ahora te piensas poner a bailar?! Dijo Kagome con ganas de tirarle una de las flechas, accidentalmente claro, a su aparentemente desquiciado amigo.
Tetsu continuo impasible, con sus movimientos, ahora colocando su pie derecho por delante, avanzando lentamente hacia el monstruo.
-¡No pierdas tiempo, se me acaban las flechas! Exclamo Kagome ahora realmente enojada, en ese instante los monstruos empezaron a unirse, al empezar a fusionarse los pedazos de carne recién formados, empezaron a desaparecer quedando solo la sombra.
Tetsu agito su espada hacia adelante por última vez, encontrándose bastante cerca del monstro, y una serie de fuertes vibraciones empezaron a desestabilizar al monstro, causando que cayera al piso y se le dificultara pararse, a Kagome solo le quedaba una flecha, se encontraba algo lejos pero lo intentaría, suspiro profundamente e hizo lo posible por concentrarse, a pesar de la tensión en el aire y los movimientos desesperados de la sombra intentando pararse.
Coloco lentamente la flecha en el arco y concentro todo su poder en esa flecha, sintió como sus brazos cambiaron rápidamente de temperatura, a pesar del frio de la noche, ardían como fuego, tanto el arco como la flecha fueron rodeados por un aura rosa, se sintió lista y lanzo la flecha cargada de poder purificador.
La flecha dio justo en el blanco y el monstro empezó a retorcerse, perdiendo la forma de una sombra semihumana gigantesca que tenia, aparentemente habían ganado, pero el monstro en vez de desintegrarse, estallo en miles de sombras, que huyeron hacia el pozo.
-I…nu…yasha.
Susurro Kagome, al ver lo ocurrido, se había puesto helada, sus manos y pies se habían convertido en bloques de hielo, un profundo temor que nació en su estomago, en forma de una especie de dolor, y se había alojado en su pecho evitándole respirar. Tenía miedo de que por un error de ella sus amigos corrieran peligro.
El estallido había afectado a Tetsu, que se encontraba muy cerca del monstro y lo había tirado un par de metros atrás. Kagome al oír los quejidos de Tetsu salió de su ensimismamiento y corrío asustada de que algo pudiera pasarle.
-¡Tetsu! ¿Te encuentras bien? Lo siento, no pensé que podría pasar eso. ¡Tú eres un idiota! ¿Cómo se te ocurre hacer eso en tu forma humana? Sabes que tanto el ataque como tu son más débiles así.
-Kagome… po..drías… -dijo como un quejido- ¡Quitar tu maldito arco de mi pecho, me estas clavando y me evitas respirar!
- ¡Lo siento! Dijo algo molesta dándole una mano y ayudándolo a pararse.
El coloco un brazo encima de los hombros de ella, recostándose, para poder caminar hacia la casa.
Ya en la casa…
Kagome había recostado a Tetsu en el sofá, la familia de Kagome se había escondido en la casa durante la pelea, la madre de Kagome subió con Souta para recostarlo.
- Abuelo ¿Qué fue lo que paso?
-Se rompió el sello de Yoru, ¡es el fin!. Dijo colocando sus manos en su nuca y bajando su cabeza hasta sus rodillas.
-¿Por qué? ¿Quién es?
-Es un monstruo muy poderoso que fue sellado hace cientos de años en una katana, fue traído a este templo hace un año, por que el templo donde se encontraba se quemo, no sé que fue, algo paso, que rompió su sello y lo libero. Respondió el abuelo levantando la cabeza.
-¿¡y por qué no nos avisaste, que algo así estaba en el templo!? Exclamo Kagome parándose súbitamente del asiento.
-Se me olvido.
Kagome quería lanzarle el arco que aun tenía en su mano, pero se contuvo.
-Kagome, tienes que ir tras el monstro era nuestra responsabilidad cuidar de que esto no ocurriera. Dijo el abuelo con la cabeza ya en alto y ojos tristes al encomendarle esa peligrosa misión a su nieta.
-¡NUESTRA! Yo ni si quiera sabía que eso estaba aquí.
-Tus amigos te ayudaran a luchar.
- Como crees que voy aparecerme así como así, allá……
-Me voy. Dijo Tetsu interrumpiéndolos.
-Te acompaño. Dijo mirando de reojo a su abuelo.
Al pie de las escaleras…
-¿Por qué les ocultaste que lo sabías? Le reclamo Tetsu mirándola seriamente.
-Las cosas cambiaron al él escapar por el pozo, si la batalla se realizaba en esta época era inevitable que ellos lo supieran, pero si creen que voy a ir con mis amigos, se sentirán tranquilos al pensar que estaré protegida. Respondió demasiado calmada.
-¿Cuándo te irás? No te puedo pedir que me esperes porque aun no puedo transformarme completamente. Dijo Tetsu bajando la voz, apenado al no poder contribuir con su parte de la responsabilidad.
-Tan pronto te vayas me iré –Dijo fríamente- ¿Puedes cuidar a mi familia mientras no estoy?
-Sí. Recuerda que debes buscar a la persona de quien soy reencarnación.
-¿Persona? Pregunto mirándolo de reojo.
-Tú me entiendes, debes lograr que te de la espada.
- Dudo que si acaso me dirija la palabra.
-Debes, buscar la manera de obtenerla y lo sabes.
Tetsu se despidió dándole un beso en la mejilla y susurrándole al oído –Suerte, cuídate bastante, recuerda todo lo aprendido y enfrenta tu pasado o el te derrotara.-
Tetsu se retiro, y Kagome empezó a subir las escaleras, cada escalón significaba acercarse más a uno de sus mayores temores, reencontrarse con sus amigos, cada paso, la acercaba mas y mas, a descubrir que había sido de ellos, si estaban bien o no, la sola idea de que estuviesen muertos hacia que un escalofrió recorriera todo su cuerpo, trato de alejar esa idea de su mente, pero parecía haberse plantado hay y no tenía planes de moverse de su mente y corazón.
Al llegar a su habitación busco su antigua mochila amarilla, que le traía tantos recuerdos –Esto va ha ser duro- pensó Kagome mientras empezaba a buscar la ropa adecuada, unos pantalones de mezclilla y algunos t-shirts empezaron a acaparar el espacio de la vieja mochila, -El botiquín de primeros auxilios- recordó lo útil que le había sido durante sus viajes en el pasado, -pero si llego con esta ropa, el rumor de mi presencia se regara como pólvora, ¿Qué voy ha hacer?, ¡lo tengo!- corrió a su armario y busco una caja llena de polvo -No puedo creer que este tan desesperada- rio para sí, destapando la caja que contenía una hakama azul, y una camisa blanca con estrellas azules bordadas en las mangas, la idea de usar este traje no le agradaba porque las únicas diferencias entre este y el de Kikyo eran el color y el decorado. Termino de colocar las demás cosas en la mochila, tomo su carcaj junto con las flechas que le quedaban en su habitación y se coloco el traje, decidió dejarse el cabello suelto-Quizas así no me paresca tanto a ella-. Se despidió de su familia y se dirigió hacia el pozo.
Al llegar al pozo coloco las manos en el borde de este, no podía contar las veces que había saltado por allí, pero hoy, esta noche, sus músculos permanecían inmóviles ante su futuro incierto, el miedo recorria sus venas en vez de sangre, no sabía si sus amigos la odiarían o recibirían con alegría, ¿Inuyasha y Kikyo se habrán casado?, ¿tendrán hijos?, como esa idea podía pasarle por la cabeza teniendo una misión tan importante que cumplir, en la que si fallaba ponía en riesgo su futuro y su pasado.
-No puedo permitir que el miedo a lo incierto me nuble- Se armo de valor y salto…
Espero que les guste la continuacion de mi fic, gracias por leer. Disculpen si hay faltas ortograficas, siempre hay algunas que se me escapan. Dejen reviews para saber su opinion siiiiiii pooor ffffaaaaaa,
GRACIAS POR EL REVIEW:
Chikanne-Chan
Espero que les guste la continuacion de mi fic, gracias por leer. Disculpen si hay faltas ortograficas, siempre hay algunas que se me escapan. Dejen reviews para saber su opinion siiiiiii pooor ffffaaaaaa,
GRACIAS POR EL REVIEW:
Chikanne-Chan
Volver al indexCapítulo 3 by ChieEl pasado del futuro
Kagome se encontró viajando a través del tiempo, aun lugar donde había jurado no regresar jamás, ese viaje se había tornado largo igual que la ultima vez, esa tan dolorosa vez…..
“El viaje de regreso a su hogar se había vuelto eterno, sentía que toneladas de algún peso invisible presionaban su pecho evitándole respirar, una cascada de lagrimas llenas de dolor, corrían por su rostro, solo quería llegar a casa, olvidar, romper sus recuerdos de aquel profundo sufrimiento de tal manera que jamás pudiera reconstruir sus pedazos, había pasado buenos momentos, si, pero el dolor y la angustia por lo perdido pesaban mas, más que la alegría y los buenos momentos, ese tormento de ser rechazada por quien más amaba, ser considerada algo menos que una copia por quien amo, hizo que de su corazón solo quedaran los despojos de lo que alguna vez fue, de pronto, llego a su época, estaba en el fondo del pozo otra vez, se quedo allí tirada en el piso, llorando, intentando inundar aquel pozo con sus lagrimas y así ahogarse en su propio sufrimiento y quizás así, este acabaría”
…..Al llegar a su destino, fue recibida por una noche sin luna, oscura como los miedos hacia un futuro incierto que ensombrecían a su alma. La reapertura de esas antiguas y crueles heridas, hicieron que el rostro de Kagome se tornara frio e inexpresivo y que la tristeza formara parte, ya de su cuerpo y alma.
Una brisa fría, como una cruel bienvenida, rozo su rostro al salir del pozo, se le había hecho un poco incomodo salir de allí con esas ropas a las que no estaba acostumbrada.
Ya afuera, no pudo evitar que una lágrima recorriera su mejilla, al sentir que una avalancha de recuerdos y sentimientos encontrados se estrellara con ella, sin hacerle ninguna herida, ni tirarla contra el suelo, pero destruyéndole su alma y corazón.
Se dirigió hacia el bosque, en búsqueda de un sitio donde descansar lo que le quedaba a la noche, faltaban pocas horas para el amanecer, estaba muy cansada la batalla anterior la había dejado agotada. Ella se recostó en un árbol y el agotamiento tanto físico como emocional causaron que el sueño la venciera, el amanecer llego con rapidez al igual que la tarde, un grito hizo que saliera súbitamente de su leve descanso.
-¡Ahhh! ¡Déjame en paz estúpido monstro!
Kagome se levanto rápidamente tomando automáticamente su arco y flechas, dejando su equipaje atrás, corriendo hacia donde oía el grito desesperado de un niño.
-¡Ya verás cuando mi…. ahhh!
Al llegar a la escena, un niño de unos 4 o 5 años estaba tirado en el piso con raspaduras en los brazos y salía mucha sangre de su cabeza, tenía en su mano una pequeña Katana con la cual había intentado defenderse de un tigre de 2 cabezas, que era el triple del tamaño de el.
Kagome coloco la flecha en su arco y la lanzo, el monstro cayó al piso, lanzo otra y lo destruyo. Corrió a ver como estaba el niño que se había quedado inconsciente.
-Pequeño, ¡Pequeño! ¿Te encuentras bien?
Su corazón latía rápidamente, tenía un terror semioculto de que algo le ocurriera al niño, como si algo en su interior le gritara que lo protegiera, no era su sentido de protección habitual sino algo más profundo como si el niño fuera algo suyo.
El niño despertó lentamente, al ver a Kagome, se asustó y se arrastro como pudo hacia atrás alejándose de ella y amenazándola con la katana.
-¡Aléjate, no me hagas nada! Dijo el niño asustado y quejándose del dolor de la herida de la cabeza.
-No te preocupes, no te voy a hacer daño.
El niño tenía el cabello castaño oscuro, la piel blanca y estaba vestido como un mini exterminador. Kagome se acerco poco a poco, dándole una pequeña sonrisa, quitándole la katana y colocándola en el piso.
-No te voy a hacer daño, yo elimine al monstro, -explico señalándole su arco y flechas- déjame ver tus heridas.
-Está bien, ¿De verdad destruiste al monstro? Dijo sollozando.
-Sí, no te preocupes, ven conmigo te voy a curar. Le dijo en un susurro con dulzura.
-Llevo al niño donde había dejado su mochila, saco su botiquín y empezó a limpiar sus heridas.
-¿Eres una Miko?
-Se pude decir que sí.
-¿Pero tú traje es azul? ¡Au!. Se quejo porque Kagome empezó a limpiar la herida de la cabeza.
-Lo siento. Me gusta ser diferente y por eso uso un traje azul.
-je, je, je, eres una Miko azul.
-Bueno si, eres muy valiente, ¿Cómo te llamas? Pregunto, mientras colocaba algo de alcohol en las raspaduras de sus brazos, tratando de distraerlo para que no se enfocara tanto en el dolor de sus heridas.
-Kohaku
Kohaku, como el hermano de sango- Pensó kagome tornando su rostro más serio de lo que lo tenia antes.
-¿Y que hacías en el bosque, solo? Le pregunto lo más calmada que pudo, tratando de obtener información, sin preguntar directamente, así el niño no sospecharía nada.
-Quería destruir a ese monstro y demostrarle ha ojisan Inuyasha que no era un niño tonto, al demostrarle que podía destruir a la presencia que sintió obasan Kikyo anoche. Dijo gimoteando.
-Ese estúpido de Inuyasha siempre metiendo la pata. -al pensar esto Kagome frunció el entrecejo demostrando su enojo- ¿Y tus padres?
-Ellos no saben que estoy aquí.
-¿Qué quieres ser de grande?
Preguntó Kagome terminando de vendar su cabeza.
-Un exterminador como mi mamá.
- Están vivos- El nudo en su pecho se deshizo- ¿Tienes herm…
-¡Kohaku!
-¡Kohaku!
Unos gritos, con voces muy familiares para Kagome, interrumpieron su interrogatorio.
-¡Son mis padres! Tienes que conocerlos.
El niño se levanto apoyándose en su katana, y camino hacia donde escuchaba la voz de su familia.
- ¡okāsan! ¡otōsan! ¡Aquí estoy!
Kagome aprovecho que el niño se distrajo, recogió sus cosas rápidamente y se alejo. No podía permitir que la vieran, no estaba lista aun para responder a sus preguntas y reclamos.
-¡Kohaku!, ¿Donde te habías metido?, ¿Qué te paso?, ¿Estás herido? Dijo Sango abrazando a su hijo, asustada.
- Niño tonto como se te ocurre salir a derrotar a un mostro con una simple katana de madera.
- Inuyasha, deja en paz Kohaku todo esto es en parte culpa tuya. Dijo Miroku bastante enojado y revisando las heridas de su hijo.
-Es verdad Inuyasha, si no lo estuvieras molestando el no habría salido de casa a destruir al monstruo- Agrego Kikyo, ayudando a Miroku- ¿Quien te curo las heridas?
-La miko azul.
-¿Quién? Pregunto Sango recuperándose del susto empezando a revisar el estado de su hijo.
- Ella destruyo al monstro con un arco y una flecha como tú obasan.
-¿Que monstro?, ¿Encontraste?, ¿Estuviste cerca de un monstro? Pregunto Sango abriendo los ojos como 2 platos.
-¡Sí!, mamá era un tigre de dos cabezas, ¡gigantesco!, primero me tiro al piso, así me hice las heridas de los brazos, yo me levante y me acerque para atacarlo con la katana pero él me tiro al piso otra vez y de ahí solo recuerdo ver a la miko azul.
Esto fue la gota que derramo el vaso en la resistencia de Sango, era más delo que una madre podía aguantar, se rompió en llanto.
-¡No puedo creer que hayas estado en peligro! -Dijo hundida en un mar de lágrimas- ¡Y yo no haya estado aquí para ayudarte!
Kikyo la abrazo para consolarla, Inuyasha y miroku la miraron pasmados por el cambio de ánimo de la exterminadora, no era común que ella llorara de esa manera.
-Tranquila amiga, todo está bien, el está a salvo, nada le paso, tranquilízate.
Kikyo se separo de ella y le agarro los hombros con ambas manos.
-No te preocupes, entre todos cuidaremos de Kohaku, para que están los amigos, es más somos más que eso, somos una familia. Dijo Kikyo, mirándola fijamente a los ojos para luego secar sus lágrimas con sus mangas.
-Tienes razón, Kikyo. Dijo Sango ya más calmada.
-Es verdad amiga, además -continuo Kikyo- si Inuyasha lo continúa molestando tendré que darle uso al collar otra vez. Alego con una sonrisa picara en el rostro.
-¡Que estás diciendo! ¡Cómo crees me vas a enterrar en el piso por decirle la verdad al niño, que es muy débil y tonto!
-Al suelo. Le dijo Kikyo lanzándole una mirada asesina.
Inuyasha se asusto y salto a la rama de un árbol.
Todos rieron ya que Inuyasha había olvidado que el collar ya no se encontraba en su cuello.
-Es mejor que nos retiremos, este jovencito debe tener hambre. Expreso Miroku subiendo a su hijo en sus hombros.
Ellos se retiraron hacia la aldea haciendo chistes sobre la actitud de Inuyasha.
Kagome se encontraba alejada pero pudo ver y oír toda la conversación, se recostó en un árbol abrumada por la cantidad de información obtenida en tan poco tiempo. Estaban vivos y felices pero, porque sentía esa tristeza tan grande, era porque habían seguido sin ella, pareciera que no la recordaban, Sango ya tenía una nueva mejor amiga, Kikyo, justamente Kikyo, –resbalo poco a poco por el árbol hasta sentarse en el piso, como si se quedara sin fuerzas con la mirada perdida- eran felices, eso era bueno pero al parecer fui solo una estrella en el cielo de su pasado, una persona más.
-Pero que estoy pensando, fui yo quien decidió irse, yo los abandone y mentí, fui yo quien decidí colocarme en su pasado y no en su presente y futuro. Se dijo a sí misma como un reclamo ahogado en un llanto que quería aparecer y golpeando su cabeza con su mano. Autoclave de vapor Blog
Ya era de noche cuando Kagome decidió pararse a buscar leña para preparar comida, tratando de sacar de su mente los pensamientos llenos de culpa y arrepentimiento y de enfocarse en lo que en realidad la había traído a esta época, empezó a caminar en búsqueda de la leña.
-¿Crees que no note que fuiste tú la que salvo ha Kohaku?
Kagome se quedo helada, pasmada ante esa voz, la última persona que pensaba encontrarse, la última persona con la que quería tropezarse, la había descubierto.
-¿Cómo piensas en volver después de mentirnos?.......
****************************************
Gracias por leer.
********************
Ojisan: Tío
Obasan: Tía
Okāsan: Mamá
Otōsan: Papá
******
Inuyasha y sus personajes no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi
*******************
Espero que les guste este capitulo, estoy intentando mejorar diganme como voy porfa o que tengo que arreglar, se los agradeceria mucho. : )
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Gracias por leer.
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Ojisan: Tío
Obasan: Tía
Okāsan: Mamá
Otōsan: Papá
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Inuyasha y sus personajes no me pertenecen sino a Rumiko Takahashi
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Espero que les guste este capitulo, estoy intentando mejorar diganme como voy porfa o que tengo que arreglar, se los agradeceria mucho. : )
Volver al indexCapítulo 4 by ChieEl pasado del futuro
Cap. 4
-¿Crees que no note que fuiste tú la que salvo ha Kohaku?
Kagome se quedo helada, pasmada ante esa voz, la última persona que pensaba encontrarse, la última persona con la que quería tropezarse, la había descubierto.
-¿Cómo piensas en volver después de mentirnos?
-Sabes lo que sufrió a Sango al no tener a su mejor “amiga” (acentuando la voz al decir esta palabra) en el momento más importante de su vida, su rostro en su boda parecía más el de un velorio, se sentía culpable al no haberse dado cuenta de tuuu… ¿sufrimiento? ¿Te quedaste sin palabras Kagome? Dijo esto simulando un gesto de preocupación.
Kagome había intentado voltearse pero su cuerpo estaba en su contra solo pudo apretar su arco con su mano, lo había llevado consigo en caso de una emergencia, había previsto cualquier cosa menos un encuentro con Kikyo. Sus palabras hicieron que la culpabilidad empezara a tocar las puertas de su mente.
-Claro, no tienes el valor de verme a la cara. ¿Que buscas aquí?
Kagome se mantuvo inmóvil, sin decir una palabra, a duras penas respiraba.
-Umm, ya veo, creíste que podías borrarle la sonrisa a Shippo por años, y regresar como si te hubieras ido de paseo por dos días, ese niño lloro por semanas cuando se entero de la verdad de que te habías ido, sin despedirte de él, prácticamente abandonándolo, él te consideraba una madre. Prosiguió Kikyo.
Esto le rompió el corazón a Kagome en mil pedazos, aún no tenía el valor de voltearse y enfrentarla.
-Oh ya se, creíste que regresando después de un tiempo, obtendrías el corazón de Inuyasha. Continúo Kikyo tratando de hacerle el mayor daño posible, ella sabia donde le dolería más a Kagome.
Esto fue lo último que pudo soportar, había tocado su herida más abierta, sensible y delicada. Kagome giro hacia ella, lanzándole una mirada punzante, la miro directo a sus ojos.
-¿Qué piensas obtener al intentar herirme? Dijo Kagome, apretando aun más el arco, como si de allí sacara fuerzas para mantener la calma.
Kikyo se sorprendió al ver que el rostro de Kagome no era el mismo, su mirada ya no era la de esa niña frágil que conoció hace unos años, ella esperaba ver su rostro lleno de lágrimas tras sus palabras pero no era así, estaba sereno como si nunca se hubieran dicho una palabra.
-Yo, querer algo de ti, no, solo quería darte algo de ayuda.
-¿Tu? ¿Ayudarme? Pregunto Kagome inalterada.
-Sí, quería advertirte, que por tu bien no te nos acerques, te odian. Por cierto ¿qué pensabas obtener diciendo que te irías con Kouga? ¿Los celos de Inuyasha para que te fuera a buscar? Bueno, solo obtuviste su lastima al ver lo desesperada que estabas, ja, ja, ja, que tonta eres- rio Kikyo sarcásticamente tapando sus labios con su mano- ya aquí no eres nadie, perteneces a un pasado que decidimos enterrar, hace mucho ya.
-Entonces, ¿Por qué estás aquí? Preguntó Kagome endureciéndose, para que las lagrimas que gritaban por salir, se quedaran allí, adentro, muy profundo, no permitiría que Kikyo la viera débil, no sería la misma niña llorona.
-Quiero evitarle a mis amigos el hecho de tener que verte, Sango ya no te necesita, me tiene a mí, yo fui la que estuvo a su lado el día de su boda, la acompañe cuando nació su hijo, yo he visto a Shippo crecer y sufrir por ti he sido como una madre para él.
Kagome se quebraba por dentro como una muñeca de barro, ante las crueles palabras de Kikyo, pero se mantuvo impasible tragándose el dolor y trasladando su ira e impotencia a su arco, lo apretaba con todas sus fuerzas.
Ambas se quedaron mirando fijamente una a la otra, la tensión era palpable en el aire. Pasados unos segundos de fulminarse con la mirada…
-¿Solo te tomaste la molestia de venir para decirme eso? Pues si ya terminaste de darme el mensaje de “ayuda”, déjame en paz y por cierto la razón por la que he venido no es tu problema.
-Si no te gusta que sientan lastima de ti, no te acerques a Inuyasha. Dijo Kikyo volteándose y regresando a la aldea.
Después de ver alejarse a Kikyo, Kagome ya no pudo más soltó el arco dejándolo caer al piso. Sus rodillas se aflojaron y cayó junto a él, una lagrima se le escapo recorriendo su mejilla, su mirada estaba vacía, perdida en el tiempo.
Las palabras de Kikyo recorrían su mente, hiriéndola como dagas que atravesaban su pecho lenta y dolorosamente, se inclino hacia el suelo, aferrándose a unas yerbas que estaban alrededor de ella.
-No voy a llorar mas, esta es la ultima lagrima que derramare, ya es suficiente –Dijo Kagome con rabia, para sí misma, conteniendo las ganas de llorar- debo cumplir mi objetivo.
Las palabras de Tetsu ahora rodeaban su cabeza “enfrenta tu pasado o el te derrotara”
-No puedo hacerlo, sufriré mucho –dijo para sí, aún aferrándose a las yerbas, ya arrancándolas- no puedo enfrentarlos, ellos me odian, no podría soportar sus miradas de desprecio.
“Enfrenta tu pasado o el te derrotara” Esas palabras la torturaban aún mas que las de Kikyo, por el hecho de quien venían.
¡No!. Pensó cerrando fuertemente los ojos y agachándose más hacia el piso. Sintió un escalofrió que recorrió su espalda, empezó a oír unos gritos de angustia que provenían de la aldea, levanto su torso para poder oír mejor, al levantarse pudo ver como decenas de sombras se dirigían hacia la aldea.
No puede ser-Pensó Kagome parándose y recogiendo sus cosas- todo me lleva a ellos, existiendo tantas aldeas tenía que ser justamente esta.
Corrió hasta la aldea, al llegar habían varias casas incendiándose.
Un gran monstro color verde olivo que llevaba 2 espadas una en cada brazo de las cuales salía fuego, el monstro tenía una media luna negra en la frente entre ambos ojos color rojo carmesí. Inuyasha y Kikyo atacaban al monstruo mientras Miroku y Sango se encargaban de las sombras que atacaban a los aldeanos.
Inuyasha utilizo el viento cortante el cual el monstro absorbió cruzando las espadas, Kikyo por su parte lo atacaba también pero las flechas no causaban gran efecto.
Por otro lado unas sombras atacaban a unos aldeanos, Kohaku al ver esto salió del escondite donde lo había puesto su padre momentos antes, colocándose frente a ellos con su katana. Su madre al darse cuenta lanzo su boomerang causando solo detener por unos segundos a la sombra (los ataques físicos no realizados por monjes o sacerdotisas solo logran aturdir a las sombras), Sango junto con Miroku corrieron a salvar a su hijo, pero una de las sombras lo rodeo y desapareció con él, solo dejando en el suelo la katana, Sango intento detener a la sombra pero otra la atravesó por el hombro con el brazo.
Kagome al adentrarse en la aldea vio cuando la sombra atravesó a Sango y que otras se dirigían a atacarla a ella y a Miroku, lanzo tres flechas al mismo tiempo que destruyeron a las sombras, ella misma se sorprendió, sus flechas no habían tenido el mismo efecto en su época, pero logro salvar a quienes quería que era lo importante y siguió defendiendo a algunos aldeanos que se encontraban en peligro, Miroku logro ver a quien los había salvado pero no la reconoció, solo se preocupo en llevar a Sango a un lugar seguro.
Mientras tanto en otro lado de la aldea, el monstro había absorbido el viento cortante, y lo había lanzado de regreso el doble de potente, expulsando por los aires a Inuyasha y tirando fuertemente al suelo a Kikyo noqueándola e hiriendo a Inuyasha.
Tras destruir unas cuantas sombras llego a donde se encontraban Inuyasha y Kikyo, al ver la escena Kagome se concentro en el monstro, para poder destruirlo debía concentrarse y olvidarse de todo a su alrededor, tomo su arco y dirigió su mirada justo a la del monstro que empezó a mover una espada para atacarla, tomo una flecha sin dejar de mirar al monstro, evitando que los sentimientos de preocupación por sus amigos la invadieran, coloco la flecha en su lugar lanzándola justo al centro de la media luna de la frente del monstro destruyéndolo al instante al ocurrir esto las sombras desaparecieron.
Al día siguiente…
Los aldeanos sobrevivientes habían apagado ya el fuego, Kagome se había encargado de curar a los aldeanos heridos y Miroku de Sango, Inuyasha y kikyo.
-¿Sabes quien fue que destruyo al monstro? Pregunto Miroku al salir de una de las pocas casas que habían quedado en pie, a un aldeano que pasaba por ahí, Miroku tenía unas profundas ojeras, se encontraba cansado, paso toda la noche curando a sus amigos.
-Una sacerdotisa con un traje azul.
-¿Dónde se encuentra?
-Está cuidando a los heridos y ayudando a enterrar a los muertos.
-Ko…haaa..ku. Se quejo Sango dentro de la cabaña. Lo que evito que Miroku siguiera indagando, entrando a la casa.
Ya adentro…
-¿Averiguaste quien destruyo al monstro? Pregunto Inuyasha aun tirado en el piso con la mirada posada en Kikyo que no había despertado.
-Sí. Dijo Miroku acariciando el cabello de Sango que estaba despertándose.
-De seguro esa persona sabe que ocurrió con Kohaku, búscala. Dijo Sango bastante preocupada, tratando de sentarse.
-Es cierto, si supo como destruir al monstro debe saber quiénes eran esos seres. Dijo Inuyasha levantandose y revisando el estado de kikyo que aun no despertaba.
-Voy en este instante. Dijo Miroku dirigiéndose hacia la puerta y saliendo de la casa.
Miroku camino a través de los restos de casas destruidas, hasta ver a una joven de espaldas arrodillada curando a una niña, se imagino que era ella y se le acerco.
-Joven ¿fue usted quien destruyo al monstro y nos salvo a mí y a mi esposa?
Kagome se hallaba vendando a la niña, cuando Miroku se le acerco, no me ha reconocido, pensó deteniéndose por unos instantes, para luego continuar sin decir nada.
-¿Señorita? Mis amigos, mi esposa y yo querríamos agradecerle y hacerle algunas preguntas, ¿Podría acompañarme?
-Es hora. Pensó Kagome armándose de valor.
-¿Señorita? Pregunto ya desesperándose por el silencio de ella.
-¿Dónde se encuentran? Al fin hablo Kagome respondiéndole sin voltearse.
-Yo la llevare hasta haya.
-No, tengo que terminar de curar a los heridos y usted debe cuidar de ellos ¿No?
-Así es, nos encontramos en la casa de la sacerdotisa del pueblo. Respondió Miroku para luego retirarse tratando de ver la cara de la chica, sin lograrlo.
Kagome termino de vendar a la niña, dejándola a cargo de una de las aldeanas y se dirigió a donde se ubicaba la casa de Kaede. Sentía un vacio en el estomago, sus manos le sudaban, su corazón latía rápidamente, no sabía que iba decir o hacer al entrar, solo quería devolverse y regresar a su época pero no podía cometer el mismo error dos veces tenía que seguir adelante, tenía que enfrentar a su pasado y cumplir con su misión llego a la entrada, respiro profundamente, halo lo que cubría a la puerta e ingreso a la casa….
Espero que les haya gustado, no soy muy buena describiendo batallas, regálenme su opinión ¿sí?
Espero que les haya gustado, no soy muy buena describiendo batallas, regálenme su opinión ¿sí?
Volver al indexCapítulo 5 by ChieNota: Pensamientos en cursiva.
Cap. 5
…llego a la entrada, respiro profundamente halo lo que cubría a la puerta e ingreso a la casa…
Al entrar ella no tuvo el valor de levantar la cabeza, dejando que su cabello cubriera parte de su rostro.
- Konnichiwa. Dijo tímidamente al entrar.
-Konnichiwa, señorita gracias por venir. Dijo Miroku que se encontraba ayudando a comer a Sango, mientras Inuyasha se encontraba sentado a un lado de Kikyo.
-¿En qué puedo serle útil? Pregunto Kagome entrelazando sus dedos, sin levantar la cabeza.
-Siéntese por favor señorita –Dijo Miroku señalando un sitio cerca de la puerta- Quisiéramos agradecerle por su ayuda con lo ocurrido anoche y saber si su usted sabe algo más sobre lo que paso.
Kagome se sentó sobre sus piernas un poco alejada del grupo.
-¿Qué quieren saber?
-¿Que paso con mi hijo? ¿Usted fue quien lo salvo ayer? Respondió Sango algo alterada.
-Sí, fui yo quien lo ayudo. ¿Qué le paso? Contesto Kagome levantando un poco la cabeza pero luego retrocediendo rápidamente su movimiento.
Miroku se percato del movimiento, frunciendo el seño tratando de mirarle la cara a la joven, a su vez Inuyasha seguía pendiente de la conversación sin dejar de mirar a Kikyo que se movía como a punto de despertar.
-Una sombra lo rodeo y desapareció con él. Alego Sango con los ojos llenos de lágrimas.
-Lo más probable es que Yoru lo haya secuestrado, bueno una de sus sombras, el monstro que vieron anoche estaba siendo dominado por una de las sombras. Dijo Kagome con la voz entrecortada, le entristecía bastante ver a su amiga así.
-¿Quién es Yoru? Pregunto Inuyasha causando que Kagome diera un pequeño salto sobre si misma al oír la voz de Inuyasha.
-El es u…
-¿Señorita, la conozco de algún lado? La interrumpió Miruku que aun la miraba como queriendo descifrarla.
-Miroku no es momento para tus juegos, es tu hijo el que está en peligro. Le reclamo Inuyasha empezando a enojarse.
-El es un monstro que fue sellado hace mas de sei…- se detuvo al darse cuenta que no estaba en su época- cien años, este fue sellado en una katana y esta fue encargada a un templo que se incendio de una manera muy extraña, hace un año fue llevado al templo donde yo vivo para que nos encargáramos de él, pero hace 2 días, algo rompió el sello y fue liberado –no es necesario que sepan todo- al darme cuenta pelee con él, pero el huyo hacia esta época no sé porque razón y ando en su busqueda.
-Sabia que la conocía de algún lado- empezó a hablar Miroku con una media sonrisa en el rostro- ¿no es así señorita? ¿Nos conocemos? Verdad.
Sango le descargo un golpe con el brazo que se encontraba sano, al tiempo que Inuyasha lo miraba de mala manera, al parecer Miroku era el único que se había dado cuenta en realidad de lo dicho por la chica.
-Si es cierto nos conocemos hace mucho.
Al decir esto, todos ahora la miraban fijamente.
-Lo sabía, una bella mujer por más que cambie nunca se me olvida, ¡aaaayyy!, -Sango le dio un pellizco- Sango no es para tanto –reclamo frotándose el brazo- No es verdad señorita Kagome.
Estas últimas palabras de Miroku dejaron atónitos tanto a Sango como a Inuyasha causando que se miraran entre sí y luego a Kagome, al momento Kagome levanto la cabeza manteniendo su mirada hacia abajo.
-¿Ka..a...gome, eres tú? Pregunto Inuyasha con los ojos bien abiertos, tratando de olfatear el conocido olor de ella sin lograrlo.
-Claro, eres tú la culpable de lo que le paso a Kohaku, si no hubieras venido el tal monstro no habría atacado la aldea. Interrumpió Kikyo llena de ira, abriendo los ojos intentando pararse mientras Inuyasha la sostenía.
-No, no, yo solo vine detr…
-Sí, eres tú la culpable, si no te hubieras quedado cerca nada habría pasado,- Dijo levantándose con dificultad con lágrimas a punto de salir en sus ojos- Kohaku estaría bien.
Kagome también se levanto colocando su mano en su pecho.
-No fue mi intención. Agrego kagome dando unos pasos hacia atrás.
-Pero aun así es tu culpa, si no te le hubieras acercado el monstro no lo habria relacionado contigo y no lo habria secuestrado. Mientras kikyo decía esto se iba alterando mas y mas, y por poco se cae al piso.
-Tranquilízate Kikyo aun no estás bien. Alego Inuyasha sosteniéndola.
-¡No! Ella es la culpable de todas las muertes en la aldea. –Exclamo retorciéndose de dolor y cayendo al piso.
-¡Kagome, mejor vete! Le grito Inuyasha al ver a Kikyo de esa manera.
-Yo lo lamento. Dijo Kagome mirando sorprendida la actitud de Inuyasha y retrocediendo hacia la puerta.
-Señorita kagome será mejor que se retire. Alego Miroku bastante calmado, ya saliendo del asombro en que se encontraba por la rapidez y la forma en que había cambiado la situación.
Mientras tanto Sango aun miraba distraída a Kagome, totalmente alejada de los gritos de kikyo, todavía sin creer que había regresado. Kikyo estaba arrodillada en el piso con Inuyasha a su lado tratando de tranquilizarla, Kagome al ver la escena se percato que allí, en ese lugar ya no cabía, giro hacia la salida y salió sin decir nada más.
Empezó a caminar hacia los heridos –Es mejor así, estarán más seguros si están lejos de mí, al anochecer me voy, será lo mejor, ya para esa hora espero haber terminado de ayudar a los heridos, en parte lo que dijo Kikyo es cierto, hare lo posible para traer a Kohaku con bien, quizás así me perdonen.
El resto del día pasó con rapidez, sin ver a quienes ella aun consideraba sus amigos, realizo la mayor cantidad de curaciones que pudo y ayudo como pudo a los aldeanos tratando de distraer su mente para no pensar, ni analizar lo ocurrido, al llegar la noche recogió sus cosas y se dirigió hacia el bosque, hacia el oeste, caminaba lentamente no tenía planeado descansar, solo quería caminar, cumplir con su misión y regresar a casa para seguir con su vida.
-¡Kagome! ¡Espera!
Esa voz, esa voz diciendo lo que siempre soñó oír decir de ella, seguro era su imaginación y siguió caminando sin voltearse, para no sufrir al no ver lo que esperaba. Siguió caminando pero algo apareció frente a ella, interrumpiendo su camino, un ser vestido de rojo, con la luz de la luna sobre el destacando su hermoso cabello plateado que ondeaba a la voluntad del viento frio de la noche y que la miraba directo a los ojos.
-Espera, queremos ir contigo, es decir, tú eres la única que conoce a ese monstro y la única manera de salvar a Kohaku es que vayamos contigo. Explico Inuyasha parándose con cierta distancia frente a Kagome.
Kagome se quedo helada al ver a Inuyasha, esperaba cualquier cosa menos esa proposición, en ese instante llegaron Sango, Miroku, Kikyo y Shippo encima de Kirara colocándose al lado de Inuyasha.
-¿No querían que me fuera? O ¿no Kikyo? Pregunto Kagome sarcásticamente, aunque muriéndose por dentro por saltar encima de Kirara, tirar a Kikyo al suelo e irse con ellos sin ningún tipo de miramientos, pero no se permitiría hacer eso.
-Kagome. Susurro asombrada Sango.
-Les dije que no era buena idea. Dijo Kikyo mirando hacia otro lado.
-Usted es la única que conoce sobre este monstro y al parecer la única que sabe como destruir a las sombras que lo acompañan y lo más lógico es que vayamos con usted señorita Kagome. Indico Miroku desmotándose de Kirara.
-Si no quieres venir con nosotros, ¡NO! vengas, es tu problema, nosotros buscaremos al tal Yoru y rescataremos a Kohaku sin tu ayuda, vámonos. Dijo Inuyasha enojado por la actitud de Kagome y girando para irse.
-Ahh siii, -Empezó a decir kagome moviendo sus manos- encontraran la tsukihi antes que el, lo encontraran sin saber cómo es, destruirán a las sombras que siempre están a su alrededor, encontraran al niño y también destruirán a un monstro que no puede ser destruido facilmente así que es mejor sellarlo, y de seguro en solo una semana. Diciendo esto último uniendo las palmas de sus manos y mirando con sarcasmo y un toque satisfacción a Inuyasha al ver que este se detenía de mala gana.
-¿Nos vas a ayudar? Pregunto seriamente Sango, sin poder creer la actitud de su amiga.
-En ningún momento he dicho que no. Respondió Kagome cruzando los brazos sin dejar de ver a Inuyasha que en ese momento ya se había volteado evidentemente muy enfadado regalándole una mirada llena de ira.
-Te has vuelto muy insoportable, niña tonta.
-En primera a esta tonta la necesitas y ya no soy una niña Inuyasha y segundo debemos buscar donde descansar, tenemos varios heridos y si no descansan viajaríamos muy lento; vi un claro hace unos metros podemos ir allá.
Al decir esto Kagome se giro y camino tranquilamente hacia el lugar que había señalado.
-Vamos Inuyasha, no ganas nada discutiendo con la señorita, al parecer está bastante susceptible. Expreso Miroku agarrando el hombro de su amigo tratando de calmarlo y empujándolo un poco para que siguiera a kagome.
El grupo la siguió hasta un claro que se encontraba bastante cerca, al llegar Inuyasha y Miroku ayudaron a Sango y a Kikyo a bajar de Kirara, Shippo, que ya tenía la apariencia de un niño de unos 9 años, se encargo de hacer el fuego, Kagome por su parte se ubico cerca de un árbol donde coloco su bolsa de dormir, sentándose al lado de esta.
Todos ya dormían (aparentemente) y Kagome aun seguía ahí sentada observando la luna.
-No puedes dormir. Musito Sango sin abrir los ojos.
-Deberias tú, estar durmiendo.
-No puedo, no dejo de pensar en Kohaku. Respondió ya con los ojos abiertos y una lagrima cruzando su mejilla.
-Comprendo. Argumento Kagome ocultando las ganas inmensas que tenia de ir a abrazar a su amiga.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Sí. Dijo sin dejar de mirar a la luna.
-¿Por qué te fuiste de esa manera?
Espero que les haya gustado este capitulo dejen reviews please :)
Gracias Kela_Chan, gracias por tu review, a mi tampoco kikyo me cae muy bien no es que tenga una razon en especial solo que siempre esta en el medio y eso me irrita.
Espero que les haya gustado este capitulo dejen reviews please :)
Gracias Kela_Chan, gracias por tu review, a mi tampoco kikyo me cae muy bien no es que tenga una razon en especial solo que siempre esta en el medio y eso me irrita.Volver al indexCapítulo 6 by ChieEl pasado del futuro
Cap. 6
-¿Por qué te fuiste de esa manera?
-¿A qué te refieres?
-Sin despedirte y diciéndonos esa extraña mentira.
-No quería que sintieran lastima de mi y lo de la mentira era para ganar tiempo y evitar preguntas incomodas y tal vez… Un poco de inmadurez, estaba muy enojada con un perro estúpido.
Inuyasha se movió llamando la atención de ambas e interrumpiendo la conversación.
-¿Por qué no volviste? –Continúo Sango al ver que Inuyasha se tranquilizaba.
-Al principio era porque aun me dolía lo ocurrido y después muchas veces estuve a punto de saltar por el pozo, pero luego me arrepentía al caer en cuenta de que ya para ese punto ustedes tendrían una vida tranquila y yo solo vendría a interrumpir su paz. –Dijo todo esto pasivamente con un dejo de tristeza en su mirada la cual no alejaba de la luna.
-Pero, ¿cómo pudiste pensar eso?
-A la final era lo mejor, yo no sufría ni ustedes me veían sufrir, así las heridas sanarían mejor.
-Kagome. –Sango menciono su nombre tristemente como sin poder creer lo escuchado.
-Ves, ya me tienes lastima. -Esta vez Kagome la miro directo a los ojos.
-No, no es así es…
-¿Como está la anciana Kaede? La interrumpió, ya no quería hablar de ese tema.
-Bien, con los achaques de la edad. –Respondió Sango entendiendo el mensaje de su amiga.
Kagome se introdujo en el saco de dormir, sin decir más, dándole la espalda a sango.
Al día siguiente, Inuyasha fue el primero en despertar, al hacerlo noto que Kagome no estaba, empezó a olfatear para tratar de ubicarla sin hacer mucho ruido para no despertar a los demás, logro encontrar su aroma y lo siguió, lo llevo hasta un rio y allí logro verla, se quedo mirando desde lejos, por todas las discusiones y contratiempos no había percibido todo lo que había cambiado ya no era aquella niña con la que discutía a diario, era su mismo rostro pero había algo que la hacía ver diferente, estaba parada a la orilla del rio, su cabello ondeaba con el viento, se veía hermosa, Inuyasha estaba embelesado mirándola sin comprender que tenia de diferente pero algo lo hizo salir de su ensimismamiento, la aparición de alguien muy familiar para él, alguien que no veía desde la última pelea con Naraku.
-Tardaste bastante. –Le reclamo Kagome al youkai que se posaba frente a ella.
-¿Quién eres tú para hacer que yo me apresure? –Le pregunto Sesshomaru mirándola de reojo- el estúpido de mi hermano nos está observando.-Dijo esto en un murmullo para que Inuyasha no escuchara.
-Lo sé, ignóralo. Si estás aquí es porque piensas ayudarme, me imagino que el anciano Mioga te llevo el mensaje.
-No pienso ayudarte a ti, ni cumplir el trato al que accedí al cuidar a la Tsukihi.
-¿Entonces, que haces aquí? –Le pregunto parándose firmemente ante el-
-Secuestraron a Rin y supuestamente tu eres la única que sabes donde esta Yoru.
-A ciencia cierta no sé, pero sé que buscara a la Tsukihi, para encontrarla antes que yo y así destruirla. ¿Piensas entregármela?
Inuyasha se había mantenido escuchando la conversación sin entender cuál era la relación entre estos dos, con cada palabra su intriga iba aumentando, y no soportaba la manera en que Kagome miraba a Sesshomaru como si compartieran algo, como si existiera algún lazo entre ellos.
-No, ya se la entregue a otra persona. –Respondió mirándola con soberbia.
-¿¡Qué hiciste qué!? ¿A quién? -Pregunto suspirando profundo tratando de no perder la calma sin lograrlo.
- Eso no te interesa. -Dijo altivamente para luego girar e irse levitando.
-¡Sesshomaru! ¿¡A quien le diste la espada!? -Grito Kagome con todas sus fuerzas pero el youkai la ignoro- ¡Inuyasha! ¿Desde cuándo tienes la costumbre de escuchar las conversaciones ajenas? -Le grito Kagome descargando su furia contenida contra él.
-No estaba escuchando ninguna conversación. -Le contradijo acercándose a ella.
-Entonces ¿que se supone que hacías ahí escondido? –Le rebatió colocando sus manos en la cintura cerrando sus ojos.
-Estaba…Estaba buscándote. -Dijo dudoso.
-¿A mí? Y… ¿Por qué? -Se iba acercando poco a poco a él ya más calmada.
-Yo…yo…Pensé que te irías sin decirnos a donde encontrar a Yoru. –Agrego ya más seguro.
Kagome junto sus manos en su espalda y se acerco a él, a tal punto que podía escuchar su respiración, lo miraba fijamente, directo a esos ojos dorados.
-Ahh sí. -Le dijo Kagome tiernamente abriendo mucho los ojos, de una manera muy dulce con una pequeña sonrisa.
Esto puso muy nervioso a Inuyasha hace unos segundos estaba histérica y ahora lo miraba de esta manera y además tan cerca del.
-Sí, creí que te habías ido.
-¡Tu quién crees que eres para controlar los pasos que doy! -Dijo cambiando su gesto drásticamente a uno aun mas enojado que cuando Sesshomaru la dejo con la palabra en la boca, dándole una fuerte pisada en el pie de Inuyasha- A mala hora Kikyo te quito el collar.
-Ahh! ¿Qué te pasa tonta? Tanto estar con Sesshomaru te ha vuelto una amargada deberías de cuidar con quien te juntas. –Argullo Inuyasha sosteniendo su pie.
Estas palabras causaron que algo detonara en el interior de Kagome, como un volcán a punto de explotar, un ardor que subía por su pecho que poco a poco iba subiendo hasta estallar.
-¡IDIOTA! ¡No es tu problema con quien me junto o no, hace mucho tiempo que me sacaste de tu vida y borraste el derecho a meterte en la mía, lo que yo haga o no, no es ni en lo más mínimo tu problema al igual que con quien me junto! ¡Tarado! ¡Tanto tiempo junto a Kikyo te derritió aun más el cerebro!
-¡No te metas con Kikyo!
-¡No te metas en mi vida! -Le rebatió señalándolo con su índice, llevándolo justo al medio de sus ojos.
-Mi hermano no es de confianza –Replico sosteniendo su mano y llevándola hacia abajo, haciendo que esta se acercara a él otra vez, de mala gana- No me agrada que te juntes o hagas trato con él.
-¡Suéltame! –Kagome lo observaba con furia, como se atrevía a meterse con su vida.
-¿Dime, que tiene que ver mi hermano en todo esto? Acaso te aliaste con él, por eso no querías encontrarte con nosotros, por eso te fuiste ayer sin despedirte.
-¡Suéltame!, ¿Qué? Ya no te es suficiente con Kikyo ¡Suéltame! De mis aliados me encargo ¡yo!
-Entonces es verdad.
-¡Es que no me piensas soltar! -Forcejeaba sin lograr soltarse de su agarre.
-No hasta que me digas que tiene que ver mi hermano en esto.
-Inuyasha –Suspiro- suéltame me estás haciendo daño luego hablamos. -Exclamo pausadamente dejando de forcejear.
-Está bien.-La soltó al ver que estaba más calmada.
- En tus sueños ¡Idiota! – Dijo alejándose de allí dirigiéndose rápidamente hacia el bosque dejando a Inuyasha desconcertado.
Inuyasha dio varios saltos, colocándose frente a ella, la sujeto por ambos brazos, situándola contra un árbol, enjaulándola entre él y el árbol, bastante cerca de uno del otro, veía su rostro profundamen
El pasado del futuro by Chie
El pasado del futuro by ChieSummary: Kagome se encontraba recostada en la ventana de su cuarto mirando con nostalgia hacia el pozo que la había llevado a un m
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2024-10-27
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