Cuando las tinieblas nos alcancen... by Cindy_Neko_Chan
Sucesos paranormales ocurren en el castillo de Ramón Salazar, mientras él padece una extraña enfermedad. Uno de sus sirvientes, Luis Sera, decide viajar a Norteamérica para traer a personas con poderes realmente interesantes, que pueden ayudar a salvarlo.
El grupo llega y los misterios comienzan. No tardan en darse cuenta de que nada es lo que parece.
Categories: VIDEOJUEGOS Characters: Ninguno
Generos: Misterio
Advertencias: Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 13 Completed: No Word count: 32059 Read: 518 Published: 20/03/2012 Updated: 30/05/2012
Sucesos paranormales ocurren en el castillo de Ramón Salazar, mientras él padece una extraña enfermedad. Uno de sus sirvientes, Luis Sera, decide viajar a Norteamérica para traer a personas con poderes realmente interesantes, que pueden ayudar a salvarlo.
El grupo llega y los misterios comienzan. No tardan en darse cuenta de que nada es lo que parece.
Categories: VIDEOJUEGOS Characters: Ninguno
Generos: Misterio
Advertencias: Muerte de un personaje
Challenges:
Series: Ninguno
Chapters: 13 Completed: No Word count: 32059 Read: 518 Published: 20/03/2012 Updated: 30/05/2012
BUENO, PUES HE AQUÍ OTRO DE MIS FANFICS SOBRE RESIDENT EVIL, COMPARADO CON LOS ANTERIORES ESTE ES MUY DIFERENTE AL JUEGO, EN PARTE FUE INSPIRADO EN LA PELICULA “LA MANSIÓN ROSE RED” Y EN VARIAS SITUACIONES DE LA HISTORIA LES RECORDARÁ UN POCO AL JUEGO, SOLO QUE AQUÍ INCLUYO A OTROS PERSONAJES DE LOS DEMAS JUEGOS DE RESIDENT EVIL, ES UNA COMBINACION INTERESANTE AUNQUE NO HE LOGRADO CAPTAR AL 100 LAS PERSONALIDADES DE VARIOS DE ELLOS, PERO ESPERO QUE LO DISFRUTEN.
BUENO AHÍ LES VA, POR FAVOR OPINEN n_n
BUENO, PUES HE AQUÍ OTRO DE MIS FANFICS SOBRE RESIDENT EVIL, COMPARADO CON LOS ANTERIORES ESTE ES MUY DIFERENTE AL JUEGO, EN PARTE FUE INSPIRADO EN LA PELICULA “LA MANSIÓN ROSE RED” Y EN VARIAS SITUACIONES DE LA HISTORIA LES RECORDARÁ UN POCO AL JUEGO, SOLO QUE AQUÍ INCLUYO A OTROS PERSONAJES DE LOS DEMAS JUEGOS DE RESIDENT EVIL, ES UNA COMBINACION INTERESANTE AUNQUE NO HE LOGRADO CAPTAR AL 100 LAS PERSONALIDADES DE VARIOS DE ELLOS, PERO ESPERO QUE LO DISFRUTEN.
BUENO AHÍ LES VA, POR FAVOR OPINEN n_n
- ¡Leon Kennedy! -dijo la mujer con una amplia sonrisa- Creí que nunca llegarías
-Hubo mucho tráfico -contestó él sonriendo- Pero aquí están
Le entregó entonces unos papeles, ella los tomó y los revisó uno por uno, después los metió en un cajón de su escritorio.
-Muy bien -le dijo- En un momento se los entregaré al editor, aquí tienes tu cheque.
-Gracias -respondió Leon tomando el sobre que la mujer le tendía. Iba a retirarse, pero ella lo llamó.
-Oye -le dijo.
- ¿Sí ?
- ¿Alguna predicción para mí hoy ? -preguntó ella sonriendo con picardía. Leon la miró unos segundos y después dijo:
-Van a aumentarte el sueldo pero también te robarán el auto
- ¿Qué? -inquirió ella emocionada y preocupada a la vez- ¡Maldición, sabía que no debía estacionarlo frente a ese bar ! Bueno gracias Leon.
-De nada. -contestó él. Luego se dio la vuelta y se marchó.
El soplo del aire matutino le acarició el rostro una vez que hubo abandonado el lugar. Revisó el sobre y miró el mísero cheque que recibía semanalmente. Resopló y lo guardó en su bolsillo, luego contempló con la vista el callejón en el que se encontraba. Siempre tenía que entrar y salir de las instalaciones de Glow Magazine por la puerta de atrás, sabía que eso era casi un insulto a su persona, pero no le importaba. Caminó a lo largo del callejón para regresar a la calle, cuando de pronto, una alegre voz lo sacó de sus pensamientos.
- ¿No hay muchos trabajos para psíquicos en la ciudad verdad ? -dijo la voz. Leon se volvió para mirar y vio a un joven, recargado en una vieja puerta de metal que lo observaba. Tenía el cabello castaño, un poco largo y barba de algunos días, sus ojos eran verdes y su piel aceitunada.
- ¿Quién eres tú? -le preguntó un poco desconcertado.
-Me llamo Luis Sera -contestó el joven sonriendo, por su acento Leon adivinó que no era de la ciudad- Tú eres Leon Kennedy ¿no?
- ¿Cómo sabes mi nombre?
-También sé lo que puedes hacer y creo que no es justo desperdiciar esas habilidades en un lugar como ese
- ¿Qué quieres de mí? -preguntó el rubio con desconfianza.
-Necesito tu poder -respondió Luis, pero Leon negó con la cabeza.
-No -dijo- Utilizo mi poder para cosas importantes
- ¿Cómo hacer horóscopos para una revista? -contestó Luis con sarcasmo. Leon frunció el ceño.
-De algo tengo que vivir y como sea no es asunto tuyo. Ahora déjame tranquilo.
Dicho esto se dio la vuelta y se alejó por el callejón metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta. Luis se apresuró a ir tras él.
-Vine desde España por ti, Leon -le dijo mientras trotaba a su lado- Un hombre se muere y tú puedes ayudar a salvarlo
Leon se detuvo en seco, volviéndose para encarar al joven español que lo miraba suplicante, no entendía que era lo que quería de él, pero la vida de una persona dependía de ello, y él nunca jugaba con la vida. Miró a Luis unos segundos, y a su mente llegó la imagen de varias personas reunidas alrededor de una cama donde yacía un joven moribundo. Supo que debía ir. La imagen se disolvió y Leon se quedó meditando unos segundos. Nuevamente la voz de Luis cortó el hilo de sus pensamientos.
-Eres un gran clarividente, Leon -le dijo- No dudo que ya sepas lo que necesito No tienes que responderme ahora Pero te doy de plazo hasta mañana para pensarlo, puedes localizarme en
-En el hotel Lincoln-Switz, habitación 1724 -completó Leon antes de que Luis terminara la frase- Ahí estaré
Sin agregar más, se dio la vuelta y prosiguió su camino. El joven español sonrió satisfecho, sacó de su bolsillo una libreta y tachó el nombre de Leon en la lista que tenía escrita, la revisó y leyó los últimos nombres que le faltaban. Asintió para sí, y se apresuró a encontrar a esas personas.
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Pasaba del mediodía cuando los alumnos de la universidad George Eastwood terminaban sus clases. La basta biblioteca escolar quedó casi vacía, algunos estudiantes aprovechaban para realizar su tarea o leer un poco. Un hombre estaba al fondo, en la sección más alejada del recinto. Estaba subido en una larga escalera, organizando unos gruesos volúmenes alfabéticamente. El eco de unos pasos lo hizo volver la cabeza.
- ¿Profesor Albert Wesker ? -lo llamó un joven que se acercaba.
-Soy yo -contestó el hombre.
- ¿Puede concederme unos minutos por favor?
El profesor bajó de la escalera lentamente, luego se acercó al joven que lo miraba sonriente.
-No te he visto en la universidad ¿eres nuevo? -le preguntó.
-No señor -respondió el joven- No estudio aquí Me llamo Luis Sera y vengo desde España para solicitar su ayuda
- ¿Mi ayuda?
-Así es señor Hay una persona que se está muriendo, y necesito de sus conocimientos para salvarlo
- ¿Qué es lo que tiene?
-Nadie lo sabe señor y creo que usted podría averiguarlo -dijo el joven con un gesto de preocupación.
El profesor Wesker guardó silencio mientras lo observaba.
- ¿Vienes desde España sólo por mí ?
-Sólo por usted señor
-Pues perdiste tu tiempo, porque estamos en periodos de exámenes y no puedo separarme de la escuela
-Por favor señor si usted no fuera el único que puede ayudarme yo no estaría aquí hay un hombre a punto de morir de algo muy extraño por favor sólo piénselo -dijo Luis. Le tendió entonces una pequeña tarjeta, el profesor la tomó y la miró unos segundos.
- ¿Y esto? -preguntó.
-Puede encontrarme ahí mañana si cambia de opinión Ahora me voy, señor Wesker, muchas gracias por su tiempo.
El joven se alejó por el silencioso pasillo, dejando al profesor sumido en un mar de confusión. Ãste miró la tarjeta, pensando si debía hacer caso de las palabras de un joven desconocido, aunque por otra parte le interesaba eso de las enfermedades extrañas, podía ser una buena oportunidad para ponerse a prueba a sí mismo. Miró el altero de libros que lo esperaban para ser catalogados, guardó la tarjeta en su bolsillo, y prosiguió con su trabajo.
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La puesta de sol pintaba de rojo el inmenso cielo azulado. Una mujer caminaba lentamente, recorriendo el puente que se erguía sobre el río que surcaba la cuidad. Se detuvo a contemplar el crepúsculo en el horizonte. El frío del otoño la hizo temblar levemente. Abotonó bien su abrigo y dio un largo suspiro cerrando los ojos. Era una magnifica tarde para decir adiós al mundo. Una magnifica tarde para olvidarse de todo eso que la hacía desdichada. Abrió los ojos al escuchar una voz a su lado.
-Es un buen lugar para escapar de ellos ¿no?
La mujer miró al joven que le sonreía con entusiasmo. Iba a contestar pero él le tomó la palabra.
-Mucho gusto Ada Wong, me llamo Luis Sera -le dijo tendiéndole la mano. Ella la estrechó titubeando, a la vez que lo miraba contrariada.
- ¿Cómo sabes mi nombre ? -preguntó.
-Oh, sé mucho más que eso -contestó él- Sé por qué estás aquí Sé lo que ves y lo que escuchas todos los días Sé que es algo que te aterra, algo de lo que quieres huir
- ¿Cómo sabes eso? -espetó ella desconfiadamente- ¿Qué quieres?
-Necesito tu don para salvar la vida de una persona
-No es un don, es una maldición además dudo que yo pueda hacer eso
-Casi nadie cree en los fantasmas Ada -dijo Luis recargando los codos sobre el barandal del puente- Pero la persona de la que te hablo es acosada por ellos día y noche
- ¿Y qué te hace pensar que voy a ayudar a alguien que ni siquiera conozco y que jamás me ha ayudado a mí ? -cortó la mujer con desdén.
-Ãl te lo agradecerá es un hombre rico y poderoso, te pagaría de la manera que tú desees
-No soy ambiciosa -contestó- Así que puedes ir a buscar a otro loco que alucine cosas, porque yo no pienso prestarme a eso
-De acuerdo -dijo Luis suspirando, sacó de su bolsillo una tarjeta que le entregó a Ada- Estaré en este lugar hoy, partiré a las nueve de la noche, así que tienes tres horas para cambiar de opinión
-No lo creo -respondió ella tomando la tarjeta- ¿De dónde eres por cierto?
-Soy español
- ¿Y vienes de tan lejos por mí?
-Ya te dije que la vida de una persona está en juego, así que no debo escatimar nada
- ¿Es tan importante esa persona para ti? -quiso saber Ada, Luis dio un suspiro antes de contestar.
-Ãl es como mi hermano -dijo- Bueno, si cambias de opinión sabes dónde encontrarme, que tengas buen día Ada
Se dio la vuelta y se alejó por el puente. Ella lo siguió con la mirada hasta que se perdió entre la lluvia de hojas secas que derramaban los árboles del parque contiguo. Luego revisó la tarjeta, era del hotel Lincoln-Switz, levantó la vista para mirar el último rayo naranja desvanecerse en la lejanía, dejando el cielo de un color grisáceo. Hacia unos momentos había pensado en suicidarse, y ahora esto llegaba a cambiar sus planes. ¿Significaría algo? Pensó en aquel hombre extraño al que podía ayudar con su poder. Sí, veía cosas que nadie veía, escuchaba voces que nadie más oía, se sentía atormentada, pero ¿Por qué no ayudar?
-Será la única cosa buena que haré en mi vida -dijo para sí, antes de dirigir una última mirada a su reflejo en el río, y posponer un poco más su muerte.
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La sucia taberna a orillas de la carretera estaba abarrotada de gente repugnante. A esas horas de la noche sólo podían encontrarse ebrios y prostitutas por ahí. La puerta se abrió para dar paso a un joven español que entró analizando todo con la vista. Todo estaba en penumbras, había una barra, sillas, mesas, y un espacio para jugar billar. La mayoría de los ahí presentes dirigió sus ojos hacia el joven, que se encaminó hasta la mesa de fondo, donde unos hombres jugaban póker.
- ¿Tú eres al que llaman Hunk? -le preguntó al tipo que estaba sentado contra la pared, debido a la poca iluminación del lugar, su rostro estaba envuelto en sombras.
- ¿Te debo dinero ? -inquirió el nombrado con voz ronca desde la oscuridad, mientras jugueteaba con una filosa navaja entre sus dedos.
-No yo sólo
-Entonces lárgate si no vas a jugar -cortó con visible disgusto. Los otros que estaban a la mesa rieron por lo bajo. El joven suspiró, no iba a darse por vencido.
-Sé lo que ocultas Hunk -le dijo. Todos levantaron la vista para mirarlo con sumo interés- Ven conmigo afuera unos minutos y hablaremos.
-No tengo nada de qué hablar contigo Ahora vete si no quieres un cuello partido
En ese instante todo el bar quedó en silencio. Los que estaban a la mesa, aguardaron inquietos, parecía que todos en el lugar le tenían miedo a ese hombre. La tensión reinó unos cuantos segundos, la fría mirada de Hunk parecía haberlo congelado todo.
-Me llamo Luis Sera -continuo diciendo el joven- He venido desde España para hablar contigo, necesito de tu ayuda
- ¿España? -inquirió Hunk desde la negrura que lo cubría- ¿Y qué ha hecho España por mí ?
-Sé que vives atormentado conozco la razón que no te deja dormir -dijo Luis, Hunk guardó silencio unos segundos, mirándolo fijamente, se levantó de la mesa muy despacio, girando la navaja entre sus dedos. Miró al joven español que lo esperaba del otro lado de la mesa, sonriéndole nerviosamente. Entonces avanzó hasta él saliendo de entre las sombras. La pesada suela de sus botas hizo eco en la madera carcomida del piso.
-Vamos afuera -le dijo- Veamos que tienes que decir
Salieron. A Luis le hubiera gustado mirar su rostro, pero el negro pasamontañas que Hunk usaba, sólo le permitía ver el translucido azul de sus ojos. Afuera, el viento levantaba polvo a su paso, y el letrero luminoso del bar hacía pequeños cortocircuitos provocando que se apagara y se encendiera continuamente. Se alejaron unos cuantos metros del lugar, deteniéndose junto a la carretera, para así evitar cualquier intromisión. Hunk cruzó los brazos y miró al joven, quien después de una pequeña pausa, comenzó a hablar.
-Hay una persona en peligro de muerte -dijo
nerviosamente, intimidado por la alta figura del hombre-
Sé lo que viviste hace cuatro años sé que desde entonces puedes hacer algo que nadie más puede
- ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra? -preguntó Hunk con frialdad.
-Tú puedes ayudar a esa persona -respondió el joven sin más rodeos- Ãl está sufriendo mucho por favor
Hubo una pausa. Los helados ojos de Hunk estaban fijos en Luis, que a su vez lo miraba suplicante. Después del horrible suceso acontecido hacía cuatro años después de todo lo que había padecido aquella horrenda noche, después de que nadie le creyera ahora alguien necesitaba de su ayuda. Antes él tenía un exaltado sentido del deber y el servicio, pero eso se había disipado al experimentar cosas que nadie más se imaginaba.
-No -dijo rotundamente- No puedo ayudar a nadie
- ¡Por favor! -insistió Luis al verlo alejarse- ¿Eso haces todas las noches? ¿Jugar en un miserable agujero olvidado por Dios? ¿Es que acaso tu vida no tiene sentido?
- ¡Cierra la boca! -cortó Hunk volviéndose a mirarlo, a la vez que lo señalaba con su puntiaguda navaja- ¡Nadie quiso ayudarme cuando yo lo necesité ! ¿Por qué diablos habría de hacerlo yo ahora, eh?
-La persona de la que te hablo es un hombre muy rico puede pagarte o darte lo que tú quieras
- ¿Y si quiero una mansión en los Alpes? ¿O un millón de dólares? -espetó Hunk con burla.
-Pues te los dará, estoy seguro -contestó Luis. El hombre guardó silencio, por un momento un chispazo de ambición pareció brillar en sus ojos. Luis aprovechó esa pausa para hablar.
-Puedes localizarme aquí mañana -dijo extendiéndole una tarjetita que Hunk tomó sin decir nada- Esa persona cuenta contigo, y si tú lo ayudas él no dudará en ayudarte también Muchas gracias por tu tiempo por favor piénsalo.
El joven español se marchó sin agregar más. Hunk lo miró subir a un elegante automóvil e irse. Leyó el nombre del hotel Lincoln-Switz en la tarjeta. Eso no era una casualidad, él ya no creía en las casualidades. Iría y a ver qué pasaba.
GRACIAS POR LEER
GRACIAS POR LEERRegresar al índiceEl amo del castillo by Cindy_Neko_Chan
- ¡Hola! -le dijo sonriendo a la vez que estrechaba su mano- Pasa por favor
-Gracias -contestó Leon- Los demás no tardan en llegar
- ¿Eh?
-Soy clarividente Luis Sé que citaste a más personas
- ¿Entonces si van a venir? -preguntó con emoción.
-Todos y cada uno -respondió Leon. El joven dio un grito de alegría y palmeó las manos. Los llamados a la puerta se repitieron y Luis corrió a abrir.
- ¡Hunk! ¡Ashley! -exclamó al verlos.
-No venimos juntos -corrigió la rubia- Si no que llegamos al mismo tiempo
-Como si me importara -cortó el hombre mirándola con desprecio.
-Pasen por favor tomen asiento -dijo Luis sonriendo. Iba a cerrar la puerta, pero otra pareja llegó en ese momento- ¡Jill! ¡Chris! ¡Vinieron!
-Tuve que cancelar todas mis citas -contestó la nombrada- Ya estarás contento
-Por favor como si tuvieras tantas -espetó Chris meneando la cabeza. Luis los hizo pasar y cerró la puerta. Dentro todos se miraban unos con otros sin atreverse a hablar, Luis fue hasta un rincón y trajo una mesita con bebidas y bocadillos.
-Tomen lo que quieran -les dijo. En ese momento llamaron nuevamente a la puerta. El joven fue a abrir y se encontró con el profesor Albert Wesker y Rebecca Chambers.
- ¡Ãsta niña es increíble ! -dijo el profesor- No sé por qué no estudia en mi universidad
- ¡Oh, cállese ! -contestó Rebecca sonriendo con timidez.
-Bueno, por lo que veo ya se conocieron -respondió Luis- Pasen por favor
Entraron y el joven cerró la puerta, miró a todos que también lo observaban, sentados en la sala de la habitación, esperando a que hablara pero él no podía comenzar hasta que llegara la última persona. Como respuesta a sus pensamientos, se escucharon leves llamados a la puerta. Luis fue a abrir nuevamente, y respiró aliviado al ver a Ada Wong.
-Creí que no vendrías -le dijo.
-No he dejado de pensar en la persona de la que me hablaste -contestó ella.
-Está bien Pasa -Ada entró, se sorprendió de ver a tanta gente reunida. Luis le indicó que tomara asiento, luego se puso de pie frente a todos.
-Bueno -comenzó a decir- Todos ya saben para qué están aquí les pedí personalmente su ayuda
-Sí, dijiste que alguien iba a morir -interrumpió Rebecca, y todos la miraron molestos.
-Así es -continuó Luis- Pero no lo entenderán hasta que lo vean, muchos acontecimientos paranormales le están ocurriendo, mermando su salud Así que me he visto en la necesidad de venir hasta aquí por ustedes. Después de una minuciosa investigación, los elegí porque cada uno posee capacidades que pueden ayudar a resolver esto. Así es que eliminaré la necesidad de presentación: Leon Kennedy es un prodigioso clarividente que utiliza la hipnosis como ninguno
Leon se levantó para que todos lo conocieran y les sonrió.
-Ada Wong -dijo Luis, ella se puso de pie- Puede ver y escuchar a los fantasmas e incluso hablar con ellos Jill Valentine es una poderosa médium, viene con su ayudante Chris Redfield, quien puede sentir presencias extrañas en el ambiente -ambos se pusieron de pie y saludaron a los demás, Luis continuó- Tenemos aquí también a Ashley Graham, tal vez ya la conozcan pues es una modelo famosa
-Ah sí -dijo Leon cuando la rubia se levantó sonriendo- Apareció hace un mes en la portada de Glow Magazine
- ¿Lees Glow Magazine ? -preguntó Ashley mirándolo sorprendida.
-Bueno, de hecho trabajo ahí casi -contestó Leon pasándose una mano por el cabello.
- ¡Ah! ¡Leon Kennedy! ¡El de los horóscopos! -exclamó Rebecca- ¡Yo soy Aries, dime el mío !
-Ejem -carraspeó Luis.
-Cállate niña hay algo más importante de por medio -dijo la fría voz de Hunk. Rebecca guardó silencio inmediatamente, todos también callaron, pues la presencia de ese hombre realmente imponía.
-Bueno -continuó Luis después de esa incómoda pausa- La capacidad especial de Ashley, es que puede saber datos de una persona u objeto con sólo tocarlo
También está el profesor Albert Wesker, experto en lenguas muertas y civilizaciones antiguas, y que además es un brillante científico y doctor -el profesor se levantó e hizo una reverencia, Luis siguió hablando- Ãsta jovencita, Rebecca Chambers puede leer la mente y mover objetos con ella
-También me acabo de graduar de la universidad -dijo ella levantándose- Soy muy buena en química y medicina
-Por eso digo que es increíble -dijo el Dr. Wesker sonriendo, Rebecca se ruborizó.
-Y finalmente -concluyó Luis- Me tomó mucho trabajo encontrarlo pero aquí está con nosotros Hunk
Todos se volvieron para mirar al hombre de negro que continuaba sentado, escrutándolos con su gélida mirada. El pasamontañas en su rostro, no les dejaba ver más que sus ojos. El joven español iba a continuar, pero Hunk le tomó la palabra.
-No es necesario que hables por mí niño -dijo con frialdad, luego se puso de pie- Y tampoco es necesario que les informes de cosas de mi vida que no les incumben
-Bueno, si no quieres no voy a decir nada -contestó Luis- Pero considero que sepan lo puedes hacer
Hunk lo miró largo rato, después posó sus ojos en cada uno. Todos lo observaban atemorizados y expectantes, el silencio reinó unos minutos, antes de que el hombre volviera a hablar.
-Puedo ver a los demonios y todo tipo de entidades oscuras -confesó. Todos abrieron enormemente los ojos por el asombro, Luis se apresuró a hablar.
-Bien ahora que ya todos se conocen -dijo- Y el hecho de que estén aquí me indica su interés en este caso, ahora sólo me queda hacerles la última propuesta ¿Están dispuestos a partir hoy mismo a España conmigo? Permanecerán allá el tiempo que sea necesario y todas sus necesidades serán cubiertas hasta en el más mínimo capricho
-Yo iré definitivamente -afirmó Leon.
-También yo -contestó Ashley rápidamente.
-Nosotros también -dijo Jill, y Chris asintió.
Uno a uno todos fueron aceptando, y Luis sonrió satisfecho. Luego de agradecerles les comunicó que los vería en dos horas en el aeropuerto, para que fueran a sus hogares a empacar sus cosas. Cuando todos se marcharon del hotel, Luis suspiró aliviado, sin poder disimular su alegría sacó su teléfono móvil y comenzó a hacer una llamada.
***********************
Eran las cinco y media de la tarde cuando todos llegaron al aeropuerto. Luis los esperaba para viajar en una avioneta privada. Les agradeció nuevamente y abordaron la nave. El viaje fue rápido, llegaron a España inmediatamente. Después de aterrizar en el aeropuerto, abordaron una camioneta que los condujo a través de una larga carretera. Se sorprendieron de ver que ya estaba muy oscuro, Leon miró su reloj y vio que eran las 7 en punto.
-Son seis horas de diferencia -le explicó Luis- Aquí ya es la una de la madrugada
-El castillo está muy retirado -dijo Leon, no como una pregunta, sino como una afirmación.
- ¿Castillo? -preguntó Ada. Luis asintió- ¿Ãl vive en un castillo?
-Su familia ha sido de gran abolengo por siglos -dijo- Ãl es el último que queda y trata de conservar las tradiciones, pero no se preocupen el castillo cuenta con todas las comodidades que puedan necesitar
-Eso es un alivio -dijo Ashley esta vez.
Nadie volvió a hablar en un buen rato, la camioneta se internó en un camino que se dividía de la carretera, el cual carecía de pavimento y se internaba en un espeso y negro bosque. Después de recorrer un kilómetro, pasaron por una parte del sendero donde había menos árboles. Luis iba al volante, se detuvo afuera de una vieja iglesia medieval.
-Esperen un momento -les dijo- Debo hacer algo no tardo.
Lo vieron alejarse en la oscuridad hacia el templo, al lado de la construcción se encontraba un antiguo cementerio gótico, la arquitectura de ese lugar creaba una atmosfera bestial, dura y deprimente, había un insopirtable olor atierra y el viento helado corría sin parar. La única fuente de iluminación eran los faros de la camioneta, y unas antorchas a los costados de la entrada a la iglesia. Todos miraron con atención a los alrededores. La niebla rodeaba casi todo, impidiendo un poco la visión.
-Oye Ada -la llamó Ashley- ¿Ves algún fantasma ?
-No -contestó la nombrada esforzándose por vislumbrar algo en esa espesa niebla.
- ¡Qué extraño ! -dijo Rebecca esta vez y todos la miraron- No puedo leer la mente de Luis
-Y yo tampoco puedo ver nada -comentó también Leon.
- ¿Ver? -inquirió el profesor Wesker- Pensé que sólo predecías el futuro
-No sólo eso -respondió Leon- También puedo ver a una persona en cualquier momento o lugar determinado Pero, no puedo ver a Luis se supone que debería
-Hay algo muy raro en todo esto -dijo la helada voz de Hunk, y esta vez todas las miradas se dirigieron a él- Debemos andarnos con cuidado
- ¿Estás viendo algún demonio? -preguntó Rebecca con temor. Hunk asintió.
-Hay uno entre las tumbas -dijo- Nos mira
Todos dirigieron se volvieron hacia el cementerio, pero no consiguieron ver nada. Guardaron silencio atemorizados, esperando. Pasaron algunos minutos sin que Luis regresara y todos estaban inquietos. De vez en cuando le preguntaban a Hunk si el demonio ya se había ido y él respondía que aún seguía ahí. Al cabo de diez minutos más, Luis volvió. Subió a la camioneta y la puso en marcha.
-Perdón por hacerlos esperar -dijo con una débil sonrisa- Creí que no tardaría.
-No te preocupes -contestó Ada- Oye, si no es indiscreción ¿a qué fuiste?
-A hablar con el sepulturero Bitores Méndez -respondió el joven- no es algo que deba preocuparles
Avanzaron nuevamente por el oscuro camino. Nadie dijo nada hasta que llegaron al castillo. Era enorme, sombrío y de una antigüedad incalculable. La camioneta avanzó lentamente por el puente de madera que lo separaba del bosque. Una vez del otro lado, Luis aparcó el vehículo y los hizo bajar. Todos cargaron su equipaje y el joven español los condujo dentro del castillo. Entraron curioseándolo todo, dentro había muebles antiguos y elegantes.
-No tengo señal -dijo Jill mientras levantaba su teléfono móvil el aire.
-Yo sí -sonrió Rebecca- Mi teléfono cuenta con cobertura mundial
Chris tuvo que reprimir una carcajada y Jill le hizo gestos. Siguieron a Luis por el fúnebre pasillo hasta unas escaleras de piedra. Subieron lentamente, sus pasos hacían eco en las paredes, que estaban decoradas con extrañas pinturas de personas ahorcadas
o esqueletos.
-Esto sí da miedo -susurró Ashley al verlos, Luis se encogió de hombros.
-Bueno esta familia siempre ha tenido un raro gusto por el arte bizarro -dijo. Al llegar al final de las escaleras cruzaron otro pasillo. Luis se detuvo ante unas gruesas puertas de madera y se volvió para mirarlos.
- ¿Qué es ésta habitación? -preguntó Leon. Luis sonrió.
-Ahora van a conocer al amo del castillo -dijo- A la persona que han venido a salvar
Abrió las puertas muy lentamente, indicándoles que guardaran silencio, entonces entraron. Era un cuarto muy grande y muy elegante, fuertemente iluminado por varios candelabros, y con una soberbia decoración. Al fondo de la habitación, junto a la pared, estaba la cama, un señorial mueble con cuatro pilares en cada una de las cuatro esquinas, las cortinas de seda estaban abiertas, atadas a los pilares de la cama. Todos se acercaron lentamente para mirar.
- ¿Es un niño ? -dijo el profesor Wesker observando a la pequeña figura que yacía sobre la cama.
-No dejen que su estatura los engañe -contestó Luis- él tiene veinte años
Todos miraron más de cerca al diminuto joven. Estaba vestido con sus mejores ropas purpuras y brillantes, y con los zapatos puestos. Su rostro parecía el de un niño, pero era surcado por arrugas y marcas de vejez, su cabello era blanco como la nieve, y sus labios rojos como la sangre. Orgulloso, tieso, dormía aunque no parecía respirar. Parecía un cadáver vestido para una fiesta.
- ¿Veinte años ? -preguntó el profesor- Pero su rostro es el de un anciano
-Es por la enfermedad que tiene -respondió Luis tristemente- La cual día con día acaba con él
-Es un buen caso de estudio -volvió a decir el profesor- Me pondré en ello de inmediato
-Como usted guste profesor, pero sugiero que primero descansen un poco
Todos intercambiaron opiniones al respecto, Ada no prestó atención, se acercó lentamente hasta él joven y con suavidad entrelazó su mano a la de él, estaba muy fría. Tranquilo le dijo mentalmente Estoy aquí para ayudarte Lo contempló unos segundos, luego se volvió para mirar a Luis.
-No nos has dicho su nombre -le dijo. Los demás también lo miraron en espera de una respuesta.
-Se llama Ramón Salazar -respondió. Ada asintió y dirigió su vista de nuevo al joven. Dio un respingo al ver que él también la miraba. Soltó su mano rápidamente y retrocedió un paso.
- ¿Qué ocurre? -le preguntó el profesor Wesker.
-Abrió los ojos -dijo ella. Todos miraron a Ramón, que seguía sobre la cama, pero mirándolos a todos fijamente, sus ojos eran de color amarillo, tan helados como los de Hunk o tal vez más, parecían ojos de reptil. De pronto Chris se tambaleó como si fuera a desmayarse, Jill y Rebecca lo sujetaron para que no cayera.
- ¿Estás bien ? -le preguntó Luis, Chris negó con la cabeza.
-Estoy mareado Hay algo muy fuerte aquí -dijo haciendo una mueca como si quisiera vomitar. Leon se acercó a Ashley y la tomó de la mano. Ella se volvió para mirarlo sorprendida.
-Es mejor que salgamos -les dijo Jill. Todos obedecieron y rápidamente abandonaron la habitación. Una vez en el pasillo Chris se sintió mejor. Leon soltó a Ashley de la mano, ella le iba a cuestionar, pero Leon se puso un dedo sobre los labios en señal de que guardara silencio.
-Bueno -dijo Luis- Es mejor que los conduzca a sus habitaciones
Después de cruzar varios pasillos más, llegaron a una lujosa puerta de madera tallada. Luis les indicó podían acomodarse ahí, había suficientes camas para todos y el baño se encontraba en la habitación que estaba al fondo del pasillo. Les dio algunas instrucciones y les dijo que dentro de una hora les llevaría la cena. Después se marchó. Cuando todos quedaron solos en la lúgubre habitación, comenzaron a desempacar y organizar sus cosas, Ashley se acercó a Leon lentamente.
- ¿Por qué me tomaste de la mano? -le preguntó. Al escucharla, todos se volvieron para mirarlo interrogantes. Leon fue hasta la puerta, la abrió y miró hacia afuera, tras comprobar que no había nadie, les dijo a todos:
-Me di cuenta de algo muy raro
por favor opinen y diganme si les gusto
por favor opinen y diganme si les gustoRegresar al índiceLos gritos no se escuchan en la oscuridad by Cindy_Neko_Chan
Ah una aclaracion.. los pensamientos de los personajes (y en este caso las visiones de leon) van entre comillas "" eso es todo
Ah una aclaracion.. los pensamientos de los personajes (y en este caso las visiones de leon) van entre comillas "" eso es todo- ¿De qué estás hablando? -quiso saber Jill. León se acercó hasta donde estaban todos, y ellos lo rodearon sentándose en el piso para escuchar.
-Dentro de la habitación de Ramón Salazar hay algo extraño -les dijo en voz baja- Es como una especie de red psíquica o algo así eso no me dejó ver nada y cuando digo que no me dejó ver nada, me refiero a que suprimió mi poder
- ¿Red psíquica ? -inquirió Hunk. León asintió.
-Imagina la red de una araña que parte de un punto en específico, y se extiende por el suelo cubriéndolo todo Pero sólo dentro de esa habitación Creo que Luis no nos dijo todo sobre el amo del castillo
- ¿Insinúas que la red provenía de él ? -preguntó el profesor Wesker esta vez. Leon afirmó con la cabeza.
-Estoy seguro -contestó- Ãl suprimió nuestros poderes, me di cuenta después de tomar a Ashley de la mano. Lo hice porque ella puede ver cosas cuando sujeta a una persona u objeto
-Es verdad -dijo la rubia cayendo en la cuenta- No vi nada sobre ti
-Y yo tampoco pude leer la mente de nadie casi siempre escucho lo que piensan -habló Rebecca.
-Ãl produjo la red en el momento en que despertó -continuó diciendo Leon- Me imagino que su enfermedad debe hacer que se debilite y no pueda extenderla más allá de su habitación También por eso, en ese momento el daño cayó sobre Chris
-Pero la pregunta es ¿Por qué? -cuestionó el profesor Wesker. Todos guardaron silencio unos minutos. Finalmente, Leon volvió a hablar.
-Lo mejor es que no le digamos a Luis nada de esto hasta que él nos hable con la verdad, no sabemos a lo que nos estamos enfrentando, y por ahora es mejor callar
Todos asintieron en aprobación. Después volvieron a ocuparse en desempacar sus cosas. Una hora después, llamaron a la puerta. Saltando, Rebecca fue a abrir, y descubrió en el pasillo un carrito con apetitosa comida. Lo arrastró hasta adentro y llamó a los demás para que se acercaran a comer.
- ¿Dónde está Luis ? -preguntó Leon observando el pasillo desierto.
-No lo sé -contestó la chica mordisqueando una pieza de pan- Sólo estaba esto ahí
De pronto, todo se oscureció a la vista de Leon, y luego de esa oscuridad surgió un fuerte haz de luz, indicándole el comienzo de una visión
"Rebecca corría por un pasillo gritando, abriendo las puertas que se encontraban a su paso con su poder mental. Alguien la perseguía, dando horribles risotadas después vidrios rotos "
La luz desapareció dejando la negrura, que se desvaneció en el acto revelando las formas originales del cuarto. Leon sacudió la cabeza, y miró a Rebecca que platicaba con los demás tratando de dar un giro alegre a la conversación.
-Oye tú Hunk -decía ella- ¿Así te llamas? ¿Cuál es tu nombre?
-No te interesa -cortó él con frialdad. Rebecca frunció el ceño y lo miró fijamente- Y ni creas que vas a poder leerme la mente niña no caigo en esos trucos baratos
-Entonces Ada -volvió a decir la joven ignorando al hombre- ¿Has visto fantasmas en el castillo?
-No ninguno -contestó aliviada la mujer- Y qué bueno que no sea así no es muy agradable verlos
-No sé ustedes -dijo el profesor Wesker levantándose- Pero yo pienso ir en este momento a ver al joven Salazar si es importante que lo ayudemos considero que no debamos demorar
- ¡Voy con usted! -exclamó Rebecca poniéndose de pie de un salto. Los demás también se apresuraron a ir. Salieron de la habitación y tras recorrer los largos y lúgubres pasillos, llegaron a la habitación. Llamaron a la puerta recordando las precauciones de Leon. Pasados unos segundos, un hombre abrió.
- ¿Ustedes qué hacen aquí ? -les preguntó mirándolos desconcertado.
-Vinimos a ayudar al amo -respondió el profesor Wesker. El hombre los miró de arriba abajo como si estuviera viendo algo asqueroso.
- ¿Quién les dio permiso de entrar al castillo ? -volvió a preguntar.
-Ah bueno -balbuceo el profesor- Un joven llamado Luis Sera nos trajo aquí
El hombre no contestó. Los miró a todos largamente, y después abrió la puerta completamente indicándoles que pasaran en silencio. Entraron muy despacio observando hacia la cama, que tenía las cortinas cerradas. Ada se abrió paso entre todos para mirar, no sabía por qué, pero algo en ese joven le atraía.
-La red no está -pensó Leon- ¿Me escuchas Rebecca ?
-Sí -respondió ella mentalmente- ¿Debemos tener cuidado?
-Hay que tener cuidado cuando él despierte mucho cuidado.
-De acuerdo
Ambos se miraron asintiendo, después de terminar con su pequeña conversación mental. Luego se volvieron para mirar al hombre que los había recibido.
-Soy el Dr. Salvador -les dijo- El médico de cabecera del señor Salazar, pasan muchas cosas extrañas aquí ¿ustedes van a ayudar, en serio?
-Para eso estamos aquí -contestó el profesor- También yo soy doctor, y quisiera auscultar al joven de inmediato.
-Le agradecería que no lo tocara -contestó el Dr. Salvador con recelo- Se molesta mucho si lo tocan Y créame, no querrá verlo molesto
-Le aseguro que no lo incomodaré ahora necesitaré algunos asistentes.
-Yo le ayudaré profesor -dijo Ada aproximándose hasta él.
-También yo -se ofreció Rebecca sonriendo.
-Y yo -intervino Leon.
-Bien, con ustedes es suficiente -contestó el profesor Wesker- Vamos
Los cuatro se acercaron a la cama sin hacer ruido, luego descorrieron las cortinas. El profesor sacó de su maletín medico un estetoscopio, se lo colocó en los oídos y comenzó a escuchar el corazón del joven. Leon observaba todo detenidamente, concentrándose en obtener una visión, pero no podía. Rebecca también estaba atenta, sujetando el maletín del profesor contra su pecho. Ada no podía apartar la vista del joven, parecía como si un embrujo lo rodeara, algo que la hacía no querer dejar de contemplarlo. Los demás miraban a distancia, vigilantes.
-Su corazón apenas si se oye -dijo el profesor apartando el estetoscopio, luego tomó con delicadeza el antebrazo del joven para medirle el pulso- ¡Dios, está helado! Su pulso está muy bajo Dr. Salvador dígame por favor qué otros síntomas ha presentado
-Bueno, pues -comenzó a decir el nombrado- No ha comido nada en los últimos seis días
- ¿Qué? -exclamó el profesor asombrado.
-Es un misterio, lo sé -contestó el Dr. Salvador- También duerme la gran parte del día, y en las noches está despierto por un corto lapso de tiempo. Casi no habla, y cuando lo hace, es para delirar habla sobre demonios, fantasmas y cosas que lo atormentan La verdad no ha dicho ni una sola palabra coherente desde
Entonces se detuvo, todos se volvieron para mirarlo interrogantes, pero él ya no dijo nada.
- ¿Desde ? -preguntó Ada esta vez, incitándolo para que continuara, pero el Dr. Salvador, negó con la cabeza nerviosamente.
-No creo que deba contestarles eso -contestó. En ese momento, Leon sintió cómo la red se extendía suavemente bajo sus pies, llenando el ambiente. Se volvió hacia el joven, que los miraba desde su lecho sin moverse, había algo en ese chico que lo estremecía. En ese momento, todos excepto Ada retrocedieron. Ella se acercó sentándose al borde de la cama, los fríos ojos amarillos de Ramón Salazar se clavaron en los suyos.
-Hola -lo saludó ella en voz baja- ¿Cómo te sientes ?
-No muy bien -contestó el joven con un hilo de voz- Tengo sed
- ¿Señor? -inquirió el Dr. Salvador aproximándose rápidamente- ¿Señor es usted ?
- ¡¡¡LÃRGATE !!! -exclamó el joven al verlo. Furioso comenzó a revolverse en la cama pateando y gritando fuertemente.
- ¡Sujétenlo, rápido! -ordenó el profesor Wesker. Con prontitud Leon y Rebecca lo tomaron de los brazos y piernas. Ramón chilló mientras trataba de liberarse.
- ¡No! -clamó Ada- ¡Lo lastiman!
Ellos lo soltaron en seguida. Ada se acercó a él y le tomó el rostro entre las manos, Ramón se tranquilizó inmediatamente, su cuerpo se relajó dejándose caer suavemente sobre la cama. Ada le descubrió el brazo con cuidado, revelando en su piel las marcas moradas de las manos que lo habían sujetado.
-Su piel es muy sensible -susurró el profesor.
-Qué extraño -dijo el Dr. salvador mirando a Ada- Ãl nunca deja que nadie lo toque nadie
-Pues porque le duele -protestó ella- Y yo no lo he tocado de manera brusca
-Tengo sed -susurró Ramón.
-De inmediato le traeré agua, señor -dijo el Dr. Salvador, y rápidamente abandonó la habitación. Hasta ese momento, Chris comenzó a sentirse mareado. Se tambaleó y perdió el equilibrio, pero Hunk lo sujetó antes de que cayera.
- ¿Qué te sucede Chris ? -le preguntó Jill.
-Saquémoslo de aquí -ordenó Hunk, y rápidamente lo llevaron afuera. Chris se liberó de ellos y se alejó unos pasos, para después vomitar sobre la alfombra del pasillo.
- ¿Puedes ayudarme a llevarlo a la habitación? debe descansar -dijo preocupada Jill.
Hunk asintió, se acercó a Chris y lo levantó con facilidad, luego se apresuraron a cruzar las numerosas habitaciones contiguas. Pero antes de cruzar el último pasillo, Hunk se detuvo de golpe, había varias armaduras medievales en las paredes de los costados del pasillo, sujetando espadas o hachas. La débil luz de los candelabros apenas si iluminaba algo.
- ¿Qué pasa? -preguntó Jill.
-Hay demonios -contestó Hunk con su voz rasposa.
- ¿Donde? -volvió a preguntar ella, agrandando los ojos por el temor.
-En las armaduras son seis
- ¿Podemos pasar?
-No sin que nos ataquen -respondió él en voz baja.
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El profesor Albert Wesker anotaba algo en una pequeña libreta, observaba de vez en cuando al joven, quien no le quitaba los ojos de encima a Ada. Rebecca estaba de pie junto al profesor, sosteniendo el maletín. Leon y Ashley deambulaban por el cuarto escudriñando todo con la vista.
-Es mejor que vayan a descansar -dijo el profesor- Yo me quedaré con el joven lo que resta de la noche
Todos salieron de la habitación lentamente. Antes de salir, Ada miró largamente a Ramón, quien seguía contemplándola sin parpadear. Ella le sonrió y se dio la vuelta para salir de la alcoba. El joven la siguió con su fría mirada hasta que la puerta se cerró tras de ella.
-He notado algo -dijo Leon una vez afuera, mientras se encaminaban hacia la habitación.
- ¿Qué cosa? -preguntó Ada.
-Pues que, las dos veces que Ramón ha despertado ha sido reaccionando a tu voz -respondió- Además se tranquilizó mucho en cuanto lo tocaste ¿Tienes poderes para calmar a la gente o algo así?
-N-no -contestó Ada, mirándolo intrigada.
-Tu mente es muy aguda -le dijo Ashley sonriendo- Me impresiona la forma en que te das cuenta de las cosas Me encantaría poder hacer eso Es ¡increíble!
-Gracias -respondió Leon ruborizándose. De pronto se detuvo, y la sonrisa se borró de su rostro al recordar la visión que había tenido momentos antes. Se dio la media vuelta rápidamente y miró desconcertado en todas direcciones.
- ¿Qué pasa? -preguntaron las dos chicas al unísono. Leon se volvió para preguntarles aterrado:
- ¿Dónde está Rebecca ?
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-No deben andar solos por ahí -dijo Ramón Salazar en un susurro- Mi castillo es grande y pueden perderse
- ¿Disculpe ? -inquirió el profesor Wesker levantando la cabeza, pero Ramón ya no contestó. El profesor se levantó de la silla que había colocado junto a la cama y se acercó para mirarlo. Sacó de su bolsillo una lamparita y revisó los amarillos ojos del joven, que continuaban abiertos, mirando al infinito. Luego volvió a escribir en su libreta. Ramón se cubrió el rostro con las manos.
-Fantasmas -dijo- Los gritos no se escuchan en la oscuridad
- ¿Fantasmas? -repitió el profesor, luego miró a su alrededor, pero el cuarto estaba vacío- ¿Dónde están los fantasmas? ¿Qué gritos ?
Ramón no contestó, siguió cubriéndose el rostro con las manos mientras sollozaba débilmente. El profesor se levantó y fue hacia la puerta, la abrió y contempló el pasillo. Sin tan sólo pudiera llamar a Ada, pero ella se había ido y él no podía dejar solo a Ramón. Se dio la vuelta y regresó hacia la cama, miró al joven, que yacía completamente dormido. ¿Qué clase de enfermedad tienes ? pensó suspirando.
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Los pasos de Rebecca eran cada vez más rápidos. Caminaba por unos oscuros pasillos, tratando de alcanzar a la sombra que se deslizaba velozmente delante de ella. Bajó un pequeño rellano de escaleras y entró a una enorme habitación, que al parecer era la cocina. Las grandes mesas de piedra estaban llenas de ollas y otros trastos para hacer de comer. En las paredes había grandes alacenas, y una estufa con horno. Se sorprendió de ver un refrigerador, un microondas y otros electrodomésticos pequeños. Se acercó lentamente curioseándolo todo, de pronto vio un inmenso tarro de porcelana con unas enormes letras color rojo que decía Galletas. Sonriendo, lo destapó y sacó una, después comenzó a mordisquearla.
- ¿Dr. salvador? -preguntó mientras caminaba por la estancia buscándolo con la mirada. Descubrió un pasillo en un costado de la habitación y lo cruzó. Del otro lado había un cuarto pequeño, con un montón de cajas apiladas junto a una de las paredes, había repisas y pequeños sacos con arroz y otras leguminosas. Había unas puertas al fondo.
- ¿Dr. Salvador ? -volvió a preguntar elevando la voz- Oiga ¿dónde está? ¿Está por aquí ? Dr. Salvador . Heeeey ¿A dónde se habrá ido ese viejo?
Abrió las puertas y contempló un pequeño sendero que daba al bosque. La luz de la luna iluminaba débilmente, dándole a todo un espectral brillo azulado. Salió lentamente, se metió a la boca lo que restaba de la galleta, y caminó junto a la pared. Más adelante había un pequeño espacio dedicado a las actividades de carpintería. Había una mesa, troncos, herramientas, y leños apilados por doquier.
- ¡Dr. Salvador! -exclamó al verlo- ¿Qué hace aquí? Creí que sólo iba a llevarle agua al señor Salazar
El hombre no le contestó, estaba de pie dándole la espalda, frente al enorme tronco que se utilizaba para cortar la leña. Rebecca se acercó despacio, había algo diferente en él, algo extraño e inquietante. Trató, pero no pudo entrar en su mente ¿Quién es este tipo ? pensó para sus adentros.
-No debieron haber venido aquí -dijo el Dr. salvador con voz apagada.
- ¿Eh? ¿A qué se refiere? -preguntó ella. Ãl se dio la vuelta, y Rebecca retrocedió inmediatamente. Lo miró desconcertada, él llevaba puesto en la cabeza un pequeño saco de tela, similar a los que había visto con arroz en la habitación contigua a la cocina. Tenía hoyos por donde asomaba sus blanquecinos ojos sin pupilas. Sin pupilas.
-Todos están malditos -le dijo él dejando escapar una pequeña risita perturbadora. Con espanto Rebecca lo vio empuñar una motosierra, él tiró del cordón encendiéndola. El traqueteo de la herramienta llenó el ambiente, la chica comenzó a retroceder mirándolo horrorizada.
- ¿Qué qué hace ? -inquirió ella temblando- Tranquilícese por favor ¡¿Qué le pasa?!
El Dr. Salvador ya no contestó, acto seguido levantó la motosierra en el aire dando un espantoso alarido. Se lanzó hacia Rebecca dispuesto a cercenarle la cabeza. La chica se dio la vuelta y echó a correr gritando horrorizada. Regresó velozmente por donde había venido, cruzó la pequeña bodega y después la cocina, pero al salir no recordó por donde había venido. Desesperada se internó en un negro pasillo, escuchando las inquietantes risotadas del Dr. Salvador, que corría tras ella levantando la motosierra en el aire.
Rebecca estiró la mano, como si empujara el aire, las gruesas puertas delante de ella se abrieron de par en par. Ella se precipitó dentro y cerró las puertas nuevamente con su pensamiento. Se detuvo en seco mirando alrededor, era otro pasillo largo, con ventanas que daban al bosque, y al fondo había unas escaleras. Estaba oscuro. De pronto el Dr. Salvador entró rebanando la puerta en pedazos mientras reía enloquecido. Rebecca se dio la vuelta temblando de un indecible pánico, el hombre se aproximaba pesadamente hacia ella mirándola con la cabeza ladeada. El ronroneo de la motosierra hacía eco en las paredes de piedra. La joven retrocedió lentamente. ¿Podría llegar a las escaleras a tiempo? ¿Podría alguien escuchar sus gritos e ir a auxiliarla ?
muchas gracias por leer por favor dejen reviews, es mi mejor pago por escribir ^^
muchas gracias por leer por favor dejen reviews, es mi mejor pago por escribir ^^Regresar al índiceRebecca by Cindy_Neko_Chan
Bueno pues aqui esta la conti espero y la disfruten, aunqe he tenido probleas con estos capis, a veces se me ocurre una cosa y luego la cambio por otra y total que nunca me decido...T.T
pero en fin espero que el resultado sea bueno...
Kira-chan: Gracias por añadirme como tu escritora favorita.. TwT fue un lindo detalle enserio gracias, y tambien que bueno q te gusto la hitoria, te dedico este capi y es siguiente... de nuevo gracias
Remigio fa: Gracias por leer y que bueno que tambien te gustó la historia, no te preocupes si no tienes tiempo de leer, yo como quiera seguire actualizando, te dedico el capi y mucha suerte en los examenes... oHHH o.O ya empesaron las vacaciones jejeje
Bueno pues aqui esta la conti espero y la disfruten, aunqe he tenido probleas con estos capis, a veces se me ocurre una cosa y luego la cambio por otra y total que nunca me decido...T.T
pero en fin espero que el resultado sea bueno...
Kira-chan: Gracias por añadirme como tu escritora favorita.. TwT fue un lindo detalle enserio gracias, y tambien que bueno q te gusto la hitoria, te dedico este capi y es siguiente... de nuevo gracias
Remigio fa: Gracias por leer y que bueno que tambien te gustó la historia, no te preocupes si no tienes tiempo de leer, yo como quiera seguire actualizando, te dedico el capi y mucha suerte en los examenes... oHHH o.O ya empesaron las vacaciones jejeje
-Glorifica mi alma al señor, y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios, mi salvador… -decía Hunk con voz ronca mientras avanzaba cautelosamente por la larga alfombra roja del pasillo. Jill lo miraba sin pestañear, no había pensado que él fuera un hombre religioso, pero entonces reconoció la plegara que Hunk pronunciaba. “¡El magníficat…!” pensó “Claro es lo más efectivo contra los demonios…”
De pronto Hunk se detuvo, contemplando las armaduras que estaban quietas, como si custodiaran el pasillo. Luego se volvió hacia Jill y le hizo una seña para que avanzara.
- ¿Eres exorcista o algo así…? -preguntó la morena, apartándose el mechón de cabello que le caía sobre la frente. Los fríos ojos de Hunk la miraron largamente antes de contestar.
-Algo así… -dijo.
*************************************
- ¡Tenemos que encontrar a Rebecca! -decía Leon mientras corría con Ashley y Ada por el pasillo. Acababa de contarles todo lo referente a la visión que había tenido sobre ella. De pronto se detuvo, luego se llevó las manos a las sienes, para tratar de obtener alguna nueva visión.
-Concéntrate Leon… -susurró Ashley- Tú puedes…
-La cocina… -dijo Leon mientras a su mente llegaba una distorsionada imagen de Rebecca, que comía galletas de un tarro- No… No puedo…
- Pero… ¿Dónde está la cocina? -preguntó Ada esta vez. Leon señaló un amplio corredor delante de ellos.
-Es por ahí… -dijo, y los tres se apresuraron a cruzarlo. Recorrieron más pasillos y habitaciones extrañas, mientras Leon iba diciendo por donde debían seguir. Finalmente, hallaron las pequeñas escaleras de la entrada a la cocina. Dos mujeres que se hallaban ahí dentro, se volvieron al verlos entrar precipitadamente.
-Disculpen… -comenzó a decir Ada- Estamos buscando a nuestra amiga Rebecca… ¿la han visto?
-No… -dijo una de ellas.
-Ella entró aquí -aseguró Leon impaciente- ¿Les dijo algo? ¿Vieron por dónde se fue…?
-No hemos visto nada mi señor… -contestó la otra- Hemos estado aquí toda la noche, y nadie excepto nosotras ha entrado…
- ¿Vieron al Dr. Salvador…? -preguntó Ashley esta vez- Él vino para llevarle agua al señor Salazar…
-No, no… -dijo la primera negando con la cabeza- Sólo nosotras hemos estado aquí…
Hubo una pausa, las dos mujeres los escudriñaban con una mirada que pedía que no se hicieran más preguntas. Se veían nerviosas, como si ocultaran algo. Ashley se acercó sonriendo hacia ellas a la vez que les extendía la mano.
-Me llamo Ashley Graham… ¿Cuáles son sus nombres?
-Yo soy Isabel, señorita… soy la cocinera del castillo-dijo la que había hablado primero, haciendo una reverencia para evitar tomar la mano de la joven. Era gorda, y de aspecto rudo, llevaba un mugriento vestido verde.
-Y yo soy María, la mucama… -dijo la otra inclinándose también. Era más delgada y de apariencia enfermiza, su vestido azul también estaba sucio. Ambas lucían sumamente pálidas. Ashley retiró la mano al ver que ninguna de las dos estaba interesada en estrecharla.
- ¡Pero esto no tiene sentido! -rugió Leon desesperado- ¡Ella entró aquí…! ¡Estuvo comiendo eso!
Señaló entonces el enorme tarro de galletas que descansaba sobre la alacena. Las mujeres lo miraron unos segundos, y después se volvieron hacía Leon, observándolo como si estuviera loco.
-Nadie ha entrado mi señor, se lo aseguro… -contestó Isabel. María se acercó hacia ellos y les hizo una seña para que salieran de la cocina. Todos la siguieron hasta afuera, una vez en el pasillo ella les dijo:
-Mire, señor… el castillo ha estado muy tranquilo. No conviene que haga usted alboroto, más que nada por la salud del amo… es mejor dejar que los demonios duerman…
- ¿A qué se refiere? -preguntó Ada. La mujer se estrujó las manos mientras miraba nerviosamente a su alrededor.
-El señor Salazar es muy astuto… aunque no pueda acordarse de nada… -dijo finalmente- siempre está endiabladamente seguro de todo lo que hace… No conviene que lo contradigan ni lo irriten de ningún modo… sólo síganle la corriente.
Y dicho esto, entró a la cocina cerrando las gruesas puertas de madera antes de que alguno de ellos pudiera cuestionar. Leon se dio la vuelta, trató de comunicarse con Rebecca mentalmente, pero no obtuvo respuesta, se esforzó mucho para poder verla, pero tampoco pudo conseguirlo. Al verlo, Ashley se acercó.
-Yo me encargo Leon… -le dijo- Si ella pasó por aquí, lo veré…
Luego se arrodilló poniendo sus manos con suavidad sobre el frío suelo de piedra. Cerró los ojos mientras se concentraba, y un torbellino de imágenes pasó por su mente, primero muy rápido, después lentamente. Las imágenes formaron una sola y vio a Rebecca, corriendo por el pasillo. Abrió los ojos de golpe, a la vez que se levantaba rápidamente.
-Vamos, ella se fue por aquí… -dijo mientras se adentraba en el tétrico corredor. Ada y Leon la siguieron sin perder tiempo, al final del largo pasillo descubrieron unas altas puertas de madera, que habían sido trozadas horriblemente.
- ¿Pero qué pasó aquí…? -preguntó Ada mirando horrorizada las puertas. Ashley se acercó y puso su mano sobre ellas, y cerrando los ojos, trató de concentrarse.
- ¿Puedes ver algo…? ¿Sabes lo que le pasó a esta puerta? -le preguntó Leon. Ashley abrió los ojos, meneando negativamente la cabeza.
-No… -contestó la rubia- No puedo ver nada… es extraño…
-Vayamos del otro lado… -propuso Ada. Leon abrió las puertas teniendo cuidado de no lastimarse con las enormes astillas de la madera, luego, entraron.
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El profesor Wesker miró su reloj, había tenido que ajustarlo a la zona horaria de ese lugar. Vio que eran casi las 4 de la madrugada, así que no tardaría en amanecer. Suspiró, luego devolvió la vista al grueso libro que ten
Cuando las tinieblas nos alcancen... by Cindy_Neko_Chan
Sucesos paranormales ocurren en el castillo de Ramón Salazar, mientras él padece una extraña enfermedad. Uno de sus sirvientes, Luis Sera, decide viajar a N
fanfic
es
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2021-03-26

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